La
apropiación terminológica
A través del título, podemos advertir la
tendencia que ha venido dándose en el planteo desde la
óptica
de los indicadores.
Hace más de una década se denominaba indicadores en
las ciencias
sociales a aquellos aspectos que daban la base para plantear
un análisis de una situación
determinada, fueran éstos cualitativos o cuantitativos. En
la actualidad, investigadores e instituciones
de reconocimiento internacional imponen la comprensión
bajo el término de indicadores a la cuantificación
de determinadas variables
interrelacionadas usadas para el diagnóstico de un fenómeno
particular.
Desde la misma Unesco, actualmente se recurre a los
indicadores en el Informe Mundial
sobre la Ciencia
1998.
Como primer ejemplo se reproduce la definición que de
los indicadores dieran Mario Albornoz y Eduardo Martínez:
"Los indicadores representan una medición agregada y compleja que permite
describir o evaluar un fenómeno, su naturaleza,
estado y
evolución; articula o correlaciona
variables y su unidad de medida es compuesta o relativa. Los
indicadores suelen presentar las características
siguientes: generalidad, correlacionamiento entre variables
distintas o de distintos contextos, cuantificabilidad,
temporalidad, y posibilidad de constituirse en componentes
básicos de desarrollos
teóricos."[1]
En otro escrito, Mario Albornoz y Hernán Jaramillo
expresan: "¿Qué es un indicador en ciencia y
tecnología? Es algo tan simple como un valor
numérico que expresa un rasgo –el nivel de desarrollo de
una dimensión- del sistema de
ciencia y
tecnología
de un país."[2]
Por su parte, la Red Iberoamericana de
Indicadores de Ciencia y Tecnología retoma una
definición de los indicadores de Naciones Unidas,
en los siguientes términos: "Se puede decir, siguiendo la
propuesta del PNUD/BID, que ´un indicador es una magnitud
asociada a una actividad que permite, por comparación con
los estándares, evaluar periódicamente las unidades
de programación.´"[3]
Desde el Observatoire des Sciences et des Techniques su
Director, Rémi Barré, define a los indicadores de
esta forma: "Ellos son un efecto de las mediciones de
parámetros del sistema ciencia-tecnología-sociedad, y en
ese título usan la producción estadística (si bien utilizan
también otras bases de datos,
sobre las publicaciones científicas o sobre las patentes,
por ejemplo), y por otra parte los parámetros de
medición son aquellos que constituyen la base de
conocimientos necesarios a los procesos de
evaluación, análisis estratégicos y
vigilancia científica y
técnica."[4]
Al respecto completa esta formulación, la
definición de indicadores de ciencia y tecnología
realizada por Rémi Barré, en otra
publicación: "Definimos los indicadores de la ciencia y de
la tecnología como siendo los conocimientos cuantitativos
sobre las actividades científicas, tecnológicas y
de innovación útiles para establecer,
ejecutar y seguir las políticas
de investigación."[5]
El Manual de
Frascati por su parte, aporta una visión complementaria de
los indicadores en los siguientes términos: "Por
definición, los indicadores ilustran un aspecto particular
de una cuestión compleja y de facetas múltiples. Es
necesario disponer de un modelo
explícito que describa a la vez el sistema
científico en sí mismo y la forma en que se
relaciona con el resto de la sociedad y con la economía."[6]
Llegados a esta instancia, resulta apropiado detenernos en
varios de los aspectos mencionados en las definiciones
transcriptas.
Aparece mencionada la comparación con estándares
establecidos, que necesitan de una misma metodología de captura de la información en el tiempo y el
espacio para poder ser
relacionados. Los estándares establecidos tienen con ver
con magnitudes observadas que expresan posicionamientos
particulares según los datos obtenidos.
Sucede que a lo largo de la observación de los parámetros
estadísticos en diversos lugares geográficos y
épocas, se ha llegado a establecer un diagnóstico
acertado referido a las condiciones dadas a nivel general.
En cuanto a los indicadores como herramientas
de análisis del sistema de ciencia y
tecnología, podemos hacer una serie de aclaraciones
pertinentes.
El universo de
estudio científico-tecnológico considerado en cada
caso es denominado sistema de ciencia y tecnología en
todas las publicaciones de los indicadores; si bien es
conveniente tener presente que se discute que se trate de un
sistema, ya que carece de características
holísticas de inter, intra y extra-relación.
Enrique Oteiza lo explica de la siguiente manera,
comprendiéndolo como Complejo Científico y
Tecnológico: "El Complejo Científico y
Tecnológico (CCyT) argentino, producto de un
proceso
histórico de acumulación y desacumulación de
investigadores, actividades, instituciones, tradiciones – buenas
y malas – e infraestructura especializada, incluye recursos y
capacidades no insignificantes, y plantea asimismo complicados
problemas para
su mejor articulación en el seno de la
sociedad."[7]
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