- La
audición - El gusto
musical - El canto de las
ranas - El oído
humano - Seguimiento de
la fundamental - Conclusión
- Bibliografía
recomendada
Durante los años que pasamos en la escuela se nos
enseña a pensar en el sistema nervioso
y en los órganos de los sentidos como
entidades pasivas que son activadas y responden a los
estímulos del medio, como si se tratara de sistemas que sin
estímulo dejan de operar. Esta forma de entender impide
darnos cuenta de que el sistema nervioso
y los órganos de los sentidos interactúan de forma
dinámica con el medio, no son entidades
pasivas, sino que tienen una actividad propia, independiente del
medio, y que se modifica en concierto con el medio. Si se estudia
la actividad eléctrica del sistema auditivo, encontraremos
que todos sus elementos están constantemente activos, y que
las neuronas de la vía auditiva descargan potenciales
eléctricos, haya o no algún estímulo sonoro.
El sistema, más que como un detector pasivo, hace una
búsqueda activa. Esto implica que los estímulos del
medio no activan al sistema auditivo, sino que modifican una
dinámica preexistente. La respuesta de los órganos
de los sentidos y, más aún, de los sistemas
superiores de análisis depende del estado del
sistema y de su dinámica particular en el momento en que
interactúa con el estímulo y, no sólo de las
propiedades de este último. La actividad sensorial se
desarrolla de forma continua y, más que como un canal de
entrada de información, los órganos sensoriales
deben ser concebidos como una interfase en donde el sistema
nervioso interactúa activamente con el medio ambiente. En
relación con esto, existen diversas evidencias que
indican que en los sujetos con entrenamiento
profesional en música, algunos
aspectos de la fisiología del oído
operan de forma diferente a como sucede en los individuos sin
entrenamiento musical (particularmente se ha demostrado que un
fenómeno conocido como supresión de emisiones
otoacústicas por estimulación contralateral es
mucho mayor en los músicos).
La
audición
En el caso del sistema auditivo está bien documentado
que existen interacciones entre el sonido y el
órgano receptor las cuales, como veremos más
adelante, determinan que se produzcan importantes modificaciones
en la amplitud y en otras características del
estímulo incidente.
La función
primaria del oído es la de convertir un patrón de
vibración temporal, que se produce en el tímpano,
en una configuración de movimiento
–ondulatorio– en el espacio, que se genera en la
cóclea (particularmente en la membrana basilar,
véase Figura 1) y éste, a su vez, en una serie de
potenciales eléctricos en las neuronas aferentes
cocleares. La frecuencia de un sonido está representada
por el sitio de la cóclea donde se originan las neuronas
que éste excita, y su amplitud por la intensidad de la
descarga de estas neuronas y también por el número
total de neuronas que se activan. La actividad de las neuronas
aferentes es entonces una función de la intensidad y de
las magnitudes relativas de las diferentes frecuencias que
componen un sonido.
En el procesamiento de la información auditiva podemos
distinguir al menos tres niveles: uno periférico, que hace
referencia a la detección de vibraciones sonoras y que se
relaciona con el procesamiento al nivel del oído interno;
da origen a las sensaciones primarias como el tono y la amplitud.
Un segundo nivel de procesamiento intermedio, que permite
detectar las variaciones transitorias en el sonido y su origen, y
provee elementos adicionales para la percepción
de la cualidad, la identificación del tono y la discriminación de los sonidos. En el caso
de la música, es en este nivel que se percibe el tono de
un instrumento, el ataque sonoro, el timbre y el ritmo. Este
procesamiento se lleva a cabo en el tallo cerebral. Finalmente,
un último nivel de análisis fino, en el cual los
cambios temporales se procesan en los centros cerebrales
superiores de la corteza cerebral, permitiendo detectar los
atributos de la información auditiva y, en última
instancia, lo que denominamos mensaje auditivo. Los aspectos
más complejos de la música, como la melodía,
la armonía, el contrapunto, etc., se integran en este
nivel.
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