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Cercados térreos en la prehistoria de Cuba (página 2)



Partes: 1, 2

II

En 1887, el geógrafo y explorador español Miguel
Rodríguez Ferrer nos deja la información de haber
visto, en 1847, en el sitio de Pueblo Viejo en Baracoa, unos
terraplenes o muros que forman un recinto rectangular. Esta
información es corroborada, según Guarch (1978),
por el arqueólogo norteamericano Stewart Culin en 1901.
Pero antes de Culin, Carlos de la Torre, en 1890, y más
tarde Luis Montané, en 1891, visitan el lugar.

Según Pablo Hernández y Esteban Maciques (1994),
"siguiendo el empeño de la Torre, y a raíz de los
valiosos materiales colectados en la ocasión, en el verano
de 1891 el Dr. Luis Montané viajó a Baracoa,
conduciendo otra expedición científica promovida
por la sección de Antropología de la Real Academia
de Ciencias, y que con el auxilio de personalidades locales
recorrió todo el extremo oriental de la Isla, desde la
citada ciudad hasta la de Guantánamo. En el transcurso se
hizo una detallada exploración de los puntos donde se
habían reportado hallazgos, reconociéndose varias
decenas de grutas conteniendo material aborigen, colectando
cráneos, utensilios de diversa factura y empleo propios de
los grupos agricultores que los cronistas ubicaron en la
región. Por vez primera, desde 1847, se exploró y
excavó una construcción terrea aborigen, los
denominados "terraplenes o muros de Pueblo Viejo", que
aportó abundante material afín a la
tradición histórica de sus constructores
autóctonos: este fue, probablemente, el más
señalado de los resultados arqueológicos de esta
comisión científica" (Hernández y Maciques,
1994:237-238).

Por su parte asegura Guarch que, en una exploración
más amplia de toda la zona, realizada por él en
1968, se "puso en evidencia que lo reportado por Rodríguez
Ferrer y por Culin, de la existencia de un cercado térreo
en el sitio, era cierto. El "muro" de Pueblo Viejo no era
más que el flanco Oeste de un gran rectángulo, y el
lado paralelo al conocido "muro" se encuentra a un costado del
camino, que atraviesa los lados más cortos" (Guarch:64).
Según Guarch, levantaron "el plano general del
rectángulo amurallado, comprobando que el mismo resultaba
ser culturalmente fértil, ya que en muchos sitios,
aún sin excavar, se podía observar los fragmentos
de cerámica en la superficie (…) El rectángulo
tiene un largo total (N-S) de 250 m y su ancho máximo
(E-W) es de 135 m. La altura de los muros es del orden de los 3m,
su ancho en la base es de 15m"
(ibídem).

Lámina 1. Croquis del cercado térreo de
Pueblo Viejo. Tomado de Guarch, 1978.

Por otra parte, en su obra Cuba before
Columbus
, 1921, el arqueólogo norteamericano Mark
R. Harrington informa de las exploraciones que realiza en el
sitio Laguna de Limones, en el extremo oriental de Cuba. Y
presenta un plano del cercado térreo rectangular que
allí encontró. Las medidas que presenta esta
construcción son las siguientes: un largo aproximado de
142m por 76m de ancho; con un eje longitudinal NNW-SSE. Dicho
recinto presenta un entrante en la esquina SE.

Lámina 2. Croquis del cercado térreo del
sitio Laguna de Limones, realizado por Mark R.
Harrington. Tomado de su libro de 1921.

Varios autores aseguran una supuesta relación entre
dicho cercado térreo y la pequeña laguna
próxima al mismo. Al parecer, el volumen de tierra
extraído de la laguna se corresponde con el depositado en
el muro, y es similar el material "con que está construido
el cercado y los del fondo de la laguna" (Guarch:61).
También aseguran que, cuando llueve, el agua corre por
dicha abertura SE desde el cercado a la laguna, pudiendo
apreciarse, en periodo seco, la huella o torrentera por donde se
encauza el agua. Según Harrington, en 1915, la laguna
tenía unos 23m aproximados de diámetro,
"jamás se seca (…) y su agua indudablemente atrajo a los
indios" (1935:216). Según Guarch, en 1964, el
diámetro de la laguna era de 15m, al año siguiente
se mantenía igual, pero en 1968 estaba "completamente
seca". Sin embargo, en "1971 visitamos nuevamente el lugar y
entonces la laguna tenía 20m de diámetro"
(Guarch:55), con lo cual se confirma la información que
los vecinos del lugar le dieron a Harrington en 1915.
Según Guarch, la laguna no cuenta con fuentes
subterráneas de aprovisionamiento de agua, pues el nivel
freático está a unos 150m de profundidad, y la
lluvia es bastante escasa en la región, de modo que para
alcanzar su caudal dicha laguna necesita de una cuenca de
captación de agua, de modo que no sobrevive la laguna sin
el cercado térreo. Todo parece indicar que estamos ante
una supuesta obra hidráulica realizada por los
taínos de Cuba.

Debemos apuntar, igualmente, una nota contradictoria.
Según Harrington, "el muro es generalmente más alto
en la parte exterior, ilustrándonos de que la tierra para
su erección fue llevada de la parte de afuera" (1935:217).
Sin embargo, según Guarch, "se pudo observar que el
cercado térreo, en general, presenta la parte externa
más baja y menos inclinada que la interna, como si su
construcción se hubiera efectuado acumulando relleno desde
el interior hacia el exterior" (Guarch:59). Finalmente vale
agregar un fechado por carbono-14 que ofrece Guarch para este
sitio: 1310 de N.E. (Guarch:129).

Lámina 3. Croquis del cercado térreo del
sitio Laguna de Limones, realizado por Ernesto
Tabío, y que corrige la situación de la
laguna en el croquis de Harrington. Tomado de Guarch,
1978.

En 1921 Harrington reporta también , muy cerca de un
sitio en Monte Cristo, otro recinto igualmente rectangular y
formado por un muro térreo. No pudo realizar todas las
mediciones pues la vegetación del lugar se lo
impidió. El recinto tiene un ancho de 42.4m y el muro una
altura 1.5m.

Lámina 4. Croquis del cercado térreo del
sitio Monte Cristo, realizado por Mark R. Harrington.
Tomado de su libro de 1921.

III

Con los elementos hasta ahora reunidos intentamos hacer
algunas valoraciones comparativas entre dichos cercados
térreos, particularmente entre el recinto de Pueblo Viejo
y el de Laguna de Limones, pues del tercero no tenemos casi datos
(y mucho menos del cuarto -Montero- mencionado por Rouse):

-a diferencia de los recintos cercados de Utuado y de otras
regiones antillanas, los recintos cercados de Cuba se enmarcan
por muros de tierra, a la manera de los montículos
ciboneyes, pero creando un espacio interior;

-según las excavaciones y las muestras colectadas,
estos cercados están asociados a sitios de
habitación taínos.

-ambos cercados presentan igual conformación de planta:
el rectángulo;

-el eje longitudinal de ambos recintos, según los
planos, presenta gran similitud: NO-SE para Pueblo Viejo y
NNO-SSE para Laguna de Limones;

-el cercado térreo de Laguna de Limones presenta un
entrante hacia la porción o esquina SE del
rectángulo que conforma. Coincidentemente en el recinto de
Pueblo Viejo la esquina SE también pudo contener igual
entrante: en la actualidad coincide con un camino que
también rompe la esquina NE del propio cercado. Estos dos
últimos aspectos -la disposición del eje
longitudinal del recinto y la ubicación de la posible
entrada del mismo- para ambos cercados, pudieran acusar
algún tipo de disposición espacial interesada que
algunos autores interpretan de tipo heliolátrica.

-por último, y salvando las inexactitudes de medidas
dadas por las condiciones del terreno y de los sitios
arqueológicos en cuestión, resulta también
de extremo interés la proporcionalidad espacial que
encontramos entre ambos cercados térreos. Al dividir el
largo del rectángulo de Laguna de Limones por su ancho,
obtenemos una cifra que sería su coeficiente de
proporcionalidad. Esto es muy natural en la confección de
dicha figura. Esta cifra nos revela cuánto se amplia un
lado del rectángulo con respecto al otro. Pero al realizar
el mismo cálculo para el rectángulo que conforma el
recinto de Pueblo Viejo, resulta que obtenemos casi el mismo
coeficiente de proporcionalidad. La próxima tabla
hará más legible estas soluciones:

CERCADOS TéRREOS

LARGO

ANCHO

COEFICIENTE DE PROPORCIONALIDAD

Laguna de Limones

142 mts.

76 mts.

1,869

Pueblo Viejo

250 mts.

135 mts.

1,851

Esto es un índice que revela una relación de
proporcionalidad entre ambos cercados. Relación que
muestra dos niveles de lectura: una casual y otra causal. De
comprobarse la segunda con la aparición de nuevos cercados
térreos, se demostraría que los grupos
aborígenes hacedores de estos recintos dominaban una
escala de medida que le permitía saber cuánto se
amplia un lado con respecto al otro. Es decir, de forma
cuantitativa y para el caso que nos ocupa, a un ancho de una
unidad de medida corresponde un largo de aproximadamente 1,85
unidad de medida. Vale agregar que los taínos, como
afirmara José Juan Arrom, a semejanza de otros pueblos
amerindios contaban por un sistema vigesimal: "Por cinco
decían "mano", por diez "dos manos", por veinte "hombre",
por ochenta "cuatro hombres" (1990:59), y que además, como
anotara Ramón Pané refiriéndose a los
taínos de La Española: "ellos (…) saben (…)
contar (…) hasta diez" (Pané:23).

Lámina 5. Esquema que muestra la
relación de proporcionalidad de estos recintos con
cercado térreo de la zona extremo oriental de
Cuba. JRA, 1990.

Otra situación que hace más certera esta
relación proporcional son los muros o malecones
térreos que enmarcan los recintos, los cuales
también presentan una correspondencia. Los muros del
cercado de Pueblo Viejo presentan un sorprendente ancho en su
base de quince metros por una altura de tres metros. Es decir,
que por cada cinco metros de ancho el muro asciende hasta un
metro. Es el caso de que en el cercado de Laguna de Limones, el
muro presenta cuatro metros de ancho por una altura de un metro.
Teniendo en cuenta que la erosión de los mismos aflora
diferencias, es obvio que entre los muros de ambos recintos
existe una muy aproximada correlación proporcional en
cuanto a la altura y al ancho.

Si estos análisis -la proporción en cuanto a
espacio del cercado y volumen de los muros- fueran acertados,
podríamos reconstruir las medidas del cercado
térreo, también rectangular, que está cerca
del sitio arqueológico de Monte Cristo, del cual
Harrington sólo nos dio la medida de su ancho y la altura
del muro. E intuir, previo cálculo, que para el ancho de
42,4 metros que nos da la bibliografía
corresponderían aproximadamente 78,4 metros de largo (ver
lám.5). Para el caso del muro térreo con una altura
de 1,5 metros, le corresponderían aproximadamente un ancho
de 7,5 metros. La comprobación de estas medidas en el
terreno sería un magnífico ejercicio para decidir
sobre nuestras suposiciones.

Finalmente, si tenemos en cuenta esa imagen tan simple que de
nuestras sociedades indocubanas nos siguen transmitiendo los
primeros cronistas y la propia arqueología, cómo
explicar este colosal movimiento de tierra. Reitero que estamos
estudiando, solamente en Pueblo Viejo, por ejemplo, unos 770
metros lineales de un muro de 15m en su base por 3m de altura.
Si, como parece que nos muestra el dato arqueológico,
estas construcciones responden a una estructura intencional y no
a montículos-residuarios, ¿qué capacidad
productiva, qué organización social y qué
demografía tendrían éstos para hacer tales
labores?

Nota.

(1)  Según comunicación personal de
Divaldo Gutiérrez Calvache, "recientemente se
realizó un estudio arqueológico de Maisí,
con la universidad de Ontaro en Canada, por medio de
fotografías espectrozonales obtenidas por satélite
y se presentó un trabajo muy voluminoso sobre posibles
cercados térreos en Maisí y sus alrededores, si mal
no recuerdo hablaban de más de 23 cercados" (en grupo de
discusión rupestreweb[arroba]gruposyahoo.com, del 20 de
junio de 2006).

Fuentes.

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indígena de Utuado
. Publicación del
Instituto de Cultura Puertorriqueña, Puerto Rico.
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Antropología Americana
, vol. XX", Edif. Univ.
Complutense pp.59-75.
ARROM, José Juan (1990): "Estudio preliminar" (con notas,
mapas y apéndices). Relación acerca de las
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Historia. Historia de las Indias
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CULIN, Stewart: "The Indians of Cuba". Bulletin of the
Free Museum of Sciencie and Arte of the University of
Pennsylvania
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GUARCH, Jos é Manuel (1978): El taíno de
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. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana, Cuba
HARRINGTON, Mark R. (1921): Cuba before Columbus.
Museum of the American Indian, Haye Foundation, New York. (1935):
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HERNÁNDEZ González, Pablo J. y Esteban Maciques
Sánchez (1994): "La institucionalización de los
estudios antropológicos en Cuba (1875-1903)".
Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de
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Consejo Superior de Investigaciones Científicas
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PANé, Fray Ramón (1990): Relación
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versión con notas, mapas y apéndices de José
Juan Arrom. Ed. Ciencias Sociales, Ciudad de La Habana, Cuba.
PICHARDO Moya, Felipe (1990): Caverna, costa y
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. Ciencias Sociales, La Habana, Cuba. (Primera
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RODRÍGUEZ Ferrer, Miguel (1876): Naturaleza y
civilización de la grandiosa isla de Cuba
.
Madrid, España.
ROUSE, Irving (1942): Archeology of the Maniabon
Hills
, Cuba. Yale University Publications in
Anthropology, No. 26, New Haven.

La Habana, 1990 – Madrid, 2006.

 

 

Autor:

José Ramón Alonso Lorea

Creador del sitio web

Partes: 1, 2
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