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Calígula: Una vida entre los Caprichos, la Desfachatez y la Locura



  1. Familia y primeros
    años
  2. Juventud
  3. Emperador
  4. Enfermedad,
    conspiraciones y cambio de actitud
  5. Reformas
    públicas
  6. Crisis económica y
    hambruna
  7. Urbanismo
  8. Calígula vs
    Senado
  9. Guerra en el
    Oeste
  10. Calígula el
    dios
  11. Política en el
    Este
  12. Escándalos y
    Calificativos
  13. Asesinato y
    consecuencias
  14. Salud

Cayo Julio César Augusto Germánico,
en latín Gaius Julius Caesar Augustus
Germanicus
(31 de agosto de 12 – 24 de enero de 41),
también conocido como Cayo César o
Calígula, fue emperador romano desde el 16 de marzo
de 37 hasta su asesinato, el 24 de enero de 41. Fue el tercer
emperador del Imperio romano y miembro de la dinastía
Julio-Claudia
, instituida por Augusto.

Era hijo de Germánico, quien a su vez era hijo
adoptivo del emperador Tiberio. Germánico es considerado
como uno de los más grandes generales de la historia de
Roma. La madre de Calígula era Agripina. De niño
acompañó a su padre en sus expediciones militares
por Germania (14 – 16), donde se calzaba con las
cáligas de los legionarios, quienes le dieron el
sobrenombre afectuoso de «Calígula»
(«botitas»). Tras la celebración en Roma del
triunfo de su padre, marchó con él a Oriente.
Germánico murió durante su estancia en
Antioquía, en el año 19. Después de enterrar
a su padre, Calígula regresó con su madre y sus
hermanos a Roma, donde la incomodidad que su presencia generaba
en el emperador degeneró en una enemistad, causante
probable de las extrañas muertes de una serie de parientes
del futuro emperador entre los que se contaban dos de sus
tíos. Sus relaciones con Tiberio parecieron mejorar cuando
éste se trasladó a Capri y fue nombrado
pontifex (sacerdote antiguo romano mayor). A su muerte
—el 16 de marzo de 37—, Tiberio ordenó que el
Imperio debía ser gobernado de forma conjunta por
Calígula y Tiberio Gemelo.

Tras deshacerse de Gemelo, el nuevo emperador
tomó las riendas del Imperio. Su administración
tuvo una época inicial marcada por una creciente
prosperidad y una gestión impecable; no obstante, una
grave enfermedad que sufrió el emperador marcó un
punto de inflexión en su modo de reinar. A pesar de que
una serie de errores en su administración habían
derivado en una crisis económica y en una hambruna,
emprendió un conjunto de reformas públicas y
urbanísticas que acabaron por vaciar el tesoro. Acuciado
por las deudas, puso en marcha una serie de medidas desesperadas
para restablecer las finanzas imperiales, entre las que
destacó la de pedir dinero a la plebe.

En el plano internacional, su reinado se
caracterizó por la anexión de la provincia de
Mauritania, a cuyo monarca asesinó en una de sus visitas a
Roma, por el fracaso en la conquista de Britania y por tensiones
que azotaron las provincias orientales del Imperio. En Oriente,
dio muestras del valor de su amistad con la concesión de
los territorios de Batanea y Traconítide a su amigo
Herodes Agripa, y de su megalomanía al ordenar que se
erigiera una estatua en su honor en el Templo de
Jerusalén
; mientras que en Occidente las dio de su
demencia al pedir a su ejército que en vez de atacar a las
tribus britanas se pusiera a recoger conchas, el tributo que
según él esas aguas le debían a la Colina
Capitolina y al Monte Palatino.

Según determinados historiadores, en sus
últimos años de vida estuvo envuelto en una serie
de escándalos entre los que destacan mantener relaciones
incestuosas con sus hermanas e incluso obligarlas a prostituirse.
El 24 de enero de 41, fue asesinado por los ejecutores de una
conspiración integrada por pretorianos y senadores, y
liderados por su praefectus, Casio Querea. El deseo de
algunos conspiradores de restaurar la República se vio
frustrado cuando los pretorianos declararon emperador al
tío de Calígula, Claudio, el mismo día del
asesinato. Una de las primeras acciones de Claudio como emperador
fue ordenar la ejecución de los asesinos de su
sobrino.

Existen pocas fuentes supervivientes que describan su reinado,
ninguna de las cuales lo refiere de manera favorable; por el
contrario, las fuentes se centran en su crueldad, extravagancia y
perversidad sexual, presentándole como un tirano demente.
Aunque la fiabilidad de estas fuentes es difícil de
evaluar, de acuerdo con lo que se conoce a ciencia cierta acerca
de su reinado, trabajó incansablemente a fin de aumentar
la autoridad del princeps("primer ciudadano" fue un
título de la primera etapa del Imperio romano,
Principado); teniendo que hacer frente a varias conspiraciones
surgidas con el objeto de derrocarle y luchando a fin de reducir
la influencia del Senado, aplastando la oposición que este
órgano legislativo continuaba ejerciendo. Se
convirtió en el primer emperador en presentarse ante el
pueblo como un dios.

Familia y primeros
años

Nacido con el nombre de Cayo Julio César
Germánico
el 31 de agosto de 12 en las inmediaciones
de Anzio, Calígula era el tercero de los seis hijos
supervivientes del matrimonio entre Germánico y Agripina
la Mayor. Sus hermanos fueron Nerón y Druso, y sus
hermanas Julia Livilla, Drusilla y Agripinilla. Por parte de su
padre era sobrino del futuro emperador Claudio. Germánico,
su padre, era un importante miembro de la dinastía
Julio-Claudia
; y hoy en día es considerado como uno
de los más grandes generales del Imperio romano. Era hijo
de Nerón Claudio Druso y Antonia la Menor, nieto de
Tiberio Claudio Nerón y Livia; y sobrino nieto e hijo
adoptivo de Augusto.

Agripina, su madre, era hija de Marco Vipsanio Agripa y Julia
la Mayor, y nieta de Augusto y Escribonia.

Juventud

Durante su infancia (con sólo dos o tres
años) acompañó a su padre en las
campañas que éste lideró al Norte de
Germania; convirtiéndose en la mascota del
ejército. A los soldados les divertía el hecho de
que fuera vestido con un uniforme militar en miniatura que
incluía botas y armadura, y por ello le dieron el
cariñoso apodo de «Calígula»
(«Botita»). Según Séneca, siendo ya
emperador odiaba este apodo.

Cuando tenía siete años
acompañó a Germánico a una legación
en Siria. Durante dicho viaje murió su padre, el 10 de
octubre de 19. Según Suetonio, Germánico fue
envenenado a través de un agente contratado por Tiberio,
que veía al general como un peligroso rival
político, pero, a través de Tácito, y por un
importante documento epigráfico, se conocen los detalles
del proceso, condena y suicidio del principal instigador, un
senador amigo íntimo de Tiberio.

Tras la muerte de su padre, tuvo que consolarse
dedicándose a su caballo, al que posteriormente
llegó a otorgar un cargo político, y se
trasladó a vivir a Roma con su madre hasta que las
relaciones entre ella y Tiberio se deterioraron. El emperador no
podía permitir que Agripina se casara, por miedo a que su
marido se convirtiera en un posible adversario político, y
ella y Nerón César fueron exiliados en el
año 29 bajo cargos de traición. Se envió a
Calígula, que por esa época era un adolescente, a
vivir con su bisabuela y madre de Tiberio, Livia. Tras la muerte
de Livia, fue acogido por su abuela Antonia. En 30 Druso
César fue encarcelado y Nerón César
murió en el exilio, no se sabe si por inanición o
suicidio. Suetonio escribe que tras el destierro de su madre y
sus hermanos, él y sus hermanas quedaron poco más
que como prisioneros de Tiberio, sometiéndoseles a una
estrecha vigilancia por parte de los soldados
imperiales.

En el año 31 Calígula pasó a formar
parte del séquito de acompañantes de Tiberio en
Capri, donde el joven permaneció durante seis años.
Para sorpresa de la mayoría, se reconcilió con el
emperador. Según ciertos historiadores era un excelente
actor que, viendo el peligro, decidió esconder el
resentimiento que albergaba hacia Tiberio. Un observador dijo de
Calígula: "Nunca hubo aquí un mejor sirviente o un
peor maestro".

En 33, Tiberio le concedió el cargo de cuestor,
puesto que conservó hasta su nombramiento como emperador.
Por esa época fallecieron en prisión Agripina y
Druso, su madre y hermano. Tiberio contrajo matrimonio con Junia
Claudilla. Dicho matrimonio terminó con la muerte de Junia
durante un parto al año siguiente. Se hizo amigo del
praefectus, Sutorio Macro, quien resultó ser un
importante aliado. Incitado por Calígula, Macro
habló bien a Tiberio acerca de su amigo a fin de que el
emperador no albergara hacia el hijo de su viejo rival ninguna
sospecha.

En 35, Calígula y Tiberio Gemelo fueron nombrados
herederos del trono.

Emperador

Inicio de su reinado

Cuando Tiberio falleció el 16 de marzo de 37, su
posición y títulos adquiridos tales como
princeps fueron transferidos a Calígula y al
nieto de Tiberio, Gemelo. A pesar de que Tiberio tenía a
su muerte 77 años, algunos historiadores mantienen que fue
asesinado. Tácito escribe que el praefectus Macro
asfixió con una almohada al emperador a fin de garantizar
el ascenso de Calígula; Suetonio afirma incluso que el
joven heredero pudo haber sido el autor material del asesinato.
Por su parte, Filón y Josefo registran que Tiberio
falleció por muerte natural. Respaldado por Macro,
Calígula fue nombrado emperador en solitario al anularse
el testamento de Tiberio alegando demencia de éste al
otorgarlo.

Calígula aceptó todos los poderes del
Principado que le confirió el Senado Romano y, cuando
entró en Roma el 28 de marzo, fue recibido por una gran
multitud que lo aclamó entre otros con los apodos de
«nuestro bebé» y «nuestra
estrella». Se le describe como el primer emperador que en
el momento de su ascensión era admirado en todo el mundo.
Este amor se debía a que era el hijo del finado
Germánico, muy amado por la plebe, así como el
sucesor de Tiberio, cuya época final en el trono
había sido terrible para el pueblo romano. Según
Suetonio se sacrificaron cerca de 160.000 animales en su honor
durante los tres primeros meses de su reinado. Según
Filón, los primeros siete meses del reinado de
Calígula fueron los más felices que había
experimentado el Imperio en mucho tiempo.

Los primeros actos de Calígula como emperador
fueron generosos con el pueblo y el ejército aunque,
según Dion Casio, en muchos casos se habrían debido
a simples intereses políticos: El emperador
concedió a la Guardia Pretoriana y a las tropas urbanas y
fronterizas una generosa recompensa por los servicios prestados,
a fin de ganarse el apoyo del ejército. Destruyó
los documentos en los que habían quedado registrados los
nombres de los acusados de traición durante el mandato de
Tiberio, declaró que los juicios por traición eran
cosa del pasado y llamó a Roma a los exiliados.
Ayudó a los afectados por el sistema imperial de
impuestos, desterró a los delincuentes sexuales y
celebró lujosos espectáculos, tales como combates
de gladiadores, ganándose así el apoyo del pueblo.
También recogió los cadáveres de su madre y
sus hermanos y los depositó en el Ara
Pacis
.

Enfermedad,
conspiraciones y
cambio de actitud

Haciendo realidad un auspicio formulado a principios de
su reinado, Calígula cayó gravemente enfermo en
octubre de 37. Esta enfermedad es descrita principalmente por el
historiador Filón, aunque Dion Casio también la
menciona brevemente en su obra. Según Filón su
enfermedad se debía a que Calígula, tras
convertirse en emperador, se hizo demasiado amigo de los excesos.
El Imperio se paralizó cuando recibió la noticia;
pues su joven monarca les había llevado a un periodo de
prosperidad que decían equiparable al de Augusto. Aunque
Calígula logró recuperarse por completo de esta
enfermedad, el haber estado tan cerca de la muerte marcó
un punto de inflexión en su modo de reinar, tal y como
indica Josefo.

Tras haber recobrado la salud, Calígula
ordenó asesinar a varias personas que habían
prometido sus vidas a los dioses si el emperador se recuperaba.
Forzó a cometer suicidio a aquellos exiliados durante su
reinado: su mujer; su suegro, Marco Silano; y su primo, Tiberio
Gemelo.

Filón escribe que Gemelo instigó una
conspiración contra Calígula mientras el emperador
estaba enfermo. Antes de suicidarse, Silano fue juzgado por
Calígula pues Julio Greciano, el encargado de ajusticiarle
en un primer momento, se negó, siendo ejecutado por ello.
Suetonio cree que dichos complots eran pura imaginación
del emperador.

Reformas
públicas

En 38, la administración de Calígula
centró su atención en las reformas públicas
y políticas que necesitaba el Imperio. Se publicó
un documento con los registros de los gastos que había
realizado el emperador, algo nunca hecho durante el reinado de
Tiberio; se ayudó a los afectados por los incendios; se
abolieron ciertos impuestos; y se impulsaron los
espectáculos deportivos. También se admitió
a nuevos miembros en los órdenes senatorial y
ecuestre.

Quizá lo más significativo de este periodo
sea la reanudación de las elecciones democráticas.
Dion Casio dijo de esta decisión del emperador
que:

aunque hizo las delicias de la plebe, no era un acto
sensato, pues las oficinas volverían a caer una vez
más en manos de muchos, haciendo que los fondos se
emplearan para fines privados en lugar de para obtener ingresos,
de lo que derivarían muchos desastres.

Durante este mismo año Calígula fue
duramente criticado por ordenar ejecuciones sin juicio previo. La
más significativa fue la del ex prefecto del pretorio
Sutorio Macro, a quien en muchos sentidos Calígula
debía el trono.

Crisis
económica y hambruna

Según Dion Casio, el Imperio tuvo que hacer
frente a una grave crisis económica en 39. Suetonio
establece el comienzo de dicha crisis en 38. La política
de Calígula, marcada por la generosidad y la
extravagancia, agotó las reservas financieras del Imperio.
Los historiadores antiguos afirman que Calígula
reaccionó acusando falsamente a algunos senadores y
caballeros para multarlos e incluso ejecutarlos con el
propósito de apoderarse de su patrimonio. Con el objeto de
hacer frente a la crisis, Calígula puso en marcha una
serie de medidas desesperadas, algunas de las cuales son
descritas por los historiadores; como pedir dinero al pueblo en
los actos públicos. Estableció nuevos impuestos en
los juicios, bodas y prostíbulos, y organizó
subastas de venta de gladiadores en los espectáculos. Los
testamentos de ciudadanos romanos que habían dejado sus
bienes a Tiberio fueron reinterpretados a fin de que
Calígula recibiera dichos bienes. Se obligó a los
centuriones que habían adquirido propiedades durante
saqueos a devolver su botín al Erario, y los oficiales
responsables de cobrar los impuestos relativos al uso de calzadas
fueron acusados de incompetencia y malversación, y
multados duramente.

Quizás fuera esta crisis económica la
causante de una breve hambruna de dimensiones desconocidas hasta
el momento que azotó el Imperio por esa época,
aunque los historiadores clásicos difieren en sus
opiniones: Según Suetonio, se debía a que
Calígula confiscó la mayoría de carruajes
públicos. Según Séneca, el motivo fue que
Calígula impidió el uso de barcos para el
transporte de cereales para utilizarlos como puente
flotante.

Urbanismo

A pesar de la crisis económica, Calígula
llevó a cabo numerosos proyectos de construcción
durante su reinado. Algunos de estos edificios eran
públicos, pero la mayoría se erigieron con un fin
privado.

Según Josefo, los proyectos más
importantes que se realizaron durante el reinado de
Calígula fueron las ampliaciones de los puertos de Regium
y Sicilia. Tras llevarse a cabo dichas obras fue posible aumentar
el volumen de cereales embarcados desde Egipto. Estas reformas
tal vez se realizaron en respuesta al episodio de
hambruna.

Se completaron el Templo de Augusto y el
Teatro de Pompeyo, se inició la
construcción de un anfiteatro en las inmediaciones de la
Saepta, y se reformó el Palacio
Imperial
. Se empezaron a construir el Aqua Claudia
y el Anio Novus, acueductos que Plinio el Viejo
consideraba maravillas de la ingeniería. Se erigió
un gran circo, conocido como el Circo de Cayo y
Nerón
. Para decorar este edificio, se
transportó un gran obelisco desde la provincia de Egipto,
el actual Obelisco Vaticano, que se erigió en su
centro. En Siracusa, se repararon las murallas y los templos de
la ciudad. Se construyeron nuevas carreteras y se repararon las
antiguas. El emperador también planeaba reconstruir el
palacio de Polícrates de Samos, terminar el Templo de
Apolo Didimeo en Éfeso y fundar una ciudad en la cima de
los Alpes. Sin embargo, el más ambicioso de los proyectos
que Calígula quiso llevar a cabo fue el de excavar un
canal a través del Istmo de Corinto, en la entonces
provincia romana de Acaya (actualmente Grecia).

En 39, Calígula llevó a cabo un
espectacular trabajo de ingeniería; construyó un
puente flotante temporal que conectaba los puertos de Baiae y
Puteoli empleando barcos. Se ha escrito que este puente
rivalizaba con el que levantó el Rey Persa Jerjes I a fin
de cruzar el Helesponto. Calígula, que no sabía
nadar, atravesó el río a lomos de su caballo,
Incitato, y portando la armadura de Alejandro Magno. Es probable
que el emperador realizara esto a fin de cumplir la
predicción de Tiberio Claudio Trasilo, que había
dicho que nadie tenía más posibilidades de
convertirse en emperador que aquel que cruzara a caballo la
Bahía de Baiae.

Ordenó la construcción de dos enormes
embarcaciones, las cuales han sido encontradas en las
profundidades del Lago de Nemi, al sur de Roma. Estos dos barcos
figuran entre los más grandes del mundo antiguo; el menor
de ellos fue construido con el fin de albergar un templo
consagrado a Diana, mientras que el mayor era en esencia un
palacio flotante para el emperador, con suelos de mármol y
su propio sistema de cañerías.

Calígula vs
Senado

En 39, las relaciones entre Calígula y el Senado
se deterioraron gravemente. Aunque se desconoce cuál fue
el origen de esta disputa, se sabe que hubo una serie de factores
que la agravaron en gran medida. Desde que Tiberio se
retiró a Capri en 26, el Senado se había
acostumbrado a tomar sus propias decisiones; pero el ascenso al
trono de Calígula alteró este hecho. Además,
los juicios por traición de Tiberio eliminaron a un gran
número de senadores partidarios de la dinastía
Julio-Claudia
, tales como Asinio Galo.

Calígula revisó los casos de los acusados
por traición durante el reinado de Tiberio, y en base a
los documentos decidió que muchos senadores no eran dignos
de confianza. Dichos hombres fueron investigados, y en muchos
casos juzgados. Como resultado, el emperador reemplazó al
cónsul y ejecutó a varios senadores. Suetonio
escribe que Calígula denigró gravemente a varios
senadores al obligarles a esperarle y después a correr
detrás de su carro.

Tras el deterioro de sus relaciones con el Senado,
Calígula tuvo que hacer frente a un gran número de
conspiraciones instigadas con el fin de derrocarle. A finales de
39, el emperador descubrió un complot en el que se vio
envuelto su cuñado, Marco Emilio Lépido. Poco
después hizo ejecutar al gobernador de Germania, Cneo
Cornelio Léntulo Getúlico, acusándolo de
formar parte de otra conspiración.

Guerra en el
Oeste

Militarmente, el reinado de Calígula estuvo
marcado por la expansión de las fronteras del Imperio a
través de la anexión de la provincia de Mauritania
y por el inicio de los preparativos para la conquista de la isla
de Britania.

Mauritania era un reino cliente de Roma gobernado por
Ptolomeo de Mauritania, al que el emperador ordenó
ejecutar durante una de sus visitas a Roma. Tras la muerte de su
gobernante, los territorios que conformaban el reino fueron
anexados al Imperio y divididos en dos provincias independientes.
El descontento surgido entre los habitantes de las dos nuevas
provincias derivó en una importante revuelta, a la que
puso fin la administración de Claudio. Dion Casio
escribió un capítulo entero acerca de la
anexión de Mauritania, el cual se ha perdido.

El emperador planificó una campaña contra
los britanos en 40, pero su ejecución fue realmente
extraña: según lo que escribe Suetonio en su obra
Las vidas de los doce césares, el emperador
dispuso a sus tropas en formación de batalla a lo largo
del Canal de la Mancha y les ordenó que atacaran
permaneciendo en el agua. Posteriormente ordenó que los
soldados debían recoger conchas del agua como «el
tributo que el océano debía a la Colina Capitolina
y al Monte Palatino», pero esto ha sido puesto en duda en
los últimos años por arqueólogos que al
examinar los anillos de los troncos de la cadena de cuarteles
romanos en el Rin (dendrocronología) se descubrió
que Calígula planeó la invasión a Britania
antes que Claudio, pero no la completó por motivos
desconocidos y luego Claudio usó estos para invadir
Britania. Debido a la práctica ausencia de fuentes, lo que
ocurrió allí es motivo de debate incluso entre los
escritores contemporáneos más conocedores del
tema.

Los historiadores modernos han elaborado un gran
número de teorías, en un intento de explicar estas
acciones. La más factible es que la expedición
hubiera sido concebida como una simple misión de
exploración y reconocimiento del terreno, o con el
objetivo de aceptar la rendición del cacique britano
Adminio. También existe la posibilidad de que los antiguos
historiadores se refirieran a estas «conchas» en
sentido metafórico, queriendo referirse a los genitales
femeninos (es probable que las tropas visitaran
prostíbulos), o a la captura de barcos britanos de
pequeño tamaño. En la acuñación de
monedas, el emperador mistificó sus logros
militares.

Calígula el
dios

En 40, Calígula desarrolló una serie de
políticas muy controvertidas que hicieron de la
religión un importante elemento de su papel
político. El emperador comenzó a realizar sus
apariciones públicas vestido de dios y semidiós,
como Hércules, Mercurio, Venus y Apolo. Se refería
a sí mismo como un dios cuando comparecía ante los
senadores, y en ocasiones aparecía en los documentos
públicos con el nombre de Júpiter. Se erigió
tres templos a sí mismo; dos en Roma y uno en Mileto, en
la provincia de Asia. En el Foro, el Templo de Cástor
y Pólux
fue vinculado directamente a la residencia
imperial en el Palatino y dedicado a Calígula. Fue por
esta época cuando empezó a aparecer como un dios
ante la plebe.

La política religiosa de Calígula
rompía totalmente con la de sus predecesores. Según
Dion Casio, los emperadores vivos podían ser adorados en
el Este, mientras que los emperadores muertos lo podían
ser en Roma. Augusto incluso escribió una obra acerca de
su espíritu, aunque Dión considera este acto como
una medida extrema que los emperadores preferían eludir.
Calígula fue mucho más allá al obligar al
Senado y al pueblo a rendirle culto en vida.

Política en el
Este

Durante su reinado, Calígula tuvo que hacer
frente a una serie de revueltas y conspiraciones con origen en
las provincias orientales. El emperador recibió para esta
tarea la ayuda de su amigo Herodes Agripa, a quien
convirtió en gobernador de los territorios de Batanea y
Traconítide.

Esta difícil situación en el Este estaba
motivada por la conjunción de tres factores: la
difusión de la cultura griega, la ley romana y los
derechos de los judíos.

Para empeorar las cosas, el praefectus de
Egipto, Aulo Avilio Flaco, no era hombre de confianza del
emperador. Flaco había sido fiel a Tiberio, había
conspirado contra la madre de Calígula y contaba con
conexiones con los egipcios separatistas. En 38, el emperador
decidió vigilar más de cerca a Flaco, para lo que
envió a Herodes Agripa a Alejandría sin previo
aviso. Según Filón, la visita fue recibida con
protestas por la comunidad griega, que creía que Herodes
Agripa quería proclamarse rey de los judíos. Flaco
trató de contentar a los griegos y a Calígula al
levantar estatuas del emperador en las sinagogas de la
región. Como resultado, estallaron disturbios en la
ciudad, a lo que Calígula respondió relevando a
Flaco de su puesto y ejecutándolo.

En 39, Agripa acusó a Herodes Antipas, el
tetrarca de Galilea y Perea, de trazar una rebelión contra
el gobierno romano con el apoyo del Imperio Parto. Antipas
confesó y Calígula le exilió. Como
recompensa, Agripa recibió las provincias de Batanea y
Traconítide.

En 40 estallaron nuevos disturbios en Alejandría
que enfrentaron a griegos y judíos. Los judíos
fueron acusados de negarse a rendir culto al emperador, y ese
mismo año estallaron disturbios en la ciudad de Jamnia. El
motivo de la revuelta era el descontento que había
generado entre la población judía la
construcción de un altar. Las tensiones fueron en aumento
hasta que los dirigentes religiosos ordenaron destruirlo. En
represalia, Calígula ordenó el emplazamiento de una
gran estatua de sí mismo en el Templo de Jerusalén,
algo incompatible con el monoteísmo judío. Temiendo
que la orden del emperador provocara el estallido de una guerra
civil, el gobernador de Siria, Publio Petronio, retrasó
todo lo que pudo su ejecución. Finalmente, convencido por
Agripa, Calígula revocó dicha orden.

Escándalos y
Calificativos

Las fuentes supervivientes ofrecen un importante
número de historias acerca de Calígula que ilustran
su crueldad y su demencia.

Las fuentes contemporáneas, Filón de
Alejandría y Séneca el Joven, describen al
emperador como un demente irascible, caprichoso, derrochador y
enfermo sexual. Se le acusaba de alardear de acostarse con las
mujeres de sus súbditos, de matar por pura
diversión, de provocar una hambruna al gastar demasiado
dinero en la construcción de su puente, y de querer erigir
una estatua de sí mismo en el Templo de
Jerusalén
con el objeto de ser adorado por
todos.

Fuentes posteriores, entre las que destacan Suetonio y
Dion Casio, escribieron relatos que no hacen sino repetir los
hechos relatados por autores anteriores y añadir nuevas
historias de locura. Se acusó a Calígula de
mantener relaciones incestuosas con sus hermanas; Agripina la
Menor, Drusilla y Julia Livilla. También se dijo que las
obligó a prostituirse. Además, estos historiadores
le acusan de enviar a algunas tropas a efectuar ejercicios
militares absurdos, y de convertir el palacio en un burdel.
Probablemente la historia más famosa es la que cuenta que
el emperador quiso nombrar y nombró a su caballo,
Incitato, cónsul y sacerdote.

La validez de estas fuentes es cuestionable pues, en la
cultura política romana, la demencia y la
perversión sexual iban de la mano en las crónicas
que describían a los malos gobernantes.

Asesinato y
consecuencias

Las fuentes antiguas describen el reinado de
Calígula como un azote para las órdenes senatorial
y ecuestre. Según Josefo, las acciones del emperador
desencadenaron una serie de conspiraciones en su contra, hasta
que finalmente se llevó a cabo su asesinato; en el mismo,
se vieron envueltos los integrantes de la Guardia Pretoriana,
liderados por Casio Querea. Aunque el complot fue planeado
sólo por tres hombres, parece ser que muchos senadores,
soldados y équites estaban al tanto del mismo y en cierto
modo involucrados.

Según Josefo, las motivaciones de Querea para
cometer el asesinato eran puramente políticas. Suetonio
escribe que el motivo del asesinato fue que Calígula se
valía de nombres peyorativos para referirse a Querea, al
que consideraba un afeminado y un recaudador de impuestos
incompetente. Los motes más empleados por el emperador
para referirse al praefectus eran Príapo
y Venus.

El 24 de enero de 41, Querea y unos pretorianos
abordaron a Calígula mientras el emperador se
dirigía a un grupo de jóvenes actores que
participaban en unos juegos. Los detalles acerca de este suceso
varían ligeramente de un escritor a otro, pero todos
coinciden en que Querea fue el primero en apuñalar al
emperador, seguido por el resto de conspiradores. Suetonio
señala las similitudes entre el asesinato de
Calígula y el de Julio César. El historiador
escribe que el viejo Cayo Julio César (Julio César)
y el joven Cayo Julio César (Calígula) fueron
asesinados por 30 conspiradores liderados por un hombre llamado
Casio (Casio Longino y Casio Querea). Cuando los guardaespaldas
germanos del emperador se dieron cuenta de que Calígula
estaba siendo atacado, éste ya estaba muerto. Embargados
por la rabia y el dolor, los germanos respondieron asesinando a
conspiradores, senadores, transeúntes e inocentes por
igual.

El Senado trató de usar la muerte de
Calígula para restaurar la República y, por su
parte, Querea intentó convencer al ejército para
que apoyara a los senadores. No obstante, los militares
permanecieron leales a la figura del emperador, y la plebe
unánimemente pidió que los asesinos de
Calígula fueran llevados ante la justicia. Viéndose
sin apoyos, los asesinos apuñalaron a la mujer de
Calígula, Milonia Cesonia, y a su hija, Julia Drusilla, a
quien rompieron el cráneo al golpear su cabeza contra un
muro. Sin embargo, fueron incapaces de encontrar al tío de
Calígula, Claudio, que huyó de la ciudad. Tras
haberse asegurado el apoyo de la Guardia Pretoriana, Claudio fue
nombrado emperador y, nada más acceder al trono, el
tío de Calígula ordenó la ejecución
de los asesinos de su sobrino. Según Suetonio, el cuerpo
del emperador fue escondido hasta que sus hermanas pudieron
incinerarlo y sepultarlo. Permaneció en el Mausoleo de
Augusto
hasta que en 410, durante el saqueo de Roma, sus
cenizas fueron dispersadas.

Salud

Demencia

A excepción de Plinio el Viejo, todas las fuentes
supervivientes describen a Calígula como un loco. No
obstante, no se sabe si están hablando literal o
figuradamente. Además, es difícil separar la
realidad de la ficción teniendo en cuenta la impopularidad
del emperador entre los autores de las fuentes supervivientes.
Los historiadores modernos han tratado de atribuir una
razón médica a su inestable carácter,
alegando la posibilidad de que padeciera encefalitis, epilepsia o
hipertiroidismo; se habla de adiatrepsia, una palabra griega que
el emperador aplicó a fin de describir su propia
conducta.

Filón de Alejandría, Flavio Josefo y
Séneca el Joven describen a Calígula como un
demente, pero alegan que esta locura era resultado de la
experiencia de los años. Según Séneca, el
emperador se transformó en un hombre arrogante, iracundo y
grosero tras su ascenso al trono. Josefo piensa que fue el poder
el que hizo de Calígula un arrogante, llevándole a
creer que era un dios. Por su parte, Filón sostiene que su
personalidad experimentó un radical cambio cuando estuvo a
punto de morir de una enfermedad. Según Juvenal, el
emperador bebió una poción que le hizo volverse
loco.

Epilepsia

Suetonio escribe que Calígula padeció
epilepsia cuando era joven. Los historiadores modernos han
teorizado que el emperador vivía con un profundo y
continuo miedo a sufrir un ataque asociado a su enfermedad. A
pesar de que aprender a nadar era parte de la educación
imperial, el emperador no lo hizo, pues los epilépticos
pueden sufrir ataques causados por la luz que se refleja en el
agua. También se dijo de él que hablaba con la luna
llena, y la luna se relaciona en ocasiones con la
epilepsia.

Hipertiroidismo

Muchos historiadores han defendido que Calígula
padecía hipertiroidismo. Este diagnóstico se basa
en la irritabilidad y en la «mirada» del emperador,
descrita por Plinio el Viejo.

 

 

Autor:

Jorge Alberto Vilches Sánchez

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