- El movimiento
Barroco - Johannes Vermeer
(1632-1675) - Análisis de
"El pintor en su
taller" - El Realismo
pictórico - Gustave
Courbet (1819-1877) - Análisis de
"El Estudio" - Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
A partir de El pintor en su taller y El Estudio,
se pretende mostrar y dar a conocer principales diferencias y
similitudes entre dos importantes pintores de diferentes
épocas, que son Jan Vermeer y Gustave Courbet. Ambos se
retratan a ellos mismos en su taller trabajando en sus tareas de
pintor. A su vez realizaron distintas obras donde también
expresaron vastamente sus ideas y pensamientos.
Vermeer era holandés y desarrolló su
actividad pictórica durante el siglo XVII, en pleno
período del Barroco
Centroeuropeo. Courbet, francés, desarrolló su
actividad como pintor durante el siglo XIX ya en el
período del Realismo.
El
movimiento
Barroco
El Barroco es un movimiento cultural o período
del arte que
apareció en el año 1600, aproximadamente, y que
llegó hasta el 1750. El término barroco surge
originariamente con un significado peyorativo, a través de
los siglos XVIII y XIX se usa como sinónimo de recargado,
desmesurado, irracional, hasta la revaloración del
término. El período Barroco se ubica entre los
períodos Manierista y Rococó (Aunque algunas
definiciones llegan a incluir a ambos movimientos como parte del
barroco y por ende lo sitúan entre el arte del Renacimiento y el
neoclásico), en un tiempo en el
cual la Iglesia
Católica tuvo que reaccionar contra numerosos movimientos
revolucionarios culturales que produjeron una nueva ciencia y
nuevas formas de religión
(Reforma).
Durante el Barroco la pintura
adquiere un papel prioritario dentro de las manifestaciones
artísticas. Siendo la expresión más
característica del peso de la religión en los
países católicos y del gusto burgués en los
países protestantes.
Se desarrollan nuevos géneros como los bodegones,
paisajes, retratos, cuadros de género o
costumbristas, así como se enriquece la iconografía
de asunto religioso. Existe una tendencia y una búsqueda
del realismo que se conjuga con lo teatral y lo
efectista.
El color, la
luz y el
movimiento, son los elementos que definen la forma
pictórica.
Mientras que la dinámica del espacio, la visión de
las escenas en profundidad, la estructuración de las
composiciones mediante diagonales y la distribución de manchas de luz y de color,
configuran el espacio como algo dinámico, donde los
contornos se diluyen y las figuras pierden relevancia frente a la
unidad de la escena.
Johannes Vermeer (1632-1675).
Vida:
Se sabe relativamente poco acerca de la vida de Vermeer.
Nació en Delft (Holanda) y permaneció allí
toda su vida. Es, después de Rembrandt, el más
famoso pintor holandés del siglo XVII, un periodo que es
conocido como la edad de oro de
Holanda, por sus asombrosas realizaciones artísticas y
culturales.
Fue síndico de la cofradía de San Lucas en
Delft, su ciudad natal.
Su obra es escasa: treinta y cuatro cuadros de escenas
de interior .Vermeer se destacaba en la restitución de la
luz, de la textura, de la perspectiva (quizás empleaba
la cámara oscura) y de
los colores
trasparentes. Cuidaba la armonía de los colores. En sus
obras se puede sentir el silencio de los personajes en algunos
momentos íntimos de sus vidas. Se interesó por
todas las capas de la sociedad con
igual esmero, desde el retrato de una simple lechera trabajando a
las obras en las que muestra el lujo y
esplendor de los ricos burgueses de la época en sus
espaciosas casas, por tanto su pintura nos revela muchos aspectos
de la vida de esta época. En su obra se pueden encontrar
connotaciones religiosas y científicas.
Alcanzó cierta fama en su ciudad de Delft como
pintor innovador y como experto en cuadros. En 1672 fue convocado
a La
Haya para hacer una peritación sobre una
colección de telas vendidas a Federico Guillermo, gran
elector de Brandemburgo.
Se casó en 1653 con Catharina Bolnes, hija de
Maria Thins (de familia
adinerada), que disponía de buenos ingresos. Sin
embargo las
Provincias Unidas fueron invadidas por
Francia y
luego Inglaterra les
declaró la guerra, lo que
repercutió negativamente en el mercado del arte
en general, y en las finanzas de
los Vermeer en particular, ya que tenían once
hijos.
Se supone que se perdieron algunas de sus obras porque
en más de una ocasión tuvo que entregarlas para
pagar sus deudas a los tenderos. Jan Vermeer murió pobre,
y su mujer tuvo que
vender sus cuadros al ayuntamiento para sobrevivir y mantener a
sus ocho hijos todavía menores. La familia
acudió a los tribunales para impedir la subasta de El
pintor en su taller.
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