INTRODUCCIÓN
El objetivo del
presente trabajo es
trazar un recorrido histórico de los principales rasgos
sociales y políticos que caracterizaron a China. Este
recorrido abarcará desde la dinastía Qin hasta el
régimen de Mao Tzé Tung.
RECORRIDO HISTÓRICO
La dinastía Qin (221 a.C./ 206 a.C.) logró
la unidad y homogeneización de todos los reinos que
había en China para la fecha, al interior de la muralla.
Se estableció un gobierno
centralizado, absolutista, y esta dinastía marcó el
inicio de la era imperial, fue el primer imperio. Antes que
reinara la dinastía Qin, China estaba dominada por una
organización de tipo feudal, con marcadas
diferencias regionales. Esta dinastía sucumbe cuando gana
el reino Qin. Bajo esta dinastía, cuyo soporte
filosófico era el legalismo, se reestructuró
la forma de gobernar, bajo un Estado
centralizado dividido administrativamente "dirigido" por una
burocracia
especializada conformada en su mayoría por intelectuales.
Esta dinastía cae cuando pierde el control militar
en manos de los Han (206 a.C./ 220 d.C.). Se instaura así
una nueva monarquía cuya ideología principal fue el
confucianismo. China en esta época fue un
importante centro cultural, influenciando a países como
Corea y Japón.
Se vio una renovación del sistema feudal y
se realizaron expediciones al Norte y al Sur de China con el fin
de extender el imperio. Como resultado de estas expediciones se
generaron gastos
extraordinarios que desembocaron en una crisis
financiera; las mismas se solventaban con impuestos que
afectaron a comerciantes y a las clases ricas, lo que
provocó varios levantamientos y, de manera indirecta y a
largo plazo, la caída de la dinastía Han. La
desproporción del enorme imperio y la situación
acuciante por la que pasaban los campesinos, quienes se
veían ahogados por los altos impuestos, fueron factores
que también influyeron en la caída de esta
dinastía.
A esta dinastía la sucederán tres siglos
de "Estados en lucha", de división de los territorios
exteriores hacia el Sur y el Norte, de anarquía, hasta que
reine otra vez una casa imperial que reunifique el territorio.
Quien cumplirá este papel será la dinastía
Sui (581/ 618). La sucederá la dinastía Tang (618/
907), época en la cual China transita un gran desarrollo:
exporta su modelo a
Asia (comienza
a aplicarse su modelo de organización nacional), ocupa
toda China y Corea. De la apertura exterior China recibe el
budismo. Aumentan
los impuestos para poder
financiar estos emprendimientos, lo que provoca levantamientos
apoyados por la clase
religiosa, además de los señores
feudales.
A este período le sigue el de las cinco
dinastías en el Norte y diez reinos en el sur. Es un
período de anarquía y de luchas regionales. La
unidad es recuperada precariamente por la dinastía Song
(960/1279). Bajo esta dinastía se vislumbra un crecimiento
material en las ciudades, un aumento de recursos
provenientes del auge del comercio
internacional. Crece en número e importancia la
burocracia al interior del gobierno nacional. El soporte
intelectual de esta dinastía es el
neoconfucionismo. Ante la incapacidad del régimen
Song de gobernar una nación
tan grande (cuya población había crecido mucho) y la
presencia cada vez más amenazante del gobierno mongol en
el Norte, cae esta dinastía.
Los mongoles o dinastía Yuan
–dinastía extranjera– (1279/ 1368) pronto
ocupan todo el territorio Chino. La cabeza imperial la sucedieron
diversos emperadores mongoles (Gengis Khan, Ogodai, Kublai, entre
otros), y los administradores también fueron
predominantemente no chinos. Así, la burocracia letrada
fue eliminada, lo que contribuyó a hacer impopular al
régimen. La religión predominante
entre los mongoles era el lamaísmo; el
confucianismo fue equiparado a las demás religiones.
Era un régimen absolutista, había mucha censura. En
el pueblo chino los mongoles eran vistos como explotadores y un
gran odio hacia ellos no tardó en aparecer. La no
comprensión de cómo gobernar al pueblo; un gobierno
militar interesado sólo en recaudar dinero entre
el pueblo sojuzgado y en extraer seda, oro, etc.,
además de los trabajos forzados a los que se veía
la población y de sucesivas inflaciones, fueron factores
que influyeron en los levantamientos que hubo, no exclusivamente
contra los mongoles, sino contra la clase superior en su
conjunto.
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