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Reflexiones ético-filosóficas sobre las categorías: dolor, sufrimiento, muerte y felicidad



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

El presente trabajo son reflexiones ético-
filosóficos sobre el dolor, sufrimiento, muerte y
felicidad. Dada la importancia que tiene para los profesionales
de la salud en Cuba, nos proponemos como objetivos fundamentales:
explicar los conceptos dolor, sufrimiento, muerte y
felicidad
; así como la importancia que tiene su
conocimiento para el personal de las Ciencias Médicas,
teniendo en cuenta la repercusión social y humana que
poseen. Se aborda el papel que desempeñan los
profesionales de la salud en nuestra sociedad, en lo referido a
esta temática.

Palabras claves: reflexiones filosóficas,
sufrimiento, dolor, muerte, espíritus, conciencia,
felicidad

Introducción

El hombre, con la finalidad de orientar su vida, plantea
problemas en la medida que interactúa con el resto de la
sociedad y de esta manera surgen interrogantes acerca del sentido
de la vida y si vale la pena vivir.

Los aspectos relacionados con la vida, su surgimiento y
fin, el goce de la felicidad o el padecimiento de dolores y
sufrimientos, constituyen un contenido esencial dentro de la
ética de la salud, por la significación que para
los profesionales de esa rama, tienen esos temas.

En este sentido vale reconocer que para los
profesionales de la salud su práctica carece de sentido
sino tienen claramente definidos conceptos básicos como
los de: dolor, sufrimiento, muerte y felicidad.

Por tal motivo, consideramos oportuno tratar estos
temas, donde tenemos como objetivos fundamentales: explicar los
conceptos dolor, sufrimiento, muerte y felicidad; así como
la importancia que tiene su conocimiento para el personal de las
Ciencias Médicas, teniendo en cuenta la repercusión
social y humana que poseen.

Constituye una exigencia de la época actual
enfrentarse al individuo con una profunda comprensión de
su esencia social y desde una posición humanista de los
problemas con el noble propósito de valorizar aún
más al ser humano. El presente trabajo nos permite un
acercamiento al estudio del dolor, el sufrimiento, la muerte y la
felicidad desde una concepción
filosófica.

Desarrollo

A lo largo de la historia de la humanidad el ser humano
se ha planteado determinadas interrogantes que hoy ocupan un
lugar importante en el plano ético filosófico.
Entre ellas:

¿Cómo vivir? ¿Cuál es el
sentido de la vida? ¿Vale la pena o no vivir? ¿El
hombre puede llegar a comprender la muerte? ¿Puede el
hombre aplazar la muerte?

Los aspectos relacionados con la vida, su surgimiento y
fin, el goce de la felicidad o el padecimiento de dolores y
sufrimientos constituyen un contenido esencial dentro de la
ética de salud, por la significación que tienen
estos temas.

La intervención del profesional de la salud en el
tratamiento del paciente no puede quedar reducida a la
recopilación de datos científicos de
carácter biológico, sino que el profesional debe
enfrentar al individuo con una profunda comprensión de su
esencia social y desde una posición humanista de sus
problemas, que necesariamente lo llevan a la incorporación
de estas categorías a su trabajo cotidiano.

El dolor, el sufrimiento y la felicidad, siempre han
estado presentes en la vida de los hombres y sus reflexiones, por
lo que estas deben ubicarse en un lugar priorizado dentro de las
concepciones teóricas del profesional de la
salud.

El dolor

Podemos considerar al dolor como un concepto esencial en
la práctica del profesional de la salud. En primer lugar,
conocemos que el dolor es un elemento que habitualmente
acompaña las enfermedades y que llega a determinar las
vivencias que de ella se tengan.

Según N. Abbagnano: "El dolor es una experiencia
emocional y sensorial desagradable asociada con daño
tisular potencial o real o descrito en esos
términos".

El mismo autor plantea: "Casi todas las alteraciones del
cuerpo causan dolor(…), el dolor es un mecanismo protector del
cuerpo, se produce siempre que un tejido es lesionado y obliga al
individuo a reaccionar en forma reflejo y para suprimir el
estímulo doloroso".

Otros autores coinciden en que: "El dolor es una
sensación causada por la actividad de estímulos de
naturaleza nociva (…) el dolor en la mayoría de los
casos es un mecanismo protector que avisa al individuo que los
tejidos del organismo están siendo dañados o
están a punto de serlo".

En las definiciones anteriores se enfoca el dolor
tomando en cuenta al hombre estrictamente como un organismo
biológico y donde no se ha tenido en cuenta su
carácter social.

Los dolores del hombre pueden trascender este tipo de
dolor biológico, haciéndolo padecer de otros
inherentes a su condición humana y que pueden surgir por
diversas causas: desde la pérdida de un ser querido, la
traición, fracaso, marginación social, sufrimiento
ajeno, etc. Teniendo en cuenta que existen diferencias entre el
dolor de naturaleza física y aquel que se relaciona con la
vida afectiva y emotiva del hombre, algunos autores lo han
llamado "pena".

Diversas escuelas filosóficas han elaborado su
concepción del mundo teniendo como elemento central el
lugar del dolor en la vida del hombre, mostrándose
más o menos pesimistas.

Aristóteles, por ejemplo, decía que el
dolor es lo que se aleja de la condición natural de forma
violenta y es ajeno a las necesidades e intereses de los seres
vivos
, mientras que F. Nietzsche afirmaba que la vida
era esencialmente dolor
.

Podemos concluir entonces que el dolor es una
alteración que afecta negativamente al ser humano y que
puede estar asociada a una lesión física o a una
experiencia emocionalmente desfavorable.

El Sufrimiento

Comúnmente se tiende a considerar como
sinónimos los conceptos dolor y sufrimiento, siguiendo la
idea de que el dolor es de naturaleza física y el
sufrimiento de naturaleza psicológica.

Entre ambos conceptos existen diferencias, el dolor (de
naturaleza física o no) es un concepto central dentro de
las inquietudes de cualquier humanista por las consecuencias que
puede acarrear para el hombre: el sufrimiento. Pero no podemos
dejar de reconocer que tanto el dolor como el sufrimiento pueden
existir en el hombre independientemente uno del otro.

El sufrimiento constituye una reacción
psicológica provocada por un hecho doloroso (físico
o no) y de duración variable en dependencia del
significado que para el sujeto tiene el hecho que lo provoca.
Para que exista el sufrimiento no tiene que estar presente el
hecho doloroso, puede bastar el recuerdo de él para que se
haga realidad el sufrimiento.

En el caso de que el dolor sea físico, el
sufrimiento puede ser aliviado, mitigado por analgésicos,
pero si el dolor está relacionado con la vida afectiva y
emotiva del sujeto, los analgésicos no
desarrollarían el efecto que se necesita y habría
que utilizar otros recursos que por su relación directa
con la esfera psicológica, resultarían mucho
más complejos.

Existen sujetos, por ejemplo, que ante situaciones que
conllevarían sufrimiento, no reaccionan de esta manera y
para evitarlo, se evaden de la realidad objetiva y buscan salidas
ideales a sus problemas.

En otras ocasiones, se asume una postura estoica, de
resignación, que los llevan a la conclusión de que
el hombre nace para sufrir.

Podemos decir por tanto, que el sufrimiento es un
aspecto propio de la existencia humana por el que debemos
transitar siempre que nos encontremos ante problemas y
situaciones difíciles (pérdida de seres queridos,
por ejemplo).

Nos preguntamos entonces, cómo evitar o disminuir
los sufrimientos humanos. Indudablemente, para evitar el
sufrimiento o al menos atenuarlo en alguna medida, debemos actuar
sobre su causa: el dolor. Véase como ejemplo la muerte de
un ser querido; aquí el individuo deberá sufrir, no
obstante, se impone actuar sobre la percepción que del
problema tiene el sujeto. Esta actuación debe estar
encaminada a estimular una actitud que le permita asumir
valientemente el hecho y enfrentarlo con una visión
positiva de lucha que le permita sobreponerse al sufrimiento y
continuar su vida.

El enfrentamiento al sufrimiento depende también
de otras categorías psicológicas que
transformarán su impacto en el ser humano, como por
ejemplo: temperamento del sujeto, carácter, flexibilidad,
autoestima, etc.

La felicidad

Mucho se ha escrito sobre la felicidad. Hoy en
día, se publican artículos y libros de recetas para
obtenerla, y donde la mayoría de las veces buscan trabajar
en cuestiones externas al individuo. Refiriéndose a ella
nuestro apóstol dijo: "La felicidad existe sobre la tierra
y se conquista con el ejercicio prudente de la razón, el
conocimiento de la armonía del universo y la
práctica constante de le generosidad".

Epicuro desde el siglo IV ane trató el tema de la
felicidad al plantear:" La filosofía como el camino para
que el hombre conquistara la felicidad… mediante esta el
hombre se libera de todo deseo inquieto o molesto."

Otros autores como Immanuel Kant afirmaban que: "La
felicidad resulta el ideal de un estado o condición
inalcanzable, concepto en un mundo sobrenatural y por
intervención de un principio omnipotente".

Existen disímiles opiniones, sin embargo: la
más común de sus acepciones es la que concibe como
un estado de ánimo en posesión de un bien. La
mayoría de las personas coinciden en ciertos criterios al
definir si son felices o no, teniendo en cuenta la
posesión de bienes espirituales y materiales como: tener
una familia sólida, tener las necesidades materiales
resueltas, satisfacción de las necesidades espirituales,
correspondencia en el amor, realización profesional y
personal, no ser discriminado por causa alguna, etc.

Por lo general tendemos a buscar la felicidad fuera de
nosotros y no dentro.

Hay quienes afirman que ser feliz es alcanzar un estado
de placer absoluto por encima de todos los problemas que pueden
rodear al ser humano. Otros le dan un condicionamiento
genético, dándole carácter innato y
fatalista al problema.

Sería válido considerar la felicidad como
el hecho de saber enfrentar con valor aquellos acontecimientos
que son propios de la condición humana y que nos hacen
reflexionar sobre nuestra existencia: enfermedades, muerte,
problemas económicos, etc.

La felicidad tiene un componente social, pero a la vez
un sentido individual. Debemos buscar la felicidad dentro de
nosotros mismos, para ello hay que estar preparados y educados.
En ocasiones la posibilidad de una vida feliz está cerca y
no conseguimos verla por falta de perspectiva. La felicidad
depende de nuestro sistema de valores, de nuestro sentido de la
vida y en especial del desarrollo de nuestra
espiritualidad.

Hoy en día la ciencia ha demostrado que muchos
problemas de salud (enfermedades cardiovasculares,
úlceras, cefaleas, etc.) son el resultado de tensiones, es
decir, de nuestra infelicidad. En las personas que sufren un
estrés continuado se produce una depresión en su
sistema inmunológico, dejando así las puertas
abiertas a las enfermedades.

La felicidad (bienestar físico, psíquico y
social) debe concebirse como la valoración positiva de la
vida y a ello contribuye en alto grado la salud. Entre el
concepto de salud y felicidad existe una estrecha
relación, que debe ser del dominio del profesional de la
salud en su quehacer cotidiano. Debemos prolongar la vida, vivir
a plenitud, con la mejor calidad posible. Nuestro sistema de
atención de la salud por tener al hombre como centro de su
atención brinda las posibilidades a todos los ciudadanos
de Cuba a una atención con pertinencia y calidad
según señala la UESCO en su declaración
universal de los derechos del hombre.

La muerte

"La muerte, hermana gemela de la vida, es tan bella
como ella misma, no es un enigma, sino una necesidad
filosófica. Cuando el cuerpo siente la fatiga de un
día de trabajo, duerme ¿no es el sueño un
placer?, la muerte es otro, más hondo, más
absoluto, porque se ha hecho esperar más tiempo. No hay
choque ni temor en la muerte, cuando el sano equilibrio se ha
conservado durante la vida….La máquina no se rompe
cesa, y eso es todo. Después ¿qué importa?
¡La obra está hecha! ¡El creador reposa!
¡Es su recompensa! Bienaventurados los que mueren y legan
el sublime ejemplo de su agonía a sus
hijos".

Miguel de Carrión (1875-1929)

Estar de frente a la muerte puede llevarnos a una
actitud ante la vida más enérgica, más
positiva y saludable, y el hecho de que las personas se
amedrenten por la muerte no logra disipar la angustia ante el
profundo misterio de este fenómeno y aceptarla como algo
natural.

La pérdida de un ser querido siempre, en mayor o
menor grado, originará una crisis en el seno de la
familia. Cuando la muerte es de manera súbita (un
accidente de tránsito o una enfermedad fulminante por
ejemplo) en aquellos que disfrutan de una vida plena, la
adaptación de los familiares a la pérdida es
más difícil. Cuando el saber y el juicio le dan al
médico la certeza de que su ciencia no tiene utilidad para
salvar esa vida, los instrumentos para lograr su arte
serán la compasión y el consuelo para el paciente y
sus familiares.

En otros términos: la muerte nos acompaña
toda la vida, nace con cada uno de nosotros, crece bebiendo de
nuestros sueños, triunfos y frustraciones y al final se
enseñorean sobre nuestra suerte. Vivir es, desde cierto
punto de vista, aprender a asumir la muerte.

Una vez que el individuo nace, el hecho inexorable al
que conduce su propia existencia es la muerte. Podemos aseverar,
que lo único totalmente seguro que nos concede la vida es
la muerte, sin embargo, de manera consciente o inconsciente, la
rechazamos y hacemos todo lo posible por alejarla.

Erick From, psicoanalista, plantea en su
teoría de la dicotomía existencial que:
todo ser humano sabe que es mortal, pero niega su propia
mortalidad y por ello se aferra a la vida.
Por otro lado
Tomás Browne señala: el largo hábito de
vivir nos ha indispuesto para la muerte" y solo cuando su
posibilidad se nos acerca es que comenzamos a valorar que su
presencia puede ser real y llevarnos a la finitud de nuestro
ser
.

El médico es el máximo ejemplo de quien
lucha contra ese enemigo común que en la batalla de la
vida es la muerte, y aún a sabiendas de que al final esta
saldrá victoriosa, pues siempre en un momento a ella le
tocará ganar, su profesión está encaminada a
postergarla lo más posible y es nuestra máxima
satisfacción vencerla en los combates que representa los
diferentes procesos morbosos que ocurren en el transcurso de la
existencia ya sea previniéndolos o
curándolos.

A medida que la edad avanza, el individuo se prepara
más y disminuye la aprensión de morir; tal parece
que es el amor a la vida es lo que nos hace ver a la muerte como
un obstáculo para su prolongación. Ante la
posibilidad de morir, es oportuno señalar que ni la
persona más talentosa o mejor instruida se siente libre de
temores y angustias cuando está irremediablemente
enferma.

Las distintas modalidades de la respuesta
psicológica ante la enfermedad siempre están
determinadas por la personalidad, en la que influyen el tipo de
afección y la repercusión que ésta tenga
sobre su imagen corporal, valoración social y
desempeño laboral, así como las ideas preconcebidas
sobre la actuación del médico.

El abandonar la vida de manera digna es un objetivo
noble, pero no siempre logrado. Dignificar la muerte significa
que se considere al moribundo como una persona responsable y con
sentimientos, a la que se respete su intimidad y a la cual se le
debe satisfacer su necesidad de afecto sincero de familiares y
amigos.

Existen tres temores fundamentales ante la
muerte:

  • El temor ante el evento mismo.

  • El temor a lo que hay después.

  • El temor a lo que se deja.

El paciente grave que se supone morirá pronto,
muchas veces tiende a ser aislado, alejado de sus
compañeros de sala y en ocasiones de su familia, pensando
en evitarles el enfrentamiento con una experiencia vital que nos
asusta: la muerte. Sin embargo, el cuidado del paciente moribundo
conlleva aspectos éticos que el personal de salud debe
conocer y practicar, para que hasta el último momento de
su vida el enfermo reciba la atención que merece por su
condición humana y poder morir con dignidad.

También es importante la atención
después de la muerte, la asistencia del médico y la
enfermera a las exigencias es el colofón final. La
experiencia indica que esta actitud es gratificante, ya que
después de todo, la relación humana ha sido intensa
e íntima, por breve que esta haya sido.

El intento médico de prolongar la vida, por medio
de complejas tecnologías, en pacientes con estados
irreversibles, debe encaminarse a mitigar el dolor y el
sufrimiento del paciente para lograr una muerte digna. La
obstinación terapéutica es un error ético y
una falta de competencia. En este sentido Thomas, se refiere a
dos tipos de ensañamiento terapéutico que hay que
evitar:

  • El consistente en querer prolongar la vida a toda
    costa.

  • El eutanásico, que decide rápidamente
    que lo mejor para el enfermo es la muerte.

Si por un lado la eutanasia no es lo que concebimos
éticamente correcto en nuestro país, tampoco lo es
el criterio que tienen algunos médicos de que "mientras
haya un soplo de vida hay esperanza"; criterio que ha conducido a
implantar la distanasia (la prolongación injustificada de
la agonía en enfermos en quienes la medicina ya no tiene
nada que ofrecer).

El médico debe estar consciente de lo que implica
prolongar la vida de un paciente. Si existe una probabilidad
razonable de que sobreviva a su enfermedad, todo esfuerzo
está justificado. Si está consciente de que no va a
sobrevivir y de que no hay manera de saber cuánto tiempo
estará "vivo" mediante técnicas y tratamientos
sofisticados, debe valorar lo que significa en sufrimiento para
el paciente y en costos y sufrimientos para la familia, debemos
tratar a nuestros pacientes como desearíamos ser
tratados.

La muerte en la actualidad se está
hospitalizando, y ya el mayor por ciento de los pacientes del
mundo muere en los hospitales, alejados de sus seres queridos, en
estado de aislamiento y soledad, con tubos en todos los orificios
y agujas en las venas (80% en Estados Unidos). Un
sociólogo estadounidense llama pornografía de
la muerte
a este fenómeno de manipulación
y disfrute de la muerte por parte de la sociedad de
consumo
.

Es deber del médico curar y aliviar en la medida
de lo posible el sufrimiento, teniendo siempre a la vista los
intereses de sus pacientes.

El médico se abstendrá de utilizar o
emplear cualquier medio extraordinario que no reportara beneficio
alguno al paciente.

El neoliberalismo en el tercer mundo acentúa las
diferencias, la injusticia distributiva y el acceso real a los
servicios de salud, a su vez, los países desarrollados
incrementan la comercialización y el encarecimiento de la
atención médica.

La satisfacción de las necesidades de la
población coloca en primer plano la salud, por lo que es
tarea prioritaria de nuestro país, la atención
médica a nuestro pueblo, y el rescate de las acciones
éticas que la componen.

La salud en Cuba es un derecho inalienable del pueblo,
por lo que el desarrollo de la ciencia y la tecnología en
la rama de la salud responden a la satisfacción del pueblo
trabajador, garantizar una atención con calidad, lo que
nos permite aliviar en los pacientes el dolor y el sufrimiento
.

La aplicación de la pedagogía marxista en
la formación de un profesional de la salud desde el
paradigma biosicosocial es la garantía del modelo de salud
revolucionario e internacionalista que constituye un ejemplo de
desarrollo para los pueblos del mundo.

Conclusiones

Después de haber realizado el estudio sobre los
temas (dolor, sufrimiento, muerte y felicidad) se ha llegado a
las siguientes conclusiones:

1- Que el tratamiento a estos fenómenos de la
vida del hombre ha sido tratado por historiadores,
sociólogos, investigadores y sobre todo por
filósofos que le han dado diferentes interpretaciones y
orientaciones a los mismos.

2- La explicación y tratamiento a las cuestiones
de la vida, la muerte , el dolor, el sufrimiento y la felicidad
como hemos reflexionado han pasado por diferentes etapas del
desarrollo de la humanidad, por consiguiente su tratamiento no ha
sido igual en ellas , sobre todo se tiene en cuenta el desarrollo
de la ciencia y la tecnología , las políticas en su
aplicación y como estas han influido en los procesos
tratados en estas reflexiones.

3- En Cuba por participar en una Revolución
socialista, donde la salud es un derecho del pueblo nos permite a
los trabajadores de la salud brindar una atención de alta
calidad, garantizando así una vida larga y prolongada a
nuestro pueblo, según se plantea en los fundamentos del
desarrollo humano sostenible.

4- La atención al paciente se fundamenta en la
ética del marxismo leninismo que promueve la de preveer,
curar e incorporar al paciente a llevar una vida social activa;
donde el respeto, la privacidad, cuidado y atención
prevalezca en la vida de cada ciudadano cubano.

Bibliografía

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8.      Núñez de
Villavicencio E. Psicología médica. La Habana:
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Autor:

M.Sc. Raquel M. Sarduy
Gálvez

Enviado por:Mario E. Dorta
Polier

Profesora Asistente :CUM Quemado de
Güines. Ciencias Médicas.

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