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Por una radio pública modelo




Enviado por Daniel Cheruna



Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Prólogo
  2. Introducción
  3. La
    comunicación social
  4. Los
    Medios
  5. La
    radiodifusión
  6. La
    radio pública
  7. Debate
    sobre Medios públicos
  8. Proyecto Badía
  9. Gestión y análisis de
    políticas públicas
  10. Política social y estratégica de
    la organización
  11. Gestión de la carrera
    profesional
  12. De la
    relación de empleo público en la Ciudad
    Autónoma de Buenos Aires
  13. Propuesta
  14. Conclusiones
  15. Bibliografía
  16. Proyecto

Prólogo

Dentro de los bienes culturales, los medios de
comunicación, son los vehículos más
idóneos para reflejar la historia viva de los pueblos, en
toda la amplitud de su actividad creativa. La radio constituye
una manera directa y efectiva, en el logro de los fines citados.
El relativo bajo costo de los radiorreceptores; y la fácil
adaptabilidad a las distintas tareas y ámbitos, lo tornan
masivamente accesible. Dichos beneficios facilitan la
información y lo convierten en un instrumento útil
para la integración de distintos sectores de la
sociedad.

La radio es difusora de ideas y opiniones, que permiten
ejercitar el discernimiento, e impulsar una toma de conciencia y
compromiso sobre diversos temas; además de proveer de una
importante dosis de entretenimiento y
diversión.

Los medios de comunicación social en general, al
cumplir una misión relevante en la difusión de
valores y la preservación del patrimonio cultural,
constituyen una responsabilidad indelegable del estado. Su
misión es fundamental, en un espectro social donde por
determinados intereses, las empresas privadas no siempre cumplen
los objetivos que las leyes les exigen.

Si bien existe un organismo regulador del estado
(COMFER), que controla cuestiones técnicas de
funcionamiento y otros aspectos normativos, cada vez es
más difícil, abordar aquellos temas relacionados
con los contenidos. De este modo, las emisoras estatales se han
convertido en la opción válida, para los ciudadanos
con derecho a formarse e informarse en democracia, con pluralidad
de criterios, diversidad de propuestas y el más alto nivel
de calidad posible, con cordialidad, respeto y buen
gusto.

El cuarto párrafo del artículo 19 de la
Constitución Nacional, atribuye al Congreso la
función de "…Dictar leyes que protejan la identidad y la
pluralidad cultural, la Libre creación y
circulación de las obras del autor; el patrimonio
artístico y los espacios culturales y audiovisuales". Y la
Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
en su capítulo decimosexto (COMUNICACIÓN), Art.
47°, propone la creación de un ente autárquico,
garantizando la integración al mismo de representantes del
Poder Legislativo, respetando la pluralidad política y la
participación consultiva de entidades y personalidades de
la cultura y la comunicación social, en la forma que la
ley determine. Finalmente, dice que los servicios estatales deben
garantizar y estimular la participación social.

Es necesario tener en cuenta las diferencias
substanciales entre los términos gasto e
inversión; para no equivocar el rumbo, e incluso,
evitar resultados distintos a los buscados, cuando se pretende
hacer de la cultura una fuente de recursos.

Para el sector económico, puede ser además
de una fuente de recursos, un arma de manipulación
ideológica.

Es obligación del Estado, equilibrar la oferta y
proteger al usuario de intenciones encubiertas, opuestas a la
posibilidad de acceder a la información objetiva y a la
difusión de valores fundamentales.

Ocupar el lugar que la actividad privada no atiende por
razones de intereses espurios, sería la mejor manera de
responder a una necesidad legítima de la
ciudadanía.

Introducción

LS1, Radio de la Ciudad, depende de la Secretaría
de Comunicación y Medios del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires. Cuenta con un plantel potencialmente idóneo
en el cumplimiento de sus funciones, cubriendo las 24 horas de
emisión en las áreas de discoteca;
producción; informativo; locución y técnica;
teniendo a cargo de las tareas que la Dirección General
determina, de acuerdo al diseño de su programación.
Complementan la actividad, el personal administrativo, el de
maestranza y choferes.

El papel que desempeña la repartición, es
el de difundir una programación radial que en principio no
difiere de las demás emisoras; lo que obliga a jugar con
las mismas armas que éstas para alcanzar un fin
común, que podría traducirse simplemente, en la
mayor captación de audiencia; y como consecuencia, mejores
posibilidades de ampliar la cartera publicitaria. El objetivo
requiere de un considerable esfuerzo, y la utilización de
tácticas y estrategias comerciales, propias de cualquier
empresa de medios.

En primer lugar, se hace necesaria la
contratación de figuras famosas, medidoras de rating, a
las que se les debe pagar sueldos acorde a su nivel; y en
segundo, personal contratado para tareas de asesoramiento y
gerencia, también con costos elevados. Mientras, el resto
del personal operativo con capacidad y competencia, realiza
tareas limitadas de rutina, siendo que para acceder al lugar que
ocupa por concurso, debió demostrar su idoneidad, mediante
una exigente prueba de selección.

El presente trabajo tiene como objetivo, promover un
proyecto integrador para LS1 Radio de la Ciudad, basado en el
real aprovechamiento de sus Recursos Humanos genuinos, y una
labor participativa (matricial), entre los distintos sectores,
para la puesta en el aire de una programación que redefina
los principios de la radiodifusión estatal ideal;
valiéndose de un presupuesto austero, pero suficiente para
la ejecución del producto deseado.

Poner en marcha métodos legítimos de
selección, en relación a las necesidades de la
programación, que sean motivadores en el desempeño
de las diversas funciones; con posibilidades de
capacitación y crecimiento profesional permanente,
haciendo eficientes y eficaces los recursos humanos disponibles,
puestos plenamente al servicio de los destinatarios del
servicio.

Implementar la forma de asegurar en el aire la
permanencia de las voces características de la emisora,
que le otorgan un perfil distintivo; evitando que los cambios de
gobierno signifiquen una ruptura traumática en la
continuidad de las sucesivas gestiones; garantizando una
coherencia de estilo y personalidad a largo plazo.

Si bien las autoridades cambian, el público es el
mismo y no debería sufrir las consecuencias negativas que
se producen cuando se imponen cambios drásticos, sin tomar
en cuenta su opinión. Los oyentes son en definitiva los
verdaderos dueños del servicio. Nadie que asuma como
administrador, debería arrogarse el derecho de decidir a
su antojo, desechando lo realizado por la administración
anterior, sin evaluar los aciertos alcanzados; y las
políticas a largo plazo que definen el perfil y la
razón de ser de la emisora.

La intención de alcanzar estos objetivos, no es
suficiente garantía de éxito. Para ese fin es
imprescindible contar con un marco legal que asegure el
cumplimiento de políticas orientadas a definir un rumbo
claro; tanto en lo concerniente a su funcionamiento estructural
institucional, como al que corresponde al aprovechamiento y
valoración de los recursos humanos disponibles.

Habrá que elaborar un modelo, que no pueda ser
desviado por intereses ajenos a los fines de la radio
pública en el ámbito de la ciudad; y su
proyección a toda el área de cobertura en
territorio nacional, con el propósito de mostrar la
cultura de una de las capitales más importantes del mundo,
propiedad de todos los argentinos.

CAPÍTULO 1

La
comunicación social

Para comprender el rol de los medios de
comunicación social, considero necesario primero, analizar
la sociedad como sistema. Rastrear las causas que determinaron el
surgimiento de esos medios; y su desarrollo en el tiempo,
acompañando la evolución del hombre y su
entorno.

Comenzaré por definir algunos conceptos, que
considero básicos para entender el tema, que esencialmente
está ligado a la dinámica de las relaciones
sociales y a los marcos físicos, espirituales y
simbólicos donde estas se desenvuelven.

Comunidad

La comunidad es un grupo social caracterizado por el
hecho de vivir en conjunto, poseer bienes comunes, tener
intereses y un objetivo en común. La idea de comunidad
supone la reunión del objetivo común de un bien, la
existencia de normas y una forma determinada de solidaridad entre
sus miembros.

El principal conceptualizador de la noción de
comunidad fue el sociólogo alemán Tönnies. Los
etnólogos definen la comunidad como una unidad social
restringida que vive de una economía parcialmente cerrada
sobre un territorio del cual extrae lo esencial para su
subsistencia. Somete a sus miembros a disciplinas colectivas en
una especie de tensión constante hacia el mantenimiento de
su cohesión y la perpetuación de su
existencia.

Si se amplía esta manera de ver a escala de la
sociedad, es evidente para Raymond Boudon y francois Bourricaud
que la comunidad se vuelve una relación compleja, porque
ella asocia de una manera muy débil sentimientos y
actitudes heterogéneas. Es aprendida, porque es solo
gracias a un proceso de socialización sin fin que
aprendemos a participar en comunidades solidarias. Nunca es pura,
porque los vínculos comunitarios están asociados a
situaciones de cálculo, de conflicto o incluso de
violencia.

Por eso más que comunidad, parece preferible
hablar de comunalización y buscar cómo se
constituyen y se mantienen ciertas solidaridades difusas. Uno de
los dominios en los que el proceso de comunalización es
más perceptible es el de las comunidades religiosas, que
forman lo que M. Weber llamaba comunidades
emocionales.

La carga afectiva que requiere la idea de
organización comunitaria es esencial. Por ello R. Boudon y
F. Bourricaud concluyen su opinión subrayando que cuando
la sobrevivencia de un grupo se vuelve para sus miembros un
objetivo oponible a los objetivos individuales que se consideran
autorizados a perseguir, se dirá que este agrupamiento
puede constituir una comunidad, o que está en vías
de comunalización.

Cultura

El sentido clásico francés remite a la
idea de creación, de obra. Supone una capacidad de
definición de lo que en un momento dado se considera
patrimonio, saber, creación y conocimiento, entendiendo
que las definiciones evolucionan con el tiempo.

El sentido alemán está próximo a la
idea de civilización e integra los valores, las
representaciones, los símbolos y el patrimonio, tal como
son compartidos por una comunidad en un momento de su
historia.

El sentido anglosajón es más
antropológico y toma en cuenta las maneras de vivir, los
estilos, los saberes cotidianos, las imágenes y los
mitos.

En el pasado, el problema era la oposición entre
la cultura de élite y la cultura popular. Cuando se
hablaba de cultura, se trataba de la primera, tanto en las obras,
como en los gustos, la educación o la comunicación.
En cuanto a la cultura popular, se trataba de la cultura de la
mayoría pero sin un real "valor cultural". Deberá
aguardarse hasta el siglo XIX y la lucha de clases, para que se
valore la cultura popular.

Hoy en día el gran cambio es la aparición
de la cultura media, mayoritaria o general, la más
numerosa en nuestras sociedades, aquella a la cual todos
pertenecemos. La causa del surgimiento de esa cultura media de la
mayoría resulta de la conjunción de tres factores.
Primero de la democratización, que amplió el
círculo de los públicos cultivados y
favoreció la cultura de la mayoría, principalmente
mediante la formulación de políticas
culturales.

La cultura media tiene sus propias normas, valores y
barreras y se sitúa menos en una posición de
inferioridad respecto de la cultura de élite que la
cultura popular de ayer.

La novedad es esta cultura de gran público que
traduce todos los movimientos de emancipación
política, económica y social, surgidos desde hace
más de medio siglo. Por su volumen ocupa el lugar de la
cultura popular de ayer, además de su legitimidad. Es a la
vez la música, el cine, la publicidad, los medios, los
viajes, la televisión, la moda, los estilos de vida y de
consumo.

Es la cultura moderna, el espíritu de la
época, que produce la sensación de pertenecer a su
época, de estar "de onda". De no estar excluido. Es una de
las fuerzas esenciales del individuo social.

Jamás existió tanta tolerancia respecto de
las diferentes formas de cultura, e incluso a veces,
interpenetración; y esto gracias a los medios generalistas
, que al asegurar cierta visibilidad de las culturas, contribuyen
también a su cohabitación.

Un individuo accede, principalmente gracias a los
medios, a diversas formas de culturas, o en todo caso, sabe que
estas existen. Esto constituye la gran diferencia en
relación con el pasado, donde cada uno permanecía
en su medio cultural. Aunque las barreras culturales persisten,
son sin embargo más visibles, lo que ya es un
progreso.

Identidad

Mi identidad es lo que me hace semejante a mí
mismo y diferente a los demás; es por lo que siento mi
existencia tanto en mis personajes (prioridades, funciones y
papeles sociales) como en mis actos de persona
(significación, valores, orientaciones).

Mi identidad es aquello mediante lo que yo me defino y
me conozco, mediante lo que me siento aceptado y reconocido como
tal en el otro. La identidad es una síntesis del yo
sometido a diferentes aspiraciones y temporalidades, a diferentes
estrategias y relaciones sociales.

"La identidad es un sistema de representaciones, de
sentimientos y de estrategias organizadas para la defensa
conservadora de su objeto (el "ser uno mismo"), pero
también para su control, su movilización proyectiva
y su movilidad idealizante (el "llegar a ser uno mismo"). La
identidad es un sistema estructurado, diferenciado, a la vez
anclado en una temporalidad pasada (las raíces, la
permanencia), en una coordinación de las conductas
actuales y en una perspectiva legitimada (proyecto, ideas,
valores). Coordina las identidades múltiples asociadas a
la persona (identidad corporal, caracterial…) o al grupo
(papeles, status…)" .

Todos estos elementos de definición remiten a una
dimensión individual de la identidad. Justamente el pasaje
a la identidad colectiva es uno de los problemas a los que la
sociología no puede aportar una respuesta
clara.

El modelo económico proporcionó los
parámetros del modelo social: La sociedad se concibe bajo
la forma de relaciones de intercambios entre propietarios libres
e independientes: es reputada y está a cargo de la
protección de los derechos de los individuos sobre su
persona y sobre sus bienes, así como del respeto del orden
en todas las transacciones.

A partir de esta concepción del individuo, la
Revolución Francesa planteó que cada hombre posee
derechos naturales inalienables, por el solo hecho de que es un
individuo. Independientemente de toda relación con la
colectividad en la cual está inmerso.

Es el individuo quien, por medio de su consentimiento en
el momento de la formación del contrato social fundante,
deviene la fuente de todo poder. El siglo XIX vio la
extensión de los derechos que se reconocen al individuo,
con la adquisición de ciertos derechos políticos,
entre ellos la extensión progresiva del sufragio
universal, la afirmación de los derechos sociales, como el
derecho a una jubilación paga o a un trabajo.

Tradición

Es una manera o un conjunto de maneras de pensar, de
hacer o de actuar, que es heredado del pasado. La
tradición es entonces un producto del pasado pero que
tiene actualidad. "Lo que de un pasado persiste en el presente
donde se transmite o permanece activo y aceptado por los que lo
reciben; y que, a su vez, en el transcurso de las generaciones,
lo transmiten. Aparece como un aprendizaje, y por lo tanto como
una reapropiación".

El estudio del desarrollo de las naciones, desde
Tocqueville, también permitió mostrar que ninguna
sociedad cambia radicalmente. Cada cambio de fase supone
elementos de estabilidad, políticos, culturales o
sociales, sobre los cuales apoyarse para iniciar movimientos
nuevos. "Al redescubrir los elementos de permanencia, la
sociología histórica reevalúa el concepto de
tradición para hacer con él un componente activo de
la modernización".

Espacio público.

Se trata de un espacio simbólico donde se oponen
y se responden los discursos, la mayor parte contradictorios,
mantenidos por los diferentes actores políticos, sociales,
religiosos, culturales e intelectuales, que componen una
sociedad.

Es entonces ante todo, un espacio simbólico que
requiere tiempo para formarse, un vocabulario y valores comunes,
un reconocimiento mutuo de legitimidades; una visión
suficientemente próxima de los temas a discutir, oponerse
y deliberar.

Simboliza simplemente la voluntad de una democracia en
acción., o la expresión contradictoria de
informaciones, opiniones, intereses e ideologías.
Constituye el vínculo político que liga a los
millones de ciudadanos anónimos, y les da la
sensación de participar efectivamente en la
política.

El espacio público supone la existencia de
individuos más o menos autónomos, capaces de
formarse una opinión, no "alineados en los discursos
dominantes", que creen en las ideas y en la argumentación,
y no solo en el enfrentamiento físico.

La idea de construcción de las opiniones por
intermedio de las informaciones y de los valores, y
posteriormente de su discusión, supone también que
los individuos son relativamente autónomos para formarse
su propia opinión.

Sociedad Civil

A partir de la Revolución Francesa y la
concepción unitaria del Estado-nación que ella
impuso, la noción de sociedad civil se opone a la de
Estado, para significar lo que corresponde al dominio privado, a
la sociedad sin Estado. Las huellas de esa ambigüedad
perduran en el vocabulario.

Los adjetivos "civil" y "cívico" tienen la misma
raíz. Sin embargo los derechos cívicos conciernen a
lo que se asocia con el poder del Estado y participa de la
comunidad política, mientras que los derechos civiles
definen las obligaciones que rigen las relaciones entre los
individuos en la vida privada.

"El concepto de sociedad civil encuentra su
formulación sistemática en 1821 en Los
principios de la filosofía del derecho
de Hegel. Al
introducir ese concepto, Hegel tomó nota del cambio
más significativo de la modernidad política: la
separación de la "vida civil" y de la "vida
política", de la sociedad y del Estado; un cambio
concomitante a la revolución industrial (ascenso de la
cultura burguesa, importancia y autonomía incrementada de
la esfera económica).

Hoy, Dominique Colas propone una definición
operatoria de la sociedad civil. "Ella designa la vida social
organizada según su propia lógica, principalmente
asociativa, que aseguraría la dinámica
económica, cultural y política".

Las variaciones históricas muestran bien hasta
qué punto la sociedad civil es una noción
conflictiva e ideológica. En nuestros días
reapareció a partir de la crisis del Estado benefactor, y
está investida de múltiples connotaciones
positivas. Se encuentra emparentada entonces, según
Francois Rangeón, con un mito político. "Antes de
ser un concepto o una idea, la sociedad civil evoca en primer
lugar un conjunto de valores positivos: la autonomía, la
responsabilidad, el que los propios individuos se hagan cargo de
sus problemas.

Por su dimensión colectiva, la sociedad civil
parece escapar a los peligros del individualismo e incitar a la
solidaridad. Por su dimensión civil, evoca la
emancipación de la tutela del estado, pero también
los valores más afectivos como la intimidad, la
familiaridad, etc. Se explica así la reciente
reactivación de la pareja sociedad
civil-Estado".

Sociedad individualista de masas

La crisis del vínculo resulta de la
dificultad de encontrar un nuevo equilibrio en el seno de ese
modelo de sociedad. Los vínculos primarios, ligados a la
familia. a la aldea, a la profesión, desaparecieron y los
vínculos sociales, ligados a las solidaridades de clases y
de pertenencia religiosa y social, también se desplomaron.
Como resultado, no existe gran relación entre la masa y el
individuo, entre el número y las personas.

Los medios de comunicación ofrecen justamente, un
vínculo estructurante entre esas escalas y espacios.
ninguna de las referencias unitarias que ayer organizaba el
espacio simbólico de nuestras sociedades es hoy en
día estable. En todos lados dominan las dualidades
contradictorias cuya consecuencia es un cierto debilitamiento de
las relaciones sociales.

El tributo a la libertad se pagó caro, como se
pagó caro el advenimiento de la sociedad de masas, en
nombre de la igualdad.

Los ciudadanos, gracias a los medios, se proyectan al
mundo exterior. Cada uno desde su cocina, o desde su comedor, da
varias veces una vuelta al mundo con la
televisión.

Todos hablan mucho más de sus derechos que de sus
deberes. Todos son libres, aunque el resultado sea el de
una discreta pero obsesiva soledad, que explica aquí
también el retorno de la problemática del
vínculo social.

COMUNICACIÓN

La dimensión ineludiblemente antropológica
de la comunicación, impide cualquier reduccionismo
disciplinario. La comunicación es probablemente una de las
actividades humanas de las que el hombre mantiene una distancia
mínima, porque es directamente constitutiva de su
relación con el medio.

Debe entenderse por comunicación, esencialmente
cuatro fenómenos complementarios que van mucho más
allá de lo que habitualmente se entiende por
comunicación, al la que se identifica con los
medios.

La comunicación es primero, el ideal de
expresión y de intercambio que está en el origen de
la cultura occidental, y luego, de la democracia. Presupone la
existencia de individuos libres e iguales.

Es, también, el conjunto de medios masivos que,
desde la prensa a la radio y la televisión, trastornaron
considerablemente en un siglo las relaciones entre la
comunicación y la sociedad.

Es, igualmente el conjunto de nuevas técnicas de
comunicación, que a partir de la informática, las
telecomunicaciones, los medios audiovisuales y su
interconexión, en menos de medio siglo modificaron las
condiciones de intercambio, pero también de poder a nivel
mundial.

Es, finalmente, los valores, símbolos y
representaciones que organizan el funcionamiento del espacio
público de las democracias de masas y más en
general de la comunidad internacional a través de la
información, los medios, las encuestas, la
argumentación y la retórica. Es decir, todo lo que
permite a las colectividades representarse, entrar en relaciones
unas con otras y actuar sobre el mundo.

Estas cuatro dimensiones de la comunicación
caracterizan entonces, tanto la comunicación directa como
la comunicación mediatizada por las técnicas; las
normas y los valores que la promueven tanto como los
símbolos y las representaciones que animan las relaciones
sociales.

Desde este punto de vista no hay una diferencia
fundamental entre información y comunicación; las
dos pertenecen al mismo sistema de referencias ligado a la
modernidad, a Occidente y a la democracia.

Aunque la información tiene por objeto darle
forma al mundo, dar cuenta de los sucesos, de los hechos y
contribuir directamente al funcionamiento de las sociedades
complejas, es inseparable de la comunicación, que
más allá del ideal normativo de intercambio y de
interacción, constituye el modo de difundir esas
informaciones y de construir a las representaciones. Las dos son
inseparables.

Por comunicación debe entenderse, entonces, el
conjunto de técnicas, desde la radio a los nuevos medios y
su implicación económica, social y cultural, pero
también los valores culturales, las representaciones y los
símbolos ligados al funcionamiento de la sociedad abierta
y de la democracia.

Las cuatro posiciones teóricas corresponden a una
concepción de las relaciones entre la comunicación
y la sociedad, a través de cuatro subconjuntos: el
individuo, la democracia, la economía y la
técnica.

Cada una de las cuatro posiciones implica una cierta
relación del individuo con la técnica, la
economía y la democracia.

Por esto, una visión de la información y
de la comunicación oculta frecuentemente una teoría
implícita o explícita de la sociedad y de los
individuos en el seno de ésta. Por esto también, no
existe una posición "natural" sobre la comunicación
en lo que concierne a la imagen, la recepción, la
televisión, las nuevas tecnologías…La
dimensión antropológica de la comunicación
remite siempre a una visión del mundo.

Comunicación normativa y
funcional

La comunicación es siempre un intercambio entre
un emisor, un mensaje y un receptor. Los dos sentidos de la
palabra explican la cohabitación permanente entre la
dimensión normativa y la dimensión funcional.
Etimológicamente, esta palabra significa poner en
común, compartir (communicare -lat.). Es el
sentido de compartir que remite a lo que esperamos de la
comunicación: compartir algo con alguien.

El segundo sentido más reciente, surgido a partir
del siglo XVII, remite a la idea de difusión y se
hace eco del desarrollo de la biblioteca y luego de la prensa,
seguramente, difundir se concibió con el fin de compartir
pero, progresivamente, con el aumento del volumen de documentos y
de informaciones difundidas, los dos sentidos se disociaron. La
difusión ya no fue naturalmente la
condición de compartir.

Es la misma diferencia entre la comunicación
normativa y la comunicación funcional. La
comunicación normativa responde al ideal del compartir. La
comunicación funcional se desarrolló mucho
más durante este último siglo con los soportes de
la escritura, el sonido, la imagen y los datos
informáticos. Responde más a las necesidades de los
intercambios en el seno de las sociedades complejas, a la
división del trabajo y a la apertura de las sociedades
unas a otras, desde que existe la especialización de
actividades hay intercambio, por lo tanto desarrollo de las
comunicaciones funcionales que cumplen una función
práctica sin tener, sin embargo otras significaciones.
Pero, simultáneamente, la sociedad occidental
continúa valorando el ideal de compartir.

Es imprescindible que el desarrollo de la
comunicación funcional se haga referido a la
comunicación normativa. Estas son dos dimensiones casi
ontológicamente ligadas de la comunicación, pero
evidentemente contradictorias, puesto que las condiciones de un
verdadero compartir, se alejan en la medida que se trata de la
comunicación de un gran número de bienes y de
servicios con destino a personas que no comparten forzosamente
los mismos valores.

La ambigüedad de la comunicación vuelve a
encontrarse en la información. Ésta tiene dos
sentidos. El primero remite a la etimología (informare
lat.), que significa dar una forma; labrar;
ordenar; dar un significado. El segundo más tardío,
significa poner al corriente a alguien de algo. Es a partir de
esto que se establecerá el vínculo entre
información y acontecimiento.

La información consistirá en informar los
sucesos, es decir todo lo que perturba y modifica la realidad. Se
llega entonces al doble sentido de información. Es a la
vez lo que da forma, lo que da un sentido, lo que organiza lo
real, y al mismo tiempo es el relato de lo que surge, y perturba
el orden. La ambigüedad de la información imita a la
comunicación.

Existen dificultades en conocer y aplicar la
lógica del conocimiento, allí donde domina la
seducción de las promesas técnicas y el deseo de
comunicar.

La función crítica del conocimiento
resulta hoy indispensable, a la altura del papel de la
comunicación en nuestras sociedades y a la altura de la
velocidad de los cambios y de la magnitud de los imperios
financieros que los acompañan.

Al tomar en serio los valores y las referencias que se
reclaman para la comunicación, se puede analizar y salvar
este concepto tan esencial para el patrimonio
cultural.

La comunicación es para nuestras sociedades, una
cuestión al menos tan importante como la educación,
la investigación, el urbanismo, la ciencia y la
salud.

CAPÍTULO 2

Los
Medios

En su afán por estar en contacto con otras
personas, lejanas o no, el Hombre viene recurriendo desde hace
cientos de años a la comunicación, ya sea verbal,
mediante signos, escrita, etc. Es por esto que aparecen, la
radio, y muchos otros medios de comunicación, como la
televisión, el cine, la prensa, las revistas y
últimamente la red mundial de computadoras conocida como
Internet.

Un elemento fundamental con el cual nos comunicamos
desde el primer segundo de vida con nuestros pares son los
sonidos emitidos por la boca y luego de un desarrollo, la voz; y
es este principio el que utiliza la radio para
comunicarse.

Siempre se trató de darle un mayor alcance a las
comunicaciones entre los Hombres de todo el planeta. Con este
fundamento se ha llegado a lo que es hoy la llamada
Globalización. Esta maraña de sucesos que permiten
por ejemplo saber qué sucede en la Bolsa de Japón
en este instante; o que un terremoto en Oriente afecte nuestras
exportaciones cerealeras.

La globalización de la comunicación es el
fruto de dos grandes ideologías: la ilustración y
el liberalismo.

La Ilustración proponía nuevas ideas, para
esto contaba con el apoyo de la burguesía, poseía
una concepción opuesta al absolutismo y por esto no
contaba con el apoyo de la Iglesia. Y como punto fuerte
proponía la división de poderes como así
también declaraba que la razón y la ciencia eran
los principios fundamentales.

El Liberalismo era una ideología
económica, como así también política
que luchaba por acabar con el absolutismo, luchar por la
soberanía popular y la privatización de los
sectores económicos públicos. Un gran avance que se
logró con este pensamiento fue el de la Declaración
de los Derechos Humanos y del Ciudadano, estos trajeron consigo
los ideales de la igualdad, la fraternidad y la
libertad.

Con estos ideales comienza a desarrollarse en Europa, y
con el pasar de los años en el resto del mundo, un
movimiento muy grande que comenzó con la creación
de redes de comunicación entre las ciudades, y así
se produjeron las invenciones de los primeros puentes y caminos.
Se tenía conciencia de que esto lograría una mayor
fluidez de los flujos de circulación de personas y
mercancías. Se estaba desafiando las fronteras de lo
desconocido para muchos.

ANTECEDENTES DE LA
RADIOTELEFONÍA

Con una mayor circulación de personas se produjo
un mayor intercambio cultural y esto causó que se haya
querido unificar las lenguas existentes, ya que se creía
que esto produciría una reducción de las
diferencias entre culturas.

En el afán de universalizar una única
lengua se trató de que ésta fuera el lenguaje de
los signos, y fue el telégrafo óptico un integrante
de esa búsqueda. Con la aparición de este
útil invento, las comunicaciones se extendieron con mucha
rapidez hacia los más diversos sectores. Muchos
países querían instalar sus propias redes
telegráficas y para prevenir futuros problemas, se
creó la Unión Telegráfica Internacional que
cumplió la función de normalizador de los flujos
telegráficos.

Aparecieron también otras asociaciones de nivel
internacional como la Postal Universal (1874), la Comisión
Internacional de Pesos y Medidas (1875), la Convención
para la Reglamentación Internacional de las Rutas
Marítimas (1879), la Convención Internacional para
los Transportes Internacionales por Ferrocarril
(1890).

Al aparecer el emblemático ferrocarril en
Inglaterra en 1830, comienza una nueva era en cuanto a la fluidez
de las comunicaciones. Las líneas férreas comienzan
a expandirse con notable rapidez y traen consigo la
expansión del telégrafo y de las ocupaciones de
tierras. Era tan buen negocio, que aparecen las primeras grandes
empresas que representan tanto los intereses del ferrocarril como
los de los telégrafos.

La organización de los ferrocarriles, precede a
la instauración de la hora universal a fin de no tener
conflictos con las horas locales. Se decide tomar el Observatorio
de Greenwich como punto de referencia para calcular el tiempo
universal. Aquí se demuestra cómo un avance
conlleva a otro.

Es Inglaterra quien posee la mayor
industrialización en el siglo XIX; y su capital, Londres,
quien se convierte en una "economía-mundo". Un centro a
partir del cual se organizan y distribuyen jerárquicamente
las otras potencias, las zonas intermedias y las regiones
periféricas.

El primer cable submarino se instala en 1851 entre
Francia e Inglaterra; y luego con la India. Esto marca un gran
avance en las comunicaciones internacionales. Ya en el año
1902 se termina el Transpacífico que termina por unir al
Mundo con las tierras de la Reina.

Estos cambios producen un gran avance en la sociedad de
aquella época y dan pie al desarrollo de la radio. Un paso
más en las ansias del Hombre por comunicarse.

Aparición de la Radio

La aparición de este medio de comunicación
es una sucesión de descubrimientos que comenzaron a
finales del siglo XIX.

Se tiene noción de que la primera
comunicación telegráfica inalámbrica
sucedió un 14 de mayo de 1897 entre las poblaciones de
Laverck Point y la isla Fratholm en el canal de Bristol que se
hallan separadas por una distancia de unos 5 kilómetros.
El autor de ese fantástico descubrimiento fue Guglielmo
Marconi, un físico italiano.

La radio es algo muy utilizado hoy en día, de muy
diversas dimensiones y potencias a la cual damos un valor
relativo, debido a su masificación. Fue objeto de
admiración, escepticismo e incalculables días
dedicados a la investigación.

De esa primera comunicación le continuaron una
seguidilla de avances tecnológicos que poco a poco fueron
mejorando la calidad de las comunicaciones y también la
cantidad.

El primer gran empujón que recibió fue
durante el desarrollo de la 1° Guerra Mundial (28 de julio de
1914 – 1918). He aquí una gran utilidad que se le dio a
este medio de comunicación: los fines
bélicos.

Durante ese período, los radioaficionados
lograron hazañas tan grandes como el primer contacto
radial transatlántico (1921).

El papel que jugó la radio en la Segunda Guerra
Mundial (1939 – 1945) fue también muy importante y fue
allí donde recibió muchísimo aporte militar
para lograr un desempeño mejor al alcanzado en esa
época. Se utilizó como medio alternativo de
comunicación ante la destrucción de las vías
férreas, telegráficas y de los caminos
disponibles.

A continuación: una lista de inventores y
pensadores que ayudaron a hacer lo que hoy es la
radio:

Bright, Sir Charles Tilston (1832 –
1888).

Ingeniero de telecomunicaciones inglés nacido en
Wanstead. En 1853 tendió el primer cable submarino
profundo entre Portpatrick (Escocia) y Donaghadee (Irlanda).
Fundó la Compañía Telegráfica del
Atlántico.

Bell, Alexander Graham (1847 –
1922).

Científico e inventor escocés, nacido en
Edimburgo. Sus investigaciones más importantes se refieren
a la conversión de los sonidos en corrientes
eléctricas que, una vez trasladadas a otro dispositivo
situado a distancia, permitiesen nuevamente su conversión
en sonidos. El 2 de junio de 1875 logra transmitir por vez
primera sonidos por medios eléctricos. El 9 de octubre de
1876 realiza la primera conversación telefónica a
larga distancia, entre Boston y Cambridge. Desarrolló el
disco fonográfico de cera.

Carpentier, j. (n. 1854).

Este pionero de la radio francesa nacido en París
fundó la Compañía General
Radiotelegráfica.

Faraday, Michael (n. 1867).

Físico y químico ingles, ayudante de
laboratorio en la Royal Institution de Londres, descubrió
la inducción electromagnética que permitió
la producción de energía eléctrica aplicada
a la telefonía sin hilos, en definitiva la
Radio.

Edison, Thomas Alva (1847 – 1931).

Nacido en Milan. En 1877 creó una primitiva
máquina registradora de sonido, que lo acreditó
como el inventor indiscutible del Fonógrafo. De esa misma
época data su invento del micrófono de granos de
carbón para el teléfono, que todavía se
emplea. En 1882 instaló la primera central
eléctrica del mundo. En 1883 observó el llamado
más tarde "efecto Edison", básico para las
válvulas de radio del futuro, aunque no llegó a
percatarse de su importancia.

Heaviside, Oliver (1850 – 1925).

Físico inglés, nacido en Londres. Autor de
la teoría sobre la existencia de la región ionizada
extendida entre 90 y 320 kilómetros por encima de la
tierra, conocida hoy en día con el nombre de Capa de
Kenelly-Heaviside; capaz de reflejar las ondas
radiofónicas de onda corta, permitiendo transmitir
emisiones por toda la tierra.

Hertz, Heinrich (1857 – 1894).

Físico alemán nacido en Hamburgo. Sus
trabajos se centraron en demostrar mediante un dipolo (un tipo de
antena), la existencia de las ondas electromagnéticas
formuladas por Maxwell, desde entonces y en su honor reciben el
nombre de "hertzianas". La telegrafía sin hilos es una
aplicación práctica de los hechos experimentales
establecidos por Hertz. Sus descubrimientos sirvieron más
tarde, entre otras cosas, para el desarrollo de las
técnicas radiofónicas.

Popov, Alexander Stepánovich
(1859-1906).

Ingeniero ruso nacido en Perm. Construye inicialmente un
dispositivo capaz de registrar las perturbaciones
eléctricas de la atmósfera (tormentas). Lo emplea a
modo de vara conductora que se alza hacia el cielo para capturar
la energía de las tormentas. Durante los trabajos,
descubre que este dispositivo es capaz también de captar
ondas electromagnéticas originadas artificialmente. Acaba
de descubrir la antena.

Marconi, Guglielmo (1875 – 1937).

Ingeniero electricista e inventor italiano nacido en
Bolonia. Fue el sabio que hizo "hablar el éter". La suya
fue la primera voz humana transmitida por las ondas
etéreas. En el año 1895 en la montaña, al
aire libre, realizó una experiencia con la cual todos se
quedaron boquiabiertos. Presenciaron el "milagro
científico" en el que siempre creyó Gugliermo: a un
kilómetro de distancia, Marconi emitió
señales, que su hermano Alfonso recogió haciendo
señas con un pañuelo.

El 14 de mayo de 1897, establece una lograda
comunicación telegráfica
inalámbrica.

Bucher, e. E. (n. 1885).

Nacido en Akson (Ohio). Pionero de la
experimentación creó las primeras escuelas de radio
y patentó numerosos dispositivos y sistemas.

Guillen García, José Maria de (n.
1887).

Nació en la Barcelonesa, calle de Pelayo.
Promotor de la radiodifusión en España; cuyas
aplicaciones técnicas tuvieron una rápida realidad
práctica. El día 6 de febrero de 1924, en nombre de
la Asociación Nacional de Radiodifusión creada por
él, solicitó a la Dirección General de
Comunicaciones autorización para instalar una emisora,
solicitud que se le otorgó, naciendo así Radio
Barcelona.

Jones, Hope Spencer.

Las señales horarias actualmente difundidas por
la B.B.C. coincidente con el horario de Greenwich, fueron
irradiadas a partir de una sugerencia hecha por Mr. Hope Jones,
astrónomo real del observatorio de Greenwich.
Sugirió que ya que la B.B.C. tenía los medios para
distribuir la hora y no podía obtenerla exacta; y como el
Observatorio de Greenwich tenía la hora exacta y no
disponía de medios para distribuirla, la
cooperación entre el Observatorio y la B.B.C.,
podría hacer más asequible la divulgación de
la hora oficial. Sugirió también que las
señales podrían tener la forma de seis tonos cortos
o "pips" finalizando exactamente a las horas.

Radiodifusión o
radiotelefonía

A pesar de ser usadas a menudo como sinónimos,
las palabras radiodifusión y radiotelefonía no
significan lo mismo; la primera constituye un modo de puesta en
práctica de la segunda.

En el caso de la radiotelefonía propiamente
dicha, el emisor se dirige expresa y deliberadamente a un
receptor, como en el caso de las comunicaciones militares o
policiales. Por consiguiente la radiotelefonía permite que
el emisor reciba respuesta del receptor; mientras que en la
radiodifusión, el mensaje que se emite es unidireccional,
ya que el receptor no puede responder por medio del mismo canal.
El destinatario es un público
determinado.

CAPÍTULO 3

Partes: 1, 2, 3, 4

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