- ¿tendencia
estructural o fenómeno coyuntural? - Evolución
de las emisiones por gases - Emisiones totales
en dióxido de carbono (co2) equivalente en
españa - Evolución
de las emisiones por sectores - El
protocolo de Kioto - Las
consecuencias del cambio climático - España,
alejamiento de Kioto y mejora de la eficiencia
energética - La
energía eólica en España evitó la
emisión de 16 millones de toneladas de co2 - Tareas
pendientes - Una
estrategia española de cambio climático y
energía limpia más comprometida y acorde con la
nueva situación - Inventarios
- Referencias
1.
INTRODUCCIÓN
Lo que no se mide, no se puede mejorar
Por primera vez en muchos años las emisiones de
gases de
efecto
invernadero en España en
2006 se redujeron en un 4,1% y el consumo de
energía primaria bajó un 1,3%, mientras que el
PIB
creció un 3,9%. En 2006 mejoró la eficiencia
energética y el desacoplamiento de la economía española de las emisiones
de gases de efecto invernadero (GEI). Este buen resultado ha sido
posible gracias a las políticas
adoptadas –Plan Nacional de
Asignación (PNA), Plan de Acción
de la Estrategia de
Ahorro y
Eficiencia Energética (E4), Plan de Fomento de las
Energías Renovables (PER) y Código
Técnico de la Edificación (CTE)-, a
fenómenos coyunturales, como el aumento de la producción hidráulica y, sobre todo,
al aumento de los precios del
petróleo y
de otros combustibles (gas natural,
carbón importado y productos
petrolíferos refinados) registrados en los últimos
dos años y, que dada la inercia del sistema, no se
han materializado hasta el año 2006.
Sin embargo, a pesar de esta importante reducción, las
emisiones de gases de invernadero han aumentado un 48,05% desde
1990. Este crecimiento triplica el 15% de aumento promedio
permitido a España por el Protocolo de
Kioto para el periodo 2008-2012, lo que sitúa a
España lejos aún de su cumplimiento, incluso
considerando los 20 puntos de reducción a lograr en
terceros países a través de los mecanismos de
flexibilidad del Protocolo y los dos puntos de reducción
por mejora en la gestión
de los sumideros de carbono,
contemplados el Plan Nacional de Asignación de Emisiones
PNA II, lo que resitúa el objetivo en un
tope de crecimiento de emisiones del 37% en relación a
1990. La cuenta del promedio para 2008- 2012 comienza dentro de
unos meses, en enero de 2008, en los que España se
situará con unas emisiones muy por encima del 40%,
aún en el caso de que las emisiones de 2007 tuvieran
también un buen comportamiento, por lo que para alcanzar la media
del 37% durante los cinco años del período de
cumplimiento serán necesarios importantes esfuerzos
adicionales, que modifiquen algunas de las políticas
vigentes. Con el escenario actual, plasmado en los escasos
documentos
oficiales de planificación energética, las
emisiones de GEI alcanzarán el 52,5% en 2011. Será
necesario que la próxima Estrategia Española de
Cambio
Climático y Energía Limpia introduzca los cambios
necesarios para alcanzar el cumplimiento del Protocolo de Kioto.
Es difícil, pero no imposible: si la tendencia de
reducción de emisiones de 2006 se consolidara sería
posible alcanzar el objetivo.
2. ¿TENDENCIA
ESTRUCTURAL O FENÓMENO COYUNTURAL?
Las emisiones de gases de invernadero en dióxido de
carbono (CO2) equivalente en España han aumentado un
48,05% en el año 2006 respecto a 1990, pero han
experimentado la más importante reducción desde
1990 respecto al año anterior (4,11% tomando como
referencia el año base 1990 corregido y un 2,7% si se
consideran las emisiones de 2005). Sólo en 1994 se
registraron cifras similares de reducción, pero lo que
diferencia a 2006 ha sido el importante crecimiento del PIB
(cerca del 4%) y del empleo, lo que
hace más destacada la reducción alcanzada -que
podemos calificar de histórica- y que sería
deseable que se plasmase en los próximos años.
¿Tendencia estructural o fenómeno coyuntural? El
tiempo lo
dirá.
La disminución de las emisiones de los seis gases y
para todos los usos en el año 2006 (-4,1%) contrasta con
las del año 2005 (aumento del 5,3%), debido a que 2006 fue
un mejor año hidráulico, ya que la producción hidroeléctrica se
situó en un 32,1% superior a la del año 2005 y,
consecuentemente, las centrales de ciclo combinado de gas natural y las
de carbón funcionaron menos horas (el consumo de
carbón en las centrales termoeléctricas se redujo
un 14,7% respecto al año 2005, el del fuel oil cayó
un 44,4% y el de gas natural en las centrales de ciclo combinado
creció un 29,9%, muy inferior al del año 2005). El
consumo de energía primaria disminuyó en 2006 un
1,32%, aunque el consumo de combustibles fósiles
(carbón, petróleo y gas natural) descendió un
2,5%, por lo que las emisiones de CO2 por usos energéticos
descendieron casi en el mismo porcentaje en el que habían
aumentado en 2005. La nota discordante es el aumento de las
emisiones de las fábricas de cemento, a
causa del auge del sector de la construcción.
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