El impacto mediático de la arquitectura contemporánea: De Beijing para el mundo
De manera constante e insistente y durante aproximadamente
tres semanas del mes de Agosto de 2008 se dispuso de un conjunto
de medios
poderosos, masivos y persistentes para la difusión de los
edificios contemporáneos más conocidos de la
arquitectura
en China con
motivo de la XXIX edición
de los Juegos
Olímpicos en Beijing. Una consulta rápida unas
horas antes de la clausura de dicho evento reveló tan
sólo en uno de los buscadores de
la Internet
3"130,000 resultados o referencias
asociadas.[1]
Escenario de las gestas heroicas que trasladan las distintas
disciplinas deportivas y artísticas al imaginario global,
la arquitectura retratada, filmada y transmitida desde tomas
interiores y exteriores ha sido el marco artificial en el que
repetidamente se ha tratado de insistir en una imagen de
desarrollo, de
evidencia del progreso alcanzado, de poderío, de hipermodernidad, de capacidad
de planificación y de propaganda en
los logros armonizados de la tecnología, el orden
social y la disciplina
para lograr grandes proyectos,
mostrando el crecimiento
económico y la manifestación de una nación
que impacta de múltiples maneras la vida cotidiana de los
individuos en los rincones más remotos o distantes del
planeta.
El impacto televisivo ha sido amplio y, desde que se tiene
memoria de la
existencia de este medio, acaso el más contundente para
llegar y transmitir una variedad de contenidos y significados,
algunos de ellos formidablemente consistentes.
Lejos de ser tan sólo un fin en sí misma, la
arquitectura contemporánea de Beijing ha sido el medio
para el desenvolvimiento de un programa y de una
vasta agenda de actividades, constituyéndose en un mensaje
que ha sido contenido a su vez en la mayor difusión que se
haya dado a la arquitectura o a un conjunto de edificios.
En los canales de la
televisión nacional de México con
cobertura de los Juegos
Olímpicos de Beijing, las imágenes
han sido reiteradas, sea como instantáneas fijas o bien
como segmentos de corte entre una transmisión televisiva y
otra. Las hemos visto como referencia obligada al inicio de una
competencia, como
transición a los comerciales, como punto suspensivo en el
párrafo
del discurso
mediático: el Estadio Nacional ("Nido de Pájaro"),
el conjunto de Albercas Olímpicas (Cubo de Agua), el
Estadio Cubierto Nacional, el Gimnasio de la Universidad de
Pekín, la Torre de Comunicaciones, los circuitos de
marcha y maratón, o la suma de varios de ellos en torno al Plan Maestro del
área denominada Parque Olímpico que, en una vista
satelital o desde el aire, nos ha
suscitado tanto la curiosidad como la conjetura de su complejidad
y escala
urbana.
La arquitectura inició como el marco majestuoso para la
fiesta mediática. La arquitectura que, más
allá de un presente efímero, habrá de
permanecer como memoria viva de lo que el mundo como espectador y
seguidor de los medios ha sido capaz de mirar y reconstruir en
una multitud de geografías y culturas diferentes. Hemos
reconstruido con bastante verosimilitud, con ayuda de los medios
electrónicos e impresos, marcas,
personajes legendarios, justas, emociones y
esperanzas. Pero todo ello sería una abstracción
sin la materialidad del contexto que ha sido creado ex profeso
para su desempeño y su realización: la
arquitectura ha sido un medio eficaz, un soporte, un instrumento
y, por qué no, un emblema. La voluntad de esta
arquitectura ha sido mostrarse y expresar. Manifestar de todos
los modos posibles y mostrar al mundo que se está
allí, que China está en el mundo más de lo
que suponíamos y que puede estar de modos sutiles o
contundentes.
¿Quién puede negar el impacto de una nación
de esta magnitud? ¿Cómo ignorar el modo de
convivencia acaso implícitamente necesario que se ha
establecido desde la puja de una economía liberalizada que llega a cualquier
mercado gracias a
su bajo costo?
¿Cómo dejar de advertir una arquitectura motivada
por cuantiosas inversiones,
por la suma de talentos no sólo chinos sino de todo el
mundo para concebir este escenario múltiple que ha sido la
arquitectura y la infraestructura preparadas para estos Juegos
Olímpicos en un íntimo maridaje con los medios que
la produjeron y que desde Agosto de 2008 las han reproducido
incluso con deleite y regodeo?
Las analogías a símbolos de la cultura local
vertidas en los conceptos e ideas generadoras de los edificios de
la arquitectura contemporánea de Beijing a los que se hace
referencia aquí han sido explicados reiterativamente en
todos los idiomas de las transmisiones. Lo mismo ha sucedido con
aquellas analogías derivadas de
fenómenos físicos que han sido extrapoladas para
concebir nuevas y aparentemente innovadoras soluciones
para resolver necesidades espaciales y funciones
deportivas.
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