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La cartografía geomorfológica




Enviado por Jesus Santiago



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Los mapas
    geomorfológicos
  4. Construcción
    de cortes y bloque-diagramas
  5. La
    nomenclatura
  6. Conclusiones
  7. Referencias

Resumen

El objetivo del presente escrito es analizar brevemente
las distintas maneras de cartografiar la geomorfología de
una región, siendo la primera de ellas la
realización de mapas mediante la representación
simbólica tanto de formas de relieve como de procesos, lo
cual es propio de la geomorfología clásica. Por
otra parte, está la realización de mapas demarcando
unidades homogéneas sobre imágenes de sensores
remotos o sobre planos topográficos, identificando cada
unidad mediante códigos numéricos o
alfanuméricos, junto a una leyenda descriptiva, tipo
matriz, sobre la cual se colocan los factores relacionados
(nombres de relieves, alturas, pendientes, tipos de
erosión, cobertura vegetal y litología, entre
otros). La ventaja del primer método es la
captación rápida para los lectores del mapa, pero
su desventaja es la posible omisión de elementos
esenciales, lo que no ocurre con el segundo método. Se
explica la importancia que tiene la realización de modelos
3D, lo cual se facilita hoy en día con la ayuda de
diversos software. Y, por último, se hace un breve
comentario acerca del origen de los términos más
comunes para la denominación de relieves y
procesos.

Palabras clave: Cartografía,
geomorfología, símbolos pictóricos,
bloquediagramas.

Introducción

En el presente trabajo se hace un breve análisis
sobre los aspectos más relevantes de la cartografía
geomorfológica, la cual consiste en la elaboración
de mapas, cortes y bloquediagramas, representando esencialmente
el relieve y su relación con otros aspectos
físico-geográficos. Metodológicamente, el
trabajo ha sido realizado mediante una revisión
bibliográfica, a partir de la cual se comparan las
distintas formas de mapear la geomorfología, las
clásicas y las más modernas; se hace
mención, con la ayuda de algunos ejemplos de software,
acerca de las bondades de las nuevas tecnologías como
apoyo en la realización de los estudios de esta
naturaleza, y se hace un comentario acerca del origen de la
terminología comúnmente utilizada para denominar
relieves y procesos geomórficos.

Los mapas
geomorfológicos

La cartografía geomorfológica va
más allá de los meros mapas fisiográficos.
La fisiografía de una región es fundamental para
poder entender los procesos geomórficos correspondientes,
pero los mapas resultantes requieren de una mayor cantidad de
elementos para poder ser considerados como mapas
geomorfológicos. De no cumplirse tales condiciones, el
mapa producido será, posiblemente, un mapa
fisiográfico o un mapa de unidades de relieve. Lo ideal,
entonces, es utilizar distintos aspectos como son:

  • Tipos de relieve o formas de terreno y sus
    límites

  • Estructuras geológicas elementales: fallas,
    pliegues, buzamientos, cuerpos intrusivos, litologías,
    entre otros.

  • Edades de los materiales
    geológicos

  • Procesos geomorfológicos:
    meteorización, tipos de erosión y movimientos
    en masa

  • Aspectos hidrográficos o
    hidrogeológicos generales

  • Rasgos antrópicos: vías, zonas
    urbanas, cultivos, minas, entre otros.

  • Ubicación de algunos puntos
    altimétricos

Los mapas geomorfológicos de mayor calidad y con
mejores posibilidades de ser aplicados en las actividades
humanas, son los de escalas grandes a moderadas, puesto que es
allí donde se tiene la posibilidad de plasmar una mayor
cantidad de detalles coherentes. Dichas escalas pueden ser
superiores a 1:15.000, donde se facilita la representación
de hechos geomorfológicos de detalle, como son: las
pendientes, los procesos de erosión y movimientos de masa
de las vertientes. Mientras que las escalas intermedias pueden
variar entre 1:15.000 y 1:30.000. Los mapas
geomorfológicos elaborados mediante la utilización
de símbolos pictóricos (Tricart, 1965), tienen la
propiedad de ser comprendidos más rápidamente que
aquellos mapas que presentan solamente áreas o unidades
geomorfológicas identificadas con códigos; en el
segundo de los casos los mapas requieren de leyendas explicativas
que incluyen la mayor parte de los atributos correspondientes a
cada unidad cartográfica (alturas, pendientes,
litología, materiales superficiales, tipos de
erosión, entre otros), donde el lector del mapa debe
apoyarse en una leyenda tipo matriz, la que incluye toda una
serie de características (Fig. 2). Una metodología
basada en este principio fue aplicada en el Proyecto Inventario
de los Recursos Naturales de la Región Guayana
(CVG-TECMIN, 1992), Venezuela.

Observando el mapa hipotético (Fig. 1), realizado
mediante símbolos pictóricos comunes como los
recomendados por Tricart (Op cit), en caso de haber
otros procesos geomórficos sobre las unidades de Facetas
de Falla y Abanico Aluvial, el geomorfólogo se ve limitado
a incorporarlos, ya que entonces se crearía una imagen
confusa. De todas maneras, es innegable la utilidad de un mapa
como este a la hora, por ejemplo, de planificar el trazado de una
carretera, observando el caso de la Fig. 1, si se piensa trazar
una vía aguas arriba del abanico, deberá tenerse
mucho cuidado con los movimientos de masa y la erosión
hídrica intensa ubicados cerca del ápice de dicha
forma fluvial. Habrá entonces que combinar los
símbolos con colores, pero, aún así, se
estarán escapando otros aspectos. En cambio, de ser un
mapa con solo áreas homogéneas bien delimitadas, se
tiene la posibilidad de anotar en la leyenda todos los elementos
relacionados con la geomorfología de la zona estudiada.
Este problema puede solventarse también, plasmando algunos
símbolos pictóricos sobre el mapa de unidades
homogéneas.

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Figura 1. Mapa geomorfológico
hipotético elaborado mediante la utilización de
símbolos pictóricos.

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LEYENDA

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Figura 2. Mapa hipotético con
unidades geomorfológicas descritas en una leyenda tipo
matriz.

En los mapas de escalas pequeñas, por ejemplo,
1:4.000.000, pueden cartografiarse las formas de relieve y
procesos de mayor extensión, tal como lo llevó a
cabo Pouylau (1985) en el Mapa de Geomorfología de
Venezuela, donde se plasmaron hechos como: campos de dunas del
estado Falcón, altiplanicies de Guayana, sistemas
fluvio-deltaicos, cordilleras, peniplanicies, entre otros, donde
el autor combinó diferentes colores y signos
pictóricos, con un excelente resultado. Al respecto, no
hay un acuerdo definitivo en cuanto a la asignación de
colores. La tendencia es que los relieves más altos lleven
colores más oscuros, mientras que los relieves bajos
colores más claros. Por ejemplo, en el estudio realizado
por Spagna y Schiavon (1989), para un estudio sobre estabilidad
de las vertientes, se utilizaron las siguientes clases y
colores:

Clase de estabilidad

Color

Estable

Amarillo

Moderadamente estable

Beige

Inestable

Naranja

Muy inestable

Rojo

Una forma moderna es definir las unidades
geomorfológicas delimitándolas en plenas
imágenes de sensores remotos, mediante la ayuda de un
ordenador y programas especializados (Sistemas de
Información Geográfica) en el tratamiento digital
de imágenes; por ejemplo, ArcGis e Idrisis (Fig. 3); estos
permiten inclinar el plano en distintos ángulos
obteniéndose perspectivas desde cualquier punto, tal como
si se observara desde un avión.

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Figura 3. Mapa geomorfológico
donde se delimitan conjuntos de relieves; elaborado a partir de
imágenes de satélite y el uso de SIG (tomado de:
Haugerud, en GSUS, 2012).

Mediante los SIG se tiene la posibilidad de elaborar
mapas con símbolos pictóricos, al igual que en el
programa de dibujo AutoCad, el cual incluye una gran variedad de
símbolos cartográficos convencionales, tramas y
colores. Una ventaja de estos programas es el hecho de que la
información es almacenada en forma de capas; así,
por ejemplo, si el lector se interesa por un factor individual,
como la red de drenaje, o por un proceso geomorfológico
como la erosión hídrica, el fenómeno en
particular puede observarse en pantalla o, si hace falta, se
imprime. En consecuencia, se pueden realizar mapas de menor
complicación, más fácilmente comprensibles,
incluso para lectores poco duchos en el tema (Fig. 4).

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Figura 4. Amenaza de lahares
(corrientes de lodo) en las vertientes del volcán
Concepción, Nicaragua (Tomado de: Obando,
2009).

Construcción de cortes y
bloque-diagramas

La cartografía geomorfológica
también envuelve la construcción de otros
gráficos, tales como cortes y bloquediagramas. Para
construir un corte es imprescindible la información
topográfica de la zona objeto de estudio. A partir del
mapa topográfico se puede elaborar un perfil más
preciso. Si el investigador está en el campo y no se
cuenta con esa información, el perfil será
realizado a ojo observando el terreno sobre las imágenes
de sensores remotos, o inclusive, se puede elaborar teniendo a
mano instrumentos como: altímetro, cuentapasos, cinta
métrica, distanciómetro, clisímetro,
brújula o, un instrumento que abarca parte de los
anteriores: el GPS (Geographical Positioner System). A
lo largo de un trayecto determinado, el investigador tiene la
posibilidad de ir grabando en el GPS los datos correspondientes;
a la vez que va anotando en su libreta lo que no puede grabarse
en dicho aparato. Y no hay actividad más decisiva que las
verificaciones in situ, ya que muchas cosas del terreno no se
pueden contemplar en las imágenes de sensores
remotos.

Cuando se carece de información
topográfica y se tienen solo imágenes como
fotografías aéreas o de radar, se pueden elaborar
bloquediagramas esquemáticos mediante el sombreado en
hachures. Es importante, además, incorporar en
los cortes laterales de los bloques las estructuras y/o
litologías correspondientes; para ello es necesario
utilizar la simbología geológica convencional. La
mayor ventaja del producto final es la percepción de los
hechos desde un punto de vista tridimensional.

Un bloquediagrama se puede construir manualmente con la
ayuda de un plano topográfico; para ello hay que elaborar,
sobre una cuadrícula inclinada cierta cantidad de perfiles
paralelos y equidistantes. En última instancia se procede
con el sombreado del relieve en perspectiva (en dibujo
técnico a esto se le llama perspectiva caballera). Se
trata de un trabajo un tanto minucioso que demanda del dibujante
cierta habilidad artística. Hoy en día, se solventa
ese problema con la ayuda de programas de computación que
convierten cualquier imagen en un bloquediagrama que se puede
orientar o inclinar de acuerdo con los intereses de quien lo
elabora. Uno de los programas más fáciles de
manejar para tales efectos, es el Surfer. Si se hace, por
ejemplo, un levantamiento topográfico con un aparato GPS,
la información levantada se introduce en dicho programa,
obteniéndose, además de un mapa topográfico,
un bloquediagrama donde se perciben muy claramente las
características del relieve (Fig. 5).

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Figura 5. Modelos 3D obtenidos
mediante el programa Surfer (tomado de: www.docs.autodesk.com,
2012).

La
nomenclatura

Gran parte de los términos con los que se
identifica a las formas del relieve, tienen su analogía
con objetos o cosas de uso común por parte del hombre. En
el siguiente listado de nombres de relieves puede notarse que
existe un mayor predominio de aquellos que son similares a
componentes de la arquitectura y a partes de la anatomía
animal.

– Derivados de la arquitectura: Terraza, cornisa, arco,
galería, escalera, pilar, columna, viga, domo, anfiteatro,
pirámide, edificio volcánico, fosa, dique,
trinchera y chimenea.

– Derivados de la anatomía animal: Cuello,
cuerno, pico, nariz, boca, garganta, lomo, espinazo, cresta, pata
de gallina, canales serpenteantes; en inglés:
hogback (lomo de cochino) y oxbow (cachos de
buey).

– Derivados de objetos de uso doméstico: Mesa,
caldera, aguja, sierra, artesa, cortina, corona y
cordón.

– Derivados de armamentos: Escudo, flecha, arco,
cañón, filo, bomba, dunas en forma de espada
(seifs).

– Derivados de otras cosas: Dunas en forma de estrella y
en media luna, espina, abanico y parásito.

Incluso existen procesos geomórficos denominados
según su similitud a algunos hechos de naturaleza humana;
por ejemplo, estrangulación, cizallamiento, colada,
ametrallamiento, efecto de lima, efecto de cuña,
basculamiento, voladura, taponamiento y represamiento.

Sin embargo, existen muchos términos
geomorfológicos cuyos nombres no tienen ninguna
relación con objetos domésticos ni con partes de
animales, por ejemplo, montaña, volcán, cerro,
valle, colina, llanura, vertiente, escarpe, meandro y
cuesta.

Existe cierta cantidad de términos
geomorfológicos utilizados a nivel universal, muchos de
ellos se mantienen en su vocablo original, sin ser traducidos;
por ejemplo: mesas, hogbacks, cuestas, bajadas, plateau y
badlands. También es posible que se usen
traducidos; por ejemplo, en vez de badlands, se usa "tierras
malas" o cárcavas y en lugar de plateau, altiplanicie. La
mayor parte de los diccionarios de términos
geográficos o geológicos dan una definición
clara sobre cada uno de esos términos. En Venezuela, Zinck
(1979) elaboró un listado de términos
geomorfológicos adecuado a las necesidades de
levantamientos de suelos en el medio tropical.

Los términos geomorfológicos, según
Thornbury (1969), son más precisos cuando se les
añade una especie de apellido que hace referencia a su
origen; por ejemplo, montaña anticlinal, montaña
sinclinal, valle sinclinal, llanura aluvial, duna costera,
cráter meteórico, cono volcánico, escudo
volcánico cono de deyección y cubeta de
decantación.

Los estudios geomorfológicos de detalle o
semidetalle acusan dificultades a la hora de denominar de alguna
manera las formas de terreno, las cuales son un nivel inferior al
tipo de relieve; es decir, las subpartes de un relieve
determinado. Para solventar este problema y para no caer en el
abuso de términos vernáculos (muy extraños
para otros investigadores), las futuras generaciones de
geomorfólogos tendrán que ponerse de acuerdo para
homogeneizar la terminología geomorfológica, con el
fin de facilitar la comprensión a todos los interesados en
este tipo de estudios.

Conclusiones

Los mapas geomorfológicos realizados a partir de
símbolos pictóricos tienen la propiedad de ser
comprendidos más rápidamente que aquellos que
muestran solamente unidades cartográficas identificadas
con códigos. La desventaja existente es que donde va un
símbolo es difícil colocar ciertos tipos de
símbolos, ya que esto puede crear confusiones. Mientras
que los mapas de unidades codificadas, aunque no pueden
comprenderse tan rápidamente, tienen la ventaja de
expresar mediante una leyenda explicativa un número
considerable de datos. Hágase como se haga un mapa
geomorfológico, lo importante del producto es saber para
qué se va a hacer, ya que para el segundo modo de hacerlos
se tiene la posibilidad de aportar una mayor cantidad de
informaciones.

Por otra parte, la tecnología se está
imponiendo a la hora de realizar una cartografía
más clara y precisa, con las posibilidades de elaborar
excelentes planos y figuras tridimensionales del relieve; sin
embargo, los métodos convencionales son la base esencial
de lo que hoy en día son capaces de hacer los distintos
programas de manipulación de imágenes y/o de
elaboración de mapas.

Referencias

GSUS. 2012. Geomorphology and surface processes:
Geomorphic map of Bainbridge island
. Disponible:
www.gsus.gov/ [Revisado el 19 de febrero, 2012]

Marvez, P. y Rengel, L. 1990. Aplicación de
la cartografía temática en planificación
agropecuaria, caso de El Cedral.
Universidad de Los Andes,
Congreso de Geografía, Memorias, pp 500 – 508.
Mérida.

Spagna, V. y Schiavon, E. 1989. Geological zoning
for risk reduction in planning urban and open areas.
ITC
journal, pp 60 -68, Enschede.

Tricart, J. 1965. Principes et methods de la
geomorphologie
. Masson Editeurs, Paris.

Zinck, A. 1970. Metodología para el
levantamiento de suelos en el medio tropical
. Ministerio de
Obras Públicas, Caracas.

Thornbury, W. 1969. Principles of
geomorphology
. 5th Ed. John Wiley & sons. New
York.

Obando, T. 2009. Reconocimiento geológico de
la amenaza por deslizamientos y lahares en el área de los
volcanes
Concepción y Maderas. Disponible:
www.monografias.com [Revisado el 19 de marzo, 2012]

Pouylau, M. 1985. Geomorfología de
Venezuela
. Mapa a escala 1:4.000.000.

CVG-TECMIN. 1992. Hoja de radar NB-20-2. Informe de
avance de Geomorfología
. Proyecto Inventario, PIRNRG.
Ciudad Bolívar.

Crater Lake National Park (USA). Disponible:
www.docs.autodesk.com [Revisado el 19 de febrero,
2012]

 

 

Autor:

Jesús E.
Santiago¹

¹ Profesor de la Escuela de Ciencias de la
Tierra, Universidad de Oriente.

 

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