Espacio y tiempo: dos fenómenos de la realidad
objetiva – Monografias.com
Espacio y tiempo: dos fenómenos
de la realidad objetiva
Cerremos los ojos. Pensemos en un punto
fijo en un espacio y tiempo determinado y desde ese punto ideemos
una línea recta y después un cuadrado, un cubo, un
cono y finalmente ideemos el mundo de forma geométrica.
¿A partir de qué concepto hemos realizado este
sencillo experimento mental? ¿Por qué comenzar por
un punto, bajo la premisa ontológica de un espacio y un
tiempo absoluto? ¿Existe "materialmente" ese objeto
ideado?
Toda la geometría tradicional parte desde una
perspectiva bidimensional [1]de la
concepción pura del punto para significar algo en el
mundo. Y si nos acercamos al significado como interrogante
epistemológica, es decir a través de proposiciones
lógicas, entonces debemos afirmar junto a la Física
Moderna que este punto no existe, porque aunque esta sea la
mínima expresión del espacio, en última
instancia el punto está formado por átomos que
desaparecen en un reflejo de ondas cuánticas
arremolinadas.
No podemos afirmar que al realizar proposiciones de
existencia se formalizan bajo preceptos de puntos fijos y
absolutos en el espacio y en el tiempo sino que todo es un
proceso de transformaciones, en el cual los límites que se
le impongan al objeto son los propios límites que se le
pueden poner al conocimiento.
Creer que un punto geométrico (si se desea ser
riguroso, plasmado en un sistema de coordenadas) puede cambiar
constantemente de estado según su circunstancia, por lo
tanto comprende su ubicación tanto como materia y como
onda, es decir que puede estar en varios lugares en el mismo
tiempo y en diversos espacios y manifestarse en cada lapso de
diversas maneras, no significa que estemos en presencia de lo
incognoscible. Profundizando en estos elementos, nos apoyaremos
en las ideas abordadas por F. Engels en "Dialéctica de la
naturaleza": "se reducen las cosas sensibles a abstracciones, y
luego se las quiere conocer por medio de los sentidos, ver el
tiempo y oler el espacio. El empírico se entrega tan de
lleno al hábito de la experiencia empírica, que
hasta cuando maneja abstracciones cree moverse en el campo de la
experiencia sensible. ¡Sabemos lo que es una hora o un
metro, pero no lo que es el tiempo o el espacio¡
¡Cómo si el tiempo fuese otra cosa que una serie de
horas, o el espacio otra cosa que una serie de metros
cúbicos! Las dos formas de la existencia de la materia no
son, naturalmente, nada sin la materia, solamente ideas vacuas,
abstracciones que sólo existen en nuestra cabeza! Y se
dice que no sabemos tampoco qué son la materia y el
movimiento! ¡Naturalmente que no, pues hasta ahora nadie ha
visto o percibido de cualquier otro modo la materia en cuanto tal
o el movimiento en cuanto tal, sino solamente las diferentes
materias y formas de movimiento que realmente existen! La materia
no es otra cosa que el conjunto de materias de que se abstrae ese
concepto; el movimiento en cuanto tal es simplemente el conjunto
de todas las formas de movimiento perceptibles por medio de los
sentidos; palabras como materia y movimiento son, sencillamente,
abreviaturas en las que condensamos muchas cosas diferentes
perceptibles por los sentidos…Por tanto, sólo
podemos conocer la materia y el movimiento investigando las
diferentes materias y formas de movimiento que
existen…"(Engels F, p.200)
Cuestionarse entonces si ya la materia no existe sino
solo fenómenos sensibles que tiene significación
simbólica a medida que representan "algo" para mí y
en mí es sin duda retroceder en el tiempo y llegar a la
polémica que entabló Lenin desde su texto
clásico Materialismo y Empiriocriticismo con los
filósofos y físicos de finales del siglo XIX y
principios del XX, que ante la presencia del derrumbe del
edificio creado por la física mecánica de Galileo,
Newton y Descartes, se llegó a negar la realidad objetiva
del mundo.
¿Es acaso esta polémica filosófica
vieja y barrunta de arcaísmos verbales y en última
instancia inservible para los avances de la tecnociencia y de
concepciones modernas como la Teoría de los Cuantos, del
Caos, de Gaia o de las Nanotecnologías?
La relevancia del proceso crítico, reflexivo y
analítico de Lenin es que la Ciencia Moderna no puede
desatender el problema que a nivel lógico
epistemológico y ontológico plantean, es decir no
se puede olvidar que la materia ni se crea ni se destruye solo se
transforma con o sin la presencia observadora del hombre y que la
realidad existe independiente de la conciencia del hombre, al
mismo tiempo insistió sobre el carácter aproximado,
relativo, de toda tesis científica acerca de la estructura
de la materia y de sus propiedades; sobre la ausencia de
líneas absolutas de demarcación en la naturaleza,
sobre la transformación de la materia en movimiento de un
estado en otro, (Lenin, p. 288) por lo tanto:
1. Que arribemos a estados de incertidumbre y
entropía en el objeto observado no significa que
estemos en terreno de lo incognoscible, no estamos bajo los
preceptos de una Lógica Trascendental kantiana, sino
que no conocer el objeto no es una consecuencia del
"más allá" sino que es el devenir
epistemológico (en palabras de Hegel, en un proceso
dialéctico autorreflexivo del ser) del conocimiento
humano.2. Que precisemos de razonamientos abstractos y
abstrusos que se "alejen" de la realidad, es decir estudiemos
de forma pura el movimiento, la energía y la materia
(como la solución de Galileo a las cuestiones del
movimiento y el reposo en base a los sistemas de referencia,
es decir el movimiento rectilíneo uniforme), no
significa que se deba separar lo sensible, de lo racional. Lo
sensible es una forma de conocimiento que se imbrica
indisolublemente con lo "puramente"
teórico.3. Que precisemos de diversos sistemas de
referencia para comprender un fenómeno, así
como que se descubran diversas formas y expresiones de la
materia como los neutrinos y los quarks no significa que
debemos echar a un lado la relación entre lo sensible
y el objeto y que el idealismo subjetivo berkeliano, que no
reconoce la importancia de la materia como fenómeno
objetivo e independiente del hombre, sirva para fundamentar
filosóficamente los descubrimientos
científicos.4. Que no se puede perder de vista que los
descubrimientos científicos (y sus propios hacedores)
deben sustentarse en un razonamiento y en una corriente
filosófica (la materialista dialéctica en
última instancia) que no abran las puertas a posturas
como las de Mach, Avenarius o Heisenberg en que el observador
y lo observado se relacionan de una manera puramente
subjetivista, pues se desvía el proceso de
conocimiento hacia lo incognoscible, pues la naturaleza
existe no solo independiente de cualquier tipo de conciencia
(no necesariamente humana) sino que es posible su
conocimiento en la medida en que observador y objeto se
interrelacionan y evolucionan en un proceso dialéctico
complejo.
En la historia del pensamiento han existido dos formas
de acercarse al objeto de conocimiento en un tiempo y un espacio
determinado: la intuición y el razonamiento y siempre han
aparecido múltiples dudas acerca de estas
metodologías de investigación. ¿Cuál
de los dos métodos permite un mejor acercamiento al objeto
en correspondencia con la verdad?
Aristóteles, utilizando el método
inductivo, en su volumen Mecánica
afirmaría con respecto al movimiento que "El cuerpo en
movimiento se detiene cuando la fuerza que lo empuja deja de
actuar".
En efecto, la realidad cotidiana, asimilando el
método inductivo, asegura que existe una relación
directamente proporcional entre el cuerpo y la fuerza que
actúa sobre este para que exista movimiento. Pero
inmediatamente surgen las preguntas: ¿La relación
proporcional existente entre cuerpo y fuerza es verdadera con
respecto a qué? ¿El movimiento de un cuerpo depende
de una fuerza actuante en todos los casos posibles?
Siglos después, el científico Galileo
Galilei echaría abajo este tipo de procedimiento intuitivo
al interrogarse sobre el movimiento en el tiempo y en el espacio
y llegó a la conocida conclusión de que un cuerpo
se mantendría, ya fuera en movimiento o en reposo, en
movimiento rectilíneo uniforme siempre que sobre él
no actúen fuerzas exteriores que modifiquen su estado
inicial, es decir que realiza una idealización del
movimiento para llegar a la forma pura o "idealizada" de este
concepto.
Siguiendo este método de razonamiento planteamos
que si estas condiciones son válidas para un sistema
entonces será igualmente válido para cualquier otro
sistema con condiciones iniciales idénticas al primer
sistema. Si nos llevamos por la lógica formal si el
conjunto A es C y B es A, entonces por consecuencia lógica
B es C[2]
Se sucede del método inductivo a un acceso
interpretativo del objeto cognoscente en que "las conclusiones
son verdaderas según nuestra interpretación
sólo si las conclusiones, que deben ser aceptables en
cuanto derivables de los axiomas, son exactamente aquellas que
serían verdaderas para cualquier interpretación que
hiciera verdaderos los axiomas. (Moriconi, Enrico, p.
113).
Entonces para Galileo el tiempo y el espacio son
objetivos, cualidades propias e inseparables de los cuerpos
materiales (Abbagnano, N. p. 138 Tomo II). El pensador italiano
fijaba la materia en una indivisibilidad que solo permitía
asimilar las formas de tiempo y espacio como conceptos
predecibles, si no varían las variables en el sistema de
referencia es posible determinar las variables espaciales y
temporales tanto en el pasado como en el futuro.
Sobre la base conceptual de Galileo, Isaac Newton y Rene
Descartes le dieron una forma más acabada y aún
más abstracta a lo que hoy se denomina como
Mecánica Clásica. A la conclusión que
llegó Galileo acerca del movimiento rectilíneo
uniforme, Newton lo denominó la Ley de la Inercia. Se debe
destacar que el método que emplearon los dos
científicos geniales se realiza a partir de una
especulación del pensamiento, donde el experimento es
plenamente mental y no puede llevarse jamás a la
experiencia concreta, es decir no puede inferirse de una realidad
objetiva. ¿Mas, esta afirmación debe asimilarse
como necesariamente verdadera o puede ser refutada?
Para Newton el espacio y el tiempo son absolutos y
relativos. En primer término existen independientemente de
nosotros, son homogéneos e inmóviles y no pueden
ser percibidos por el hombre no así el espacio y el tiempo
relativos, el primero es la posición con relación a
algunos cuerpos "y – según Newton- que en la vida
diaria se toma por el espacio inmóvil, como
dimensión de un espacio subterráneo, aéreo,
celeste, determinada por su posición con respecto a la
Tierra"; y el segundo "es la medida de la duración, que
utilizamos en la vida diaria en lugar del tiempo
matemático real (o sea absoluto) tal como una hora, un
día, un mes o un año" (Newton, p.
132-133).
Fidel Castro Díaz-Balart argüiría que
"el tiempo en la concepción newtoniana es algo absoluto;
es la duración uniforme y corriente del pasado al futuro.
Se presenta como un "recipiente de acontecimientos", la marcha de
los acontecimientos no influye en el curso del tiempo" (Castro,
p.32).
Es decir, que si partimos de un sistema de referencia en
el cual obtenemos todas las variables matemáticas
necesarias para analizar un determinado fenómeno en un
tiempo y un espacio podemos predecir lo que sucederá en el
futuro e incluso asegurar cómo surgió el sistema.
La operacionalización del objeto es predecible siempre que
podamos asegurar en un tiempo y espacio relativo su movimiento
relativo.
Esta lógica de pensamiento trascendió a
casi todos los saberes de la época y se llegó a
pensar que sin las leyes de Newton no se podía explicar
ningún fenómeno natural ni social sin tener como
base una concepción determinista, en la cual las dudas, la
incertidumbre y la posibilidad no formaban parte de los modelos
físicos matemáticos (ni de otras disciplinas como
la incipiente biología, la química y las ciencias
sociales).
Descartes, influenció fuertemente en el
pensamiento de su época al desarrollar una visión
geométrica analítica del espacio y el tiempo en
tanto los veía fundamentalmente al espacio como una
extensión donde materia y espacio estaban fusionados, es
decir no podía existir espacios vacíos a partir de
su concepción geométrica así como el tiempo
adquiría un carácter discreto y era un problema de
Dios la causa última de existencia de los objetos de la
naturaleza.
Si bien se lograron relevantes avances y descubrimientos
en el área de las ciencias naturales, no fue quizás
hasta los aportes de Maxwell con la teoría del campo que
el edificio creado por Galileo, Newton y Descartes comenzara a
encontrarse fisuras.
Para el físico y ayudante de Einstein, Leopold
Infeld, "la teoría de Maxwell, que gobierna los
fenómenos eléctricos y ópticos es una
teoría de campo porque en ella el elemento esencial es la
descripción de cambios que se expanden continuamente a
través del espacio y del tiempo. De este modo el concepto
de campo está en oposición con el concepto de
partículas simples de la concepción
mecánica" (Leopold, p.20).
El descubrimiento de las ondas es imprescindible para
después comprender en el siglo XX la teoría de la
relatividad de Einstein, porque nos demuestra que existen algunos
tipos de ondas que pueden ser analizados a través de las
variables mecanicistas, pero existen otros tipos de ondas como
las de la luz en que los dos principios de Galileo no funcionan
de forma correcta, a saber el principio de la relatividad y el de
la suma de la velocidades. El famoso experimento de
Michelson-Morley (1887) demostró en contra de las
concepciones mecanicistas que no existen diversas velocidades de
luz sino que existe un solo sistema, en palabras de Einstein, el
sistema.
Debemos tener en claro que el problema de la velocidad
de las ondas electromagnéticas queda dilucidado si
planteamos como teorema que estas son siempre la misma, no
importa que el observador esté o no en movimiento y que la
luz es parte de un fenómeno más general que forma
parte de las varias tipologías de ondas que emiten los
cuerpos celestes.
Para facilitar la metodología y
comprensión del espectro electromagnético se
dividen en seis bandas: radio, infrarrojo, visible, ultravioleta,
rayos X y rayos gamma. Según el astrónomo mexicano
Luis Rodríguez "Estas distintas ondas tienen propiedades
muy similares, pero lo que las diferencia es su longitud de onda
(estos es, la separación entre dos crestas consecutivas de
la onda)" .[3]
Entonces, a partir de la concepción mecanicista
¿cómo representarnos la materia, sólo como
cuerpos celestes o como sustancia percibida, podemos seguir
afirmando que el espacio y el tiempo son conceptos absolutos?
"…el espacio y el tiempo son formas objetivas y reales del
ser. En el universo no hay más que materia en movimiento,
y la materia en movimiento no puede moverse de otro modo que en
el espacio y en el tiempo. Las representaciones humanas sobre el
espacio y el tiempo son relativas…La mutabilidad de las
representaciones humanas sobre el espacio y el tiempo no refuta
la realidad objetiva de uno y otro…" (Lenin,
p.189)
Sin dudas, se iniciaba a finales del siglo XIX una
revolución en el pensamiento científico, ("la
Física Contemporánea está dando a luz. Da a
luz el materialismo dialéctico. El parto es doloroso. Y
con el ser viviente y viable se expulsan ineludiblemente algunos
productos muertos, algunos desechos destinados al basurero"),
(Lenin, p. 347) y se comenzó a hablar de la crisis de las
ciencias naturales y en esa discusión apareció la
vieja polémica entre el materialismo y el idealismo. Se
pensó que la concepción de la realidad objetiva
independiente de nosotros era parte del derrumbe teórico
que se avecinaba. Lenin emprende una lucha en el campo
teórico y filosófico con figuras como Mach,
Poincaré, quienes negaban la objetividad del espacio y el
tiempo absolutos y son interpretados como sistemas ordenados de
complejos de sensaciones.
Lenin defiende la postura filosófica de que
aunque hubiera una transformación del pensamiento y una
crítica a la mecánica clásica no significaba
primero que se negara de plano la realidad objetiva del tiempo y
del espacio (en el sentido físico apoya la
concepción newtoniana) independiente de la conciencia del
hombre, pues no deja de ser un error epistemológico
afirmar que solo el tiempo y el espacio tienen significado si
existe un ser conciente para percibir esta existencia y se
"amoldan" de forma dependientes al ser que percibe.
Y segundo, tener en cuenta la transformación de
las "cosas en si" en "cosas para nosotros"…los seres fuera
del tiempo y del espacio, creados por los curas y admitidos por
la imaginación de las masas ignorantes y oprimidas de la
humanidad son productos de una fantasía enfermiza, tretas
del idealismo filosófico, fruto inservible de un
régimen social malo. Puede quedar anticuada, y envejece
cada día, la doctrina de la ciencia sobre la estructura de
la sustancia, sobre la composición química de los
alimentos, sobre el átomo y el electrón, pero no
puede envejecer la verdad de que al hombre le es imposible
nutrirse de pensamientos y engendrar hijos con el solo amor
platónico". (Lenin, p.200)
Los principios teóricos-cognoscitivos de Mach
negaban los valores de verdad de las teorías moleculares
porque no aceptaban el criterio ya aceptado por Lenin de que "La
materia desaparece quiere decir que desaparecen los
límites dentro de los cuales conocíamos la materia
hasta ahora y que nuestro conocimiento se profundiza; desaparecen
propiedades de la materia que anteriormente nos parecían
absolutas, inmutables, primarias (…) y que hoy se revelan
como relativas, inherentes solamente a ciertos estados de la
materia. Porque la única "propiedad" de la
materia, con cuya admisión está ligado el
materialismo filosófico, es la propiedad de ser una
realidad objetiva, de existir fuera de nuestra conciencia"
(Lenin, p. 286).
Uno de los aportes de Mach a la física fue el
desarrollo del método por analogías aunque cuando
lo aplicó a las concepciones filosóficas se indujo
a errores epistemológicos importantes que influyeron
decisivamente en su propio quehacer científico.
En el proceso de transformación del calor en
trabajo Mach consideró plausible emplear la
metodología por analogías entre la caída del
agua y la realización por consecuencia lógica de un
trabajo y la correspondencia entre el transcurso del calor desde
el calefactor de un refrigerador y la generación
(también por consecuencia lógica) de un trabajo,
probando el teorema sobre el coeficiente de eficiencia de las
máquinas térmicas.
Al realizar la analogía a los sistemas sociales
argüiría que "la manifestación de similitudes
tiene además un valor en el sentido de la economía
de pensamiento, extendiendo puntos de vista ya conocidos a
mayores regiones que las originales" (Historia de la
física p. 16 tomo I).
El método por analogías utilizado por Mach
es importante en el razonamiento por hipótesis porque
pueden clarificar las similitudes entre fenómenos en
apariencias disímiles. Es decir, el conjunto A presenta
las propiedades a, b y c; y se conocen además las
cualidades del conjunto B a´, b´, c´, d´.
Si por analogía se puede demostrar por deducción
que las propiedades a, b y c del conjunto A son similares a las
cualidades a´, b´, c´ del conjunto B, entonces
por analogía probablemente dentro de las propiedades del
conjunto A exista la propiedad d, idéntica a la cualidad
d´.
Por supuesto que este tipo de deducción puede
conducir a errores por su nivel de idealización, es
necesaria para que se cumpla una rigurosa tipología
experimental que pruebe el proceso deductivo. Cuando Mach realiza
la traslación hipotética al pensamiento
filosófico plantea que "el tiempo y el espacio son
sensaciones de orientación que, con las sensaciones de los
órganos de los sentidos, determinan el encadenamiento de
reacciones de adaptación biológicas adecuadas. En
el sentido físico, el tiempo y el espacio son
interdependencias de los elementos físicos" (Mach en
Lenin, p. 192)
Al realizar la analogía Mach cae en un error de
interpretación porque si bien las sensaciones de espacio y
de tiempo dan al hombre una orientación
biológicamente adecuada, Lenin aseveraría que esto
sucede "exclusivamente a condición de que estas
sensaciones reflejen la realidad objetiva fuera del hombre: el
hombre no hubiera podido adaptarse biológicamente al
medio, si sus sensaciones no le hubieran dado una idea de
él objetivamente acertada" (Lenin p. 192).
Sobre el método de razonamiento por
hipótesis Mach defendería que observar el objeto
desde un punto de vista materialista "es imponerse una
restricción innecesaria. No hay ninguna necesidad de
concebir las cosas puramente mentales en el espacio, es decir en
las relaciones con lo visible y lo tangible" (Mach en Lenin,
p.193).
El problema de los niveles de abstracción para
estudiar un objeto, es decir la fiabilidad o no del conocimiento
por inferencia ha sido siempre un punto ampliamente debatido. Por
ejemplo, el atomista lógico Bertrand Russell plantea que
el principio de abstracción "es aplicable en el caso de
toda relación simétrica y transitiva, como la
igualdad. Podemos inferir que tales relaciones nacen de la
posesión de alguna cualidad común (…)
Tómese la magnitud por ejemplo. Es fácil suponer
que existe una cierta cualidad, a la que se denomina "longitud",
pero toda proposición en que aparezca esta supuesta
cualidad conservará inalterado su valor de verdad"
(Russell en Ayer, p. 40).
Aunque las deducciones lógicas básicas que
defiende Russell de que debe haber una fiabilidad en
relación con la verdad entre proposición
lógica y el objeto del conocimiento ya han sido rebasadas
por la filosofía del siglo XX porque Russell formaliza
totalmente el mundo en que vivimos perdiendo de vista que existe
una relación entre significado literal y el
metafórico, entre la necesidad lógica (cometiendo
un error conceptual en la interpretación del tercero
excluido en la clásica polémica de los nombres
propios) y la lógica intencional de los mundos posibles,
entre la dependencia del contexto, los conceptos ad hoc vistos
como un proceso de construcción específico de la
práctica social cotidiana y la lógica predicativa;
a Russell no le queda ninguna duda de que aunque podamos
idealizar el concepto de magnitud no se puede perder de vista que
si este concepto debe corresponder a estados de verdad, entonces
necesita verificación en el mundo objetivo para saber la
fiabilidad del conocimiento a priori. Si bien Russell se
separa del conocimiento sintético de Kant
(alineándose a la incipiente filosofía
analítica del Frege) reconoce que entre concepto y objeto
existe "una cualidad común"[4].
Lenin, por su parte, sin pretender negar el valor del
principio de abstracción en el proceso de conocimiento
humano, sin abandonar su propia metodología materialista
dialéctica no puede estar de acuerdo con Mach en desechar
la idea del carácter objetivo del espacio y el tiempo y
nos asevera que "una cosa es saber cómo percibe el hombre
el espacio precisamente por medio de los diferentes
órganos de los sentidos y cómo se forman de esas
percepciones los conceptos abstractos del espacio en el curso de
un largo desarrollo histórico, y otra completamente
distinta es saber si la realidad objetiva, independiente de la
humanidad, corresponde a esas percepciones y a esos conceptos de
la humanidad" (Lenin, p.201).
Con los descubrimientos que se habían realizado
en la ciencia desde mediados del siglo XIX, muchas de las
teorías que había planteado la física como
inmutables comenzaron a ponerse en duda al estudiarse por ejemplo
la cantidad de movimiento lineal (Tercera Ley de Newton) en el
campo electromagnético. El método por
analogías no respondía a todas las variables con
las cuales se estaba experimentando y se llegó a pensar en
una crisis de la física.
El pensador Henri Poincaré escribe que "hay
indicios de una seria crisis en la física. Ante nosotros
se alzan las "ruinas" de los viejos principios". Y más
adelante cuestionaría la objetividad de la ciencia
planteando que para él es "precisamente la misma que la fe
en los objetos exteriores. Estos objetos son reales por cuanto
las sensaciones que nos suscitan nos parecen como unidas entre
sí por no sé qué cemento indestructible y no
por el azar de un día" (Poincaré en Lenin p.
323).
Esta afirmación, deudora de las ideas de Mach,
pone en el mismo punto de partida el problema entre la
objetividad de la ciencia y la realidad objetiva de los objetos
exteriores, porque sin bien Poincaré se percata de que el
tiempo y el espacio son fenómenos relativos (no absolutos)
y que el análisis del objeto se puede realizar en
dependencia del sistema de referencia del observador,
además se percata que con las variables de la
mecánica clásica con que está trabajando no
son suficientes para explicar los complejos problemas que se le
están avecinando, cuando realiza el recorrido de la
física a la filosofía, este escepticismo acerca de
las propiedades de la materia y sobre los sistemas lo trastoca
con la negación de la realidad objetiva en una suerte de
"fe" que abre paso a un idealismo subjetivo.
Poincaré solo admite objetos en tanto haya
alguien que pueda percibirlos: ¿Debemos afirmar con el
físico francés que la materia solo existe mientras
exista un ser pensante?
Este importante físico afirmaría que "Todo
lo que no sea pensamiento es la pura nada; pues nosotros no
podemos pensar más que el pensamiento". (Poincaré
en Lenin, p.323-324).
Es difícil comprender cómo porque no
exista un ser pensante no deba existir un universo de hechos y
fenómenos independientes de ese pensamiento. Sus
aseveraciones abren paso hacia una postura en que las respuestas
a lo desconocido pueden ser respondidas a través de las
concepciones mágico-religiosas que diseminan los
verdaderos problemas científicos.
Las posiciones de Lenin en relación a los
vínculos entre el sujeto, el objeto y lo exterior nos
permiten adquirir una visión clara cuando nos acercamos a
los descubrimientos más recientes del hombre.
Es conocido que la Teoría de la Relatividad de
Albert Einstein, además de ser influyente en el
pensamiento del siglo XX, esclareció dos aspectos
fundamentales en cuanto a la relación de espacio y tiempo:
El principio de relatividad en los sistemas inerciales
(fenómenos ópticos y electromagnéticos
trascurren de igual manera) y la independencia de la velocidad de
la luz en el vacío respecto al movimiento.
La solución de Einstein cambia la
dirección de las investigaciones porque al decir de Castro
Díaz-Balart "ya no existe punto de reposo absoluto, no hay
comienzo absoluto, no hay nada absolutamente invariable, no hay
ninguna sustancia absoluta, y en general, no hay nada absoluto".
(Castro Díaz-Balart p. 75)
Considerar la relatividad del espacio y el tiempo no
significa en ninguna medida que no podamos conocer la verdad
objetiva en un determinado contexto. Que no podamos realizar
generalizaciones absolutas en la argumentación de
teorías no significa que no existan valores de verdad
objetivos.
Enfrentarse a nuevos conceptos de necesidad,
contingencia y causalidad es la puerta que abre Einstein y de la
que se apropia la teoría cuántica que
demostró que la materia definida en la física
clásica está contenida de manera sistémica
en un nivel subatómico "en pautas de probabilidades en
forma de ondas". (Capra, p.49)
Uno de sus fundadores Heisenberg argüiría
que "Lo que observamos, no es la naturaleza en sí misma,
sino la naturaleza expuesta a nuestro método de
observación". (Capra p.60)
Adecuar la realidad de los conceptos a los objetos
exteriores es el regreso al idealismo subjetivo de Berkeley, si
bien desde un punto de vista lógico es un método
para probar la teoría a manera de metalenguaje, no podemos
reducir los fenómenos de la naturaleza a nuestro
pensamiento, es un determinismo que no permite adquirir en
palabras de Einstein "una concatenación lógica
entre la teoría y la observación… Cuanto
más simple es nuestra imagen del mundo exterior y cuanto
mayor es el número de hechos que abarca, con tanta mayor
fuerza refleja en nuestra conciencia la armonía del
universo". (Einstein y Infeld p. 142)
La definición de valores de Heisenberg es del
tipo p es verdadero si y solo si s y s es verdadero
si y solo si p, en una traslación de variables, en la
cual el metalenguaje se resguarda con su aparato
lógico-conceptual de un error a nivel
epistemológico con respecto a la realidad exterior, no
importa en qué mundo posible.
Desde una visión dialéctica materialista,
el metalenguaje es solo un método del que se apropia el
científico para probar las hipótesis, pero no el
suficiente, confiar ciegamente en el poder de
argumentación de hipótesis sin tener presente el
papel no solo de la experiencia social sino de la "armonía
del universo" en el conocimiento es en palabras de Lenin "negar
la forma objetiva y real del ser".
La física cuántica, no obstante,
permitió percatarse (entre otros avances) de que la
naturaleza es una red interconectada de relaciones y la
identificación del objeto depende del observador y del
conocimiento humano. Todo está conectado con
todo.
La visión de Lenin nos permite tener una base
metodológica para comprender e interpretar los nuevos
avances de la tecnociencia desde los conceptos de espacio y
tiempo sin perder de vista el significado de la verdad
objetiva.
Aunque existan nuevos avances donde se pongan en tela de
juicio teorías durante mucho tiempo arraigadas en el
pensamiento humano, no significa que la concepción
dialéctica materialista haya que desecharla sino al
contrario, se confirma su veracidad, pues la perspectiva de que
los fenómenos existen y que la verdad está
ahí, es útil para saber que lo que el hombre puede
conocer del universo es infinito y que las diversas
manifestaciones en que se nos presentan los fenómenos no
es solo una cuestión de transformaciones de conceptos en
la cabeza del hombre que correlaciona con la realidad sino que la
realidad va adquiriendo diversas manifestaciones en dependencia
de cómo el hombre va avanzando en su conocimiento, la
verdad objetiva del mundo exterior existe independiente de si el
hombre la conoce, la comprende o no.
La visión sobre el caos y las estructuras
disipativas de Ilya Prigogine nos dejan, desde una visión
leninista y la confirman, que aunque la flecha del tiempo no es
tal, que no se puede predecir el futuro porque es no lineal, que
el orden es una manifestación del desorden o caos no se
puede "negar la forma objetiva y real del ser".
Si bien las matemáticas demostraron que con una
ecuación que introduce determinados niveles de caos en una
fórmula o en un conjunto de fórmulas realizando una
cartografía logística del tipo
x= kx (1 – x)
es difícil controlar el resultado lo que
convierte la ecuación en irreversible, existe una
estructura definible que puede ser "cartografiada" en el espacio
y el tiempo; asimismo sucede con la idea de la geometría
fractal, que aunque se creen a partir de la definición
matemática del fractal puntos que no pueden ser
predecibles y que no poseen una causa definida, tienen una
estructura igualmente definible.
Aunque la matemática aparezca como el estudio de
hechos abstractos que no tienen relación con la realidad
exterior[5]el matemático no puede existir
sin tener un desarrollo cognitivo y perceptual que solo se
adquiere en la medida en que necesita de un contacto con el
exterior y con el entramado social. La creación de
conceptos ad hoc a partir de conceptos ya conocidos
precisa de una relación compleja entre la realidad
objetiva, las sensaciones y el sistema cognitivo. Las
investigaciones en estos campos solo han confirmado las
hipótesis metodológicas leninistas.
De igual manera la nanotecnología es una
disciplina que está dando resultados en diversos campos
del pensamiento porque a partir de un conjunto de técnicas
que posibilitan la manipulación de una materia individual
llevada a una escala de átomos se puede determinar el
carácter, las propiedades y la naturaleza del material. Es
una nueva visión que permite trabajar con los materiales
en todos los niveles, es decir en la química, la
biología, la física, lo que precisa de una
reflexión profundamente filosófica sobre la vida
cotidiana de los sujetos en la medida en que se pueden
transformar todas las cosas en diversos espacios y tiempos,
según los objetivos que se planteen.
Ante el desafío de la tecnociencia, debemos
adquirir una visión compleja del mundo con una base
metodológica adecuada que permita interpretar los
fenómenos en la justa medida en la que se desenvuelven en
su tiempo y espacio para poder aplicarla con efectividad en todos
los campos y disciplinas. Los errores epistemológicos
acerca de la realidad objetiva de Mach o Heisenberg cuando
realizaron una correspondencia entre la física y la
filosofía sin detenerse en sus particularidades y
generalidades, son clara evidencia de que con una visión
dialéctica materialista del mundo se pueden avizorar sin
temores los desafíos que nos depara la humanidad y el
universo.
Concluimos con las ideas asentadas por la
filósofa cubana, Zaira Rodríguez Ugidos, que el
surgimiento y desarrollo de la filosofía marxista y
leninista marca un tránsito revolucionario con
relación a las viejas construcciones especulativas de "la
filosofía de la naturaleza y la historia", en tanto
constituye una filosofía que responde a las exigencias de
la vida social, es auténtica, crítica y nueva. Las
repercusiones de orden teórico y práctico que
emanan del conocimiento que nos legaron Marx, Engels y Lenin
conforman la premisa indispensable que permitirá discernir
entre el verdadero camino que queda aún por andar
y el riesgo que entraña desandar el camino
andado. (Rodríguez, Z. p.7)
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Autor:
Dra. Célida Valdés
Menocal
Lic. Giovanni Fernández
Valdés
[1] Tridimensional en el caso del espacio y
unidireccional en el del tiempo
[2] Este principio es denominado como el de
la relatividad de Galileo. El segundo principio de Galileo es
la Ley de la Suma de las Velocidades a partir de dos sistemas
de referencias o más, por ejemplo la velocidad de un
cuerpo con respecto a la velocidad de la Tierra. Un
automóvil se mueve a 80 km/h quiere decir que se mueve a
esa velocidad con respecto a otros sistema de referencia, en
este caso la Tierra.
[3] “Si la longitud de onda es de 0,55
millonésimas de metro, el ojo humano capta dicha onda
como el color verde y cada color es producido por una longitud
de onda dada. Pero, si la longitud de onda es menor que 0,4
millonésimas de metro, o mayor de 0,7
millonésimas de metro, el ojo humano es insensitivo a
ella. En otras palabras, fuera de este intervalo de longitudes
de onda, la radiación es invisible para nosotros”.
(Rodríguez, Luis, p. 42).
[4] Para el filósofo matemático
Moriconi, esta “cualidad común” es
interpretada a través de un sistema axiomático;
“la consecuencia es que la atención se desplaza
del “significado” de los términos primitivos
a las relaciones que conectan los axiomas con las otras
afirmaciones, los teoremas, realizados dentro de la
teoría. El sentido del desplazamiento es que los
segundos serán verdaderos de cualquier estructura de
objetos que satisfaga los primeros. Un sistema de axiomas
constituye de esta manera una definición
implícita (para Russell son description definite) de los
“objetos” de la teoría, en el sentido que el
sistema caracteriza una clase de estructuras”. (Gesto de
la filosofía, p. 114)
[5] Por ejemplo, algunos músicos
plantean la teoría de que no necesitan de la realidad
exterior para realizar sus obras, esta creencia permite pensar
en que al músico lo visitan seres sobrenaturales, que
son representantes de la palabra de Dios, entre otras
opiniones, pero desde un punto de vista dialéctico
materialista, si no hay un entramado social y si no existe una
realidad exterior sería muy difícil la
creación de la música, pues todo está en
relación con todo. Según la gramática
generativa, la biología contemporánea y la
neurociencia al sujeto no se le desarrollan las facultades
perceptivas ni conceptuales sin el contacto con el mundo
exterior, ni con el social. Entonces, la hipótesis de
que el matemático y el músico no necesitan de una
realidad exterior para crear ya sean teorías
matemáticas o partituras musicales es totalmente
falsa.