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La Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII




    La Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII –
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    La Junta Conservadora de los Derechos
    de Fernando VII

    Discurso de Orden con motivo de los 202 años
    del 19 de abril

    Formación de la Junta Conservadora de los
    Derechos de Fernando VII: El último acto de Lealtad y
    Obediencia a la Monarquía Española

    Orador de Orden: Dr. Luis Rafael García
    Jiménez.

    Señores y Señoras.

    Al llegar a la Casa, le solicité a unos
    jóvenes bachilleres que desarrollan un proyecto del
    Servicio Comunitario, de la UAM y de la UJAP que me ayudaran a
    realizar una pequeña encuesta al azar, que
    consistía en preguntarle a 10 de los asistentes a esta
    Sesión: ¿Qué estamos celebrando hoy 19 de
    abril? Las respuestas son las siguientes:

    3 personas: el día de la independencia

    4 personas: firma del acta de la
    independencia

    3 personas: movimiento independentista

    Y de la prensa nacional y regional escogí 2:
    Éstas son las reseñas sobre el día de
    hoy:

    1.- El Carabobeño: "Movimiento popular que
    desconoció a las autoridades españolas para dar
    inicio al proceso independentista" (Alfredo
    Fermín).

    2.- "… lo que puede considerarse como el punto de
    partida para la independencia total de la provincia de
    Venezuela". (Noti- Tarde. Charito Rojas).

    Y en el portal de VTV:

    "…el grito revolucionario que despertó una
    escalada revolucionaria…" (www.vtv.gov.ve)

    Enterados de lo que algunos de ustedes piensan y lo que
    dice la prensa que se celebra hoy, voy a indicarles en nombre de
    mi discurso de orden:

    La Junta Conservadora de los Derechos de Fernando
    VII. El último acto de Lealtad y Obediencia a la
    Monarquía Española
    . En el transcurso de esta
    intervención demostraré el porqué de esta
    afirmación.

    Los hechos que voy a exponerles están enmarcados
    en un pasado y de ese pasado solo extraemos fragmentos. Y cada
    historiador, de acuerdo a sus paradigmas, le dará su
    explicación. Los intelectuales y los académicos
    están claros que vivimos una crisis global de paradigmas,
    ya los referentes teóricos del pasado no logran explican
    las nuevas realidades pero siguen aferrados a su vieja manera de
    pensar tanto los positivistas como los marxistas, permanecen
    atados a la razón de la modernidad, a la razón de
    su pasado.

    En un país como el nuestro en donde todos se
    creen conocedores de la historia, pero ese imaginario colectivo
    está girando solamente en el período comprendido
    entre 1810 a 1821, es decir, 11 años; y los más
    preocupados llegan a 1830. Cuando vemos que la historia
    indígena abarca más de 14.000 años, que la
    colonia perduró por 300 años y que la vida
    republicana lleva 182 años. Enfocarnos en esos 11
    años nos lleva a cometer errores en señalar
    qué se conmemora hoy. Caer en el presentismo y buscar en
    aquel pasado soluciones a problemas actuales es muy común:
    Aunque el viejo Marx se encargó de decir lo contrario,
    algunos dicen que Bolívar era socialista. Cuando me
    preguntan sobre si Bolívar era socialista yo le digo que
    sí y que Páez era magallanero. Cada
    generación escribirá o re-escribirá la
    historia y su historia. Más aún la historia la
    escriben los vencederos convertidos en clase
    dominante.

    No he venido hablar de la versión
    anecdótica de aquel 19 de abril, no les voy hablar de lo
    que me decían mis maestras de primaria y mis profesores de
    historia de bachillerato. Ya que ellos pensando que los libros de
    textos decían la verdad lo repetían y hacían
    que nosotros repitiéremos que el 19 de abril fue el primer
    paso de la independencia, que fue el inicio de la
    emancipación o que fue una revolución. Entonces
    podemos preguntarnos lo de Chirinos, Miranda, Gual y
    España para mencionar los más emblemáticos
    ¿fue un mal paso o un mal inicio, mal visto por los
    blancos criollos o mantuanos?

    El 19 de abril de 1810 fue el último acto de
    lealtad, sumisión y obediencia del grupo social que
    ostentaba el poder económico, social, cultural y el
    político a través del Cabildo. Con la
    creación de la Junta Conservadora de los Derechos de Don
    Fernando VII en lo menos que pensaron aquellos señores fue
    en independencia.

    Vamos a irnos a España para comenzar a hilar el
    hecho histórico. A finales del siglo XVIII y principios
    del XIX en Europa van a coexistir dos hegemonías: la
    francesa en el continente impuesta por Napoleón Bonaparte
    y la marítima y colonial detentada por los ingleses. Lo
    cual los llevó a un prolongado estado de guerra entre
    Inglaterra dueña de los mares y una Francia dueña
    del territorio continental europeo (Ubieto y et al, 1969). Ese
    período de confrontación lo podemos ubicar entre
    1795 y 1815. Este enfrentamiento, aunado al bloqueo comercial de
    Napoleón a Inglaterra, llevará a una disminuida
    España a entrar en el conflicto. Quedando demostrado,
    hasta hoy que las grandes potencias buscan siempre, para dirimir
    la pugna de sus hegemonías, el territorio de países
    más débiles, ajenos esencialmente al conflicto,
    pero implicables en él por razón de su
    situación geográfica y de las condiciones de su
    política interior. (Ubieto, et al, 1969).

    España se encontraba en una crisis interna; por
    un lado, Carlos IV era un inepto e incapaz, en la práctica
    quien gobernaba era su Ministro Manuel Godoy
    (paradójicamente llamado el "príncipe de la paz")
    y, por el otro lado, el pueblo que no miraba con buenos ojos las
    relaciones sentimentales de la Reina María Luisa con el
    Ministro Godoy. En su lucha contra Inglaterra Napoleón
    busca alianza con España para invadir a Portugal, ya que
    ésta mantenía relaciones comerciales con los
    ingleses a pesar del bloqueo comercial. Esta situación
    motivó a Bonaparte convencer a Godoy a firman el Tratado
    de Fontainebleau el 27 de abril de 1807, de acuerdo al cual
    España y Francia se repartirían el territorio
    portugués, pero debía permitirse la entrada de
    tropas francesas a territorio español, para lograr su
    objetivo. Ya las tropas francesas se encontraban en el
    país vasco. Godoy, abrumado por la realidad de una
    invasión y por una nota de Napoleón reclamando: la
    apertura comercial de la América española a los
    buques franceses. Además del país vasco, a
    comienzos de 1808 ya las tropas francesas estaban en Valladolid y
    en Burgos. Godoy propone la marcha de la familia real a
    Andalucía, permitiendo así la organización,
    desde el Sur, de la resistencia o trasladarse a América
    como lo había hecho el Rey de Portugal Juan VI (casado con
    una hija de los reyes españoles).

    El 17 de marzo, tras correr por las calles de Aranjuez
    el rumor del viaje de los monarcas, los partidarios del
    príncipe Fernando se conglomeraron frente al palacio real
    y asaltaron la casa de Godoy, el cual será hecho
    prisionero dos días después. El motín de
    Aranjuez se prolongó por dos días, estos
    acontecimientos llevarán al Rey a tomar la decisión
    de ceder el trono a su hijo el 19 de marzo. El 2 de mayo se da el
    levantamiento de Madrid siendo reprimida violentamente por
    Joaquín Murat. Entre el 5 y el 6 de mayo en la ciudad
    francesa de Bayona se llevaron a cabo una serie de renuncias
    sucesivas: el rey Fernando VII devuelve la corana a su padre
    Carlos IV y éste lo hace a favor de Napoleón
    Bonaparte y el Emperador la concede a su hermano José I
    (hasta entonces rey de Nápoles) quien gobernará a
    España a partir del 7 de julio hasta junio de
    1813.

    España iniciará, de acuerdo a los
    historiadores españoles (Ubiedo y et al, 1969), la guerra
    de la independencia la cual culminará en 1814 con el
    retorno de Fernando VII. Otras naciones europeas harán lo
    mismo como Rusia en 1812 y la Alemana en 1813. El significado
    histórico de las tres guerras de independencia antes
    citadas, consiste esencialmente en el hecho de ser desarrolladas
    por el pueblo. Como se puede observar la guerra por la
    independencia en España coincide con las denominadas
    primeras y segundas repúblicas en Venezuela, esto
    demuestra el carácter de guerra civil que tuvo nuestra
    guerra nacional. Hasta la llegada de Morillo a Margarita el 17 de
    abril de 1815 con tropas españolas a partir de esa fecha
    comenzamos a luchar con un verdadero ejército
    profesional.

    En las provincias españolas se formaron
    espontáneamente Juntas Autónomas de Gobierno que
    rechazaron a José I, conocido por el pueblo como "pepe
    botella" y juraron fidelidad a Fernando VII, a la vez que
    organizaban la resistencia militar contra las fuerzas francesas
    aliándose con los ingleses. Se formará una junta
    central denominada Junta Suprema Gubernativa, establecida en
    Sevilla, representada por delegados de las juntas locales que
    gobernará todo el territorio español no dominado
    por los franceses.

    Los acontecimientos suscitados en la Metrópolis
    no tardarán de llegar al continente americano. En el
    Virreinato de la Nueva España (México) se
    enterarán a partir del 9 de junio de 1808; de inmediato el
    pueblo dirigido por sus autoridades manifestará su apoyo a
    Fernando VII. En el Virreinato del Río de la Plata, las
    noticias llegarán en julio, el ayuntamiento de Buenos
    Aires y el resto de las ciudades que conforman el virreinato,
    propusieron el rechazo a Napoleón y que se
    gobernará en nombre de Fernando VII, jurando lealtad al
    monarca el 21 de agosto. En el Virreinato del Perú, las
    noticias llegaron los primeros días del mes de octubre y
    el 13 juraron fidelidad a Fernando VII. En el Virreinato de Santa
    Fe de Bogotá, las noticias llegarán por Cartagena
    el 6 de agosto de 1808. Y el 11 de septiembre se llevó a
    cabo la ceremonia de juramentación de lealtad al rey
    Frenando VII. (Almarza, Ángel y Rosangel Vargas,
    2010).

    Mac Kinley (1993) expresa que Caracas, a fines del siglo
    XVIII, era una sociedad bien equilibrada y relativamente
    tranquila. El factor desestabilizador fundamental que condujo a
    la eventual destrucción de la sociedad colonial y la
    determinó fue la confusión política que
    surgió con el colapso de la autoridad tradicional de
    España en 1808.

    El 14 de julio de 1808, dos meses después de los
    sucesos españoles, llegó a La Guaira el
    bergantín francés Serpent, capitaneado por Paul de
    Lamanon, subió a Caracas el siguiente día al
    mediodía para entrevistarse con el Gobernador y
    Capitán (interino) Juan de Casas, el francés
    traería documentación del Consejo de Indias, desde
    Madrid, donde le comunicaba el ascenso de José I. El
    Gobernador no dio muestras de estar en desacuerdo.

    Cuando se difundió en población
    caraqueña la noticia, estalló la protesta. Diego
    Jalón y José Félix Ribas tuvieron un
    altercado con uno de los militares franceses; se formó una
    manifestación espontanea que recorrió las calles
    vitoreando a Fernando VII como legítimo rey de
    España y gritando contra Napoleón y los franceses.
    Cuando se desarrollaban estos acontecimientos de lealtad,
    arribó a La Guaira la fragata Acasta, buque de guerra
    inglés, su capitán Beaver subió a Caracas de
    inmediato; traía noticias del levantamiento de los
    españoles contra los franceses y de la formación de
    la Juntas en la Metrópolis. La presencia de los ingleses
    reforzó la decisión caraqueña en favor de
    Fernando VII. A partir de estos acontecimientos el Cabildo de
    Caracas, conformado por mantuanos, comienzan a anidar la idea de
    conformar una Junta similar a las españolas, pero
    siguiendo los lineamientos políticos de la Junta de
    Sevilla y presidida por el Gobernador y Capitán General,
    hasta que Fernando regresara al trono.

    Al margen de los deseos de los cabildantes, los
    mantuanos jóvenes se reunirán el la Cuadra de los
    Bolívar para discutir los acontecimientos, llegando
    inclusive a hablar sobre formas de gobierno. Cuando el Gobernador
    Casas se enteró de las reuniones casi clandestinas, el 27
    de julio mando a arrestar a algunos de los jóvenes (tal
    vez los menos influyentes en la sociedad) y a otros, como a los
    Bolívar, les recomendó marcharse por un tiempo a
    sus haciendas a las afuera de Caracas. Estas reuniones
    desarrolladas en la Cuadra Bolívar, serán conocidas
    como: la "Conjuración" o la "Conspiración" de los
    mantuanos.

    El mismo 27 de julio, el gobernador y Capitán
    General Casas, con el objetivo de calmar los ánimos de los
    amos del valle, le pidió al Ayuntamiento su opinión
    sobre la posibilidad de crear en Caracas una Junta a semejanza a
    la de Sevilla. El día 29, el cuerpo municipal se
    pronunció afirmativamente, inclusive señaló
    quienes podrían formarla, estaría conformada por 18
    miembros incluyendo al propio Casas y un representante del
    pueblo. Ahora bien, ese gesto magnánimo de incorporar a un
    miembro del pueblo, sencillo, recordemos que en las
    monarquías la soberanía reside en el rey el
    soberano, estando el rey cautivo la soberanía recae en el
    pueblo y las juntas españolas gobernaban el
    representación del soberano cautivo y el soberano real que
    es el pueblo. Es decir, gobernar en nombre del pueblo sin el
    pueblo. Pero mientras el Cabildo ya hacía planes, Casas
    pospuso su proyecto y a los pocos días llegaron de
    España noticias, en donde la Junta Suprema de Sevilla
    confirmaba, en sus cargos, a las autoridades en la
    Capitanía General de Venezuela.

    La idea de la Junta, como se puede apreciar, no fue una
    respuesta local ante la crisis de la monarquía, el
    precedente para la formación de "juntas" fue sentado por
    las numerosas provincias de España y, aun más,
    quien primero sugirió abiertamente la formación de
    una junta en Caracas fue el Capitán General (interino)
    Casas. Pero las implicaciones de la formación de una junta
    en Caracas eran serias pues ésta implicaba que Caracas se
    estaba situando a la par de las provincias españolas y que
    usaría los mismos derechos para proteger intereses
    locales.

    El 20 de julio, Francisco de Miranda (quien había
    fracaso en dos expediciones por falta de apoyo absoluto de los
    mantuanos) desde Londres le escribía una carta al
    Marqués del Toro, en dicha misiva incitaba a promover la
    instalación de una Junta en Caracas a través del
    Cabildo, pero el día 24 de octubre el marqués del
    Toro, con celo patriótico, se la entregó al
    Capitán General, recordemos que la patria era
    España y aunque los ingleses eran ahora aliados de la
    Junta de Sevilla, Miranda seguía mal visto por los
    mantuanos.

    El 24 de noviembre de 1808 Juan de Casas recibirá
    un documento, firmado por 45 mantuanos más
    representativos, donde se le pedía formalmente la
    creación de una Junta Suprema subordinada a la Junta
    Central de España, es decir, la de Sevilla. En la noche de
    ese día comenzaron los arrestos de los firmantes, pocos
    fueron detenidos y la mayoría confinados a sus haciendas.
    En abril de 1809 los fiscales Francisco Espejo y Francisco
    Berrío recomendaron el sobreseimiento, dictamen acogido
    por las autoridades quedando todos en libertad. Para la
    época Casas, era conocido por ser un francófilo,
    quisquilloso, incompetente y débil de carácter y
    además un viejo enfermo que no sentía ninguna
    simpatía por lo que acontecía en
    España.

    El 20 de mayo de 1809 llegó a Caracas el nuevo
    Gobernador y Capitán general Vicente Emparan y Orbe,
    conocedor del territorio ya que éste había sido
    destinado al apostadero de Puerto Cabello (en los inicios de su
    carrera) y luego fue nombrado Gobernador y comandante de
    Cumaná, cargo que desempeñó entre diciembre
    de 1792 y junio de 1804, gobernando de manera liberal y a veces
    enfrentado a Caracas. Tenía vínculos de amistad con
    miembros de la élite caraqueña. Es interesante
    acotar que Emparan fue nombrado Gobernador y Capitán
    General de Venezuela por las autoridades napoleónicas,
    pasó luego a la España adicta a la Junta de Sevilla
    y Junta Central Suprema, donde adjuró de su
    afrancesamiento, entrando a colaborar con dicho organismo. La
    Junta Central le nombró también Gobernador y
    Capitán General en enero de 1809, en sustitución
    del fallecido Manuel de Guevara y Vasconcelos y remplazará
    al Interino Juan de Casas (1807-09).

    Ese año, 1809, coincidió con una notable
    recuperación económica de la provincia de Caracas;
    el fin de la guerra marítima con Gran Bretaña, hizo
    una año record para las exportaciones de los hacendados
    criollos. Los mantuanos por muchos años practicaron el
    contrabando, por ello su oposición a la
    Compañía Guipuzcoana.

    A finales de 1809 circulaban en Caracas rumores que:
    España había sido totalmente dominada por los
    franceses, los rumores caraqueños se adelantaron a los
    acontecimiento por unos días: los franceses lograron
    apoderarse de Sevilla en enero de 1810, con lo cual la Junta
    Suprema y Gubernativa se desbandó y fue sustituida poco
    después por un Consejo de Regencia cuya sede será
    Cádiz. A finales de febrero, desembarcaron en La Guaira
    los tripulantes de la goleta Rosa, se trasladaron a Caracas a
    ofrecer sus mercancías, pero también informaron
    sobre los últimos acontecimientos españoles. El
    Intendente de Ejercito y Real Hacienda escribiría que:
    "… empezó en Caracas un rumor sordo de que
    España estaba perdida y no dejaron de esparcirse y
    propagarse en todo el mes de marzo…".

    El 2 de abril fue delatada a las autoridades la
    conspiración de la Casa de la Misericordia, pero, Emparan
    se limitó a confinar en sus haciendas a varios que
    aparecían implicados, entre ellos los hermanos
    Bolívar.

    El 14 de abril de 1810 llegó a Puerto Cabello el
    bergantín español Palomo, por sus tripulantes se
    supo oficialmente en Caracas a los tres días de la toma de
    Sevilla por los franceses, la disolución de la Junta y la
    formación de la Regencia. El 18 llegaron a La Guaira tres
    comisionados de la Regencia, dieron noticias acerca de las
    medidas de defensa que se adoptaban en Cádiz contra el
    ejército invasor. Emparan ordenó imprimir y fijar
    carteles para informar al público que se habían
    recibido noticias muy importantes de España pero no
    especificó cuales. Pero posiblemente traían una
    alocución fechada el 14 de febrero en donde se anunciaba
    la convocatoria de las Cortes de Cádiz y les decía:
    "… desde este momento, españoles americanos, os veis
    elevados a la dignidad de hombres libres (…) vuestros
    destinos ya no dependen de los ministros, ni de los virreyes, ni
    de los gobernadores: están en vuestras
    manos…".

    Los partidarios caraqueños de la creación
    de una Junta Suprema se reunían durante el día 18
    de abril hasta altas horas de la noche y la madrugada del 19,
    algunos recorrían la ciudad para informar de los hechos,
    era un secreto a voces de que iba a suceder el Jueves
    Santo.

    El 19 de abril, en la mañana, los miembros del
    Cabildo se reunieron en la sede del mismo; enviaron a dos
    regidores a invitar a Emparan (Presidente de la Cámara), a
    lo cual accedió, al llegar se encuentra con la
    celebración de un Cabildo extraordinario que él no
    había convocado, siendo Emparan el único legalmente
    autorizado para hacerlo. Cuando se le planteó la necesidad
    de crear una Junta presidida por él, Emparan
    manifestó que la situación militar no era
    crítica, Emparan argumentó que si la Junta Suprema
    de Sevilla había cesado, la Regencia de Cádiz la
    había sustituido; pero los miembros del Cabildo le
    replicaron que este último cuerpo no era legítimo,
    pues había sido electo por los comerciantes y no por el
    pueblo, ni por las juntas; decían además que la
    provincia de Venezuela tenía tanto derecho a crear su
    propia Junta como las provincias españolas de Galicia,
    Murcia, Aragón, Sevilla o Cádiz. Todas
    reconocían por rey a Fernando VII, pero la Regencia no
    tenía derechos a ejercer soberanía sobre la
    provincia de Caracas. Pero, Emparan cortó el debate
    alegando que era hora de asistir a los oficios religiosos de la
    Catedral. Acompañado por los miembros del cabildo
    cruzó la plaza mayor en medio de una inquieta multitud
    allí congregada, conocedora de los
    acontecimientos.

    El hecho que Emparan fuese un afrancesado hacía
    poco probable que defendiese con ardor a la monarquía
    española representada por la dividida resistencia
    metropolitana. Las dudas respecto a la lealtad de Emparan le
    merecieron, en España, una investigación sobre su
    actuación como Capitán General. Así tenemos
    que: tanto en diciembre de 1809 como en marzo de 1810, cuando se
    conspiraba para instalar una Junta, Emparan hizo poco más
    que tratar de disuadir a los conspiradores calladamente. En
    definitiva Don Vicente Emparan no era el hombre indicado para
    defender el viejo sistema monárquico-imperial en el
    momento que se vio retado.

    De acuerdo con el Acta levantada ese 19 de abril
    tenemos: "… ya disuelto el primer tratado marchaba el
    Cuerpo capitular a la Iglesia Metropolitana tuvo por conveniente
    y necesario retroceder a la Sala del Ayuntamiento para tratar de
    nuevo sobre la seguridad y tranquilidad pública. Y
    entonces aumentándose la congregación popular y sus
    clamores por lo que más le importaba, nombró para
    que representará sus derechos y en calidad de diputado a
    los señores Don José Cortés de Madariaga
    (…) y abierto el tratado por el señor Presidente
    [Emparan] habló en primer lugar después de su
    señoría, el diputado primero en el orden con que
    quedan nominados [Madariaga], alegando los fundamentos y razones
    del caso, en cuya inteligencia dijo entre otras cosas el
    señor Presidente [Emparan] que no quería
    ningún mando, y saliendo ambos al balcón
    notificaron al pueblo su deliberación, y resultando
    conforme en que el mando supremo quedase depositado en este
    Ayuntamiento…"

    De la lectura anterior se puede apreciar que la Junta
    Conservadora de los Derechos de Fernando VII, asume una
    posición autónoma con respecto a la Regencia de
    Cádiz. Recuerden que la soberanía reside en el Rey
    y a falta de éste la soberanía pasa al pueblo, por
    ello es que seleccionan a representantes del pueblo, claro, entre
    los mantuanos. En el acta se expresa que Emparan renuncia en la
    reunión y después sale al balcón a notificar
    su decisión. Una vez destituidas las autoridades
    españolas obedientes a la Regencia y asumir los mantuanos
    el poder político en nombre de los Derechos del rey
    cautivo. Inmediatamente se procedió a nombrar las nuevas
    autoridades, en el acta levantada extraemos: "… que siendo
    indispensable que todos los nuevos empleados para ejercer y
    cubrir las plazas de los que anteriormente servían en
    diversos empleos, en que se les mandó cesar por el Acta
    que antecede, se hagan comparecer a aquellas para que a presencia
    de este respetado Cuerpo presten el correspondiente juramento,
    prometiendo en él guardar, cumplir, y ejecutar, y hacer
    que se guarden , y ejecuten todas y cualesquiera órdenes
    que se den por esta Suprema Autoridad Soberana de estas
    provincias a nombre de nuestro Rey y Señor Don Fernando
    Séptimo, que Dios guarde, injustamente cautivo, por la
    traidora nación francesa, sosteniendo los derechos de la
    Patria, del Rey y Religión, y de no obedecer ningún
    orden que les sea dada por los jefes anteriores ya
    depuestos…"

    El 20 de abril, Martín Tovar y José
    Llamosas, redactan una Proclama a los habitantes de Venezuela, en
    dicha proclama expresan que los caraqueños decidieron:
    "… construir una Soberanía
    Provisional
    …" Caracas posteriormente los
    convocaría oportunamente para: "… tomar en el
    ejercicio de la Suprema autoridad con propósito al mayor
    número de individuos de cada provincia…".
    Ésta fue la promesa de llamar a elecciones para lograr una
    representación que le diera legitimidad a la nueva
    instancia de poder político, lo que se llamaría
    Junta de Diputados de las Provincias de Venezuela.

    Los caraqueños juntistas estaban conscientes que
    después del 19 de abril Caracas dejó de
    aceptársele automáticamente centro político,
    con la ausencia de las autoridades de la Monarquía que
    imponía la unidad administrativa de la región, las
    demás provincias reclamaban también su
    autonomía.

    La Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII,
    estuvo conformada por 23 vocales (mantuanos) y entre ellos se
    obtendrían un Presidente y Vicepresidente, quienes se
    rotarían semanalmente en sus funciones. El 27 de abril la
    Junta dirigirá otra proclama, pero esta vez a los Cabildos
    de las ciudades americanas, en donde se les explica lo sucedido
    en Caracas, de ella extraemos: "… una es nuestra causa, una
    debe ser nuestra divisa: fidelidad a nuestro desgraciado monarca,
    guerra a su tirano opresor, fraternidad y
    constancia…"

    En la Gazeta de Caracas del 18 de mayo se lee: "La Junta
    Conservadora de los Derechos de Fernando VII obliga a los
    empleados a llevar una medalla de oro costeada por la Real
    Hacienda en que estará grabado el busto de el señor
    Don Fernando VII…"

    La Junta Suprema Conservadora de los Derechos de
    Fernando VII, envió emisarios al exterior y dato curioso,
    los enviados eran considerados como radicales, una forma de
    mantenerlos lejos de los acontecimientos. También
    envió emisarios a las principales ciudades que conformaban
    la Capitanía General de Venezuela (instituida 33
    años antes, es decir, en 1777) para invitarlas a la
    adhesión a Caracas. Como todos sabemos Maracaibo, Coro y
    Guayana siguieron fiel a la Regencia de Cádiz. El 21 de
    abril la Municipalidad de Valencia (perteneciente a la provincia
    de Caracas) se adhiere a la Junta Suprema, estando presente en la
    sesión el Comisionado de la Junta Juan Toro. El 26 de
    abril Cumaná, el 27 Barcelona (separada de Cumaná),
    el 4 de mayo Margarita, el 5 de mayo Barinas, San Felipe el 30 de
    mayo, Mérida el 16 de septiembre, Trujillo el 9 de
    octubre, estas dos últimas separadas de la provincia de
    Maracaibo.

    Es necesario recordar que las conexiones con las otras
    provincias de la Capitanía General de Venezuela eran
    escasas y solo las impuestas por las instituciones
    monárquicas. Las otras provincias coexistían en
    unas relaciones más o menos autónomas respecto a
    Caracas: tenían microeconomías propias, una
    configuración social distinta y élites locales
    independientes sobre las que Caracas tenía muy poco
    control e influencia (Mac Kinley, 1993). Uno de los graves
    problemas de algunos aficionados de la historia, es que confunden
    a la Provincia de Caracas o de Venezuela, con la totalidad de las
    Provincias de la Capitanía. De allí el error de
    creer que la historia de la Provincia de Caracas es la misma que
    la historia de la Provincia de Maracaibo o Cumaná,
    caraqueñizan la historia de todo el territorio de la
    Venezuela.

    El 1º de octubre de 1810 fue delatada una
    conspiración en contra de la Junta Conservadora de los
    Derechos de Fernando VII, que se conoció como la
    Conspiración de los Linares. Que pretendía
    sustituir a la Junta Suprema por otra que reconociera a la
    regencia de Cádiz; estaban implicados los hermanos
    González de Linares, el Director de Renta del tabaco, el
    Marqués de Casa León, el Arzobispo Coll y Prat y
    Antonio Guzmán (abuelo de Antonio Guzmán Blanco).
    Cuando la Regencia de Cádiz se enteró de lo
    sucedido en Caracas, designa al gobernador de Maracaibo Fernando
    Miyares: Capitán General de Venezuela y envía a
    Puerto Rico al comisionado Antonio Cortabarría para la
    pacificación de Caracas.

    En este mismo mes de octubre, cuando en Caracas se
    enteraron que Simón Bolívar pensaba traerse de
    Londres a Francisco de Miranda, La Junta Suprema, prohibió
    inmediatamente la entrada de éste a la
    Provincia.

    La Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII,
    había prometido la conformación de una Junta de
    Diputados de las Provincias de Venezuela; ahora bien, el problema
    era cómo sería la elección o la escogencia
    de dichos diputados, pero fue solucionado, el 11 de junio de
    1810, con la propuesta de Juan Germán Roscio, en su
    reglamento para la elección de los diputados: el proceso
    electoral sería de segundo grado, tenían derecho al
    voto, los varones libres, mayores de 25 años (21 si eran
    casados), que tuvieran domicilio fijo o fuera por lo menos
    propietarios de 2000 pesos en bienes muebles o raíces.
    Quedando excluidos: las mujeres, los peones, los conuqueros,
    asalariados, deudores, entre otros, es decir el pueblo
    (soberano).

    El 2 de marzo de 1811, se reunieron 30 de los 45
    diputados elegidos, de las siete provincias que no reconocieron
    el Consejo de Regencia de Cádiz. Por Valencia salieron
    electos Luis José Cazorla, Manuel Moreno de Mendoza
    (ejecutivo), Juan Rodríguez del Toro (suplente) y Fernando
    Peñalver. Ese día, antes de instalarse, en la
    Catedral juraron los diputados "…conservar y defender los
    Derechos de la Patria y los del señor Don Fernando VII,
    sin la menor relación o influjo de la Francia…"
    (Recordemos que para ese momento la patria es
    España).

    Por un instante vamos a retroceder al 12 de enero de
    1809, cuando Napoleón Bonaparte se dirige a las colonias
    americanas: "… desde este momento, españoles
    americanos os veis elevados a la dignidad de hombres libres: no
    sois ya los mismos que antes, encorvados bajo un yugo mucho
    más duro mientras más distantes estabais del centro
    del poder, mirados con indiferencia, vejados por la codicia y
    destruidos por la ignorancia…"

    Por qué los mantuanos de aquel 19 de abril le
    dijeron no a la ruptura radical del nexo colonial, no a la
    independencia que ofrecía Bonaparte, no a la
    Declaración de los Derechos del Hombre que le daba
    libertad a los esclavos, no a la desaparición de los
    títulos y privilegios de castas, no a la justicia social,
    no a la república. El 11 de mayo de 1810, aparece
    publicado en la Gazeta de Caracas lo siguiente: "… la Junta
    Conservadora de los Derechos de Fernando VII está segura
    que ni en su suerte ni en la de Venezuela, influirán nada,
    ni las amenazas, ni las intrigas, ni los ejércitos de
    Napoleón Bonaparte…" Manuel Caballero nos dice que:
    "… En 1750, la aristocracia caraqueña era
    extremadamente radical, y un viajero llegó a decir que los
    venezolanos eran los franceses de América. Con todo, eso
    no pasaba de ser divertimiento de aristócratas
    ociosos…"

    Los sucesos del 19 de abril, no son otra cosa que el
    desenlace esperado e inevitable de una sucesión de
    acontecimientos donde la responsabilidad recae sobre la Corona,
    mejor dicho, provocado por las autoridades españolas
    (Quintero, 1993).

    El 19 de abril de 1810, fue, como hemos visto, el
    último acto de obediencia y lealtad que los blancos
    criollos, mantuanos, aristocracia o como se les quiera llamar, le
    rindieron a la Corana española en representación de
    su rey cautivo Fernando VII. El objetivo, reunir a los diputados
    a partir del 2 de marzo, fue legitimar una Junta representativa
    de la mayoría de las provincias. Que más adelante,
    el 5 de julio de 1811 se declarará la independencia es
    otra cosa que la podemos analizar cuando me inviten un 5 de
    julio.

    Ahora bien, por qué este día es día
    de fiesta patria o fiesta nacional. Sencillo: en la primera
    presidencia del general José Antonio Páez, se
    promulga la primera ley venezolana de Fiestas Nacionales que fue
    aprobada el 15 de abril de 1834 por el Congreso y refrendada por
    el Ejecutivo el 16 del mismo mes. En donde se declaraba como:
    "Grandes días nacionales el 19 de abril y el 5 de julio en
    conmemoración del movimiento revolucionario iniciado en
    Caracas el 19 de abril de 1810 y de la declaración de la
    independencia el 05 de julio de 1811.

    Señoras y señores. El 19 de abril no fue
    lo que piensan o creen muchos venezolanos.

    Muchas gracias.

    Fuentes Consultadas

    Almarza, Angel y Rosangel Vargas (2010).
    ¿Qué pasó el 19 de abril de 1810?
    Reflexiones, mitos en torno a una
    fecha.http://www.ucv.ve/sobre-la-ucv/bicentenario-de-la-ucv/historia/que-paso-el-19-de-abril.html

    Caballero, Manuel (1996). De la pequeña Venecia a
    la Gran Venezuela. Caracas. Monte Ávila Editores
    Latinoamericana.

    Documentario de la Libertad (1983). Actas del 19 de
    abril de 1810. Caracas. Ediciones de la Presidencia de la
    República.

    Fundación Polar (1997). Diccionario de Historia
    de Venezuela. 2da. Edic. Caracas.

    Mc Kinley, P Michael (1993). Caracas antes de la
    independencia. Caracas. Monte Ávila Editores
    Latinoamericanos.

    Pérez Vila Manuel (1997). Conspiración de
    los mantuanos. En: Diccionario de Historia de Venezuela. 2da.
    Edic. Caracas. Fundación Polar.

    Quintero, Inés (1993). De la epifanía de
    la historia a la negación del pasado (ideas en torno al
    descubrimiento, conquista y colonización española).
    En: Los grandes períodos y temas de la historia de
    Venezuela (V Centenario). Coordinador Luis C Rodríguez.
    Caracas. Instituto de Estudios Hispanoamericanos. UCV.

    Ubieto, Antonio, Juan M. Jover y Carlos seco (1969).
    Introducción a la Historia de España. Barcelona.
    Editorial Teide.

     

     

    Autor:

    Luis Rafael Garcia Jiménez

     

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