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Sistema político de Venezuela



  1. Principales fases en el
    desarrollo del sistema de partidos de Venezuela
  2. Conclusiones
  3. Bibliografía

Principales fases
en el
desarrollo del sistema de partidos de
Venezuela

  • Desde 1958-88: Se da una progresiva
    conformación de una democracia bipartidista con
    características de un autentico duopolio (1958-88). Es
    importante destacar que a la misma le precedió la
    experiencia hegemónica del partido Acción
    Democrática, la cual duro tres años (1945-48),
    luego de ser derrocada por el gobierno dictatorial de
    Pérez Jiménez quien estuvo en el poder los
    siguientes 10 años (1948-1958).

  • Desde 1988-2000: Es la etapa del declive
    bipartidista (1988-98), que va a desembocar en la
    constitución de una democracia plebiscitaria
    (1998-2000).[1]

Sobre esta base histórica, nosotros nos
centraremos en las últimas dos etapas del desarrollo del
sistema de partidos venezolano.

El Pacto de Punto Fijo como acuerdo del nuevo orden

El derrocamiento en 1958 de la dictadura perezjimenista,
régimen avalado por Estados Unidos, no hubiera sido
posible sin la intervención de los militares en acuerdo
con las principales fuerzas partidistas en la clandestinidad, las
cuales reafirmaron sus identidades y se consolidaron como tales
durante los diez años que estuvieron en el exilio. A este
derrocamiento también lo llamamos golpe cívico
militar, ya que nos referimos a la unión,
inverosímil pero real, de la izquierda, la derecha y de
los militares para luchar por una mayor apertura del
régimen.

Tanto el partido Acción Democrática, como
la Unión Republicana Democrática (portavoz de una
clase media radicalizada que no se identificaba con AD) y el
Comité de Organización Política Electoral
Independiente (orientado hacia posiciones de derecha y
anticomunista) estaban ávidos de militancia dentro del
nuevo contexto de una democracia competitiva. Este nuevo clima
que se impone recoge lo que algunos autores han denominado "el
espíritu del 23 de enero" en el cual se expresaba la
necesidad perentoria de llegar a acuerdos básicos
consensuales que comprometan a las elites partidistas en
políticas de democratización efectivas.
[2]

El gran acuerdo que fundó este "nuevo orden
democrático" fue el que se expresó en el "Pacto de
Punto Fijo" en el cual los partidos AD, URD y COPEI se
comprometían a respetar los resultados electorales y
asegurar un programa de gobierno en el que concurrieran todos los
partidos involucrados. Si bien sectores como el militar y la
Iglesia apoyaron este acuerdo, no así lo hizo el Partido
Comunista de Venezuela (PCV) que, al quedar excluido del Pacto,
adoptó una línea dura de oposición que lo
llevo a incorporarse a la lucha armada.

Este acuerdo hace especial a Venezuela, no solo porque
es un acuerdo de tipo único en América Latina sino
también porque, increíblemente, duró 40
años (hasta 1998). Este Pacto muestra cómo el
clivaje político ya no se encuentra en las
ideologías, como lo era en los orígenes de los
partidos tradicionales, sino que se centra en una
concepción política de administración, de
gestión, donde tanto la izquierda como la derecha se
tornan hacia el centro por cuestiones "pragmáticas",
volviéndose ambos cada vez más neutros
ideológicamente.

Elecciones de 1958

En las elecciones de diciembre de 1958 ganó
Rómulo Betancourt de AD con un amplio margen sobre sus
oponentes. Si bien la URD, bajo la conducción de
Jóvito Villalba, había quedado en segundo lugar
poco a poco fueron dejando su lugar de segunda fuerza a COPEI,
quienes sí contaban con las simpatías del liderazgo
adeco. La vocación hegemónica de AD debió
ceder de éste modo a la presión de sectores de la
oposición ganados para la construcción
democrática, reafirmando así la tendencia hacia el
bipartidismo, excluyendo de entrada a eventuales terceras
fuerzas.

Gobierno de AD

Una vez en el poder, Acción Democrática
afrontó varios conflictos al interior del partido, los
cuales trajeron varias fragmentaciones en el mismo. El partido
enfrentó desde el comienzo las aspiraciones de un sector
juvenil radicalizado, muy influido por la revolución
cubana, que exigía al partido una política
más revolucionaria. El hecho de que las primeras
decisiones gubernamentales de AD en el poder hayan sido vistas
como antipopulares y conservadoras provocaron la primera
división del partido con la fundación del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR, 1960).

Una segunda división se produjo en 1962 con la
salida del partido de un grupo de dirigentes medios comandados
por Raúl Ramos Jiménez. Dos años más
tarde, este grupo se constituyo como Partido revolucionario
Nacionalista (PRN).

La tercera división de AD, en las elecciones de
1968, poseía un contenido ideológico mayor que en
las precedentes. El liderazgo de Luis Beltrán Prieto
Figueroa y su frustrada candidatura presidencial Adeca
está en el origen del Movimiento Electoral del Pueblo
(MEP), partido que nació inclinándose hacia las
posiciones de una izquierda radical, que no se ajustaba a la
política pragmática de AD en el poder.

COPEI en el poder por primera vez

A partir de la tercer fragmentación de AD, es que
encontraremos la causa decisiva del primer triunfo electoral de
Caldera y COPEI en 1968, hecho que reafirmó el
carácter bipartidista de la democracia
venezolana.

La experiencia de COPEI en el gobierno presentó
como principales conquistas la pacificación y
reinserción de la izquierda guerrillera en la
política democrática y reformas institucionales de
corte modernizante. Asimismo, la coyuntura estaba dada por la
extensa penetración social de los partidos y una
emergencia importante de los mismos, elementos que crearon una
arena política más pluralista.

Dentro de este bipartidismo surgió un nuevo
"tercer partido" con capacidad para transformar este sistema en
uno de "dos partidos y medio" de la mano del Movimiento al
Socialismo (MAS). El mismo nació de la
fragmentación del PCV en 1970 en un contexto de
surgimiento de grandes coaliciones de izquierda en Cono Sur. El
MAS, muy lejos del socialismo soviético, puso
énfasis en la necesidad para el país de superar la
dependencia del capitalismo, queriendo plantear así un
socialismo democrático o "socialismo a la
venezolana".

Elecciones de 1973

En estas elecciones gana el adeísta Carlos
Andrés Pérez con un 48% de los votos frente a un
COPEI que si bien quedó en segundo lugar dejo muy
atrás a la tercera fuerza. Es aquí donde se
inaugura un periodo de "voto castigo" al interior del
bipartidismo desde el año 1968 al 83. Es decir, el
éxito de Ad se debió exclusivamente al descontento
con el primer gobierno de COPEI.

El gobierno de Pérez, con políticas de
corte populista, se dio en un contexto de bonanza petrolera y
crecimiento de la burocracia estatal que acentuaron
significativamente el carácter clientelar del aparato
burocrático partidista.

En esta época el sistema de partidos venezolano
se configuró de la siguiente manera: las dos principales
fuerzas adoptaron orientaciones menos ideológicas,
convirtiéndose en auténticos partidos atrapatodo
que constituyeron estructuras más cerradas que antes,
adoptando un "centralismo democrático". Claramente
éste centralismo gestado en 1973 consolidó el
duopolio partidista hasta las elecciones de 1988, y dentro de
éste fortalecimiento la relación bilateral entre
ambos, va a ir poco a poco desdibujando las diferencias
ideológicas que los separaron en sus orígenes,
tendiendo así a defender cada vez más los mismos
intereses. A este sistema Juan Carlos Rey lo ha denominado
"populista", en la medida en que para los dos partidos "el ideal
es un gobierno que responda máximamente a los deseos y
preferencias de la mayoría de los electores y en el que
estos ejercen máximo control sobre los
elegidos".[3]

Triunfo de COPEI en elecciones de 1978

En 1978 gana el copeista Luis Herrera Campins, quien se
impone por amplio margen al candidato de AD. De más esta
decir, como vengo diciendo a lo largo de esta etapa, que esta
alternancia en el poder sirvió una vez más para
consolidar el posicionamiento de los dos principales partidos
frente a fuerzas de la oposición.

Retorno de AD en 1983

AD retorna al poder en el año 1983 de la mano de
Jaime Luschini, quien pese a su alta popularidad, la
sucesión del año 1988 se presentó desde el
principio como un reacomodo de fuerzas en el seno del partido del
gobierno. Esto respondió al profundo declive del
bipartidismo que se gestó desde el gobierno de
Campins.

Ocaso del sistema bipartidista

Me es necesario aquí hacer un paréntesis
para poder explicar el porqué del declive del sistema
bipartidista venezolano. Teniendo una estabilidad política
ya alcanzada y a la oposición totalmente débil,
dicho duopolio se apoderó del aparato del Estado, creando
en él un profundo crecimiento de corrupción
administrativa; ineficiencia en los servicios públicos;
control del Ejecutivo sobre los poderes Legislativo y Judicial; a
esto se le suma el excesivo centralismo de las decisiones
políticas, las cuales empezaron a resentirse no solo por
la oposición leal sino también al interior de ambos
partidos. Esta fricción de debe a que, como comenté
anteriormente, los partidos de la coalición bipartidista
no solo comenzaron a sufrir un costoso desgaste sino que
también se dió una progresiva
desideologización de ambos, al punto de crear un vacio de
representación política.

AD devuelta en el poder

Fue en este periodo de ocaso económico y
político en donde el histórico cuadro
adeísta, Carlos Andrés Pérez, triunfó
con el 56% de los votos, por segunda vez, en las elecciones
presidenciales de 1988. Si bien el porcentaje con que ganó
fue importante, este nuevo gobierno lucía cargado de
peligros para la estabilidad del sistema.

Se podría decir que existieron varios elementos
que sirvieron para la pronta inestabilidad del sistema. El primer
elemento que encontramos es que Pérez,
desentendiéndose de las expectativas normales de los
dirigentes de su partido, designó un equipo de
tecnócratas para aplicar medidas de ajuste
antipopulares[4]marcando así un claro
distanciamiento de lo que fue hasta aquí una "democracia
de partidos". A esto se le suma la descentralización
político-administrativa que arrancó con la primera
elección directa de gobernadores y alcaldes. Estos
liderazgos regionales como efecto debilitaron aún mas la
estructura nacional partidista, ya que la centralización
de la decisión en la política pública pronto
chocó con los intereses de los candidatos de las
provincias. Coetáneamente, emergió una nueva
lógica de intereses, proveniente del espacio
extrapartidario.

Como claro indicador del declive definitivo del
fracasado gobierno de Pérez, agrego la conocida protesta
masiva del "Caracazo", del 27 de febrero de 1989, que se
gestó espontáneamente por una masa popular
totalmente descontenta con dicho gobierno y el golpe de Estado
del año 1992, en donde se concreta la destitución
de Pérez, trayendo consigo una nueva relación de
fuerzas que configuró un nuevo mapa en la arena
política venezolana.

1993: Primer gobierno de Convergencia
Nacional

En 1993 se da un proceso electoral disímil a los
precedidos, ya que las dos grandes fuerzas estaban tan
disminuidas como desacreditadas y se presentaron otros tres
partidos (Causa radical, MAS y Convergencia Nacional) quienes
compitieron significativamente en la competencia interpartidaria.
Así fue como Rafael Caldera, presentándose como
candidato extrapartidario, ganó holgadamente las
elecciones.

Si bien Caldera contaba a su favor con elementos que le
eran favorables para una mayor concentración del poder,
como apoyos políticos heterogéneos y que los dos
partidos tradicionales estaban desgastados, esto no
alcanzó para hacer frente a la crisis coyuntural. Asimismo
y en total contradicción con sus promesas electorales, sus
decisiones en materia política pública no pudieron
ser más impopulares.

Caldera intento así por todos los medios
fortalecer desde el gobierno a su nuevo partido Convergencia
Nacional, incorporando a unos cuantos ex dirigentes de COPEI. No
habiendo obtenido los resultados deseados, tuvo que buscar apoyo
de AD, partido que nostálgico del poder se propuso
recuperar sus posiciones perdidas. Bajo la conducción del
pragmático y autoritarista Luis Alfaro Ucero, AD,
ofreció su apoyo al gobierno calderista, a fin de
fortalecer sus propias aspiraciones presidenciales con miras a
1998. Así fue como AD cumplió en la práctica
las funciones de partido de gobierno.

Muy lejos de constituirse como "la promesa de cambio"
por ser el primer gobierno no partidista de la etapa
democrática, el gobierno calderista, a mi entender,
resulto "más de lo mismo".

Elecciones de 1998: Coyuntura y configuración del
sistema de partidos

Llegadas las elecciones, como dije en reiteradas
oportunidades, los partidos ya habían perdido gran parte
de su tradicional liderazgo, particularmente el control que
ejercían sobre las campañas electorales. De modo
tal que, la presencia de candidatos extra-partido (como Hugo
Chávez) obedecía en buena parte al clamor general
de un electorado propenso hacia otras alternativas
políticas. [5]

Sobre el ocaso de este bipartidismo se refirió
Manuel Caballero, quien dijo que "es un hecho que el desprestigio
del partido político nunca había llegado tan bajo
desde 1958. Aquí conviene separar dos cosas: una es el
desprestigio del bipartidismo, tal como se había
presentado desde el Pacto del Punto Fijo; y otra es el
desprestigio de la institución partidista en general que,
al confundirse democracia y régimen de partidos y
política a secas, conduce a un rechazo de la democracia y
de la política."[6]

Cuando el Congreso tomó la decisión de
separar las elecciones parlamentarias (en noviembre de ese
año) de las presidenciales (en diciembre), las primeras
cumplirían la función de "primera vuelta"
permitiendo así a todos y cada uno de los partidos
contarse a fin de proceder en la "segunda vuelta" presidencial a
los delineamientos requeridos. Esto se debe a que ya era muy
evidente la creciente polarización del
electorado.

Los resultados de noviembre constituyeron una base firme
para advertir la insuficiencia electoral del bipartidismo, ya que
AD obtuvo 24% y COPEI el 12%, para imponerse al candidato
adversario. Puesto que los dos partidos tradicionales conservaban
un numero apreciable de escaños en el nuevo parlamento, la
necesidad de sumar votos frente a la "amenaza Chávez" los
condujo directamente a la conformación de un "Polo
Democrático" en torno de la candidatura presidencial de
Salas Roemer, quien fue fundador de Proyecto Venezuela (PV) y ex
militante de COPEI, a fin de confrontar al tan temido "Polo
Patriótico" de Hugo Chávez.

El contexto de las elecciones presidenciales fue tan
virulento para los equipos dirigentes, que cuando llegó el
momento de designar candidatos para presidente y de armar listas
para el Congreso, una buena parte de los candidatos que quedaban
afuera se iban autoexcluyendo del partido correspondiente. Este
fenómeno se extendió mas allá de AD y COPEI,
afectando aquellos partidos que recién habían
alcanzado posiciones relevantes, como Causa Radical, la cual se
divide, dando origen así a un partido mas belicoso y
sostén invalorable del chavismo naciente: Patria Para
Todos (PPT). Hacia la izquierda, el MAS se divide, marginando a
casi toda la dirigencia histórica que a su vez funda un
nuevo partido: la Izquierda Democrática que no se
identifica con la candidatura de Chávez. La Convergencia
Nacional queda reducida al entorno más cercano a Caldera.
A tal punto había llegado el descrédito de los
partidos que el candidato del antichavismo, salas Roemer, hizo
todo lo posible para no ser identificado como el candidato de AD
y de COPEI.

Resultado de las elecciones presidenciales de 1998

La estrategia bipartidista de apoyar una candidatura
extra-partido, que se presentaba adelante en las encuestas,
estuvo rodeada de tal incoherencia que la presentación
conjunta de los candidatos, enemigos de la víspera, tuvo
resultados totalmente contraproducentes que alimentaron en el
electorado las voces del rechazo a los "40 años de
bipartidismo y corrupción", precipitando el éxodo
masivo de los votantes hacia la "solución Chávez".
[7]Cuando Chávez obtuvo un número
considerable de escaños, desde las filas del bipartidismo
el desconcierto fue aun mayor respecto a qué
pasaría.

Aún sabiendo que el chavismo, en sus
orígenes, canalizaba aspiraciones políticas de un
grupo de militares, el electorado no vaciló en votarlo.
Esta decisión, a mi entender, responde a la conjetura que
plantea Caballero de que, el electorado "metió en una
misma bolsa" a la desprestigiada institución partidista
con política y democracia, rechazando a esta última
con la elección a Chávez. Asimismo, mientras que
durante la etapa del bipartidismo, fundamentalmente entre 1968 y
1983, el electorado votaba a un partido como mecanismo de castigo
hacia el otro (que comúnmente estaba en funciones) creo
que en estas elecciones de 1998 se eligió a Chávez
como castigo, pero esta vez hacia ambos partidos puntofijistas.
Hugo Chávez no solo que siempre se quiso diferenciar de
los 2 partidos tradicionales, sino más bien que
adhería y comulgaba con ideas expresadas y ejecutadas por
marcos Pérez Jiménez durante su dictadura militar
(1952-1958), gobierno que precedió a la era de los
"duopolios" puntofijistas[8]Así como ambos
partidos emergieron como el acuerdo de "un nuevo orden",
así también creo que Chávez surgió
con la misma dinámica sistémica.

En sus orígenes, el chavismo se manifestó
como una fuerza que canalizaba las aspiraciones políticas
de un grupo de militares. El Movimiento Bolivariano
Revolucionario (MBR 200) era una logia militar que desde sus
inicios, en 1983 con 200 miembros, se había preparado por
largos años para tomar el poder a fin de terminar con la
corrupción y la pobreza. De hecho, tuvieron un fallido
golpe en febrero de 1992, hecho que si bien no logró el
objetivo que se plantearon, sí sirvió para que se
organizaran al interior del mismo y para que se constituyeran en
una futura alternativa cívico-militar.

En la campaña electoral de 1998 el MBR 200
creó el Movimiento Quinta Republica (MVR) como estructura
electoral que le permitiría establecer alianzas con grupos
y organizaciones de signo ideológico diverso que deseaban
apoyar la candidatura de Chávez. Aquí me es
necesario hacer un pequeño paréntesis para explicar
la curiosa composición multicolor del MVR. Según
Arvelo Ramos, el MVR esta constituido por: 1) "el chavismo
popular y democrático"; 2) El de sus militaristas a
ultranza, grupo antidemocrático, culturalmente
homogéneo, con unidad de mando y objetivos
inequívocos; 3) el de los "leninistas", grupo
antidemocrático promotor de la dictadura de un solo
partido.[9]

Frente a esta variada, por no decir rara, mezcla no es
inaudito pensar que tendría poca esperanza de vida. Aunque
la realidad demostró lo contrario, ya que poco a poco el
MVR fue recogiendo el creciente voto castigo ante el vacío
dejado por los dos principales partidos, entrando a competir con
éstos en el terreno nuevo de una política
neopopulista[10]que se fue ampliando con el
creciente descontento hacia la vieja clase política. La
conformación impostergada de un Polo Patriótico, en
el que además del MRV entraron como socios menores el MAS,
PPT y PCV, se presentó en diciembre ante el electorado
como la fórmula efectiva para acabar de una vez con la
democracia bipartidista. De hecho fue éste triunfo
electoral el que terminó por crear condiciones para que el
MVR terminara por relevar del todo al MBR 200.

Fue así como Hugo Chávez Frías
obtuvo un importante margen de victoria, el cual fue ayudado no
sólo por el declive de los partidos tradicionales, sino
también por la abstención[11]sin
precedentes que hubo en dichas elecciones (de toda la etapa
democrática).

Clivajes Sociales para entender la etapa Chavista

La ofensiva político-militar de Hugo
Chávez comenzó por identificarse con una "idea
general" más abstracta que real, de democracia
participativa y protagónica incorporada en el esfuerzo por
desplazar a la democracia representativa de los partidos
corruptos del "puntofijismo". De aquí que un nuevo clivaje
se haya ido conformando a partir de las elecciones regionales y
presidenciales de 1998. Trátese del clivaje encarnado en
la oposición "democracia de partidos/democracia
plebiscitaria". Y es que desde sus orígenes, a mi
entender, en 1992 el chavismo ya se ha venido presentando como la
expresión de una "nueva democracia" que, a partir del
líder, llamémosle: revolucionario,
sustituiría la hegemonía bipartidista del pasado
reciente.

La constitución sociológica de una
democracia plebiscitaria marca para Venezuela la época del
"retorno al líder", fenómeno que ha caracterizado
en la década de los ´90 a experiencias neopopulistas
en varios países de América Latina: como Fujimori
en Perú o Bucaram en Ecuador.

Según el autor Felipe Burbano de Lara, este
fenómeno obedece al surgimiento, en ciertos países,
de una forma de liderazgo muy personalizada que emerge de una
crisis institucional de la democracia y del Estado, de un
agotamiento de las identidades conectadas con determinados
regimenes de partidos y ciertos movimientos sociales, de un
desencanto generalizado tras la crisis de la "década
perdida". El neopopulismo correspondería, por un lado,
según Burbano de Lara, a la mayor o menor dificultad que
tienen los países latinoamericanos para adaptar sus
culturas políticas a las instituciones de la democracia, y
por otro lado a la imposibilidad de las instituciones para
procesar conflictos que escapan a su propio marco
cultural".[12]

Ahora bien, ¿qué es una democracia
plebiscitaria? En términos de Guillermo O"Donnell, la
misma debe entenderse como una forma de democracia que,
oponiéndose al carácter representativo o delegativo
es asumida por sus principales actores como la expresión
personalizada del "pueblo soberano", excluido de la
competición democrática de los partidos.
Trátese de una formula política caracterizada por
un marcado antipartidismo y por la invocación abstracta
del contenido democrático, reflejado en un ilusorio
"plebiscito de todos los días". En esta concepción
de la política queda también excluido el propio
partido o movimiento, el mismo que ha canalizado el esfuerzo del
líder que afirma contar con el mandato popular expreso en
sus triunfos electorales.

De aquí es que puedo afirmar con seguridad que
Chávez prescindió de los partidos y el "movimiento"
que resulta, sólo es aceptado como un instrumento para el
fortalecimiento de la figura presidencial que conduce al llamado
"proceso revolucionario".

Gestión de Hugo Chávez (1999-2002)

Ya al principio de su gestión, hubo factores
claves que determinaron una clara tendencia
"cesarista"[13] en el gobierno de Hugo
Chávez Frías. Por empezar, el movimiento que
integraba, MVR, constituía una estructura electoral
vertical y centralizada plenamente al servicio de la figura de
Chávez, la cual al ser tan heterogénea lo colocaba
como el único capaz de mediar o acallar diferencias
internas, reforzando así su carácter de
líder imprescindible, marcando un fuerte personalismo y
total concentración de poder en su figura.

De acuerdo a Ramos Jiménez, si utilizamos el
continuum derecha-izquierda resulta operativo si nos detenemos a
observar el juego de actitudes y practicas políticas
efectivas en el sistema político venezolano ante el
"fenómeno Chávez". Por ejemplo, en cuanto a los
partidos de la oposición de centro (como AD; COPEI; CR;
Convergencia) y derecha (PV y PJ) el distanciamiento con el
gobierno de Chávez adquiere matices, más
ideológicos que de intereses, desde el momento en que
estas fuerzas de la oposición se plantean como tarea
prioritaria la defensa de la conquista democrática
(descentralización político-administrativa,
preeminencia del poder civil sobre el militar, etc.) frente a la
deriva autoritaria del nuevo régimen.

Primeros años de gobierno

De aquí que las elecciones en los primeros
años de la gestión de Chávez
(particularmente las relacionadas a la Constitución) se
hayan planteado como una serie de plebiscitos, en los que entraba
en juego, nada más y nada menos que el apoyo a la persona
del presidente Chávez. Aquí es donde coincido con
el autor Ramos Jiménez, el cual plantea que en el caso de
Venezuela "la alta polarizacion del electorado ha favorecido e
impulsado el funcionamiento de una democracia plebiscitaria que
se va construyendo en torno de la personalidad del presidente
carismático".[14]No obstante lo anterior,
creo que la realidad cruza a la polarización
contrarrestándola con la imposición de la fuerza
hegemónica del presidente, dejando toda posibilidad de
negociación trunca.

1999: Sanción de la CRBV

En la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV), sancionada en 1999 por referendo
popular, se incorporó al texto: 4 tipos de referendos
(consultivo, aprobatorio, abrogatorio y revocatorio); que los
partidos políticos pierden su nombre y pasan a llamarse
"organizaciones con fines políticos",
prohibiéndoles su financiamiento con dineros
públicos. Respecto a derechos humanos, la CRBV los
amplió, incluyendo derechos de los pueblos
indígenas a su autodeterminación y al respeto de
sus culturas.

En lo institucional, se reafirmó la centralidad
del Estado y se reasentó la propiedad estatal del recurso
petrolero, deteniendo así las tendencias privatizadoras
abiertas por la política de Apertura, tan criticada por
Chávez. Sobre este tema, es importante explicar que en su
política petrolera, el proyecto bolivariano reafirma la
propiedad estatal sobre el subsuelo y busca recuperar para el
Estado el control de esa industria, planteando en las
"Líneas Generales del plan de la Nación 2001-2007"
una renovada industrialización mediante un proceso aguas
debajo de esta industria. Asimismo, Chávez planteó
una conexión orgánica de PDVSA con el resto de la
economía, en contraste con el funcionamiento con que esta
había funcionado tanto antes como después de la
nacionalización.

Básicamente, "la CRBV respondía a una
propuesta estatista moderada en lo económico, distributiva
en lo social, independiente en lo internacional y a medio camino
entre la moderación y la radicalidad en sus instituciones
democráticas"[15].

La CRBV no es una ruptura con la Constitución de
1961, al contrario, expresa una reafirmación de las
orientaciones del anterior proyecto nacional desarrollista y
democrático, ajustado a los nuevos tiempos de la
globalización. Recordemos que el contexto regional en
donde se planteó la propuesta bolivariana, era bastante
opuesto a estas ideas, ya que predominaban enfoques neoliberales
de reducción del papel interventor del Estado y
privatización de servicios públicos en los
gobiernos latinoamericanos de turno.

A partir de 2001, se empezaron a producir fuertes
tensiones entre los diversos y heterogéneos grupos al
interior del MVR. Dichos conflictos provocaron escisiones al
interior de los partidos que integraban el MVR, como el PPT y
MAS, entre otros. A este vacío dejado por grupos civiles
lo tomaron grupos de militares que, en su mayoría
provenientes del MBR 200, acentuaron su presencia en la arena
política, avalados por Hugo Chávez, por supuesto.
No solo el chavismo se ensanchó por la presencia
castrense, sino también por la participación de
organizaciones populares como los tupamaros, Alexis Vive,
movimientos indígenas y afrodescendientes, entre otros
más variados.

No minimizando los importantes logros políticos
respecto del cambio del marco constitucional y el positivo
desarrollo económico de los primeros años, en lo
concreto, el desempeño gubernamental hasta el 2001, fue
realmente modesto reinando un clima de intensa polarizacion y
tensiones, las cuales crearon condiciones para el golpe de estado
de abril del 2002.

2006: Segundo gobierno chavista

En diciembre de 2006, Chávez fue reelecto para un
segundo mandato de seis años. Recibió el voto de
más de siete millones de venezolanos, el 63% de los votos,
resultando así una victoria sin precedentes. Esta victoria
fue posible, principalmente gracias a la combinación de un
vigoroso y sostenido crecimiento económico desde 2004,
producto del auge de los precios petroleros en el mercado
internacional y a la reforma petrolera que pudo desarrollarse una
vez que el gobierno pasara a controlar PDVSA, lo cual hizo
ingresar al fisco crecientes cantidades de renta
petrolera.

Con estos triunfos, Chávez lanzó una nueva fase
del proceso de cambios a la que calificó de
transición acelerada hacia el "socialismo del siglo XXI".
Para hacer real dicha transformación, el presidente
presentó un proyecto de reforma constitucional, el cual
era una estrategia para avanzar rápidamente hacia un
modelo socialista con orientación recentralizadota del
Estado, concentración de atribuciones y poderes en el
presidente como la reelección indefinida del ejecutivo,
debilitamiento de la alternancia y el pluralismo político,
entre otros aspectos. Esta propuesta, que evidentemente
radicalizaba y profundizaba el proyecto bolivariano en su
máxima expresión, no logro

convencer a las mayorías, de modo que el 2 de
diciembre de 2007 la propuesta fue rechazada
formalmente.

El motivo por el que tres millones de simpatizantes del
bolivarianismo prefirieran el día de las elecciones
quedarse en sus casas y que el resto votara por el no, responde a
que comenzaron a verse procesos de resistencia que apuntan al
inicio de una dinámica política distinta a la de
años anteriores.

Uno de esos procesos fue el desencadenado por el
autoritario cierre de Radio Caracas Televisión (RCT); el
distanciamiento de un importante flujo de oficiales de las
Fuerzas Armadas no solo hacia Chávez, sino también
hacia la institución, ya que un gran numero pidió
la baja de sus actividades en la misma[16]la
estigmatización de partidos como PCV, PODEMOS o el PPT,
por no querer disolverse. Estos procesos, entre muchos
más, fueron los factores que pusieron en evidencia una
clara propensión autoritaria por parte del gobierno de
Chávez Frías.

Luego del revés político del 2 de
diciembre de 2007, el presidente buscó recuperar apoyos
perdidos (haciendo un par de cambios en el gabinete y anunciando
el relanzamiento del PSUV) para repuntar lo que quedaba del 2007
y así entrar con el pie derecho al siguiente año.
Aunque, en la medida en que fue evolucionando el 2008,
demostró ser tan convulsionado como el 2007.

El año 2008, se inició con una cadena de
eventos que profundizaron la crisis del gobierno chavista. Dichos
eventos estuvieron caracterizados por intensos roces entre el
gobierno y la oposición. En primer lugar, por la entrega
por parte del Controlador General de la República, al
Consejo Nacional Electoral, de una lista de más de 400
inhabilitados políticos que no podrían postularse
para las elecciones de gobernadores, alcaldes o diputados. Luego,
la situación política se fue caldeando aún
más a mediados de año, cuando un conjunto de
decretos con rango de Ley del Ejecutivo Nacional, autorizado por
la "Ley Habilitante"[17] aprobada en 2007,
surgieron introduciendo cambios en los principios y estructuras
del Estado. Lo paradójico es que estos decretos
habían sido rechazados en la propuesta de diciembre del
2007. La crisis financiera de Estados Unidos, producida hacia
fines de septiembre, viró hacia la baja del precio del
barril petrolero en el mercado mundial, haciendo así que
el precio de la cesta venezolana baje a 40 dólares,
perdiendo en seis meses más del 50% de su valor. Fue
aquí donde el gobierno bolivariano, por primera vez,
comenzó a hablar de austeridad en sus gastos.

La consecuencia de éstos hechos hizo que el
resultado de las elecciones regionales y locales del 2008 no se
viera como un hongo que salió después de la lluvia,
sino más bien que fuera la clara expresión de estos
hechos. Dicho año fue para Venezuela un año movido
porque todas las gestiones de partidos y del gobierno estuvieron
organizadas teniendo en mente las elecciones para las
alcaldías y las gobernaciones, cuyos cupos serían
votados el 23 de noviembre. Es importante destacar la importancia
que significaban los resultados de las elecciones ya que, por un
lado Chávez se estaba jugando el mantener las redes
estructurales de poder a nivel nacional, para seguir
legitimándose democráticamente, y por otro lado, la
oposición tenía la difícil tarea de
demostrar al menos que el chavismo, que según ellos estaba
en decadencia, no ganaría las principales gobernaciones,
lo que significaría el triunfo de fuerzas alternas al
gobierno central.

Por su parte la oposición fue realizando varios
proyectos entorno a las elecciones como la implementación
de un programa llamado Tu Voto, que capacitaría una suerte
de fiscales para que el día de la votación se
vigile que no haya fraude y si los hay como
denunciarlos[18]Además han cerrado acuerdos
entre fuerzas de la oposición para sumar potencial
electorado que les permitiera estrechar la diferencia de puntos
con respecto al oficialismo. Se vislumbraba una peligrosa ventaja
para los partidos opositores en la ciudad capital, Caracas, lo
que preocupaba a Chávez porque se vería que su
figura, su administración, ya no es tan fuerte como supo
serlo en sus comienzos. Es decir que debía satisfacer
mayores demandas sociales si anhelaba asegurarse más
votos.

La oposición sin embargo contaba con una
desventaja. Luego de que en Venezuela la política estuvo
personalizada en una figura particular por tantos años
(Chávez) el grupo de fuerzas opositoras no tenía un
líder claro, sino líderes, y tal vez ello les
jugara en contra a la hora de elegir a un gobernante o
alcalde.

Los resultados de las
elecciones[19]dieron en la mayoría de las
gobernaciones como ganador al oficialismo, triplicando el
número de espacios cooptados. Sin embargo fue un gran
triunfo para la oposición ya que las tres alcaldías
donde salieron ganadores, Miranda, Zulia, Carabobo, representan
el 37%[20] de los ciudadanos, ajustando el margen
de maniobra de Chávez a la hora de hacer políticas
públicas. También demostró que el PSUV tiene
y mantiene una muy amplia cantidad de votantes, aludiendo a su
consolidación paulatina, y que ahora el Presidente
deberá seguir prestando atención a esos 6 millones
de votantes que lo eligieron, teniendo en cuenta que el 65,45% de
la población ha participado de las
elecciones[21]

Conclusiones

Venezuela es uno de los países más
especiales de América Latina porque paradójicamente
tuvo una emancipación tardía y en fases, hasta
encontrar su consolidación, pero una vez establecida fue
una de la naciones que más rápido se
desarrolló para competir a nivel internacional, alcanzando
en menor tiempo al resto de los países de la
región, incluso superando a la mayoría.

Otro elemento que hace distintivo a dicho país es
el acuerdo del Pacto de Punto Fijo, no solo porque fue un acuerdo
de tipo único en América Latina sino también
porque, increíblemente, duró 40 años (hasta
1998). Este Pacto muestra cómo el clivaje político
ya no se encuentra en las ideologías, como lo era en los
orígenes de los partidos tradicionales, sino que se centra
en una concepción política de
administración, de

gestión, donde tanto la izquierda como la derecha
se tornan hacia el centro por cuestiones "pragmáticas",
volviéndose ambos cada vez más neutros
ideológicamente.

En los años ochenta se hace una ampliación
en la ley electoral (que vale decir que fue una de las leyes
más alteradas de Venezuela en su historia). Se separan
entre gobierno y los municipios. Sin embargo estas alteraciones
no hacen mejorías sociales, muy por el contrario
incrementan los niveles de pobreza, creando una fuerte
exclusión social. Esto explica cómo en el
año 1998 Hugo Chávez Frías gana las
elecciones presidenciales, planteándose como una suerte de
"salvador", que sabe cooptar al sector excluido, que
"casualmente" eran la mayoría de la población. Con
la llegada de Chávez se da una refundación de
Venezuela como Nación, cambiando, por ejemplo, sus bases
más profundas, como el cambio de los íconos
nacionales, del nombre del país, los símbolos
patrios, su marco constitucional, entre otros elementos. Si bien
estos cambios fueron incesantes durante los diez años del
gobierno bolivariano en lo estructural, poco es lo que ha
cambiado la economía venezolana, que siempre
necesitó para sostenerse de la intervención del
"PetroEstado".

Bibliografía

1) "El asedio a la política. Partidos y sistemas
de partidos en Venezuela". Alfredo Ramos Jiménez.
Páginas 381-409.

2) "Diez años de revolución en Venezuela".
El movimiento bolivariano: ascenso al poder y gobierno hasta el
2008. Margarita López Maya. Páginas 98-130.
Editorial Maipue.

3) "El futuro de la democracia en Venezuela". Juan
Carlos Rey. IDEA, 1989. Página 289.

4) "La gestación de Hugo Chávez. 40
años de luces y sombras en la democracia venezolana".
Manuel Caballero. Editorial Catarata. Página
129.

5) "El dilema del Chavismo, una incógnita en el
poder". Alberto Arvelo Ramos. Editorial Centauro 1998. Paginas
33-51.

6) "El fantasma del populismo. Aproximación a un
tema (siempre) actual." Felipe Burbano de Lara. Editorial Nueva
Sociedad. Pagina 10-22.

 

 

Autor:

Silvina Ruiz Boyadjian

[1] “El asedio a la
política” Partidos y sistemas de partidos en
Venezuela. Alfredo Ramos Jiménez. Página 381.

[2] “El asedio a la
política” Partidos y sistemas de partidos en
Venezuela. Alfredo Ramos Jiménez. Página 386.

[3] “El futuro de la democracia en
Venezuela”. Juan Carlos Rey. IDEA, 1989. Página
289.

[4] Es aquí donde surge un subclivaje:
Estado/mercado, más bien estructural que funcional, que
se expresa claramente en el gobierno perezista donde se aplican
políticas de corte neoliberal tendientes a reducir el
intervencionismo estatal.

[5] “El asedio a la
política” Partidos y sistemas de partidos en
Venezuela. Alfredo Ramos Jiménez. Página 399.

[6] “La gestación de Hugo
Chávez. 40 años de luces y sombras en la
democracia venezolana”. Manuel Caballero. Editorial
Catarata. Pagina 129.

[7] “El asedio a la
política” Partidos y sistemas de partidos en
Venezuela. Alfredo Ramos Jiménez. Página 395.

[8] Ver en carilla 1 del presente trabajo el
titulo “El pacto de Punto Fijo como acuerdo del nuevo
orden”.

[9] “El dilema del Chavismo, una
incógnita en el poder”. Alberto Arvelo Ramos.
Editorial Centauro 1998. Paginas 33-51.

[10] Respecto a política neopopulista
vuelvo a hacer referencia al autor ya citado que explica muy
bien esta situación: “El fantasma del populismo.
Aproximación a un tema (siempre) actual.” Felipe
Burbano de Lara. Editorial Nueva Sociedad. Pagina 10 y 22.

[11] Dicho fenómeno creció a
partir de 1989, por causas tales como: 1) Escepticismo frente a
la autoridad electoral que ha permitido manipulaciones
fraudulentas tendientes a favorecer a los dos principales
partidos, que cuentan con una mayor representación en
órganos electorales nacionales y locales. 2) Parte del
gran rechazo de los partidos, en tanto principales actores en
las campañas electorales. 3) La desmovilización
de los jóvenes electores, reacios a incorporarse al
Registro Electoral Permanente.

[12] “El fantasma del populismo.
Aproximación a un tema (siempre) actual.” Felipe
Burbano de Lara. Editorial Nueva Sociedad. Pagina 10-22.

[13] “Diez años de
revolución en Venezuela”. El movimiento
bolivariano: ascenso al poder y gobierno hasta el 2008.
Margarita López Maya. Página 101. Editorial
Maipue.

[14] “El asedio a la
política” Partidos y sistemas de partidos en
Venezuela. Alfredo Ramos Jiménez. Página 405.

[15] “Diez años de
revolución en Venezuela”. El movimiento
bolivariano: ascenso al poder y gobierno hasta el 2008.
Margarita López Maya. Página 107. Editorial
Maipue.

[16] Dicha acción se debió a
que Chávez propuso reducir la importancia del
ejército profesional en aras de una milicia popular.
Asimismo, el presidente decidió que la Fuerza Armada
debía gritar como saludo, siempre, “Patria,
socialismo o muerte” como nuevo slogan gubernamental.
Estos dos elementos molestaron rotundamente al núcleo
duro de las Fuerzas Armadas.

[17] Dicha ley le permitiría a la
Asamblea Nacional delegar en el Ejecutivo por un periodo
delimitado la capacidad de elaborar leyes. Chávez la
consideró la “Ley de Leyes revolucionaria; madre
de todas las Leyes”. Finalmente se aprobó por
unanimidad en la Asamblea Nacional.

[18]
www.eluniversal.com/2008/05/15/pol_art-insta-a-abordar_861435

[19] “Venezuela elige gobernadores y
pone a prueba el poder de Chávez” Diario
Clarín, páginas 20 a 27, Lunes 24 de Noviembre de
2008.

[20]
www.eluniversal.com/2008/11/24/pol_art_tres-estados-clave-s_1161486

[21]
www.eluniversal.com/2008/11/24/pol_art_reconozco-victorias_1161516

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