El diseño inteligente (ID), producto de la ingeniería social (I, Ingsoc) del darwinismo (D)
Acabo de leer el libro titulado
"Dissent over descent", que podría traducir al español
como "disidencia sobre la ascendencia". Su autor, Steve Fuller,
profesor de
sociología en la Universidad de
Warwick, autor de varios libros de
Filosofía de la ciencia,
fue testigo en el caso Kitzmiller vs. Dover Area School District
(2005), un juicio que se ocupó de la enseñanza del Diseño
Inteligente (ID) en las clases de ciencia en
USA.
Fuller, que no es biólogo ni está
particularmente bien documentado en algunos temas de biología, sigue la
moda del momento
e identifica en repetidas ocasiones a Darwin con la
Teoría
de la Evolución. Es decir, pretende hacer
pasar a la Teoria de Evolución de las Especies por
Selección Natural (darwinismo), por la
única y verdadera Teoría de la Evolución, y
esto es un grave error.
Por mucho que, además de Fuller, Gould, Dawkins y toda
la plana mayor del darwinismo se empeñe, sigue siendo un
grave error. Aunque si, además de empeñarse todos
ellos, el empeño alcanza también a sus
críticos, es entonces cuando ya, casi sin lugar para
más dudas, podemos afirmar que estamos perdidos.
Cuestión ésta que ya he tratado en un
artículo y que procuraré abordar después de
escribir dos párrafos pero que, de momento, queda
pendiente aquí expresada de este modo: ¿Estaremos
ya perdidos sin remedio?
Parece que sí, ya que ninguno de los críticos
del libro de Fuller se ha dado cuenta de su error
catastrófico. Y digo parece porque supongo que, tal vez,
hayan disimulado, o no hayan querido darse cuenta con el fin de
mantenerse a salvo, porque criticar hoy a Darwin puede ser
nefasto tanto para una carrera científica, de crítica
editorial como literaria.
Así Steven Rose, en su comentario del libro, publicado
en The Lancet (vol 372, 9637, 437-438), pasa por alto (o elude)
este importante fallo y en el mismo error cae AC Grailing quien
escribe su crítica desde un medio pomposamente denominado
New Humanist: the Magazine of free thinkers.
Si los darwinistas insisten tenazmente en mantener como verdad
única su falsedad fundamental consistente en identificar a
la Teoría de la Evolución con el darwinismo
(selección natural) y sus críticos (?) apoyan esta
comedia, ¿Adónde irán
entonces a parar la apertura de miras y la objetividad que
fundamentan la ciencia? ¿A dónde la ciencia
así des-fundamentada?
A ambas, a la señora objetividad y su todavía
joven hija, la ciencia, se las llevará el viento y
entonces tendremos que gritar, ..¡adiós Madrid, que se
queda sin gente! O,……….. ¿es que acaso puede haber
alguna solución? Aparte de deprimirse y llorar ante el
panorama de la biología secuestrada por el darwinismo, una
solución consiste en consolarse con Galileo, a quien se
atribuye la frase que dice: "en cuestiones de Ciencia la autoridad de
mil no vale lo que el humilde razonamiento de un solo individuo".
Vamos, pues, adelante, con este consuelo galileano y,
desde la soledad, a comentar el libro de Fuller.
La Teoria de Evolución de las Especies por
Selección Natural es tautológica e indemostrable y
por lo tanto no es una teoría científica. Si yo
contestase a quien me pregunta: ¿Cómo han
evolucionado las especies?, que las especies han evolucionado por
selección natural, entonces quien me pregunta
lícitamente podría quejarse de la falta de rigor
científico en mi respuesta. No me cansaré de
repetirlo y explicarlo.
Las mejores definiciones de selección natural hacen
reír al más pintado. Si se habla de Teoría
de la Evolución, se está empleando el
término Teoría en su sentido más amplio,
significando conjunto de conocimientos en general (en este caso,
acerca de la evolución) porque es ridículo pensar
que una Teoría (en sentido restringido, como algo que se
puede comprobar experimentalmente y refutable) puede explicar la
transformación de las especies.
Si es ridículo pensar que una teoría pueda
proporcionar la explicación de todos los cambios en las
formas de la vida sobre la tierra,
mucho más lo es pensar que todo se explica mediante la
"selección natural". Esto debería saberlo Steve
Fuller. Pero no, el docto "maverick supporter of ID" y "social
constructionist" (como le llama Steven Rose en su comentario
publicado en The Lancet), no lo sabe. Rose tampoco. Pero
entonces,…¡Un momento!. ¿No lo saben, o,.. No
será que no quieren saberlo?, porque si tiene razón
Rose, y Fuller es realmente un social constructionist, un
ingeniero social, a lo mejor lo que ocurre es que Fuller
está construyendo la teoría del ID, o colaborando
en su construcción. Si así fuese, y Fuller
estuviera obrando como "construccionista" o "ingeniero social",
esto significaría que hay un objetivo
social en la obra de Fuller.
¿Cuál sería dicho objetivo? ¿Para
qué podría Fuller estar jugando ese doble juego tan
evidente de alabar a Darwin y defender el ID? Pues hay una
respuesta bien clara que aquí propongo: para respaldo y
defensa del darwinismo. Lo indiqué en otra entrada:
Creando enemigos ficticios, los darwinistas descansan del acecho
de preguntas indiscretas (la biología contiene cuestiones
demasiado insidiosas para el darwinismo, por eso la necesidad de
secuestrarla) y así se mantienen fuertes con la
única preocupación de controlar el mundo
editorial.
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