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Contaminación del mundo actual




Enviado por ellery ortega



  1. Introducción
  2. La
    capa de ozono y su degradación
  3. Efecto
    invernadero
  4. La
    lluvia ácida
  5. Biodiversidad
  6. Contaminación por energía
    nuclear
  7. Contaminación del
    agua
  8. Contaminación de los suelos y su
    destrucción
  9. Conclusión
  10. Bibliografía

Introducción

La problemática ambiental hoy tiene una
dimensión global, es decir involucra a todo el planeta.
Para su caracterización basta con pensar en el permanente
bombardeo comunicacional que recibimos por televisión,
internet, radio y prensa escrita, que han instalado los problemas
ambientales en la conciencia de millones de seres humanos. Se
habla permanentemente de "calentamiento global", "
deforestación", "lluvia ácida"," adelgazamiento de
la capa de ozono", " smog", " efecto invernadero" , "
extinción de especies ", " contaminación
acústica", etc.., Pero ¿ están
internalizados en la conciencia colectiva éstos conceptos
en la perspectiva de generar cambios que signifiquen salvar a la
humanidad de los efectos tan negativos que implican la
acción de la actividad industrial y demográfica,
para poder ofrecerle a nuestros hijos y los hijos de nuestros
hijos un futuro aceptable, respirable, con calidad de vida ? la
respuesta evidentemente es NO, si es que seguimos en este ritmo
altamente depredador de nuestra tierra.

Evidentemente el sistema económico imperante es
una causa principal de los severos problemas ambientales y
sociales que nos toca vivir. Si a este le agregamos los efectos
causados por fenómenos de carácter natural, que en
los últimos años han tenido un fuerte impacto en
las comunidades humanas de todo el orbe, la situación se
torna mucho mas compleja y grave, me refiero a los Tsunamis o "
maremotos", como el sufrido en el mar Indico y como hace tan solo
un año atrás en Japón, que causó la
muerte directa a cientos de miles de personas en Sumatra, India,
Sry-Lanka y a un sinnúmero de Islas de la Región;
las tormentas tropicales, huracanes , ciclones , sistemas
frontales, terremotos, actividad volcánica; el
fenómeno del " Niño" que afecta a todo el
Océano Pacífico inclusive el mar territorial
Chileno, todos causantes de muerte, desolación ,
daños al medio ambiente y a las personas. Existen
científicos que han levantado la hipótesis de que
éstos fenómenos naturales han visto incrementado su
actividad a partir de la intervención del hombre a
través de su accionar irresponsable.

La capa de ozono
y su degradación

El mundo ha cambiado ostensiblemente desde que
investigadores de las más diversas áreas dieran la
señal de alarma ante la debacle ambiental que la actividad
descontrolada del hombre estaba creando. Primero fue la
comprobación del hecho de que los ecosistemas estaban
siendo seriamente afectados por los desechos industriales,
nucleares y domiciliarios y que el uso de combustibles
fósiles estaba degradando la calidad de vida de los
habitantes de las grandes urbes. Finalmente, como corolario a
todo lo anterior, se descubre que uno de los "pilares" de la
comodidad y modernidad de nuestra era, esto es, el uso de
refrigerantes, aerosoles, espumas plásticas y sistemas de
prevención de incendios, eran los principales causantes de
la destrucción de la capa de ozono del planeta.
Definitivamente, después de este anuncio, el mundo ya no
podía ser el mismo de antes. Es que la importancia de
este, hasta hace poco desconocido ozono, radica en que protege
toda la cadena de vida del planeta, ya que su estructura permite
absorber los peligrosos rayos ultravioletas (UVB) provenientes
del sol. Así pues, el temor de perder la vida en la tierra
era amenazado por muchas causas, entre ellas el CFC.

El CFC es un derivado de los hidrocarburos saturados que
se obtiene sustituyendo átomos de hidrógeno por
átomos de cloro y flúor y se encuentra en forma de
gas. Su utilización está prohibida o limitada en
muchos países, porque reducen la cantidad de ozono
existente en la estratosfera.

Aplicaciones

Los compuestos de flúor tienen muchas
aplicaciones. Los clorofluorocarbonos, ciertos líquidos o
gases inodoros y no venenosos, como el freón, se usan como
agente dispersantes en los vaporizadores aerosol y como
refrigerante. Sin embargo, en 1974, algunos científicos
sugirieron que esos productos químicos llegaban a la
estratosfera y estaban destruyendo la capa de ozono de la Tierra.
Con la confirmación de estos descubrimientos al final de
la década de 1980, la fabricación de esos productos
químicos empezó a eliminarse por etapas.

Así, el aerosol es un recipiente provisto de una
válvula, diseñado para proporcionar una amplia
variedad de sustancias en forma pulverizada, de espuma o chorro
líquido. El producto, que puede ser por ejemplo pintura,
cosméticos o insecticida, se mezcla con un gas propulsor
que está sellado a presión en el
recipiente.

Algunos propulsores, como el óxido nitroso o el
dióxido de carbono, se mantienen en forma de gas en el
aerosol aunque estén a presión. Otros, como los
clorofluorocarbonos, se licúan. Hay sistemas de dos fases
en los que el producto se mezcla con el líquido propulsor,
que al liberarse se convierte en gas y se expande, dividiendo el
producto en gotas diminutas. Los sistemas de tres fases consisten
en una capa del producto entre capas de propulsor licuado (en el
fondo) y gases propulsores (en la parte superior). En ambos
sistemas, al apretar el botón de la válvula, el
producto sube por un tubo y sale por ella. El gas licuado del
fondo del aerosol se vaporiza para mantener la presión
constante.

Destrucción del ozono

En las décadas de 1970 y 1980, los
científicos empezaron a descubrir que la actividad humana
estaba teniendo un impacto negativo sobre la capa de ozono, una
región de la atmósfera que protege al planeta de
los dañinos rayos ultravioleta. Si no existiera esa capa
gaseosa, que se encuentra a unos 40 km de altitud sobre el nivel
del mar, la vida sería imposible sobre nuestro planeta.
Los estudios mostraron que la capa de ozono estaba siendo
afectada por el uso creciente de clorofluorocarbonos (CFC,
compuestos de flúor), que se emplean en
refrigeración, aire acondicionado, disolventes de
limpieza, materiales de empaquetado y aerosoles. El cloro, un
producto químico secundario de los CFC ataca al ozono, que
está formado por tres átomos de oxígeno,
arrebatándole uno de ellos para formar monóxido de
cloro. Éste reacciona a continuación con
átomos de oxígeno para formar moléculas de
oxígeno, liberando moléculas de cloro que
descomponen más moléculas de ozono.

Al principio se creía que la capa de ozono se
estaba reduciendo de forma homogénea en todo el planeta.
En 1985, no obstante, posteriores investigaciones revelaron la
existencia de un gran agujero centrado sobre la Antártida;
un 50% o más del ozono situado sobre este área
desaparecía estacionalmente (a partir del mes de octubre).
El adelgazamiento de la capa de ozono expone a la vida terrestre
a un exceso de radiación ultravioleta, que puede producir
cáncer de piel y cataratas, reducir la respuesta del
sistema inmunitario, interferir en el proceso de
fotosíntesis de las plantas y afectar al crecimiento del
fitoplancton oceánico. Debido a la creciente amenaza que
representan estos peligrosos efectos sobre el medio ambiente,
muchos países trabajan en el proyecto de suprimir la
fabricación y uso de los CFC de aquí al año
2000. No obstante, los CFC pueden permanecer en la
atmósfera durante más de 100 años, por lo
que la destrucción del ozono continuará
representando una amenaza durante décadas.

Efecto
invernadero

¿Que es el efecto invernadero?

El Efecto Invernadero es lo que nos mantiene abrigados
en la Tierra. Si alguna vez han estado en un auto o un
invernadero en un día de sol puede apreciar lo bien que
funciona. Los rayos del sol entran al invernadero o al auto a
través de la ventana y parte de esa luz es convertida en
rayos de calor que son retenidos en el interior.

La Tierra es como un invernadero porque la luz del sol
penetra la capa atmosférica donde se encuentra con gases
invernadero como bióxido de carbono (C02), metano,
óxido nitroso y ozono. Los rayos del sol son entonces
convertidos en rayos de calor y son retenidos en la
atmósfera por los distintos gases invernadero.

La mayoría de los gases invernadero, como el CO2,
metano y óxido nitroso, están normalmente presentes
en la atmósfera debido a procesos naturales. Con una
cantidad adecuada de CO2 en la atmósfera, la Tierra se
mantiene en equilibrio. Sin embargo, muchas actividades humanas,
como la combustión de hidrocarburos y el talado de
bosques, han aumentado los niveles de gases invernadero en la
atmósfera. Además, los seres humanos han creado
artificialmente poderosos gases invernadero llamados "CFC". Todos
estos gases invernadero excesivos retienen cada vez más
calor. La mayoría de los científicos opinan que
como resultado, la temperatura en la Tierra irá
incrementando.

Consecuencias del efecto invernadero

Los científicos están de acuerdo en
general, en que el efecto invernadero está produciendo el
mayor y más rápido cambio climático de la
historia de la civilización. Lo cual tendría
enormes consecuencias para todos los seres vivos de la
tierra.

El dióxido de carbono y otros gases de la
atmósfera actúan como el cristal de un invernadero:
absorben la radiación infrarroja que intenta escapar desde
la superficie de la Tierra y, por ello, una parte de la misma no
regresa al espacio sino que es remitida de nuevo hacia la
superficie terrestre.

Los niveles naturales de dióxido de carbono hacen
posible la vida: sin él la temperatura media del planeta
sería de 30°C menos. Si la presencia de ciertos gases
atmosféricos se incrementa, como hoy sucede por la
acción del ser humano, mayor es la radiación
devuelta hacia la superficie del planeta. Como resultado de esto,
el calentamiento es mayor, con los correspondientes perjuicios
para todos los seres vivos.

Los cambios aparentemente pequeños pueden
acarrear efectos dramáticos. Un incremento de 2°C
produciría temperaturas no registradas en el planeta desde
hace 125.000 años. Un aumento de 3°C haría que
el mundo fuera más cálido de lo que ha sido durante
los últimos 2 millones de años.

El nivel de los océanos subiría al
calentarse el planeta, ya que el calor fundiría el hielo y
aumentaría la cantidad de agua en éstos. Se espera
que el nivel del mar ascienda un metro o más a lo largo
del próximo siglo.

Para algunos países esto puede parecer deseable.
Sin embargo un pequeño aumento de temperatura
podría derretir los hielos en los polos Norte y Sur,
elevando el nivel de los océanos e inundando ciudades
costeras. Un aumento de temperatura de un cinco por ciento
podría derretir totalmente la capa de hielo del
Artico.

Aún peor, pequeños cambios de la
temperatura normal podrían también causar cambios
significantivos en los ecosistemas del mundo. ¿Qué
pasaría si la pradera que ahora produce alimentos llega a
ser demasiado seca e inhóspita? Cambios en ecosistemas
como el bosque boreal podrían también dañar
a otras especies naturales.

El calentamiento de la Tierra podría causar
climas cambiantes como tornados, sequías, inundaciones y
huracanes. Podría también sostener y estimular
plagas de insectos y hacer difícil la sobrevivencia de
algunas especies.

El problema real es que no conocemos la magnitud de los
daños ocasionados por el aumento de temperatura de la
Tierra debido al efecto invernadero. ¡Es un experimento
inmenso y a mucha gente le atemoriza la idea!

Podemos evitar estos efectos evitando la creación
de gases invernadero como el CO2.

Gases de la atmósfera

La atmósfera está compuesta por varios
gases, entre los más importantes están: el
oxígeno, el cual es necesario para el metabolismo de los
seres vivos, el nitrógeno a partir del cual se forman los
compuestos esenciales para el crecimiento de las plantas, el
dióxido de carbono para la fotosíntesis, y el agua,
cuyo ciclo atmosférico determina los diferentes
climas.

Los componentes más escasos de la
atmósfera y algunas sustancias antropogénicas
pueden alterar la composición natural de la
atmósfera y por ende afectar el delicado equilibrio entre
ésta y la biosfera. La capa de ozono situada alrededor de
30 kilómetros de altura absorbe la mayor parte de la
radiación ultravioleta del sol que es peligrosa para la
vida. Por otro lado, la presencia de tan solo 0,2 partes por
millón de ozono producido por gases contaminantes en la
troposfera aumenta la formación de smog.

La carga de contaminantes que se desecha sobre la
superficie del planeta y en la atmósfera, es cada
día más alarmante. Las causas de todo esto son: el
uso creciente de las fuentes de energía, el aumento de la
población, la producción incontrolable de bienes
materiales, la deforestación y la necesidad de producir
mayor cantidad de alimentos.

Las emisiones de gases a la atmósfera, producto
de la actividad industrial, agrícola, pecuaria,
doméstica y de las fuentes móviles, traen como
consecuencia cambios en el clima, a través del efecto
invernadero y efectos en la capa de ozono. Esto provoca la
desaparición de muchas especies de plantas y de animales y
también, efectos sobre la salud del ser humano. Lo
alarmante de todo esto, es la velocidad con que estos procesos se
están llevando a cabo, en contraste a nuestra
indiferencia.

Se debe entender que el derecho a la manipulación
de la naturaleza no debe condicionarse a la producción
irrestricta de bienes de consumo y que debe prevalecer un
desarrollo sostenible, que garantice a nuestras futuras
generaciones, un planeta en condiciones de ser
habitado.

La lluvia
ácida

La lluvia ácida es producida fundamentalmente por
la emisión de óxidos de nitrógeno (NOx) y
anhídrido sulfuroso (SO2). Estos gases y los compuestos
ácidos formados a partir de los mismos pasan del aire a
las nubes mediante la solubilización en el agua de las
gotas que forman las nubes.

Luego, mediante varios mecanismos como son las lluvias,
las nevadas, las nieblas y las deposiciones secas, se produce la
acidificación de aguas y suelos.

El agua de lluvia limpia se puede considerar
naturalmente ácida, dado que tiene un pH aproximado de
5,6. Esto es debido al dióxido de carbono (CO2) de la
atmósfera que es absorbido por las gotas de agua de las
nubes formando una solución débilmente ácida
de ácido carbónico.

Mientras tanto, la lluvia ácida tiene un pH entre
4,5 y 5,6, aunque se han observado pH Los principales compuestos
que se encuentran en la lluvia ácida son:

Ácido sulfúrico: generado
principalmente por las emisiones antropogénicas de SO2 y
las naturales de gas sulfhídrico (H2S).

Ácido nítrico: generado por las
emisiones antropogénicas de NOx.

Ácido carbónico: generado a partir
del CO2 que en su mayoría es de origen natural aunque
parte procede de la combustión de combustibles
fósiles.

Ácidos orgánicos: principalmente
son: el acético, originado en procesos
petroquímicos; y el fórmico, que proviene de la
descomposición de hidrocarburos complejos.

Biodiversidad

Biodiversidad deriva de la expresión "diversidad
biológica" y alude a la variedad del mundo
biológico. En su sentido más amplio, biodiversidad
es casi sinónimo de "vida sobre la tierra".

Se consideran tres niveles jerárquicos de
biodiversidad que afectan de manera especial al
hombre:

  • Genes.

  • Especies.

  • Ecosistemas.

Pero es importante saber que esta es una de las formas
de evaluar la biodiversidad y que no hay una definición
exacta del término ni sobre el modo de medir la
biodiversidad. El mundo biológico se organiza en niveles
que van de menos a más complejos, en un extremo van las
moléculas más importantes para la vida y en el otro
las comunidades de especies que viven dentro de los ecosistemas.
Se encuentran manifestaciones de diversidad biológica a
todos los niveles. Como la biodiversidad abarca una gama amplia
de conceptos y puede considerarse a distintos niveles y escalas,
no es posible reducirla a una medida única. En la
práctica, la diversidad de especies es un aspecto central
para evaluar la diversidad de los demás niveles y
constituye el punto de referencia a todos los estudios de
biodiversidad.

¿Qué está ocurriendo con la
biodiversidad?

Es ahora motivo común de inquietud el hecho de
que las actividades humanas han reducido la biodiversidad a
escala mundial, nacional y regional y que esta tendencia
continúa. Esto se manifiesta en la pérdida de
poblaciones vegetales y animales, en la extinción y el
agotamiento de especies y en la simplificación de
comunidades y ecosistemas. Hay dos formas de evaluar el
agotamiento de la biodiversidad: la investigación y la
observación directas y la elaboración de
hipótesis de lo que puede ocurrir sobre la base de lo que
actualmente se sabe.

El análisis de restos animales (sobre todo huesos
y conchas de moluscos) y de datos históricos revela que
desde el comienzo del siglo XVII se han extinguido unas 600
especies. Desde luego, esto no constituye el cuadro completo,
pues muchas especies se han extinguido sin que la humanidad tenga
conocimiento de ello. Cerca de las tres cuartas partes de estas
extinciones conocidas han ocurrido en islas, como consecuencia de
la ocupación por colonos; las causas han sido la
sobreexplotación, la destrucción de hábitats
y el impacto causado por la introducción de animales. Las
extinciones registradas han aumentado mucho desde principios del
siglo XIX hasta mediados del XX, y han disminuido desde entonces.
Este descenso aparente puede ser consecuencia de las iniciativas
de conservación adoptadas en el curso de las
últimas décadas, o bien reflejar el hecho de que
pueden pasar muchos años entre la última vez que se
ve una especie y el momento en que puede registrarse como
extinguida con cierta seguridad. De hecho, se han redescubierto
varias especies que se consideraban extinguidas.

Cerca de 6.000 especies animales se consideran
amenazadas de extinción porque está disminuyendo el
número de individuos que las forman, porque se
están destruyendo sus hábitats a consecuencia de la
sobreexplotación o porque, sencillamente, se ha limitado
mucho su área de distribución. Aunque es un
número considerable, el estado de conservación de
la mayor parte de las especies sigue sin evaluar. Se han
estudiado las aproximadamente 9.700 especies de aves que hay en
el mundo, pero sólo cerca de la mitad de los 4.630
mamíferos y proporciones pequeñas de otros
vertebrados. Se ha examinado un número relativamente
reducido de las más de 250.000 especies de plantas
superiores y, aunque se dispone de cierta información
sobre mariposas, libélulas y moluscos, en términos
reales no se ha evaluado, ni probablemente se evaluará
jamás, ni una sola de los muchos millones de especies de
invertebrados que viven en la Tierra.

Contaminación por energía
nuclear

La energía nuclear es más barata que la
térmica, pero produce desechos dañinos. Esta basura
radiactiva, que puede tomar siglos en volverse inerte, es
transportada a sus basureros por trayectos muy largos. Aunque se
toman muchas precauciones, el potencial de accidentes existe y la
consecuencias suelen ser muy graves, tanto para la vida como para
su hábitat. El reciente desastre en la central nuclear de
Chernobyl, Ucrania, causó la muete de más de
treinta personas, la evacuación de millares y la
pérdida de animales y cosechas, pero sus efectos futuros
pueden ser aun peores.

Las concentraciones de ozono en la estratosfera protegen
de los rayos ultravioleta del Sol. Durante las últimas
décadas, sin embargo, ha sido detectada una
disminución, especialmente en la zona polar
antártica, que ha sido atribuida al uso de
clorofluorocarbonos y podría ocasionar daños en las
cosechas, el plancton marino y los tejidos de los seres
vivos.

Contaminación del
agua

Es la acción o el efecto de añadir al agua
algún material o condición, de modo directo o
indirecto, que impliquen una alteración desfavorable de su
calidad en relación a sus usos posteriores o sus servicios
ambientales.

La contaminación de las aguas puede proceder de
fuentes naturales o de actividades humanas. En la actualidad la
más importante sin duda es la provocada por el hombre. El
desarrollo y la industrialización suponen un mayor uso de
agua, una gran generación de residuos muchos de los cuales
van a parar al agua y el uso de medios de transporte fluviales y
marítimos que en muchas ocasiones, son causa de
contaminación de las aguas. Las aguas superficiales son en
general más vulnerables a la contaminación de
origen antropogénico que las aguas subterráneas,
por su exposición directa a la actividad humana. Por otra
parte una fuente superficial puede restaurarse más
rápidamente que una fuente subterránea a
través de ciclos de escorrentía estacionales. Los
efectos sobre la calidad serán distintos para lagos y
embalses que para ríos, y diferentes para acuíferos
de roca o de arena y grava.

Principales contaminantes de las aguas

Los principales contaminantes del agua son los
siguientes:

  • Aguas residuales y otros residuos que demandan
    oxígeno (en su mayor parte materia orgánica,
    cuya descomposición produce la desoxigenación
    del agua).

  • Agentes infecciosos.

  • Nutrientes vegetales que pueden estimular el
    crecimiento de las plantas acuáticas. Éstas, a
    su vez, interfieren con los usos a los que se destina el agua
    y, al descomponerse, agotan el oxígeno disuelto y
    producen olores desagradables.

  • Productos químicos, incluyendo los
    pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias
    tensoactivas contenidas en los detergentes, y los productos
    de la descomposición de otros compuestos
    orgánicos.

  • Petróleo, especialmente el procedente de los
    vertidos accidentales.

  • Minerales inorgánicos y compuestos
    químicos.

  • Sedimentos formados por partículas del suelo
    y minerales arrastrados por las tormentas y
    escorrentías desde las tierras de cultivo, los suelos
    sin protección, las explotaciones mineras, las
    carreteras y los derribos urbanos.

  • Sustancias radiactivas procedentes de los residuos
    producidos por la minería y el refinado del uranio y
    el torio, las centrales nucleares y el uso industrial,
    médico y científico de materiales
    radiactivos.

  • El calor también puede ser considerado un
    contaminante cuando el vertido del agua empleada para la
    refrigeración de las fábricas y las centrales
    energéticas hace subir la temperatura del agua de la
    que se abastecen.

Los mares son un sumidero. De forma constante, grandes
cantidades de fangos y otros materiales, arrastrados desde
tierra, se vierten en los océanos. Hoy en día, sin
embargo, a los aportes naturales se añaden cantidades cada
vez mayores de desechos generados por nuestras sociedades,
especialmente aguas residuales cargadas de contaminantes
químicos y de productos de desecho procedentes de la
industria, la agricultura y la actividad doméstica, pero
también de residuos radiactivos y de otros
tipos.

En realidad, los océanos operan como gigantescas
plantas carnívoras, a condición de no superar el
umbral de lo que pueden tolerar. De lo contrario, se generan
destrucción y muerte de las personas, e inconvenientes
económicos y envenenamientos de la población
humana. Esto, a corto plazo. A largo plazo, las consecuencias
podrían ser catastróficas. Basta pensar
únicamente en los efectos que la contaminación
biológica –como consecuencia del incremento de
fertilizantes- podría acarrear si la proliferación
de formas microscópicas fuera tan grande que se redujera
significativamente el nivel de oxígeno disuelto en el agua
oceánica.

La contaminación tiende a concentrarse en los
lugares próximos a las zonas habitadas e industrializadas.
Así, la contaminación marina de origen
atmosférico es, en determinadas zonas adyacentes a Europa
(Báltico, mar del Norte, Mediterráneo), por
término general, diez veces mayor que mar adentro, en el
propio Atlántico norte; cien veces superior que en el
Pacífico norte y mil veces más elevada que en el
Pacífico sur. Sin embargo, y como consecuencia de la
circulación general de los aires y de las aguas, cada
año se detectan nuevos contaminantes en zonas tan
apartadas como la Antártida –se ha encontrado DDT en
la grasa de los pingüinos antárticos- o las fosas
oceánicas.

Contaminación de los suelos y su
destrucción

Generalmente aparece al producirse una ruptura de
tanques de almacenamiento subterráneo, aplicación
de pesticidas, filtraciones de rellenos sanitarios o de
acumulación directa de productos industriales,la cual
produce una baja en el medio ambiente ya que los suelos se hacen
infértiles. Un suelo se puede degradar al acumularse en
él sustancias a unos niveles tales que repercuten
negativamente en el comportamiento de los suelos. Las sustancias,
a esos niveles de concentración, se vuelven tóxicas
para los organismos del suelo. Se trata pues de una
degradación química que provoca la pérdida
parcial o total de la productividad del suelo.

Los productos químicos más comunes
incluyen derivados del petróleo, solventes, pesticidas y
otros metales pesados. Este fenómeno está
estrechamente relacionado con el grado de
industrialización e intensidad del uso de productos
químicos.

En lo concerniente a la contaminación de suelos
su riesgo es primariamente de salud, de forma directa y al entrar
en contacto con fuentes de agua potable. La delimitación
de las zonas contaminadas y la resultante limpieza de esta son
tareas que consumen mucho tiempo y dinero, requiriendo extensas
habilidades de geología, hidrografía,
química y modelos a computadora.

Agentes contaminantes y destructores del
suelo

Los principales agentes son: insecticidas, vidrio,
plástico, materia orgánica, solventes, plaguicidas,
o sustancias radioactivas, etc.

Insecticidas

Se usan para exterminar plagas de insectos.
Actúan sobre larvas, huevos o insectos adultos. Uno de los
insecticidas más usado fue el DDT, que se caracteriza por
ser muy rápido. Trabaja por contacto y es absorbido por la
cutícula de los insectos, provocándoles la muerte.
Este insecticida puede mantenerse por 10 años o más
en los suelos y no se descompone.

Herbicidas

Son un tipo de compuesto químico que destruye la
vegetación, ya que impiden el crecimiento de los vegetales
en su etapa juvenil o bien ejercen una acción sobre el
metabolismo de los vegetales adultos. Esto conlleva que las aves
que se alimenten de la vegetación rociada con estos
herbicidas caigan contaminadas y mueran.

Fungicidas

Son plaguicidas que se usan para poder combatir el
desarrollo de los hongos (fitoparásitos). Contienen los
metales azufre y cobre.

Actividad minera

La presencia de contaminantes en un suelo supone la
existencia de potenciales efectos nocivos para el hombre, la
fauna en general y la vegetación. Estos efectos
tóxicos dependerán de las características
toxicológicas de cada contaminante y de la
concentración del mismo. La enorme variedad de sustancias
contaminantes existentes implica un amplio espectro de afecciones
toxicológicas cuya descripción no es objeto de este
trabajo.

Conclusión

La humanidad, luego de un gran avance
tecnológico, a caído en una crisis ambiental, que
está apenas por comenzar. Y ella se debe a la mala
utilización de los recursos naturales y a la
producción de contaminantes de distintos tipos que han
destruido gran parte de nuestro ambiente. Afortunadamente, muchos
son los que están tomando conciencia de esta
situación y están actuando para contrarrestarla,
aunque existan daños que necesiten muchos años para
ser sanados.

Todos de una u otra forma contribuimos a la
contaminación de nuestro mundo, desde lo que comemos hasta
lo que botamos, implica un beneficio o daño al medio
ambiente.

Es por ello, que el destino de la raza humana depende de
lo que hagamos hoy para poner un alto a la contaminación,
pues de no ser así, dentro de algunos cientos de
años, seguirá existiendo la tierra, pero
quizás sin aquellos que ahora la habitamos.

Bibliografía

mariomendezallendes.blogspot.com/…/los-problemasambientales-en..

html.rincondelvago.com/problemasambientalesactuales.html

es.wikipedia.org/wiki/Contaminación_del_suelo

es.wikipedia.org/wiki/Contaminación_hídrica

 

 

Autor:

Ellery Ortega

 

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