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La consciencia en los seres vivos



  1. Resumen
  2. Intencionalidad
  3. Consciencia
  4. Los seres vivos y
    la consciencia
  5. Bibliografía

Resumen

Se inicia el trabajo estudiando la intencionalidad, que
junto a la información, son los factores fundamentales de
la emergencia y el funcionamiento de los seres vivos. Se observa
que la intencionalidad es una facultad o característica de
la consciencia, pasando a continuación a estudiar la
consciencia que comprobamos se presenta en todos los seres vivos;
la consciencia es una característica esencial de la vida,
y aparece en diferentes niveles y grados.

Intencionalidad

En el artículo "El enigma de la vida" se analiza
donde se puede situar la frontera entre los seres vivos y los no
vivos, llegando a la conclusión de que la vida se inicia
en la biomolécula (proteínas, ARN, etc.)

Además se analizaba cuáles son las causas
fundamentales de la emergencia y funcionamiento de la vida, para
lo que se compara la creación de una molécula
abiótica como el H2O con una biótica como una
proteína, llegándose a la conclusión de que
dichos factores en esta última eran la información
y la intencionalidad.

En este apartado tratamos de estudiar lo que entendemos
como intencionalidad. Para ello nos basamos en las opiniones de
John R. Searle, que expone en su libro "Mente, Lenguaje y
Sociedad", respecto al cual algunas de sus opiniones las
compartimos y otras no.

Indicaremos que estamos de acuerdo con las siguientes
afirmaciones de dicho autor:

  • La consciencia es un fenómeno
    biológico.

  • La consciencia esta íntimamente vinculada a
    la intencionalidad.

  • La intencionalidad es aquella característica
    de la mente, mediante la cual los estados mentales se dirigen
    hacia o se refieren a, objetos y estados de las cosas del
    mundo.

El hecho de que consideremos que efectivamente la
consciencia es un fenómeno biológico, ello no
quiere decir que sea reducible a un fenómeno físico
o químico, es otra cosa.

Para nosotros la intencionalidad es aquella facultad de
la consciencia (en sentido amplio) que permite a los seres actuar
con direccionalidad y finalidad en relación con los
objetos y estados del mundo. Es decir, los actos de los seres
están dirigidos u originados hacia o por uno o varios
entes y además persiguen conseguir una cierta finalidad o
respuesta de estos, o bien que estos producen en
él.

Si decimos que la intencionalidad es una facultad o una
parte de la consciencia, conviene profundizar en esto, en lo que
hacemos a continuación.

Consciencia

El concepto de la palabra consciencia tiene
múltiples problemas, empezando por el hecho de escribirse
en español dos palabras muy parecidas: conciencia y
consciencia (a diferencia del inglés concience y
consciousness) que según la Real Academia puede usarse
indistintamente con el mismo significado, pero también la
primera puede tener otro significado completamente diferente, de
distinguir entre el bien y el mal.

Pese a existir el poderoso argumento a favor de la
existencia de la consciencia, de que la gran mayoría de la
humanidad tiene una intuición clara sobre la misma, a la
hora de tratar de comprender y definir el concepto existen
múltiples opiniones.

Por otra parte el concepto de consciencia ha sido
considerado por muchos psicólogos como maldito por las
connotaciones fenomenológicas que tiene, así, John
R. Searle dice que todos los tipos contemporáneos de
materialismo que conoce comparten el objetivo de tratar de
liberarse de los fenómenos mentales en general y de la
consciencia en particular.

La realidad es que a partir de finales de siglo pasado
se ha producido un gran resurgimiento del interés y de los
estudios científicos sobre la consciencia.

Es preciso reconocer que cuando hablamos de la
consciencia nos ocurre lo mismo que con otros muchos conceptos,
como vida, información, etc., que los utilizamos pero que
en realidad no sabemos muy bien de que estamos hablando, es un
concepto que no entendemos bien.

Entre las múltiples definiciones de consciencia
escogemos en un primer paso la siguiente: es el conocimiento del
mundo externo y de uno mismo. Pero ocurre que en nuestro mundo no
se da la capacidad de conocer independientemente de la de actuar,
sin perjuicio de que los seres quieran actuar o puedan (debido a
accidentes por ejemplo).

Entendemos pues por consciencia en un sentido amplio
(que también podríamos llamar mente) a un conjunto
complejo, heterogéneo y mal comprendido de facultades
(percepción, memoria, emociones, habilidades, etc.) que
permiten a los seres conocer y actuar en nuestro
mundo.

Esta consciencia en sentido amplio parece presentarse en
los seres de manera muy variada de formas y grados, pudiendo
establecer diferentes niveles que caracterizamos por tener
algunas facultades que o bien son exclusivas de ese nivel o bien
se presentan con un grado de desarrollo diferente. Dentro de un
determinado nivel también se dan gradaciones o diferencias
entre especies y entre individuos de la misma especie.

Para explicar algo más lo anterior veamos el caso
de la consciencia humana y la animal.

Respecto del complejo conjunto de facultades de estos
dos tipos de consciencia, pueden realizarse algunos comentarios
ilustrativos.

La facultad o habilidad de utilizar instrumentos ha sido
durante mucho tiempo considerada como exclusiva y definitoria del
ser humano, así, por ejemplo, se ha establecido por los
antropólogos una categoría humana, llamada "homo
habilis" basada, casi en exclusiva, en el hecho de su capacidad
para utilizar instrumentos, concretamente guijarros de piedra
tallados incluyendo así en el género "homo" a un
ser que físicamente era muy parecido al
australopitecus.

Pero resulta que investigaciones sobre comportamiento
animal han mostrado que los animales también tienen
capacidad para utilizar instrumentos, aunque indudablemente muy
rudimentarios y simples, por ejemplo, se ha observado a
chimpancés utilizar dos piedras como yunque y martillo
para partir nueces, también se les ha visto pelando de
hojas una ramita utilizándola para introducirla en un
hormiguero para capturar hormigas con las que alimentarse.
Evidentemente esto está muy lejos de la capacidad humana
de utilizar complejas maquinarias, pero no se puede negar que el
germen de la facultad está también en los
animales.

A diferencia de lo anterior la facultad o habilidad de
utilizar el fuego, es exclusivamente humana, pues nunca se ha
observado a un animal, en estado nativo, utilizar el fuego.
Diremos además que el fuego ha sido importantísimo
en el proceso de hominización, pues no sólo ha
contribuido poderosamente a la supervivencia de los seres
humanos, al utilizarlo como defensa contra los depredadores, para
cocinar la comida, etc., sino que ha contribuido eficazmente al
desarrollo del leguaje, imaginación y otras facultades en
el ser humano, mediante las reuniones de la tribu alrededor del
fuego, en las largas noches del paleolítico, donde al
igual que hoy en día en las tribus primitivas, se cuentan
historias y se intercambian conocimientos. Por último
citaremos que el fuego está en la base de nuestra
tecnología, pues sin él no hubiera habido
metalurgia y sin metales no existiría la tecnología
moderna.

En definitiva vemos que algunas facultades se dan
sólo en el nivel de consciencia humana, mientras que otras
se dan también en el nivel de la consciencia animal,
aunque con un grado de desarrollo muy diferente.

Pasamos a hacer algunas reflexiones en relación
con la consciencia humana en la que opino que podríamos
distinguir distintos estratos.

En primer lugar, en la superficie, formando una delgada
capa por encima de un profundo océano, está la
consciencia individual, en la que nos damos cuenta de
determinadas percepciones, de cómo las procesamos o
pensamos y de las respuestas que damos. Así, por ejemplo,
si vemos una hermosa flor, podemos pensar que probablemente
tendrá un cierto olor y nos acercamos para captar el
perfume, de todo ello somos, en principio, perfectamente
conscientes. Pero en un estrato inferior podemos situar lo que
llamamos subconsciente individual, que no tiene nada que ver con
Freud. En este se perciben informaciones por nuestra mente, de
las que no nos damos cuenta de que las recibimos, por ejemplo, la
información subliminal o aquella que nuestro sistema
cognitivo automático de percepción califica como no
relevante y por lo tanto no las pasa a un procesamiento
consciente, pero que sin embargo, hemos recibido y hemos
almacenado en nuestra memoria, hecho que se comprueba en algunos
sujetos que bajo hipnosis recuerdan información que no
sabían que habían percibido ni tampoco
memorizado.

También se da una serie de procesamientos de la
información en el subconsciente individual sobre lo que
sabemos muy poco, simplemente diremos que el cerebro no descansa
nunca y que fenómenos como la intuición, algunos lo
explican a base de procesos subconscientes. Una experiencia muy
sencilla y que casi todo el mundo tiene es la de tratar de
solventar un cierto problema y por más que pensamos y
damos vueltas al asunto no encontramos una solución,
entonces lo que solemos hacer es dejar de pensar conscientemente
en el problema, dejarlo "madurando" en el subconsciente, el cual
aunque no nos demos cuenta no deja de trabajar con el problema y
en un momento determinado obtiene una solución, la cual
aparece en el consciente cuando de repente se nos ocurre la
solución.

Por lo que se refiere a las respuestas hay muchas que se
originan en el subconsciente por ejemplo: expresiones corporales
que, sin que nos demos cuenta, delatan nuestros pensamientos,
pueden citarse los casos de sonambulismo o las acciones bajo
efectos de la hipnosis también. Merece contarse a este
respecto un experimento reciente muy simple que puede tener
importantes repercusiones. Hoy en día existe la
técnica adecuada para reflejar en una pantalla la
actuación de las distintas partes de nuestro cerebro y se
ha observado lo siguiente: se plantea un experimento de
decisión en el cual el sujeto puede optar libremente por
apretar el botón que tiene en la mano derecha o el que
tiene en la mano izquierda. Se ha observado que la actividad
cerebral que se refleja en la pantalla parece mostrar, por la
actividad de las distintas áreas del cerebro, unos
segundos antes de que el sujeto adopte la decisión
consciente, cuál es el botón que se va a apretar.
Lo cual parece mostrar que procesos inconscientes pueden
condicionar o incluso determinar acciones conscientes.

A continuación señalaremos la existencia
de una consciencia colectiva. El hombre es un ser social, y como
tal la consciencia colectiva es especialmente significativa en
este tipo de seres, el ser una especie social, quiere decir que
forma parte de una sociedad humana, que lo educa e
interactúa con él, especialmente en la infancia
pero también a lo largo de la vida. Es tan importante la
pertenencia a una sociedad humana, que si el individuo se
desarrolla en una sociedad no humana (por ejemplo, casos de
niños salvajes criados por animales) o aislado no pueden
alcanzar después la plenitud de las facultades mentales
humanas.

El ser humano adquiere conocimientos de forma colectiva,
por ejemplo en los equipos de investigación; difunde sus
conocimientos por medios de comunicación
sociales.

Almacena dichos conocimientos de forma colectiva; por
ejemplo las bibliotecas públicas y finalmente diremos que
toma decisiones y actúa también de forma colectiva,
por ejemplo en un referéndum sobre una ley.

Por último diremos que existe lo que
podríamos llamar consciencia orgánica, es decir un
enorme número de fenómenos que se producen a nivel
del cuerpo humano en su conjunto y en sus partes componentes
(sistemas, órganos, células, etc.) fenómenos
de transmisión de información, almacenamiento de la
misma, procesamiento y respuestas, que es lo que posibilita, pero
también condiciona la actividad de los anteriores tipos de
consciencia.

Volviendo al concepto amplio de consciencia diremos que,
tiene alguna ventaja práctica, en el sentido de que puede
ser difícil o imposible conocer directamente el grado de
consciencia de un ser, en cambio es mucho menos difícil
observar cómo actúan, es decir, su comportamiento y
de ahí inferir el tipo o grado de conocimiento del mundo
que tiene el ser. En el caso del ser humano hay la ventaja de que
este puede hablar y contar, más o menos acertadamente sus
experiencias conscientes.

Sabemos que decidir si un ser es o no consciente es un
asunto difícil. En el caso del ser humano es más
fácil pues como antes hemos dicho puede hablar e intentar
expresar su vivencia interior, aparte del hecho que el ser
consciente es una intuición clara que todos
tenemos.

¿Pero y en el caso de los demás seres
vivos? Tenemos que reconocer que no hay una definición o
regla clara que nos permita decidir sobre el asunto y lo
único que creo podemos hacer es observar cuidadosamente
las acciones o el comportamiento del ser, si es que tiene alguno,
y sobre este hecho decidir de forma intuitiva si es consciente o
no.

Los seres vivos y
la consciencia

En general se acepta que la consciencia es patrimonio
del ser humano, pero cabe preguntarse ¿otros seres vivos
no tienes algún tipo de consciencia?

Poco a poco se ha ido extendiendo el concepto de
consciencia a otros seres distintos del hombre. Así por
ejemplo autores como Searle, extienden la consciencia a los
animales que poseen cerebro.

A continuación expondremos algunos ejemplos, que
espero puedan aportar unas respuestas intuitivas al
tema.

A este respecto indicamos que aquellos animales o seres
que existen en un mundo de presas y predadores, no se puede
comprender su supervivencia si no aceptamos que son capaces de
conocerse a sí mismos y sus limitaciones, así como
la existencia en el mundo externo de sus predadores.

En los animales diremos que hoy en día hay
diversas líneas de investigación en materia de
cognición, que sin embargo no han llegado todavía a
conclusiones claras y universalmente aceptadas.

Ahora bien, nadie que haya convivido con un perro, por
ejemplo, duda que tiene un cierto tipo de consciencia, que supera
en mucho los conceptos utilizados por algunos etólogos,
para explicar el comportamiento animal a base de las llamadas
impulsiones y los reflejos condicionados.

Si de los animales pasamos a la plantas, creo que
también es preciso reconocerlas un cierto tipo particular
de consciencia, pero consciencia al fin y al cabo. Veamos un
ejemplo que creo es bastante claro. Las plantas, en un
período geológico determinado, desarrollaron de
pronto un nuevo sistema de reproducción, mediante la
aparición de las flores y el proceso de
polinización subsiguiente. Ahora bien, este proceso
depende esencialmente de la existencia de los insectos, que
habrán aparecido sobre la tierra muchos millones de
años antes. Así para desarrollar este "invento" de
las flores, las plantas debían de tener previamente
algún tipo de consciencia de la existencia y actividades
de los insectos.

Otro ejemplo interesante es el que expone Jasper
Hoffmeyer en un artículo suyo publicado en "The routledge
companion to semiotics" (2010) y dice lo siguiente: cuando una
oruga se come las hojas de una planta de maíz, un
componente presente en la saliva de la boca de la oruga induce la
formación de una señal que se extiende a toda la
planta. Esta señal causa que la planta de maíz
emita un componente volátil, un terpenoide, el cual es
transportado por el viento. Eventualmente el terpenoide llega a
las antenas de unas ciertas avispas hembras y es interpretado
como una señal para la puesta de huevos, haciendo que la
avispa vuele corriente arriba, hacia la fuente u origen del
terpenoide. Cuando detecta la oruga, ponen sus huevos en el
interior de la misma, paralizándola y eventualmente
matándola. No cabe duda que para que pudiera desarrollarse
este proceso semiótico entre el reino animal y vegetal, es
preciso que la planta tenga algún tipo de consciencia de
la existencia y actividades de los insectos.

Descendemos otro peldaño en los niveles de
complejidad y consideremos ahora a los microbios unicelulares.
Veamos el caso de la ameba que percibe y localiza en un sitio
determinado una partícula, la analiza y si considera que
es alimenticia, produce pseudópodos gruesos o finos
según convenga en cada caso, que rodean y engloban a la
partícula para su digestión, todo lo cual requiere,
a mi entender, una cierta comprensión de sí mismos
y del medio.

Estudiemos ahora otro caso aún más
significativo, el de los ciliados paramecios, que siendo un ser
unicelular es capaz de:

1º Mantener su existencia:

  • Alejándose de los focos desfavorables y
    acercándose a los favorables

  • Recibiendo mensajes y señales del entorno,
    relacionados por ejemplo con su alimentación y
    pudiendo también comunicarse mediante
    partículas químicas (y posiblemente otros
    medios) con otros ciliados.

  • Defendiéndose, por ejemplo, mediante la
    descarga de una ondanada de barbillas, del ataque de un Didi
    Dium (predador unicelular) que expede un haz de delgados
    filamentos venenosos, tal como se observa en unas
    magníficas microfotogofias del libro de Helen Curtis
    "Biología"

  • Se mueve con sus cilios buscando alimento, elementos
    nutritivos o bacterias, se aproxima a ellos y maniobra para
    colocar en posición su boca.

2º Busca activamente su reproducción,
mediante el apareamiento sexual con otro ciliado, para ello lo
localiza, se aproxima, se une a él e intercambia
ADN.

En definitiva, creemos que estas conductas en seres
unicelulares, constituyen una muestra clara a la que hemos
llamado consciencia.

Pasemos ahora al último escalón,
ahí donde empieza a manifestarse la vida, nos referimos a
las biomoléculas (proteínas, ARN, etc.). En un
artículo anterior "El enigma de la vida" mencionaba el
comportamiento de una proteína, exposición que
repetimos aquí. Se trata de una proteína receptora
intracelular, que flota inactiva y libremente en el citosol de la
célula y que en un momento determinado se activa, al
recibir el mensaje de una cierta hormona. A partir de ese momento
empieza a moverse en una dirección y con una finalidad
determinada. La proteína emprende un viaje en
dirección al núcleo, para ello debe de tener
conocimiento de dónde está el núcleo, pues
su posición relativa puede ser cualquiera. Por otra parte
es capaz de reconocer las circunstancias desfavorables y
obviarlas, por ejemplo obstáculos tales como otras
moléculas y orgánulos que se interponen en su
camino; también es capaz de reconocer circunstancias
favorables y aprovecharlas, como por ejemplo buscar poros en la
superficie del núcleo, localizarlos, e introducirse por
ellos al interior del núcleo. Por último
indicaremos que es capaz de localizar un lugar determinado en la
larguísima fibra de ADN (lo que sería equivalente
para un hombre localizar un lugar determinado en una cuerda de
150.000 kilómetros de largo) y acoplarse, desencadenando
el correspondiente proceso celular. Creo que lo anterior es una
muestra de que esa proteína es capaz de tener un cierto
conocimiento del mundo exterior que le posibilita desarrollar tan
sorprendente comportamiento.

Si descendiéramos un nivel más de
complejidad en las proteínas, llegamos a sus elementos
componentes que son los aminoácidos, los cuales son
substancias cristalinas que no poseen comportamiento alguno y
solo tienen propiedades físicas y químicas
tratándose en definitiva de seres no vivos.

Finalizamos ya este apartado en el que se han intentado
explicar algunas cosas y mostrar también algunos de los
múltiples interrogantes que existen, con una
conclusión que es afirmar que todos los seres vivos (desde
la biomolécula) tienen algún tipo de consciencia.
La consciencia es una característica esencial de la
vida.

Bibliografía

  • ARSUAGA, JUAN LUIS (2001) "El collar del Neandertal"
    Plaza y Janes Editores SA

  • CHANCHO NEVE, JOSÉ LUIS. "Reflexiones sobre
    el mundo y el ser humano" (2008) Huerga y Fierro
    Editores.

  • CHANCHO NEVE, JOSÉ LUIS (2012)
    "Crítica estadística de la hipótesis de
    mutaciones aleatorias y espontáneas como origen de la
    evolución" " El enigma de la vida"

  • COBLEY, PAUL y otros (2010) "THE ROUTLEDGE CMPANIEON
    TO SEMIOTICS"

  • CURTIS HELEN Y N. SUE BARNES (2001)
    "Biología" Editorial Panamericana.

  • ECO, UMBERTO (1985) "Tratado de semiótica
    general" Editorial Lumen

  • MANNING, AUBREY y otros "An introduction to animal
    behaviours" (1998) Pres sindicate of the university of
    Cambridge

  • SEARLE, JOHN R. (2001) "Mente, lenguaje y sociedad"
    Alianza

  • VEGA, MANUEL DE LA (1995) "Introducción a la
    psicología Cognitiva" Alianza

 

 

Autor:

José Luis Chancho
Neve

Spain. Madrid. 2012

 

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