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Espacio y tiempo: dos fenómenos de la realidad objetiva




    Espacio y tiempo: dos fenómenos de la realidad
    objetiva – Monografias.com

    Espacio y tiempo: dos fenómenos
    de la realidad objetiva

    Cerremos los ojos. Pensemos en un punto
    fijo en un espacio y tiempo determinado y desde ese punto ideemos
    una línea recta y después un cuadrado, un cubo, un
    cono y finalmente ideemos el mundo de forma geométrica.
    ¿A partir de qué concepto hemos realizado este
    sencillo experimento mental? ¿Por qué comenzar por
    un punto, bajo la premisa ontológica de un espacio y un
    tiempo absoluto? ¿Existe "materialmente" ese objeto
    ideado?

    Toda la geometría tradicional parte desde una
    perspectiva bidimensional [1]de la
    concepción pura del punto para significar algo en el
    mundo. Y si nos acercamos al significado como interrogante
    epistemológica, es decir a través de proposiciones
    lógicas, entonces debemos afirmar junto a la Física
    Moderna que este punto no existe, porque aunque esta sea la
    mínima expresión del espacio, en última
    instancia el punto está formado por átomos que
    desaparecen en un reflejo de ondas cuánticas
    arremolinadas.

    No podemos afirmar que al realizar proposiciones de
    existencia se formalizan bajo preceptos de puntos fijos y
    absolutos en el espacio y en el tiempo sino que todo es un
    proceso de transformaciones, en el cual los límites que se
    le impongan al objeto son los propios límites que se le
    pueden poner al conocimiento.

    Creer que un punto geométrico (si se desea ser
    riguroso, plasmado en un sistema de coordenadas) puede cambiar
    constantemente de estado según su circunstancia, por lo
    tanto comprende su ubicación tanto como materia y como
    onda, es decir que puede estar en varios lugares en el mismo
    tiempo y en diversos espacios y manifestarse en cada lapso de
    diversas maneras, no significa que estemos en presencia de lo
    incognoscible. Profundizando en estos elementos, nos apoyaremos
    en las ideas abordadas por F. Engels en "Dialéctica de la
    naturaleza": "se reducen las cosas sensibles a abstracciones, y
    luego se las quiere conocer por medio de los sentidos, ver el
    tiempo y oler el espacio. El empírico se entrega tan de
    lleno al hábito de la experiencia empírica, que
    hasta cuando maneja abstracciones cree moverse en el campo de la
    experiencia sensible. ¡Sabemos lo que es una hora o un
    metro, pero no lo que es el tiempo o el espacio¡
    ¡Cómo si el tiempo fuese otra cosa que una serie de
    horas, o el espacio otra cosa que una serie de metros
    cúbicos! Las dos formas de la existencia de la materia no
    son, naturalmente, nada sin la materia, solamente ideas vacuas,
    abstracciones que sólo existen en nuestra cabeza! Y se
    dice que no sabemos tampoco qué son la materia y el
    movimiento! ¡Naturalmente que no, pues hasta ahora nadie ha
    visto o percibido de cualquier otro modo la materia en cuanto tal
    o el movimiento en cuanto tal, sino solamente las diferentes
    materias y formas de movimiento que realmente existen! La materia
    no es otra cosa que el conjunto de materias de que se abstrae ese
    concepto; el movimiento en cuanto tal es simplemente el conjunto
    de todas las formas de movimiento perceptibles por medio de los
    sentidos; palabras como materia y movimiento son, sencillamente,
    abreviaturas en las que condensamos muchas cosas diferentes
    perceptibles por los sentidos…Por tanto, sólo
    podemos conocer la materia y el movimiento investigando las
    diferentes materias y formas de movimiento que
    existen…"(Engels F, p.200)

    Cuestionarse entonces si ya la materia no existe sino
    solo fenómenos sensibles que tiene significación
    simbólica a medida que representan "algo" para mí y
    en mí es sin duda retroceder en el tiempo y llegar a la
    polémica que entabló Lenin desde su texto
    clásico Materialismo y Empiriocriticismo con los
    filósofos y físicos de finales del siglo XIX y
    principios del XX, que ante la presencia del derrumbe del
    edificio creado por la física mecánica de Galileo,
    Newton y Descartes, se llegó a negar la realidad objetiva
    del mundo.

    ¿Es acaso esta polémica filosófica
    vieja y barrunta de arcaísmos verbales y en última
    instancia inservible para los avances de la tecnociencia y de
    concepciones modernas como la Teoría de los Cuantos, del
    Caos, de Gaia o de las Nanotecnologías?

    La relevancia del proceso crítico, reflexivo y
    analítico de Lenin es que la Ciencia Moderna no puede
    desatender el problema que a nivel lógico
    epistemológico y ontológico plantean, es decir no
    se puede olvidar que la materia ni se crea ni se destruye solo se
    transforma con o sin la presencia observadora del hombre y que la
    realidad existe independiente de la conciencia del hombre, al
    mismo tiempo insistió sobre el carácter aproximado,
    relativo, de toda tesis científica acerca de la estructura
    de la materia y de sus propiedades; sobre la ausencia de
    líneas absolutas de demarcación en la naturaleza,
    sobre la transformación de la materia en movimiento de un
    estado en otro, (Lenin, p. 288) por lo tanto:

    • 1. Que arribemos a estados de incertidumbre y
      entropía en el objeto observado no significa que
      estemos en terreno de lo incognoscible, no estamos bajo los
      preceptos de una Lógica Trascendental kantiana, sino
      que no conocer el objeto no es una consecuencia del
      "más allá" sino que es el devenir
      epistemológico (en palabras de Hegel, en un proceso
      dialéctico autorreflexivo del ser) del conocimiento
      humano.

    • 2. Que precisemos de razonamientos abstractos y
      abstrusos que se "alejen" de la realidad, es decir estudiemos
      de forma pura el movimiento, la energía y la materia
      (como la solución de Galileo a las cuestiones del
      movimiento y el reposo en base a los sistemas de referencia,
      es decir el movimiento rectilíneo uniforme), no
      significa que se deba separar lo sensible, de lo racional. Lo
      sensible es una forma de conocimiento que se imbrica
      indisolublemente con lo "puramente"
      teórico.

    • 3. Que precisemos de diversos sistemas de
      referencia para comprender un fenómeno, así
      como que se descubran diversas formas y expresiones de la
      materia como los neutrinos y los quarks no significa que
      debemos echar a un lado la relación entre lo sensible
      y el objeto y que el idealismo subjetivo berkeliano, que no
      reconoce la importancia de la materia como fenómeno
      objetivo e independiente del hombre, sirva para fundamentar
      filosóficamente los descubrimientos
      científicos.

    • 4. Que no se puede perder de vista que los
      descubrimientos científicos (y sus propios hacedores)
      deben sustentarse en un razonamiento y en una corriente
      filosófica (la materialista dialéctica en
      última instancia) que no abran las puertas a posturas
      como las de Mach, Avenarius o Heisenberg en que el observador
      y lo observado se relacionan de una manera puramente
      subjetivista, pues se desvía el proceso de
      conocimiento hacia lo incognoscible, pues la naturaleza
      existe no solo independiente de cualquier tipo de conciencia
      (no necesariamente humana) sino que es posible su
      conocimiento en la medida en que observador y objeto se
      interrelacionan y evolucionan en un proceso dialéctico
      complejo.

    En la historia del pensamiento han existido dos formas
    de acercarse al objeto de conocimiento en un tiempo y un espacio
    determinado: la intuición y el razonamiento y siempre han
    aparecido múltiples dudas acerca de estas
    metodologías de investigación. ¿Cuál
    de los dos métodos permite un mejor acercamiento al objeto
    en correspondencia con la verdad?

    Aristóteles, utilizando el método
    inductivo, en su volumen Mecánica
    afirmaría con respecto al movimiento que "El cuerpo en
    movimiento se detiene cuando la fuerza que lo empuja deja de
    actuar".

    En efecto, la realidad cotidiana, asimilando el
    método inductivo, asegura que existe una relación
    directamente proporcional entre el cuerpo y la fuerza que
    actúa sobre este para que exista movimiento. Pero
    inmediatamente surgen las preguntas: ¿La relación
    proporcional existente entre cuerpo y fuerza es verdadera con
    respecto a qué? ¿El movimiento de un cuerpo depende
    de una fuerza actuante en todos los casos posibles?

    Siglos después, el científico Galileo
    Galilei echaría abajo este tipo de procedimiento intuitivo
    al interrogarse sobre el movimiento en el tiempo y en el espacio
    y llegó a la conocida conclusión de que un cuerpo
    se mantendría, ya fuera en movimiento o en reposo, en
    movimiento rectilíneo uniforme siempre que sobre él
    no actúen fuerzas exteriores que modifiquen su estado
    inicial, es decir que realiza una idealización del
    movimiento para llegar a la forma pura o "idealizada" de este
    concepto.

    Siguiendo este método de razonamiento planteamos
    que si estas condiciones son válidas para un sistema
    entonces será igualmente válido para cualquier otro
    sistema con condiciones iniciales idénticas al primer
    sistema. Si nos llevamos por la lógica formal si el
    conjunto A es C y B es A, entonces por consecuencia lógica
    B es C[2]

    Se sucede del método inductivo a un acceso
    interpretativo del objeto cognoscente en que "las conclusiones
    son verdaderas según nuestra interpretación
    sólo si las conclusiones, que deben ser aceptables en
    cuanto derivables de los axiomas, son exactamente aquellas que
    serían verdaderas para cualquier interpretación que
    hiciera verdaderos los axiomas. (Moriconi, Enrico, p.
    113).

    Entonces para Galileo el tiempo y el espacio son
    objetivos, cualidades propias e inseparables de los cuerpos
    materiales (Abbagnano, N. p. 138 Tomo II). El pensador italiano
    fijaba la materia en una indivisibilidad que solo permitía
    asimilar las formas de tiempo y espacio como conceptos
    predecibles, si no varían las variables en el sistema de
    referencia es posible determinar las variables espaciales y
    temporales tanto en el pasado como en el futuro.

    Sobre la base conceptual de Galileo, Isaac Newton y Rene
    Descartes le dieron una forma más acabada y aún
    más abstracta a lo que hoy se denomina como
    Mecánica Clásica. A la conclusión que
    llegó Galileo acerca del movimiento rectilíneo
    uniforme, Newton lo denominó la Ley de la Inercia. Se debe
    destacar que el método que emplearon los dos
    científicos geniales se realiza a partir de una
    especulación del pensamiento, donde el experimento es
    plenamente mental y no puede llevarse jamás a la
    experiencia concreta, es decir no puede inferirse de una realidad
    objetiva. ¿Mas, esta afirmación debe asimilarse
    como necesariamente verdadera o puede ser refutada?

    Para Newton el espacio y el tiempo son absolutos y
    relativos. En primer término existen independientemente de
    nosotros, son homogéneos e inmóviles y no pueden
    ser percibidos por el hombre no así el espacio y el tiempo
    relativos, el primero es la posición con relación a
    algunos cuerpos "y – según Newton- que en la vida
    diaria se toma por el espacio inmóvil, como
    dimensión de un espacio subterráneo, aéreo,
    celeste, determinada por su posición con respecto a la
    Tierra"; y el segundo "es la medida de la duración, que
    utilizamos en la vida diaria en lugar del tiempo
    matemático real (o sea absoluto) tal como una hora, un
    día, un mes o un año" (Newton, p.
    132-133).

    Fidel Castro Díaz-Balart argüiría que
    "el tiempo en la concepción newtoniana es algo absoluto;
    es la duración uniforme y corriente del pasado al futuro.
    Se presenta como un "recipiente de acontecimientos", la marcha de
    los acontecimientos no influye en el curso del tiempo" (Castro,
    p.32).

    Es decir, que si partimos de un sistema de referencia en
    el cual obtenemos todas las variables matemáticas
    necesarias para analizar un determinado fenómeno en un
    tiempo y un espacio podemos predecir lo que sucederá en el
    futuro e incluso asegurar cómo surgió el sistema.
    La operacionalización del objeto es predecible siempre que
    podamos asegurar en un tiempo y espacio relativo su movimiento
    relativo.

    Esta lógica de pensamiento trascendió a
    casi todos los saberes de la época y se llegó a
    pensar que sin las leyes de Newton no se podía explicar
    ningún fenómeno natural ni social sin tener como
    base una concepción determinista, en la cual las dudas, la
    incertidumbre y la posibilidad no formaban parte de los modelos
    físicos matemáticos (ni de otras disciplinas como
    la incipiente biología, la química y las ciencias
    sociales).

    Descartes, influenció fuertemente en el
    pensamiento de su época al desarrollar una visión
    geométrica analítica del espacio y el tiempo en
    tanto los veía fundamentalmente al espacio como una
    extensión donde materia y espacio estaban fusionados, es
    decir no podía existir espacios vacíos a partir de
    su concepción geométrica así como el tiempo
    adquiría un carácter discreto y era un problema de
    Dios la causa última de existencia de los objetos de la
    naturaleza.

    Si bien se lograron relevantes avances y descubrimientos
    en el área de las ciencias naturales, no fue quizás
    hasta los aportes de Maxwell con la teoría del campo que
    el edificio creado por Galileo, Newton y Descartes comenzara a
    encontrarse fisuras.

    Para el físico y ayudante de Einstein, Leopold
    Infeld, "la teoría de Maxwell, que gobierna los
    fenómenos eléctricos y ópticos es una
    teoría de campo porque en ella el elemento esencial es la
    descripción de cambios que se expanden continuamente a
    través del espacio y del tiempo. De este modo el concepto
    de campo está en oposición con el concepto de
    partículas simples de la concepción
    mecánica" (Leopold, p.20).

    El descubrimiento de las ondas es imprescindible para
    después comprender en el siglo XX la teoría de la
    relatividad de Einstein, porque nos demuestra que existen algunos
    tipos de ondas que pueden ser analizados a través de las
    variables mecanicistas, pero existen otros tipos de ondas como
    las de la luz en que los dos principios de Galileo no funcionan
    de forma correcta, a saber el principio de la relatividad y el de
    la suma de la velocidades. El famoso experimento de
    Michelson-Morley (1887) demostró en contra de las
    concepciones mecanicistas que no existen diversas velocidades de
    luz sino que existe un solo sistema, en palabras de Einstein, el
    sistema.

    Debemos tener en claro que el problema de la velocidad
    de las ondas electromagnéticas queda dilucidado si
    planteamos como teorema que estas son siempre la misma, no
    importa que el observador esté o no en movimiento y que la
    luz es parte de un fenómeno más general que forma
    parte de las varias tipologías de ondas que emiten los
    cuerpos celestes.

    Para facilitar la metodología y
    comprensión del espectro electromagnético se
    dividen en seis bandas: radio, infrarrojo, visible, ultravioleta,
    rayos X y rayos gamma. Según el astrónomo mexicano
    Luis Rodríguez "Estas distintas ondas tienen propiedades
    muy similares, pero lo que las diferencia es su longitud de onda
    (estos es, la separación entre dos crestas consecutivas de
    la onda)" .[3]

    Entonces, a partir de la concepción mecanicista
    ¿cómo representarnos la materia, sólo como
    cuerpos celestes o como sustancia percibida, podemos seguir
    afirmando que el espacio y el tiempo son conceptos absolutos?
    "…el espacio y el tiempo son formas objetivas y reales del
    ser. En el universo no hay más que materia en movimiento,
    y la materia en movimiento no puede moverse de otro modo que en
    el espacio y en el tiempo. Las representaciones humanas sobre el
    espacio y el tiempo son relativas…La mutabilidad de las
    representaciones humanas sobre el espacio y el tiempo no refuta
    la realidad objetiva de uno y otro…" (Lenin,
    p.189)

    Sin dudas, se iniciaba a finales del siglo XIX una
    revolución en el pensamiento científico, ("la
    Física Contemporánea está dando a luz. Da a
    luz el materialismo dialéctico. El parto es doloroso. Y
    con el ser viviente y viable se expulsan ineludiblemente algunos
    productos muertos, algunos desechos destinados al basurero"),
    (Lenin, p. 347) y se comenzó a hablar de la crisis de las
    ciencias naturales y en esa discusión apareció la
    vieja polémica entre el materialismo y el idealismo. Se
    pensó que la concepción de la realidad objetiva
    independiente de nosotros era parte del derrumbe teórico
    que se avecinaba. Lenin emprende una lucha en el campo
    teórico y filosófico con figuras como Mach,
    Poincaré, quienes negaban la objetividad del espacio y el
    tiempo absolutos y son interpretados como sistemas ordenados de
    complejos de sensaciones.

    Lenin defiende la postura filosófica de que
    aunque hubiera una transformación del pensamiento y una
    crítica a la mecánica clásica no significaba
    primero que se negara de plano la realidad objetiva del tiempo y
    del espacio (en el sentido físico apoya la
    concepción newtoniana) independiente de la conciencia del
    hombre, pues no deja de ser un error epistemológico
    afirmar que solo el tiempo y el espacio tienen significado si
    existe un ser conciente para percibir esta existencia y se
    "amoldan" de forma dependientes al ser que percibe.

    Y segundo, tener en cuenta la transformación de
    las "cosas en si" en "cosas para nosotros"…los seres fuera
    del tiempo y del espacio, creados por los curas y admitidos por
    la imaginación de las masas ignorantes y oprimidas de la
    humanidad son productos de una fantasía enfermiza, tretas
    del idealismo filosófico, fruto inservible de un
    régimen social malo. Puede quedar anticuada, y envejece
    cada día, la doctrina de la ciencia sobre la estructura de
    la sustancia, sobre la composición química de los
    alimentos, sobre el átomo y el electrón, pero no
    puede envejecer la verdad de que al hombre le es imposible
    nutrirse de pensamientos y engendrar hijos con el solo amor
    platónico". (Lenin, p.200)

    Los principios teóricos-cognoscitivos de Mach
    negaban los valores de verdad de las teorías moleculares
    porque no aceptaban el criterio ya aceptado por Lenin de que "La
    materia desaparece quiere decir que desaparecen los
    límites dentro de los cuales conocíamos la materia
    hasta ahora y que nuestro conocimiento se profundiza; desaparecen
    propiedades de la materia que anteriormente nos parecían
    absolutas, inmutables, primarias (…) y que hoy se revelan
    como relativas, inherentes solamente a ciertos estados de la
    materia. Porque la única "propiedad" de la
    materia, con cuya admisión está ligado el
    materialismo filosófico, es la propiedad de ser una
    realidad objetiva,
    de existir fuera de nuestra conciencia"
    (Lenin, p. 286).

    Uno de los aportes de Mach a la física fue el
    desarrollo del método por analogías aunque cuando
    lo aplicó a las concepciones filosóficas se indujo
    a errores epistemológicos importantes que influyeron
    decisivamente en su propio quehacer científico.

    En el proceso de transformación del calor en
    trabajo Mach consideró plausible emplear la
    metodología por analogías entre la caída del
    agua y la realización por consecuencia lógica de un
    trabajo y la correspondencia entre el transcurso del calor desde
    el calefactor de un refrigerador y la generación
    (también por consecuencia lógica) de un trabajo,
    probando el teorema sobre el coeficiente de eficiencia de las
    máquinas térmicas.

    Al realizar la analogía a los sistemas sociales
    argüiría que "la manifestación de similitudes
    tiene además un valor en el sentido de la economía
    de pensamiento, extendiendo puntos de vista ya conocidos a
    mayores regiones que las originales" (Historia de la
    física p. 16 tomo I).

    El método por analogías utilizado por Mach
    es importante en el razonamiento por hipótesis porque
    pueden clarificar las similitudes entre fenómenos en
    apariencias disímiles. Es decir, el conjunto A presenta
    las propiedades a, b y c; y se conocen además las
    cualidades del conjunto B a´, b´, c´, d´.
    Si por analogía se puede demostrar por deducción
    que las propiedades a, b y c del conjunto A son similares a las
    cualidades a´, b´, c´ del conjunto B, entonces
    por analogía probablemente dentro de las propiedades del
    conjunto A exista la propiedad d, idéntica a la cualidad
    d´.

    Por supuesto que este tipo de deducción puede
    conducir a errores por su nivel de idealización, es
    necesaria para que se cumpla una rigurosa tipología
    experimental que pruebe el proceso deductivo. Cuando Mach realiza
    la traslación hipotética al pensamiento
    filosófico plantea que "el tiempo y el espacio son
    sensaciones de orientación que, con las sensaciones de los
    órganos de los sentidos, determinan el encadenamiento de
    reacciones de adaptación biológicas adecuadas. En
    el sentido físico, el tiempo y el espacio son
    interdependencias de los elementos físicos" (Mach en
    Lenin, p. 192)

    Al realizar la analogía Mach cae en un error de
    interpretación porque si bien las sensaciones de espacio y
    de tiempo dan al hombre una orientación
    biológicamente adecuada, Lenin aseveraría que esto
    sucede "exclusivamente a condición de que estas
    sensaciones reflejen la realidad objetiva fuera del hombre: el
    hombre no hubiera podido adaptarse biológicamente al
    medio, si sus sensaciones no le hubieran dado una idea de
    él objetivamente acertada" (Lenin p. 192).

    Sobre el método de razonamiento por
    hipótesis Mach defendería que observar el objeto
    desde un punto de vista materialista "es imponerse una
    restricción innecesaria. No hay ninguna necesidad de
    concebir las cosas puramente mentales en el espacio, es decir en
    las relaciones con lo visible y lo tangible" (Mach en Lenin,
    p.193).

    El problema de los niveles de abstracción para
    estudiar un objeto, es decir la fiabilidad o no del conocimiento
    por inferencia ha sido siempre un punto ampliamente debatido. Por
    ejemplo, el atomista lógico Bertrand Russell plantea que
    el principio de abstracción "es aplicable en el caso de
    toda relación simétrica y transitiva, como la
    igualdad. Podemos inferir que tales relaciones nacen de la
    posesión de alguna cualidad común (…)
    Tómese la magnitud por ejemplo. Es fácil suponer
    que existe una cierta cualidad, a la que se denomina "longitud",
    pero toda proposición en que aparezca esta supuesta
    cualidad conservará inalterado su valor de verdad"
    (Russell en Ayer, p. 40).

    Aunque las deducciones lógicas básicas que
    defiende Russell de que debe haber una fiabilidad en
    relación con la verdad entre proposición
    lógica y el objeto del conocimiento ya han sido rebasadas
    por la filosofía del siglo XX porque Russell formaliza
    totalmente el mundo en que vivimos perdiendo de vista que existe
    una relación entre significado literal y el
    metafórico, entre la necesidad lógica (cometiendo
    un error conceptual en la interpretación del tercero
    excluido en la clásica polémica de los nombres
    propios) y la lógica intencional de los mundos posibles,
    entre la dependencia del contexto, los conceptos ad hoc vistos
    como un proceso de construcción específico de la
    práctica social cotidiana y la lógica predicativa;
    a Russell no le queda ninguna duda de que aunque podamos
    idealizar el concepto de magnitud no se puede perder de vista que
    si este concepto debe corresponder a estados de verdad, entonces
    necesita verificación en el mundo objetivo para saber la
    fiabilidad del conocimiento a priori. Si bien Russell se
    separa del conocimiento sintético de Kant
    (alineándose a la incipiente filosofía
    analítica del Frege) reconoce que entre concepto y objeto
    existe "una cualidad común"[4].

    Lenin, por su parte, sin pretender negar el valor del
    principio de abstracción en el proceso de conocimiento
    humano, sin abandonar su propia metodología materialista
    dialéctica no puede estar de acuerdo con Mach en desechar
    la idea del carácter objetivo del espacio y el tiempo y
    nos asevera que "una cosa es saber cómo percibe el hombre
    el espacio precisamente por medio de los diferentes
    órganos de los sentidos y cómo se forman de esas
    percepciones los conceptos abstractos del espacio en el curso de
    un largo desarrollo histórico, y otra completamente
    distinta es saber si la realidad objetiva, independiente de la
    humanidad, corresponde a esas percepciones y a esos conceptos de
    la humanidad" (Lenin, p.201).

    Con los descubrimientos que se habían realizado
    en la ciencia desde mediados del siglo XIX, muchas de las
    teorías que había planteado la física como
    inmutables comenzaron a ponerse en duda al estudiarse por ejemplo
    la cantidad de movimiento lineal (Tercera Ley de Newton) en el
    campo electromagnético. El método por
    analogías no respondía a todas las variables con
    las cuales se estaba experimentando y se llegó a pensar en
    una crisis de la física.

    El pensador Henri Poincaré escribe que "hay
    indicios de una seria crisis en la física. Ante nosotros
    se alzan las "ruinas" de los viejos principios". Y más
    adelante cuestionaría la objetividad de la ciencia
    planteando que para él es "precisamente la misma que la fe
    en los objetos exteriores. Estos objetos son reales por cuanto
    las sensaciones que nos suscitan nos parecen como unidas entre
    sí por no sé qué cemento indestructible y no
    por el azar de un día" (Poincaré en Lenin p.
    323).

    Esta afirmación, deudora de las ideas de Mach,
    pone en el mismo punto de partida el problema entre la
    objetividad de la ciencia y la realidad objetiva de los objetos
    exteriores, porque sin bien Poincaré se percata de que el
    tiempo y el espacio son fenómenos relativos (no absolutos)
    y que el análisis del objeto se puede realizar en
    dependencia del sistema de referencia del observador,
    además se percata que con las variables de la
    mecánica clásica con que está trabajando no
    son suficientes para explicar los complejos problemas que se le
    están avecinando, cuando realiza el recorrido de la
    física a la filosofía, este escepticismo acerca de
    las propiedades de la materia y sobre los sistemas lo trastoca
    con la negación de la realidad objetiva en una suerte de
    "fe" que abre paso a un idealismo subjetivo.

    Poincaré solo admite objetos en tanto haya
    alguien que pueda percibirlos: ¿Debemos afirmar con el
    físico francés que la materia solo existe mientras
    exista un ser pensante?

    Este importante físico afirmaría que "Todo
    lo que no sea pensamiento es la pura nada; pues nosotros no
    podemos pensar más que el pensamiento". (Poincaré
    en Lenin, p.323-324).

    Es difícil comprender cómo porque no
    exista un ser pensante no deba existir un universo de hechos y
    fenómenos independientes de ese pensamiento. Sus
    aseveraciones abren paso hacia una postura en que las respuestas
    a lo desconocido pueden ser respondidas a través de las
    concepciones mágico-religiosas que diseminan los
    verdaderos problemas científicos.

    Las posiciones de Lenin en relación a los
    vínculos entre el sujeto, el objeto y lo exterior nos
    permiten adquirir una visión clara cuando nos acercamos a
    los descubrimientos más recientes del hombre.

    Es conocido que la Teoría de la Relatividad de
    Albert Einstein, además de ser influyente en el
    pensamiento del siglo XX, esclareció dos aspectos
    fundamentales en cuanto a la relación de espacio y tiempo:
    El principio de relatividad en los sistemas inerciales
    (fenómenos ópticos y electromagnéticos
    trascurren de igual manera) y la independencia de la velocidad de
    la luz en el vacío respecto al movimiento.

    La solución de Einstein cambia la
    dirección de las investigaciones porque al decir de Castro
    Díaz-Balart "ya no existe punto de reposo absoluto, no hay
    comienzo absoluto, no hay nada absolutamente invariable, no hay
    ninguna sustancia absoluta, y en general, no hay nada absoluto".
    (Castro Díaz-Balart p. 75)

    Considerar la relatividad del espacio y el tiempo no
    significa en ninguna medida que no podamos conocer la verdad
    objetiva en un determinado contexto. Que no podamos realizar
    generalizaciones absolutas en la argumentación de
    teorías no significa que no existan valores de verdad
    objetivos.

    Enfrentarse a nuevos conceptos de necesidad,
    contingencia y causalidad es la puerta que abre Einstein y de la
    que se apropia la teoría cuántica que
    demostró que la materia definida en la física
    clásica está contenida de manera sistémica
    en un nivel subatómico "en pautas de probabilidades en
    forma de ondas". (Capra, p.49)

    Uno de sus fundadores Heisenberg argüiría
    que "Lo que observamos, no es la naturaleza en sí misma,
    sino la naturaleza expuesta a nuestro método de
    observación". (Capra p.60)

    Adecuar la realidad de los conceptos a los objetos
    exteriores es el regreso al idealismo subjetivo de Berkeley, si
    bien desde un punto de vista lógico es un método
    para probar la teoría a manera de metalenguaje, no podemos
    reducir los fenómenos de la naturaleza a nuestro
    pensamiento, es un determinismo que no permite adquirir en
    palabras de Einstein "una concatenación lógica
    entre la teoría y la observación… Cuanto
    más simple es nuestra imagen del mundo exterior y cuanto
    mayor es el número de hechos que abarca, con tanta mayor
    fuerza refleja en nuestra conciencia la armonía del
    universo". (Einstein y Infeld p. 142)

    La definición de valores de Heisenberg es del
    tipo p es verdadero si y solo si s y s es verdadero
    si y solo si p
    , en una traslación de variables, en la
    cual el metalenguaje se resguarda con su aparato
    lógico-conceptual de un error a nivel
    epistemológico con respecto a la realidad exterior, no
    importa en qué mundo posible.

    Desde una visión dialéctica materialista,
    el metalenguaje es solo un método del que se apropia el
    científico para probar las hipótesis, pero no el
    suficiente, confiar ciegamente en el poder de
    argumentación de hipótesis sin tener presente el
    papel no solo de la experiencia social sino de la "armonía
    del universo" en el conocimiento es en palabras de Lenin "negar
    la forma objetiva y real del ser".

    La física cuántica, no obstante,
    permitió percatarse (entre otros avances) de que la
    naturaleza es una red interconectada de relaciones y la
    identificación del objeto depende del observador y del
    conocimiento humano. Todo está conectado con
    todo.

    La visión de Lenin nos permite tener una base
    metodológica para comprender e interpretar los nuevos
    avances de la tecnociencia desde los conceptos de espacio y
    tiempo sin perder de vista el significado de la verdad
    objetiva.

    Aunque existan nuevos avances donde se pongan en tela de
    juicio teorías durante mucho tiempo arraigadas en el
    pensamiento humano, no significa que la concepción
    dialéctica materialista haya que desecharla sino al
    contrario, se confirma su veracidad, pues la perspectiva de que
    los fenómenos existen y que la verdad está
    ahí, es útil para saber que lo que el hombre puede
    conocer del universo es infinito y que las diversas
    manifestaciones en que se nos presentan los fenómenos no
    es solo una cuestión de transformaciones de conceptos en
    la cabeza del hombre que correlaciona con la realidad sino que la
    realidad va adquiriendo diversas manifestaciones en dependencia
    de cómo el hombre va avanzando en su conocimiento, la
    verdad objetiva del mundo exterior existe independiente de si el
    hombre la conoce, la comprende o no.

    La visión sobre el caos y las estructuras
    disipativas de Ilya Prigogine nos dejan, desde una visión
    leninista y la confirman, que aunque la flecha del tiempo no es
    tal, que no se puede predecir el futuro porque es no lineal, que
    el orden es una manifestación del desorden o caos no se
    puede "negar la forma objetiva y real del ser".

    Si bien las matemáticas demostraron que con una
    ecuación que introduce determinados niveles de caos en una
    fórmula o en un conjunto de fórmulas realizando una
    cartografía logística del tipo

    x= kx (1 – x)

    es difícil controlar el resultado lo que
    convierte la ecuación en irreversible, existe una
    estructura definible que puede ser "cartografiada" en el espacio
    y el tiempo; asimismo sucede con la idea de la geometría
    fractal, que aunque se creen a partir de la definición
    matemática del fractal puntos que no pueden ser
    predecibles y que no poseen una causa definida, tienen una
    estructura igualmente definible.

    Aunque la matemática aparezca como el estudio de
    hechos abstractos que no tienen relación con la realidad
    exterior[5]el matemático no puede existir
    sin tener un desarrollo cognitivo y perceptual que solo se
    adquiere en la medida en que necesita de un contacto con el
    exterior y con el entramado social. La creación de
    conceptos ad hoc a partir de conceptos ya conocidos
    precisa de una relación compleja entre la realidad
    objetiva, las sensaciones y el sistema cognitivo. Las
    investigaciones en estos campos solo han confirmado las
    hipótesis metodológicas leninistas.

    De igual manera la nanotecnología es una
    disciplina que está dando resultados en diversos campos
    del pensamiento porque a partir de un conjunto de técnicas
    que posibilitan la manipulación de una materia individual
    llevada a una escala de átomos se puede determinar el
    carácter, las propiedades y la naturaleza del material. Es
    una nueva visión que permite trabajar con los materiales
    en todos los niveles, es decir en la química, la
    biología, la física, lo que precisa de una
    reflexión profundamente filosófica sobre la vida
    cotidiana de los sujetos en la medida en que se pueden
    transformar todas las cosas en diversos espacios y tiempos,
    según los objetivos que se planteen.

    Ante el desafío de la tecnociencia, debemos
    adquirir una visión compleja del mundo con una base
    metodológica adecuada que permita interpretar los
    fenómenos en la justa medida en la que se desenvuelven en
    su tiempo y espacio para poder aplicarla con efectividad en todos
    los campos y disciplinas. Los errores epistemológicos
    acerca de la realidad objetiva de Mach o Heisenberg cuando
    realizaron una correspondencia entre la física y la
    filosofía sin detenerse en sus particularidades y
    generalidades, son clara evidencia de que con una visión
    dialéctica materialista del mundo se pueden avizorar sin
    temores los desafíos que nos depara la humanidad y el
    universo.

    Concluimos con las ideas asentadas por la
    filósofa cubana, Zaira Rodríguez Ugidos, que el
    surgimiento y desarrollo de la filosofía marxista y
    leninista marca un tránsito revolucionario con
    relación a las viejas construcciones especulativas de "la
    filosofía de la naturaleza y la historia", en tanto
    constituye una filosofía que responde a las exigencias de
    la vida social, es auténtica, crítica y nueva. Las
    repercusiones de orden teórico y práctico que
    emanan del conocimiento que nos legaron Marx, Engels y Lenin
    conforman la premisa indispensable que permitirá discernir
    entre el verdadero camino que queda aún por andar
    y el riesgo que entraña desandar el camino
    andado
    . (Rodríguez, Z. p.7)

    Bibliografía

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    Edición Ilustrada, La Habana, Tomo II, 2001.

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    Estudios. Instituto del Libro, La Habana, 1967

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    Materialismo y Empirocriticismo. Filosofía, Editorial de
    Ciencias Sociales, La Habana, 1989

    Capra Fritjov. La trama de la vida. Una nueva
    perspectiva de los sistemas vivos. Editorial Anagrama, Barcelona,
    1998

    Castro Díaz Balart Fidel. Espacio y tiempo en la
    filosofía y la física. Filosofía.

    Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1988

    Einstein Albert e Infeld Leopold. La física: una
    aventura del pensamiento. Editorial Científico
    Técnica, la Habana, 2008

    Engels Federico. Dialéctica de la naturaleza.
    Editora Política, La Habana, 1979.

    Infeld Leopold. ¿Qué dijo realmente
    Einstein? Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1973

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    Editorial Progreso, Moscú, 1983, Obras Completas, Tomo
    18

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    la filosofía hoy Edizioni ETS, Pisa, Imagen
    Contemporánea, La Habana, 2006

    Maturana Humberto y Varela Francisco. El árbol
    del conocimiento. Editorial Universitaria, Chile, 1994

    Prigogine Ilya. El fin de las certidumbres. Editorial
    Taurus, España, 1997

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    naturaleza específica del conocimiento filosófico.
    Universidad de La Habana, 1984.

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    San Nicolás Hidalgo, México, 2006

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    Taverna Cristina Compiladora. Selección de
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    Woods Alan y Grant Ted. Razón y
    Revolución. Filosofía marxista y ciencia moderna.
    Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2005

     

     

    Autor:

    Dra. Célida Valdés
    Menocal

    Lic. Giovanni Fernández
    Valdés

     

    [1] Tridimensional en el caso del espacio y
    unidireccional en el del tiempo

    [2] Este principio es denominado como el de
    la relatividad de Galileo. El segundo principio de Galileo es
    la Ley de la Suma de las Velocidades a partir de dos sistemas
    de referencias o más, por ejemplo la velocidad de un
    cuerpo con respecto a la velocidad de la Tierra. Un
    automóvil se mueve a 80 km/h quiere decir que se mueve a
    esa velocidad con respecto a otros sistema de referencia, en
    este caso la Tierra.

    [3] “Si la longitud de onda es de 0,55
    millonésimas de metro, el ojo humano capta dicha onda
    como el color verde y cada color es producido por una longitud
    de onda dada. Pero, si la longitud de onda es menor que 0,4
    millonésimas de metro, o mayor de 0,7
    millonésimas de metro, el ojo humano es insensitivo a
    ella. En otras palabras, fuera de este intervalo de longitudes
    de onda, la radiación es invisible para nosotros”.
    (Rodríguez, Luis, p. 42).

    [4] Para el filósofo matemático
    Moriconi, esta “cualidad común” es
    interpretada a través de un sistema axiomático;
    “la consecuencia es que la atención se desplaza
    del “significado” de los términos primitivos
    a las relaciones que conectan los axiomas con las otras
    afirmaciones, los teoremas, realizados dentro de la
    teoría. El sentido del desplazamiento es que los
    segundos serán verdaderos de cualquier estructura de
    objetos que satisfaga los primeros. Un sistema de axiomas
    constituye de esta manera una definición
    implícita (para Russell son description definite) de los
    “objetos” de la teoría, en el sentido que el
    sistema caracteriza una clase de estructuras”. (Gesto de
    la filosofía, p. 114)

    [5] Por ejemplo, algunos músicos
    plantean la teoría de que no necesitan de la realidad
    exterior para realizar sus obras, esta creencia permite pensar
    en que al músico lo visitan seres sobrenaturales, que
    son representantes de la palabra de Dios, entre otras
    opiniones, pero desde un punto de vista dialéctico
    materialista, si no hay un entramado social y si no existe una
    realidad exterior sería muy difícil la
    creación de la música, pues todo está en
    relación con todo. Según la gramática
    generativa, la biología contemporánea y la
    neurociencia al sujeto no se le desarrollan las facultades
    perceptivas ni conceptuales sin el contacto con el mundo
    exterior, ni con el social. Entonces, la hipótesis de
    que el matemático y el músico no necesitan de una
    realidad exterior para crear ya sean teorías
    matemáticas o partituras musicales es totalmente
    falsa.

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