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La Biblia: su historia




Enviado por Agustin Fabra



  1. Etimología
  2. Historia
  3. Estructura
  4. Canon
    bíblico
  5. Biblia
    Cristiana
  6. Arqueología y coincidencias
    bíblicas
  7. Conservación e integridad de la
    Biblia
  8. Fuentes teológicas
  9. Fuentes teológicas en el
    cristianismo
  10. Fuentes teológicas en el
    catolicismo
  11. Fuentes teológicas en el anglicanismo y
    el episcopalismo
  12. Traducciones de la Biblia al
    español

Etimología

La palabra Biblia se origina, a través
del latín, en la expresión griega ta biblia ta
haguia
; (los libros sagrados), acuñada por
vez primera en 1º. Macabeos 12:9. Biblion es el
plural y significa papiro o rollo, usado
también para libro. Se cree que este nombre
nació como diminutivo del nombre de la ciudad de Biblos,
importante mercado de papiros de la antigüedad. Esta frase
fue empleada por los hebreos helenizados (aquellos que habitaban
en ciudades de habla griega) mucho tiempo antes del nacimiento de
Jesús de Nazaret para referirse al Tanaj o Antiguo
Testamento. Muchos años después empezó a ser
utilizada por los cristianos para referirse al conjunto de libros
que forman el Antiguo Testamento, así como a los
Evangelios y a las cartas apostólicas, es decir, el Nuevo
Testamento. Ya como un título, se empezó a utilizar
en latín biblia sacra (los libros
sagrados
) sin artículo, dado que éste no
existía en latín. Sin embargo, al ser
biblia un cultismo en latín, acabó pasando
de considerarse un plural neutro a un femenino singular (la
sagrada Biblia
), entendiendo ya Biblia como el
nombre propio de todo el conjunto. A través del
latín se derivó a la gran mayoría de las
lenguas modernas.

Historia

La Biblia, es el conjunto de libros canónicos del
judaísmo y del cristianismo. La canonicidad de cada libro
varía dependiendo de la tradición adoptada.
Según las religiones judía y cristiana, la Biblia
transmite la palabra de Dios. La Biblia, o al menos parte de
ella, se encuentra traducida a 2.303 idiomas.

La Biblia es considerada un libro sagrado por
varias de las religiones de occidente, pero no todo el material
que contiene es de carácter religioso, (incluye
genealogías, censos, leyes civiles, actos administrativos,
etc.) sino que tiene valor histórico y literario. Es un
conjunto de libros cuyo número varía según
el canon.

La Biblia es una compilación de
textos que en un principio eran documentos separados, llamados
libros, escritos primero en hebreo, arameo y griego
durante un dilatado período de tiempo y después
reunidos para formar el Tanaj, que es el Antiguo Testamento para
los cristianos, y luego el Nuevo Testamento. Ambos testamentos
forman la Biblia cristiana. En sí la Biblia fue escrita a
lo largo de aproximadamente 1000 años (900 a. C. – 100 d.
C.). Los textos más antiguos se encuentran en el Libro de
los Jueces (Canto de Deborah) y en las denominadas
fuentes "E" y "J" de la Tora o Pentateuco, que son datadas en la
época de los dos reinos (siglos X a VIII a. C.). El libro
completo más antiguo, el de Oseas, es también de la
misma época. El pueblo judío identifica la Biblia
con el Tanaj, no consintiéndose bajo ningún
concepto el término Antiguo Testamento, y no
acepta la validez del llamado Nuevo Testamento,
reconociéndose como texto sagrado únicamente al
Tanaj.

El canon católico romano de la Biblia que
conocemos hoy fue sancionado definitivamente en el Concilio de
Hipona en el año 393 de nuestra era, ratificado en el
Concilio de Cartago en el año 397 y luego nuevamente
confirmado por decreto en la cuarta sesión del Concilio de
Trento del 8 de abril de 1546.

Ninguna de estas decisiones fue reconocida ni asumida
entre los protestantes, surgidos a partir del Siglo XVI, ni por
distintas denominaciones paraprotestantes, surgidas a partir
del

Siglo XIX. El Canon de las Biblias Cristianas Ortodoxas
es aun más amplio que el Canon de las Biblias
Católicas Romanas, e incluye el Salmo 151, la
Oración de Manasés, el Libro III de Esdras y el
Libro III de los Macabeos.

El canon católico incluye 73 Libros, de los
cuales 46 pertenecen al Antiguo Testamento y

27 al Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento
están incluidos los llamados Libros
Deuterocanónicos, que no son aceptados ni por el
judaísmo ni por el protestantismo. Son los Libros de
Tobías, Judit, 1º. Macabeos, 2º. Macabeos,
Sabiduría, Eclesiástico y Baruc.

El Antiguo Testamento narra principalmente la historia
de los hebreos; el Nuevo Testamento la vida, muerte y
resurrección de Jesus, su mensaje y la historia de los
primeros cristianos.

El Nuevo Testamento fue escrito en lengua griega
koiné. En él se cita con frecuencia al Antiguo
Testamento de la versión de los Setenta (o Septuaginta),
traducción al griego del Antiguo Testamento realizada en
Alejandría en el siglo III a. C.

La Biblia es para los creyentes la palabra de Dios, por
ser indudable para éstos su inspiración divina. Es
un libro eminentemente espiritual y habla sobre la historia de la
humanidad, su creación, su caída en el pecado y su
salvación, y expone cómo el Dios creador se ha
relacionado, se relaciona y se relacionará con el ser
humano. De igual forma, la Biblia expone los atributos y el
carácter de Dios.

Para los creyentes, la Biblia es la principal fuente de
fe y doctrina en Cristo. En el Siglo XVI los diferentes
movimientos de la Reforma Protestante comenzaron a experimentar
un alto desgaste en discusiones filosóficas y a separarse
unos de otros. Para menguar este problema se definió el
principio llamado sola escritura, que significa que
solamente la Biblia puede ser considerada fuente de doctrina
cristiana. Para la Iglesia Católica Romana, además
de la Biblia también son fuente doctrinal la
tradición, las enseñanzas de los Padres de la
Iglesia (discípulos de los Apóstoles), y decisiones
emanadas de Concilios. Esta divergencia entre cristianos se
intensificó al asumir la Iglesia Católica Romana la
idea de que el Papa, como único sucesor de Pedro y,
consecuentemente, custodio y depositario de las llaves del Reino
de los Cielos, debía ser infalible en asuntos de fe, moral
y doctrina cristiana (Dogma de la Infalibilidad Papal). Los
cristianos protestantes rechazan esta aseveración y
consideran como cabeza única de la iglesia a Jesus de
Nazaret. Para ambas partes esta gran diferencia ya no es
considerada tan solo en términos filosóficos o
religiosos, sino como designios divinos plasmados y asentados en
la Biblia misma.

Para los Judíos Ortodoxos el Nuevo Testamento,
por supuesto, no tiene validez. El rabínico considera como
fuente de doctrina el Talmud, mientras los Caraítas
defienden desde el siglo VIII el Tanaj como única fuente
de fe.

Estructura

Un libro de la Biblia es un grupo establecido de
escrituras. Por ejemplo, el libro de Salmos (en hebreo
Tehilim o Canciones de alabanza) tiene 150
canciones (151 en la versión de los Setenta), mientras que
la Epístola de Judas es una carta de media
página.

La Biblia hebrea o Tanaj está dividida en tres
secciones: los cinco libros de Moisés (la Ley o

Tora), los libros escritos por los profetas
hebreos (los Profetas o Nevi'im) y unos libros
que

no entran en ninguna de las dos categorías
anteriores (las Escrituras o Ketubím);
éstos son conocidos como hagiógrafas o
simplemente las Escrituras.

La Biblia judía fue escrita predominantemente en
hebreo, pero tiene algunas pequeñas partes que fueron
escritas en arameo. En la Biblia cristiana, la Biblia hebrea es
llamada Antiguo Testamento, para distinguirla del Nuevo
Testamento, que es la parte que narra la vida de Jesús y
su predicación, entre otras cosas. El Nuevo Testamento
está dividido en los cuatro Evangelios, Historia (Hechos
de los Apóstoles), las Cartas a iglesias cristianas por
Pablo y otros apóstoles, y el Apocalipsis.

Las Biblias cristianas contienen la totalidad del Tanaj
o Antiguo Testamento, junto con un grupo de Escrituras
posteriores conocidas como el Nuevo Testamento. Dentro del
cristianismo no hay acuerdo completo sobre el número
exacto de libros que debe tener (con igual reconocimiento) el
Antiguo Testamento, es decir, sobre su canon.

Hasta el siglo XVI se mantuvo en Occidente la
traducción latina de San Jerónimo conocida como la
Vulgata (proveniente del latín vulgar),
que incorporaba tanto el canon judío como escritos de la
Septuaginta griega. Con la Reforma protestante, Martin Lutero
cuestionó la necesidad de mantener los libros
apócrifos junto a los del canon judío y los
agrupó como un apéndice edificante al final de su
traducción al alemán de la Biblia. La Iglesia
Católica Romana confirmó, sin embargo, el canon de
la Biblia de los Setenta y de la Vulgata en el Concilio de Trento
(1545-1563), reconociendo y confirmando la canonicidad de algunas
escrituras cuestionadas por Lutero, que desde ese mismo siglo
comenzaron a ser llamados Deuterocanónicos,
concepto introducido por Sixto de Siena, que significa
literalmente segundo canon, a los cuales las iglesias
orientales también reconocen plena canonicidad, agregando
también otros libros que se encuentran en códices
antiguos, como III y IV Macabeos y la Oración de
Manasés. La Iglesia Ortodoxa Etíope acepta asimismo
el Libro de Enoc como canónico. En cuanto al resto de los
libros, no hay disputa alguna y todos los grupos cristianos
tienen los mismos libros en el Nuevo Testamento de la
Biblia.

Canon
bíblico

Un canon es el conjunto de libros que integran la Biblia
según una tradición religiosa concreta,
que los considera así divinamente inspirados y
los distingue de otros textos que no se consideran revelados.
Estas diferencias entre las distintas ramas del cristianismo se
dan únicamente para el Antiguo Testamento, ya que todas
las Biblias tienen el mismo número de libros en el Nuevo
Testamento.

La Biblia Cristiana Ortodoxa consta de 1347
capítulos, la Católica Romana de 1329, y
la

Protestante de 1189; 260 de los cuales constituyen el
Nuevo Testamento.

El primer canon es el Pentateuco, el cual se compone de
los libros del Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio y contiene la Ley de Dios,
que es el conjunto de los

613 preceptos del Judaísmo.

Dentro del Judaísmo surge disputa sobre el canon
correcto. Un grupo religioso, los saduceos, sostiene que
solamente conforma el canon de las Escrituras la Toráh o
Pentateuco (la Ley), mientras que otros grupos
también consideran las Escrituras de los Nevi'im
(Profetas) y los Ketubím (los Escritos).
Después de la destrucción de Jerusalén en el
año 70 d. C., el grupo judío predominante fue el de
los fariseos, que sí considera al canon como conformado
por la Ley, los Profetas y los Escritos (Toráh, Nevi"im y
Ketubím).

Así, a finales del siglo I el Judaísmo
estableció en Yamnia (Yavne) como canon de sus libros
sagrados aquellos que cumplieran tres requisitos: que hubiera una
copia del libro en cuestión que se supiera que fue escrito
antes del año 300 a. C. (cuando la helenización
llego a Judea, con los problemas culturales y religiosos
subsecuentes, y que pueden leerse en libros como los de los
Macabeos o el de Daniel), que dicha copia estuviera escrita en
hebreo o cuando menos arameo (no griego, la lengua y cultura
invasora) y que tuviera un mensaje considerado como inspirado o
dirigido al pueblo de Dios (con lo que también algunos
libros que cumplían las dos características
anteriores tuvieron que salir del canon).

En tiempos de Jesús de Nazaret era dominante la
segunda opinión, la cual fue sostenida y transmitida por
muchos cristianos hasta tiempos de la Reforma Protestante con la
controversia de los libros deuterocanónicos. Esta
controversia probablemente se originó precisamente por el
hecho de que el Judaísmo había establecido su canon
a fines del siglo I, con lo que para ellos ya no estaban
presentes aquellos textos que sólo se encontrarían
en griego (en la versión de la Biblia judía de los
Setenta). Estos libros fueron precisamente los que se
considerarían, posteriormente, como
deuterocanónicos y que fueron aceptado tanto por
cristianos como por ortodoxos.

La versión judía de la Biblia consta de 24
libros, con ciertas diferencias respecto a las

Biblias cristianas. Algunas de ellas son:

• Los nombres de varios libros: Éxodo para
el original Shemot; Levítico para
Vaikra.

• La subdivisión en tres secciones:
Tora (la Ley, el Pentateuco); Nevi'im, los
Profetas

Anteriores (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y
Posteriores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y
los

12 profetas menores); y Ketubím, los
Escritos (Salmos, Proverbios, Daniel y los demás
libros).

Actualmente, los libros que no son considerados
canónicos por católicos y ortodoxos, reciben el
nombre de libros apócrifos. A su vez esos mismos libros
suelen ser denominados pseudoepígrafos por los
protestantes, que, habitualmente, respetan también el
nombre de Deuterocanónicos (literalmente, "del segundo
canon") para aquellos que han recibido reconocimiento
canónico de católicos y ortodoxos (en general, son
libros escritos originalmente en griego, incluidos en la
traducción al griego de la Biblia judía conocida
como Septuaginta o de los LXX). No obstante algunas corrientes
protestantes fundamentalistas insisten en conservar el nombre de
apócrifos para los libros deuterocanónicos. Con
todo, hay que señalar, que los primeros cristianos no
usaban la Biblia hebrea, sino que usaban la Septuaginta o de los
LXX por cuanto varios de los nuevos cristianos fueron
judíos de cultura griega, como por ejemplo, Pablo de
Tarso, San Esteban, y los evangelistas San Lucas y San
Marcos.

Así pues, las versiones católicas de la
Biblia constan de 73 escritos, en tanto que las versiones
protestantes sólo contienen 66, debido a que ellos
consideran que siete libros impresos en las versiones
católicas (los deuterocanónicos) solo son "lectura
edificante", pero no canoníca. Las versiones ortodoxas,
por su parte, incluyen 76 libros en total. Además, la
Iglesia Ortodoxa Etíope incluye como canónico en el
Antiguo Testamento el Libro de Enoc, que no incluye ninguna de
las otras corrientes cristianas ni el judaísmo.

Biblia
Cristiana

La Biblia es un libro usado por todos los cristianos,
aún cuando no todos los grupos de cristianos la lean
asiduamente. Las Biblias Cristianas están constituidas por
escritos

hebreos, arameos y griegos, que han sido retomados de la
Biblia griega, llamada Septuaginta, y del Tanaj hebreo-arameo, y
luego reagrupados bajo el nombre de Antiguo Testamento. A estos
se ha sumado una tercera serie de escritos griegos cristianos
agrupados bajo el nombre de Nuevo Testamento. Distintos grupos
cristianos han debatido largamente sobre la inclusión o
exclusión de algunos de los libros de ambos Testamentos,
surgiendo los conceptos de apócrifos y
deuterocanónicos para hacer referencia a algunos de estos
textos.

La comunidad judía actual reserva la
expresión "Biblia Cristiana" para identificar sólo
a los libros que han sido añadidos al Tanaj hebreo-arameo
por el judaísmo tardío helenizante alejandrino, y
luego por el cristianismo, y evita referirse a su Tanaj en
términos de "Biblia", o de "Antiguo Testamento". Varias
denominaciones cristianas incorporan otros libros en el Canon de
ambos Testamentos.

Arqueología y coincidencias
bíblicas

Las investigaciones arqueológicas en la zona
donde se desarrollan los hechos narrados en la Biblia tienen como
un resultado añadido la comprobación de los hechos,
lugares y personajes que aparecen citados en los diferentes
libros que componen la Biblia. Incluso se ha llegado a crear el
término de arqueología bíblica para
denominar a una parte de la arqueología que se encarga de
estudiar los lugares indicados en la Biblia.

Hay varios casos en que los descubrimientos
arqueológicos han confirmado los hechos o personajes
bíblicos. Entre esos descubrimientos se encuentran los
siguientes:

• Destrucción de Jerusalén en el
año 70. En 1970 el equipo de arqueólogos a las
órdenes de Nahman Avigad descubrió en
Jerusalén las ruinas de una casa quemada en la cual se
hallaron unas monedas que situaban el escenario alrededor del
año 70. La disposición de los objetos hallados
así como el hallazgo de los restos de un cuerpo en
disposición de huída dieron pie a la
hipótesis que se debía a la destrucción de
Jerusalén por las tropas romanas en el año 70,
destrucción que figura como profecía realizada por
Jesus en Lucas

19:43-44. Otra posible interpretación, dada por
los partidarios de la datación tardía de este
evangelio, sostiene que el mismo fue escrito con posterioridad a
la destrucción y por tanto relata hechos ya
sucedidos.

• El Rey Sargón II de Asiria. Este personaje
que aparece en Isaías 20:1 no pudo ser

confirmado hasta que en 1843 se descubrieron las ruinas
de su palacio. Se hallaron escritos en los que se relatan las
conquistas de las ciudades de Samaria y Asdod que aparecen
también relatados en el libro de Isaías.

• Joaquín, rey de Judá. El
descubrimiento de las tablillas de Babilonia permitió la
confirmación de la existencia del rey Joaquín de
Judá y sus cinco hijos que aparecían nombrados en
los libros de 2a de Reyes y 1a de Crónicas.

• El sello de Yehujal. En 2005 la arqueóloga
Eilat Mazar descubrió un sello de arcilla en el cual se
nombraba Yehujal (Jehucal o Jucal) que fue un funcionario
judío que es nombrado en el libro de
Jeremías.

• Hallazgos en Nínive. En las excavaciones
realizadas en la antigua ciudad de Nínive, capital de
Asiria, se han hallado varias piezas que confirman relatos
bíblicos. En el palacio de Senaquerib hay un bajorrelieve
que muestra a las tropas asirias llevando cautivos a los
israelitas tras la caída de Lakis, hecho relatado en el
Segundo Libro de los Reyes. En las piezas conocidas como
Anales de Senaquerib se relatan los hechos realizados
durante el reinado de Ezequías. También es curioso
cómo en el listado de ciudades conquistadas por los
asirios no aparece Jerusalén, lo cual concuerda con el
relato bíblico de que fueron

derrotados a sus puertas, al igual que se relata el
asesinato de Senaquerib, que están incluidos en el Libro
de Isaías.

• El Cilindro de Ciro. Se encontró en Sippar
cerca de Bagdad, Iraq. Narra la conquista de Babilonia por Ciro
el Grande. Algunos ven en los relatos de Isaías la
profecía de la destrucción de Babilonia por Ciro.
También en el cilindro se expone la política de
Ciro de dejar volver a los pueblos deportados a su tierra de
origen, tal y como sucedió con los israelitas.

• Recientemente se encontró al sur de Siria
una piedra con la Estrella de David grabada, en la zona que la
Biblia indica que estuvo la ciudad hebrea de Dan antes de la
conquista asiria, lo que puede indicar que fue territorio hebreo
o tenía algún contacto con Israel.

Conservación e integridad de la
Biblia

A pesar de las objeciones de algunos críticos,
existen pruebas que avalan la afirmación de que gran parte
de la Biblia se ha conservado sin cambios importantes hasta
nuestros días. Quienes no están de acuerdo con
estas afirmaciones apelan a circunstancias tales como
traducciones de un idioma a otro, copiado de manuscritos,
opiniones divergentes en dogmas y/o destrucción
deliberada, la Biblia no ha llegado como un volumen completo.
Hallazgos tales como los manuscritos del Mar Muerto han mostrado
que, en gran parte, esto sucedió antes del Siglo I de
nuestra era, aunque los textos encontrados allí y los
conocidos hasta entonces, parecen presentar cambios
menores.

Ha habido otros textos relevantes relacionados con la
Biblia original, los escritos apócrifos hallados en Egipto
(Nag Hammadi) y en Cisjordania (Qumrán, cerca del Mar
Muerto), e incluso en países muy lejanos hacia el Sur y el
Oriente. Estos han supuesto una nueva interrogante acerca de si
ya estaría completo el canon bíblico, o
habría que revisarlo de forma detallada.

Los defensores de la idea de que las escrituras
bíblicas son fieles y están completas, se basan en
la cantidad de copias idénticas que, desde tiempos
remotos, se ha realizado de las mismas. Los copistas hebreos de
las Escrituras fueron muy instruidos, los masoretas, que copiaron
las Escrituras Hebreas entre los siglos VI y X, solían
contar las letras para evitar errores. El erudito en la materia
W. H. Green dice sobre las comparaciones entre textos antiguos y
modernos ninguna otra obra de la antigüedad se ha
transmitido con tanta exactitud.

Fuentes
teológicas

Fuente teológica es el término usado en
teología para nombrar las fuentes de la
argumentación en que se fundamenta este tipo de
saber.

Para cada religión tales fuentes son distintas,
de modo que en teología no hay nada parecido al consenso
científico que suele haber en las ciencias que se someten
al método científico. En el caso más extremo
(no compartido por todas las religiones ni dentro de estas por
todos los creyentes), el argumento de autoridad de la Iglesia
tendría preferencia sobre la lógica o la
experiencia. Considerar sagrados los textos o fuentes
documentales de su saber, convierte en problemático el
estudio crítico de las mismas fuentes, que en algunas
religiones se consideran verdad revelada.

Algunas religiones, y desde luego todas las religiones
primitivas, son fundamentalmente ritos y creencias apoyadas en la
tradición oral y la costumbre, y sólo los mitos
cumplirían propiamente el papel de fuente
teológica
. La comunicación de los hombres con
el mundo

sobrenatural imaginado adquiere a veces formas de lo que
se denomina profecía, que en algunas ocasiones da lugar a
relatos que guían la actividad humana: es el caso de los
oráculos del mundo griego clásico y de los libros
sibilinos que la Sibila de Cumas vendió a los romanos.
Muchas religiones (correspondientes a las zonas del mundo donde
se alcanzó el desarrollo histórico ligado a la
invención de la escritura) disponen de textos sagrados: el
Libro de los muertos del Antiguo Egipto, la Epopeya de Gilgamesh
en Sumeria (ambos precedentes de distintos relatos
bíblicos), los Vedas del Hinduismo, o el Popol Vuh de los
mayas, por ejemplo.

No obstante, existe una diferencia esencial entre las
religiones monoteístas y las demás: consideran sus
textos como revelación directa del único Dios y
mecanismo para la salvación espiritual del hombre (aunque
en grado diferente según la interpretación de cada
variante). La expresión islámica gentes del
libro
para denominar a cristianos y judíos es
suficientemente elocuente: Toráh, Biblia y Corán
son literalmente Palabra de Dios para judíos,
cristianos y musulmanes.

Fuentes
teológicas en el cristianismo

El principio protestante es el Sola Scriptura
de Lutero: la Biblia es la única fuente teológica;
no hay otra verdad revelada fuera de la que se contiene en la
Biblia. El Sola Fides que pone la salvación del
creyente únicamente en su fe en Jesucristo, le obliga a
acercarse sin intermediarios a la Biblia, única regla de
fe, y resolver sólo a través de ella todos los
problemas de fe. Tampoco hay una autoridad que le obligue: existe
un sacerdocio universal.

En el otro extremo los católicos sostienen que
hay algunas verdades reveladas aparte de aquellas que aparecen en
la Biblia: la Sagrada Tradición. Jesucristo
estableció una institución para, a través de
su Magisterio, interpretar la verdad revelada (Sagradas Escritura
y Tradición), ponerla al alcance de todos y en todas
partes, que es la Iglesia Universal (católica, en griego).
El acceso de los fieles no orientados a versiones que no sean la
oficial y convenientemente anotada de la Biblia está
desaconsejada, y en algunos momentos perseguida. El Concilio de
Trento fijó la Vulgata (traducción al latín
de San Jerónimo) como la versión canónica, y
se restringieron las traducciones a lenguas modernas, como la de
Lutero al alemán. Fray Luis de León (que
además de religioso era profesor universitario) fue
procesado por traducir y comentar el Cantar de los Cantares.
Hasta el siglo XX no se relajaron esas prevenciones.

Esos son los dos puntos principales de controversia
entre los católicos y los protestantes tradicionales (los
protestantes liberales se permiten cuestionar críticamente
las fuentes teológicas, lo que para los otros es
cuestionar la revelación). Las otras diferencias se
conectan con esos dos puntos o se siguen de ellos, de modo
diferente en las diferentes ramas del protestantismo
(luteranismo, calvinismo, anglicanismo, etc.)

No existen diferencias tan radicales entre los
católicos y el cristianismo oriental u ortodoxo, ya que
ambas partes admiten la institución de la Iglesia por
Jesucristo, su Magisterio, su autoridad, su infalibilidad e
indefectibilidad (en mayor o menor grado). Las diferencias
tocantes a las fuentes teológicas y su tratamiento son
respecto a los sujetos de la autoridad (el Papa es Vicario de
Cristo e infalible para los católicos, y sólo
obispo de Roma para los ortodoxos) y la unidad orgánica
del cuerpo docente, aparte de cuestiones
dogmáticas.

Fuentes
teológicas en el catolicismo

En la constitución del saber teológico
pueden indicarse su objeto, sus fuentes y su lugar. El objeto de
la teología es Dios -de manera directa-, y el mundo y el
hombre a la luz de Dios. Las fuentes del conocimiento
teológico y sus criterios de verdad son la razón
humana y la revelación divina, de manera privilegiada. El
lugar de la teología es la Iglesia como comunidad de
fe.

De aquí se deriva que la Iglesia tiene que poder
establecer de forma autorizada criterios para la reflexión
teológica. Según la Iglesia católica, la
investigación y el trabajo teológico se inscriben
dentro de un saber racional (y por eso reclaman para la
teología el status de ciencia), cuyo objeto es
dado por la revelación, es decir, la Palabra de Dios
transmitida e interpretada por la Iglesia bajo la autoridad del
Magisterio.

Fuentes
teológicas en el anglicanismo y el
episcopalismo

El Libro de Oración Común es la
principal fuente teológica de los episcopales, la
más tradicional de las iglesias protestantes de Estados
Unidos. Deriva del Book of Common Prayer anglicano que
tuvo distintas redacciones desde mediados del siglo XVI. En
Estados Unidos hubo un intento fallido de actualizarlo en 1786, y
otros en vigor sucesivamente fueron publicados en 1789, 1892 y
1928. Fue actualizado por última vez en 1979. Aunque es de
dominio público, sin embargo, las nuevas revisiones del
mismo son controladas por el Custodio para la
Normalización del Libro de Oración
Común
. Contiene los distintos servicios de
adoración o servicios litúrgicos que usan los
episcopales.

Traducciones de
la Biblia al español

Hasta el año 2009 existen 48 diferentes
traducciones y revisiones de la Biblia al idioma español,
las cuales se detallan seguidamente.

Año Título Autor /
Editorial

1280

Biblia Alfonsina

1420

Antiguo Testamento

Rabino Salomón

1420

Antiguo Testamento

Traductor Anónimo

1430

Biblia de Alba

Moshé Arragel

1543

Nuevo Testamento

Francisco de Enzinas

1553

Antiguo Testamento

(Traducción al
castellano)

1556

Nuevo Testamento

Juan Pérez de
Pineda

1569

La Biblia del Oso

Casiodoro de Reina

1602

Biblia del Cántaro

Casiodoro Reina y Cipriano
Valera

1793

Biblia del Padre Felipe

Felipe Scío de San
Miguel

1825

Biblia de Petisco y Torres

José Petisco y Félix
Torres Amat

1893

La Biblia en versión
moderna

Enrique Pratt (misionero)

1916

NT (versión
latinoamericana)

1928

La Sagrada Biblia

Guillermo Junemann

1944

Biblia
Nácar-Colunga

Eloíno Nácar y Alberto
Colunga

1947

Biblia Bover-Cantera

José Ma. Bover y Francisco
Cantera

1948

Biblia comentada

Dr. Juan Staubinger

1963

NT (Nuevo Mundo)

Watchtower & Tract
Society

1966

Biblia de Jerusalén

Escuela Bíblica de
Jerusalén

1968

Biblia Editorial Labor

Editorial Labor

1972

Biblia Latinoamericana

Msgr. R. Ricchiardi & B.
Hurault

1975

La Biblia (Ed. Herder)

Serafín de Ausejo

1976

Nueva Biblia
Española

Luis A. Schockel y Juan
Mateos

1978

Biblia Interconfesional NT

Sociedades Bíblicas
Unidas

1979

Sagrada Biblia

F. Cantera y M. Iglesias

1979

Dios habla hoy

Sociedades Bíblicas
Unidas

1979

La Biblia al día

1980

Biblia del Pueblo de Dios

Armando Levoratti y AB.
Trusso

1983

Nuevo Testamento

Universidad de Navarra

1986

Biblia de las
Américas

Fundación Lockman

1987

Nuevo Mundo (TNM)

Watchtower & Tract
Society

1988

La Santa Biblia

Evaristo Martín
Nieto

1992

Biblia Casa de la Biblia

S. Guijarro y M. Salvador

1993

Biblia del Peregrino

Alonso Schokel

1994

Nuevo Testamento (Recobro)

Living Stream Ministry

1999

Nueva Versión
Internacional

Luciano Jaramillo

2000

Nuevo Testamento

Rev. Pedro Ortiz

2000

Nuevo Testamento PDT

Centro Mundial Traducción de
la Biblia

2001

La Biblia de
América

Santiago García

2001

Biblia Textual (NT)

Reina-Valera

2003

Biblia TLA

Sociedades Bíblicas
Unidas

2004

Sagrada Biblia

Universidad de Navarra (Fac.
Teología)

2005

La Biblia (PDT)

Rafael Serrano

2007

Santa Biblia Valera

Sembrador de la Semilla
Incorruptible

2008

La Nueva Biblia al
día

Sociedad Bíblica
Internacional

2008

Evangelio de Juan

Tyndale House Publishers

2009

Biblia para Nuevos
Creyentes

Tyndale House Publishers

2009

Santa Biblia Reina-Valera

Iglesia Mormona

 

 

Autor:

Agustin Fabra

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