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El velo de la mujer (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Por tanto, no durmamos como los demás, sino
velemos y seamos sobrios.

1 Ts 5.10

quien murió por nosotros para que ya sea
que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con
él.

Heb 6.19

La cual tenemos como segura y firme ancla del
alma, y que penetra hasta dentro del velo,

Heb 9.3

Tras el segundo velo estaba la parte del
tabernáculo llamada el Lugar
Santísimo,

Heb 10.20

por el camino nuevo y vivo que él nos
abrió a través del velo, esto es, de su
carne,

Heb 13.17

Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos;
porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de
dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es
provechoso.

1 Ped 4.7

Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed,
pues, sobrios, y velad en oración.

1 Ped 5.8

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando
a quien devorar;

Apoc 3.3

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y
oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues
si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y
no sabrás a qué hora vendré sobre
ti.

Apoc 16.15

He aquí, yo vengo como ladrón.
Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no
ande desnudo, y vean su
vergüenza.[24]

Veamos los 2 textos en donde encontramos el mismo
término del pasaje de Pablo a los Corintios.

Monografias.com

Reina Valera Revisada (1960) 2 resultados en 2
versículos

1 Cor 11.15

Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el
cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado
el cabello.

Heb 1.12

Y como un vestido los envolverás, y
serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus
años no
acabarán.[25]

Veamos a continuación un comentario
gramatical de todo el pasaje desde el punto de vista de uno
de los mayores especialistas del griego del NT, el Doctor
A.T. Robertson :

"2. Retenéis las instrucciones (tas
paradoseis katechete).
Mantener abajo como en 15:2.
Paradosis (tradición), de paradidömi (paredöka,
primer aoristo de indicativo, voz activa), es una antigua
palabra, y denota meramente algo pasado de la mano de uno a otro.
La cosa pasada de mano a mano puede ser mala, como en Mateo
15:2ss. (que véase), y contraria a la voluntad de Dios
(Mr. 7:8ss.), o puede ser totalmente buena, como aquí. Hay
un constante conflicto entre lo nuevo y lo viejo en la ciencia,
la medicina, el derecho, la teología. El oscurantista
rechaza todo lo nuevo y se aferra a lo viejo, tanto si es verdad
como si no. Las nuevas verdades tienen que reposar sobre las
antiguas, y están en armonía con
ellas.

3. Pero quiero que sepáis (thelö de
humas eidenai).
Pero quiero que sepáis,
censura en contraste a la alabanza en el versículo 2. Dios
la cabeza de Cristo (kephalë tou Christou ho theos).
Éste es el orden correcto, por cuanto kephalë carece
de artículo y es el predicado.

4. Con la cabeza cubierta (kata kephalës
echön).
Literalmente, teniendo un velo
(sobrentendiéndose kalumma) abajo desde la cabeza
(kephalës ablativo después de kata, como con kata en
Mr. 5:13; Hch. 27:14). No es seguro si los judíos
empleaban en aquel entonces el tallith, «un chal cuadrado
con unos bordes consistentes en ocho hilos, cada uno de ellos
anudado cinco veces» (Vincent) como posteriormente.
Virgilio (Eneida iii, 545) dice: «Y nuestras cabezas
están cubiertas ante el altar con un manto frigio».
Los griegos (tanto varones como mujeres) permanecían con
la cabeza descubierta en la oración pública, y
éste es el uso que Pablo recomienda para los
varones.

5. Con la cabeza descubierta (akatakaluptoi
tëi kephalëi).
Caso instrumental
asociativo de manera y el adjetivo predicativo (adjetivo
compuesto y forma femenina igual a la masculina), «con la
cabeza invelada». Probablemente algunas de las mujeres
habían violado esta costumbre. «Entre los griegos
sólo las hetairai, tan numerosas en Corinto, iban sin
velo; las esclavas llevaban la cabeza rasurada, lo que era
también un castigo para las adúlteras»
(Findlay). Cf. Números 5:18. Se hace enteramente igual a
la que se ha rapado (hen kai to auto tëi
exurëmenëi). Literalmente, «una y la misma con la
rapada» (otra vez caso instrumental asociativo, Robertson,
Grammar, pág. 530). Participio perfecto articular pasivo
del verbo xuraö, forma tardía del antiguo xureö.
Es la oración y profetismo público lo que el
apóstol tiene en mente. No condena el acto aquí,
sino el quebrantamiento de costumbre que atraería el
oprobio.1 Una mujer convicta de adulterio era rapada (Is. 7:20).
El código de Justiniano prescribió el rapado de una
adúltera a la que el marido rehusara recibir
después de dos años. Pablo les dice a las mujeres
cristianas de Corinto que no se pongan al nivel de las
adúlteras y rameras.

6. Sea rapada también (V.M.) (kai
keirasthö).
Aoristo de imperativo en voz media,
trasquilar (como de ovejas). Que se corte el cabello al cero. Un
solo acto por parte de la mujer. Y si le es vergonzoso (ei de
aischron). Condición de primera clase supuesta como
cierta. Aischron es un antiguo adjetivo, de aischos, desnudez,
vergüenza. Es evidente que Pablo emplea este lenguaje tan
intenso debido al efecto de tal conducta en Corinto sobre la
reputación de la mujer, que la proclamaría una
mujer perdida. Las costumbres sociales variaban en el mundo
entonces como ahora, pero en Corinto no había alternativa.
Cortarse el cabello o raparse (V.M.: ser rapada o rasurada) (to
keirasthai kai xurasthai). Infinitivos articulares sujetos de la
cópula estin sobrentendida, keirasthai, primer aoristo en
voz media, xurasthai presente en voz media. Nótese el
cambio de tiempo verbal. Que se cubra (katakaluptesthö).
Presente de imperativo en voz media del antiguo término
compuesto katakaluptö, solamente aquí en el N.T. Que
se cubra con el velo (abajo, kata, dice el griego,
colgándole el velo abajo desde la cabeza).

7. Imagen y gloria de Dios (eikön kai doxa
theou).
Sustantivos carentes de artículo,
pero definidos. Referencia a Génesis 1:28 y 1:26, pasajes
en los que el hombre es hecho directamente a imagen (eikön)
de Dios. Es su semejanza moral a Dios, no ningún parecido
corporal. Ellicott señala que el hombre es la gloria
(doxa) de Dios como la corona de la creación, y que
está dotado con soberanía como el mismo Dios.
Gloria del varón (doxa andros). Carente de artículo
también, la gloria del hombre. En Génesis 1:26 la
LXX tiene anthröpos (palabra griega tanto para varón
como para hembra), no anër (varón) como aquí.
Pero la mujer (gunë) fue formada del hombre (anër) y
esta prioridad del varón (v. 8) da una cierta superioridad
al varón.

9. Por causa de la mujer (dia tën
gunaika).
Debido a (dia con caso acusativo) la
mujer. El registro en Génesis da al hombre (anër)
como el origen (ek) de la mujer y como la razón para (dia)
la creación (ektisthë, primer aoristo pasivo de
ktizö, viejo verbo fundar, crear, formar) de la
mujer.

10. Debe (opheilei). Por ello (dia
touto) tiene la mujer una obligación moral en la
cuestión del vestido que no (ouk ophelei, v. 7) reposa
sobre el hombre. Tener señal de autoridad (exousian
echein). Significa sëmeion exousias (símbolo de
autoridad) por medio de exousian, pero se trata de la
señal de autoridad del hombre sobre la mujer. El velo
sobre la cabeza de la mujer es el símbolo de la autoridad
que el hombre, con la cabeza descubierta, tiene sobre ella. Es,
como veremos, más un símbolo de sujeción
(hupotagës, 1 Ti. 2:10) que de autoridad (exousias). Por
causa de los ángeles (dia tous aggelous). Esta asombrosa
frase ha llevado a todo tipo de conjeturas que pueden ser
descartadas. No es a predicadores a lo que se refiere Pablo, ni a
malos ángeles que pudieran ser tentados (Gn. 6:1ss.), sino
a ángeles presentes en la adoración (cf. 1 Co. 4:9;
Sal. 138:1) que quedarían desagradablemente impresionados
ante la conducta de las mujeres, por cuanto los mismos
ángeles velan sus rostros ante Jehová (Is.
6:2).

11. Sin embargo (plën). Esta
cláusula adversativa limita la anterior
aseveración. Cada sexo es incompleto sin (chöris,
aparte de, con el caso ablativo) el otro. En el Señor (en
Kuriöi). En la esfera del Señor, donde Pablo halla la
solución de todos los problemas.

12. De (ek)—mediante (dia).
Desde la creación original, el hombre ha venido a la
existencia por medio de (dia con genitivo) la mujer. La gloria y
dignidad de la maternidad.

13. ¿Es propio? (prepon estin;).
Presente perifrástico de indicativo en lugar de
prepei. Véase Mateo 3:15. Pablo apela al sentimiento de
decoro entre los corintios.

14. La naturaleza misma (hë phusis
autë).
Refuerza la apelación a la
costumbre por medio de la apelación a la naturaleza en una
pregunta que espera la respuesta afirmativa (oude). Phusis, del
antiguo verbo phuö, producir, como nuestra palabra
naturaleza (latín natura), es de difícil
definición. Aquí significa el sentido innato de lo
decoroso o apropiado (cf. Ro. 2:14), además de la mera
costumbre, pero un sentimiento innato que se basa en la
diferencia objetiva en la constitución de las
cosas.

15. Dejarse crecer el cabello
(komäi).
Presente de subjuntivo en voz activa
de komaö (de komë, cabello), un viejo verbo, la misma
contracción (-aëi = äi) como el indicativo (aei
= äi), pero subjuntivo aquí con ean en la
condición de tercera clase. El cabello largo es una gloria
para la mujer y una vergüenza para el hombre (como lo
seguimos sintiendo hoy en día). ¡El melenudo! Hay un
ejemplo en un papiro de un sacerdote acusado de dejarse crecer el
cabello y de vestirse de ropas de lana. Por cubierta (V.M.) (anti
peribolaiou). Vieja palabra de periballö, echarse alrededor,
como manto (He. 1:12) o cubierta o velo como aquí. No
está en lugar de velo, sino correspondiéndose a
(anti, en el sentido que tiene anti en Jn. 1:16), como una
dotación permanente (dedotai, perfecto pasivo de
indicativo).

16. Contencioso (philoneikos). Viejo
adjetivo (philos, neikos), amante de pendencias. Sólo
aquí en el N.T. Si sólo existiera en este caso el
hermano disputante. Costumbre (sunëtheian). Vieja palabra de
sunëthës (sun, ëthos), como el latín
consuetudo, relación, intimidad. En el N.T. sólo
aquí y en 8:7, que véase. «En las esculturas
de las catacumbas las mujeres tienen un tocado ajustado, en tanto
que los hombres llevan el cabello corto»
(Vincent)".[26]

Comentarios sobre
el texto

Pablo no está tratando una cuestión de
modas ni de detalle de orden, sino del orden mismo. El tema
anterior se relacionaba con el espíritu de la vida de la
iglesia, y el siguiente con la cena del Señor.

Sin duda es un problema que ha desencadenado una ruptura
entre occidente y Oriente, además de una exclusiva
interpretación del pasaje. ¿Cómo se
debería leer entonces el
texto?[27]

Este tema está regido por los principios
mencionados con anterioridad.[28]

El v. 2 puede referirse tanto al cap. 10 como al 11.
Aunque se lo suele adscribir al contenido del 11, si pensamos en
el versículo anterior, el significado es más
categórico. Asimismo, la redacción hace más
probable que Pablo comience un nuevo tema en el v. 3. Tiene
conciencia de que no escribe para el vacío, sino que su
base está en la buena memoria y el respeto de los
corintios para con sus enseñanzas, pese a todos los
problemas mencionados. Por eso su introducción y
salutación, propias de la epistolografía son muy
claramente visibles.

Vamos a comentar el texto. ¿Cuál es el
problema concreto? Parece presentado sólo en los vv. 4 y
5, y no se trata de algo común entre nosotros, hoy en
día, en el mundo en el que vivimos, incluso en Oriente, ni
siquiera con sentido religioso. Sin embargo hemos de entender
desde nuestra perspectiva occidental, que, en los pueblos
antiguos, "tener o no la cabeza descubierta llegaba a ser
parte de la adoración
". Aún hoy, ningún
hombre permanecerá con el sombrero delante de otra persona
en un lugar cerrado ni delante de una dama, sin hacer al menos un
gesto para quitárselo. Asimismo, un militar no se lo quita
sino de acuerdo a los reglamentos. En Tailandia, por ejemplo, se
entiende que la cabeza es la parte sagrada del individuo y se
recomienda a los viajeros que no palmeen allí a un
niño (y menos aún a una mujer), lo cual es tenido
en cuenta por las iglesias cristianas, y así
podríamos estudiar innumerables aspectos culturales que
operan en nuestro mundo.

En esa época, ese tipo de símbolo en la
vestimenta, aparece en todas partes, y Corinto no era una
excepción. "Allí una mujer se quitaba lo que le
cubría la cabeza sólo cuando se declaraba
"liberada", o sea cuando no estaba sujeta a su marido pues
había sido consagrada a los dioses—lo que de hecho
significaba entregarse a la vida licenciosa del templo.2 A
diferencia de los judíos, los hombres corintios nunca
usaban sombrero o pañuelo, ni siquiera en los cultos
religiosos. Como la corintia era una sociedad dominada por los
hombres, lo que hacían las mujeres se tornaba más
llamativo. Se deduce del texto que, al sentirse libres en Cristo,
algunas entendían que ya no tenían por qué
usar lo que podía considerarse un símbolo de
dependencia3—cuando no de servidumbre".4

Si una mujer no se presentaba así, llamaba
poderosamente la atención. El rumor entre los presentes
debía de ser muy notorio (como ocurriría hoy si un
hombre se presenta con falda o una mujer en traje de
baño). Después de mirarla un rato, todos se
volverían al marido, como preguntándole por
qué lo permitía, y si eso significaba que
había un problema entre ellos—del tipo de los
descriptos en el cap. 8. Además, si una de aquellas
mujeres del templo pagano entraba a un culto cristiano,
posiblemente se apresuraría a ponerse algo sobre el
cabello.

Antes de entrar en materia, Pablo sienta una vez
más un principio general. "El tema de cubrirse la
cabeza tiene que ver con lo que representa. En todos los idiomas,
el término "cabeza" habla de algo especial. Por ejemplo,
decimos que algo "va a la cabeza", cuando precede al resto. En la
Biblia tiene sentidos diferentes.5 Las ideas incluyen autoridad,
prioridad (ser lo primero), fuente de la vida, control.6 Se
trataba, pues, de un símbolo mucho más
significativo que en la actualidad".
7

Sin duda, las tres veces que la cabeza es mencionada en
el v. 3, el sentido tiene cierta similitud, pero también
algo de diferencia. Por ejemplo, la relación entre Cristo
y su Padre (la cabeza) no es la misma que entre el hombre (la
cabeza) y la mujer. Per esto merece una explicación que
veremos más adelante.

"Pablo comienza mencionando el posible error de los
hombres (v. 4), o sea que ambos sexos deben tener el mismo
cuidado. Este caso demuestra que importa más el sentido de
lo que hacemos que el acto mismo. Por ejemplo, si un cristiano se
acerca en Jerusalén al Muro de las Lamentaciones, o a
cualquier sinagoga, no rechazará un casquito que le dan
para ponerse en la cabeza, precisamente por respeto a quienes
allí están adorando a Dios"
8 Si
fuéramos a aplicar este v. 4 en forma literal, nos
negaríamos a usarlo.

"Lo mismo puede ocurrir con una mujer, tema del v.
5. No pasamos por alto que Pablo se refiere a qué debe
cuidar una mujer "que ora o profetiza" (v. 4a); ya que esto era
revolucionario,"9
era de esperar que no hubiera dos
servicios simultáneos.10 No hay una declaración
específica para toda mujer presente en la
congregación. Es importante destacar que aquí Pablo
no plantea que sea problema que la mujer hable sino cómo
lo hace, a diferencia del capítulo 14:34. Es decir, su
aspecto exterior.

Hay un juego de palabras en el use de "cabeza". La mujer
que la tiene descubierta en ese momento "afrenta su cabeza", que
según el v. 3 tiene que ser el marido. Eso es lo que
habrán sentido los presentes, tal como si hoy ella se
sacara el anillo de bodas en público, delante de
él.

El cabello de la mujer siempre ha sido parte de su
encanto y es normal que ella lo cuide. Cortarlo al rape ha sido
con frecuencia un castigo; ocurrió, por ejemplo, con las
mujeres que habían colaborado con los nazis en Francia
durante la guerra. El estilo de Pablo es plantear un caso extremo
para ser claro. Es como si dijera: "Si ya no tiene
vergüenza, que lo demuestre del todo y se rape".

Observemos que Los vv. 7–9 nos trasladan al tema a
la historia de la creación. Señala el deber del
hombre de respetar a Dios, reflejando su gloria, así como
el de la mujer de reconocer a su marido y reflejar la gloria de
ella, la de una vida hermoseada por su propia presencia, que
permite la formación de un hogar digno.

"La "señal de autoridad" (v. 10),
expresión que no apareció antes, no es fácil
de definir, como tampoco qué tienen que ver los
ángeles con este tema. Las explicaciones se dividen: (a)
los ángeles de Dios son testigos del culto en el que de
alguna manera están presentes;11 (b) se refiere a los
ángeles caídos que podían hacerle caer en
tentación; (c) no habla de ángeles sino de
"mensajeros" (Gr. ANGELOS), es decir los
predicadores"

Veamos algunas consideraciones sobre el tema relacionado
con (I Cor 11:11–16)

11Pero en el Señor, ni el varón es sin
la mujer, ni la mujer sin el varón; 12porque así
como la mujer procede del varón, también el
varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
13Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a
Dios sin cubrirse la cabeza? 14La naturaleza misma ¿no os
enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer
el cabello? 15Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el
cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el
cabello. 16Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso,
nosotros no tenemos tal costumbre ni las iglesias de
Dios.

Al argumento de la creación del hombre y la
mujer, Pablo agrega otros dos: lo que indica la naturaleza y lo
que es razonable. Pero antes, en los vv. 11 y 12 establece
conceptos generales que debemos valorar como importantes en
nuestra investigación.

En el Señor todos los creyentes son iguales.
Hombres y mujeres tienen roles diferentes en sus funciones y
relaciones, pero son iguales en cuanto a importancia y en lo
espiritual. Ni la mujer es independiente del hombre, ni el hombre
de la mujer. Ambos se complementan en cada aspecto de la vida, y
particularmente en la obra del Señor ambos funcionan como
un equipo divinamente
diseñado.[29]

Dios los creó a ambos. La primera mujer fue
creada del hombre, pero desde entonces todos los hombres han
nacido de una mujer Así como la mujer tiene su origen en
el hombre, éste nace de una mujer. Ambos tienen roles
distintos, pero igual importancia. Las mujeres son iguales a los
hombres en el mundo, en la iglesia, y ante Dios. Ese es el sabio
equilibrio y la armonía: diferencia de roles pero igualdad
en cuanto a naturaleza y espíritu. Dios los creó a
ambos para sus gloriosos propósitos. Son complementos
perfectos: uno es la cabeza, el líder, quien provee; la
otra es quien ayuda, apoya y acompaña. Dependen
mutuamente. Cuidado con la idea del "Machismo religioso" deducido
de éstos pasajes de forma equivocada en la analogía
de la fe.

"Pablo hace entonces un par de preguntas, una para
las mujeres y otra para los hombres. Insta a los dos grupos a
razonar sobre el tema y decidir en consecuencia. La primera
cuestión es si resulta adecuado y correcto que las mujeres
cristianas al orar en público imiten a las sacerdotisas
paganas que hacían a un lado lo que les cubría la
cabeza. Si esto es más o menos fácil de contestar,
el segundo planteo no lo es tanto. Según Pablo, la
naturaleza nos enseña que es una vergüenza que el
hombre lleve el cabello largo. Qué entendía por
largo es una minucia, ya que es de suponer que él lo usaba
más crecido que la gran mayoría de nosotros hoy, y
que hubiera llamado la atención si se lo cortaba como es
la costumbre actual. Lo que quiere explicar es que existe una
tendencia generalizada a que el hombre recorte más su
cabellera que la mujer—para quien es algo "honroso",12
parte de su belleza y atractivo. Esas tendencias naturales son
controladas por el uso social, ya que sólo algunos
primitivos no cuidan de su peinado. La unión de la
inclinación habitual y la costumbre conforman la
"naturaleza". Si fuéramos a aplicar esto estrictamente, lo
que la naturaleza hace es que el cabello (y la barba y las
uñas) crezcan, de modo que Pablo no puede referirse
sólo al proceso biológico."

Al volver finalmente a la mujer, Pablo dice que "en
lugar de velo le es dado el cabello" (v. 15b). (No se puede
insistir en la palabra "velo", que sólo aparece
aquí y como indicando que el cabello mismo ya cumple esa
función.) Hay una apelación al cuidado de nuestro
aspecto exterior. Un cristiano no debe ser exagerado en su
arreglo personal, pero no debe causar una pobre
impresión.13 Cuando hay que pensar en cómo "dejarse
crecer" (v. 14), no se trata de lo que ocurre sin nuestra
intervención, y hay que asumir un criterio de lo que se
hará con el cabello. "No es exagerado pensar que
también se incluye la idea de qué harán los
hombres, por ejemplo, con su barba y bigote. Por
extensión, todo nuestro cuerpo es digno de ser atendido
como un don de Dios.

La reflexión final de Pablo (v. 16) es una
advertencia a quienes quieran seguir discutiendo el tema.
Hágalo si así quiere, pero que quede claro que su
posición es la que ha expuesto, en lo cual le
acompañan las fieles
congregaciones".
[30]

Se ha hecho evidente que en esta carta Pablo muestra
alusiones varias veces a una carta procedente de Corinto dirigida
a su persona. Parece que en dicha carta los corintios no tan
sólo hacían preguntas sino también afirmaban
que algunas cosas iban muy bien en la iglesia. Pero sabemos que
esto no era así, en Corinto había problemas y las
noticias de Timoteo no eran buenas. "En el versículo 2
el Apóstol repite algunas de las palabras de los corintios
como si él mismo las dijera. Las ocupa para emitir unos
pensamientos halagadores antes de entrar en ciertas censuras
después
"[31]

Este es uno de los textos de Pablo que más
polémica ha suscitado (v. 3); No tan sólo en el
ámbito latino, en donde el machismo sexista, prevalece
sino también en otras latitudes en donde cobra
quizá otro cariz: el teológico. Pero antes de
dilucidar el segundo aspecto del problema de la
interpretación machista, veamos algunos detalles con
respecto al texto. Las palabras "Pero quiero que sepáis"
podría significar que "Os ofrezco un nuevo discernimiento"
(ver también 10:1; Col. 2:1). Con esto se aprecia que el
Apóstol pretende darle un nuevo rumbo a un problema de
práctica y costumbre entre las mujeres de Corinto. Sin
duda conocedor de la situación moral, se da cuenta de que
va a encontrar resistencia a sus ideas, por lo tanto, su
argumentación se hace compleja. El problema
específico tenía que ver con una enseñanza
dada por el Apóstol que estaba siendo ignorada. Pablo
aparentemente había enseñado en Corinto que las
mujeres debían cubrirse la cabeza con un velo al orar en
reuniones públicas. Parece que las mujeres corintias
optaban por hacer caso omiso de estas instrucciones. Al enterarse
de esta actitud de las mujeres, Pablo responde al problema
argumentando desde tres perspectivas: (1) La creación, (2)
lo apropiado, (3) la práctica en las iglesias.

Respecto al primero, Pablo reconoce una jerarquía
implícita: Dios, Cristo, el hombre, la mujer.
Sucesivamente, el uno es cabeza del otro. Dentro del contexto, la
palabra "cabeza" (kefale) no debe entenderse como jefe o
gobernante sino fuente u origen. Importantísima
diferencia. No se trata de que una posición (a
excepción de la divina) anule la importancia de la otra, o
la excluya sino que la complementa.

Probablemente Pablo, por su formación
académica, esté pensando en el relato de la
creación en Génesis (2:21–23) en donde Eva es
creada de la costilla de Adán. Esto hace que el hombre sea
la fuente de la existencia de la mujer. Pero no es el hombre
más que la mujer ni menos. También Cristo es la
fuente de la existencia del hombre, porque Cristo es el agente en
la creación de todas las cosas (8:6; Col. 1:16), incluso
en la creación del hombre. Finalmente, Dios es el origen
de Cristo, porque es del Padre de quien el Hijo recibe su ser
eterno (ver 3:23; 8:6). Debe ser claro que este texto no se
presta para insistir equivocadamente en que el hombre es "cabeza"
de la mujer, en el sentido de mandamás, sino que en la
creación el hombre representa el origen de la mujer. Son
dos cosas muy distintas. No debe usarse este texto para implicar
que la mujer es inferior al hombre en sentido alguno.

Es obvio que Pablo en el v. 4, primero ocupa la palabra
kefale en su sentido literal. Después la usa como
la usó en el v. 3. Posteriormente, va a oscilar en el uso
del doble sentido del vocablo. En este texto es claro que al orar
o profetizar el hombre del siglo I no afrentaba su cabeza
literalmente, sino en el sentido espiritual: Cristo. Se observa
que las prácticas en las sinagogas del siglo I
diferían de las del actual siglo. Hoy es prohibido que el
hombre judío entre a la casa de adoración sin
cubrirse la cabeza. Se ha comentado que esta práctica
sólo llegó al judaísmo durante el siglo IV
de la era cristiana. Originalmente el cubrirse la cabeza de parte
del hombre significaba que estaba de luto. También, hoy
los hombres judíos se cubren la cabeza. A lo que Pablo se
refería cuando hablaba de cubrirse la cabeza el hombre era
un velo amplio que tapaba todo el pelo. El varón, al orar
o profetizar, no debía permitir que nada colgara de la
cabeza. Al hacerlo, estaría despreciando la dignidad que
el Creador le había dado como origen de la mujer. Esto
sería una afrenta a Cristo. Ahora bien, es difícil
creer que los hombres corintios realmente se cubrieran la cabeza
en el culto cristiano. Pablo expone todo lo antes dicho
hipotéticamente para luego dar su enseñanza
respecto al comportamiento de las mujeres en el culto
público.

De nuevo se observa el uso del sentido doble de la
palabra kefale (v. 5). En contraste con las
recomendaciones hipotéticas de Pablo para los hombres, las
mujeres debían observar esta práctica sin fallar.
Al orar o hablar públicamente en el culto, la mujer
irremisiblemente debía cubrirse la cabeza con un velo. Es
instructivo notar que Pablo no impide que hablen en este pasaje;
sólo da instrucciones respecto a la manera de hablar: con
la cabeza cubierta. Que la mujer no se cubriera la cabeza
afrentaba a Cristo, porque no reconocía su estatus elevado
en el orden de la creación. Es importante saber que las
instrucciones del Apóstol sólo tienen
aplicación durante el curso del culto cristiano.
¿Qué de la frase con respecto a raparse la cabeza?
La mayor parte de los comentaristas concuerdan en que esta
práctica era una señal de estar de luto o una marca
de vergüenza. Que la mujer se rapara la cabeza iba en contra
de la naturaleza y era una vergüenza para ella y para su
Señor.

Cubrirse la cabeza con el velo implicaba estar
sujeta a un hombre, su esposo. Estar con la cabeza
descubierta era indicio de ser una mujer prostituta. El
cabello en la mujer era señal de gloria y honor para
ella. El cortarlo implicaba deshonra y desgracia. El
raparse la cabeza era castigo por adulterio y
también era símbolo de esclavitud.

Ahora bien, del contexto de la enseñanza de Pablo
respecto al correcto atuendo femenino durante el culto se
desprende una idea corolaria. El Apóstol no impide que las
mujeres oren y profeticen dentro del culto. Sólo les da
instrucciones respecto a su manera de vestirse. Sea el
significado de 14:34 ss. el que sea, aquí no hay
ningún problema para el Apóstol en que las mujeres
participen activa y vocalmente en el culto público. En
esto vemos el cumplimiento de la profecía de Joel 2:28
cuando dice que las "hijas" también profetizarían
en la era mesiánica. ¿Cómo es que algunos
enseñan dogmática y categóricamente que las
mujeres no pueden predicar? Pareciera que no saben leer la
Escritura con buena hermenéutica. Ciertamente las palabras
del Apóstol en este pasaje deben hacer que cualquier
machista teológico recapacite un poco.

Las palabras en el v. 6 vienen a reforzar algunos
pensamientos paulinos anteriores. Se observa que Pablo opina que
la misma naturaleza demanda que la mujer se cubra la cabeza. Ya
que la naturaleza daba a las mujeres amplio cabello, no tan
sólo sería cosa en contra de las buenas costumbres
sino algo no natural el no llevar velo sobre la cabeza. Con este
texto, pues, el Apóstol dice: "si no vas a llevar velo
sobre la cabeza, córtate el pelo también, porque
ambas cosas son igualmente vergonzosas". Sin duda otras cosas
entran también en su pensamiento. Se sabe que las
prostitutas corintias no llevaban velo; al contrario, se
esmeraban en los arreglos ostentosos de su pelo. Además,
según una costumbre judía, a las mujeres
adúlteras se les rapaba el pelo. Siendo así, es
fácil ver cómo el Apóstol insistía en
tal vestimenta de las mujeres creyentes en Corinto.

En los vv. 7–9 Pablo parece dejar cuestiones de
costumbres para entrar en lo teológico propiamente dicho.
Mucho de lo que Pablo va a decir se basa en sus deducciones de
Génesis 1:26. Principia sus conceptos insistiendo en que
el hombre no está obligado a cubrirse la cabeza. Es claro
por lo dicho en un versículo afín (v. 10) que no
tan sólo es innecesario que el hombre se cubra la cabeza
sino que no es correcto que lo haga. La razón estriba en
que el hombre es la imagen (eikon) y la gloria
(doxa) de Dios. ¿Qué quiere decir Pablo
con esto? Parece que su pensamiento es de origen judío;
según éste, la cabeza, y particularmente el rostro,
simbolizaba de manera especial su relación con Dios. El
hombre como imagen de Dios es distinto a toda la demás
creación, ya que goza de la capacidad de relacionarse con
Dios. El hombre es también la gloria de Dios, porque es
producto de la actividad creadora directa de Dios. También
el hombre fue creado para dar gloria a Dios. En torno a estos
conceptos, una idea que Pablo no desarrolla es que en el pasaje
en Génesis la mujer está incluida en la
creación a imagen y semejanza de Dios, porque la palabra
en este texto es Adán, vocablo genérico que incluye
ambos sexos. Más que sólo el nombre de un hombre,
Adán significa "todo hombre" (incluso la mujer) en sentido
genérico.

Cuando el Apóstol habla de la mujer como "la
gloria del hombre", ya no se basa en Génesis 1:26 sino en
Génesis 2:18–23. Llama la atención que Pablo
no afirma respecto a la mujer lo que sí asevera acerca del
hombre. El hombre era la imagen y la gloria de Dios. Ahora,
según este texto, la mujer es la gloria del hombre.
Basándose en Génesis 2, se ve que la mujer es
tomada del hombre para ser su ayuda idónea. El hombre fue
creado por Dios con el fin de que le sirviera y lo glorificara.
Dios buscaba infructuosamente y no hallaba (la expresión
comunica cierto sentido del humor de parte del escritor
bíblico) entre los animales una compañera para el
hombre. Por esto, Dios crea a la mujer de una costilla tomada del
hombre. La analogía es evidente: el hombre es producto de
la creación directa de Dios para su gloria; la mujer es
tomada del hombre para su gloria. Ella, al ser su ayuda
idónea, ha de encontrar su realización en someterse
a su autoriad. Este es su papel según el orden de la
creación, pero no lo es en Cristo (ver Gál. 3:28).
En él todas las distinciones de rango entre el hombre y la
mujer se borran. Eso sí, los creyentes corintios
seguían siendo seres creados, y las naturales diferencias
sexuales no dejaban de existir. Posteriormente, el Apóstol
comprobará esto al tratar de los problemas matrimoniales
en Corinto.

En el v. 10 son dos las cosas que suscitan comentarios:
"una señal de autoridad" y "por causa de los
ángeles". Desde luego, puesto que el Apóstol
venía hablando anteriormente de la necesidad de que las
mujeres se cubrieran la cabeza con un velo, lo primero que viene
a la mente es esto. Algunas versiones, inclusive, traducen el
vocablo griego exousia como "velo". ¿Por
qué se emplea la palabra "autoridad" (exousia) La
razón principal es que ésta es la traducción
normal de la palabra. También, muchos manuscritos antiguos
así la traducen. Además, esta traducción
encaja mejor con el significado probable del texto en su
totalidad. Hay varias teorías respecto a esta
"señal de autoridad": (1) la mujer lleva el velo en
deferencia a la autoridad del hombre; (2) el velo es señal
de la autoridad propia de la mujer para poder orar y profetizar
públicamente en el culto; (3) el velo es símbolo
del respeto que se le debe como mujer de buena moral. Llama la
atención, sin embargo, que ninguna de las interpretaciones
indicadas involucra directamente la expresión tocante a
los ángeles. Esta cuestión se abordará
oportunamente.

La cuestión de los ángeles es algo
problemática; varias ideas históricas se han dado:
(1) el tema de los ángeles en este contexto se origina en
Génesis 6:2. En este pasaje se habla de ángeles
malignos que amenazan a mujeres. ¿Se supone que el velo
protege a las mujeres piadosas de este peligro? (2)
Orígenes, uno de los padres de la iglesia en
Alejandría, interpretaba este pasaje como que hablaba de
los ángeles buenos que rodeaban el culto. Se basaba en el
Salmo 138:1. Se advierte que RVA correctamente traduce el vocablo
hebreo como "dioses". La alusión es a seres celestes
dentro de la corte divina. ¿Serviría el velo de las
mujeres para demostrar respeto por estos ángeles buenos?
Parece que los Rollos del Mar Muerto indican la creencia de que
en la comunidad de los fieles los ángeles hacían
acto de presencia. No obstante, la diferencia entre la comunidad
judía en Qumrán y la congregación cristiana
en Corinto es considerable. "Lo más probable es que la
referencia que hace Pablo a los ángeles significa que
éstos eran guardianes del orden natural, y convenía
que las mujeres corintias llevaran el velo para conservar este
orden. De no hacerlo, posiblemente las mujeres descubiertas se
arriesgaban a la desaprobación de los
ángeles
".[32]

Analicemos desde otro tipo de comentario los detalles
que empiezan acerca de las asambleas públicas. Algunos
abusos se habían introducido en la abundancia de dones
espirituales concedidos a los corintios, pero como Cristo hizo la
voluntad de Dios cuyo honra procuró, así el
cristiano debe confesar su sumisión a Cristo, haciendo su
voluntad y procurando su gloria. Nosotros debemos, aun en nuestra
vestimenta y hábitos, evitar toda cosa que pueda deshonrar
a Cristo. —"La mujer fue sometida al hombre porque fue
creada como su ayuda y consuelo. Ella nada debe hacer en las
asambleas cristianas que parezca una pretensión de ser su
igual. Ella debe tener una "potestad" sobre su cabeza esto es, un
velo, debido a los ángeles. La presencia de ellos debe
resguardar a los cristianos de todo lo que es malo mientras
adoren a Dios. Sin embargo, el hombre y la mujer fueron hechos
uno para el otro. Iban a ser de consolación y
bendición mutua, no una la esclava y el otro el tirano.
Dios ha establecido las cosas, en el reino de la providencia y en
el de la gracia, de modo que la autoridad y el sometimiento de
cada parte sean para ayuda y provecho mutuo. Era costumbre en las
iglesias que las mujeres se presentaran veladas en las asambleas
públicas, y así ingresaran a la adoración en
público; y estaba bien que debieran hacerlo así. La
religión cristiana sanciona las costumbres nacionales
dondequiera que estas no sean contrarias a los grandes principios
de la verdad y la santidad; las peculiaridades afectadas no
reciben consentimiento de nada en la Biblia.

El apóstol reprende los desórdenes en
la celebración de la cena del Señor. Las ordenanzas
de Cristo, si no nos hacen mejor, tenderán a empeorarnos.
Si el uso de ellas no enmienda, endurecerá. Al reunirse,
ellos cayeron en divisiones y partidismos. Los cristianos pueden
separarse de la comunión de unos con otros, pero
aún ser caritativos unos con otros; se puede continuar en
la misma comunión, pero sin ser caritativos. Esto
último es división, más que lo primero.
—Hay una comida descuidada e irregular de la cena del
Señor que se suma a la culpa. Parece que muchos corintios
ricos actuaron muy mal en la mesa del Señor, o en las
fiestas de amor, que tenían lugar al mismo tiempo que la
cena del Señor. El rico despreciaba al pobre, comía
y bebía de las provisiones que traían, antes de
permitir la participación del pobre; así, algunos
quedaban sin nada, mientras que otros tenían más
que suficiente. Lo que hubiera debido ser un vínculo de
amor y afecto mutuo fue hecho instrumento de discordia y
desunión. Debemos ser cuidadosos para que nada de nuestra
conducta en la mesa del Señor parezca tomar a la ligera
esa institución sagrada. La cena del Señor no es,
ahora, hecha ocasión para la glotonería o el
festejo, pero ¿no suele convertirse en un apoyo para la
soberbia de la justicia propia o un manto para la
hipocresía? No descansemos en las formas externas de la
adoración, pero examinemos nuestros
corazones".
[33]

Estamos tratando de acercarnos al texto mediante los
comentarios más comunes y populares que existen en el
mundo teológico para después hacer una mejor
evaluación personal. Analicemos detenidamente lo
más significativo del pasaje en su aspecto relacionado con
el velo.

3.1 EL PROBLEMA DEL VELO

Tras los diferentes comentarios, centremos ahora el
posible problema del atuendo femenino al que Pablo hace
referencia, desde el punto de vista oriental, más
concretamente desde el Islamismo:

"El manual en cuestión explica que el hecho
de que la mujer se cubra de acuerdo con los límites que
fija el Islam, le permite adquirir prestancia y respeto y la
protege de los individuos frívolos e inmorales. Como
complemento al argumento del pañuelo como moda, como
instrumento de liberación y de protección ante el
frenesí masculino, ha cobrado fuerza en los últimos
años el del velo como símbolo de identidad frente a
lo que consideran agresiones de
Occidente."[34]

El uso del velo se enmarca en esta idea, aunque, en sus
orígenes, respondía más a una respuesta
frente al clima: el Islam surge en el Medio Oriente, donde el
viento y las tormentas de arena son frecuentes, por lo que era –
y es-necesario, cubrirse el rostro y la cabeza, de la misma forma
que lo hacen los varones con la "hatata y el brin", que es ese
pañuelo que se colocan y que sujetan con un aro, por lo
general, negro.

Las mujeres musulmanas que usan el velo no pierden ni su
feminidad ni el lucir su cabello y belleza: cuando están
fuera del ámbito familiar y llevan el velo, una puede
encontrar los más variados diseños, colores,
texturas y estilos en los velos, que hasta dan ganas de tener
puesto uno de esos velos. Además, se maquillan muy bien,
lo que permite que resalte el rostro. En el ámbito
familiar, cuando no usan el velo, también destacan los
peinados y los adornos.

No por usar velo las mujeres dejan de ser hermosa o
pierden esa característica propia de muchas mujeres de
ponerse linda. Simplemente, "conjugan sus creencias
religiosas con sus gustos y no los hacen
incompatibles."[35]

Veamos pues, muy de lejos no obstante, la
interpretación del pasaje desde el punto de vista
musulmán:

"Mujeres jóvenes, ustedes usan sus velos en
las calles, también deben usarlos en las iglesias; cuando
se encuentran entre extraños, entonces úsenlos
cuando se encuentren entre sus
hermanos"
[36]

El Corán dice: "¡Oh Profeta! Di a tus
esposas, a tus hijas y a las demás mujeres creyentes, que
deben echarse por encima sus vestiduras externas cuando
estén en público: esto ayudará a que sean
reconocidas como mujeres decentes y no sean importunadas. Pero
[aun así,] ¡Dios es en verdad indulgente,
dispensador de gracia!"[37]

A diferencia de la tradición Judeocristiana, la
mujer según el Corán debe llevar el velo como
protección, No como signo de sometimiento, ni para mostrar
la autoridad del hombre, tal como parece sostener Pablo, pero que
hemos disco ya, que había que entender ese sometimiento
finalmente de ambos a Cristo. Es Cristo quien otorga éste
tipo de organigrama familiar. "Y di a las creyentes que bajen
la mirada y que guarden su castidad, y no muestren de sus
atractivos [en público] sino lo que de ellos sea aparente
[con decencia]; así pues, que se cubran el escote con el
velo. Y que no muestren [nada más de] sus atractivos a
nadie salvo a sus maridos, sus padres, sus suegros, sus hijos,
los hijos de sus maridos, sus hermanos, los hijos de sus
hermanos, los hijos de sus hermanas, las mujeres de su casa,
aquellas que sus diestras poseen, aquellos sirvientes varones que
carecen de deseo sexual, o a los niños que no saben de la
desnudez de las mujeres; y qué no hagan oscilar sus
piernas [al caminar] a fin de atraer la atención sobre sus
atractivos ocultos. Y [siempre], ¡Oh creyentes,
volvéos a Dios –todos– en arrepentimiento, para que
alcancéis la
felicidad!"[38]

Más allá de un simple trozo de tela, el
velo refleja la moral interior de la mujer musulmana, lo cual se
manifiesta en sus actos, en su modo de vestirse, de hablar y de
comportarse… los estándares de la identidad
musulmana, la castidad, rectitud y moral son únicos. El
Islam protege y salvaguarda a los individuos y a la sociedad de
situaciones innecesarias en las que hombres y mujeres se mezclan
y se exponen a tentaciones naturales. Éste es el asunto
esencial: se prescribe la modestia para proteger a las mujeres de
ser molestadas o, más sencillamente, la modestia es una
protección. Así, el único propósito
del velo en el Islam es la protección. El velo
islámico, a diferencia del velo de la tradición
cristiana, No es una señal de la autoridad del hombre
sobre la mujer, ni una señal del sometimiento de la mujer
al hombre. El velo islámico, a diferencia del velo en la
tradición judía, no es una señal de lujo y
distinción de algunas mujeres nobles casadas. El velo
islámico es sólo una señal de modestia que
tiene la finalidad de proteger a las mujeres, a todas las
mujeres. Ahora bien, ¿De verdad es éste el
significado que le dan en sus comunas?

El Islam no impone ninguna forma de vestimenta.
Sólo recomienda el decoro general de su apariencia para
distinguirse de la gente, para ser identificada como una
musulmana respetable. No es verdad que la vestidura
islámica estorba la mujer en el trabajo porque en todas
las organizaciones del estado trabajan muchísimas mujeres
de diferentes edades sin que su uniforme las estorbe, y trabajan
de una manera normal, exactamente como sus compañeras que
no se ponen el velo. Es una pretensión, pues, inconcebible
e infundada.

La verdad es que los occidentales quieren que sus
valores, tradiciones y costumbres sean los dominantes en todo el
mundo, algo que va contra la lógica y la naturaleza, ya
que cada comunidad, como hemos dicho, tiene sus particularidades
en todos los aspectos de la vida. "La mujer musulmana, pues,
tiene derecho, al igual que la india y la europea, a conservar su
carácter especial y sus tradiciones
particulares."
[39]

Nos preguntamos entonces: El Hiyab (Velo) es entonces
¿símbolo de liberación o de
opresión?

Contrario a la opinión popular, el "velo
islámico es uno de los aspectos más importantes de
la liberación y del apoderamiento femenino".

¿Cómo esto puede ser
posible?[40]

"Una persona que no se respeta a sí misma,
difícilmente será respetada, en la sociedad en la
que vivimos."
[41]

Cuando una musulmana se cubre, hace virtualmente
imposible para las personas que le juzguen de acuerdo con su
físico. De hecho ninguna mujer debe ser juzgada debido a
su grado de atracción o debido a la falta de
ella.

El Creador le ha dado un cuerpo, una
manifestación física en esta Tierra. Pero
éste es el recipiente de una mente, de un espíritu
y de unos valores. ¡No es para que se use en anuncios para
vender desde tarimas de suelo, helados, colchones o sacos de
cemento!

La sociedad es tan superficial, que las apariencias
externas son enfatizadas tanto que el valor del individuo no
cuenta para casi nada

Una mujer no puede caminar por la calle sin que le
estén "chequeando" cada aspecto de su físico, y en
función de ello hacen presunciones acerca de su
carácter de acuerdo a: La talla de sus pantalones,
longitud de su falda, tamaño de sus pechos, el color de su
pelo, su peinado, Marca de ropa, su estilo de
vestir…

¿Acaso hay que vestir minifalda para sentirse
guapa? Acaso no se dan cuenta que cuando ellas van en minifaldas
y ligeras de ropa en plena noche de invierno, ellos mientras van
bien abrigados con chaquetas, bufandas y guantes. Alguna vez
habéis visto algún hombre salir de noche vestido de
pantalones cortos y con el cuello descubierto. Esto no es
lógico!

"Acaso la mujer debe llevar un "Wonderbra"
incómodo y unos zapatos de tacón de 15 cm de largo,
ropa muy estrecha y poco flexible, pasar hambre y seguir dietas
sacrificadas, pasar por el quirófano sometiéndose a
una anestesia general y a la merced de los bisturís y de
los postoperatorios, para modificar el tamaño de sus
pechos, genitales, cintura y rasgos faciales, para sentirse
guapa?"
[42]

Mucho más problemático me parece la
argumentación que menciona Pablo al tratar esa dificultad,
presentando tres razones por las cuales las mujeres no
debían abandonar el uso del velo. La primera es por causa
del orden divino de autoridad y la cadena de mando que Dios ha
establecido en el universo:

Cada uno debe estar sujeto a la autoridad del superior.
Cuando un hombre habla con Dios o de parte de él, lo hace
como alguien sujeto directamente a él en la persona de su
Hijo Jesucristo. Por eso, el velo no es adecuado para él
(11:3–4, 7). Inclusive, si el varón cubriera su
cabeza así, deshonraría al Señor Jesucristo
(11:3–4).

Por otro lado, cuando una mujer habla con o de parte del
Altísimo, debe usarlo como testimonio de que mientras
está sujeta a la autoridad divina, también lo
está a la de su esposo. El velo denota lealtad y
sumisión al cónyuge y a través de él
al Padre Celestial. Si ella no se ponía esa prenda,
deshonraría a su "cabeza" es decir, a su esposo. Si
rechaza la autoridad de él, está haciendo lo mismo
con la que Dios ha establecido sobre ella. Me parece que a la
hora de aplicar estos conceptos en la vida cotidiana se corren
riesgos serios de equivocarse en detrimento de uno u oro
sexo

La mujer debía ponérselo como evidencia de
que estaba sujeta a la autoridad de su esposo. Si se negaba a
hacerlo, sería lógico llegar a la conclusión
de que debía raparse la cabeza también. Durante
mucho tiempo yo añadía a esa conclusión "tal
como lo haría una prostituta". Sin embargo, no hay
evidencia alguna de que las rameras se afeitaran la cabeza.
Más bien, parece que se dejaban crecer el cabello y se lo
arreglaban bien para atraer a los hombres. El quitarse el velo
era una manera de deshonrar a la persona establecida como su
superior y se compara con rasurarse la cabeza, que sólo se
hacía en tiempos de luto y gran dolor. Representaba una
condición vergonzosa y triste que era como despojarse de
lo que había sido su gloria. "De manera semejante la
gloria de la mujer es estar sujeta a la autoridad que Dios ha
establecido sobre ella."
[43]

Pablo elogia a la congregación por observar las
tradiciones que les había transmitido en días
pasados. Sin duda algo reconfortante para su tormentoso
ministerio. Es interesante que los temas que surgen son aquellos
que Pablo no había tratado mientras estaba allí. No
es una reflexión sobre que él haya sido competente
o no, sino más bien sobre los cambios que se habían
producido luego de que él partiera de Corinto. Lo que
Pablo decreta es parte de la tradición apostólica
que es obligatoria para la congregación (v. 16). El desea
que los corintios comprendan que Cristo es la cabeza de todo
hombre
(más probable "esposo") y que el "esposo"
es la cabeza de la mujer (más probable "esposa",
dada la ambigüedad de estas palabras en gr.).

Era la costumbre pagana de los sacerdotes de un culto,
que habían salido de la elite de la sociedad, distinguirse
de los demás adoradores orando y presentando sacrificios
con sus cabezas cubiertas. ¿Sería que algunos de
entre la minoría de los cristianos que pertenecían
a la casta social privilegiada deseaban atraer la atención
hacia su posición orando y profetizando con la cabeza
cubierta? El que lo hace afrenta su cabeza, es decir, a
Cristo, que es su cabeza. Esta afrenta consistiría en el
atraer la atención hacia su posición secular,
cuando Cristo es aquel a quien tiene que dirigirse toda la
atención cuando uno ora.

Toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta
afrenta su cabeza, es decir, a su esposo. Es como si
se hubiera rapado.
La ley romana que se aplicaba en la
colonia de Corinto establecía que la mujer que afrenta a
su esposo, cometiendo adulterio, debe raparse la cabeza. Si una
esposa no se cubre la cabeza es considerada, por
implicación, como alguien que se niega a reconocer su
relación con su esposo, es decir, su estado civil. Que la
esposa no se cubriera la cabeza en público era una ofensa.
El hombre está exento de cubrirse la cabeza, dado que
él es la imagen y la gloria de Dios (Gén.
1:27a). La esposa es gloria de su esposo (Prov 12:4). Este fue el
orden en que el hombre y la mujer fueron creados, según
Gén. 9 En Gén. 2:20b–23, la esposa fue creada
para el esposo, y no el esposo para la esposa. Por esta
razón, y también por causa de los
ángeles
(cf. Mat. 18:10), la esposa debe
tener esta señal de autoridad sobre su cabeza. En el
Señor,
Pablo enseña el carácter mutuo
de la pertenencia, como en 7:4. Explica esto en términos
de que la mujer viene del hombre, y el hombre de la mujer. Pero
Pablo afirma que todo proviene de Dios. Como en 10:15,
convoca a la congregación para que juzguen por sí
mismos. ¿Es apropiado [en este caso] que la
mujer ore a Dios con la cabeza descubierta?
En el siglo I se
creía que la naturaleza determinaba los temas culturales.
Sin duda, Pablo también argumenta esto sobre la
enseñanza del AT, en la que se insistía sobre la
polaridad de los sexos. Un hombre con el cabello largo era una
ofensa. Algunas veces se ha argumentado que hay estatuas de
hombres de la antigüedad con el cabello largo, pero
así se representaba a los dioses, no a los hombres. El
cabello largo en la mujer era considerado como su gloria, y los
autores antiguos mencionan la atención que se prestaba al
cabello de la mujer como su preciada gloria. Pablo concluye
diciendo que si alguno desea contender con esta tradición
apostólica debe tener en cuenta que ni Pablo ni las
iglesias de Dios
siguen otra práctica.

Nota. "Debe recordarse que un problema en
particular era que la reunión cristiana, la eklesia,
tenía su contrapartida secular en el organismo que
gobernaba la ciudad. Esa reunión se realizaba normalmente
en un teatro. ¿Qué sucedería cuando una
reunión cristiana, eklesia, se realizaba en una casa
particular, donde la autoridad era una mujer, y en la que ella no
se cubría la cabeza? Aunque este es un punto de
controversia entre los comentadores, el tema parece no ser
respecto de hombres y mujeres en sí, sino respecto de
esposo y esposa; esta es una traducción legítima de
ambos términos. También ayuda a entender la
declaración sobre quién es cabeza (cf. Ef.
5:22–33, donde se utilizan las mismas palabras). Debe
destacarse, además, que no sólo los hombres oraban
y profetizaban en la iglesia apostólica; las mujeres
tenían una función legítima en la
adoración. Si se desea más información sobre
la profecía en la iglesia, ver el comentario sobre
14:1–25
".[44]

"El uso católico (general) no es prueba
infalible de la verdad, pero lo es, en general, de la
decencia."
[45]

Un entendimiento apropiado de esta sección
está basado en la comprensión de los principios de
la creación y las costumbres de la sociedad de los
corintios. Adán y Eva fueron creados como seres
interdependientes (v. 11); juntos representaban a la humanidad
como un todo. "El orden y la forma en que fueron creados
revelan la gloria de Dios (v. 7) y el señorío de
Cristo (v. 3). Además, la mujer es la gloria del
varón
(v. 7), debido a que fue creada como su
compañera apropiada (v. 9) y dotada por la naturaleza para
cumplir su papel (v. 15)."
[46]

Junto con estas preguntas contextuales más
amplias, este pasaje está lleno de notorias dificultades
exegéticas.[47] Incluyendo la
«lógica» del argumento en su conjunto, que a
su vez va conectada con nuestra incertidumbre en cuanto al
significado de algunos términos absolutamente cruciales y
nuestra incertidumbre acerca de las costumbres que
prevalecían, tanto en la cultura en general como en la
iglesia en particular (incluso toda la cuestión compleja
del culto cristiano primitivo).[48]

"La respuesta de Pablo da por sentado que ellos y
él se entienden en varios puntos clave, y por lo tanto
esos asuntos no se tratan. De modo que las dos preguntas
contextuales cruciales, qué estaba ocurriendo y por
qué, son especialmente difíciles de reconstruir.
Todo esto se ha complicado todavía más con el
resurgimiento, en la década de 1960 (después de
estar latente por casi cuarenta años), del movimiento
feminista, tanto dentro de la iglesia como fuera de ella, de modo
que muchos de los estudios recientes con respecto a este texto
han sido específicamente resultado de dicho
movimiento
".[49]

Veamos una especie de quiasmo en espejo en este caso, la
mejor forma de considerar la naturaleza de estas dificultades,
así como la «lógica» del argumento de
Pablo, es mediante un despliegue estructural del argumento entero
(en un español deliberadamente literal; cabeza =
uso metafórico; cabeza = literal):

2 Ahora os alabo

porque en todo os acordáis de
mí,

y tal como os las transmití,

retenéis las tradiciones.

I 3 Pero quiero que entendáis
que

la cabeza de todo varon es Cristo,

(y) el varon la cabeza de la mujer,

(y) Dios la cabeza de Cristo.

4 Todo varon deshonra su
cabeza/cabeza;

al orar o profetizar teniendo hacia abajo/contra la
cabeza

5 Toda mujer deshonra su
cabeza/cabeza;

al orar o profetizar descubierta en cuanto a la
cabeza

Porque es una y la misma cosa

que ella sea una que se ha rapado.

6 Porque si una mujer no va a estar
cubierta
,

que también se corte el cabello.

Pero si es vergonzoso que ella se corte el
cabello o se rape,

que se cubra.

II 7 Porque

Por una parte, el varon no debería tener la
cabeza cubierta,

siendo la imagen y gloria de Dios;

Por otra, la mujer

es la gloria del varon;

8 [a] Porque el varon no procede de la
mujer,

sino la mujer del varon;

9 [b] Porque también el varon no fue
creado

por causa de la mujer,

sino la mujer

por causa del varon

10 Por esta razón

la mujer debería tener autoridad sobre su
(propia) cabeza

a causa de los ángeles.

11 en todo caso (aún
así)

[B"] Ni la mujer aparte del varon,

ni el varon aparte de la mujer,

en el Señor.

12 [a"] Porque así como la mujer (procede) del
varon,

así también el varon (procede) de la
mujer,

pero todas las cosas (proceden) de
Dios.

III 13 Juzgad entre vosotros mismos:

¿Es decoroso que la mujer ore a Dios
descubierta?

¿No os enseña la naturaleza misma
que

14 Por una parte,

si un varon se deja el cabello largo,

es deshonroso para él.

15 por otra parte,

si una mujer se deja el cabello largo,

es gloria para ella?

Porque el cabello le ha sido dado

en lugar de velo.

16 Ahora bien, si alguno parece ser
contencioso,

nosotros no tenemos tal costumbre,

ni las iglesias de Dios.

Varias cosas podrían decirse acerca de este
argumento. (1) Las señales gramaticales/estructurales
parecen exigir esta división tripartita. En cada caso las
situaciones del varón y de la mujer se distinguen la una
de la otra mediante conjuntos de contrastes, en los dos
últimos casos mediante la señal gramatical
específica «por una parte/por otra». (2)
Además, en cada caso el argumento parece dirigido
específicamente a la mujer, y se le planta claramente en
la «cabeza». (3) El problema tiene que ver con que la
cabeza de la mujer esté «descubierta» cuando
ella ora o profetiza, como lo dejan claro las dos expresiones del
problema en los vv. 5–6 y 13. Todo esto lo manifiesta el
argumento mismo.

La Parte I (vv. 3–6) arguye a partir del uso
metafórico de «cabeza» en el sentido de que el
varón deshonraría a su «cabeza» si
tuviera algo «colgando hacia abajo de la cabeza»;
mientras que lo opuesto le sucedería a la mujer: ella
deshonraría a su «cabeza» si profetizara
«descubierta en cuanto a la cabeza». La
elaboración explicativa que mediante una analogía
lleva adelante la cuestión de la vergüenza de la
mujer y concluye con el imperativo de que ella debe cubrirse,
deja claro que es aquí donde radica el
problema.

Aunque el argumento de la Parte II (vv. 7–12) es
más complejo—y lleno de sorpresas otra vez parece
apuntar hacia la mujer. Lo de que el varón no
debe
cubrirse la cabeza porque él es imagen
y gloria de Dios (v. 7ab) establece tanto los vv.
7c–9 como el v. 10: primero, mediante la afirmación
de que la mujer es gloria del varón, lo cual se
explica luego en los vv. 8–9; segundo, mediante la
afirmación del v. 10 de que ella debe tener
autoridad sobre su propia cabeza a causa de los
ángeles. Los vv. 11–12, que corresponden en orden
inverso a las afirmaciones de los vv. 8–9, parecen tener el
propósito de matizar estas últimas, para que no se
malentiendan.

La última parte de este argumento parece
desviarse un poco, de modo que en la Parte III Pablo recoge el
asunto una vez más, apelando ahora al propio sentido de
decoro de ellos. Tomando el lenguaje del v. 5, comienza con una
pregunta retórica,que funciona como presuposición
para lo que viene a continuación. Una vez más,
puesto que se destaca solamente a la mujer, parece claro que es
aquí donde radica el problema. Esto se apuntala aún
más mediante la pregunta que sigue (vv. 14–15),
donde Pablo vuelve a usar al varón para establecer la
discusión referente a la mujer, cuya situación es
la única que recibe comentarios adicionales. Luego
concluye con una palabra dirigida a cualquiera que pretenda ser
«contencioso» con respecto a este asunto, diciendo
que las iglesias no tienen «tal
costumbre».

Pero ¿qué quiere decir,
específicamente, eso de que una mujer ore y profetice
«descubierta en cuanto a la cabeza»? Hay tres
opciones básicas: "(1) La opinión tradicional
consideraba que ella estaba prescindiendo de alguna especie de
cobertura externa.[50] Esto parece insinuado tanto
por el verbo «cubrir» como por las palabras acerca
del varón en el v. 7, que implican una cobertura externa
(«no debe cubrirse la cabeza»). La dificultad de esta
opinión proviene principalmente de entender el v. 15 en el
sentido de que el cabello largo se le da a la mujer en lugar de
un peribolaion (lit. «una envoltura», y por tanto una
especie de rebozo, pañolón o
chal").

"(2) A causa del v. 15, se ha alegado que la
«cobertura» por la que se aboga en los vv. 4–7
y 13 es en realidad el cabello largo de los vv. 14–15,
porque algunas de las mujeres estaban usando el cabello corto.
Pero contra esto va el lenguaje y la gramática de los vv.
5–6, donde Pablo arguye mediante analogía que, si no
van a estar «cubiertas», deberían raparse o
cortarse el pelo.

(3) Más recientemente varios eruditos han
sugerido, sobre la base del uso de la lxx, que el adjetivo
«descubierta» se refiere a «cabello
suelto», es decir, a que la mujer anduviera en
público con el cabello suelto y por lo tanto experimentara
vergüenza. Aunque esto resulta atractivo en muchos sentidos,
tiene su propio conjunto de dificultades: en qué sentido
el que el varón no se cubra la cabeza, en el v. 7, es lo
contrario de esto; qué hacer con el v. 15, que implica que
el cabello largo, y no el cabello amontonado, sirve en lugar de
chal
;" [51]y "el hecho de que no hay
evidencia segura del siglo I de que el usar en público el
cabello suelto hubiera sido un tipo de
afrenta".
[52]

En cualquiera de los dos casos, la acción de la
mujer se considera vergonzosa, y por esa razón Pablo
está dispuesto a ofrecer una justificación
teológica para mantener una costumbre.

Pero, ¿por qué era que algunas
mujeres (aparentemente) estaban desacatando de ese modo la forma
acostumbrada de presentación? Tradicionalmente, cuando
siquiera se planteaba esa pregunta, se sugería que el
problema tenía que ver con que algunas mujeres estaban
insubordinándose a sus maridos a causa de su recién
encontrada libertad en Cristo. Entonces los intérpretes
veían el pasaje, que se basaba en una forma particular de
entender los vv. 3 y 7–10, como un intento de «poner
a las mujeres en su lugar» insistiendo en que mantuvieran
el símbolo tradicional de su subordinación, el
velo.

"Es más probable que el problema esté
conectado con la situación histórica general en
Corinto, y que refleje la perspectiva teológica
señalada en otros lugares de esta carta (ver la
Introducción), especialmente la de las mujeres
«escatológicas» que se señaló en
el capítulo 7. Poco puede dudarse de que en la nueva edad
inaugurada por Cristo, las mujeres participaban en el culto junto
con los hombres
"[53].

En su mayor parte, en estos asuntos la iglesia de
Corinto seguía las tradiciones que había recibido
durante la visita de Pablo. Pero algunas mujeres, o bien de hecho
estaban orando/profetizando (que es lo más probable) sin
la «cobertura de cabeza» o «peinado» que
se acostumbraba, o bien estaban argumentando a favor del derecho
de hacerlo así. "Probablemente esto esté
conectado con el hecho de que ellas eran pneumatikos
(«espirituales») y con su escatología un tanto
superrealizada. Parece difícil entender la respuesta de
Pablo a menos que la escatología espiritualizada de ellas
incluyera también algún tipo de eliminación
de la distinción entre los sexos. Ellas consideraban que
en el Espíritu ya habían llegado a la meta; ya
estaban actuando como quienes iban a ser «como los
ángeles», entre quienes ya no existía
distinción sexual alguna. Como parte de su nueva
«espiritualidad» ellas estaban abandonando algunas
distinciones muy tradicionales entre los sexos, que de otro modo
se habrían considerado vergonzosas. Pablo tiene opiniones
suficientemente fuertes acerca del problema como para referirse a
él, aun cuando su argumento carezca del acostumbrado
vigor. Puesto que es difícil imaginar que a Pablo le
importara la «costumbre» en sí, especialmente
después de 10:23–11:1, probablemente lo que conduce
a esta respuesta es el problema teológico más
amplio".
[54]

Considero que existe una problemática importante
a la hora de determinar el lugar que ocupa la mujer y el hombre
en relación a la exposición de Pablo. Tratemos de
entender los que "sigamos a Cristo, cabeza nuestra, para que
a nosotros nos siga aquella de que somos
cabeza"[55]

"…Cuando yo (Jesucristo) al principio, hice
al hombre, hícelo macho y hembra…pues ahí
veis cómo nazco varón y nazco de mujer. No condeno
pues, mi hechura, sino los pecados hechura no
mía…"[56]

Debemos considerar el hecho de que Pablo es criado y
enseñado en una sociedad típicamente patriarcal que
condiciona a la mujer. No olvidemos que la posición actual
de la mujer y sus "demandas contraponen claramente lo que era
conocido en la antigüedad."
[57] Debemos
situar el valor de la mujer, incluso si su estatus ha sido el de
una menor, inmersa en la poligamia, el abuso, y la repudia.
Sólo la maternidad la salva, los tintes misóginos
derivados del génesis la han devaluado, por su
caída y seducción sobre el hombre, pero lo femenino
en la Biblia desborda estas disposiciones. No sólo por la
encomiable aportación de la mujer en la historia
bíblica, incluso de la extranjera, sino por el uso
frecuente por parte de Dios de la figura femenina y de amor entre
Él y su pueblo.[58] Es por tanto un texto
fundamental, para comprender a Pablo en su contexto y entender
mejor la problemática concreta del velo en el servicio
cristiano y sobre todo la posición del hombre respecto a
la mujer.[59]

La posición del ministerio femenino en el NT
demuestra la situación de unidad frente a Cristo y de
diferencia frente al sexo. Las desigualdades, los abusos, la
problemática e injusta subordinación no la comete
el texto bíblico ni Pablo es víctima de ella, sino
son consecuencias del pecado y del mundo en el que
vivimos.

3.2 CONCORDANCIA TEMÁTICA

A continuación vamos a relacionar el pasaje de
Pablo con otros textos que consideramos relevantes con el fin de
buscar la analogía del texto en
cuestión.

2os alabo, hermanos. 17,22; Pr 31:28–31
que en todo os acordáis. 4:17; 15:2 y
retenéis las instrucciones
. 7:17; Lc 1:6; 1 Ts 4:1,2;
2 Ts 2:15; 3:6

3 Cristo es la cabeza. Ef 1:22,23; 4:15;
5:23; Fil 2:10,11; Col 1:18; 2:10,19 la cabeza de de la
mujer
. Gn 3:16; Ef 5:22,24; Col 3:18; 1 Ti 2:11,12; 1 Pe
3:1,5,6 y Dios la cabeza de Cristo. 3:23; 15:27,28; Is
49:3–6; 52:13; 55:4; 61:1–4; Mt 28:18; Jn
3:34–36; 5:20–30; 14:28; 17:2–5; Ef
1:20–22; Fil 2:7–11

4 o profetiza. 12:10,28; 14:1 con la
cabeza cubierta
. 14; 2 Sa 15:30; 19:4

5 o profetiza. Lc 2:36; Hch 2:17; 21:9
hubiese rapado. Dt 21:12

6 si es es vergonzozo. Nm 5:18; Dt
22:5

7 porque es imagen. Gn 1:26,27; 5:1;
9:6; Sal 8:6; Stg 3:9 pero la mujer. 3; Gn
3:16

8 Gn 2:21,22; 1 Ti 2:13

9 tampoco el varón fue creado. Gn
2:18,20,23,24

10 señal de autoridad. Gn 20:16;
24:64,65 por causa de los ángeles. Ec 5:6; Mt
18:10; He 1:14

11 7:10–14; 12:12–22; Gá
3:28

12 todo procede de Dios. 8:6; Pr 16:4;
Ro 11:36; He 1:2,3

13 10:15; Lc 12:57; Jn 7:24

14 que al varón. 2 Sa 14:26
le es deshonroso. 14:35

16 ser contencioso. 1 Ti 6:3,4 tal
costumbre
. Hch 21:21,24 ni las iglesias. 7:17;
14:33,34; 16:1; 1 Ts 2:14[60]

Contexto del
pasaje

Es necesario argumentar y definir algunas cuestiones en
relación al contexto cultural y social además del
histórico referenciadas a cuestiones sobre el lugar donde
va dirigida la carta además de otros conceptos.

La presencia de hombres y mujeres compartiendo la vida
de la congregación de Corinto daba lugar a situaciones
inesperadas. Debemos entender que la vida religiosa, tanto entre
los judíos como entre los griegos, era algo estrictamente
masculino. Entre los segundos, el papel femenino era a menudo
degradante por la gran cantidad de prostitutas y las
orgías que se realizaban en nombre de la religión.
Por eso, la participación de las mujeres en el culto
provocaba inquietud y cuestionamientos.

« La ignorancia es la madre del error.».
Estos ignoran que en las ciudades griegas y orientales era la
costumbre que las mujeres, salvo las de carácter inmoral,
se cubrirse la cabeza en publico. Corintio estaba llena de las
"prostitutas de los templos " En Corintio se hallaba el templo de
Venus con 1.000 sacerdotisas dedicadas a la
prostitución.

Algunas de las mujeres cristianas, aprovechándose
de la nueva libertad en Cristo, se atrevían a descartar el
velo en las reuniones dela Iglesia, cosa que horrorizaba a los
miembros de temperamento mas modesto.

También estas mujeres cristianas que
vivían en Corintio una ciudad pagana, con su actitud, fue
atraer una innovación a la iglesia, ¡ una indecencia
! esta era la norma de las prostitutas paganas, cosa que Pablo
tuvo censurar.

Debemos de tener en cuenta, lo que Pablo enseña
en este capitulo ( 1 Cor. 11:1-16 ) y el tema en cuestión.
Aquí Pablo comienza una serie de instrucciones tocante al
uso correcto de los dones milagrosos a listado en ( 1 Cor.
12:1-10 ) dados por la imposición de las manos de los
apóstoles (Hech. 8:14-17; 2 Tim. 1:6 ) Esto servían
para dos cosas (1). Para probar la autoridad de los
apóstoles (2). Para suplir lo que faltaba a la iglesia que
no había tenido el tiempo de estudiar mucho los escritos
de los apóstoles , por cuanto aún no estaba
recopilado en el N. T. ( 1 Cor. 13:8-10 )

En Corintio había algunas hermanas que
tenían el don de profecía por la imposición
de las manos de los apóstoles.« Estas eran hermanas
inspiradas »

Esto fue predicado por el apóstol Pedro,
recordando la profecía de Joel ( Hech. 2:17-18 ) Por
ejemplo hay mujeres registradas en el N. T. como
profetisas

Priscila ( Hech. 18:26 ) ; Las hijas de Felipes ( Hech.
21:8-9 ) Aunque Pablo enseña que las mujeres deben guardar
silencio en la congregación según: ( 1 Cor. 14:34 )
; ( 1 Tim. 2:11-12 ) " No hay contradicción "Esto fue una
excepción, que no marca la regla, o la norma general para
todas las mujeres cristiana , por cuanto iría en
contradicción de los texto ya antes mencionados. Esta
misma excepción no hizo la regla en la nación de
Israel, por cuanto hubo por ejemplo: Cuatro profetisa registrada
en el A. T. en un periodo de 1300 años

  • a) María la hermana de Aarón "
    Profetisa ": ( Ex. 15:20 )

b). Débora " Juez de Israel y profetisa " 🙁
Jueces 4:4 )

c) Hulda, " Profetisa; en los días del Rey
Josía " ( 2 R. 22:14 )

d) Ana " profetisa "en los días del nacimiento
del niño Jesús (Lucas2:36-38 )

Debemos de recordar lo que Pablo enseñaba, pues,
era para todas las iglesias( 1 Cor. 4:17 ) Las mujeres
debían de tener una actitud, quieta, serena, sumisa, sin
ejercer autoridad en la iglesia, esto es estar en silencio ( ver
estudio el silencio de la mujer )

Estas hermanas de Corintio fueron autorizadas por los
apóstoles, por medio de la imposición de las manos,
ha profetizar,. Concluimos que las mujeres que oran y profetizan
del ( ver. 5 ) son las mismas mencionadas en el ( ver. 13 ). por
cuanto el tema está en la polémica que había
surgido en Corintio con respecto si la mujer profetisa
debía orar " por inspiración " o profetizar con una
señal de sujeción el " velo."

En el oriente las mujeres honorables tenían la
costumbre de cubrirse con velo ( es decir no con el cabello
solamente sino toda la cabeza entera ) « Es lo contrario
que en Occidente » Esta costumbre era un " emblema de
modestia "se be en la practica de Rebeca antes de que se casase
con Isaac (Gén. 24:65-67 )

También esta costumbre era un " emblema de
castidad conyugal "« Ausencia de sexualidad » se ve
en la forma figurada " como un velo " que menciona Abimalec rey
de los filisteos con respecto a Sana mujer de Abraham (
Gén. 20:16 ),. Por cuanto fue engañado por Abraham
al decir que Sara era su hermana, el la tomo, pero no se llego a
ella, porque Dios se llego en sueño a Abimalec y le
anuncio la muerte si la tocaba..

También tener la cabeza descubierta indicaba que
ya no quería estar bajo el poder del marido, de ahí
que la mujer sospechada por " celos " le descubriría la
cabeza el sacerdote (Nun. 5:18 ) Por consiguiente, esta era una
costumbre " el velo " común en Oriente, salvo la
prostitutas, ninguna mujer se presentaba en publico sin velo. Y
si lo hacia , deshonraban a su cabeza – a su marido – que es la
cabeza de la mujer (Efes.5:23) Entre los griegos no sólo
las hetairai," prostitutas " tan numerosas en Corintio, iban sin
velo; también las esclavas llevaban la cabeza " afeitada
"

Por esto dice Pablo en ( 1 Cor. 11:6 ) " Si le es
vergonzoso, ¿ El que ? cortarse el cabello o raparse"
Aquí Pablo repite la referencia a las costumbres de aquel
tiempo, con su significado: Si la mujer ( según el con
texto, la profetisa ) no lleva velo, que sea consecuente y se
rape, ya que no quiere mostrar "sujeción"

Por tanto, el velo como señal de sujeción,
era lo común en todas las mujeres de oriente tanto
aquí en el caso de las profetisas en la asamblea, como en
la calle, era señal de sujeción, Por contrario
según ( 1 Cor. 11:4 ) El varón " profeta " no
debía de cubrirse, porque afrenta su cabeza « Ofende
su cabeza »." este no tenían tal costumbre
"

Por cuanto hay un orden establecido por Dios
según ( ver. 3 ) el cual todos debemos respetar. Cristo
cabeza del varón «El hombre esta sujeto a Cristo, no
hay autoridad entre el hombre y Cristo » 2. El varón
cabeza de la mujer « La mujer esta sujeta al varón,
las rozones ( 1 Tim. 2:13-14 ) Esta regla esta en vigor hoy en
dia y tiene varias formas de expresarse: No se le permite a la
mujer hablar en la congregación " predicar,
enseñar, dirigir oraciones en alta voz, por contrario si
orar en su corazón " ( 1 Tim. 2:11-12 ) Tiene que estar
sujeta a su marido ( Efes. 5:22-24; Col.3:18 ) Se considera como
vaso mas frágil ( 1 P. 3:7 ) Dios la cabeza de Cristo
« En el papel de redentor » Cristo se rindió a
la voluntad del Padre en todo " haciéndose obediente hasta
la muerte, y muerte de cruz " ( Fil. 2:8 ). Durante su vida
terrenal, su comida fue hacer la voluntad de Dios ( Juan 5:30 )
No buscó Su propia voluntad, sino la del Padre( Juan 5:30;
6:38 ) Y aprendió ( experimentó ) la obediencia (
Heb. 5:8 ) Juzgar vosotros mismos ¿ Es propio que la mujer
hoy en día en nuestra sociedad occidental use el velo como
señal de sujeción ? ¿ Podemos decir hoy que
las mujeres que no usa el velo en la vida ordinaria, y aún
en la asamblea las cristianas, son considerada como prostitutas ?
No perdamos de vista el tema en cuestión que se
había originado en Corintios, las mujeres "profetisas " se
sintieron tentadas a elevarse en forma indebida y se olvidaron de
su lugar de sujeción.

Por lo tanto no hay ninguna autoridad en estos textos,
para que la mujer use el velo en la asamblea pública,
PORQUE era una costumbre oriental y el punto esta en que eran mal
vista si no lo llevaba. Tampoco autoriza hoy a toda mujer
cristiana estos texto, a dirigir oraciones, o profetizar en la
asamblea, por cuanto solo se refiere a la mujeres inspiradas las
" profetisas " hoy no hay dones milagrosos, porque los
apóstoles solo eran los autorizados para darlos, y ellos
ya están con el Señor.

"Con todo eso, si alguna piensa que debe llevar el
velo en la asamblea, considere que también lo debe llevar
en la calle, en su casa y donde quiera que valla, no es una
cuestión doctrinal de adoración, sino una costumbre
oriental, una señal de sujeción, y además de
una saciedad que hacia diferencia entre las mujeres castas y las
prostitutas."
[61]

La mujer debía ponérselo como evidencia de
que estaba sujeta a la autoridad de su esposo. Si se negaba a
hacerlo, sería lógico llegar a la conclusión
de que debía raparse la cabeza también. Durante
mucho tiempo yo añadía a esa conclusión "tal
como lo haría una prostituta". Sin embargo, no hay
evidencia alguna de que las rameras se afeitaran la cabeza.
Más bien, parece que se dejaban crecer el cabello y se lo
arreglaban bien para atraer a los hombres. El quitarse el velo
era una manera de deshonrar a la persona establecida como su
superior y se compara con rasurarse la cabeza, que sólo se
hacía en tiempos de luto y gran dolor. Representaba una
condición vergonzosa y triste que era como despojarse de
lo que había sido su gloria. "De manera semejante la
gloria de la mujer es estar sujeta a la autoridad que Dios ha
establecido sobre ella."
[62]¿Realmente
es así? ¿Coincide con la analogía de la fe
ésta afirmación?..

4.1 TESTIMONIOS PATRÍSTICOS

Partes: 1, 2, 3
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