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Sobre las cinco ilusiones y una propuesta ante la televisión (página 2)



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La filosofía de Kant y el mismo
personaje son productos burgueses. Pero como no me creo
que haya una ciencia burguesa, tampoco me creo que hubiese
una ciencia proletaria, luego no puedo reducir los
productos del
pensamiento en
su totalidad a sus condiciones de gestación. El error
inverso es suponer que las condiciones de gestación en
nada influyen en la estructura que
se pretende desentrañar. En eso hay que buscar un equilibrio y
deslindar lo más posible la poca ciencia que,
circundada por mucha ideología, anida en todo gran pensador.
Siempre me ha resultado un placer poder dialogar
con Santiago Alba y
demorarme a dialogar con sus libros o sus
artículos, ya que el intercambio siempre me resulta
fructífero y aprendo mucho con ello. ¡Qué
fácil es pensar en compañía de alguna gente
y qué difícil siquiera cruzar dos palabras con
otras! A la televisión (y a algunas personas
también) si se le dirige la palabra, actúa como la
letra muerta, contesta con el más altivo de los silencios
(como bien señalara Platón
en el Fedro dudando de si su escritura
podía compararse a la oralidad de Sócrates).
Por eso es mejor acudir a la obra de un escritor vivo que a la de
uno muerto, en primer lugar, porque es nuestro
contemporáneo, lo que significa que le preocupan los
mismos problemas que
a nosotros y en segundo lugar, porque puede, si como es el caso
hay predisposición a ello; entablar un intercambio de
ideas del que todos salimos beneficiados. No bastan los libros
para poder pensar y hay que buscar gente que quiera llevar a cabo
ese empeño y afrontar los riesgos que
entrañe. Baste entonces éste preámbulo
explicativo sobre las motivaciones y trasfondos de la
interpelación y pasemos directamente al comentario de su
escrito.

II.
Considero por lo antecedente muy bien visto el
carácter burgués de la estética kantiana. Para que luego se les
llene la boca a los puristas metafísicos con que eso es
ciencia y lo demás ideología. La ilusión
de la invulnerabilidad
producto de
una vida segura, con seguros de vida y
seguridad
social, procurando mantenerse al margen de esa muerte que se
esconde en los grandes hospitales y en los asilos de ancianos,
constituye una de las matrices
resultante del capitalismo
burgués. Hacen falta estímulos constantes de
imágenes incesantes y de compras
compulsivas para conjurar el hastío y el aburrimiento de
una existencia sin riesgo y sin
atrevimiento. Al menos la vida del pensamiento, del
arte o de
la ciencia,
entraña aventura y riesgo, pasión y alegría,
emoción y tristeza. Y si no es así no creo que
merezca la pena vivirla. El positivista cientifista
también padece de la ilusión de la
invulnerabilidad.
A diferencia de la estética kantiana que nos dice que no
puede experimentarse lo sublime si se está
aterrorizado, la de Nietzsche e
incluso la de Hegel, no
confunden el terror con lo terrible, aquello que en griego
clásico se dice "deinós" y que a veces se
traduce por "lo pavoroso"; como cuando en la
Antígona de Sófocles se nos dice que
"el hombre es
lo más terrible (deinós)".

Cuando lo terrible te atraviesa es cuando se
tiene experiencia estética o vital, lo demás es ver
la vida en la
televisión. Pero "lo terrible" es un vocablo griego
del que su traducción española mantiene el
doble sentido, positivo y negativo, del mismo. Como cuando se
dice que "es un jugador de ajedrez
terrible" queriendo decir con ello que es potente, muy bueno,
excelente, en contraposición a cuando se dice que "una
guerra es
terrible" en el sentido de que es terrorífica, aterradora,
brutal. Ya decía Esquilo que Prometeo el titán que
entregó el fuego a los hombres era "deinós".
Si se está seguro de que lo
terrible en sentido negativo no puede alcanzarnos tampoco lo
terrible en sentido positivo lo podrá hacer. A la
estética burguesa de la seguridad y la
mediocridad se contrapone la estética romántica de
la intensidad y la fugacidad. Nietzsche trató de juntar
ambas en su metáfora de juventud sobre
lo dionisíaco y lo apolíneo como elementos
fundamentales de la tragedia, aunque en Ecce Homo
se autocriticase diciendo que su hipótesis de juventud era demasiado
hegeliana, remitiendo peligrosamente a un dualismo maniqueo. Las
revoluciones siempre han sido tragedias que han terminado en
farsa. Por eso a la tragedia sigue la comedia.
Kant parece proponer un humanismo pretendiendo que el
hombre domine
todas las situaciones y controle todos los acontecimientos pero,
tras la muerte del
hombre, queda la ventana por la que éste miraba convertida
en nuevo centro del universo. El
nihilismo es
la Nada erigida en centro, su máxima determinación,
el cuerpo de esa hidra de cien mil cabezas, se denomina Capital, sus
mayores valedores: Estados Unidos e
Israel.
¿Está dicho lo suficientemente claro? De la
confrontación con ese Centro Nihilista viene la
línea de trabajo de
Derrida acerca de "la pérdida del centro" como
condición necesaria de la disolución del nihilismo.
De ahí el parágrafo 2 del Prólogo de
Aurora de Nietzsche: "La pérdida del centro de
gravedad, la resistencia
contra los instintos naturales, en una palabra, el
'desinterés' –a esto se ha llamado hasta ahora
'moral'…

Con 'Aurora' yo fui el primero en entablar la lucha
contra la moral de la
renuncia a sí mismo". Aunque luego la
hermenéutica
de para un roto y para un descosido y
nuestro ilustre filósofo Eugenio Trías titule "La
pérdida del centro" un artículo en el que se
lamenta de que el PP de los primeros cuatro años de
legislatura se
moviese del centro hacia la extrema hybris de la
administración Bush: "El gran error de ese gobierno fue
dilapidar de la manera más incomprensible un capital
difícilmente conseguido y alcanzado a través de una
primera legislatura en la que el Partido Popular gobernó
con prudencia, con tiento y con savoir faire"
(Artículo de Eugenio Trías de El Mundo del
31-3-2004).

El Partido Popular se habría extralimitado
rebasando los "límites" que constituyen la
propuesta filosófica del pensador español. A
los revolucionarios hace tiempo que se
les advirtió: no rebasen ustedes los ilimitados
límites de la usura, de la Banca
Internacional, de la tecnocracia ni de la plutocracia, por
ningún lado, o se les borrará de la faz de la tierra.
Pero ahora resulta que el propio monstruo no quiere que se le vea
la cara, sino sus cien mil rostros serpentinos de hidra
pustulenta, quiere mantenernos en el "límite" de
ver sólo una de sus caretas y considerarle así como
una sujeción moderada, un esclavismo
soportable, un centro. Algo muy en la línea de la
línea editorial de El Mundo, valga la redundancia,
que sigue a rajatabla su Consejero Editorial. Para que luego
hablemos de la "ciencia desinteresada" que la Filosofía y
se pretenda un saber Objetivo.

Más abajo en el artículo
periodístico que comentamos se nos dice: "En la
tradición espacial que sigue siendo la de nuestra conciencia, el
poder es un centro". Pero Tony Negri nos quiere convencer
de que ya no hay centro sino una especie de Red ontológica
calcada de Internet en la que
psicoanalíticamente diríamos que el yo no gobierna
sino que lo harían el ello y el super-yo, panorama
demasiado bonito para ser cierto. La hidra de cien mil cabezas
tiene cuerpo, pero muestra una
máscara como centro, para que no se le vea el
Centro. Si se le corta una cabeza surgen otras cien, por
eso el centro es la mejor manera de servir y proteger al
Centro. No interesa que el Imperio muestre su cuerpo, no
interesa que se le vea el Centro, pues alguien
podría intentar apuntar nuevamente a esa diana.
Incluso El Mundo y La Razón dos de los tres
diarios de derechas de España le
acabaron dando la espalda a Aznar y al apoyo a la guerra de
Irak de su
gobierno: "EL MUNDO ha respaldado durante estos siete años
la mayoría de las posiciones políticas
de los gobiernos de Aznar y ha reiterado una y otra vez la
valoración globalmente positiva de su gestión. Respecto a la crisis de
Irak, estamos convencidos de que el presidente está
tratando de defender con sinceridad los intereses de
España. Pero, sin embargo, creemos que está
radicalmente equivocado. Tanto por la desproporción entre
el limitado peligro real que hoy por hoy representa Irak y la
doctrina de la guerra preventiva que pretende aplicársele,
como por la temeridad política de unir su
suerte y la de su partido a una administración tan extremista como la de
Bush" (Editorial de El Mundo, "¿Por qué la guerra
ahora?" 18 de febrero de 2003).

Sólo articulistas de neoextrema derecha
neoliberal como Jiménez Losantos o Gabriel Albiac
defendieron la guerra en contra de los millones de manifestantes
que salieron a la calle, mientras Aznar-Lewinski chupaba y
chupaba en la finca bushiana de Texas. Los editorialistas del El
Mundo más listos que sus figuras intelectualoides
intuyeron y previeron acertadamente que el PP estaba dilapidando
sus créditos políticos, alcanzados sin
su concurso por la marcha natural de la economía de la
globalización, al aliarse unilateralmente con la
administración bushita. Los "beneficios"
alcanzados por Aznar fueron perder las elecciones generales, que
pusiesen bombas en
Madrid y, eso
sí, una plaza tapadera de profesor
universitario en los Estados Unidos sin saber ni patata de
inglés.
Eso sí, la distinción entre derecha y ultraderecha
en España resulta un tanto grotesca, no así en
Francia, pero
es que en nuestro triste país la transición
significó que los tecnócratas del Opus construyeron
el PP y los falangistas salvo excepciones se pasaron al PSOE,
luego la ultraderecha es el PP y la derecha moderada es el PSOE;
de ahí que se pueda hablar de una transición
inacabada.

III.
Pero vayamos a comentar lo de las cinco
ilusiones que disecciona Alba, volviendo sobre la de la
invulnerabilidad.
"La razón es teoría,
pero el poder también" nos dice Santiago Alba. Tanto la
razón como el poder son "espectáculo",
"contemplación", tienen algo en común pero parecen
distintos. En tal caso habría que contestar al monismo del
poder del señor Foucault y
explicar cuál es la distinción entre razón y
poder, espectáculo y contemplación, conjurando la
conocida asociación "saber-poder" que el filósofo
francés articuló en su terrible
antihumanismo. Obviamente no era el objetivo del texto que
comentamos establecer tales distinciones y dar cuenta de las
presentes peticiones, pero quede solicitada la cuestión
para ulteriores trabajos como peticiones del oyente o motivos de
reflexión en común.
La diferencia de posición de la mirada constituye,
eso sí, una buena diferencia que se nos ofrece: la de la
mirada ascendente (contemplación) de lo
pequeño ante lo grande, del ser humano frente a lo que le
sobrepasa (C.D.Friedrich), frente a la mirada descendente
(espectáculo) del poderoso Escipión ante sus
vencidos; si bien el verdadero teatro, el
espectáculo de calidad de un
Shakesperare y un Esquilo, el verdadero arte, podría
decirse que vendría a ser una mirada intermedia
entre la de la contemplación de lo sublime y la despectiva
mirada del poder; una mirada en la que el
hypocrités (actor) se expone a la vista horizontal
del público que le observa y le juzga. A diferencia del
actor de la antigüedad, el hipócrita actual es
el actor que no se funde en su máscara, que no
actúa con sinceridad y autenticidad, el vil
estratega de la política del espectáculo.
La televisión
convierte hasta al hombre más pusilánime en
Escipión, he ahí una de las claves de su éxito y
además, "tranquiliza", porque, a diferencia del general
romano, convierte al burgués en el hombre más
poderoso sin que se tenga que exponer, desde la seguridad de su
lamentable vida cotidiana y rutinaria. Los atributos del
Emperador "Invisibilidad, inviolabilidad, inmovilidad"
generalizados, ¿no se trataba de eso con la revolución
burguesa? Fin del Antiguo Régimen, de la aristocracia,
para detentar todos (pero virtualmente) sus privilegios. Ahora
cada cual carente de excelencia alguna se siente con derecho a
tener todos los privilegios. Pero esa extensión de los
privilegios de la aristocracia al pueblo fue un colosal fraude. Baste el
destino de los rentistas como ejemplo de los que también
tuvieron que engrosar las filas del trabajo asalariado. En lugar
de generalizar con una Renta Básica lo que fue privilegio
de los nobles la revolución burguesa puso a todo el mundo
a trabajar. ¡Para que luego digan que el comunismo es
igualar por abajo!
La metáfora de sabiduría que constituye la
mirada para Grecia, no se
olvide, es indoeuropea, ya que la palabra "idea" viene de una
palabra sánscrita que remite a la visión,
mientras que en la cultura
semítica (judía y árabe); la metáfora
de la sabiduría es el oído, ya que su
sabiduría les viene de la escucha, pues ver a
Yahvé significa la muerte y sólo se le puede llegar
a escuchar. Por eso la derecha sionista heideggeriana
representada por Levinas afirma que la Torá (el Libro) es una
protección contra el contacto directo con lo divino. En
esta distinción es importante también la
direccionalidad del sentido, ya que, si bien al mirar hay
una intencionalidad, esto es, la mirada busca lo mirado, en el
oír hay más bien una receptividad, esto es,
en la escucha se atiende a los sonidos que vienen hacia uno. Pero
peligrosa resulta la contraposición entre lo
semítico y lo indoeuropeo si se quiere proponer en pugna
dialéctica respecto a la supuesta superioridad o
inferioridad de una metáfora sobre la otra, ya que de la
preminencia indoeuropea vendrá la mistificación del
pueblo ario y de la preminencia semítica la del
pueblo elegido. También en la dialéctica
entre lo femenino y lo masculino se suele hacer hincapié
en cómo las mujeres resultan más próximas a
la lírica y atienden más a la
seducción que les supone la escucha, de voces dulces,
versos o poemas;
mientras que los hombres resultan más próximos a la
épica y atienden más a la seducción
que les supone la visión de cuerpos desnudos en lucha,
rostros bellos o formas sinuosas.

También aquí resulta desencaminada una
comprensión dialéctico-maniquea de ambas
metáforas, bajo la idea de una supuesta superioridad o
inferioridad de una metáfora sobre la otra, ya que de la
primera sobreviene fácilmente la misandria y de la
segundo adviene fácilmente la misoginia. Incluso se
vislumbra algo también en la metáfora
geográfica Norte-Sur cuando se diferencia entre unas
tierras frías, racionales, sin contacto corporal alguno,
donde te saludan a distancia, con ojos vidriosos carentes de
cualquier manifestación de afecto; frente a unas tierras
cálidas, pasionales, donde los cuerpos se tocan, donde te
saludan con caricias de afecto y sonrisas con ojos que tocan.
Siempre entendiendo que no se trata de dualismos sino de
fenómenos de hibridación.
Y es que quizás no sean sino el gusto, el olfato y el
tacto
, los sentidos más primarios, obturados por los
de la visión y la escucha. Todos ellos pueden
quedar apopléjicos ante un desmedido ejercicio de la
racionalidad analítica. En la cotidianidad con un
animal de compañía o con un bebé humano
podemos observar como los tres sentidos primarios se encuentran
más agudizados que en el humano adulto racionalmente
estructurado. El que la televisión (visión y escucha) embote
el resto de los sentidos es
un hecho. Y sólo de un ejercicio proporcionado y semejante
de los cinco sentidos y de la racionalidad
sintética
podría surgir una coexistencia
excelente de las facultades vitales del ser humano. A la
televisión sólo se la puede ver y escuchar,
pues no huele, no sabe y si se la toca, se obtiene el contacto de
un objeto inerte, frío, muerto, animado por la nada
eléctrica de los rayos catódicos que emanan de su
interior.
La televisión (una gorda cabeza de hidra)
convertida en "centro" de la casa, nos remite al fuego central de
la caverna preneolítica regalo de Prometeo, a la
seguridad de los habitantes de la gruta del Mito
platónico. Ese mismo fuego que calienta el cuerpo y que
asa la carne animal señalando el paso de lo crudo a lo
cocido, es el que provoca las sombras y el espectáculo del
fondo de la caverna.

A diferencia del fuego la televisión no calienta,
no permite forjar metales ni
cocinar alimentos. El
fuego permitió la protección del hombre de los
animales
más fuertes y poderosos que él, pero luego
permitió que éste se convirtiese en el mayor
depredador de la historia natural de nuestro
planeta; un ser que con sus armas de fuego abate a sus
congéneres y otros animales por deporte. Llegados a semejante
ambivalencia un ejercicio interesante resulta el procurarse una
"inversión" del mito de la caverna,
como cuando, no es que se tenga que hacer una alabanza de la
estupidez, sino al menos "sospechar" de la validez universal de
la Idea. Pues sabios, profetas y políticos, mediante el
culto a la
personalidad, el mesianismo y la autoridad de
la ciencia, han sacado en ocasiones a las masas del
verdadero mundo de las sombras y los "simulacros" para llevarlas
al falso mundo del exterminio, el trabajo a
destajo y el matadero; jolgorio de sangre y fuego luego
encima televisado cuando es la sangre ajena o
censurado si es la propia. Diríamos entonces que ir al
trabajo no sería sino salir de la Caverna casera para
mayor gloria del exterminio Capitalista. Pero, ciertamente, esa
inversión, realizada de ese modo, tiene sus problemas y
habría mucho que discutir sobre el asunto.

El problema del relativismo no sería el
menor de ellos y el del rousseaunianismo o
pretensión de regreso a la naturaleza, no
le iría a la zaga. No obstante, buena parte de la
denostada postmodernidad trabaja en esa dirección ecologista que puede
ejemplificarse en la Carta sobre el humanismo de
Heidegger… (Por cierto Ted Kaczynski tiene un relato muy
muy bueno invirtiendo, en cierto modo, el relato de la nave de
los locos de la República platónica, un
texto titulado: El buque de los necios que es accesible a
través de Internet).

IV.
Pero sigamos reflexionando y dialogando con
Santiago Alba acerca de la televisión y todo lo que con
ella se ensambla o se vincula. En los chalets de los pijos
burgueses coexisten la televisión y la chimenea (aunque
gozan también de calefacción central)
acumulación de fuegos para gente que no tiene tiempo ni de
atontarse ante el aparato ni de contemplar el crepitar de las
llamas y calentarse con ellas, pues todo se les va en mantener
esas posesiones casi sin uso y en dirigir esta sociedad de
farsa y espectáculo. Era Heráclito a quien querían sorprender
unos turistas que querían ver a un pensador
en ejercicio, observar a alguien pensando, pero al que
sorprendieron calentándose al lado de un fuego.

Ante la decepción de los turistas el sabio les
consoló otorgándoles un enigma, pues les dijo:
"Aquí también hay dioses". Tendremos que esperar a
Platón
para que nos aclarase que "las ideas son pensadas, mas no vistas"
(República 507a). Y a quien escribe esto, pensador
más modesto que el presocrático, a quien
quizás unos valientes visitantes quisieran sorprender en
el acto de pensar, probablemente, esos nuevos turistas, le
encontrarían delante del televisor y, ante su
decepción, también podría decirles:
"Aquí también hay dioses", reproduciendo el enigma
sin ofrecer su solución. Se puede mover el pensamiento
mientras el cuerpo permanece estático y entonces no se
viaja en el espacio pero quizás se viaja en el tiempo y a
veces la eikasia, nivel ínfimo de la doxa,
llega a superar incluso al nous, nivel máximo de la
episteme.
Precisamente la idea de la inmovilidad en medio de la
vorágine, de la televisión en el mundo de la
flexibilidad y fluidez del Capital, proporciona una de las claves
de la inacción política; por ser en general una
inmovilidad de un cuerpo en un espacio que no piensa. El
privilegio de la acción
quedó hurtado a los muchos tras la revolución
burguesa y siguió restringido y censitario, depositado en
unos pocos, cada vez más pocos. De tanto viajar en el
espacio ya no se viaja en el tiempo y el presentismo del
aquí y ahora si bien quita de sobre los hombros el peso de
la Historia impide también cualquier acto de
comprensión. Nada entonces nos parece extraño y si
algo nos lo llega a parecer, entonces, inmediatamente, hay que
eliminarlo, borrarlo, pisarlo como a un bicho; pues no se puede
admitir nada que no pueda ser clasificado en los pre-esquemas
establecidos.
Así, respecto a la familiaridad, el éxito de
los reality shows tipo Gran Hermano reside en ese
espacio antropológico que el señor Gustavo Bueno
compara, no sin algo de acierto, con un experimento con primates.
La columna en la Revista
Interviú que Gustavo Bueno publicó durante
todas las semanas que duró el primer Gran Hermano, llevaba
invariablemente por título: "Lo que usted no ve del Gran
Hermano", lo que quería decir que no era lo mismo el que
Gustavo Bueno viera y analizara el programa, a que
lo mirasen 12 millones de sujetos supuestamente con menor
capacidad racional.

Dijo Gustavo Bueno que le gustaba "Iván" porque
"era el más inteligente", cosa que cualquier
zoólogo habría podido decir ante la "jaula de los
chimpancés". Pero de ahí precisamente proviene mi
aversión ante los "inteligentes" o los que se creen tales
frente a la masa amorfa y descerebrada subsumida real y no
sólo formalmente por la televisión. ¡Cuidado
entonces con el desprecio de las masas no vayamos a caer
en ese intelectualismo socrático mal entendido que lleva a
confundir la lucidez con lo reaccionario! La
misantropía es la salsa del fascismo.
Después de encontrarse uno con imbéciles integrales que
ostentan el pomposo cargo de catedráticos de
filosofía
, como el señor Serafín Fanjul,
excomunista, como muchos de los neoconservadores actuales y nieto
del general de apellido homónimo; llega a replantearse uno
si es inteligente tener tan a gala el que se hayan leído
muchos libros y estudiado durante mucho tiempo. Si los dos
grandes filósofos de España son Bueno y
Trías, uno derivado a la ultraderecha y el otro a la
derecha (si es que aceptamos esa división de El
Mundo
); si el trasunto sociopolítico de sus complejos
pensamientos es el gobierno del primer o/y segundo Aznar, el del
centro o el del Centro, entonces no se puede fiar
uno de la supuesta reflexión objetiva por parte de las
mentes que se tienen por más lúcidas y
preclaras.

Al menos en materia tan
voluble como la política donde aparece siempre el
líder (sea social o intelectual) como director
espiritual que congrega el culto a la personalidad y
el mesianismo salvífico. Eso no quita que se pueda tener
talento más allá del carismático. Heidegger
lo tenía cuando fue nazi (pobre del Nietzsche en
sus manos de los años 30) y lo siguió teniendo
cuando dejó de ser nazi (rectificando en su
Nietzsche de los años 60). Un Wagner antisemita
pudo ser un gran músico y me parece absurdo considerar que
la música
wagneriana fuese o sea antisemita, ya que desde el punto de vista
del "desinterés" y la "objetividad" la estructura
música, la estructura matemática
o el género
literario filosofía, no serían ni negras ni
blancas, ni semitas ni antisemitas, sino manifestaciones de la
verdad. Pero me temo que la filosofía o la política
esté mucho más impregnada de ideología que
la música o las matemáticas. Así, después de
escuchar durante años a los discípulos de un
supuesto anarco-comunista elogiar la geometría de las
ideas
y el "Non ridere, non lugere, neque detestari, sed
intelligere
!" de Spinoza; para luego verles revenidos en
rabiosos neoconservadores adictos al Centro, creyendo que
eso es lucidez o inteligencia
(y hasta creérmelo en un primer momento); sólo me
resta después acudir a mi anarco-Nietzsche y declarar
contra el espíritu del Platón sistematizado que la
ciencia es aversión a la vida y a lo concreto: "Y
no digamos aquel galimatías matemático con el que
Espinosa acorazó y enmascaró su filosofía
(…) a fin de intimar de antemano el valor del
asaltante (…) -¡cuánta timidez y
vulnerabilidad personal delata
esta mascarada de un anacoreta enfermo!" (Friedrich Nietzsche
Más allá del bien y del mal. Sección
primera: De los prejuicios de los filósofos,
§5). ¡Qué personal es esto de la
ciencia!
Sin embargo, entre los comentarios de Gustavo Bueno sobre Gran
Hermano
había alguno que no era charada ni senilidad
de anacoreta enfermo, sino argumento que pienso digno de
recepción; el de que la posibilidad de expulsar a los
concursantes por parte de los espectadores era una clave del
éxito del programa, pues otorgaba ese privilegio de
democracia directa al juicio ¿de los simios? que se
les habría hurtado respecto a los habitantes
también familiares del Parlamento. Constituye una
de las muchas contradicciones del señor mencionado el
promover una reflexión sobre la democracia directa
y luego llamar en un programa sobre "religión en la
escuela" emitido
en abril de este año 2004 "plebe" a todo un plató
de televisión (o "simios" a otros seres humanos, cosa muy
arraigada en el neoconservadurismo actual); mientras se critica
la democracia realmente existente, pero se considera que
sólo en la dianoia platónica y no en los
votos (alethés doxa) se puede basar la
esencia de la democracia.
Francamente, la cantante Lolita Flores le dio una buena
lección de sencillez, humanidad y democracia al
filósofo en el programa mencionado. Y yo debo de ser simio
también ya que me pareció muy preferible lo que
ella decía frente a lo que decía el "sabio". De
ahí que proponga que se la invite de vez en cuando a
hablar en las Universidades en lugar de tanto catedrático
de palabrería arcana y usualmente vana. El que se nos
hurte de igual modo una "constitución mundial" por medio del lance
común de un partido de fútbol visionado por 800
millones de personas, cifra impresionante pero que constituye la
octava parte de los habitantes del planeta, va también en
la misma dirección, creo, de lo apuntado en lo antecedente
sobre la democracia directa y el éxito del programa
GH.
Abrevio comentarios, ideas, asociaciones de ideas, observaciones
y sugerencias, para no ser tan prolijo, pues siempre
resultará chocante que unas simples observaciones ocupen
tanto como lo observado; aunque no creo que haya ninguna regla
sobre esto, ya que, por poner un ejemplo, la Epístola
moral a Fabio
ocupa diez páginas y los comentarios de
Dámaso Alonso, unas trescientas. Sigo pues con las
ilusiones, si bien introduciendo el comentario de que hay
Ilusiones e ilusiones
, pues no es lo mismo querer llevar a la
realidad una ficción posible acerca de un mundo
más justo
, cosa que dicha así en abstracto,
valdría para cualquiera; que pretender llevar a cabo una
ficción imposible que implica el asesinato de
millones
. Y si no concreto y pongo ejemplos sin duda este
párrafo
tendrá más éxito, pues servirá para
un roto o para un descosido, ya que todos consideran que sus
ficciones son posibles y que se encaminan a un mundo más
justo y que las de los otros son imposibles y
asesinas.

Dos ejemplos concretos bastarán por ahora: no es
lo mismo la ficción imposible del exterminio de todo lo
diferente
para el brillo "justo" de todo lo ario o lo
anglosajón que pretendieron los nazis y pretenden los
Estados Unidos mediante el expeditivo método de
exterminar todo lo Otro; que la ficción posible de un
mundo en el que no se muera de hambre la mayoría de la
población del planeta
forjado sin
justificar ni necesitar del exterminio de millones. Está
bastante clarito ¿no? No es lo mismo la
utopía como paso de lo posible a lo real que
la utopía como hipócrita manejo de lo
imposible para hacerlo parecer posible tras un itinerario
escatológico de asesinatos sin número. Por eso los
conceptos de esperanza y escatología padecen
de la misma ambigüedad. Esperamos la revolución y
adviene la mierda.
La ilusión de la totalidad deja fuera todo lo que
no es visible, pero en realidad ninguna visión es
panóptica y eso también es una condición
para la filosofía, que tendría que conformarse con
trabajar en parcelas de la realidad en lugar de pretender dar
cuenta de la totalidad y realizar un Sistema. El
Totalitarismo en todas sus variantes no tiene otra fuente
que semejante ilusión, de ahí que finalmente me
declare, como Saramago, "comunista libertario"; cosa que a mi
juicio quiere decir: "Soy comunista pero si el partido llega a
amenazar con totalizar la realidad, me vuelvo anarquista
inmediatamente".

No es cierto el "no podemos dejar de mirar" pues cabe
cerrar los ojos y, aunque miremos, muchas veces no vemos;
además, queda todo aquello que queda fuera del campo de la
visión y que, o bien se capta sólo por otros
sentidos o no se capta en absoluto. Ese cerrar los ojos tiene que
ser siempre individualizado si es que no se quiere dar patente de
corso a la censura. Sigue habiendo censura y esta consiste
en los poderes que quieren que no se vea algo, pero ahora los
métodos de
censura son más sofisticados. Para que no se vea una
información se produce una avalancha de
sobreinformación, una saturación informativa que
impide ver lo relevante oculto bajo toneladas de
irrelevancia.
Se le otorga más poder del que tiene al Capitalismo cuando
se le considera capaz de absorberlo todo y hay que precaverse
contra las ilusiones de Totalización de la
Dominación que tanto anhela la misantropía de la
ultraderecha neoliberal imperante y globalizadora. Desde luego
que disloca, modifica, fuerza a
ensamblarse estructuralmente, sobredeterminándolas, a
otras instancias, (religión, mito, sexualidad,
psique, cuerpo…), desde luego que transforma el valor de uso en
valor de cambio, pero
hay que detectar dónde están sus
límites para poder ver desde dónde hacerle
frente. ¿Dónde están los límites
del Capital? ¿Dónde sus resistencias?
No hay ni habrá un "tiempo de la venalidad universal" pues
resiste y resistirá siempre lo que se puede destruir pero
no alienar. Como diría Sócrates a lo mejor me matan
pero no me van a comprar porque no se me puede chantajear.
La historia del nihilismo (capitalismo) consumado entronca con la
de la subsunción real evocando las mayores pesadillas de
las antiutopías de ficción, sean ya Un
Mundo Feliz
, ya 1984 o ya Matrix, sus
representantes más señeros. El desierto crece.
"Bienvenidos al desierto de lo real" dice un personaje de
Matrix dando lugar a un interesante comentario de esa
película por Slavoj Zizek. Pero la
Totalización no es consumable ni siquiera para las
instancias más poderosas y aterradoras ya que no hay un
Uno del que todo provenga y al que todo converja sino una
pluralidad ontológica originaria. Esto no quiere decir que
no haya grados de dominación y que el malestar
en la cultura
no haya llegado a ser difícilmente
soportable. Lo que quiero decir con esto es que conviene no
plantear un panorama demasiado aporético si no se
quiere dejar la sensación de que nada puede hacerse y de
que no hay salida. Porque el resultado es entonces el
sálvese quien pueda o el yo a lo mío y a
los demás que les zurzan
. Hay algo peor que ser
esclavo y ese algo no es otra cosa que ser medianamente libre en
un mundo de esclavos. El hombre libre en medio de los
esclavos no puede ser realmente libre ni desde luego dichoso, ya
que tanto la libertad como
la dicha sólo se pueden disfrutar en
compañía, con los demás. Lo que no acabo de
entender es a esos esclavos, abundantes hoy en día, que
defienden con fruición las ideas de los amos.
En su artículo La vida en el planeta tierra:
El 11M cotidiano sí que nos muestra, Santiago Alba,
como no ya las masas, turbas y hordas; sino el pueblo, los
ciudadanos, la multitud o como quiera
llamársele a la acción colectiva moral o
racionalmente orientada, son capaces de acción
política
frente al borreguismo demagógicamente
dirigido. De ahí que haya que atender a ambos aspectos y
leer los muchos trabajos de quien aquí comentamos, pues si
la televisión aborrega mucho, tampoco aborrega tanto como
para que no se pueda saltar ante lo intolerable.
Supongo entonces que tendrá que restar aún
algún privilegio de la acción para que, pese a
todo, se siga saliendo a la calle y apagando de vez en cuando el
maldito televisor, haciendo música o componiendo bellos
poemas.
Pero ahí está el "a pesar de" que no "gracias a".
¡Eso es lo que hay que cambiar primero!

 

Simón Royo Hernández

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