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La ley del valor de Marx. Dinero, moneda y finanzas


Partes: 1, 2

    1. A modo de
      introducción
    2. El dinero
    3. Funciones
      del dinero
    4. El
      dinero como medio de circulación y el dinero como
      capital
    5. La
      transformación del dinero en capital
    6. El capital
      productor de interés
    7. Las
      sociedades anónimas y las acciones
    8. A modo de
      conclusión

    Rebelión (http://www.rebelion.org/)

    A modo de
    introducción

    El mercado
    financiero es el mundo de los bancos, de los
    créditos, de las hipotecas, de los
    pagarés, de las cuentas
    corrientes, etcétera. También es el mundo de la
    bolsa, de las acciones, de
    la deuda
    pública y en general de los títulos de valor. E
    igualmente es el mundo de los ahorradores y de los inversores, de
    las oligarquías financieras y de los enriquecimientos
    súbitos y desproporcionados. Es, por último, el
    mundo del dinero y de
    los intereses. Con la regionalización y globalización de las economías la
    oportunidad de captar ingentes ahorros para hacer inversiones
    lucrativas se ha multiplicado por mil. De ahí que
    también se haya multiplicado por mil la oportunidad de
    enriquecerse de manera desproporcionada. La izquierda radical no
    debe de estar en contra de todos estos mecanismos
    económicos, que son fruto de la evolución de las formas mercantiles, pero
    si debe de estar en contra de que estos mecanismos se empleen
    para que unos pocos se enriquezcan a costa del empobrecimiento de
    los muchos. Les pongo un ejemplo. Recientemente hemos tenido
    noticia de que Emilio Botín, director del Banco Santander
    Central Hispano, pagó a dos altos cargos la cantidad de
    150 millones de euros en concepto de
    jubilación.

    Si suponemos que un obrero medio gana al año
    15.000 euros, los 150 millones de euros equivalen al trabajo de
    10.000 trabajadores durante 1 año. No cabe duda de que esa
    libertad
    mercantil que tienen los consejos de administración de las grandes empresas para
    jubilar a sus altos cargos con cuantías tan elevadas,
    supone la apropiación descarada de ingentes cantidades de
    trabajo ajeno. Hay que verlo así de claro: para pagar a
    esos dos altos cargos es necesario el trabajo de
    10.000 trabajadores durante 1 año o el trabajo de
    3.571.000 trabajadores durante un día. Decía Frey
    Betto, en un reciente artículo publicado en
    Rebelión, que las izquierdas deben estar unidas en
    torno a los
    derechos de los
    pobres. Estoy totalmente de acuerdo con esta premisa para la
    unidad de las izquierdas. Pero los derechos de los pobres no
    pueden ser defendidos si al tiempo no se
    lucha contra el derecho de las oligarquías financieras de
    apropiarse de cantidades ingentes de trabajo ajeno.

    El
    dinero

    La economía convencional
    razona más o menos así: "Pensemos que no existiera
    el dinero, que
    todos tuviéramos que intercambiar mercancías por
    mercancías. Nos encontraríamos entonces en la
    época del trueque directo. Supongamos ahora la existencia
    de un agricultor que produce manzanas. Como no existe el dinero
    todo lo tiene que comprar por medio de manzanas. Imaginemos ahora
    que quiere comprarse un coche. Como el coche vale doce mil euros
    y el kilo de manzana 1 euro, el agricultor debe entregarle al
    vendedor dos toneladas de manzanas a cambio del
    coche. Piensen ustedes qué puede hacer ahora el vendedor
    de coches con dos toneladas de manzanas. Y así
    ocurriría con todo, el transporte y
    el almacenamiento de
    los medios de pago
    serían muy costosos, pues toda mercancía
    sería medio de pago. Y la posibilidad de desprenderse de
    todos los medios de pagos acumulados en manos de los vendedores,
    como ocurría con el vendedor de coches, sería
    mínima. Es decir, la economía sería un
    tremendo desastre. De ahí que con la introducción del dinero, un medio de cambio
    manejable, transportable, divisible y almacenable, todos esos
    problemas
    quedaran solucionados. Por lo tanto, el dinero es un gran invento
    de los hombres mediante el cual se hace posible el intercambio de
    bienes. Si no
    existiera el dinero, muchos intercambios de mercancías no
    podrían realizarse, y así la economía se
    iría al garete". Reconoce también la
    economía convencional que en un tiempo el dinero era
    mercancía (ganado, aceite de
    oliva, cobre,
    hierro, plata,
    oro,
    etcétera), pero desde ese entonces hasta la llegada del
    dinero-papel no ve un largo proceso de
    evolución, sino que de golpe, como obra de una
    invención o ocurrencia, se pasó del trueque directo
    a la circulación de mercancías mediante el
    dinero.

    Marx procede en este terreno de modo distinto. Cuando
    analiza el trueque directo de mercancías descubre el
    dinero en forma germinal. Supongamos que se intercambian dos
    kilos de trigo por 1 metro de seda. Si preguntáramos
    cuánto cuestan los dos kilos de trigo,
    responderíamos que 1 metro de seda. Por lo tanto, en la
    relación de intercambio las dos mercancías no
    desempeñan el mismo papel: los dos kilos de trigo, que es
    la mercancía que expresa su valor o sobre la que
    preguntamos cuál es su valor, se encuentra en forma
    relativa de valor, mientras que 1 metro de seda, que es la
    mercancía que sirve de material de expresión del
    valor de los dos kilos de trigo, se encuentra en forma de
    equivalente. Ninguna mercancía puede expresar su valor en
    sí misma, necesita de otra mercancía para poderlo
    hacer. De ahí que de la mercancía que expresa su
    valor se diga que se encuentra en forma relativa de valor. Al
    principio cualquier mercancía servía de
    equivalente, pues todo el mundo utilizaba su propia
    mercancía como medio de cambio y usaba las otras como
    equivalentes particulares de la suya. En este estadio
    todavía no existía el dinero, el equivalente
    general, sino infinidad de equivalentes particulares, tantos como
    mercancías hubiera en el mercado. Hasta que llegó
    el momento en que todos los mercaderes expresaban el valor de sus
    mercancías en una y la misma mercancía. Y esta
    mercancía excluida, donde todas las mercancías
    expresaban su valor, se convirtió en dinero. El dinero es
    el equivalente general, la mercancía donde el resto de las
    mercancías expresan su valor, el espejo donde todas las
    mercancías reflejan su igualdad y su
    proporcionalidad cuantitativa.

    Marx expone cómo la mercancía se
    transforma en dinero, mientras que la economía
    convencional deja de lado este problema. Marx reconoce que
    el dinero es la forma acabada del valor, mientras que la
    economía convencional procura evitar hablar del valor
    cuando habla del dinero o sólo reconoce el valor como
    valor de cambio. Niega que las mercancías tengan un valor
    intrínseco, o admitiendo que las mercancías tengan
    un valor intrínseco lo escamotean mediante el valor de
    uso.

    Del dinero, por medio de Marx, llegamos al valor. Y
    desde el valor, por medio de Marx, llegamos a la sustancia del
    valor: al trabajo humano abstracto o al gasto de fuerza de
    trabajo humana. Y eso es lo que hay que ver en el dinero, ya sea
    el dinero mercancía o el dinero papel, trabajo, gasto de
    fuerza de trabajo. Sin embargo, la economía convencional
    no le da al valor ninguna sustantividad frente al valor de uso, o
    esconde el valor por medio del valor de uso. Escuchemos a
    Samuelson y Nordhaus en su libro
    Economía, en la página 465, donde
    refiriéndose a la época en que el dinero era un
    valor de uso determinado, ganado, plata, oro, etcétera,
    dicen lo siguiente: "Estos tipos de dinero tenían un valor
    intrínseco, lo cual quiere decir que tenían un
    valor de uso en sí mismos". Analicemos este juicio.
    ¿Por qué tiene el ganado, por ejemplo, un valor
    intrínseco? Responden Samuelson y Nordhaus: Porque tiene
    un valor de uso en sí mismo. Esto es como si a un
    religioso le preguntáramos por qué un hombre tiene
    alma, y
    respondiera: porque tiene cuerpo. Marx responde a esa pregunta de
    otro modo: el ganado tiene valor porque en él se ha
    gastado fuerza de trabajo humana. Aquel es el modo mediante el
    cual el economista convencional, esto es, el economista
    burgués, oculta el valor mediante el valor de uso. La
    lluvia, por ejemplo, es un valor de uso pero carece de valor.
    ¿Y por qué carece de valor? Porque no es obra del
    trabajo humano. Así que una cosa puede ser valor de uso
    sin ser valor. Resumamos la posición marxista sobre el
    dinero: en el dinero debemos ver la forma acabada del valor, y en
    el valor su sustancia: el trabajo humano abstracto. Mientras que
    la economía convencional oculta el valor por medio del
    valor de uso o formula la naturaleza del
    valor en términos de valor de uso.

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