- El concepto de adicción e
internet en la modernidad tardía - La
adicción a internet como entidad
clínica - Criterios
diagnósticos para la adicción a
internet - Clasificación
de la adicción a internet - Algunos
apuntes finales - Bibliografía
A través del cambio de las
interfases, propio de las últimas décadas, con
Windows como
metáfora del manejo en la superficie, y por ende de una
mayor opacidad (1) en la interacción hombre–computadora,
las personas han podido comenzar a jugar a la
deconstrucción y reconstrucción de sus
personalidades en pantalla.
Tales son las afirmaciones de Sherry Turkle
(1995), psicoanalista, y profesora de MIT (Massachusets Institute
of Technology), quien a través del estudio de los MUDS
(2) ha marcado un hito en el estudio de las
dinámicas ciberespaciales. Continuando su línea de
trabajo
anterior (Turkle, 1984) de concebir a la computadora
como un "segundo self", ha ido más allá esta vez
sugiriendo que a través de las computadoras;
que esta vez define como un objeto "para pensar con", un "objeto
evocativo"; nos encontramos con la posibilidad de
deconstrucción del self y de generar cambios en nuestra
manera de concebir la vida, la sexualidad, lo
animado e inanimado.
Las nociones posmodernistas de
deconstrucción y perspectivismo, hallan en esta nueva
tecnología
un soporte físico virtual a finales de siglo XX, en la
www, la gran red de redes, producto de la
conjunción de intereses militares y la
"contrarrevolución" de los originales hackers.
Este siglo XX en su parte final, ha sido testigo
de una evolución asombrosa y vertiginosa del mundo
de la simulación
y de la CMC (Comunicación Mediada por Computadora)
dentro de un mundo globalizado, con reminiscencias de la Aldea
Global concebida por Mc Luhan (1989) y "empequeñecido" por
la abolición de las categorías de tiempo y
espacio conocidas hasta ahora (Virilio, 1997) generada por la
digitalidad.
Castells (1996) ha señalado el proceso
"esquizofrenizante" que a su juicio impone la
globalización, mediatizada por la CMC.
"Esquizofrenización", "accidente general" (Virilio, 1997),
"identidades trastocadas" (Giddens, 1999) términos y
metáforas que intentan comprender los movimientos de
globalización y sus repercusiones a nivel
social.
También este siglo ha sido el del auge de
las drogas y
por ende del discurso
acerca de las drogas, con
una parafernalia imponente en torno a ellas,
esta última con implicancias geopolíticas,
militares y académicas variadas. Las drogas , las adicciones y el
adicto (del latín a-dictum o no-dicho) han ocupado las
primeras planas en los medios masivos
de comunicación en las últimas décadas de
siglo XX.
La raíz latina en relación a lo "no
dicho" ha sido con frecuencia utilizada para comprender los
fenómenos de las adicciones en términos
comunicacionales, es decir de aquellas cosas no dichas, no
comunicadas, en algunos casos referido a la
comunicación intergeneracional o a los "secretos
familiares". Esto sin duda posee fuertes implicancias con una
sociedad que
ha resaltado la comunicación como un valor en
sí mismo (Lipovetsky, 1983 ; Giddens 1992 ; Breton 1992).
Giddens señala que la noción de adicto pareciera
ser un producto de mediados del siglo XIX, no habiéndose
hecho común hasta más tarde, habiendo precedido a
la aplicación difusa del término para la
adicción alcohólica. Para este autor la
"invención de la categoría de adicto – en
términos de Foucalt – es un mecanismo de control, una
nueva red de poder/conocimiento"
(1992, 75).
Sin embargo, las drogas han acompañado al
ser humano desde tiempos muy remotos, en rituales en manos de los
shamanes (3), o en el aspecto medicinal en las llamadas
"culturas primitivas", o pre-modernas.Los denominados estados
alterados de conciencia ; para
la visión occidental, no así para la oriental
(4); el estudio de estos rituales shamánicos, han
sido objeto de estudio de la antropología y la psicología, con
interpretaciones variadas acerca de los usos y costumbres, de la
verdad y de los efectos de las drogas.
El "Don Juan" de Castaneda (1968) es
quizás, a pesar de las críticas académicas
recibidas (De Mille, 1980) uno de los pilares en relación
a otra visión del fenómeno de las drogas en esas
culturas.
Hoy nos encontramos en un punto donde estos dos
elementos confluyen en un conjunto de síntomas o
síndromes que comenzó siendo planteado como una
broma , pero que poco a poco va pidiendo estatuto clínico
por algunos académicos y generando un lugar dentro de la
cultura del
ciberespacio (5) y en el discurso de los medios masivos de
comunicación.
El concepto de
Adicción e Internet en la
modernidad
tardía
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