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La Muerte: Definición y características




Enviado por Jeff LlanoMoya



  1. Qué significa la muerte para los seres
    humanos
  2. La
    muerte es un fin biológico o es la finalidad de la
    vida humana
  3. Es lo
    mismo vivir y existir
  4. Ideas
    sobre la muerte
  5. El ser
    humano como ser mortal
  6. Mortalidad y proyecto
  7. La
    muerte en la cultura
  8. La
    muerte como preocupación
  9. La
    conciencia de la muerte
  10. La
    muerte como motor del acto de filosofar
  11. Muerte y alegría de
    vivir
  12. Muerte y sentido de la
    existencia
  13. Vocabulario
  14. Bibliografía

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Desde un punto de vista genérico, la
muerte es la finalización de
las actividades vitales de un organismo. En el caso
particular de la realidad humana, la definición vigente
desde un punto de vista médico y legal alude a la
cesación de toda actividad en el encéfalo,
demandándose además que esta finalización
sea completamente irreversible.

Con el cometido de comprobar esta
situación, deben cumplimentarse una serie
de procedimientos y de protocolos rigurosamente
pautados.Es preciso señalar que la definición de
muerte ha sufrido una serie de variaciones a lo largo de la
historia. En el pasado, el criterio para declarar
clínicamente muerta a una persona era la ausencia de
respiración y de latidos en el corazón. Con la
evolución de la tecnología empleada, que
permitió la conservación artificial de
la actividad cardiaca y respiratoria en pacientes, este
criterio debió ser revisado.

Además, otra circunstancia
hacía necesaria esta revisión: la posibilidad de
utilizar los órganos de pacientes carentes de actividad
cerebral para salvar vidas. Es por ello que luego de un
período de evaluación, la comunidad
médica decidió adoptar la nueva definición
de muerte, aquella que hace énfasis en el papel del
cerebro como articulador principal de las funciones del
cuerpo.

La muerte es
el término de la vida a causa de la
imposibilidad orgánica de sostener el proceso
homeostático. Se trata del final del organismo vivo que se
había creado a partir de un nacimiento.

El concepto de muerte, de todas maneras, ha
variado a lo largo de la historia. En la
antigüedad se consideraba que la muerte, como evento,
tenía lugar cuando el corazón dejaba de latir y el
ser vivo ya no respiraba. Con el avance de la ciencia, la
muerte pasó a entenderse como un proceso que, a partir de
un cierto momento, se vuelve irreversible.

En la actualidad,
una persona puede haber dejado de respirar por
sus propios medios y, sin embargo, seguir con vida a
través de un respirador artificial Por otra parte, puede
hablarse de muerte cerebral para hacer
referencia al cese completo e irreversible de la actividad
cerebral.

Más allá de
la biología, existe una concepción
social y religiosa sobre la muerte. Se suele considerar a la
muerte como la separación del cuerpo y el
alma. Por lo tanto, la muerte implicaría el final de la
vida física pero no de la existencia. La creencia en la
rencarnación también es bastante
común.

La muerte es el poder absoluto que dispone de nosotros.
Ella nos pone el límite, finiquita nuestra existencia.
Mientras podemos ocasionar y anticipar, panificar y ordenar
muchas cosas, se sustrae la muerte a la arremetida
estratégica. Ella viene, cuando quiere, viene como el
ladrón en la noche. A cada momento es posible que ella
asalte. En el entorno de su vida puede el hombre disponer de
algo, tiene poder de disposición sobre cosas y procesos
pero no tiene poder de disposición sobre la muerte,
él está entregado a ella. La muerte aparece como el
señor infinito sobre los vivientes, que tiemblan ante
ella. Pero esto vale en un sentido muy determinado. El hombre no
puede mantener a distancia a la muerte, no puede escapar a ella,
no puede ocultarse ni esconderse de ella. A cada cual lo alcanza
– precisamente con una "seguridad mortal"

Qué
significa la muerte para los seres humanos

El sentido de la muerte se encuentra en la vida misma,
en cuanto sabemos que vamos a morir, dirigimos nuestros esfuerzos
hacia la vida intensamente vivida, el morir nos enseña a
amar, querer, recordar. La muerte postergada hacia la eternidad
no puede sino constituir el más absurdo de los absurdos.
En cuanto ésta dejaría de ser fuente de vida, vivir
en el más acá, requiere la certeza de la finitud.
La muerte es un espejo en el cual contemplamos nuestra vida
entera, la historia personal se perfila hacia
un proyecto común de todos los hombres, de los
que están y los que vendrán,
el dialogo del espíritu con
el corazón, resuelven su acuerdo de vida en un
instante, el corazón ofrece energía para la
acción, y el espíritu ofrece un viaje hacia el
crecimiento. Entender esto, significa entender que la vida misma
no es más que un periodo pequeño de nuestra
existencia.

La vida cobra sentido en cuanto se revela como un
transito, morir es cambiar de estado y el bien morir puede ser
entendido en términos de desprenderse finalmente de todo
lo material que nos confina a este mundo para facilitarnos el
paso a la eternidad. El bien morir es estar dispuesto con
humildad a despedirse de la vida, entregar la existencia que nos
fue dada, sin rencores ni arrepentimientos, sin culpa y sin
dolor.

¿Porqué vivir si sabemos que vamos a
morir?

Porque en la vida encontramos el significado de la
existencia y en la muerte encontramos el significado de la vida,
el convencimiento de nuestra muerte nos impulsa a trabajar, a
hacer, a producir, sin posponer inútilmente nuestro
destino. La presencia de la muerte nos pone frente a nuestra
responsabilidad, que es la de hacer de la vida el sentido mismo
de la existencia.

La muerte es un
fin biológico o es la finalidad de la vida
humana

La muerte como acontecimiento
biológico y personal .A la luz de esta
concepción unitaria del hombre cuerpo-alma,
¿qué significa la muerte? La definición
clásica de muerte como separación del alma y
del cuerpo se caracteriza por una grave
indigencia antropológica, pues presenta la muerte
como algo que afecta solamente a la «corporalidad
humana» y deja al «alma» completamente
intacta. Esta descripción considera la muerte como
un hecho biológico: cuando las energías
biológicas del hombre llegan al punto cero, entonces
sobreviene la muerte. Esta concepción
sugiere también que la muerte es algo que sobreviene
extrínsecamente a la vida: ambas, muerte y vida, se
oponen; no existe entre ellas
ninguna interrelación.

Por ello, en la definición clásica, la
muerte es un acontecimiento que aparece sólo al final
de la vida biológica. Por el contrario, en la
visión antropológica que hemos expuesto la
muerte surge no como un simple hecho biológico, sino
como un fenómeno específicamente
humano.

La muerte afecta a la totalidad del hombre
y no únicamente a su cuerpo. Si el cuerpo es afectado
y constituye una parte esencial del alma, entonces
también el alma queda envuelta en el círculo
de la muerte. Además, la muerte humana no es algo
que llegue como un ladrón al final de la vida:
está presente en la existencia del hombre, en cada
momento y siempre, a partir del instante en que el hombre
aparece en el mundo55. Las fuerzas se van gastando, y el
hombre va muriendo a plazos, hasta acabar de morir. La vida
humana es esencialmente mortal o, como dice
san Agustín, en el hombre hay una muerte vital56. La
muerte no existe. Lo que existe es el hombre moribundo, como
un ser para la muerte. Esta no viene desde fuera, sino que
crece y madura en la vida del hombre mortal. De esta forma,
la experiencia de la vida coincide con la experiencia de la
muerte. Prepararse para la muerte significa prepararse para
la vida verdadera, auténtica y plena. De ahí se
sigue que la escatología no está aislada de la
vida y proyectada hacia un futuro distante, sino que es un
acontecimiento de cada instante de la vida mortal. La muerte
acontece continuamente, y cada instante puede ser el
último.

La planta perece, el animal fina. ¿Qué
ocurre ahí, pues, con planta y animal? ¿Cómo
puede algo que "es", súbitamente concluir? ¿No es
este concluir un tránsito a otro estado de ser, similar a
como el bloque granítico pasa a ser polvo en su
despedazarse? Evidentemente, eso no podemos decirlo de lo vivo.
Lo vivo no puede mantenerse siempre en su ser-vivo, él
finaliza en el ser-muerto. ¿Pero qué hay con este
ser-muerto? (…) ¿Es acaso el muerto en
absoluto? A partir de la cópula también la nada es
un "ente", pues decimos a lo mejor que "es" la negación de
todo lo ente. ¿Qué pensamos propiamente cuando
declaramos a "lo vivo" como "muerto"? Lo hasta ahora vivo ha
desaparecido— pero no se ha "retirado", no se ha ocultado,
sustraído a la visibilidad. Se ha apagado, se ha
aniquilado. El finalizar del ser vivo no es el giro de un
determinado estado de ser a otro, sino un giro de ser en nada.
Más encima, el hablar de giro es siempre desorientador, ya
que en general a cada giro le pertenece algo que gira, a cada
metabole un hypomenon. Cuando una cosa llega a
ser más grande o más chica, cuando cambia de color
y demás, entonces tiene que permanecer la cosa como el
fundamento que está a la base para que pueda tener en ella
un giro. Pero el giro de la vida al ser-muerto no puede ocurrir
en un portador sustancial que esté a la base del
giro.

Es lo mismo vivir
y existir

Cuando hablamos de Vivir me imagino a
cualquier persona que se despierta y lleva acabo una rutina muy
parecida o mejor dicho casi exacta a la del día anterior,
a esa persona que quizás solo Vive porque tiene
que pagar un Auto, porque tiene hijos que lo (a) necesitan, o
quizás tiene un Novio (a) y creen que es el "Principio y
el Fin de sus Vidas", y sienten que esa vida que lleva es su
Felicidad, cada día se despierta y siente que tiene
Felicidad porque alguien en este mundo los necesita, o porque
tienen muchas cosas materiales como para pensar en otra cosa que
no sea el "uno mismo", y es así como uno se
acostumbra a vivir, hasta caer en la Rutina y no es que este
encontrar de la Rutina, simplemente a veces considero que es mala
compañera pero por otro lado si no tuviéramos una
Rutina estaríamos perdidos, aunque el punto es que la
misma Rutina cansa. Ahora Cuando escucho a alguien que me dice la
palabra Existir lo relaciono con alguien que lleve una
Rutina (ir al Escuela, ir al Trabajo, etc..), pero cada
día hace algo diferente Rompe con esa Rutina, si tenia que
comenzar "moviendo el pie derecho inicia con el
Izquierdo" y con ese movimiento rompió la rutina,
comienza a cuestionar las cosas que hace en su Hogar, en su
Trabajo, en su Escuela, sin llegar a lastimar a otros, intenta
mejorar procesos que quizás el mismo realizo, comienza a
no solo Vivir "porque así lo quiere algún Ser
supremo o porque si no Vivo habrá terceros
lastimados". Ya abordando este tema me recuerda una Frase de
Rene Descartes que sino mal recuerdo dice "Si dudo Pienso, Si
pienso Existo"; sus palabras para mi son exactas al punto
que quiero llegar ("NO DEJEMOS DE EXISTIR, Y COMENZEMOS A
SOLO VIVIR"); no importa la Edad, el Sexo, hay que hacer
cosas que quizás parezcan algo locas, porque bueno debemos
tener algo que contar a los Hijos, Nietos.

Existir o vivir

"Una roca existe, una persona vive", y es muy cierto,
sin embargo, no todas las personas viven, si una persona estas
vacía, o no tiene sueños o metas altas, si solo se
alimenta, y trabaja para mejorar su calidad de habitar, si
respira, pero no goza, esa persona no esta viva, solo existe,
ocupa espacio.Amigo y todos los que lean esto: vivan, sientan, la
alegría, la tristeza, el entusiasmo, tracen sueños
inalcanzables y luchen por ellos, por sus ideales, sientan la
libertad, y solo entonces sabrán la diferencia entre vivir
y existir.

 Todo lo que nos rodea posee
energía pero si preguntas en lo que es respirar sentir ver
el ser humano y las criaturas seres vivientes que están en
el mundo viven ya que la vida es un ciclo que tiene comienzo
desarrollo y final y las cosas como objetos piedras etc.
pueden estar millones de años existiendo por que no
están vivas pero existen

¿Existir o vivir? Mejor
vivir

Dependiendo el punto de vista que se le de, puede variar
la perspectiva sobre vivir o existir, que poseamos cada uno. Me
explico, mientras respiremos estaremos vivos, y por ende,
existimos. Pero el termino de existir, es relativo ya que un
florero, un libro, un carro, etc., también existen! es
decir, que al ocupar un espacio determinado en este planeta ya
estamos existiendo. Quiero decir con esto, que a mi concepto no
usaría el término existir… En respuesta a tu
pregunta, preferiría vivir, saber que estoy vivo y
sentido. Ya que muchas personas existen pero pocas viven o saber
vivir.

Ideas sobre la
muerte

El ser humano en general, le tiene temor a la muerte y
esto se debe a la ignorancia. Uno siempre teme a lo que
desconoce. Cuando la conciencia despierta, la ignorancia
desaparece y deja de existir el temor a la muerte. Nadie muere en
la víspera. El ser humano muere el día y a la hora
que señala la Ley del Destino. "La causa de la muerte es
el pecado", dicen las Sagradas Escrituras; realmente el ser
humano al cometer el pecado original en aquel Paraíso
Terrenal, quedó sometido a una cadena de muertes y
nacimientos, de las cuales solo podrá liberarse cuando
nazca por segunda vez de su energía creadora
–semen-, cuando sea bautizado –transmutado- por el
Espíritu Santo en Matrimonio Perfecto. San Pablo nos dice
en la Biblia que el ser humano posee un cuerpo carnal y un cuerpo
espiritual. A este cuerpo carnal se le llama "cuerpo
físico" y al cuerpo espiritual le llamamos "alma o cuerpo
astral". Estos cuerpos están unidos por un cordón
fluídico o energético, que en esoterismo se
denomina "Cordón de plata". Primer Juicio.

Al morir, el desencarnado es sometido a un primer
juicio. El desencarnado cae en un desmayo de tres días y
la vida que acaba de pasar comienza a verla como una
película, en forma retrospectiva, desde la muerte hasta el
nacimiento acompañado por los seres queridos que ya han
partido. Al ver los malos actos cometidos siente vergüenza y
se alegra al contemplar las buenas acciones. Se dice que el
desencarnado ésta recogiendo sus pasos. Este juicio es
realizado por la Ley Divina para que el desencarnado haga
conciencia de las buenas y malas obras que realizó en la
vida. Después de realizado el primer juicio, un
Ángel de la Muerte, que trabaja bajo la dirección
del Maestro ORIFIEL de Saturno, corta el cordón de plata
que une al cuerpo físico con el cuerpo astral o alma. Los
moribundos suelen ver el Ángel de la Muerte como una
figura esquelética, espectral, bastante horrible.
Realmente lo que sucede, es que este ángel se reviste con
el traje que corresponde a su oficio.

Las vestiduras funerales y las esqueléticas
figuras de los Ángeles de la Muerte, horrorizan a aquellos
que todavía no han despertado la conciencia. Ha ocurrido
muchas veces, que a personas a las que se les está
realizando el primer juicio, revisando la película de su
vida, han regresado nuevamente a la vida. Segundo Juicio. Cuando
el cuerpo duerme, el alma o cuerpo astral se desplaza a la cuarta
dimensión, llamado el mundo de los sueños, a
través de esa alma viaja y se manifiestan los YOES o
DEFECTOS de cada ser humano. Igual ocurre al morir, los YOES o
EGOS se desplazan con el alma a la cuarta y quinta
dimensión de la naturaleza. En el mundo molecular se
realiza el 2° JUICIO y volvemos a revivir nuestras vidas,
pero en forma mucho más lenta. Este proceso se cumple
desde la ancianidad hasta la niñez y el nacimiento. Los
desencarnados visitan entonces aquellos lugares con los cuales se
relacionaron. Revive cada escena de su vida, dicen y hacen lo
mismo que hicieron, sintiendo alegría por las buenas obras
y profundo dolor moral por las malas.

El ser humano
como ser mortal

El "ser-mortal" del hombre es una determinación
de nuestro ser, que cada uno conoce, acerca de la cual cada uno
sabe de un modo peculiar— pero que al mismo tiempo es
difícil de concebir e interpretar. Hemos intentado
considerarla como una determinación-esencial, que le
pertenece a lo humano como tal, como carácter fundamental
de la existencia humana, que no es propia ni del animal, ni de
Dios. Pero, ¿cómo somos nosotros "mortales"? Si de
ordinario pronunciamos determinaciones de las cosas, presuponemos
que estas determinaciones le corresponden a las cosas, mientras y
en tanto las cosas "son", persisten, perduran; la consistencia de
la cosa constituye el presupuesto obvio para la
adscripción de determinaciones. En la multiplicidad de las
determinaciones contables se articula el persistir y durar de las
cosas de este modo y de otro. La cosa es portadora de
propiedades. Las propiedades le corresponden a ella, en tanto
ella, mientras ella y hasta tanto ella persiste. La cosa es lo
que sustancialmente se mantiene, mientras en este portador que se
mantiene permanecen o cambian ciertas propiedades.

Mortalidad y
proyecto

Para medir la mortalidad y poder comparar las
defunciones de unos países y otros independientemente de
su tamaño o de la población total, se utilizan
las Tasas de Mortalidad, que representan el número de
defunciones en un periodo de tiempo determinado (normalmente
anual) por cada mil habitantes de ese lugar. Para su
cálculo se dividen las muertes ocurridas durante ese
periodo por el número medio de habitantes del lugar
durante ese periodo y se multiplica por mil. El resultado por lo
tanto se expresa en Tantos por mil (%o).

Elaborar un proyecto de vida es importante porque te
permite plasmar tus ideas, tus metas, tus objetivos, tus
sueños, tus deseos, etc. Es una forma de aterrizarlos,
ponerlos en perspectiva para que puedas visualizar las distintas
rutas que hay para lograrlos y esto te permita escoger
cuál es la mejor opción que tienes considerando de
dónde estás partiendo y las herramientas con que
cuentas.

Veámoslo de esta forma: cuando tú deseas
lograr algo, lo primero que haces es imaginártelo. Pero la
primera vez siempre presenta muchas lagunas (detalles que no
fueron contemplados en esa visión que tuviste), en la
medida que esa visión siga frecuentando tu mente y te
tomes el tiempo de detallarlo, en esa medida comienzas a pasarlo
de ser una idea intangible a un deseo que comienza
habitúeselos convertirse en realidad. Es como una
creación, algo a lo que le estás dando vida. Y
créeme que cuando te digo que una de las actividades
más bellas que puede hacer cualquier ser humano es
precisamente ésta, la de crear algo de la nada. Es como
hacer magia.

También lo podemos definir como lo que queremos
hacer con nuestra vida, qué caminos queremos tomar.
Debemos tener un sólido, claro y fuerte proyecto de
vida.

La muerte en la
cultura

La concepción de la muerte como fin o como
tránsito, su creencia en una vida después de la
muerte, en el Juicio Final… actúan como
condicionantes para la actuación de los individuos en un
sentido u otro. La idea de inmortalidad y la creencia
en el Más allá aparecen de una forma u
otra en prácticamente todas las sociedades y momentos
históricos. Sin embargo, hasta ahora no existen evidencias
concluyentes a favor de esa vida ultraterrena
(véase experiencia cercana a la muerte). Usualmente
se deja al arbitrio de los individuos, en el marco de los
conceptos dados por su sociedad, la decisión de creer o no
creer y en qué creer exactamente. La esperanza de vida en
el entorno social determina la presencia en la vida de los
individuos de la muerte, y su relación con ella. Su
presencia en el arte es constante, siendo uno de los elementos
dramáticos a los que más se recurre tanto en el
teatro, como en el cine o en novelas y relatos.

Muerte en la civilización
egipcia

La creencia inicial en la inmortalidad de dioses y
faraones, posteriormente extendida al resto de los egipcios,
significó que se practicara el embalsamamiento y la
momificación, para poder preservar la integridad del
individuo en la vida futura, según los textos de la
mitología egipcia.

Muerte en la civilización
maya

Según la religión maya, después de
la muerte el alma emprende un camino a Xibalbá (Mundo
Subterráneo), donde debe atravesar un río ayudado
de un perro (el xoloitz cuintle).Entre los diversos tipos de
muerte sagrada en Mesoamérica se encuentran: las mujeres
embarazadas muertas en el primer parto; las personas ahogadas,
suicidadas, muertas de lepra o sacrificadas y los guerreros
muertos en batalla pues la calidad de vida (buena o mala) no
importaba tanto como la forma de morir. Al final, las almas de
los que morían sagradamente también
descendían al inframundo. Los mayas consideraban que el
alma de una persona que iba al inframundo renacía en un
individuo dela misma especie, sin ningún recuerdo de la
vida anterior

La muerte como
preocupación

La preocupación por buscar respuestas respecto de
la muerte y el morir es tan antigua como el hombre mismo, y sobre
el particular hay múltiples ideas que pretenden explicar
el Inframundo, de las prácticas funerarias que cada
sociedad desarrolla, y muy en especial, del comportamiento
observado en la vida terrena, de ahí el título de
la obra, como advirtiendo: "dime cómo vives y te
diré qué Inframundo te espera".

La conseja popular dicen que es sabia, y ante un
problema de grandes magnitudes suele decirse: "Si tu problema
tiene solución para qué te preocupas y, si no la
tiene, para qué te preocupas". Esta máxima
podría aplicarse a cuestiones de carácter
doméstico, pero ante situaciones que involucren
ámbitos espirituales, la perspectiva cambia, entonces, se
aplica otra conseja que reza: "No le digas a Dios cuán
grande es tu problema; dile a tu problema, cuán grande es
tu Dios", y bajo esta perspectiva se desarrolla el
libro Construyendo la vida a partir de la
muerte. Entonces toma sentido estudiar un problema que no
tiene solución terrena, y el sujeto construye y
reconfigura una serie de imaginarios de la vida después de
la muerte.

La preocupación, entonces, se centra en buscar
respuestas que den cuenta de la etapa post mortem, es
decir, de la suerte que correrá el difunto de acuerdo a
una amplia evaluación celestial de su comportamiento en la
vida terrena, según adscripción religiosa. O lo
expresado por una de las co-autoras, Emma Leticia, quien dice
respecto a la preocupación del trabajo, estudiar el
imaginario: "Las ideas religiosas sobre la vida después de
la muerte y la vida eterna" (p. 259).

El tema de la muerte, entonces, se inscribe en los ritos
de paso, específicamente en los ritos funerarios, aquella
que estudia las costumbres mortuorias, y la concepción de
la vida eterna en el Inframundo. Otro tanto sucede en el ramo de
la tanatología, que se encarga del estudio integral e
interdisciplinario de la muerte. Celebro, en consecuencia, que
los autores hayan estudiado la perspectiva de la muerte como una
preocupación espiritual desde varias adscripciones
religiosas que van desde la católica y agrupaciones no
católicas denominadas evangélicas (pentecostal, neo
pentecostal, testigos de Jehová, Iglesia de México
o israelita, Asamblea de Dios, presbiteriana, metodista, bautista
y amistad cristiana). Todas ellas en el ámbito
veracruzano.

El trabajo, además, tiene otra particularidad,
que trabajaron con población adulta mayor (60 y más
años de edad), y esta perspectiva le da una
característica muy particular, pues se aduce que las
personas mayores son o muestran mayor práctica religiosa
que otro grupo poblacional, justamente porque experimentan
cercanía o probabilidad de morir. Veamos pues, a grandes
rasgos el contenido de los trabajos, y los invito a leer la obra
con la finalidad de que abunden en cada uno de ellos.

La conciencia de
la muerte

La consciencia de tener que morir, y no en un sentido
abstracto e irreal como la que todos tenemos, sino de forma
inmediata y sin dilación, tiene una gran importancia,
sobre todo para el propio moribundo. A pesar de ello, muchos
médicos sienten una profunda aversión a
explicar

A un enfermo de muerte su situación.
También los parientes intentan hacer concebir esperanzas
de curación al enfermo, lo que le dificulta tener un
conocimiento real del estado de las cosas y, por ello, le impide
la preparación y la espera consciente de la llegada
cercana de su muerte.

Actuando de ese modo acabamos confundiendo y
engañando al enfermo sobre la llegada de su propia muerte.
Normalmente ningún ser humano muere gustoso, pero poseer
la conciencia de tener que morir en un tiempo previsible es
imprescindible para poder ordenar los últimos días,
semanas o meses de vida y disponer las cosas que requieren
intervención.

Difícilmente habrá otra situación
que de forma tan directa y clara nos dé a entender que
vivimos en el instante del

"aquí y ahora" como el conocimiento de la muerte
que está a las puertas. Vivir esta fase de una manera
consciente es sin duda un regalo para el moribundo, como lo es
también para sus parientes y amigos, en quienes
permanecerá el recuerdo y la experiencia de la muerte .Los
seres humanos somos conscientes a diferencia de los animales de
la finitud de la vida y paralelamente poseemos instinto de
supervivencia.

Esta consciencia de la muerte permanece latente en
nuestro interior y cualquier estímulo puede despertarla en
un momento dado (observar como los padres envejecen, ver noticias
sobre accidentes, vivir la muerte de un amigo o
familiar…).

Cuando la conciencia de la muerte hace acto de
presencia, la reacción habitual es enmascararla o
apartarla de nosotros con pensamientos del tipo "aún me
queda mucho por vivir", "soy joven"… Aunque a veces, estos
pensamientos persisten, retorna la angustia y no nos queda
más remedio que gestionar el terror que nos
producen.

La muerte como
motor del acto de filosofar

La muerte nos hace pensar en la vida. Si diéramos
un significado a nuestra muerte, encontraremos una nueva
perspectiva para nuestra existencia.

Más allá del impacto de la idea que
proyectamos de nuestra muerte en nosotros mismos, también
el impacto de muertes que somos testigos tiene un gran efecto
sobre nuestra vida. Fue el hecho de presenciar una muerte que
llevó al Príncipe Siddhartha, el Buda
histórico, a abandonar el palacio en el cual vivía,
para dedicarse a la meditación en busca de una
solución efectiva para que cese el sufrimiento
humano.

Lo mismo sucede con aquellos que presenciaron el proceso
de una muerte y que se dejaron tocar por los poderosos efectos de
esa experiencia sobre su visión del mundo. Asistir a
alguien muriendo nos torna consientes de nuestros límites
humanos y nos lleva a ser más realistas y menos
pretenciosos en cuanto a nuestras posibilidades. Aun así,
no podemos olvidarnos de que aun encarando a la muerte de manera
positiva, ella continúa fea y dura de mirar.

Dice Lama Gangchen Rimpoche: "Si usted estuviera en una
situación negativa en el momento de su muerte, debe
recordar que la negatividad no trae nada. Por eso, regrese su
atención para su concentración interna y para su
auto-confianza". Creo que esa sea una tarea para una vida
entera.

Muerte y
alegría de vivir

La existencia es el tema
filosófico por excelencia, especialmente el del sentido de
nuestra vida. Ahora bien, no es seguro que tenga un
sentido.

El tema de la existencia y del sentido de ésta,
así como la concepción de la muerte, han sido temas
fundamentales del pensamiento filosófico a lo largo de la
historia, quizás incrementado a partir del siglo XIX con
autores como Schopenhauer , Kierkegaard ,
Nietzsche , preocupados por estas cuestiones
transcendentales.

Algunos autores quieren ver en la existencia de los
seres humanos en general, y de cada uno en particular, como el
fruto de un proyecto, por lo que la existencia tendría el
sentido de seguir los dictados y los deseos
del Creador . La existencia del ser humano sería
un elemento más de la Voluntad Divina.

Formamos parte de un proyecto superior en
el que nuestra aportación es importante y necesaria. Ese
sería el sentido. Todos los elementos relacionados con
nuestra existencia: el amor, la moral, estarían
relacionados con ese proyecto que nos supera y explica la
vida.

 La muerte de la gente, a mi juicio,
siempre es triste. No puede haber alegría que provenga de
ella. Pienso que el sentimiento más cómodo que
pueda surgir ante la muerte es la indiferencia. Como cuando
abrimos el periódico y encontramos que alguien ha muerto,
e incluso vemos su fotografía. Podríamos estar
seguros, no obstante, que esa muerte tiene su cercano, su
doliente; que no le puede dar alegría al que la mira como
pérdida. Si la muerte es un desaparecer ajeno, un
extinguirse algo vinculado a nosotros, debemos verla como un
evento que nos quita, que nos hace ver que siempre habrá
un momento en que no podemos tener lo que tenemos, y eso
significa, por ejemplo, no tener más una caricia, una voz,
una figura sólida, alguien que supo de nosotros, que
participó de nuestra historia y cuyos actos ya no
nutrirán nuestra memoria. Eso es muy triste, siempre
será triste No menos pasa cuando se trata de nuestra
propia muerte. Uno vive una vida al tiempo que se construye a
sí mismo. Y terminamos siendo muchas cosas, tantas como
los sentidos y la imaginación nos han permitido crear a
partir del mundo: mis padres, mi esposa, mis hijos, mi perro, mis
amigos, la brisa salobre del mar, una canción de amor, mis
éxitos, mis fracasos, mi forma de escribir, mi forma de
hablar, como percibo, como me perciben, mis recuerdos, el sexo,
mi música, mi coraje, la forma como me figuro el futuro…
Son muchas cosas las que perderíamos si muriéramos
y pienso que una sola de ellas, bien vivida, bastaría para
sentir tristeza al morir.Me atrevo a concluir que precisamente
porque la muerte es triste debemos aprender a afrontarla. Mirarla
con serenidad en tanto es ineludible. Padecer la ajena con la
seguridad de que nos enseña; y la propia, con la calma que
deberíamos tener cuando renunciamos a algo que siempre
supimos que no era para siempre.

Muerte y sentido
de la existencia

No deberíamos buscar un sentido abstracto a la
vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión que
cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido
concreto.   Los hechos que parecen robarle el
sentido a la vida incluyen no solo el sufrimiento o la angustia,
sino también la muerte.

El pesimista se parece a un hombre que observa con temor
y tristeza como su almanaque, colgado en la pared y del que a
diario arranca una hoja, a medida que transcurren los días
se va reduciendo cada vez más. Mientras que la persona que
ataca los problemas de la vida activamente es como un hombre que
arranca sucesivamente las hojas del calendario de su vida y las
va archivando cuidadosamente junto a los que le precedieron,
después de haber escrito unas cuantas notas al dorso. Y
así refleja con orgullo y goce toda la riqueza que
contienen estas notas, a lo largo de la vida que ya ha vivido
plenamente.

¿Qué puede importarle cuando advierte que
se va volviendo viejo? ¿Tiene alguna razón para
envidiar a la gente joven, o sentir nostalgia por su juventud
perdida? ¿Por qué ha de envidiar a los
jóvenes? ¿Por las posibilidades que tienen, por el
futuro que les espera? "No, gracias", pensará. "En vez de
posibilidades yo cuento con las realidades de mi pasado, no
sólo la realidad del trabajo hecho y del amor amado, sino
de los sufrimientos sufridos valientemente. Estos sufrimientos
son precisamente las cosas de las que me siento más
orgulloso aunque no inspiren envidia". 

Y eso justamente porque en la vida todo tiene un
sentido, nada pasa por casualidad, si sufrimos siempre es por
algo, es una oportunidad enviada del cielo para hacernos
más fuertes, para hacernos mejores.

Una persona que le da un sentido a su vida, un "por
qué vivir" que trascienda lo puramente terrenal, es
significativamente mas feliz que una persona que piense que
aquí abajo termina todo, porque vivirá con
esperanza, con ilusión del premio que recibirá,
vivirá despegado de los bienes de la tierra, porque sabe
que lo que hace tiene un sentido, tiene una misión que va
mas allá de ganar mas dinero, de sentirse cómodo
acá en la tierra y sabe que eso a la postre es lo
único realmente importante en su vida, y sabrá
enfocar ésta hacia esa dirección.

Vocabulario

  • 1. Existencia._ Fil. Por
    oposición a esencia, realidad concreta de un ente
    cualquiera. En el léxico del existencialismo, por
    antónima., existencia humana. Mercancías
    destinadas a la venta, guardadas en un almacén o
    tienda.

  • 2. Preocupación._ Acción y
    efecto de preocupar o preocuparse.

  • 3. Muerte._ Cesación o
    término de la vida. . En el pensamiento tradicional,
    separación del cuerpo y el alma.

  • 4. Existir._ intr. Dicho de una cosa:
    Ser real y verdadera.

  • 5. Vivir._ Durar con vida. Habitar o
    morar en un lugar o país. U. t. c. tr.

  • 6. Mortalidad._ Tasa de muertes
    producidas en una población durante un tiempo dado, en
    general o por una causa determinada.

  • 7. Proyecto._ Planta y
    disposición que se forma para la realización de
    un tratado, o para la ejecución de algo de
    importancia.

  • 8. Biológico._ Perteneciente o
    relativo a la biología.

  • 9. Cultura._ Conjunto de conocimientos
    que permite a alguien desarrollar su juicio
    crítico.

  • 10. Conciencia._ Propiedad del
    espíritu humano de reconocerse en sus atributos
    esenciales y en todas las modificaciones que en sí
    mismo experimenta.

  • 11. Filosofar._ Examinar algo como
    filósofo, o discurrir acerca de ello con razones
    filosóficas.

  • 12. Alegría._ f. Sentimiento
    grato y vivo que suele manifestarse con signos
    exteriores.

  • 13. Mortal._ adj. Que ha de morir o
    está sujeto a la muerte.

  • 14. Finiquita._ tr. Terminar, saldar una
    cuenta.

  • 15. Término._ m. Último
    punto hasta donde llega o se extiende algo

  • 16. Historia._ f. Narración y
    exposición de los acontecimientos pasados y dignos de
    memoria, sean públicos o privados.

  • 17. Cuerpo._ m. Aquello que tiene
    extensión limitada, perceptible por los
    sentidos.

  • 18. Genérico._ adj. Común
    a varias especies.

  • 19. Vital._ adj. Perteneciente o
    relativo a la vida.

Bibliografía

www.google.com.ec

www.monografias.com

www.rincondelvago.com

www.wikipedia.org

www.kalipedia.com

www.alegriadevivir.es

 

 

Autor:

Jefferson Llano Moya

1ERO BACHILLERATO "C"

DESARROLLO DEL PENSAMIENTO
FILOSÓFICO

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