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Superando el conflicto: Una agenda para la construcción de la paz (página 2)



Partes: 1, 2

traducen en pocas medidas concretas.

8. No obstante la necesidad de contar con el apoyo
internacional, la superación del conflicto
está fundamentalmente en manos de los colombianos. A
diferencia de muchos otros países en conflicto, Colombia tiene
recursos en su
historia y en sus
gentes para construir una solución. Como lo ha recordado
el historiador Eduardo Posada Carbó, paralela a la
historia de episodios violentos, hay otra de vida y asociaciones
democráticas -incluso en épocas en que este y otros
continentes habían olvidado el ejercicio de la democracia
que es necesario reivindicar y consolidar. Lo mismo cabría
decir de procesos de
paz y reincorporación.

El reto es desarrollar estrategias que
articulen de manera efectiva la cooperación internacional
con los recursos nacionales; y por la otra, proponer soluciones que
se ajusten a las obligaciones
internacionales que el Estado ha
adquirido.

9. El reto por una parte es desarrollar estrategias que
articulen de manera efectiva la cooperación internacional
con los recursos nacionales; y por la otra, proponer soluciones
que se ajusten a las obligaciones internacionales que el Estado ha
adquirido.

10. Por estas razones, las posibilidades de superar el
conflicto están sujetas a una comprensión adecuada
del papel que los diferentes actores deben desempeñar.
Esta ha sido una tarea a la que la FIP ha dedicado y
seguirá dedicando parte importante de sus esfuerzos. La
Fundación cuenta, por ejemplo, con el banco de datos más
completo de negociaciones de paz en Colombia. Pero existe hoy un
elemento adicional que dificulta tanto el análisis como la formulación de
respuestas: la imbricación de los tiempos del
conflicto.

Los tiempos del
conflicto

En Colombia las diferentes etapas del
conflicto están presentes de manera simultánea.
Dicho de otra manera y sin mucha exageración, el
post-conflicto es ya.

11. La experiencia internacional en resolución
de conflictos, en particular la experiencia de la
última década, ha dejado toda una serie de
instrumentos y procedimientos
para facilitar tanto negociaciones de paz como las no menos
difíciles tareas del post-conflicto. Una de las
prioridades de la FIP es precisamente recoger las lecciones
aprendidas en otras regiones y buscar su aplicación en
Colombia. Sin embargo, el carácter sui generis que ha
adquirido el conflicto colombiano obliga a tener un enfoque
flexible que atienda problemáticas aparentemente dispares,
puesto que en Colombia las diferentes etapas del conflicto
están presentes de manera simultánea. Dicho de otra
manera y sin mucha exageración, el post-conflicto es
ya
.

12. Es el caso, por ejemplo, de la desmovilización. El
proceso de
desarme, desmovilización y reinserción de ex
combatientes -conocido como "DDR"- ha sido ampliamente estudiado
y puesto en práctica en diferentes países. Su
aplicación en Colombia, sin embargo, no deja de ser
problemática, pues existe el fenómeno de la
desmovilización -son ya cerca de 7000 los desmovilizados
individuales (diciembre 2004), y pronto pueden ser frentes o
bloques enteros de los diferentes grupos que opten
por desmovilizarse, como ha comenzado a ocurrir con las
autodefensas-, más no las condiciones que normalmente
permiten aplicar los procedimientos de DDR. Los lineamientos de
Naciones Unidas
en la materia, por
ejemplo, exigen que los programas de DDR
estén enmarcados en un acuerdo de paz y en una estrategia de
reconstrucción nacional, con cronogramas e indicadores de
desempeño precisos. ¿Cómo
establecer un plan de esas
características y cómo asegurar la
cooperación de las organizaciones y
agencias internacionales, cuando el conflicto continúa y
el horizonte de tiempo de una
negociación de paz es incierto?

13. La paz de Colombia no se logrará dentro de un marco
nítido que permita deslindar con certeza el conflicto del
post-conflicto, como ocurrió en América
Central. O mejor, esa delimitación se extenderá en
el tiempo, en la medida en que se logren acuerdos con diferentes
grupos en diferentes partes del territorio. Ello obliga a tener
una estrategia flexible, que anticipe los hechos y permita
consolidar rápidamente los logros de paz. De ahí la
importancia de preparar el postconflicto.

14. Muchos analistas coinciden en que el marco conceptual del
post-conflicto debe tener cuatro pilares: la seguridad,
sin la cual no es posible atender las demás tareas, pero
que también debe ser objeto de reflexión (por
ejemplo: ¿cuál debe ser la composición de la
Fuerza
Pública para el post-conflicto?); la justicia, es
decir, la garantía del imperio de la ley y de los
derechos de los
ciudadanos; la recuperación económica, que
es la base de la estabilidad de la paz; y la
participación democrática
, que es
también un aspecto de la reconciliación. Este marco
servirá para orientar las tareas que acometa la FIP.

La manera como un país resuelve un
conflicto interno determina la naturaleza de
las instituciones
sobre las que construye su futuro: determina el país que
será.

El post-conflicto: una
oportunidad

15. El conflicto colombiano comparte dos
características con otros conflictos
actuales. Primero, cualesquiera que sean sus orígenes, lo
cierto es que su desarrollo
está asociado a un vacío institucional – un
vacío de reglas de juego-, ya sea
porque las mismas instituciones han sido debilitadas por el
conflicto y por la delincuencia,
o porque nunca han estado presentes en muchas partes del
territorio. En ese caso, proyectos y
experiencias piloto que contribuyan a la creación de
institucionalidad y que demuestren los beneficios de la
convivencia pacífica pueden convertirse en pilares para la
construcción y diseminación de la
paz. Es importante entonces entender la preparación
anticipada del postconflicto como una oportunidad.

16. En segundo lugar, el conflicto colombiano se rige cada vez
más por lógicas económicas, consecuencia de
las actividades ilícitas de los grupos armados ilegales y
del deterioro del empleo rural.
De ahí se deriva una conclusión evidente: para la
consecución de la paz es imprescindible crear
oportunidades económicas que desincentiven el ingreso y la
permanencia en la ilegalidad. Numerosos estudios (Jobs alter
War
, OIT) demuestran que el desempleo es una
de las principales amenazas a la estabilidad de un acuerdo de
paz. Ello es particularmente cierto del desempleo en el campo,
que es donde el conflicto está asentado.

17. Por último, el post-conflicto representa una
oportunidad en un sentido más amplio y definitivo. La
manera como un país resuelve un conflicto interno
determina la naturaleza de las instituciones sobre las que
construye su futuro: determina el país que será.
Esto incluye naturalmente la manera como se organizan el Estado y
la sociedad para
abordar los fenómenos de post-conflicto. Una estrategia
acertada no sólo procura crear oportunidades para
reintegrar a la sociedad a quienes han padecido el conflicto o
participado en él, sino que convierte las respuestas a
estas necesidades en fundamentos para el desarrollo y para el
fortalecimiento de la democracia.

Así como el postconflicto representa
una oportunidad, así también el no prepararlo a
tiempo supone un riesgo mayor: la
transformación de la violencia.

La
transformación de la violencia

18. Así como el post-conflicto representa una
oportunidad, así también el no prepararlo a tiempo
supone un riesgo mayor: la transformación de la violencia.
Según estudios del Banco Mundial
(The Role of the World Bank in Conflict and Development),
el 44% de los países que pasan por una etapa de
post-conflicto conocen un resurgimiento de la violencia en los
cinco años siguientes a la firma de la paz. Sin embargo,
por la preponderancia en Colombia de las lógicas
económicas, que ligan a miembros de los grupos armados
ilegales con la delincuencia organizada, la probabilidad
de una continuación de la violencia es aun mayor.

19. La experiencia de otros países demuestra los
riesgos del
post-conflicto. El Salvador,
por ejemplo, conoció una desmovilización
importante: 8.000 combatientes del FMLN (más
aproximadamente 6.500 personas asociadas a ellos) y 30.000
miembros de las fuerzas militares. En 1995, tres años
después de la firma de los acuerdos de paz, la tasa de
homicidios era
ya de 117 por 100.000 habitantes, por mucho la más alta
del continente (cerca del doble de la colombiana de la
época: 65). Un informe del BID
de 1998 afirma: "El problema delincuencial es de tal magnitud
que los salvadoreños han llegado a estar más
alarmados por la violencia criminal que lo que se preocuparon por
la guerra en la
segunda mitad de los años ochenta
".

20. Los riesgos para Colombia son aun mayores. A pesar de los
fenómenos de delincuencia que se dieron más tarde,
la desmovilización en El Salvador
fue exitosa, por varias razones. Existía una unidad de
mando sobre las tropas y una claridad sobre el contexto
político ("se acabó la guerra") que
permitía a los comandantes controlar a la gran
mayoría de sus hombres y reintegrarlos a la vida civil.
Existía también el marco de un acuerdo de paz, con
todos los cronogramas y la ayuda técnica internacional
pertinente. Ninguna de esas condiciones está dada en
Colombia, donde por el contrario el control central
de los grupos al margen de la ley sobre sus frentes es cada vez
más tenue, donde éstos han entrado en un proceso de
despolitización y donde existen además extensas
redes de narcotráfico y delincuencia organizada.
Todo esto hace mucho más probable que en El Salvador su
paso a la delincuencia.

21. El riesgo de una desmovilización malograda es por
ello doble: por una parte, que el desmovilizado sea absorbido por
estructuras de
la delincuencia organizada; por la otra, que las mismas
estructuras de los grupos al margen de la ley se conviertan en
estructuras de delincuencia organizada, manteniendo así,
bajo otra forma, su poder
coercitivo. Si los fenómenos de postconflicto no se
administran a buena hora y de manera adecuada, se puede dar una
"fosilización" o perpetuación de la violencia, que
proseguirá independientemente de posibles acuerdos de
paz.

El sector empresarial es un actor cada vez
más influyente en la conducción de los asuntos
públicos. Lo que haga o deje de hacer es por ello
determinante para la superación el conflicto.

El conflicto y el
sector empresarial

22. El éxito
de la desmovilización y del retorno de población desplazada a su lugar de origen
está ligado ante todo a las posibilidades de empleo. En
los casos en los que se han asignado fondos especiales para la
creación de empleo (Mozambique), la desmovilización
ha sido exitosa. Es responsabilidad del Gobierno crear
programas especiales que absorban -al menos en el corto plazo- a
los miles de ex combatientes; pero una parte importante del
empleo dependerá necesariamente del sector empresarial.
Sin embargo, el sector empresarial no puede asumir esa
responsabilidad sin un marco adecuado que permita ofrecer
soluciones de empleo sin afectar la productividad.
Contribuir a la construcción de ese marco, en especial a
la estructuración de fórmulas de reinserción
integral para los ex combatientes, que combinen propuestas
económicas sostenibles con atención a las necesidades personales de
estos hombres y mujeres, será una de las tareas que
asumirá la FIP.

23. El papel del sector empresarial va mucho más
allá de la creación de empleo. Al igual que en
todos los países que cuentan con un sector empresarial
vigoroso, en Colombia la globalización, los procesos de privatización y la liberación de los
mercados de las
últimas décadas lo han convertido en un actor cada
vez más influyente en la conducción de los asuntos
públicos. Lo que haga o deje de hacer es por ello
determinante para la superación el conflicto. Esto implica
una mayor responsabilidad, sin que por ello su papel deje de ser
un papel complementario: no puede ni debe hacer suyas las
tareas que le corresponden en primera instancia al Gobierno y a
las instituciones del Estado.

Es responsabilidad del Gobierno crear
programas especiales que absorban -al menos en el corto plazo- a
los miles de ex combatientes; pero una parte importante del
empleo dependerá necesariamente del sector
empresarial.

24. ¿En qué consiste ese papel más amplio
del sector empresarial? Es evidente que la actividad empresarial
en un país con una situación de seguridad como la
de Colombia conlleva importantes costos y riesgos,
incluidos riesgos para la reputación de las
empresas. La
pregunta es cómo responder a esos retos. Algunas
compañías multinacionales han preferido incluso
retirarse del país antes que asumir los riesgos de
enfrentar posibles demandas en sus países de origen por el
simple hecho de operar en zonas de conflicto. Es en efecto muy
probable que en la medida en que avanza la
globalización -por ejemplo, los tratados de
libre
comercio– las empresas colombianas se vean expuestas a una
fiscalización internacional más severa de sus
actividades. Esa es la tendencia mundial y Colombia no
será la excepción. Pero este no es un argumento
para limitar el papel de las empresas, sino por el contrario para
ampliarlo.

25. La otra cara de la moneda para el sector empresarial
colombiano, al margen de los riesgos, son las oportunidades que
se presentan para demostrar que las mismas fuerzas del
país y de la sociedad pueden contribuir de manera
determinante a la superación del conflicto. Tal vez en
ningún otro país con un conflicto tan degradado
existe un sector empresarial tan desarrollado.
¿Cómo puede entonces el sector empresarial
contribuir a la superación del conflicto, más
allá de crear empleo y de cumplir con sus obligaciones
tributarias?

26. Fundamentalmente de dos maneras, si es correcto afirmar
que la superación del conflicto en su sentido más
amplio depende ante todo de la construcción de
instituciones. Por una parte, "mirando hacia adentro": asegurando
que la actividad empresarial tenga un impacto positivo sobre el
entorno institucional. Esto incluye, por ejemplo, revisar
procesos para asegurar que contribuyan al respeto de los
derechos
humanos y al fortalecimiento institucional. Y por otra parte,
"mirando hacia fuera": por ejemplo, creando mecanismos para
transferir conocimientos y capacidades al sector
público, tanto a nivel local como nacional. De hecho,
muchas empresas en Colombia han desarrollado experiencias
exitosas de este tipo, de manera directa o a través de
fundaciones. Lo que se requiere es recoger y replicar esas
experiencias.

¿Cómo puede entonces el sector
empresarial contribuir a la superación del conflicto,
más allá de crear empleo y de cumplir con sus
obligaciones tributarias?

Instituciones y reglas de
juego

27. Desde este ángulo, las instituciones aparecen como
el punto de encuentro entre los intereses propios del sector
empresarial y los intereses de la sociedad en general. En
realidad las instituciones no son otra cosa que las mismas
"reglas de juego de la sociedad", según la conocida
frase del economista Douglass North. Su papel es "reducir la
incertidumbre mediante el establecimiento de una estructura
estable para la interacción
", lo que hace posible
proyectar planes hacia el futuro. Y ese es un interés
que comparten el individuo, las
empresas, y la Nación
en general.

28. El fortalecimiento de las reglas de juego
acompañado por una vigorosa actividad empresarial es sin
duda uno de los fundamentos de la construcción de
condiciones de paz. Estudios recientes (Dani Rodrick) han
demostrado empíricamente que: 1) todos los ejemplos
exitosos de desarrollo son el producto
colectivo de las decisiones de empresarios dispuestos a asumir
riesgos e innovar, pero que: 2) esto sólo es posible si
hay un marco institucional fuerte que sostenga esa actividad
(derechos de propiedad;
imperio de la ley; un aparato regulatorio contra el fraude y la
corrupción; transparencia en el gobierno;
instituciones que diriman conflictos políticos y sociales;
una sociedad cohesionada).

El fortalecimiento de las reglas de juego
acompañado por una vigorosa actividad empresarial es sin
duda uno de los fundamentos de la construcción de
condiciones de paz.

29. Aquí hay sin embargo un desafío mayor. Las
épocas clásicas de la construcción de
repúblicas y del desarrollo dirigido por el Estado, con
todo lo que ello implica en autonomía estatal, en el
direccionamiento de políticas
y en capacidad de endeudamiento, pertenecen al pasado. La
pregunta es entonces, ¿cómo fortalecer las
instituciones para el beneficio común dentro de las
limitaciones que impone el sistema
internacional de hoy?

30. Lo que se requiere es un enfoque más amplio y
flexible. Precisamente por los cambios de las últimas
décadas en la relación Estado – sociedad, el
fortalecimiento de la gobernabilidad (en el sentido que ha
adquirido governance en inglés:
la capacidad política de conducir las reglas de
juego de la sociedad hacia el bien común y el
resultado de esa gestión) pasa necesariamente, como ya se
mencionó, por la coordinación con nuevos actores, como son
el sector privado y la sociedad civil en
general. El buen funcionamiento de las reglas de juego se logra
hoy construyendo más de abajo hacia arriba que de arriba
hacia abajo.

31. El fortalecimiento de la gobernabilidad favorece el
fortalecimiento de la legitimidad de la gestión
pública, en un doble sentido: la legitimidad que se deriva
de la efectividad de las políticas (del buen gobierno) y
la legitimidad que se deriva de la participación y el
apoyo a esas políticas. Las dos facetas de la legitimidad
están relacionadas; en la medida en que la gestión
pública cumple con ciertos estándares de
desempeño y de inclusión o de respuesta a las
necesidades, recibe un mayor apoyo y promueve la
participación. Dentro de este concepto
más amplio de gobernabilidad, el sector empresarial puede
jugar un papel clave en el fortalecimiento de la legitimidad de
las dos maneras mencionadas anteriormente: ayudando a trasladar
al sector público sus estándares de eficiencia y
efectividad; y promoviendo estándares que van más
allá de la actividad empresarial propiamente dicha.

Bien sea a través de códigos
voluntarios o vinculantes, lo cierto es que en adelante la
actividad empresarial estará cada vez más sujeta al
cumplimiento de unos estándares internacionales de
carácter social y ambiental.

Promoción de
estándares y códigos

32. A nivel internacional, la adopción y
promoción de esos estándares han
recibido un fuerte impulso con la iniciativa del Pacto Mundial
(Global Compact) que el Secretario General de Naciones
Unidas, Kofi Annan, propuso en 1999 para "promover… el
civismo empresarial responsable a fin de que el mundo de los
negocios pase
a formar parte de la solución de los retos que plantea la
mundialización
". Esto se logra en la medida en que el
sector empresarial integre y promueva los principios de las
Naciones Unidas en materia de derechos humanos, de derechos
laborales, de medio ambiente
y de lucha contra la corrupción, tal y como han quedado
consignados en la Declaración Universal de Derechos
Humanos, en la Declaración de Principios de la
Organización Internacional del Trabajo, en la
Declaración de Río y en la Convención de
Naciones Unidas contra la Corrupción.

El Pacto Mundial es tan sólo el
ejemplo más visible de una tendencia internacional hacia
la integración de estándares y
códigos de conducta por
parte del sector empresarial.

33. El Pacto Mundial es tan sólo el ejemplo más
visible de una tendencia internacional hacia la
integración de estándares y códigos de
conducta por parte del sector empresarial. La OIT y la OCDE desde
hace tiempo impulsan lineamientos

que van en esa misma dirección. Lo mismo han hecho más
recientemente la Comisión Europea, (a través del
European Multistakeholder Forum on Corporate Social
Responsibility
), y ante todo la Subcomisión de
Promoción y Protección de Derechos Humanos de
Naciones Unidas, con la aprobación de las Normas sobre
la Responsabilidad de las Empresas Transnacionales y otras
Empresas Comerciales en la Esfera de los Derechos Humanos
.
Estas últimas no tienen carácter vinculante, pero
pueden adquirirlo, en cuyo caso la Comisión de Derechos
Humanos puede llegar a fiscalizar el comportamiento
de las empresas, como lo hace hoy con los gobiernos. Cualquiera
que sea el rumbo que tome el debate sobre
el establecimiento de códigos de conducta voluntarios o
vinculantes para el sector empresarial, en adelante la actividad
empresarial estará cada vez más sujeta al
cumplimiento de unos estándares internacionales de
carácter social y ambiental.

34. En Colombia ya hay al menos una iniciativa importante en
la materia: la implementación de los Principios
Voluntarios sobre Seguridad y Derechos Humanos
por parte del
sector extractivo. Los Principios Voluntarios tienen su origen en
una iniciativa de los gobiernos de los Estados Unidos y
el Reino Unido, varias compañías petroleras y
representantes de la sociedad civil (sindicatos,
ONG, grupos de
responsabilidad
social empresarial). En ellos se establecen unos lineamientos
para garantizar que las medidas de seguridad de las empresas se
ajusten a estándares internacionales en derechos humanos y
en general contribuyan al fortalecimiento del imperio de la ley.
Colombia está a la vanguardia en
la materia, gracias a los esfuerzos de las
compañías petroleras. Ahora es necesario ampliar
estos esquemas más allá del sector extractivo. Esa
es una tarea que se ha propuesto la FIP, algunos de cuyos
miembros dieron origen a los Principios Voluntarios en
Colombia.

Fortalecimiento
institucional local

35. Si la estabilidad de la paz depende finalmente del
fortalecimiento de las instituciones, entendidas éstas no
sólo como las instituciones del Estado, sino como todas
las reglas de juego que regulan la sociedad, es válido
afirmar que la paz es local. Es ante todo en el nivel
local donde es posible tener el mayor impacto directo sobre el
funcionamiento de las instituciones públicas y en general
sobre las prácticas que contribuyen a la
construcción de capital
social. De ahí la importancia de la adopción de
estándares y principios al interior de las empresas, pero
también de su interacción con el entorno institucional, a
través, por ejemplo, de alianzas con las autoridades y las
comunidades locales.

Es ante todo a nivel local donde es posible
tener el mayor impacto sobre el funcionamiento de las
instituciones públicas y en general sobre las
prácticas que contribuyen a la construcción

de capital social.

36. El centrarse en el fortalecimiento institucional local,
además de contribuir a la eficiencia y a la legitimidad de
la gestión pública, tiene una ventaja adicional:
combina las necesidades de desarrollo con las del manejo de
crisis para
superar el conflicto y preparar el post-conflicto. Los estudios
recientes sobre post-conflicto concuerdan en afirmar que el
prerrequisito para su buena administración es la existencia de un
"marco habilitador" que facilite la implementación de
programas de reconstrucción. Ese marco incluye, desde
luego, la creación de empleo, pero además incluye
otros elementos que el sector empresarial también puede
aportar y que están asociados precisamente a los
estándares mencionados anteriormente: transparencia y
efectividad; respeto a los derechos humanos; capacitación y construcción de
confianza; y respeto al medio ambiente.

El espacio de la
reconciliación

37. El caso de la desmovilización es un buen ejemplo de
los beneficios de una estrategia integral local. Muchas de las
experiencias exitosas de desmovilización comienzan por
involucrar a la comunidad
local. Se ha demostrado que esto reduce los costos, puesto que
las comunidades identifican más fácilmente sus
necesidades y las correspondientes acciones. Es
decir, la demanda
estructura la reconstrucción. Pero sobre todo incluye dos
elementos claves: una más amplia participación en
la toma de
decisiones, lo que contribuye al fortalecimiento de la
identidad
ciudadana y de la institucionalidad; y un camino a la
reconciliación, puesto que los ex combatientes de
diferentes grupos reciben iguales beneficios y la misma
comunidad, al ver que la reinserción contribuye al bien
común, acepta más fácilmente a quienes
estaban por fuera de la ley.

Es necesario crear oportunidades que
permitan la reintegración de los ex combatientes; pero
también un marco que garantice las exigencias de la
justicia, en
particular el derecho de las víctimas a ser
reparadas.

38. De lo que se trata es de construir un espacio de
reconciliación
. Es necesario crear oportunidades que
permitan la reintegración de los ex combatientes; y crear
a la vez un marco que garantice que esto ocurra atendiendo las
exigencias de la justicia, en particular el derecho de las
víctimas a ser reparadas, de manera que se restablezcan en
las regiones los equilibrios que son el fundamento de la
sociedad. Pero la estabilidad de la paz dependerá
también de la construcción de un discurso de
reconciliación que acoja a todos aquellos que han padecido
el conflicto o participado en él y les indique que cuentan
con el apoyo de la sociedad.

39. En su sentido más amplio, la reconciliación
no es otra cosa que la recuperación de la confianza entre
los ciudadanos, y entre éstos y su entorno institucional.
Es el restablecimiento de las reglas de juego de la sociedad
sobre la base de unos valores y unos
propósitos compartidos.

Una agenda para la
construcción de la paz

40. De acuerdo con el marco anterior, la Fundación
Ideas para la Paz se ha propuesto -dentro de sus limitaciones
como centro de pensamiento
una agenda para la construcción de la paz. La agenda tiene
tres áreas temáticas básicas:

-  conflicto y negociaciones de paz

-  construcción de paz y post-conflicto

-  conflicto y sector empresarial

Cada área contiene una serie de programas, que a su vez
incluyen una serie de proyectos (ver: www.ideaspaz.org ). No
todos los proyectos se adelantarán al mismo tiempo. Sin
embargo, los programas y proyectos en su conjunto constituyen una
"hoja de ruta" que permitirá orientar las actividades de
la Fundación en los próximos años. Con esta
hoja de ruta y con el apoyo de sus fundadores y de sus socios
internacionales, la FIP espera cumplir con la misión que
se ha propuesto: producir análisis y propuestas que
contribuyan a superar el conflicto y a mitigar sus efectos.

 

 

 

 

Autor:

Fundación Ideas para la Paz

www.ideaspaz.org

Partes: 1, 2
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