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Hypatia de Alejandría



Partes: 1, 2

  1. Su
    vida
  2. Su
    obra
  3. Su
    pensamiento
  4. Su
    muerte
  5. Hypatia y la biblioteca de
    Alejandría
  6. Notas
  7. Bibliografía

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"Es algo terrible enseñar que
las supersticiones son verdades".

La vida es un des-plegamiento, y
cuanto más lejos viajamos mayor es la verdad que podemos
abarcar. "
Comprender las cosas que nos rodean es
la mejor preparación para comprender las cosas que hay
más allá
"." (Hypatia)

Su vida

Nace en 370? en Alejandría, Egipto y muere en la
misma ciudad en marzo de 415. Existen divergencias entre los
expertos sobre la fecha de nacimien-to de Hypatia. Las propuestas
oscilan entre el 355 y el 370 d.C., aunque la primera resulta
más verosímil; en otras palabras, es bastante
probable que la filósofa alejandrina rondara los 60
años cuando fue asesinada.

Su padre Theón fue estudioso de Euclides y
Talauma, los trabajos cono-

cidos de Theón son: "Los elementos de Euclides",
"El Data y la Óptica", también es reconocido su
trabajo en el "Almagesto" donde se exponen sus conocimientos de
astronomía. De la esposa de Theón no se conserva
ningún documento.

Theón y su hija Hypatia (palabra que en griego
significa la más grande) vivieron durante el reinado del
emperador Teodosio II en un clima de luchas religiosas donde el
cristianismo trataba de imponerse sobre el poder civil. Hypatia
nació en el seno de una familia pagana de clase alta, su
padre, el filósofo Theón, le inculcó desde
pequeña el amor por las matemá-

ticas, la astronomía y la
filosofía,además de estar en contacto constante con
sabios y aristócratas de la época y el acceso,
restringido para muchos, a libros, textos y manuscritos de
ciencias exactas. Ya de joven fue adquirien-

do una fuerte personalidad y amaba profundamente su
libertad. Cuando Theón le sentencia en tono paterno:
"Quiero hacer de ti una mujer libre"; Hypatia responde
lacónicamente: "Soy una mujer libre". Su fuerte
carácter y su deseo de libertad la hicieron una mujer
incómoda para las autoridades, especialmente las
eclesiásticas, ya que vivía haciendo caso omiso de
las convenciones y de las restricciones de la época, lo
que, en cierto modo, acabó costándole la
vida.

Para seguir con sus estudios Hypatia persuadió a
su padre para que la enviase a Atenas, en donde poder continuar
su preparación filosófica. Parece ser que en Atenas
siguió los cursos de la Escuela Filosófica dirigida
por Temistius, Plutarco el Joven y por su hija Asclepigenia. La
facilidad con la cual sacrificó todos sus otros intereses
por el cultivo de la mente le ganó la corona de laureles,
distinción que la Academia de Atenas tenía
reservado para sus más destacados alumnos. Hypatia usaba
esta corona como su mejor joya cada vez que aparecía en
público.

Según nos cuenta Sócrates Escolástico,
historiador del siglo V de nuestra era: "Había una mujer
en Alejandría que se llamaba Hypatia, hija del
filósofo Theón, que logró tales alcances en
literatura, filosofía y ciencia, que sobrepasó en
mucho a todos los filósofos de su propio tiempo.
Consiguió tal grado de cultura que superó de largo
a todos los filósofos contemporáneos. Heredera de
la escuela neoplatónica de Plotino, explicaba todas las
ciencias filosóficas a quien lo deseara. Con este motivo,
quien quería pensar filosóficamente iba desde
cualquier lugar hasta donde ella se encontraba. Era tal su fama,
que la gente acudía a las puertas de su casa sólo
para verla."

Desde el amanecer dedicaba varias horas al ejercicio
físico. Su padre ideó para ella una serie de
ejercicios de calistenia suave que practicaba regular-

mente, le enseñó a remar, nadar, montar a
caballo y a escalar montañas, y reservó una parte
de cada día para estos ejercicios, después tomaba
baños que la relajaban y le permitían concentrar la
mente para dedicarse, el resto del día, al estudio de las
ciencias, la música y la filosofía. Al parecer este
riguroso entrenamiento consiguió su objetivo pues el
historiador Sócrates Escolástico dice de Hypatia:
"la belleza, inteligencia y talento de esta mujer fueron
legendarios, superó a su padre en todos los campos del
saber, especialmente en la observación de los
astros".

Hypatia de Alejandría fue la primera mujer
que hizo contribuciones sustanciales al desarrollo de las
matemáticas. Era hija del matemático y
filósofo Theón de Alejandría y es casi
seguro que estudió matemáticas bajo la guía
e instrucción de su padre que supervisó la
formación de la hija y la educó en un ambiente de
pensamiento, decidido a que se convirtiera en "un ser humano
perfecto", en una época en que se solía considerar
que las mujeres eran menos que humanas, y desarrolló para
ella una preparación física e intelectual intensa a
fin de asegurarle un cuerpo saludable y una mente muy
lúcida. Theón instruyó a la hija en el
conocimiento de las diferentes religiones del mundo y le
enseñó las filosofías de los Clásicos
Griegos, el dominio de la lógica y la oratoria, así
como los principios del aprendizaje y el arte de la
enseñanza, lo cual motivó que personas de otras
ciudades vinieran a estudiar con ella. Luego, Hypatia
viajó a Grecia y a Italia, y todos los que la trataron
quedaron impresionados por su inteligencia y su
belleza. Al volver a Alejandría, se dedicó a la
enseñanza de matemáticas y la filosofía.
Enseñaba a miembros de todas las religiones, y fue titular
de una cátedra pública de Filosofía.
Según el enciclopedista bizantino Suidas, "fue
oficialmente nombrada para explicar las doctrinas de
Platón y Aristóteles". Los estudiantes iban a
Alejandría para asistir a las clases de Hypatia sobre
matemáticas, astronomía, filosofía y
mecánica.

Es notable que Hypatia haya llegado a ser directora de
la escuela platónica de Alejandría hacia el 400 d.
C. Allí impartía clases de matemáticas y
filosofía, enseñando, en particular,la
filosofía Neoplatónica.Hypatia basaba sus
enseñanzas en las de Plotino, el fundador del
Neoplatonismo, y de Jámbli- co, uno de los máximos
exponentes del Neoplatonismo alrededor del 300 d.C.
(1)

Plotino enseñaba que hay una realidad
última que está más allá del alcance
del pensamiento o del lenguaje. El objetivo de la vida era
apuntar a esta última realidad, la cual nunca podía
ser descrita con precisión. Plotino enfatizaba que las
personas no tenían la capacidad mental para entender
completamente la realidad última en sí misma ni
tampoco las consecuencias de su existencia.
Jámblico distinguía más niveles de realidad
en una jerarquía de niveles por debajo de la realidad
última. Había un nivel de realidad correspondiente
a cada pensamiento distintivo de los que es capaz la mente
humana. Hypatia enseñó estas ideas
filosóficas con un énfasis científico mayor
que los seguidores anteriores del Neoplatonismo. Todos los
comentaristas la describen como una maestra
carismática.

Hypatia llegó a simbolizar aprendizaje y ciencia,
lo que los cristianos orto- doxos identificaban con paganismo. Su
forma de vida, la de una mujer independiente y cultivada, estaba
en total contradicción con el ideal de mujer cristiana de
la época (Mackie, 1987). Sin embargo, entre los alumnos a
los que enseñó en Alejandría había
muchos cristianos importantes. Uno de los más famosos fue
Sinesio de Cirene, quien después sería obispo de
Ptolemaida. Se conservan muchas de las cartas que Sinesio
escribió a Hypatia y vemos a alguien que estaba lleno de
admiración y respeto por las habilidades
científicas y de aprendizaje de Hypatia.

Así sabemos por las epístolas de Sinesio
que la escuela de Hypatia,en Ale- jandría, trabajaba sobre
temas éticos y religiosos, y que era una comunidad que
trasmitía poco sus creencias e ideas, fiel reflejo del
ideal platónico, que consideraba el "culto a la
aristocracia", el Estado ideal de Platón. Aquellos
discípulos de Hypatia formaban parte de la alta sociedad
alejandrina, eran hijos de poderosas familias que, después
de formarse junto a Hypatia, muchos de ellos
alcanzaron altos cargos entre el poder civil y el
eclesiástico. Según nos dice Damascio: "Hypatia no
era popular entre el pueblo bajo, ella y sus alumnos viven
apartados de la demos". Asimismo gracias a las cartas de Sinesio,
escritas muchas de ellas desde Constantinopla donde era
embajador, sabemos el nombre de algunos de los discípulos
más desta- cados formados por Hypatia como: Herculano,
Hesequio, Isión, Siro,Pedro, Eutopio, Teotecno, Atanasio,
Teodosio, Gayo…

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Escribe Heath de Hypatia que:

"… por su elocuencia y autoridad … logró una
influencia tal que la cristian- dad se sintió amenazada
…"

Hypatia era cristiana a su manera, admitiendo a
cristianos y paganos en su escuela Neoplatónica.
Las fuerzas vivas del cristianismo, convertido desde el 391 en
religión oficial y única del Imperio Romano,
consideraban todo lo pagano, incluido el conocimiento
científico, como perseguible. En tiempos del obispo
Teófilo de Alejandría que tenía gran
influencia entre las clases altas de dicha ciudad, al igual que
Hypatia, obtuvo del emperador Teodosio una orden para demoler los
templos paganos de Alejandría, entre ellos el Mitreo y el
Serapeo y gran parte de la Biblioteca, lo que provocó
sangrientos disturbios entre paganos y cristianos.En
el lugar que ocupaba el Serapeo se construyó una iglesia
en honor a San Juan Bautista siguiendo los manda- tos de una ley
dirigida al Comes Orientis, en el año 397, que ordenaba
utili- zar la piedra de templos paganos destruídos para
obras públicas (Averil Cameron).

Muchos paganos se convirtieron ante la presión
que sufrían. Hypatia se negó e inicialmente
salvó el pellejo porque el gobernador romano la
ayudó frente a la jerarquía cristiana. Pero el
nuevo obispo de Alejandría, Cirilo –luego canonizado
por la Iglesia-, la tachó de bruja y
hechicera, y se cree que estuvo detrás de su
trágico final: en 415, Hypatia fue golpeada,desnudada,
violada, arrastrada por la ciudad y, finalmente,
asesinada.

Hypatia fue brutalmente asesinada por los monjes
parabolanos, monjes fanáticos de la iglesia de San Cirilo
de Jerusalén con el apoyo de los nitria- nos que eran una
secta de seguidores fanáticos de Cirilo. Según
Sócrates Escolástico, Hypatia fue asesinada: " por
una muchedumbre de atolondra- dos, impetuosos y violentos cuyo
líder y guía era un tal Pedro". Lo que
definitivamente parece indiscutible es que fue asesinada por
cristianos fanáticos que se sentían amenazados por
su erudición,sabiduría y la profun- didad de sus
conocimientos científicos.

Cualquiera que haya sido el motivo preciso del
homicidio, la partida poco después de muchos estudiosos
marcó el inicio del declive de Alejandría como un
importante centro de aprendizaje de la
antigüedad.

Hypatia no pasó desapercibida en la
Alejandría de su época:"Fue una persona que
dividió a la sociedad en dos partes: aquellos que la
conside- raban como un oráculo de luz, y aquellos que la
veían como un emisario de las tinieblas". (Elbert Hubbard,
p. 280.) (2)

Su obra

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No hay evidencia de que Hypatia haya hecho
investigación original en matemáticas.Sin
embargo,asistió a su padre, Theón de
Alejandría, a escribir las once partes de su comentario
al Almagesto de Ptolomeo. También se cree que lo
ayudó a producir una nueva versión de los Elementos
de la Geometría de Euclides cuya edición es la que
aún se emplea en nuestros días, escribiendo un
tratado sobre el mismo. Heath escribe sobre la edición de
Theón e Hypatia de los Elementos:

"… aunque hace solamente adiciones poco importantes al
contenido de los Elementos, ella se esforzó por eliminar
las dificultades que podrían encontrar los
estudiantes en el libro, como haría un editor moderno al
revisar un libro de texto clásico para ser usado en las
escuelas; y no hay duda alguna de que su edición fue
aprobada por sus alumnos en Alejandría, para quienes fue
escrita, así como por griegos posteriores quienes la
usaron casi exclu- sivamente…"

 Además del trabajo en conjunto con su
padre, Suidas nos informa que Hypatia escribió comentarios
sobre la Aritmética de Diofanto,
las Cónicas de Apolonio y sobre los trabajos
astronómicos de Ptolomeo. El pasaje en Suidas no es muy
claro y casi todos los historiadores dudan que Hypatia haya
comentado otras obras de Ptolomeo aparte de los que
escribió con su padre.

En el comentario sobre la Aritmética de Diofanto
mostraba que la aritmé- tica es más que
cálculo,lo que según Sócrates
Escolástico, contribuyó a que tal trabajo fuera
conservado. Otra aportación fue demostrar la generalidad e
indeterminación del problema por sustitución de
valores numéricos desco- nocidos que no están
relacionados y que no son múltiplos, potencias,
raíces cuadradas o fracciones de los originales. El
historiador P. Tannery sugiere que todos los manuscritos
existentes conocidos derivan de una fuente co- mún, y que
esa fuente es el Comentario de Hypatia. Considera que el co-
mentario y la copia de Hypatia es la más antigua de las
conservadas de la Aritmética de Diofanto, (este comentario
se refiere a los seis primeros li- bros). Supone que
sobrevivió un ejemplar, al que llama a, copiado por Miguel
Psellus, filósofo bizantino del siglo XI, copia que se
pierde después de la caída de Constantinopla.
Supone que una segunda copia fue hecha entre los siglos VIII y
IX, que también se pierde, pero antes fue copiada en el
siglo XIII, y que a través de sus sucesivas copias, ha
llegado a nosotros una del siglo XVI que se conserva en el
Parisinus 2379.

Filostorgio nos cuenta que "inició a muchos en
las ciencias matemáticas", y existen numerosos testimonios
que afirman la existencia de obras originales de Hypatia,
desgraciadamente desaparecidas. Una de las disciplinas en las que
se distinguió particularmente fue la Astronomía.
Nuevamente Filostor- gio, y también Suidas nos informan de
los interesantes descubrimientos realizados por esta mujer sobre
el movimiento de los astros; descubrimientos que dio a conocer a
sus contemporáneos en un texto titulado "Canon
Astronómico". Hypatia fue también una
filósofa de gran renombre:Sócrates
Escolástico la considera como la tercera en importancia
entre los represen- tantes de la escuela Platónica,
después de Platón y Plotino. Damascio explica que
ella supo pasar de la simple erudición a la
sabiduría filosófica.

Es seguro que en sus numerosas explicaciones sobre la
Aritmética de Diofanto, Hypatia de Alejandría
propuso a sus alumnos este problema (nunca lo sabremos porque su
memoria fue desterrada de la historia, junto con sus escritos, y
los libros de la Biblioteca), que es el que inicia la serie de 39
problemas que se incluyen en el Libro I de su tratado: "Dividir
un número dado (por ejemplo, 135) en 2 partes, cuya
diferencia sea conocida (por ejemplo, 87)".

Aunque, como decía anteriormente, todos sus
escritos se han perdido,exis- ten numerosas referencias a ellos.
Su trabajo más extenso fue en álgebra.
Escribió un comentario sobre la Aritmética de
Diofanto, en 14 libros. Éste vivió y trabajó
en Alejandría en el siglo III, y se le ha llamado "padre
del álgebra". Desarrolló las ecuaciones
indeterminadas (diofánticas), es decir, ecuaciones con
soluciones múltiples. (Un ejemplo común de este
tipo de problema son las diferentes maneras en que se puede
cambiar una libra esterlina, empleando monedas de diferentes
denominaciones: 50 peniques, 20 peniques, etc.) También
trabajó con ecuaciones cuadráticas. Los comen-
tarios de Hypatía incluían algunas soluciones
alternas y muchos nuevos problemas, que luego fueron incorporados
a los manuscritos diofánticos.

Además Hypatia publicó un Canon
astronómico dedicándose además a realizar la
revisión de las Tablas Astronómicas de Claudio
Tolomeo, conocidas por su inclusión en el Canon
Astronómico de Hesiquio. También cartografió
diversos cuerpos celestes, confeccionando un planisferio.
Escri-bió un tratado Sobre la geometría de las
cónicas de Apolonio, en ocho libros. Apolonio de Perga fue
un geómetra alejandrino del siglo III a.C., a quien se
deben los epiciclos y los deferentes para explicar las
órbitas irre-gulares de los planetas. El texto de Hypatia
era una vulgarización de su obra, facilitando el
entendimiento de estos conceptos. Como sus antepasa-dos griegos,
sentía gran atracción por las secciones
cónicas (las figuras geométricas que se forman
cuando un plano pasa por un cono). Después de su muerte,
las secciones cónicas cayeron en el olvido hasta comienzos
del siglo XVII, cuando los científicos se dieron cuenta de
que muchos fenóme-nos naturales, como las órbitas,
se describían mejor por medio de las curvas formadas por
secciones cónicas.

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Parece ser que Hypatia mantuvo la tesis del
heliocentrismo contra el geo- centrismo. Los comentarios al libro
III del Almagesto se consideran de gran importancia
pues es fácil que Copérnico tuviera conocimiento de
ellos y este conocimiento pudiera haber influido en la
"Revolución Copernicana", pues el único ejemplar
del libro III se conservaba en Florencia en la biblioteca de los
Médicis,y Copérnico estuvo en Florencia estudiando
textos astronómicos griegos, y especialmente la obra de
Tolomeo. La importancia de estos comentarios radica en que,
cuando Theón comentó el Almagesto, Hypatia
observó que la obra de Tolomeo daba lugar a numerosas
conclusiones matemáticas, de las que su padre no se
había dado cuenta. Hypatia calculó los valores
matemáticos de los acontecimientos celestes descritos por
Tolomeo.  Las Tablas o Canon
Astronómico serían el resultado de
ello. El Canon Astronómico, tablas que
elaboró Hypatia para el estudio de los movimientos de los
astros, puede que formase parte de esa obra, pero también
puede haber constituido una obra original
independiente.

Según la opinión de Gemma Beretta (en su
obra, Hipatia de Alejandría): "Hypatia se movia entre dos
ideales, por un lado su amor hacia la astronomía y, por el
otro, el razonamiento filosófico. Al dibujar un nuevo mapa
del cielo, estaba mostrando un nuevo camino a través del
cual los hombres y las mujeres de su tiempo podían
aprender a orientarse en la navegación marítima y
terrestre con una solución de continuidad sin la
intermediación divina. Hypatia mostró la forma de
proceder de esta manera con el rigor de su geometría y la
aritmética que, conjuntamente la una con la
otra,constituyen el canon inflexible de la verdad".

Gracias a su correspondencia con Sinesio de Cirene
tenemos noticias de otras de sus contribuciones
científicas, por ejemplo la invención de un buen
número de aparatos. En las Cartas de Sinesio, su
discípulo preferido, están incluidos sus
diseños para varios instrumentos, incluyendo un astrolabio
plano, que nos sirve para medir la posición de las
estrellas, los planetas y el Sol, y para calcular el tiempo y el
signo ascendente del zodíaco. Hypatia no solo sabía
utilizar el astrolabio sino que sabía cómo
construirlo. Se conser-van cartas en las que su discípulo,
Sinesio, le pide consejo para la constru-cción de un
astrolabio que servía para medir la altura del Sol y de
las estrellas como elemento imprescindible para no perderse en la
navegación marítima en un universo
geométrico.

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En la Carta 160 dirigida por Sinesio a Peonio, un
militar que gustaba de la ciencia, dice que le envía como
regalo un astrolabio de plata y le comenta: "Procede
para estas demostraciones de un modo seguro, porque usa como
auxiliares a la geometría y a la aritmética a las
que no sería impropio considerar como un modelo fijo de
verdad. Te daré un regalo que es más agradable para
mi dártelo que para ti recibirlo. Es un trabajo concebido
por mí mismo,añadiendo todo lo que ella, mi
más reverenciada maestra cola- boró conmigo, y fue
ejecutado por las manos más habilidosas que hay en nuestro
país en la artesanía de la plata". Se puede inferir
que la teoría del astrolabio y los detalles de su
construcción pasaran de Tolomeo, vía Theón a
Hypatia, y de ésta a su discípulo
Sinesio. 

Sinesio de Cirene fue un alumno fiel que
compartía con la divina Hypatia el interés por la
mística pitagórica de los números celestes
como queda bien claro, por estas palabras que aparecen en su
breve tratado –en realidad, una larga epístola-
titulado A Peonio, sobre el regalo: "Y es que la
astronomía es ella misma una ciencia muy digna y
quizá podría servir de ascenso hacia algo
aún más venerable: yo la considero un paso ya
próximo a la inefable teología". Sinesio
asistió a las clases de Hypatia durante 3 ó 4
años (393-395) y siempre,incluso cuando llegó a ser
obispo, estuvo al lado de Hypatia y de los
Neoplatónicos.

A juicio de Quasten, hasta el final de sus días,
Sinesio siguió siendo "más platónico que
cristiano, como lo revelan sus escritos".

Platónico de ideas, y de gustos muy mundanos, el
obispo casado Sinesio no deja de sorprendernos con sus
esotéricos intereses. Regresando a su hogar tras una
visita a Alejandría en 405, escribe un tratado "inspirado
por Dios mismo" -según sus propias palabras- titulado:
"Sobre los sueños", que enseguida envía a Hypatia
para que le dé su visto bueno. En él defiende la
capacidad humana para la adivinación y predicción
del futuro, basándose en la interpretación de los
sueños que aprendió de la filosofía
Neoplatónica. Junto con este tratado envía otro a
su maestra, también para su supervisión, titulado:
" Dión, o sobre su norma de vida".

Además de la filosofía, matemáticas
y astronomía, Hypatia se interesó por la
mecánica y las tecnologías prácticas.
También desarrolló un aparato para la
destilación del agua, así como un hidroscopio para
medir la presencia y el nivel del agua, y un hidrómetro
graduado de latón para determinar el peso
específico de los líquidos. Según lo
describe Sinesio en su carta 15, dirigida a Hypatia, "es un tubo
cilíndrico con la forma y dimensiones de una flauta, que
en línea recta lleva unas incisiones para determinar el
peso de los líquidos. Por uno de los extremos lo cierra un
cono, adaptado en posición idéntica, de manera que
sea común la base de ambos, la del cono y la del tubo.
Cuando se sumerge en el líquido ese tubo, que es como una
flauta, se mantendrá recto, y es posible contar las
incisiones, que son las que dan a conocer el peso". Por
último, se la supone inventora del
aerómetro,instrumento que se usa para medir
las propiedades físicas del aire u otros gases.

La mayoría de sus escritos eran libros de texto
para sus estudiantes. Ninguno ha permanecido intacto, pero es
posible que partes de su obra estén incorporadas en los
tratados existentes de Theón. Se cree que Hypatia
realizó más de 40 escritos. Hay alguna
información sobre sus talentos en
astrono-mía,astrología,geometría,
mecánica y matemáticas en las cartas de su alumno y
discípulo Sinesio de Cirene, el rico y poderoso obispo de
Tolemaida. 

Más tarde los dos, Theón e Hypatia
escribieron, al menos, un tratado sobre Euclides; también
es autora de uno de los libros de la obra de Theón sobre
Tolomeo. Éste había sistematizado todos los
conocimientos contemporá- neos sobre matemática y
astronomía, en un texto de trece libros que llamó
modestamente Tratado matemático.Los eruditos árabes
medievales le die- ron el nombre de Almagesto ("Gran libro"). El
sistema de Tolomeo siguió siendo el trabajo
astronómico más importante que había hasta
Copérnico, en el siglo XVI. Es posible que el Canon
astronómico (las tablas que elabo- ró para los
movimientos de los cuerpos celestes) haya formado parte del
comentario de Theón sobre Tolomeo, pero también
puede haber constituido una obra aparte. 

Hypatia, debido a su gran capacidad intelectual y
pedagógica, fue elegida como directora de la Escuela a la
muerte de su padre. No se ha conservado ninguna de sus obras,
pero sabemos de su existencia gracias a las referen- cias que se
hacen a ellas en la correspondencia con sus discípulos,
sobre todo Sinesio de Cirene. Así sabemos que
Alejandría en el siglo IV era un centro de estudiosos
neoplatónicos al igual que la escuela Neoplatónica
de Plutarco el Joven y su hija Asclepigenia,(3) en Atenas. Sin
embargo, su tipo de neoplatonismo era más tolerante y
estaba basado en las matemá- ticas. Había rivalidad
entre las escuelas neoplatónicas de Alejandría y
Ate- nas; la escuela de Atenas daba importancia a la magia y a lo
oculto. Para los cristianos, sin embargo, todo platónico
era un peligroso hereje. 

El historiador Damascio de Damasco,un siglo después de
la muerte de Hy- patia, considerado el último
filósofo de la Escuela de Atenas, escribió: "… de
naturaleza más noble que su padre, no se conformó
con el saber que viene de las matemáticas, en las que
había sido instruida por él, sino que se
dedicó a las otras ciencias filosóficas con mucha
entrega". La calificación de "noble" de Damascio se
explica por el sentido que da Platón a la
condi-ción de nobleza, como propia de "una persona de
buena memoria, tenaz y amante de toda clase de trabajo". Dice
también: "… el resto de la ciudad la amaba y la
obsequiaba grandemente y era normal que fueran a buscarla los
jefes cada vez que se hacían cargo de las cuestiones
públicas". 

Sinesio de Cirene personaje destacado de la sociedad de
su época acudía también en busca de consejo
a Hypatia, una mujer, algo infrecuente en aquellos tiempos por no
decir único.

"Estoy rodeado por los sufrimientos de mi ciudad, y
disgustado con ella, puesto que cada día veo las fuerzas
enemigas, y hombres sacrificados como víctimas en un
altar. Respiro un aire infectado por la podredumbre de cuerpos
muertos. Estoy deseando seguir el mismo destino que han sufrido
muchos otros, ya que ¿cómo puede uno concebir
esperanza alguna cuando ve el cielo pleno de aves de
rapiña? Aún y así, amo mi tierra.
¿Por qué sufro? Porque soy libio, porque
nací aquí, y porque es aquí donde veo las
tumbas de mis honorables antepasados. Sólo con tu ayuda
creo que seré capaz de mirar a mi ciudad y transformar mi
hogar, si alguna vez tengo oportunidad de hacerlo." (Sinesio de
Cirene. Epístola 124, a Hypatia).

Su
pensamiento

 Hypatia era una figura controvertida,
primero por ser mujer y segundo por sus creencias seudopaganas.
Viviendo durante la dolorosa y violenta transi- ción de la
era clásica a la era cristiana, Hypatia pagó muy
cara su filosofía, a pesar de que muchos de sus alumnos
eran cristianos.

El primer maestro de Hypatia fue su padre, Theón.
Además de sus clases en matemáticas y otras ramas
de la filosofía, su padre le proporcionó una
rigurosa formación en física. Hypatia
también viajó a Grecia y a Roma para estudiar y,
por suerte para Theón, su hija no sólo era su mejor
alumna, sino que pronto también superó sus propios
logros en matemáticas que, en ese momento, eran utilizados
para realizar cálculos astronómicos.

Hypatia tuvo gran interés por
la filosofía. A propósito de esto,
formó un grupo (integrado por personas de buenas familias)
que basaba su conviven- cia en el sistema platónico de las
ideas y en lazos interpersonales. Esta comunidad
presenta rasgos de influencia gnóstica: por ejemplo,
hablan de misterios para denominar los conocimientos que les
transmite su "guía divina", y creen que las personas de
rango social inferior son incapaces de comprender estas
cuestiones.

Su símbolo nos remite a ver en ella a la primera
científica y filósofa de Occidente, y en la medida
en que, como hemos visto anteriormente, ciencia y
filosofía son en el pensamiento antiguo dos saberes que
mantienen ciertas relaciones y cuyas tradiciones y parecidos de
familia no son del todo inde-pendientes unos de otros, es
necesario que nos acerquemos a la Hypatia filósofa y
recuperemos cuando menos el trasfondo general en el que se mueve
su concepción de la ciencia. Este telón de fondo,
que también forma parte de su instrucción y
educación intelectual, hay que buscarlo en la es- cuela
Neoplatónica de Alejandría.

El Neoplatonismo en sí tenía ideas
combinadas de Sócrates,Pitágoras,Zeón,
judaísmo  y se dice que hasta algo de hinduismo,
aunque sobre todo seguía la doctrina de Platón y
Plotino. Para los neoplatónicos el principio se resume en
una unidad absoluta, el Uno, y de las cuales provienen todas las
demás cosas, y siendo la primera de ellas el Logos, que
vendría a ser la inteligencia, la acción, de donde
asimismo derivas las ideas, las que construyen todas las cosas.
La inteligencia también engendra el alma, principio
básico y esencial de la materia. Entonces tenemos que el
Uno, la inteligencia y el alma forman una trinidad
Neoplatónica.

Como podemos ver, su similitud con el dogma cristiano de
aquella época, es grande; y como Alejandría era un
lugar muy concurrido por cristianos, por si fuera poco, muchos de
los alumnos de Hypatía eran de dicha religión, los
cuales sentían bastante respeto por el Neoplatonismo de la
maes- tra. Se podría decir que esta doctrina
filosófica era una de aquellas que se salvaban del
desprecio cristiano y que con el tiempo se fusionarían con
el dogma formando el proceso denominado escolástica. En
Alejandría, el patriarca de dicha urbe debía
enfrentar toda una mezcolanza de creencias en- tre la
muchedumbre, siendo el cristianismo la mayoritaria, no obstante
todo cambió cuando Teodosio, el Grande, declaró al
cristianismo católico como la religión de Estado.
Así la tolerancia hacia los cultos paganos,incluyendo la
filosofía por supuesto, se hizo mínima.

Hypatia se dice que promovía un sincretismo entre
las creencias de todos. Una especie de Pax Deorum en el que las
cuestiones metafísicas se vieron ensombrecidos en el
nombre de un desarrollo de las cuestiones más
prácticas para ayudar al mundo civilizado (Lorena
Bianchi).

Sabemos también que en la escuela
Neoplatónica se prestaba especial aten- ción a las
obras lógicas de Aristóteles, por lo que podemos
suponer que Hypatia conoció y enseñó la
lógica aristotélica, proposición que
también es avalada por el hecho de que nuestra
filósofa esté tan cerca de las teorías de
Arquímedes y Tolomeo, cuyos planteamientos se derivan en
buena medida de un marco aristotélico tanto lógico
como metafísico. La escuela neoplató-nica, no
obstante, parecía alejarse de las preocupaciones
metafísicas y reli- giosas, y en particular de
neoplatónicos del corte de Jámblico y Proclo, cuyas
teorías tendían a multiplicar los seres
intermedios; tampoco la escue- la parecía interesada en
las doctrinas del éxtasis y el misticismo a que lleva de
suyo cierto tipo de neoplatonismo. O sea que esta escuela de
Alejandría parecía tender a las explicaciones
más naturales y a una cierta moderación en la
especulación; era así una institución
filosóficamente neutra cuyos centros eran la lógica
y la ciencia, un ámbito -según han dicho otros – en
donde paganismo y cristianismo podían encontrar un sitio
común.

Gozaba de gran autoridad moral entre sus
contemporáneos,debido a su abs- tinencia sexual (se cree
que se mantuvo virgen toda su vida), la modestia en el vestir (se
cubría con el manto filosófico) y, en general, la
moderación en su modo de vida. Su popularidad era amplia y
genuina, y se dice de ella que era muy guapa y tenía
varias ofertas de matrimonio de los príncipes y
filósofos,pero siempre respondía que estaba "casada
con la verdad". En una ocasión, según cuenta
Dasmacio,un discípulo le confesó que estaba enamo-
rado de ella, Hypatia le arrojó un paño manchado
con su sangre menstrual, diciéndole: "De esto
estás enamorado, y no tiene nada de hermoso".

Sabía ganarse la admiración de sus
estudiantes , como lo demuestran estas palabras de Sinesio de
Cirene dedicadas a Hypatia"madre, hermana y
profesora, además de benefactora y todo cuanto sea honrado
tanto de nombre como de hecho".

Hypatia no practicaba activamente el paganismo, ni le
atraía el politeísmo; simplemente lo consideraba un
elemento más de la cultura griega que tanto admiraba.Es
decir,su platonismo no incluía la celebración de
rituales,magia o adivinación. De hecho, entre sus
discípulos había cristianos y personas que
simpatizan con el cristianismo. Hypatia protegía a sus
alumnos cristianos y había amistad entre éstos y
sus compañeros paganos.

Impartía sus enseñanzas por dos
vías distintas: por un lado de forma públi- ca, en
conferencias a las que asistían numerosas personalidades
de la socie- dad Alejandrina; por otra parte, creó en su
entorno una escuela filosófica hermética, formada
por alumnos jóvenes de familias cultas y adineradas de la
aristocracia y la administración,a los que enseñaba
los secretos de la filosofía en la intimidad de su hogar.
En esta época mantenía una buena re- lación
con el obispo Teófilo,enemigo del paganismo y bastante
intransigen-te,pero que hacía la vista gorda porque entre
los discípulos de Hypatia ha- bían tanto cristianos
como paganos. Efectivamente Hypatia mantuvo, en todo momento,un
diálogo abierto con el cristianismo emergente  y
mostró una profunda apertura hacia el
evangelio.

Por otro lado, la filósofa alejandrina no
hacía otra cosa que continuar con la tradición
originaria del cristianismo en Alejandría que llegaba a
confundir el culto a la diosa Serapis, en el Serapeo, con la
adoración a Cristo como se puede comprobar en esta curiosa
carta, de principios del S.II d.C. que merece la pena tener en
cuenta:

"…Yo (Flavius Vospicus de Siracusa) citaré
una de las cartas del empe-rador Adriano, tomando las palabras de
su liberto Phlegon, el cual revela el carácter de los
egipcios:

VIII. De Adriano Augustus para Servianus el
cónsul, saludos. La tierra de Egipto, las excelencias de
la cual me has relatado mi querido Serviano, he encontrado que es
totalmente fácil de convencer, inestable, y solapada por
cada aliento de rumor. Aquellos que adoran a Serapis son, de
hecho,cristianos, y aquellos que se llaman a sí mismos
obispos de Cristo son, de hecho, devotos de Serapis. No hay
ningún jefe en la sinagoga judía,ningún
samari- tano, ni presbítero cristiano, que no sea
astrólogo, ni adivino, ni ungidor. Incluso el patriarca
mismo, cuando viene a Egipto, es forzado, por algunos, para que
adore a Serapis, por otros para adorar a Cristo…La ciudad
(de Alejandría) es próspera, rica,
fructífera, y en ella no hay vagabundos" (Heineman, The
Scriptores Historiae Augustae).

Frente a la inestabilidad social que vivía
Alejandría en aquella época, Hypatia,
llegó a liderar un grupo de notables alejandrinos 
que intentó po-ner freno al caos de las revueltas, en las
que el cristianismo fue manipulado y utilizado como arma. La meta
del círculo intelectual creado por Hypatia era "el deseo
constante de alcanzar la experiencia religiosa, ideal esencial de
la filosofía" (María Dzielska).

Por desgracia no consiguió que el pensamiento y
el diálogo se impusieran a la barbarie (Pedro Jesús
Teruel, Filosofía y ciencia en Hipatia). La última
década del S. IV, se inicia en 391 con el Decreto
teodosiano de prohibición de otros cultos, que
llevó a la destrucción del Serapeo en
Alejandría y que dejaba bien claro que "nadie irá a
los santuarios, paseará por los templos, o elevará
sus ojos a estatuas creadas por obra del hombre".

Curiosamente, en las clases de Hypatia no se
permitía la presencia de muje- res y tampoco se
permitía la presencia de alumnos de las clases más
bajas y populares. Hypatia consagraba sus enseñanzas a los
jóvenes de las familias ricas de Alejandría y de
otras ciudades de Oriente y Occidente. Otro dato de
interés que tendrá mucho que ver con su posterior
muerte.

Alrededor del año 400 dC, Hypatia, a su vuelta de
Atenas a Alejandría, se convirtió en la cabeza
visible de la escuela Neoplatónica de Alejandría,
donde enseñó astronomía, matemáticas
y filosofía, especialmente la obras de Platón y
Aristóteles. De hecho, estaba tan inmersa en su
pasión por el aprendizaje que, al igual que otros eruditos
griegos antiguos, recorría el centro de la ciudad
enseñando las obras de cualquier filósofo, a todos
aque- llos que querían escucharla. El historiador
Sócrates de Constantinopla, dijo de Hypatia: "Hizo tales
logros en la literatura y la ciencia, que supera ampliamente a
todos los filósofos de su tiempo".

En la Academia de Alejandría se reunían,
en ese periodo histórico, las prin- cipales mentes del
Este y del Oeste del mundo conocido en aquel entonces. De hecho,
era en esta misma academia donde los esfuerzos de las mentes
más brillantes se unían para lograr una
pacificación entre las culturas europeas y
asiáticas. Deseaban hacer Alejandría, un punto de
encuentro entre el Occidente y el Oriente, el punto de
confluencia entre las dos co- rrientes de civilización, la
griega y la cristiana. Hypatia y sus seguidores
neoplatónicos, deseaban hacer de Alejandría una
ciudad abierta y libre, una clase de "destilería
intelectual", refinada y culta en donde se pudieran fun-dir las
dos civilizaciones en una.

Hypatia ha dejado a la humanidad un profundo legado
científico. Algunas fuentes le atribuyen la
invención del astrolabio plano, un instrumento
antiguo de navegación, el hidrómetro
graduado, que se usaba para deter-minar la densidad relativa
de los líquidos e incluso uno de sus discípulos,
Sinesio de Cirene, le atribuye la invención de un
destilador de agua.

Esta mujer de ciencia fue la autora de numerosos
tratados matemáticos, la mayoría de los cuales
se perdieron cuando la biblioteca de Alejandría fue
destruida. También escribió varios comentarios, en
particular sobre la Aritmética de Diofanto de
Alejandría y sobre Secciones cónicas de
Apolonio de Perga.Editó varias obras de su padre,
incluyendo en ellas sus comentarios a Los Elementos de
Euclides.

¿Qué nos dice el que Hypatia hubiese
conocido, explicado y comentado los textos de Euclides y Tolomeo?
Mentalidad racional y científica podemos derivar de todo
eso. En efecto, es posible pensar que el procedimiento del
discurso axiomático establecido por Euclides en sus
Elementos, así como la situación privilegiada que
había otorgado Tolomeo, en su Almagesto, a las
matemáticas dentro de las ciencias teóricas, avalan
en más de un sentido la afirmación de que Hypatia
fue una defensora y propagadora del racio-nalismo
científico del que estaba imbuida toda la ciencia griega.
Pero ade-más podemos decir que el espíritu de
síntesis que caracteriza a ambos científicos y que
se consolida en estas obras, consideradas verdaderas sum-mas del
pensamiento matemático, nos puede conducir a la
conclusión de que tal vez los libros de texto escritos por
Hypatia fueran una especie de pequeños tratados
sintéticos de las diversas ciencias que enseñaba;
es decir, textos bien documentados en fuentes y autores que
permitieran a los alum-nos tener un acercamiento cabal a las
teorías y propuestas científicas, y en los que
quizá la autora estableciera sus propias conclusiones al
respecto. No lo sabemos de cierto, y quizá nunca podamos
saberlo con certeza. Pero una lectura atenta de los diversos
textos que revisó, analizó y comentó pudiera
quizá más adelante ayudar a afirmar con mayor
contundencia que bien pudo ser así.

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