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Cine Cubano, Sociedad y Revolución (página 2)



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Se impuso de inmediato otra estrategia temática y
productiva en el ICAIC, lográndose que la
producción se hiciera más dinámica y se
reavivó el contacto con el público masivo, sobre
todo mediante una serie de comedias costumbristas y
contemporáneas como: Se permuta (1983, Juan
Carlos Tabío) y Los pájaros tirándole a
la escopeta
(1984, Rolando Díaz) , seguidas por una
larga lista de títulos que volvieron a repletar las salas
como: Una novia para David (1985, Orlando Rojas), que
refleja el tema de la juventud, problemas familiares, relaciones
interpersonales y generacionales y Plaff o Demasiado miedo a
la vida
(1988, Juan Carlos Tabío), que tiene como eje
central los problemas existenciales y aspectos como son las
creencias fetichistas, el espiritismo, la superstición,
los cultos de origen cristiano y africano y fundamentalmente el
sincretismo religioso como alternativa para disminuir o
solucionar todos sus problemas, hecho este muy
característico del cubano, su religiosidad
popular.

En esta etapa se intentaba sobre todo restituirle al
cine su lugar como parte del arte popular, y muy bien que lo
consiguieron, puesto que algunos de los referidos se encuentran
entre los filmes cubanos más taquilleros de todos los
tiempos. (Agramante y Castillo, 2011)

Mención aparte para el filme La bella del
Alhambra
(1989, Enrique Pineda Barnet), que muestra que el
teatro bufo cubano no sólo era escenario de la propaganda
y la corrupción política , sino también la
alegría, la disipación , la picardía, el
choteo, y otras cosas más ligadas a la idiosincrasia del
cubano. Otro de los aportes del filme, es que rescató para
los jóvenes personajes del gracejo popular tradicional
como son el negrito y el gallego, símbolos de este teatro,
así como el reconocimiento al papel que jugó en su
momento El Alhambra.

En esta década triunfó también un
cine de género, que además de instaurarse sobre las
bases de la diáfana comunicación con vastas esferas
del público nacional, también permitió
establecer un cine crítico, cuestionador y reflexivo,
representado por los filmes: Hasta cierto punto (1983,
Tomás Gutiérrez Alea), donde se trata en el centro
de la historia a la mujer y el machismo y Papeles
secundarios
(1989, Orlando Rojas), enmarcado en el Proceso
de Rectificación, aborda problemas desde el punto de vista
ético como son la doble moral, la hipocresía, el
abuso de poder, el oportunismo, el conformismo, la apatía,
la aceptación de lo mal hecho, la tolerancia y la
especulación.

El tema histórico fue nuevamente abordado en
Amada (1983, Humberto Solás), que refleja la vida
de sujeción y represión de una mujer en La Habana
de 1914, Vampiros en La Habana (1985, Juan
Padrón), preocupado por recrear rigurosamente los
años 30 con todas sus implicaciones, incluyendo todos los
ingredientes del humor más reflexivo en un largometraje de
animación aclamado por nuestro público y en el
extranjero, Un hombre de éxito (1986, Humberto
Solás), que abarca todo el período republicano,
marco donde surge y se desarrolla el oportunismo político.
Fue el primer filme cubano propuesto para la candidatura al Oscar
al Mejor Filme Extranjero y Clandestinos (1987, Fernando
Pérez), basado en hechos reales, muestra un vívido
retrato del heroísmo de la juventud enfrentada a la
tiranía batistiana, resaltando valores tan permanentes
como la rebeldía y la lucha por la justicia y la
verdad.

El documental, en esta etapa tuvo un auténtico
período de esplendor mediante las obras de Marisol
Trujillo, Enrique Colina, Jorge Luís Álvarez, Oscar
Valdés y el eternamente efectivo Santiago
Álvarez.

Entre 1980 y 1989 el ICAIC participó en la
creación de 70 largos de ficción, 44 de ellos
dirigidos por cubanos.

3.4 El cine en los tiempos del período
especial.

Los cambios ocurridos en el mundo desde finales de los
80´, con el derrumbe del campo socialista europeo,
provocaron en Cuba una profunda crisis económica conocida
por Período Especial. La inmensa mayoría
de las fuentes de ingreso con que contaba el país se
vinieron abajo producto de la desintegración de los
mercados externos con los que mantenía
prácticamente el 80% de su intercambio comercial en
condiciones sumamente ventajosas.

Los bienes de consumo provenientes de los antiguos
países socialistas dejaron de acceder y la economía
interna siempre dependiente de materias primas, repuestos y
fuentes de energía proveniente de estos mismos mercados no
pudo resistir el golpe. Ocurre además un recrudecimiento
del bloqueo norteamericano contra la isla, por lo que en un par
de años se produjo un cambio radical en las posibilidades
productivas del país, incluida la industria
cinematográfica que se quedó totalmente sin socios
comerciales, lo cual empujó al ICAIC a un proceso
difícil de coproducciones y autofinanciamiento. El
país que más aporta a este tipo de
producción y a la subsistencia del cine cubano en general,
es España.

Se redujo la producción cinematográfica a
niveles nunca antes vistos después de 1959. Sin embargo el
ICAIC no se detuvo buscó soluciones y se mantuvo, ni
siquiera los Festivales Internacionales de Cine Latinoamericanos
dejaron de hacerse, otra vez, igual que al principio según
avanzaba el país y la Revolución, avanzaba el
ICAIC.

En julio de 1990 el Noticiero ICAIC Latinoamericano,
orgullo de los cineastas cubanos y de donde habían salido
varios de los más prestigiosos documentales de los
últimos treinta años, bajo la dirección de
Santiago Álvarez, es cerrado por la imposibilidad de
mantener sus costos. Así, el día 19 de julio se
exhibe lo que será su último número: el
1490. Queda así truncado un producto
cinematográfico de altísimo prestigio nacional e
internacional, que había sido editado semanalmente durante
treinta años, siendo escuela de muchísimos
realizadores y testimonio de todo el decursar del proceso
revolucionario cubano e internacional.

A la tensa situación y como resultado de la misma
se realiza el controversial estreno de Alicia en el pueblo de
maravillas
(1990, Daniel Díaz Torres), que
sólo se mantuvo en cartelera en los cines cubanos durante
tres días por su cruda sátira a la doble moral, el
acomodamiento y la incompetencia, lo que provocó un
equívoco que la clasificó de contrarrevolucionaria,
trayendo como consecuencia la sustitución de Julio
García Espinosa por Alfredo Guevara en la dirección
del ICAIC.

Alicia… es un filme hecho y revelado en
circunstancias difíciles, con una visión
crítica de la realidad desde posturas revolucionarias, con
voluntad de rebasar el carácter limitadamente descriptivo
de gran parte de la producción del anterior decenio y de
asumir, sin más prórroga, temas tan imprescindibles
como el éxodo, el deterioro físico y moral del
entorno y otros fenómenos de actualidad.

En este período hubo una primera etapa en que se
continuaron los perfiles sentados en los años ochenta, con
la permanencia del cine histórico representado por
Hello Hemingway, (1990, Fernando Pérez) y El
siglo de las luces
(1992, Humberto Solás),
también de las comedias costumbristas críticas como
Amor Vertical (1997, Arturo Sotto) y Adorables
Mentiras
(1991, Gerardo Chijona), que encara deformaciones
éticas de la sociedad desde la sátira, el
equívoco, la ironía y el humor incisivo en torno a
la realidad cubana.

El resto de la producción prefiere abordar los
difíciles temas de la sobrevivencia en tiempos de
período especial, la emigración, el desencanto o el
replanteamiento de las utopías, siendo muestra de esto los
filmes: La vida es silbar (1998, Fernando Pérez)
y Guantanamera (1995, Tomás Gutiérrez Alea
y Juan Carlos Tabío), una sátira cuyo principal
motivo que es el traslado de un difunto en su ataúd entre
los extremos oriental y occidental cubanos, sirve para descubrir
problemas del período especial y la deshumanización
y absurdos de la burocracia.

No faltaron obras muy populares como Kleines
Tropicana
(1997, Daniel Díaz Torres), Zafiros,
locura azul
(1997, Manuel Herrera) y Un paraíso
bajo las estrellas
(1999, Gerardo Chijona), ni
películas experimentales como Pon tu pensamiento en
(1996, Arturo Sotto), El elefante y la
bicicleta
(1994, Juan Carlos Tabío) y La ola
(1995, Enrique Álvarez).

Dos de los mejores ejemplos de cine cubano de los
90´ es la cinta Madagascar (1994, Fernando
Pérez), un auténtico poema pictórico sobre
la soledad en la crisis de valores y la incomunicación
generacional y Reina y Rey (1994, Julio García
Espinosa), sobre la separación artificial entre las dos
mitades de la cubanidad y el rasgo de la identidad más
allá de prejuicios y diferencias.

Pero la nota más sobresaliente de la
década, y en gran medida del cine cubano en los
últimos años, fue Fresa y Chocolate (1993,
Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío),
basada en el cuento El lobo, el bosque y el hombre nuevo
(premio Juan Rulfo 1990) de Senel Paz, también guionista
de la cinta, versa sobre la intolerancia que rodea a la amistad
entre David, joven militante comunista de origen provinciano e
ideas conservadoras, que estudia Ciencias Sociales en la
Universidad de La Habana y Diego, un artista, religioso y
homosexual, que vive obsesionado por la cultura universal y la
historia menos conocida de su Patria. Es la película que
más éxito ha tenido en la historia fílmica
cubana. Nominada al premio Oscar como mejor película
extranjera, el film logró que Cuba pudiera penetrar al
mercado cinematográfico mundial, pero su mayor relevancia
radica en que significó una oportuna y sensible apertura
al complejo mundo de las relaciones interpersonales, los
prejuicios y la necesidad de comunicación.

Al clausurar el XV Festival Internacional del Nuevo Cine
Latinoamericano, en medio de la expectación por los
premios de "Fresa y chocolate", el presidente del ICAIC, Alfredo
Guevara, expresó: "En Coppelia, como en toda nuestra
sociedad, cada quien prefiere el sabor que más le conviene
y todos vamos a defender nuestros principios desde el abrazo de
David y Diego, abrazo que se multiplicará en otros
abrazos  que nos unirán más allá de
cualquier diferencia en lo que por sobre todo prevalece la
decisión de salvar a Cuba, nuestra identidad, nuestra
independencia y soberanía, el derecho a la dignidad, el
derecho al futuro".

En términos expresivos, señalan los
críticos, el cine cubano de los noventa se caracteriza por
un incremento de las implicaciones críticas y
poéticas en guiones de forma y fondo inquietantes, con
inclinación a las adaptaciones de obras teatrales o
literarias ya existentes, no concebidas por sus directores, lo
cual no indica escasez creativa, sino apuesta por textos
efectivos, de firmeza argumental y dramática, ya logrados
como relatos.

3.5 Siglo XXI.

El florecimiento de un cine independiente, juvenil,
crítico, de temática contemporánea y apoyado
en las nuevas tecnologías, junto con el mecanismo
todavía significativo de las coproducciones, sobre todo
con España, constituyeron dos de los factores que marcaron
el cine cubano en los primeros años del siglo XXI, un
período de transición en el cual comenzó a
remontarse gradualmente el desnivel productivo
característico de los años noventa.

El decenio 2001-2010 se inaugura con un cambio de
dirección en la principal entidad productora de cine en la
Isla, Alfredo Guevara, uno de los principales fundadores y
animadores del valioso proyecto cultural llamado ICAIC, cesa en
sus funciones como su presidente y retiene únicamente la
conducción del Festival Internacional del Nuevo Cine
Latinoamericano.

La nueva dirección del ICAIC, presidida por Omar
González, apostó por una doble táctica:
propiciar el paso a la dirección de largometrajes de un
grupo de realizadores que hasta el momento se habían
dedicado al documental y también apoyar la continuidad de
filmografías interrumpidas por la crisis que
significó el Período Especial.
Además, se preocupó por engrosar las filas de
realizadores con jóvenes talentos procedentes de la
televisión, el cine independiente, o graduados de la
Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los
Baños.

Se consiguió incrementar la producción en
comparación con el decenio precedente, también hubo
una discreta recuperación de las salas de cine alrededor
del llamado Proyecto 23 y se emprendió la
restauración y digitalización del patrimonio
cinematográfico.

Para caracterizar el audiovisual cubano durante los
primeros años del siglo XXI, es imprescindible hacer
referencia a tres eventos: la Muestra Nacional de Nuevos
Realizadores (hoy Muestra Joven ICAIC), el Festival Internacional
de Documentales Santiago Álvarez in Memoriam y el Festival
Internacional del Cine Pobre en Gibara. Creados para incitar el
conocimiento y la meditación acerca de la labor
audiovisual de los jóvenes y fomentar el diálogo
entre las diversas generaciones de creadores. (Díaz y del
Río, 2010)

En los primeros años del nuevo milenio se aprecia
el resurgimiento de un cine ligero, con pretensiones comerciales
que recuerda un poco el modo de hacer de la década de los
ochenta: populista y circunstancial, de hilo conductor
fácil de seguir y unos personajes movidos por intereses
bien terrenales y poco filosóficos, que buscaba la
comunicación directa con el público como
Hacerce el sueco (2000, Daniel Díaz Torres),
Lista de espera (2000, Juan Carlos Tabío) y
Entre ciclones (2003, Enrique Colina).

Por suerte, al margen de esta tendencia dominante en su
mayoría por el género humorístico,
también se encuentran unos pocos filmes que se apartan de
la comedia para dar lo mejor y más esperanzador del
panorama fílmico cubano. Son obras un tanto ambivalentes
genéricamente hablando, marcadas por el estilo documental
pero incorporando la ficción, en mayor o menor medida
según el caso. Sus dos ejemplos más sobresalientes
son Video de familia, (2001, Humberto
Padrón) y Suite Habana, (2003, Fernando
Pérez). Ambas parten de la estética del documental
con la intención de mostrar al espectador esa realidad que
se está retratando desde una perspectiva que se pretende
honesta y despolitizada, aunque en el caso de Video de
familia
tiene una doble justificación ya que el
motivo de su existencia es constituir justamente un video de la
familia que se le enviará al resto de la familia que se
encuentra en el exilio.

Por otra parte, el fenómeno de la
emigración, que ha estado presente en toda la historia de
la nación de una u otra manera se convierte en un
tópico muy recurrente en los relatos narrados por el
Séptimo Arte en Cuba, multiplicando su presencia
considerablemente según el contexto en que surge y cargado
de situaciones sustancialmente diferentes a lo acontecido
anteriormente. Concordando con la opinión de los expertos,
puede decirse que este es uno de los temas centrales del cine
cubano de las dos últimas décadas, dando muestras
de una apertura ideológica alejada de concepciones que
recriminan las decisiones de los individuos de vivir en otro
sitio, de modo que ese respaldo, se manifiesta en una serie de
películas entre las que se pueden citar: Miel para
Oshún
( 2001, Humberto Solás), primera
película filmada con cámara digital, relata el
regreso de un hombre que de pequeño fue llevado por su
padre a los Estados Unidos. En este caso, se manifiesta lo
dramático de la separación, lo duro del regreso a
la tierra natal, de manera que la visión del emigrado se
naturaliza, como parte de una realidad que admite lo cruel de la
separación y se conduele de ella.

Con una perspectiva diferente sobre la emigración
es imprescindible mencionar a ¡Viva Cuba!, (2005,
Juan Carlos Cremata), la primera película infantil cubana,
extremadamente llamativa y profunda, donde se va mucho más
allá de una aventura de dos niños, hasta la
política y las relaciones en el hogar. El elemento
meritorio de esta propuesta es que sugiere temáticas tan
complejas como la de la emigración en la boca de unos
niños cubanos que sufren en carne propia las consecuencias
de un fenómeno de grandes magnitudes que resulta ante todo
un acto de desarraigo, de pérdida de la identidad, lo que
representa un elemento de cambio en el abordaje de este
tópico en el cine cubano contemporáneo.

Otro fenómeno de gran recurrencia en la
filmografía actual es el tema de las relaciones entre
mujeres, hombres e individuos de otras tendencias sexuales por su
impacto en la sociedad, haciéndose evidentes cambios
sustanciales en el abordaje de estos temas, con respecto a etapas
precedentes en el cine cubano, como se puede apreciar en
películas como Perfecto amor equivocado (2004,
Gerardo Chijona) y Verde, verde (2011, Enrique Pineda
Barnet).

Pero la gran diversidad de temas tratados va más
allá, por ejemplo en Los Dioses Rotos (2008,
Ernesto Daranas) hay una trama de valores enfrentados; una
reflexión en torno a la perspectiva ética y moral
de un grupo de personajes de todos los niveles socioculturales:
profesionales, prostitutas, proxenetas y delincuentes. Barrio
Cuba
(2005, Humberto Solás) es una historia de
luchadores, que se rebelan contra un destino dudoso y se
esfuerzan una y otra vez en encontrar una salida a la dura
realidad, pero nunca pierden la esperanza de superarse para
lograr un futuro mejor y en Boleto al paraíso
(2011, Gerardo Chijona) se adentra en el mundo de los
jóvenes marginados y victimas del SIDA.

También se continúan filmando pasajes de
la historia cubana en producciones como Kangamba (2008,
Rogelio París), una película dramática y
bélica de gran envergadura, que rememora las acciones de
las tropas cubanas que colaboraron en Angola en esa decisiva
batalla. Ciudad en Rojo (2009, Rebeca Chávez),
inspirada en la novela Bertillón 166, de José Soler
Puig, que aborda la vida en Santiago de Cuba durante la lucha
clandestina contra la dictadura batistiana y José
Martí, El ojo del canario
(2010, Fernando
Pérez) que es un acercamiento espiritual a José
Martí, entre los 9 y los 17 años: el único
período en que conoció de cerca a su patria y en el
que aprendió a amarla y entenderla, para hacer la magna
obra que le tomó el resto de su vida.

Después de repasar los filmes cubanos que en la
modesta opinión de la autora pueden definir con mayor
fidelidad las peculiaridades de la etapa actual, resulta de gran
interés, hacer mención aparte a un filme que
logró lo que parecía casi inalcanzable: el rescate
de la taquilla, la afluencia multitudinaria del público a
las salas cinematográficas a la usanza de los ochenta. Se
trata de la película Havanastation (2011), el
primer largometraje de ficción de Ian Padrón, que
resulta conmovedor por su realista visión de la
marginalidad y las diferencias sociales existentes en la
actualidad, pero sobre todo porque inculca en las nuevas
generaciones el amor al trabajo que es el único medio
válido para alcanzar cualquier propósito en la
vida, demostrando que vale más la riqueza espiritual que
la material.

Como se puede apreciar a lo largo de esta reseña
bibliográfica, en la casi totalidad de los filmes
producidos por el ICAIC se formulan conflictos culturales,
antológicos, existenciales del cubano que viendo estas
películas se ve a sí mismo y a la historia pasada y
presente de su país. Por lo que el cine en Cuba constituye
un valioso catálogo audiovisual de la vida
política, económica, cultural y social.

Si "el cine cubano ha sido la crónica y el espejo
que mejor ha iluminado los misterios de esa conversación
irreductible entre el cubano ser y los modos, colores, formas y
sonidos que habitan esta isla" (del Río, 2000, p.26). Por
qué entonces no utilizar más ese espejo en una
mirada profunda, de reconocimiento e
identificación.

Conclusiones

  • El cine casi desde sus comienzos se
    constituyó como fiel reflejo de la realidad social. Un
    instrumento con un increíble poder para generar
    modelos de vida y pautas de comportamiento; un producto dado
    por la unión de arte e industria, pero que si es de
    calidad puede convertirse en una obra de arte.

  • El cine cubano consta de dos etapas:
    prerrevolucionaria y revolucionaria. Ambas se identifican por
    la búsqueda constante de un cine verdaderamente
    nacional a pesar de las adversidades, presupuesto que se ha
    visto consumado a partir de la creación del ICAIC,
    legítima herramienta de la identidad
    cubana.

  • El devenir histórico del cine cubano
    revolucionario trajo consigo temas y motivaciones dentro de
    un contexto socio político diferente y más que
    una simple industria del espectáculo, es un reflejo de
    la historia , cultura y personalidad cubanas. Además
    se convirtió en un movimiento artístico, como
    factor de búsqueda y fortalecimiento no sólo de
    los valores nacionales, sino de la identidad y la cultura
    latinoamericana y caribeña. Las formas
    artísticas que se han desarrollado en el cine en Cuba
    son el resultado del contenido de la sociedad y de las
    grandes transformaciones que se han producido en todas las
    esferas de la vida.

Bibliografía

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Bibliografía de Internet

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Cine
[en línea] dic. 2008. Disponible en:
http://www.definicionabc.com/general/cine.php [consulta: marzo,
13 2012]

MARTINEZ CRUZ, Mitzi Aracely.
Definición de Cine [en línea] dic. 2006.
Disponible en: http: //www.mitzi.lacotelera.net/post
/2006/12/04/definición-cine [consulta: abril, 4
2012]

Anexo

ANEXO 1

Ley del Consejo de Ministros del Gobierno
Revolucionario de la República de Cuba que creó el
Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos,
publicada en la Gaceta Oficial del martes 24 de marzo,
1959.

Por cuanto: El cine es un arte.

Por cuanto: El cine constituye por virtud de sus
características un instrumento de opinión y
formación de la conciencia individual y colectiva y puede
contribuir a hacer más profundo y diáfano el
espíritu revolucionario y a sostener su aliento
creador.

Por cuanto: La estructura de la obra
cinematográfica exige la formación de un complejo
industrial altamente tecnificado y moderno y un aparato de
distribución de iguales características.

Por cuanto: El desarrollo de la industria
cinematográfica cubana supone un análisis realista
de las condiciones de los mercados nacional y exterior y en lo
que al primero se refiere una labor de publicidad y
reeducación del gusto medio, seriamente lastrado por la
producción y exhibición de filmes concebidos con
criterio mercantilista, dramática y éticamente
repudiables y técnica y artísticamente
insulsos.

Por cuanto: El anterior enunciado supone la
más estrecha colaboración con economistas y
técnicos, con educadores, psicólogos y
sociólogos, con los artistas y creadores de todas las
ramas, con las autoridades docentes y rectoras de la obra
cultural de la Revolución, y con los Comandantes y
departamentos especializados del Ejército, la Marina, la
Policía y la Fuerza Aérea Rebeldes.

Por cuanto: El cine debe conservar su
condición de arte y, liberado de ataduras mezquinas e
inútiles servidumbres, contribuir naturalmente y con todos
sus recursos técnicos y prácticos al desarrollo y
enriquecimiento del nuevo humanismo que inspira nuestra
Revolución.

Por cuanto: El cine – como todo arte noblemente
concebido- debe constituir una llamado a la conciencia y
contribuir a liquidar la ignorancia, a dilucidar problemas, a
formular soluciones y a plantear, dramática y
contemporáneamente, los grandes conflictos del hombre y la
humanidad.

Por cuanto: Nuestra historia, verdadera epopeya
de la libertad, reúne desde la formación del
espíritu nacional y los albores de la lucha por la
independencia hasta los días más recientes una
verdadera cantera de temas y héroes capaces de encarnar en
la pantalla, y hacer de nuestro cine fuente de inspiración
revolucionaria, de cultura e información.

Por cuanto: Nuestro País y cultura poseen
características vocacionales perfectamente definidas,
tipos, fórmulas, música, danza, costumbres y
ambientes y paisajes de gran atracción y cuyo impacto y
popularidad constituyen un hecho probado a través del
interés y afición de los públicos de todas
las latitudes.

Por cuanto: La Industria Cinematográfica y
la distribución de sus productos constituyen una
permanente y progresiva fuente de divisas, tanto por la venta o
explotación directa de los filmes, como por el
extraordinario impacto publicitario y de sugestión que
posee la imagen cinematográfica sobre el espectador, y la
consecuente oportunidad que se tiene de popularizar nuestro
país y sus riquezas y de fortalecer el turismo.

Por cuanto: El desarrollo de la Industria
Cinematográfica cubana comporta el establecimiento de una
nueva fuente de riqueza y trabajo, de la que resultarán
beneficiados técnicos, artistas, laboratorios,
músicos, escritores, etc.

Por cuanto: Es el cine el más directo y
extendido vehículo de educación y
popularización de las ideas.

 L E Y No. 1 6 9

Artículo Primero: Se crea el Instituto
Cubano del Arte e Industria Cinematográficos   (
ICAIC), organismos de carácter autónomo,
personalidad jurídica propia y domicilio legal en la
capital de la República.

El Instituto Cubano del Arte e Industria
Cinematográficos tendrá por finalidad:

  • Organizar, establecer y desarrollar la Industria
    Cinematográfica, atendiendo a criterios
    artísticos enmarcados en la tradición cultural
    cubana, y en los fines de la Revolución que la hace
    posible y garantiza el actual clima de libertad
    creadora.

  • Organizar, establecer y desarrollar la
    distribución de los filmes cubanos o de
    coproducción que cumplan las condiciones fijadas por
    la presente Ley, por los Reglamentos que la complementen y
    los acuerdos y disposiciones del ICAIC.

  • Administrar los estudios, laboratorios, equipos,
    talleres, oficinas y cuantos bienes muebles e inmuebles se
    pongan a su disposición o resulten adquiridos en
    futuras operaciones.

  • Organizar, establecer y desarrollar el
    régimen crediticio necesario al fomento del arte e
    industria cinematográficos, cuidando la
    recuperación de las inversiones.

Artículo Segundo: El Instituto Cubano del
Arte e Industria Cinematográficos será dirigido y
administrado por un Presidente – Director y un Consejo de
Dirección integrado por dicho funcionario y tres
Consejeros, a los que se considerarán con carácter
de asesores ejecutivos.

Artículo Tercero: El Presidente – Director
del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
será nombrado por el ciudadano Primer Ministro de la
Nación, y ratificado por el Consejo de
Ministros.

Artículo Cuarto: Los Consejeros que con el
Presidente – Director del Instituto Cubano del Arte e Industria
Cinematográficos constituyen el Consejo de
Dirección de este organismo, serán nombrados y
libremente removidos por dicho Presidente – Director.

Artículo Quinto: El Presidente – Director
del Instituto Cubano del Arte e Industria
Cinematográficos, asesorado por el Consejo de
Dirección del Instituto, realizará todas las
funciones de carácter ejecutivo y de administración
que competen a este organismo y nombrará el personal de
confianza necesario para su funcionamiento.

Artículo Sexto: A los efectos de realizar
eficazmente sus funciones, el Presidente – Director y el Consejo
de Dirección del Instituto del Arte e Industria
Cinematográficos se asesorarán de economistas,
técnicos y juristas y formarán las comisiones de
estudio y trabajo necesarias a sentar las bases de una moderna y
científica organización industrial y de un sistema
de distribución.

Estas comisiones serán tres:

  • La Comisión de Estudios Económicos y
    de Organización Industrial, que tendrá a su
    cargo el estudio del mercado interno y exterior, sus
    fluctuaciones, los impuestos, cuotas y medidas de
    exención o protección necesarias al desarrollo
    de nuestra cinematografía, y los métodos
    empresariales de organización y administración
    de industrias.

  • La Comisión de Cultura y Técnica
    Cinematográfica, que cuidará del desarrollo y
    protección de los Cine – Clubes, del establecimiento
    de una Cinemateca y de la creación de un Centro de
    Estudios Cinematográficos y de un sistema de
    publicaciones que, con todas las medidas anteriores,
    contribuya a la formación de un
    público.

  • La Comisión de Financiamiento, que
    estudiará y organizará cuanto concierne al
    financiamiento de filmes y empresas cinematográficas y
    preparará el régimen presupuestal y estudio
    sobre las posibles inversiones del ICAIC.

Cada una de las Comisiones estará presidida por
uno de los miembros del Consejo de Dirección e integrada
por funcionarios del Instituto o técnicos y especialistas
bajo contrato. Los estudios y acuerdos de estas comisiones solo
tendrán valor legal cuando sean sometidos al Consejo de
Dirección y aprobados por éste.

Artículo Séptimo: El Instituto
Cubano del Arte e Industria Cinematográficos queda
facultado para, con los fondos puestos a su cuidado o los que
obtenga por virtud de impuestos, créditos o acuerdos de
carácter financiero, adquirir propiedades muebles e
inmuebles, terminar y equipar los estudios existentes y construir
otros, organizar empresas de producción,
distribución y exhibición, y en general para
realizar cuantas operaciones fueren convenientes a la
consecución de sus fines.

Artículo Octavo: El Instituto Cubano del
Arte e Industria Cinematográficos queda facultado asimismo
para, con los fondos económicos puestos a su cuidado, o
mediante acuerdos con los Bancos e instituciones crediticias
estatales o para estatales, financiar total o parcialmente y con
garantías suficientes la producción de
películas cubanas o realizadas en coproducción,
siempre que cumplan los requisitos establecidos por Ley y los
acuerdos y disposiciones del Instituto.

Artículo Noveno: A los fines de unificar
la política del Gobierno Revolucionario respecto al cine,
se encomienda al Instituto Cubano del Arte e Industria
Cinematográficos, las siguientes tareas:

  • Estudiar o proponer, discutir y firmar los acuerdos,
    pactos y resoluciones de carácter internacional
    concernientes al cine, ya sean generales o regionales.,
    producto de Conferencias o Congresos convocados
    excepcionalmente o, dentro del marco de los organismos
    políticos, económicos y culturales de
    carácter internacional o regional de los que forma o
    forme parte nuestro País.

  • Estudiar, proponer, discutir y firmar los acuerdos,
    pactos y resoluciones bilaterales con las organizaciones,
    empresas, bancos e instituciones competentes, encargadas de
    las cinematografías de sus respectivos países,
    de la distribución de sus productos, del
    financiamiento u organización de las coproducciones o
    de la publicidad.

Artículo Décimo: El Instituto
Cubano del Arte e Industria Cinematográficos queda
facultado para promover la distribución organizada,
controlada y permanente de los filmes cubanos en el extranjero,
especialmente en los mercados de habla española,
estableciendo un sistema de cuotas y pactos de verdadera
reciprocidad y ofreciendo y reclamando las facilidades necesarias
a la explotación de los filmes.

Artículo Undécimo: El Instituto
Cubano del Arte e Industria Cinematográficos se
encargará asimismo de promover la distribución de
los filmes cubanos en el mercado nacional en una forma organizada
y sistemática, interesando a las casas especializadas en
esta forma del negocio cinematográfico o
sustituyéndolas por una empresa subsidiaria del Instituto
en caso necesario.

Artículo Decimosegundo: Para facilitar la
distribución y explotación de los filmes cubanos en
el mercado interno se establecerá un sistema de cuotas
justo y proporcional que garantice a la producción
nacional la necesaria amortización del financiamiento, y
se irán modificando los reglamentos y disposiciones
según lo aconsejen las fluctuaciones y necesidades de la
industria.

Artículo Decimotercero: El Instituto
Cubano del Arte e Industria Cinematográficos queda
facultado para establecer los principios, medidas y reglamentos o
proponer las leyes o decretos y decretos – leyes que resulten
convenientes, y necesarios para la protección de los
filmes cubanos de largo y corto metrajes en los mercados internos
y extranjeros, atendiendo a un régimen de verdadera, justa
y proporcional reciprocidad.

Artículo Decimocuarto: Todas las
propiedades y bienes del INFICC y demás institutos,
organismos y comisiones disueltos, incluyendo los estudios,
instalaciones y construcciones del Bitmore y cuantos equipos han
sido recibidos y financiados por el Estado se traspasan al
Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos que
los tomarán en propiedad y para su administración y
disfrute.

Artículo Decimoquinto: El Instituto Cubano
del Arte e Industria Cinematográficos queda facultado para
gestionar el traspaso de los bienes útiles al cine
decomisados a los personeros de la Tiranía y para tomarlos
en usufructo en tanto se llega a determinaciones legales
definitivas.

Artículo Decimosexto: Quedan disueltos,
comisiones e institutos que se decían de fomento de la
industria cinematográfica, y se derogan los decretos,
disposiciones, reglamentos, y decretos – leyes que se opongan en
todo o en parte a la presente Ley, que comenzará a regir
desde la fecha de su publicación en la gaceta
Oficial.

Artículo Decimoséptimo: Los
Ministros de Obras Públicas, Hacienda y Educación
cooperarán en forma coordinada con el Instituto Cubano del
Arte e Industria Cinematográficos, en la
realización de sus fines.

Artículo Decimoctavo: Se derogan las
Leyes, Leyes – Decretos, Decretos – Leyes, Decretos y
demás disposiciones legales que se opongan a lo dispuesto
en la presente Ley, la que comenzará a regir a partir de
la fecha de su publicación en la Gaceta Oficial de la
República.

Por tanto: Mando que se cumpla y ejecute la
presente Ley en todas sus partes.

Dada en el Palacio de la Presidencia, en La Habana, a
veinte de marzo de mil novecientos cincuenta y nueve, "Año
de la Liberación".

Fidel Castro Ruz Armando Hart Dávalos

Primer Ministro Ministro de Educación.

ANEXO 2

El Cartel de cine cubano

En las décadas de los 60 y 70, Cuba fue testigo
del nacimiento de una de las escuelas de cartelistas
cinematográficos de estética más original y
creadora de todo el mundo. A través de los años, en
estas obras se utilizó exclusivamente la técnica de
la serigrafía más artesanal por la escasez de
medios, pero las dificultades materiales, lejos de perjudicar,
posibilitaron soluciones gráficas audaces y el despliegue
apasionado de color que caracterizan el trabajo ininterrumpido de
un grupo de artistas tan personales y destacados como: Eduardo
Muñoz Bachs, Rafael Morante, Antonio Reboiro, Alfredo
Rostgaard, Azcuy, Julio Elías o Ñiko, que han
recibido el reconocimiento en todo el orbe a través de
premios y exposiciones en museos y galerías de
arte.

La siguiente galería tiene como propósito
hacer un repaso de lo más representativo del diseño
del cartel de cine en Cuba desde sus inicios hasta la
actualidad.

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Dedicatoria:

A mi hija, mi esposo y mi mamá, ya que sin su
apoyo incondicional hubiera sido casi imposible la
realización de este trabajo.

Agradecimientos:

A mi familia por su amor y
comprensión.

A Dayma Pérez, Jefa de nuestra carrera por su
ayuda y apoyo en todo momento.

A Sunamis Fabelo, mi profesora de la asignatura Cine
Cubano por todos los conocimientos que me impartió
.

A Martica, mi profesora de Metodología de la
Investigación.

A mis compañeros de trabajo de la
EICTV:

Luciano Castillo, Director de la
Mediateca.

Aida María Rodríguez,
bibliotecaria

Yaiseli Galán, videotecaria

Estrella Hendrickson, por facilitarme
horas de conexión a Internet.

Yohanys Jiménez, por prestarme su
computadora.

Álvaro Orlando Díaz, por
su ayuda al facilitarme tiempo para el estudio.

Jesús Palenzuela, por alentarme y ocuparse de
la impresión y encuadernado de esta tesina.

Marlén Santos, por su gran
apoyo.

Patricia Segura, por prestarme sus
libros.

Xiomara Vásquez, por su
cooperación.

Yanira Ramírez, Yohandra Ruiz e Isabel
Cristina Lanio, por revisar mi resumen en
inglés.

A todos, gracias.

 

 

Autor:

Lydice Rodríguez
Torres

Universidad Agraria de La Habana

"Fructuoso Rodríguez
Pérez"

Facultad de Ciencias Sociales y
Humanísticas

Sede Universitaria Municipal:

San Antonio de los Baños

Monografias.com

Tesina en opción al título de
Licenciatura en

Estudios Socioculturales

Artemisa, 2012

Partes: 1, 2
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