Fundamentos para la evaluación de la educación en territorios indígenas
INTRODUCCION
La necesidad de plantear una evaluación
diferente para la educación en los
pueblos indígenas de Colombia, nace
a partir del anuncio que el Ministerio de Educación Nacional
hiciera en el año de 1997, de evaluar a los docentes del
país como una de las políticas
del Estado para
mejorar la calidad de la
educación y para dar cumplimiento a la Ley 115 de
1994.[1]
Desde el momento en que se conoció esta directiva
ministerial, las principales organizaciones
indígenas plantearon ante la institución la
necesidad de definir unos criterios diferentes para la
evaluación de los docentes en comunidades indígenas
que garantizara el respeto a sus
culturas, a las particularidades de sus procesos
educativos y el derecho a la diversidad, consagrado en la
Constitución de 1991. Como respuesta a la
solicitud de los indígenas, el Ministerio expidió
la Circular 51 del Agosto 10 de 1999, en la que señalaba
que la evaluación de los maestros indígenas se
debía realizar en forma concertada y de acuerdo con la
especificidad de sus procesos.
A partir de este momento se ha venido desarrollando un
proceso de
discusión y de consolidación de una propuesta de
evaluación, que se ha enriquecido, transformado y ampliado
con la participación de representantes de los pueblos
indígenas, las escuelas normales las universidades que
preparan docentes indígenas, las secretarías de
educación y los autores de esta ponencia como equipo de
consultores, cuya tarea ha sido la de dinamizar y recoger los
planteamientos hechos a través de diferentes mesas de
trabajo y
foros y discusiones virtuales realizados por medio de una Red denominada
REDEVALUAR.
La construcción de la propuesta de
evaluación ha sido un proceso que ha pasado por varias
etapas. En un principio y siguiendo las políticas
institucionales, se determinó evaluar la labor del docente
ya sea de sus conocimientos, de sus actitudes o de
su desempeño, pero a través del
análisis y discusiones en las mesas de
trabajo se concluyó que el trabajo del
docente en los pueblos indígenas no está
circunscrito meramente a una institución escolar y al
cumplimiento de unas tareas puntuales, sino que es un proceso de
construcción en el que la comunidad
participa con el maestro en actividades que incluyen tanto la
definición del sentido de la educación a
través del Plan de Vida,
marco para la construcción de los Proyectos
Educativos Comunitarios (PEC) o Proyectos Educativos
Institucionales (PEI), como en la participación en
los asuntos administrativos, en los procesos investigativos de su
propia lengua y
cultura, en la
elaboración de materiales
didácticos para el trabajo escolar y, en general, en la
marcha cotidiana de la escuela. La
gestión
altamente participativa de la comunidad, de las autoridades
tradicionales y de las organizaciones indígenas en la
educación es una de las características que define
y distingue la educación indígena de las propuestas
educativas de otros pueblos. Es decir, es la comunidad la que
construye su propia educación, a diferencia de lo que
sucede en la sociedad
mayoritaria, donde a partir de la escuela se convoca a los padres
de familia para
que conformen la comunidad educativa.
La evaluación de la educación en los pueblos
indígenas se inscribe, por tanto, en una mirada mucho mas
amplia que debe contemplar no sólo los diversos aspectos
de la labor del docente sino que, por ser la educación
indígena un proceso altamente participativo y de
construcción conjunta, su evaluación debe
contemplar también la acción
de la comunidad y de los entes administrativos que inciden
directamente en ella. Esta perspectiva permitirá mirar
también el impacto que produce la educación en la
calidad de
vida de la comunidad, en la construcción de su
proyecto
político, en el ejercicio de la autonomía y en la
construcción de su futuro como pueblos indígenas.
La evaluación igualmente debe ser asumida como un proceso
de autoformación permanente y de empoderamiento con la
cual la comunidad pueda ganar autonomía para direccionar,
corregir o enriquecer su educación de acuerdo con los
lineamientos trazados en su Plan de Vida.
La construcción de la propuesta de evaluación de
la educación indígena ha partido del planteamiento
político que las organizaciones y las comunidades, a
través de sus luchas, han venido haciendo en torno a su
educación y que se ha retomado como el punto de partida de
cualquier proceso de evaluación de la educación
indígena. Ese planteamiento responde a la pregunta del
para qué la educación en los pueblos
indígenas, la cual a sido resuelta de manera clara y
contundente en los siguientes términos por las mismas
comunidades: "la educación debe tener como
propósito fundamental fortalecer nuestra identidad en
contextos interculturales".
En este documento pretendemos mostrar de forma
sintética los fundamentos conceptuales que han sido la
base sobre la cual se ha ido construyendo la propuesta de
evaluación de la educación en los pueblos
indígenas. En primer lugar presentamos una breve
reseña de la diversidad indígena en Colombia y del
marco legal de la etnoeducación, como una forma de
contextualizar los ejes a través de los cuales se ha
construido la propuesta. Analizamos luego el concepto de
educación formulado por los pueblos indígenas y lo
desarrollamos en las dimensiones de la identidad que fueron
vistos, no solo, como puntos de convergencia de las cosmovisiones
de los diferentes pueblos, en los cuales se expresan maneras
especificas de su relación con la naturaleza y
con los demás seres del universo, sino
que también son la base de las demandas y exigencias
planteados por el movimiento
indígena a través de sus luchas. Estas dimensiones
son : el Territorio, la Autonomía, Lengua y Pensamiento y
el Sentido Comunitario.
1.
DIVERSIDAD éTNICA Y CULTURAL
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