Monografias.com > Religión
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

¿Existe Dios?




Enviado por Agustin Fabra



  1. Presentación
  2. Gnosticismo
  3. Positivismo
  4. Ignosticismo
  5. Teísmo
  6. Apateísmo
  7. Escepticismo
  8. Ateísmo
  9. Agnosticismo
  10. Soteriología
  11. Deísmo
  12. Fideísmo y
    racionalismo
  13. Conclusión

"Dios es espíritu, y los que
le adoran deben adorarle en espíritu y en
verdad"

(Juan 4:24)

Presentación

Todos los cristianos reconocemos adorar a un solo Dios;
nuestro Padre. Las palabras del Apóstol Juan en la cita
que encabeza el presente estudio ya nos confirman la existencia
de Dios, a pesar de que siendo espíritu no podamos verle
ni tocarle. Para nuestros sentidos humanos Dios es invisible para
nosotros por su naturaleza. Sin embargo, por el simple hecho de
aceptar y de creer en Jesús, tácitamente estamos
también aceptando a Dios, de quien tanto nos habló
Cristo.

Pero esta aceptación y creencia en Dios debemos
efectuarla desde una fe razonada ya que sin ella es imposible
agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y
que recompensa a los que le buscan (Hebreos 11:6). Además,
por lo invisible de Dios, desde la creación del mundo se
deja ver a la inteligencia a través de sus obras, su poder
eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables (Romanos
1:20).

Sin embargo, a pesar de estas confirmaciones
bíblicas y las del propio Jesús, hay personas que
niegan la existencia espiritual de Dios, y muchas otras que dudan
de la misma. El motivo del presente estudio es precisamente el de
conocer estos grupos y su filosofía, a modo de saber
identificarlos y diferenciar unos de otros.

Para ello empezaremos diciendo que existen tres
actitudes claramente diferenciadas entre sí en cuanto a
aceptar, dudar o negar la existencia de Dios. A
continuación describiremos de manera sencilla para que sea
entendible para todos, las filosofías que en un sentido o
en otro difieren sobre el mismo tema.

Gnosticismo

El término gnosticismo proviene del
griego gnostikismós, y la palabra gnosis
significa conocimiento. El gnosticismo, pagano en sus
raíces, parece ser anterior al nacimiento de Jesús
y se mezcló en el siglo I d.C. con el cristianismo,
convirtiéndose entonces en gnosticismo
cristiano
.

La enorme variedad de doctrinas hace que sea
difícil hablar de un solo gnosticismo. Al principio el
gnosticismo cristiano tenía un carácter
iniciático, por el cual ciertas doctrinas de Cristo
estaban destinadas por entonces para ser reveladas
únicamente a una serie de iniciados. De esta
forma, los gnósticos cristianos se consideraban
testigos especiales de Cristo, con acceso directo al
conocimiento de los divino a través de la gnosis
como forma suprema de conocimiento, lo cual estaba solamente al
alcance de los iniciados.

Para ellos el conocimiento de las verdades trascendentes
producía la salvación, mientras que la importancia
de practicar una adecuada vida cristiana se convertía en
algo secundario. El ser humano únicamente podía
acceder a la salvación a través de la
pequeña chispa de divinidad, que era el espíritu.
Por lo tanto esta experimentación de lo divino sólo
podía provenir de una experiencia interna del
espíritu.

Para los gnósticos no es concebible que
Jesucristo pudiera ser una ser divino y, a la vez, asociarse a un
cuerpo material, puesto que la materia es contaminante. Para
ellos cristo no pudo venir en carne, sino que vino en
espíritu mostrando a los hombres un cuerpo aparentemente
material; es la filosofía del docetismo.
También existe otra filosofía gnóstica, el
adopcionismo, que sostiene que Jesús fue un
hombre normal, de carne y hueso, que en la época de su
ministerio en la tierra fue adoptado por una fuerza
divina.

Según los gnósticos, en la cumbre de los
seres existe un Dios, un ser perfecto e inmaterial, cuya propia
perfección hace que no tenga relación alguna con el
resto de seres imperfectos; es un Dios inmutable e inaccesible,
inalcanzable para los seres humanos.

En definitiva, la gnosis es una doctrina según la
cual los iniciados en la fe no lo son gracias al sacrificio de
Cristo, sino mediante la gnosis o conocimiento interior
de lo divino que, según ellos, es superior a la fe. Es una
creencia dualista: el bien frente al mal, el espíritu
frente a la materia, el Ser Supremo frente al diablo, a quien
ellos denominan Demiurgo.

Esta corriente filosófica-religiosa que
llegó a relacionarse en cierto modo con el cristianismo
primitivo en los dos primeros siglos de nuestra era, se
convirtieron en heréticas en el año 180 d.C. cuando
el obispo católico Ireneo de Lyon declaró el
gnosticismo como herejía, debido al amplio rango de
variación moral que había alcanzado.

Positivismo

Es una corriente o escuela filosófica que afirma
que el único conocimiento auténtico es el
conocimiento científico. El positivismo
surgió en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del
pensador francés Saint-Simón, fue ampliado por
Augusto Comte y finalmente, gracias al británico John
Stuart Mill, se extendió por el resto de Europa en la
segunda mitad de dicho siglo.

Para ellos la existencia de Dios únicamente puede
demostrarse por métodos científicos, y si no se
logra es porque, según ellos, Dios no existe.

Ignosticismo

Es la posición respecto a la creencia sobre si
Dios existe, en la cual primero se cuestiona la definición
de Dios. El ignóstico se pregunta: ¿Qué se
entiende por Dios? Así, una vez conocida la respuesta,
puede comprobar si Dios existe o no.

Esta postura filosófica asumió una
considerable importancia sobre el concepto de Dios, antes de
argumentar sobre su existencia. El término
agnosticismo fue acuñado por el Rabino Sherwin
Wine, quien fundó el judaísmo
humanista
.

Algunos filósofos han visto el
Ignosticismo como una variante del agnosticismo
o del teísmo.

Teísmo

Etimológicamente la palabra
teísmo proviene del griego theós,
que significa Dios, y se entiende generalmente como la
creencia en deidades o en un Dios creador del Universo, aunque
inicialmente los griegos la aplicaron a sus dioses tradicionales
del Olimpo.

Según el teísmo existen cuatro
filosofías relevantes sobre la existencia y la
función de Dios en el mundo:

  • Deísmo: Uno o más dioses han
    creado el Universo, pero no interfieren directamente con
    él.

  • Pandeísmo: Uno o más dioses han
    creado el universo, pero no interactúan con él
    porque Dios y el universo son una misma cosa.

  • Teísmo propio: Los dioses son parte
    del universo, pero lo trascienden.

  • Monoteísmo: Sólo existe un
    Dios.

Apateísmo

El término apateísmo proviene de
la unión de dos palabras: apatía y
teísmo, y es conocido también como
agnosticismo apático. Esta postura considera que
la posible existencia de uno o más dioses carece de
importancia. Su filosofía podría definirse en esta
frase: "No sé si existen dioses, y no creo que sea
importante saberlo
".

Esta indiferencia respecto a la existencia o no de
deidades en ocasiones es debida a la falta de interés de
la persona por aspectos sobrenaturales, pero en general es el
resultado de una profunda reflexión filosófica que
lleva al individuo a la conclusión de que, dada la falta
de una existencia verificable de Dios, su existencia o
inexistencia es totalmente irrelevante para él.

Escepticismo

Según el Diccionario de la RAE, el término
escepticismo significa recelo o falta de confianza
en la verdad o en la eficacia de una cosa
. Es una tendencia
o doctrina proveniente de la Grecia antigua que considera que la
verdad no existe, o que el ser humano no es capaz de conocerla en
caso de que exista.

Este es un tipo de escepticismo relativo a la
religión que no debe confundirse con el
ateísmo, ya que los escépticos cuestionan
la autoridad religiosa, desconfiando de la verdad o eficacia de
alguna cosa o de varias prácticas religiosas, mientras que
los ateos niegan totalmente la existencia de
Dios.

A pesar de que muchos escépticos religiosos son
teístas, o sea, creen en la existencia de Dios,
rechazan la religión organizada.

Ateísmo

Etimológicamente el término
ateísmo proviene del adjetivo griego
átheos, que significa sin Dios, y la
partícula negativa a, que significa
sin.

El uso del término ateo en griego
antigua iba desde el sentido de no creer en los dioses o
abandonado por los dioses, hasta sentidos más
metafóricos como malvado, infame e
impío, que se entienden en el seno de aquella
sociedad profundamente teísta. En la antigua Roma se
utilizaba el término ateo para designar a todo
aquel que no creyera en los dioses del panteón romano, en
especial a los cristianos.

En un sentido amplio, el ateo es la persona que no cree
en Dios o en otro tipo de seres sobrenaturales, quienes son
inexistentes para él. Hay quien defiende el ateísmo
como una doctrina o postura que rechaza el teísmo, que es
su forma más general, es la creencia en la existencia de
una deidad, como mínimo.

El término ateísmo incluye a
aquellas personas que manifiestan la ausencia de creencia en Dios
o en cualquier deidad, lo cual no implica necesariamente el no
pertenecer a ninguna religión debido a que existen
religiones, como el budismo, que niegan la existencia de Dios o
no mencionan la existencia de dios alguno y que, por
consiguiente, son ateas o más correctamente, no
teístas.

Los postulados del ateísmo son contrarios a los
que sostienen las creencias religiosas, e implican una clara
crítica a la religión.

Agnosticismo

El agnosticismo proviene del término
griego gnosis, que significa conocimiento, y
puede describirse como sin conocimiento. Es una postura
filosófica y personal que considera inaccesible para el
ser humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende
o va más allá de lo experimentable.

En otras palabras, agnosticismo es la
posición que limita el conocimiento a la experiencia
sensual o empírica verificable, rechazando el conocimiento
sobrenatural y, por lo tanto, toda posibilidad de si Dios existe.
Agnosticismo no es lo mismo que ateísmo.
Su premisa es que no puede saberse ni demostrar la existencia de
Dios, mientras que el ateo rechaza definitivamente la existencia
divina.

Los agnósticos consideran que la existencia de
Dios no puede conocerse por la razón y que por lo tanto la
fe es irracional. Ellos no se pronuncian sobre la existencia de
Dios manifestando que es imposible probarla, e incluso afirmarla
o negarla. En ocasiones el agnosticismo equivale a un
ateísmo práctico al decir que no puede creer en
Dios debido a que no puede demostrarse su existencia.

A pesar de que el término agnosticismo
tiene sus raíces en el pensamiento de filósofo
Immanuel Kant (1724-1804), quien realmente inventó esta
palabra fue el zoólogo británico Thomas Henry
Huxley (1825-1895), quien en 1869 la usó para describir su
filosofía personal que rechazaba el gnosticismo, y con
ello no solamente a ese grupo de los primeros siglos del
cristianismo, sino a todos los grupos que afirmaban poseer un
conocimiento oculto o místico.

Thomas Huxley manifestó en su libro Aforismos
y reflexiones
que el principio del agnosticismo puede ser
expresado positivamente: "En asuntos intelectuales, sigue
tú la razón tan lejos como te lleve, sin importar
ninguna otra consideración
.". Y negativamente
así: "En asuntos intelectuales no pretendas que son
ciertas las conclusiones que no han sido demostradas, o
directamente no son demostrables
". El propio Huxley
manifestaba que "el agnosticismo, de hecho, no es un credo
sino un método; la esencia en que se sustenta la
aplicación rigurosa de un solo principio
".

El agnóstico diferencia entre conocer y
creer. Para él una persona religiosa se
diferencia de una atea por el hecho de que la religiosa cree que
Dios existe, y el ateo cree que Dios no existe. Pero para el
agnóstico la existencia de Dios es totalmente
desconocida.

Existen diversas variantes dentro del
agnosticismo:

  • Agnosticismo fuerte: Es una afirmación
    categórica sobre el conocimiento de entidades
    superiores, indicando que éstas no son cognoscibles y
    que los seres humanos no pueden probar su existencia, como
    tampoco su inexistencia. Lo resume en esta frase:
    "Desconozco sobre la existencia de Dios y es imposible
    llegar a conocerla
    ".

  • Agnosticismo débil: Se considera una
    opción personal que afirma no tener conocimiento sobre
    una entidad superior. Se resume en esta frase:
    "Desconozco sobre la existencia de Dios y la posibilidad
    de conocerla
    ".

  • Agnosticismo interesado: Es aquel que
    considera que el conocimiento de entidades superiores es
    relevante para el ser humano. Por lo general este
    interés se justifica argumentando la relevancia que
    tiene la existencia o inexistencia de Dios en el papel que
    desempeñan los seres humanos en este mundo.
    Podríamos resumir con esta frase su posición:
    "Desconozco sobre la existencia de Dios, pero
    sería interesante conocerla
    ".

  • Agnosticismo modelo: Indica que las preguntas
    filosóficas o metafísicas no son verificables
    de manera fehaciente, sino un modelo maleable de pensamiento
    que debe basarse en la racionalidad. Esta rama del
    agnosticismo no se enfoca en la existencia de entidades
    superiores.

De esta forma, el agnóstico no niega la
existencia de Dios, pero insiste en que ésta no es
demostrable o que no se ajusta a los supuestos establecidos en
las diversas religiones oficiales, y que abandonará el
agnosticismo cuando se le demuestre fehacientemente la existencia
de Dios.

El listado de personas que se han identificado a
sí mismas como agnósticas, expresando así su
punto de vista de que no es cognoscible la existencia de Dios es
considerable, pero citaremos a continuación por orden
alfabético algunos de los nombres más
conocidos:

  • Albert Camús (1913-1960): novelista,
    dramaturgo y filósofo francés.

  • Albert Einstein (1879-1955): físico
    alemán.

  • Arthur Conan Doyle (1859-1930): escritor
    británico.

  • Arthur Rubinstein (1887-1982): pianista
    polaco.

  • Bertrand Russell (1872-1970): filósofo y
    escritor británico.

  • Bill Gates (1955-…): empresario
    estadounidense.

  • Bob Hawke (1929-…): Primer Ministro de
    Australia.

  • Brad Pitt (1963-…): actor
    estadounidense.

  • Carl Sagan (1934-1996): astrónomo y escritor
    estadounidense.

  • Charles Darwin (1809-1882): biólogo
    inglés.

  • Denis Diderot (1713-1784): escritor y
    filósofo francés.

  • Fernando Sabater (1947-…): filósofo
    español.

  • François Mitterrand (1916-1996): Presidente
    francés.

  • Gustav Mahler (1860-1911): compositor
    bohemio-austríaco.

  • Jawaharlal Nehru (1889-1964): Primer Ministro de la
    India.

  • John Huston (1906-1987): cineasta
    estadounidense.

  • Jorge Luis Borges (1899-1986): escritor
    argentino.

  • José Luis Rodríguez-Zapatero
    (1960-…): Presidente del gobierno
    español.

  • José Miguel Insulza (1943-…): abogado
    chileno, Secretario General de la OEA.

  • Josep-Lluis Carod-Rovira (1952-…):
    político independentista catalán.

  • Julia Roberts (1967-…): actriz
    estadounidense.

  • Kurt Cobain (1967-1994): músico
    estadounidense.

  • Larry King (1933-…): escritor y periodista
    estadounidense.

  • Marie Curie (1867-1934): física y
    química polaca.

  • Mario Vargas Llosa (1936-…): escritor y
    político peruano.

  • Mark Twain (1835-1910): escritor y humorista
    estadounidense.

  • Max Aub (1903-1972): dramaturgo
    franco-mexicano.

  • Nikos Kazantzakis (1883-1976): escritor y
    filósofo griego.

  • Oscar de la Hoya (1973-…): boxeador
    mexicano-estadounidense.

  • Pío Baroja (1872-1956): escritor y novelista
    español.

  • Ricardo Lagos (1938-…): abogado y Presidente
    de Chile.

  • Robert Bolt (1924-1995): escritor y guionista
    británico.

  • Sean Penn (1960-…): actor
    estadounidense.

  • Stanley Kubrick (1928-1999): cineasta
    estadounidense.

  • Thomas Alba Edison (1847-1931): inventor
    estadounidense.

  • Woody Allen (1935-…): cineasta
    estadounidense.

Soteriología

Este término proviene del griego
soterios, que significa salvación, y
logos, que es trato o
discusión. Por ello podemos definir la palabra
soteriología como tratado de la
salvación
. En efecto, es la rama de la
teología religiosa, en especial de la cristiana, que
estudia la doctrina de la salvación, centrada en la
persona y en la obra de Jesucristo, y de cómo se logra la
salvación espiritual en Él.

Sin embargo en algunas iglesias y sectas se tienen
diferentes conceptos derivados de la doctrina original, como es
el caso de la predestinación y de la salvación
únicamente por la fe, como proponen las iglesias
protestantes.

En el judaísmo existe una similitud
soteriológica con el catolicismo en cuanto a la
salvación por medio de la observancia de los Mandamientos
de la ley de Dios, y una vida moral y espiritualmente
óptimas.

Deísmo

Es la enseñanza de que Dios existe y que ha
creado el universo y todo lo que éste contiene, pero que
dejó de estar involucrado en el Universo y en la vida de
las personas después de crear el Universo.

Otra forma de ver el deísmo es diciendo
que Dios creó el Universo con todo lo que contiene, pero
permite que todo siga su curso natural sin ninguna
intervención por su parte.

El deísmo también enseña
que no existe ninguna clase de milagros y que la Biblia no es la
Palabra inspirada por Dios. El deísmo está
centrado en el ser humano debido a que no acepta la
revelación de Dios o su voluntad divina, y también
niega la persona de Cristo como único medio de
redención.

Fideísmo y
racionalismo

En la teología cristiana fideísmo
es cualquiera de los distintos sistemas de creencias que
sostienen que la razón es irrelevante a la fe religiosa.
Según algunas versiones del fideísmo, la
razón es la antítesis de la fe, y de acuerdo a
otras versiones la fe es anterior o va más allá de
la razón, y por lo tanto ésta es incapaz de
aprobarla o de desaprobarla. Más concretamente, el
fideísmo es la doctrina por la que a Dios no se
puede llegar por la razón, sino sólo por la fe. En
un sentido más amplio, el fideísmo
esencialmente enseña que los argumentos sobre la
existencia de Dios son falaces e irrelevantes, y sólo es
válida la fe.

Otras teologías rechazan fuertemente el
fideísmo. El catecismo de la Iglesia
Católica, mostrando un gran respeto por las
enseñanzas de Santo Tomás de Aquino, afirma que la
existencia de Dios puede, de hecho, ser demostrada por la
razón. Igualmente así se manifestaba San
Agustín de Hipona al indicar que el puesto de la
razón es el de explicar la fe de una manera más
completa. La fórmula de San Agustín era
básicamente la de "Fides quarens intellectum", o
sea, "la fe buscando el entendimiento". Y más
exacto y concreto con su respuesta lo fue cuando le acusaron de
falta de fe, y él dijo: "Yo tengo fe, pero cuando
comprendo aquello en lo cual tengo fe, mi fe es
doble
".

La postura oficial del catolicismo romano es la de que,
mientras que la existencia de un único Dios puede ser
demostrada por la razón, los hombres pueden llegar a los
clamores de la razón que demuestran la existencia de Dios.
El propio Pablo de Tarso manifestaba que "lo invisible de
Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la
inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su
divinidad, de forma que son inexcusables"
(Romanos
1:20).

De modo similar el Catecismo Católico en sus
numerales 36 y 37, confirmado por el Papa Pío XII en su
Encíclica Humani Generis (DS3875), nos
indica:

(36) "La Santa Iglesia, nuestra madre, mantiene y
enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede
ser conocido con certeza mediante la luz natural de la
razón humana a partir de las cosas creadas. Sin esta
capacidad, el hombre no podría acoger la revelación
de Dios. El hombre tiene esta capacidad porque ha sido creado a
imagen de Dios
".

(37) "Sin embargo, en las condiciones
históricas en que se encuentra, el hombre experimenta
muchas dificultades para conocer a Dios con la sola luz de su
razón: a pesar de que la razón humana, hablando
simplemente, pueda verdaderamente, por sus fuerzas y su luz
natural, llegar a un conocimiento verdadero y cierto de un Dios
personal, que protege y gobierna el mundo por su providencia,
así como de una ley natural puesta por el Creador en
nuestras almas, sin embargo hay muchos obstáculos que
impiden a esta misma razón usar eficazmente y con fruto su
poder natural; porque las verdades que se refieren a Dios y a los
hombres sobrepasan absolutamente el orden de las cosas sensibles,
y cuando deben traducirse en actos y proyectarse en la vida,
exigen que el hombre se entregue y renuncie a sí mismo. El
espíritu humano, para adquirir semejantes verdades, padece
dificultad por parte de los sentidos y de la imaginación,
así como de los malos deseos nacidos del pecado original.
De ahí procede que en semejantes materias, los hombres se
persuadan fácilmente de la falsedad, o al menos, de la
incertidumbre de las cosas que no quisieran que fuesen
verdaderas
".

También el Papa Juan Pablo II en su
Encíclica "Fides et Ratio" (Fe y
Razón
), afirma que la existencia de Dios es un hecho
demostrable por la razón y alerta sobre el
fideísmo en cuanto a la posibilidad misma de
creer en la existencia de Dios.

Pero la verdad sobre la existencia de Dios no es una
cuestión de la razón como fuente de conocimiento
cierto en aquellas cuestiones que no son experimentables, ni
tampoco es una cuestión de fe en el sentido propio de la
palabra, en cuanto a aceptar algo que nos dicen con
garantías de veracidad, porque cuando se sabe que algo es
verdadero, no es necesario créelo por obligación,
sino por convencimiento propio.

Tal vez la mejor manera de saber hasta dónde
puede llegar la razón es siguiendo la famosa
exhortación de Horacio, el conocido poeta lírico
romano (65 a.C. al 8 a.C.), quien manifestaba: "¡Sapere
aude
!", que significa "¡atrévete a
saber
!". Decidámonos a pensar, a tener el valor de
emplear la razón y a liberarnos de los prejuicios que
desautorizan a la razón para alcanzar la verdad. Pero
debemos ser conscientes de que la razón sola no basta para
ver con claridad, ya que si no estamos dispuestos a reconocer la
existencia de Dios, será muy difícil que lo
encontremos. En efecto, en el acceso a la verdad sobre la
existencia de Dios, las disposiciones de la voluntad son
especialmente importantes porque se trata a la vez de una
cuestión especulativa y práctica al mismo tiempo.
El camino hacia la sabiduría no es un proceso
exclusivamente intelectual, sino principalmente personal y moral,
donde debemos aplicar toda nuestra mejor voluntad.

No debemos buscar a Dios solo con la razón, sino
también con el corazón. Pero para que la voluntad
mande al entendimiento a indagar sobre la verdad, es necesario
que esté rectamente inclinada hacia el bien. Por esto San
Agustín afirmaba que el principio de la sabiduría
es la buena y recta voluntad. Y tanto más inclinada hacia
el bien la voluntad estará cuanto más arraigadas
estén en ella las virtudes.

Conclusión

Algunos cristianos toman una posición que parte
de los mismo principios del agnosticismo. Como los
agnósticos, creen que la existencia de Dios no se puede
conocer por la razón, y que por ello la fe es irracional.
Pero deciden dar un total salto en fe, lo cual es
también irracional. Por esto mismo rechazan la
apologética, o sea, el uso de argumentos razonables para
explicar y defender la fe. Pretenden creer por la fe sola, sin
ninguna asistencia de la razón. Para ellos la razón
es más bien un obstáculo a la fe.

El Concilio Vaticano I (1869-1870) reafirmó la
posición católica al afirmar que la existencia de
Dios se puede conocer por el uso de la misma razón
natural, la cual es un don natural de Dios, y por el cual
Él nos ayuda a conocer su existencia. La búsqueda y
el conocimiento de la existencia de Dios descubierta por la
razón nos disponen a recibir la Revelación divina,
necesaria para conocer la esencia de Dios.

"Si tú me dices: muéstrame a tu Dios,
yo te diré a mi vez: muéstrame tú a tu
hombre y yo te mostraré a mi Dios. Muéstrame, por
tanto, si los ojos de tu mente ven y si oyen los oídos de
tu corazón. Porque a Dios le ven los que son capaces de
mirarle porque tienen abiertos los ojos del espíritu.
Porque aunque todo el mundo tiene ojos, algunos los tienen
oscurecidos y no ven la luz del sol. Y no porque los ciegos no
vean ha de decirse que el sol ha dejado de lucir, sino que esto
hay que atribuírselo a sí mismo y a sus propios
ojos. De la misma manera tienes tú los ojos del alma
oscurecidos a causa de tus pecados y malas acciones. El alma del
hombre tiene que ser pura, como un espejo brillante. Cuando en el
espejo se produce el orín, no se puede ver el rostro de la
persona; de la misma manera, cuando el pecado está en el
hombre, el hombre ya no puede contemplar a Dios".

San Teófilo, Obispo de
Antioquía (siglo II d.C.)

 

 

Autor:

Agustin Fabra

 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter