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La filosofía antigua y filosofía medieval con la filosofía moderna




Enviado por carlos



  1. Filosofía antigua
  2. Filosofía Medieval
  3. Filosofía Moderna
  4. Filosofía
    contemporánea
  5. Filosofía postmoderna

Filosofía
antigua

Si hubiera que buscar un rasgo distintivo de la
filosofía antigua tendríamos que señalar,
probablemente, la preeminencia del objeto. En el punto de partida
de la reflexión filosófica se encuentra, desde
Tales de Mileto, la aceptación de que existe algún
tipo de realidad "objetiva" a la cual ha de ceñirse el
conocimiento. Dicha realidad puede consistir en un elemento
físico, material, como ocurre en la Escuela de Mileto y,
en general, entre todos los filósofos
presocráticos, (incluyendo el "número" de los
pitagóricos, quienes al parecer lo concebían como
una entidad material); o puede consistir en un elemento
inmaterial, como las Ideas de Platón.

En efecto, pero sea como fuere, la búsqueda del
"arjé", de la primera causa objetiva de la realidad,
determinará las subsiguientes interpretaciones de lo real.
Todos los demás problemas filosóficos
estarán, de alguna manera, subordinados a este. El cambio
de orientación en la investigación
filosófica que impondrán los sofistas, dirigiendo
sus investigaciones hacia al lenguaje, el ser humano y la
sociedad, no altera la predisposición a aceptar
"ingenuamente", como se ha señalado en numerosas
ocasiones, la existencia de una realidad objetiva, independiente
del ser humano que la piensa, y a la que ha de ceñirse
todo lo existente, incluido el pensamiento mismo. Sin duda
alguna, la historia de la Filosofía comienza con el
filósofo y matemático griego Tales de Mileto, en el
siglo VI a.C.

La primera etapa (Filosofía Antigua) abarca desde
el siglo VI a.C. hasta la irrupción del
cristianismo en el Imperio Romano —la cual, dado que fue
gradual y progresiva, no puede ser fechada de modo preciso, pero
se ubica entre los siglos II y IV—. Esta etapa se
caracterizó por la actitud de asombro de los pensadores
ante la Naturaleza. Los antiguos creían que el mundo
existía desde siempre y que tanto los dioses (inmortales)
como los hombres (mortales) formaban parte de él. Los dos
filósofos más destacados de esta época
fueron: Platón (427-347 a.C.) y Aristóteles
(384-322 a.C.). A ellos deben sumarse los
presocráticos (Heráclito, Parménides,
Pitágoras, etc.), el propio Sócrates, los sofistas
(Protágoras, Gorgias, etc.), los epicúreos y los
estoicos, entre otros.

Se puede decir, que la Filosofía, existían
influencias y relaciones de aprendizaje entre los pensadores, se
constituye así una tradición filosófica, la
primera fase se conoce como Pensadores Presocráticos, se
divide en tres periodos:

Período innovador: se proponen
tesis brillantes y audaces, no siempre sometidas a crítica
sobria.

Período de puesta a prueba: las
aspiraciones audaces se encuentran amenazadas por un enemigo
penetrante y afecto a la pura razón.

Período de consolidación:
los pensadores, sensibles a la fecundidad de las hipótesis
y al poder de la razón probaron edificar sistemas de
pensamiento apoyados en la imaginación y la experiencia.
Cabe decir, que estos pensadores buscaban describir y explicar el
mundo natural. Comprenden investigaciones como la
astronomía, meteorología, mineralogía,
botánica, zoología y antropología
(explicación de los aspectos sociales, culturales y
políticos de la vida humana). También estudian
problemas generales muy filosóficos, como la
explicación del comienzo del universo y su desarrollo, su
constitución fundamental, elementos y
principios.

Además, los presocráticos descubrieron la
idea misma de la ciencia y de la filosofía. Consideraron
al universo y la naturaleza de una manera racional, como un todo
ordenado y sistematizado cuya historia podía describirse y
explicarse y cuyas partes constitutivas podían estar
comprendidas en teorías sintéticas y sometidas a
ellas.

En esta filosofía, el universo no son caos: bajo
la pluralidad y capricho aparente de su estructura se oculta una
unidad fundamental. Además, la unidad de su estructura y
su regularidad no se explican por medio de una voluntad divina:
los physikoi no negaron la existencia de dioses pero los
transformaron, las funciones de las divinidades se naturalizaron
concebidas como acontecimientos internos de la naturaleza y no
como intervenciones externas de una fuerza divina. Al ser la
naturaleza una totalidad que manifiesta los caracteres de un
sistema, sus principios deben estar organizados de manera
sistemática e integrada. La naturaleza se nos muestra en
toda su pluralidad, pero sus elementos son poco numerosos;
más allá de la multiplicidad de acontecimientos se
hallan un pequeño número de principios de
movimiento y de modalidades de transformación. Asimismo,
los presocráticos crearon conceptos claves: concepto de
universo (kosmos), todo lo que existe. Kosmos: ordenar,
clasificar y también ornamento, decoración; el
universo debe ser una estructura ordenada (y como tal,
explicable) y decorada (elegante). En ese sentido, si la
filosofía antigua había tomado la realidad objetiva
como punto de partida de su reflexión filosófica, y
la medieval había tomado a Dios como referencia, la
filosofía moderna se asentará en el terreno de la
subjetividad. Las dudas planteadas sobre la posibilidad de un
conocimiento objetivo de la realidad, material o divina,
harán del problema del conocimiento el punto de partida de
la reflexión filosófica. Son muchos los
acontecimientos que tienen lugar al final de la Edad Media, tanto
de tipo social y político, como culturales y
filosóficos, que abrirán las puertas a la
modernidad, y que han sido profusamente estudiados.

En lo filosófico, el desarrollo del humanismo y
de la filosofía renacentista, junto con la
revolución copernicana, asociada al desarrollo de la Nueva
Ciencia, provocarán el derrumbe de una Escolástica
ya en crisis e impondrán nuevos esquemas conceptuales,
alejados de las viejas e infructuosas disputas
terminológicas que solían dirimirse a la luz de
algún argumento de autoridad, fuera platónica o
aristotélica. De las abadías y monasterios la
filosofía volverá a la ciudad; de la glosa y el
comentario, a la investigación; de la tutela de la fe, a
la independencia de la razón.

Filosofía
Medieval

Correspondiente a la segunda etapa (Filosofía
Medieval); se extiende desde que la cosmovisión cristiana
se impone en el ámbito cultural griego y romano hasta la
crisis de la humanidad europea en el siglo XVI. Se
caracteriza por la fe que, siendo compartida de modo casi
unánime, genera una nueva unidad en torno a la
temática y a los criterios desde los cuales abordarla. En
esta etapa se entiende que el único que existe por derecho
propio es Dios y que el mundo y los hombres somos porque Dios nos
da el ser. Hace su aparición (en la Filosofía) el
concepto de Creación. Los dos filósofos más
destacados de este período fueron: Agustín de
Hipona (354-430) y Tomás de Aquino (1225-1274). A ellos se
suman Boecio, Juan Escoto Eriúgena, Anselmo de Canterbury,
Buenaventura, Juan Duns Escoto y Guillermo de Ockam. Sin embargo,
a diferencia de lo que había ocurrido con la
filosofía griega, que había centrado su
reflexión en torno a la determinación del objeto,
la filosofía medieval centrará su interés en
Dios. La filosofía helenística había dado
una orientación práctica al saber,
dirigiéndolo hacia la felicidad del hombre. Es el caso del
estoicismo y del epicureísmo, que habían colocado a
la ética en el vértice del saber. A lo largo de los
primeros siglos de nuestra era, la progresiva expansión
del cristianismo y otras religiones mistéricas irá
provocando la aparición de otros modelos de felicidad o
"salvación individual", que competirán con los
modelos filosóficos. Frente a la inicial hostilidad hacia
la filosofía manifestada por algunos de los primeros
padres apologistas cristianos, sus continuadores
encontrarán en la filosofia, especialmente a partir del
desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento
útil, no sólo para combatir otras religiones o
sistemas filosóficos, sino también para comprender,
o intentar comprender, los misterios revelados.

Surge de ahí, una asociación entre
filosofía y cristianismo o, más en general, entre
filosofía y religión, que pondrá las bases
de la futura filosofía medieval, entre los cristianos, los
musulmanes y los judíos. El tema fundamental de
reflexión pasará a ser la divinidad, quedando
subordinada la comprensión e interpretación del
mundo, del hombre, de la sociedad, etc al conocimiento que se
pueda obtener de lo divino. La fe, que suministra las creencias a
las que no se puede renunciar, tratará de entrar en
diálogo con la razón. La inicial sumisión de
la razón exigida por la fe, dejará paso a una mayor
autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás
de Aquino, que conducirá, tras la crisis de la
Escolástica, a la reclamación de la independencia
de la razón con la que se iniciará la
filosofía moderna.

En cuanto a la filosofía Medieval, según
Carpio (1987), abarca desde El cristianismo se originó en
una remota provincia del Imperio Romano. Pero su vocación
misionera lo llevó a extenderse en poco tiempo por todo el
Imperio y más allá de él. Si bien en un
comienzo la mayor parte de los paganos que se convertían
al cristianismo era de nivel social bajo (muchos de ellos
esclavos), con el tiempo la nueva fe fue ganando seguidores
también entre la clase culta. De este modo se sentaron las
bases para el surgimiento una "Filosofía Cristiana", o
mejor, de un movimiento filosófico de raíz
cristiana que cobijaría distintas corrientes
filosóficas en su seno. Si bien muchos filósofos
modernos y contemporáneos fueron cristianos, la
Filosofía Moderna presenta diferencias tan importantes con
la Medieval que bien merece ser distinguida para su estudio. Se
suele señalar al Renacimiento como el momento en que
concluyó el período Medieval de la historia de la
Filosofía y comenzó la transición hacia la
Modernidad.

Filosofía
Moderna

Esta filosofía se corresponde a la tercera etapa
(Filosofía Moderna) comienza con el intento de
superación de la crisis de la cultura europea del
siglo XVI, llevada a cabo por Descartes, y culmina con la
muerte de Hegel, acaecida en 1831. La caracteriza la duda como
actitud desconfiada y exigente del filósofo que busca la
certeza. El centro de la atención lo ocupa el hombre, y
todos los demás temas pasan a ser secundarios respecto de
éste, ya que nada puede decirse de Dios o del mundo si no
se define antes con claridad qué es capaz de conocer el
hombre con seguridad. Sus figuras más destacadas fueron:
Kant (1724-1804) y Hegel (1770-1831). Además merecen ser
mencionados Descartes, Leibnitz, Hume, Spinoza, Fichte y
Schelling. Sin duda alguna, la filosofía moderna se
asentará en el terreno de la subjetividad. Las dudas
planteadas sobre la posibilidad de un conocimiento objetivo de la
realidad, material o divina, harán del problema del
conocimiento el punto de partida de la reflexión
filosófica.

Sin embargo, son muchos los acontecimientos que tienen
lugar al final de la Edad Media, tanto de tipo social y
político, como culturales y filosóficos, que
abrirán las puertas a la modernidad, y que han sido
profusamente estudiados. En lo filosófico, el desarrollo
del humanismo y de la filosofía renacentista, junto con la
revolución copernicana, asociada al desarrollo de la Nueva
Ciencia, provocarán el derrumbe de una Escolástica
ya en crisis e impondrán nuevos esquemas conceptuales,
alejados de las viejas e infructuosas disputas
terminológicas que solían dirimirse a la luz de
algún argumento de autoridad, fuera platónica o
aristotélica.

Se le atribuye a Descartes el padre de la
filosofía moderna. Descartes es un matemático
francés que vivió en la primera mitad del siglo
XVII, durante este siglo y el siglo XVIII se desarrolla en la
Europa continental un movimiento filosófico: el
racionalismo. Una de sus características es que enfatiza
sobre el problema del conocimiento: Razón y Método.
Descartes afirma que "todas las diversas ciencias no son otra
cosa que la sabiduría humana, la cual permanece una e
idéntica, aunque se aplique a diversos objetos". Las
distintas ciencias y los distintos saberes son, por tanto,
manifestaciones de un saber único. Esta concepción
unitaria del saber proviene, en ultimo termino, de una
concepción unitaria de la Razón, pues la
Razón, que es la fuente de todo conocimiento, es siempre
una y la misma. Descartes distingue dos operaciones de la
razón, q son otros tantos modos de
conocimiento:

La intuición, que es una
operación puramente intelectual, mediante la cual captamos
las "naturalezas simples" o conceptos q surgen en la propia
Razón de un modo tan claro y tan "distinto", q no dejan
lugar alguno para la duda. Intuiciones son q existo, q pienso, q
un triangulo esta limitado solo por tres lados, etc.

La deducción, q es la
"operación por la cual comprendemos todas las cosas q son
consecuencia de otras, conocidas por nosotros con toda
certeza".

El uso correcto de la razón es imprescindible
para alcanzar la verdad; de ahí la necesidad de un
método q posibilite el ejercicio de la intuición y
señale la manera adecuada de efectuar deducciones,
así como el orden a seguir en ellas. En el Discurso
Descartes sintetiza estas reglas en cuatro preceptos:

1. La evidencia como criterio de verdad:
"no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con
evidencia q lo es; es decir, evitar cuidadosamente la
precipitación y la prevención
(prejuicios).

2. El análisis: "dividir cada una
de las dificultades (problemas) q examinase en cuantas partes
fuese posible y necesario para resolverlas mejor".

3. La síntesis: "conducir
ordenadamente mi pensamiento, comenzando por los objetos mas
simples y fáciles de conocer, para ir ascendiendo
gradualmente hasta el conocimiento de los mas
complejos".

5. La enumeración: "hacer en todos los
casos unos recuentos y revisiones tan generales q estuviese
seguro de no omitir nada".

De allí pues, que Descartes comience ejercitando
la duda metódica, exigida por la primera de las reglas del
método, proponiéndose "rechazar como absolutamente
falso todo aquello q pudiera imaginar la menor duda". En primer
lugar, se debe dudar de todo lo q se ha aprendido por los
sentidos, ya q todos hemos comprobado q en ocasiones son
engañosos y "es prudente no confiar en nada q nos haya
engañado alguna vez".

Además, Descartes añade una segunda
razón más radical para dudar: la imposibilidad de
distinguir la vigilia del sueño, pues no se puede aportar
ninguna razón poderosa e incontestable q nos permita saber
con toda certeza si estamos dormidos o despiertos. Según
esto, podemos poner en duda todos los conocimientos que provienen
de la experiencia sensible, es decir podemos dudar de la
existencia del mundo y de las cosas (incluyendo nuestro propio
cuerpo).

Una vez establecida su propia existencia, Descartes se
dedica ahora a investigar cual es su naturaleza o esencia. Mi
existencia como sujeto pensante no es solamente la primera verdad
sino q es además el prototipo de toda verdad y certeza.
Para Descartes esta intuición es indudable por su claridad
y distinción. Por ello concluye: "todo cuanto perciba con
igual claridad y distinción será verdadero y
cierto".

En este mismo contexto, decía este
filósofo que las ideas son el objeto del pensamiento: el
yo q piensa, no piensa directamente sobre las cosas, cuya
existencia no nos consta en principio, sino sobre las ideas. Pero
si bien todas las ideas tienen en común ser actos mentales
y en cuanto a tales no hay diferencia entre ellas, se puede
distinguir diferentes tipos de ideas en función: (a) de su
origen y (b) de su contenido: Las diferencias entre las ideas
respecto a su origen permiten clasificarlas en tres
tipos:

1. Ideas adventicias: Son aquellas ideas
q se forman en la mente al conocer un objeto exterior, como la
idea de "hombre" o de "árbol". No son ideas claras y
distintas, porque parecen venir de la realidad exterior, cuya
existencia aun no nos consta.

2. Ideas facticias: Son aquellas ideas
que la mente elabora, por medio de la imaginación, a
partir de otras ideas, sin q haya en la realidad objeto alguno
que corresponda a ellas, como es el caso de la idea de centauro,
por ejemplo.

3. Ideas innatas: Son aquellas q el
pensamiento posee en si mismo, que están implantadas en la
mente por naturaleza, ya q no proceden de la experiencia externa,
ni son hechas por mi. Estas ideas son claras y distintas y se
pueden conocer intuitivamente. Entre estas ideas innatas
están las de Dios, de la mente (pensamiento) y de la
materia (extensión).

Descartes demuestra la existencia de este dios en formas
distintas:

Primero, causalmente, según el esquema
causa-efecto: Para Descartes es indudable q el hombre encuentra
en si mismo la idea de un ser perfecto e infinito. Ahora bien, lo
imperfecto y finitono puede ser causa adecuada de lo perfecto e
infinito; por tanto, tiene que tener su causa real en un ser
proporcionado, también real, un ser verdaderamente
infinito y perfecto: Dios. Así pues, la idea de Dios no es
facticia (no la hemos elaborado nosotros) ni adventicia (pues
ningún objeto exterior posee las cualidades de infinitud y
perfección); por tanto, se trata de una idea innata,
sembrada por Dios en nuestra mente.

Obviamente, la Filosofía Moderna corresponde a
ese período que llamamos Edad Moderna en la Historia
Universal y que comienza en el Renacimiento y la Reforma
Protestante. Es verdaderamente una época nueva con un
espíritu nuevo, tan distinto del espíritu
escolástico, que se le puede considerar como una
revolución antiescolástica.

  • La Filosofía Medieval había conjugado
    en gran síntesis el pensamiento pagano
    platónico – aristotélico con el pensamiento
    cristiano, armonizando la razón y la fe.

  • La nueva filosofía exaltaba el método
    matemático científico en detrimento del
    espíritu metafísico que había dominado,
    no sólo a la Edad Media, sino también entre los
    pensadores paganos.

En esta línea de ideas, hay que reconocer que en
los tiempos modernos, el espíritu humano se ha mostrado
tremendamente inquieto y dinámico, que se han profundizado
muchos temas como el conocimiento, que se ha agudizado el
espíritu crítico, que se han hecho esfuerzos
colosales por dar respuestas adecuadas a antiguos y nuevos
interrogantes. Sin embargo, el subrayar las nuevas tendencias y
los nuevos métodos de la Filosofía Moderna, el
registrar una problemática diferente, no debe hacernos
pensar que los cambios se hicieron de repente y que se puede
poner una muralla divisoria entre el pensamiento medieval y el
moderno. Los cambios culturales no suelen sobrevenir tan
bruscamente: los estratos de la cultura y del pensar humanos
suelen encajar unos con otros y mezclarse entre sí, de
ordinario hay que buscar las raíces de los cambio en capas
más profundas de lo que parece a primera vista.

En consecuencia, esta filosofía está en
contra del humanismo, la aparición de la nueva ciencia, y
el desafío del escepticismo, los filósofos modernos
se preocuparon de temas filosóficos relacionados con
muchas áreas:

Epistemología: ¿Puede el ser humano
alcanzar algún conocimiento cierto del mundo? De ser
así, ¿cuales son las fuentes de que depende el
conocimiento genuino? En particular, ¿cómo opera la
percepción de los sentidos al servicio del conocimiento
humano?

Metafísica: ¿Qué
tipo de cosas conforman en última instancia el universo?
En particular, ¿cuáles son las
características distintivas de la naturaleza humana, y
como funcionan en relación con las demás y el mundo
en general? ¿Existe Dios?

Ética: ¿Mediante
qué estándares se debe evaluar la conducta humana?
¿Qué acciones son moralmente correctas, y que nos
motiva a realizarlas? ¿Es posible una vida moral sin el
apoyo de una creencia religiosa?

Metafilosofía: ¿Tiene la
filosofía un lugar distintivo en la vida humana en
general? ¿Cuáles son los propósitos y los
métodos de la investigación
filosófica?

Filosofía
contemporánea

Se corresponde esta filosofía, a la La cuarta
etapa (Filosofía Contemporánea) abarca el
período que va desde la muerte de Hegel (1831) hasta
nuestros días. Es un tiempo de incertidumbre y
ambigüedad. Mientras Nietzsche hablaba en el siglo XIX
de la "muerte de Dios", hoy los estructuralistas hablan de la
"muerte del hombre". Se extiende el concenso respecto de la
imposibilidad de arribar a conocimientos absolutos ya sea
respecto de Dios, del hombre o del mundo. Sus principales
exponentes han sido: Nietzsche (1844-1900) y Heidegger
(1889-1876). Junto a ellos se destacan Schopenhauer, Kierkegaard,
Marx, Dilthey, Husserl, Scheler, los existencialistas (Sartre,
Jaspers, Marcel), la Escuela de Frankfurt (Marcuse, Habermas),
Gadamer, Ricoeur y Foucault, entre otros.

En efecto, tras la filosofía crítica de
Kant el Idealismo alemán se convertirá en la
corriente predominante en la Europa continental, a través
de Hegel. El existencialismo de Kierkegaard, tanto como el
marxismo y el vitalismo de Nietzsche serán, en buena
medida, una reacción al Idealismo hegeliano que, en cierto
modo, consagra la identificación del yo trascendental
kantiano con el Dios del cristianismo. En Gran Bretaña, el
desarrollo del positivismo utilitarista con Bentham y J.S. Mill
se inspira en los principios del empirismo,
distinguiéndose del positivismo "idealista" del
francés A. Comte; en ambos casos, no obstante, se da una
preocupación por los temas sociales y por el bienestar de
la humanidad que, aunque en una dirección distinta,
compartirán con el marxismo.

Por lo demás, el desarrollo de las ciencias y sus
continuos éxitos hacen tambalear los cimientos de la
filosofia, que se ve sometida a fuertes críticas por parte
de los defensores del pensamiento científico, que
encuentran en la ciencia el paradigma del conocimiento verdadero.
Hacia finales del siglo XIX, al desarrollo del historicismo en
Alemania, con Dilthey, y del pragmatismo en los Estados Unidos,
con Pierce y W. James, hemos de sumar el desarrollo de la
fenomenología con Husserl. En el siglo XX
destacarán además los representantes del
Filosofía Analítica, como Russell y Witgenstein,
del Estructuralismo, como Lévi-Strauss, del
Existencialismo, como Sartre, o los de la Escuela de Frankfurt,
como Adorno, Horkheimer y Habermas. Hacia finales de siglo,
destaca la actividad de los filósofos posmodernos y
posestructuralistas, como Jacques Derrida, que renuevan la
crítica a las tradiciones filosóficas desde
posiciones muy alejadas de las llamadas metafísicas de la
presencia.

De ahí pues, la filosofía
contemporánea se extiende desde fines del siglo XVIII
hasta nuestros días. La revolución industrial a
partir de 1789, con el descubrimiento de la máquina a
vapor en Inglaterra, produce una revolución
tecnológica que modifica totalmente la antigua forma
manual de producir que reemplaza al hombre por las
máquinas y la manufactura individual por la
producción en serie. Este hecho histórico y las
guerras ponen de relieve las contradicciones de la sociedad
inspirando a movimientos filosóficos, como el de
Hegel.

La filosofía de Hegel tuvo amplia
repercusión en el pensamiento de casi todos los
países, que reflejan en general un tipo de actitud
idealista frente a los diversos problemas; como la
dialéctica existencialista de Kierkegaard, en abierta
oposición a Hegel, que defendía la imposibilidad de
la conciliación de los contrarios. No existe una
continuidad entre tesis y antítesis a través de la
síntesis, porque la diferencia cualitativa entre los
contrarios es infinita y porque el pensamiento que tiene por
objeto lo universal y abstracto, se da en una existencia finita.
La unidad entre pensar y ser sólo se da en Dios.
Kierkegaard es un pensador subjetivo que reconoce como
único conocimiento esencial la relación del hombre
con la realidad, que como totalidad le es inalcanzable. Hegel,
filósofo alemán que sigue a Kant, Fichte y
Schelling, marca la cúspide del idealismo y se caracteriza
por un sistema racionalista absoluto. La base de su pensamiento
es el concepto de dialéctica como modo de alcanzar el
conocimiento, como un proceso histórico que tiende al
absoluto que se identifica con el Ser real. La dialéctica
es el método filosófico que procura definir y
resolver las contradicciones del pensamiento y de la realidad
histórica.

La filosofía Hegeliana se considera un
método y una teoría de toda la realidad. Un aspecto
de esta doctrina pone el énfasis en la historia y otro
aspecto en la dialéctica y su aplicación a los
problemas de la realidad cultural, política y
económica de su tiempo. El indiscutible aporte del
hegelianismo es la de destacar la historicidad de los hechos y la
posibilidad de racionalizarlos. El sistema de Hegel obligó
a la cultura a ocuparse de los problemas de la historia y Marx
fue el encargado más relevante, de llevar el idealismo
dialéctico hegeliano a la realidad material. Karl Marx,
filósofo político, economista y revolucionario
alemán, traslada la filosofía de Hegel a la
historia y la transforma en el Materialismo Dialéctico.
Puede considerarse a Heráclito como precursor de la
dialéctica al concebir la realidad como un devenir por la
fuerzas de los contrarios. La dialéctica idealista
hegeliana supone un proceso de tesis y antítesis y como
superación de ambas la síntesis más alta y
elaborada que a su vez se puede convertir en una nueva
tesis.

Según esta doctrina, toda persona tiene derecho a
disfrutar del producto de su trabajo. Pero en un sistema
capitalista la sociedad está dividida en dos clases, el
proletariado, que vende su fuerza de trabajo sin ver su producto
y los dueños de los medios de producción que no
trabajan. Este estado de alienación de la clase proletaria
podrá ser superado una vez que los trabajadores recuperen
los medios de producción se termine la lucha de clases; y
la revolución es la única forma de lograrlo.
Posteriormente, la teoría de Marx y Engels se transforma
en el Leninismo y el Maoísmo que son llevados a la
práctica en Rusia y China. Otros rasgos importantes a
tomar en cuenta en la filosofía contemporánea, es
que el vitalismo (importancia de algo), marchará paralelo
a otra corriente filosófica que coincide con él en
estas características y en la crítica a las
filosofías predominantes del siglo. XIX (idealismo y
positivismo). Ésta es el historicismo, cuyo principal
representante es Dilthey.

En efecto, el vitalismo tiene dos principales
manifestaciones. La primera de carácter científico
cuyo principal portavoz es Hans Driesch, según la cual es
reacción contra el mecanicismo materialista que propugna
la reductibilidad de lo vivo a los procesos
físico-químicos de la materia inerte. Postula la
existencia necesaria de un principio vital ajeno a la materia que
explica los complicados fenómenos de lo viviente. La
segunda manifestación es de carácter
filosófico, y es la que propiamente se llama vitalismo o
filosofía de la vida. A ésta se debe que la
filosofía consiguiera alejarse de las "intromisiones
científicas" sobre todo de las físicas;
precisamente por remarcar el carácter diferenciado de las
realidades vitales no susceptibles de un tratamiento sólo
matemático. También se debe al vitalismo la
reacción contra el racionalismo exagerado que supuso el
idealismo alemán posterior a Kant. Por estas razones
exaltan los vitalistas lo siguiente:

1. La vida como realidad radical.

2. Ontológicamente, la vida es lo sustancial del
hombre.

3. Gnoseológicamente, conocer la realidad
prescindiendo del razonamiento y utilizando la vivencia, la
intuición que simpatiza con lo que quiere conocer
(más que razonar sobre las cosas hay que tener
experiencias vitales de ellas o con ellas).

4. Axiológicamente (filosofía de los
valores) no hay otro criterio para jerarquizar los valores, que
determinan qué es lo bueno y lo malo, más que la
vida.

De allí pues, la teoría filosófica
del filósofo alemán Hegel, considera como un
principio único la idea con que se identifican la
naturaleza y el espíritu. Ésta se desarrolla a
través de un encadenamiento dialéctico cuyas frases
consecutivas son tesis, antítesis y síntesis. Sus
obras más destacadas dentro de la filosofía
contemporánea son: Lógica, Filosofía del
derecho, entre otros. Luego de la filosofía crítica
de Kant el Idealismo alemán de Hegel se convertirá
en la corriente fundamental de toda la Europa continental. El
movimiento del existencialismo, el marxismo y el vitalismo,
serán, una reacción al Idealismo de Hegel que de
alguna manera avala la identificación del Yo trascendental
de Kant con el Dios del cristianismo. Sin embargo, tras la muerte
de Hegel la filosofía contemporánea entra en una
gran crisis que no se puede comparar con ninguna otra sucedida a
lo largo de la historia.

El desarrollo exitoso de las ciencias hace tambalear los
cimientos empíricos de la filosofía
contemporánea que se ve sometida a una gran cantidad de
duras críticas por parte de los defensores del pensamiento
científico. A pesar de que la filosofía
contemporánea dicta mucho de la filosofía antigua,
los libres pensadores de aquella época han sentado su
opinión, la cual ha sido y es guía de muchos
aún, fundamentalmente la que está basada en la
filosofía de los griegos. En tal sentido, a finales del
siglo XIX, al desarrollo del historicismo en Alemania y del
pragmatismo en Estados Unidos, le hemos de agregar el desarrollo
de la fenomenología. Continuando, por supuesto, el
desarrollo de todas estas corrientes en el siglo XX. Actualmente
en las universidades se estudia en filosofía
contemporánea principalmente a Hegel, Marx y
Sastre.

En síntesis, en la Edad Contemporánea
comienza en la segunda del S. XIX hasta la actualidad. Aparece el
tercer origen de la Filosofía: las situaciones
límites (según Karl Jaspers). En el período
entreguerras. Cuando el hombre se pregunta por la vida y por la
muerte. La principal característica de la Filosofía
Contemporánea es: Una crítica radical a la
Filosofía de Hegel. La cosmovisión
contemporánea se presenta como:

1. Antropocéntrica. Se desarrollan diversas ramas
de la Filosofía: la Ética, la Política y la
Filosofía del lenguaje.

2. Resurge la Metafísica. La Filosofía
Contemporánea parte de los "giros antropológicos:
(a) se pone como centro al hombre desde la crítica a Hegel
(Giros Antropológicos); (b) Materialismo: Un antecedente
del materialismo es Anaximandro (ápeiron). Lo encontramos
en la segunda mitad del S. XIX. Concibe al hombre como pura
materia.

3. Rechaza el alma

4. Rechazan a la metafísica y a la
religión.

Filosofía
postmoderna

La ideología posmoderna ocupa así,
marxianamente, el puesto de la religión,
convirtiéndose en el verdadero opio del pueblo.
La sublimación onírica es la fuga de las
contradicciones reales que permanecen, a su nivel, sin conciliar.
No es sorprendente, desde este punto de vista, el uso que la
ideología posmoderna hace de la religión. Lejos de
ser, como para el idealismo clásico, un símbolo de
la razón, la religión se presenta ahora como el
color; lo que da el tono al nuevo idealismo
mágico-virtual. La religiosidad posmoderna está en
función del cierre onírico del mundo; impide que la
genuina pregunta religiosa emerja y se afirme con claridad. Esta
pregunta, como nostalgia, grito, invocación, se impone,
por el contrario, a partir de la condición
posmoderna
, esa condición que la visión
estética del mundo, lejos de representar, tiende a
sublimar y a ocultar.

De ahí el interés del cristianismo por
dialogar y confrontarse con esa parte del pensamiento del siglo
XX en el que la condición posmoderna emerge en toda su
radicalidad. Una de las características de la época
contemporánea fue la existencia de varios y opuestos
sistemas filosóficos. La escasa valorización de la
realidad trascendental (Dios y el mundo espiritual) es uno de los
rasgos más comunes a los sistemas filosóficos
posthegelianos. También es común la duda respecto a
si que la filosofía puede lograr una descripción
racional de la realidad, es decir, apelar a la razón como
la herramienta para poder alcanzar el conocimiento absoluto y
total.La crítica postmoderna va dirigida contra todo
aquello que da sentido a la Modernidad, el modelo de
razón utilizado, los valores, el tipo de hombre y
sociedad que defiende. Pone en solfa los logros materiales
alcanzados en esta época.

Obviamente, la posmodernidad es "la rosa de la cruz del
presente" en un sentido totalmente distinto del hegeliano. Para
ella, la aceptación del mundo no se efectúa
mediante el dominio racional de la realidad, sino, siguiendo el
patrón del Oriente, a través de la
extenuación y rarefacción del ser. El mundo real,
como mundo de las diferencias (hombre-mujer,
espíritu-naturaleza, humano-divino), es ilusorio. La
"dualidad" es la contradicción que debe
resolverse en la Uni-totalidad carnal-espiritual. La
elevación al Uno, como liberación del alma de la
prisión del ego finito, no tiene lugar ahora
mediante la razón sino, gracias a su superación, en
dirección de un mundo onírico, de sueño. A
través de las posibilidades que abre la tecnología
los límites entre el mundo verdadero y el mundo aparente
se vuelven tenues, la realidad tiende a hacerse virtual. De
ahí el significado estético que asume la
idealización posmoderna. "Estético aquí es
el término para indicar un estado de la realidad en la que
ésta pierde sus límites rígidos,
colocándose en un plano que ya no se distingue netamente
de la fantasía.

En otro contexto de ideas, la identificación del
concepto posmodernidad en filosofía y cultura como una
entidad distinta del modernismo, y el esclarecimiento de los
vínculos entre ambos, es una cuestión aún
abierta en la teoría contemporánea. La
crítica de las nociones lineales de la historia ha llevado
a sus partidarios a definir como posmodernos autores del siglo
XIX —sobre todo Friedrich Wilhelm Nietzsche— y
aún de la Antigüedad clásica
—Protágoras, Gorgias, Isócrates y otros
sofistas—. La idea de un pensamiento postmoderno ha sido
fuente de arduas discusiones y aún lo continúa
siendo. Una de las fuentes de esta discusión se encuentra
en que no es capaz de definirse en términos precisos, pues
son el resultado de diferentes ideas, pensamientos y percepciones
en los distintos campos de la cultura occidental. Así en
el campo científico, la teoría de la relatividad y
posteriormente la física cuántica, revolucionaron
la física gravitacional newtoniana y la forma de
interpretar el universo. Del mismo modo, lo han hecho en el campo
filosófico.

En la ciencia, ha sido muy importante la
enunciación del Principio de incertidumbre de Heisenberg,
nombre que define una de las mayores características del
pensamiento postmoderno así como las consecuencias del
teorema de Bell. Asimismo, aunque Freud ha sido siempre tratado
como un autor moderno en el sentido que si bien critica algunos
aspectos de la cultura moderna -especialmente en El malestar de
la cultura algunos de sus seguidores como Laing y Lacan
se han deslizado hacia planteamientos posmodernos. El
filósofo italiano Gianni Vattimo define el pensamiento
postmoderno con claridad: en él lo importante no son los
hechos sino sus interpretaciones. Así como el tiempo
depende de la posición relativa del observador, la certeza
de un hecho no es más que eso, una verdad relativamente
interpretada y por lo mismo, incierta. El modelo determinista de
la causalidad, de la verdad de un sujeto fuerte al estilo de
Hegel, Kant e incluso Marx y el planteamiento del tiempo lineal
como el de Leibniz son puestos en tela de juicio.

En la literatura el posmodernismo -no confundir con
posmodernidad- provocó la fusión del espacio y del
tiempo en la narración y la percepción difusa de la
realidad, así como los distintos puntos de vista del o de
los narradores, junto a la simultaneidad de los géneros,
especialmente en la novela, llevó a la ruptura de las
técnicas clásicas, abolidas por una absoluta
libertad tanto en estilo, forma y fondo.

En ese sentido, la postmodernidad, por más
polifácetica que parezca, no significa una ética de
carencia de valores en el sentido moral, pues precisamente su
mayor influencia se manifiesta en el actual relativismo cultural
y en la creencia de que nada es totalmente malo ni absolutamente
bueno. La moral postmoderna es una moral que cuestiona el cinismo
religioso predominante en la cultura occidental y hace
énfasis en una ética basada en la intencionalidad
de los actos y la comprensión inter y transcultural de
corte secular de los mismos. Es una nueva forma de ver la
estética, un nuevo orden de interpretar valores, una nueva
forma de relacionarse, intermediadas muchas veces por los
factores postindustriales; todas éstas y muchas otras son
características de este modo de pensar.

Uno de los síntomas sociales más
significativos de la postmodernidad se encuentra en la saga de
películas Matrix, donde el realce de la estética y
la ausencia de culpa causal, unidos a la percepción de un
futuro y una realidad incierta, se hacen evidentes. La
posmodernidad no es sólo la edad estética de la
fabulación del mundo; es también el tiempo de la
pobreza que oscila entre la tentación de la nada y el
deseo de redención.

Se plantea entonces, la postmodernidad como algo que
rompe los esquemas para criticar la sociedad en la que estamos
sumergidos.Esta etapa va a romper con el mito de la ilustracion o
de la época ilustrada. La post modernidad sin duda
mantiene algunos lazos con la modernidad que forjan su
unión. El tránsito de modernidad a postmodernidad
significa un proceso de secularización de las
instituciones modernas. La postmodernidad nos plantea la parte
crítica. La posición que adopta la postmodernidad
frente a la modernidad no es de rechazo lo que pretende es
recuperar los ideales de libertad, igualdad y justicia para que
todos vivamos en un mundo mejor.

 

 

Autor:

Yanka Colmenares

Tutor: Dra. Nelly Chirinos

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA

UNIVERSIDAD EXPERIMENTAL "RÓMULO
GALLEGOS"

DECANATO DE POSTGRADO

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN,
MENCIÓN INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

Monografias.com

Febrero de 2012

Enviado por:

Carlos

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