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Como hacer mas natural el 'juego sexual'




Enviado por Felix Larocca



  1. Hablemos del llamado "juego sexual" — Juego
    éste, que, como pasatiempo, puede ser
    arriesgado
  2. Reglas
    para el "juego"
  3. ¿Qué nos impide disfrutar del
    juego sexual?
  4. Factores que inhiben o bloquean el
    deseo
  5. Tres
    conceptos importantes que debemos recordar
  6. Revisión de nuestro concepto del
    placer
  7. Los
    manuales
  8. En
    resumen
  9. Bibliografía

"La historia del amor y del sexo nos
interesa porque en nuestra especie ambos son comportamientos
idiosincrásicos con profundas repercusiones
emocionales…"
FEFL en El Sexo Como Función
y el Sexo Como Proceso.

A menudo, mientras escuchamos a nuestros
pacientes, oímos que hablan el lenguaje callejero del amor
y de las relaciones entre los sexos. Hoy no existe nada que sea
tabú ni conocimiento que sea sagrado — especialmente
para una juventud hedonista.

Todo se discute y se comenta sin que sea
sujeto al escrutinio del "censor moral" en la mente de casi
nadie.

Tenemos el deber de educar a nuestros
educandos, especialmente a las hembras — siempre las más
vulnerables — por razones obvias.

Retrato de Ida Rubenstein por
Valentín Serov

Hablemos del llamado
"
juego sexual" — Juego éste, que, como pasatiempo, puede
ser arriesgado

¿De qué hablamos exactamente
cuando nos referimos al "juego sexual?

Al igual que en cualquier acto voluntario
que busca la diversión, cada paso de este juego, es un
juego en sí, desde que se inicia hasta que
concluye.

Cada etapa tiene su propósito, y se
vive y se disfruta sin que ninguna parte sea considerada
más o menos importante. Así es como entendemos el
juego sexual, cuyo fin y designio es el placer.

En la vernácula local, un
"relajito", un piropo, una observación picante o
sugestiva, un beso furtivo, un abrazo apretadito, una
reflexión íntima, unas caricias — que
supuestamente no lo son — una invitación taimada… y
tantas maneras de encontrar el regodeo son en sí "juegos
sexuales".

Como en todo, los expertos todo lo
categorizan…

Reglas para el
"juego"

De manera errónea las
prácticas sexuales se han dividido en completas y
preliminares. La importancia de las primeras frente a la
desvalorización de las segundas no hace sino que perdamos
el goce del juego en pro de una meta que puede o no llegar, y que
puede o no ser deseada.

Lo llamamos juego sexual porque implica
cierta relación o vínculo. El adulto decide ceder
terreno a la parte más sincera y menos condicionada por su
madurez, esto es, a su parte más infantil. Se trata de
despojarse de prejuicios, estar ajeno a tabúes y mitos
limitantes y prohibitivos. Para entonces llegar a este juego por
el placer de jugar — dando rienda suelta a la curiosidad, la
exploración, la fantasía y la pasión. Se
trata aquí de aprender de uno mismo, de conocerse
más y desarrollar las potencialidades de un encuentro
interpersonal e íntimo donde se hacen presentes la
cooperación y el gozo.

Se abandona la condición de persona
cultivada y la máscara obligada que exige aparentar,
controlar y, en definitiva, a conocer — dejando en que en su
lugar despliegue la personalidad más pueril.

El poder y la prepotencia aquí no
nos sirven, ya que el placer implica libertad,
concedérsela a uno mismo y procurársela al otro.
Provocar risa y alejar la seriedad. Se trata de jugar, sabiendo
que la satisfacción del juego no dependerá del amor
ni de la habilidad, sino de permitirse uno un código que
se aleje del autocontrol. Eso entraña cierta
madurez.

Mujer por Smadar Katz

¿Qué
nos impide disfrutar del juego sexual?

Ser un buen jugador dependerá de
nuestra actitud ante la vida. Deriva del código de
comunicación con el que nos desenvolvemos en las
relaciones y ante las situaciones. Una actitud positiva al placer
y una comunicación abierta, serena y de encuentro, nos
alejará de la competitividad y hará
ridículas las comparaciones.

La seguridad y la autoestima son los
resortes seguros que abren la puerta del deseo. Admitir el deseo
y querer aprender a gozar es una opción consciente y
educable a cualquier edad, sólo se necesita libertad y
madurez para poder desarrollarla.

La satisfacción sexual no viene,
entonces, de la mano de un manual de posturas, roces o caricias
más o menos habilidosas, como pretenden enseñarnos
las revistas que encontramos en los salones de belleza. Todo esto
que ocurre, es materia de módulos instintivos que viene
después y que no tendría ningún efecto si no
tenemos bien claro que nuestra capacidad de placer, o en otras
palabras, nuestra sexualidad, es un ideal que empieza por
aceptarnos, respetarnos y amarnos a nosotros mismos, y que sigue
por querer aprender a gozar y a hacer gozar al que sea nuestra
pareja. Sin prisas, sin retos y a nuestro ritmo
natural.

Mujer con pescado como sombrero
por Pablo Ruiz Picasso

Factores que inhiben
o bloquean el deseo

Masters y Johnson en Saint Louis nos
comunicaron los siguientes conocimientos prácticos para el
entendimiento de las inhibiciones al acto sexual:

Primero son, los sentimientos de
culpa

Éstos se generan cuando se quiere
experimentar con el placer pero surgen contradicciones con los
valores interiorizados y por los mismos que vivimos. El placer,
en estos casos, está asociado al egoísmo, a la
falta de principios éticos y a la frivolidad. El
código moral, que a muchos gobierna, a veces aparece
contrapuesto al deber y a la rectitud con la que se supone que
ellos deben de funcionar en la vida. Este deber exige a las
mujeres la necesidad de no mezclar el amor con el placer,
mantenerse en un papel pasivo y ser el "objeto de deseo", y a los
hombres un papel activo, apasionado y responsable de que la mujer
goce en la relación. En él se asientan
también los pudores y vergüenzas que coartan y frenan
necesidades y deseos en el encuentro sexual.

Estas actitudes son una receta infalible
para el fallo de toda relación íntima entre seres
que debieran poder ser amantes.

Después viene, la baja
autoestima

Cuando hay un escaso conocimiento personal,
tanto corporal como de los valores por los que algunos se mueven;
cuando poco se entiende de cómo vibran las diferentes
partes del cuerpo y cómo éste quiere en cada
momento sentir, se conduce hacia la baja autoestima, por
confusión residual. El escaso autoconocimiento
afectará el propio auto concepto, y éste
incidirá directamente sobre la confianza y seguridad
propias, quebrándoles de tal manera que hace que uno se
torne dependiente de quien diga que nos quiere. Se pasa entonces
a primar y priorizar las necesidades y los deseos de ese
otro
, aún a costa de no atender a los propios. Una
relación basada en la dependencia está lejos de un
principio tan básico como es compartir las experiencias, y
es desde éste desde donde se fundamenta el placer. Muchas
jóvenes inocentes caen víctimas de lo último
descrito. Por ello, hay que tenerlo en mente.

Mujer desnuda por Eugene de la
Croix

Siguen, los diferentes tabúes y
prejuicios

El placer no es sucio ni pecaminoso. No hay
nada prohibido entre personas que, responsable y maduramente,
quieran compartirlo. Si saben cuándo lo hacen, lo que
hacen, lo que quieren y, por qué lo quieren.

Ahora encontraremos, los miedos
interiorizados

Al buscar el placer aparecen como fantasmas
los resultados negativos, la posibilidad del embarazo o las
enfermedades de transmisión sexual. A éstos se unen
también el miedo a no dar la talla o a fallar y, por
tanto, a exponerse al rechazo.

O puede ser, la falta de tiempo

Amar, mimar, compartir, no es posible si no
disponemos y dedicamos tiempo a ello y lo hacemos como una
más de las prioridades que nos marcamos en la vida. Porque
cuando llega el tiempo hay que hacerlo.

Entonces son, los enfados y
conflictos

En esos momentos nos cerramos al contacto
físico, en ocasiones como castigo a la otra persona. Esto
es consecuencia de que manejamos mal los enfados. Los conflictos
se resuelven con una comunicación verbal abierta, positiva
y empática. Una caricia, un gesto físico de
acercamiento ayudan y propician en la fluidez de esa
comunicación.

Siempre recordemos el
estrés

Hay que ser conscientes de que éste
es uno de los grandes enemigos del placer y de todo equilibrio
emocional, que nos hace desembocar en la inapetencia y la
apatía sexual.

Mujer leyendo por Luis
Barga

Para muchos son los medicamentos

Determinados ansiolíticos,
antidepresivos o fármacos para tratamientos de
hipertensión arterial o la depresión pueden incidir
en la falta de deseo, o en la falta de respuesta. Reconocer este
factor es crucial para el bienestar de parejas.

Finalmente, la falta de
comunicación

Cuando hablamos de comunicación no
hablamos de trasmitir mucha o poca información, sino de
decirnos, de comunicar lo que queremos, lo que nos gusta, lo que
nos molesta o duele, lo que nos hace, o no nos hace felices.
Decirnos es compartir intimidad, participarnos nuestra
vulnerabilidad. Sentir, que va mucho más lejos que el
encuentro físico entre parejas. Por ello hablamos de
madurez. No podemos amar a todas las personas que encontramos
atractivas.

Tres conceptos
importantes que debemos recordar

Necesidad de conocimiento
corporal

  • Qué y cómo quiere nuestro
    cuerpo

  • Qué y cómo
    siente

  • Ponerle lenguaje a sus distintas partes
    y hablar de ellas, en la soledad de nuestros pensamientos, al
    igual que lo hacemos de otras.

Revisión de nuestra actitud hacia el
placer

  • No es sucio

  • No hay nada prohibido entre dos
    personas maduras y conscientes que responsablemente quieren
    compartirse, sin hacerse y sin hacer daño a
    otros

  • Lo deseamos, como todos lo desean, pero
    respetaremos el código en el queremos movernos para
    vivir — lo ético/moral es de importancia crucial
    para todo lo que hagamos de índole
    personal.

Revisión de
nuestro concepto del placer

Desnudo al estilo parisino por
Jean Metzinger

  • El gusto requiere madurez. Un
    niño estimulado sexualmente no tiene la capacidad para
    manejar sus sensaciones eróticas — lo que lo
    confunde y lo frustra

  • Descubrir los límites del placer
    propio y el que otorgamos, pero nunca, libremente a quienes
    lo piden de nosotros

  • Disfrutar de cada situación y
    momento, sin sacrificarnos a la voluntad y a las salacidades
    de nadie más

  • La comunicación positiva y
    abierta como monitor al placer — tenemos que establecer
    límites: ¡Siempre!

  • Apasionarnos con nuestra vida y
    defender nuestro cuerpo y nuestra moralidad a la
    vez.

Los
manuales

Desde que Ovidio nos introdujo a su Ars
Amatoria
, y el Kama Sutra se publicara, la historia
de la humanidad está salpicada por "manuales amorosos",
del que La Canción de Salomón (o El
Cantar de los Cantares
) se destaca como representante del
erotismo sagrado.

El Kama Sutra

Este es un recetario para sexo
hedonístico que existe desde hacen unos dos mil
años AEC.

Como todo libro de receta,
éste, no se atañe con las consecuencias de lo que
se recomienda, sino que se proponen métodos de
lograr el mayor placer voluptuoso posible, para quienes los
utilizan.

En este manual muchos
dependían para enriquecer su arsenal de conocimientos en
al área del sexo y del contacto carnal.

Ahora, gracias al Internet, tenemos el
"Cíber-sex" y la "Teledildónica",
la pornografía en el servidor, y mucho
más llegará, porque el sexo por deporte se
vende.

El naufragio por Jean
Benner

En
resumen

El "juego sexual" no es juego. Es como el
comer por gusto, que, como pasatiempo, tampoco es jugar; a menos
que lo que se juegue sea con la salud y el bienestar
emocional.

El juego sexual, como tal, solamente existe
en la mentalidad hedonista de quienes viven sin propósito
sus vidas de relaciones físicas, sin sentido moral u
obligación espiritual.

Pero, el "juego sexual", entendido como una
transacción interpersonal por medio de la cual dos
individuos se funden física y emocionalmente, representa
la sinfonía exquisita del placer de vivir.

En la vida, realmente, no hay juegos —
mucho menos, juegos sexuales.

Toda cultura humana consideró el
sexo una iniciación importante con repercusiones sociales
y psicológicas. No algo que se descargaba al azar y sin
pensarlo.

Para quienes nos exhortan
diciéndonos: "Hazlo, porque es bueno" — debemos
preguntar: "Bueno, sí… pero bueno: ¿para
quién? — ¿para ti o para mí?"

Fin de la lección.

Mujer secándose el pie
por Edgar Degas

Bibliografía

  • Larocca, FEF: El Sexo Como
    Función y el Sexo Como Proceso
    en
    monografías.com

  • Larocca, FEF: Las Zonas
    Erógenas: El Ser Humano y su Sexualidad
    en
    monografías.com

  • Larocca, FEF: Amor y Sexo en la
    Adolescencia
    en monografías.com

Para una colección de
artículos acerca de este tema por el mismo
autor:

http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?query=sexo%20larocca

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F.
Larocca

 

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