- Ay amarillo, amarillito,
amarilleando - Tierra
adentro se canta y se baila - Una
actitud y una toma de conciencia y
posición - Porque
trasmite sabiduría - Aunque
tu padre sea un volcán aunque tu madre sea un
abismo - Porque es un
mensaje vigente - Fuente
Día del idioma nativo. 27 de
mayo
1. Ay
amarillo, amarillito, amarilleando
Hace algunos años participaba, como especialista
del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de
la
Educación, INIDE, en el debate de la
enseñanza del idioma quechua en las
escuelas y, sobre todo, de la alfabetización a los
quechua-hablantes en su lengua nativa,
que era lo mejor que se podía hacer pedagógica y
socialmente para reivindicar al hombre andino
y a su cultura que
habían sido víctimas de abuso y marginalidad por
varios siglos de dominación.
Pero el interrogante que nos inquietaba y hasta ahora
azota nuestra conciencia es:
¿para qué? ¿cómo se justifica?
¿qué sentido tiene? Porque; ¿de qué
manera las personas alfabetizadas en dicha lengua iban a poder utilizar
sus conocimientos y habilidades si no existían en el mundo
moderno prácticas sociales ni medios de
comunicación ni siquiera revistas, libros ni
textos de ninguna especie en idioma quechua, para que ellos
pudieran aplicar su aprendizaje?
Tampoco había, aparentemente, literatura escrita en ese
idioma. Ni siquiera un real y verdadero interés
por remediar esa situación.
Sin embargo, nada más comprometedor desde el
punto de vista histórico que contribuir a arraigar la
lengua de los incas, aquel
idioma de la resistencia
heroica de una cultura que durante cuatro siglos se mantuvo viva
pese a la acción
sistemática de aniquilamiento que los conquistadores
españoles impusieron a la población nativa.
¿Cómo coadyuvar a que esa lengua exacta,
sabia y dulce –que hizo que floreciese aquí la ciencia que
hizo posible la agricultura de
punta que se tuvo, las industrias
alimentarias que se implementaron, se construyesen los canales de
irrigación, los caminos, las fortalezas y, sobre todo, la
organización social fraterna que se
tuvo– y todo ello siguiera guiando nuestros pasos
ahora?
En nuestro modesto quehacer podíamos contribuir
acopiando, difundiendo y haciendo que se cante la poesía
quechua para niños
que se mantiene viva principalmente en versión oral y que
se recrea felizmente en este suelo sagrado
cada día:
Ay amarillo,
amarillito,
por qué te
estarás
amarilleando.
¿Cómo yo no
me
amarillo
a pesar que yo
te quiero tanto?
Wasichaykita
ashuykachillaway
manaya
masta
kutimusaqchu.
Wasikimantan
urqumurqayki
usak
tukusqan
llikllachayuqta.
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