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Importancia de la preparación de la capacidad de salto en el voleibol



  1. Método de entrenamiento
    explosivo
  2. Método del pesista
  3. Bibliografía

Palabras clave: capacidad de
salto.

Desde la óptica de la teoría y
metodología del entrenamiento deportivo, el voleibol se
concibe como un juego deportivo con pelota, de acuerdo con las
reglas que lo rigen, delimita que los equipos en actuación
están constituidos por dos grupos de 6 jugadores cada uno,
con posibilidad de cambio durante el juego. Es precisamente por
el número de participantes que está clasificado
como deporte colectivo. En el contexto de las ciencias
biológicas, la fisiología del deporte ha demostrado
como el ejercicio físico provoca complejas modificaciones
orgánicas que se extienden al aparato respiratorio, la
circulación sanguínea, el sistema nervioso central
y otras estructuras vitales, de modo tal que ha establecido
normas de comportamiento en muchos deportes.

En el voleibol no ha sido posible definir normas
rígidas en los indicadores funcionales, al depender el
rendimiento físico en gran medida de la calidad
competitiva del adversario, razón por la cual puede ser
considerado como un deporte de esfuerzo variable, así como
también se le reconoce como manifestación deportiva
acíclica, caracterizada por la variada intensidad de los
cambios que tienen lugar durante las acciones de ataque y
contraataque que se alternan en los entrenamientos y en los
juegos.

Desde la perspectiva valorativa de la bioquímica
los ejercicios que en estas condiciones se manifiestan en su
especificidad, se particularizan por el predominio del empleo de
la potencia submáxima; sin embargo, en el transcurso de
los entrenamientos y la actividad competitiva en el voleibol se
suceden en intervalos indefinidos de tiempo, esfuerzos
máximos, submáximos y moderados, los cuales
provocan que los procesos de resíntesis de la
energía, adenosín trifosfato (A.T.P) sean unas
veces sobre la base de los mecanismos de oxidación
anaerobia y otras aerobia.

Se debe de significar que al prevalecer las acciones de
corta duración, representadas en el remate saque, defensa
de campo, bloqueo, etc, se posibilita clasificar el voleibol
desde la manifestación de los sistemas energéticos,
como anaerobio alactácido. También se considera que
la deuda de oxígeno variará en distintos momentos,
así como los niveles de ácido láctico en
sangre.

En el contexto de la preparación física,
la resistencia especial es una capacidad de las que forman parte
la resistencia a la velocidad, la resistencia al salto y la
resistencia de juego, que constituyen contenidos de influencia
energética anaerobia de gran significación para el
rendimiento en el voleibol. En relación a otras
capacidades físicas especiales de prioridad a desarrollar
en el voleibol Zhelezniak, D.Y, Kleschov; Y.N, Chejov, D. S
(1984:5), destacaron…"Por ejemplo, el voleibolista
debe dominar la rapidez de reacción, poseer capacidad de
observación, rapidez en las acciones de respuesta,
velocidad para desplazarse en espacios reducidos (3 a 5 m), ser
capaz de contraer rápidamente los músculos, tener
capacidad de salto, etc.".

De forma análoga estos criterios son reconocidos
por (Fiedler, F. 1974. Ivoilov, V. A. 1988. Kleschov, I. Y. y
Beliaev, V. A. 1988. Borroto, E. Ramos, J. Herrera, G y Bernal,
H. 1991. Andux; C. George. E 1999. 2000. 2001); en coincidencia
sobre las cuales emiten algunas especificaciones. El
término rapidez especial incluye la rapidez de
reacción, rapidez de desplazamiento y la rapidez de
movimientos. En conformidad con el valor significativo que
adquiere para el voleibol la prioridad del desarrollo de la
resistencia especial y la rapidez especial, se considera por su
importancia incluir a la fuerza rápida como capacidad
determinante para los saltos y golpeo al balón. Todas
estas capacidades especiales integradas en las acciones
tácticas deben de tributar como condicionante a la
coordinación de los movimientos.

Importancia reflejada por. Ivoilov, V. A (1988:34),
quien argumentó: …"la ejecución repetida
de saltos durante el bloqueo y los remates ejerce una
considerable influencia sobre el aparato neuromuscular y provoca
cambios extraordinariamente grandes en la actividad de los
sistemas cardiovascular y respiratorio del voleibolista. Basta
decir que después de una serie de 15-20 saltos, en los que
el jugador se emplee al máximo, el deportista se fatiga y
no puede continuar realizando el ejercicio".
Las variaciones
fisiológicas que experimenta el organismo del
voleibolista, producto de la influencia de los ejercicios
característicos del voleibol, dependerán de los
criterios de intensidad, duración, intervalos de descanso
y cantidad de repeticiones.

Según Klesshov, N. Y, Medvedev, V. V (1988:61)
resultados de estudios realizados en al actividad competitiva en
el voleibol demostraron.… "Como promedio, en un juego
de cinco sets, el voleibolista ejecuta de 250-300 acciones
motoras, de las cuales los saltos conforman 50-60%, las escapadas
27-33% y las caídas 12-16%. Además de eso, en el
proceso del juego los voleibolistas tienen que ejecutar: 190-200
saques; 190-210 recibos de los saques; 220-240 segundos pases;
180-210 remates; 180-210 bloqueos de remates; 80-100 (por todos
los jugadores) recibos de remates".

Todas estas acciones deben ser apreciadas en conjunto a
través de las diferentes combinaciones que coordinadas en
tiempo y espacio, entre dos o más jugadores de un equipo,
representa la expresión actual de la forma de juego
espontánea, rápida y sorpresiva que se aplica en el
voleibol contemporáneo; en la intención de aportar
las posibles respuestas ante incertidumbres que le plantea el
equipo adversario.

La tensión muscular constituye el vehículo
para superar o reaccionar ante la resistencia externa, a esta
capacidad se le denomina fuerza, incidente en las ejecuciones
técnicas en el voleibol.

Cuando la magnitud de la tensión del
músculo es igual a la resistencia externa, no hay
desplazamiento, ni la longitud músculo varia y por tanto,
el trabajo mecánico es cero al igual que su potencia. En
su esencia este régimen de contracción muscular
isométrica, no constituye un aspecto caracterizador de los
movimientos en el voleibol.

Hecho por el cual se puede afirmar que todas las
acciones técnicas (saques, recibos, pases del
balón, remates, bloqueos, defensas del campo y apoyos) que
ejecuta el voleibolista en la interacción con el
balón se distingue por el carácter de choque,
amortiguación-precisión.

En la totalidad de las manifestaciones técnicas
en el voleibol se advierte que la tensión del
músculo es desigual a la resistencia externa, con
variación de la longitud del músculo, lo cual
promueve el régimen de contracción muscular
anisométrico, siendo el trabajo mecánico del
músculo distinto a cero, adquiriendo un valor positivo o
negativo según el músculo experimente en su
contracción un acortamiento o alargamiento.

Cuando la tensión del músculo sobrepasa la
resistencia externa, este se acorta, reconociéndose como
trabajo motor (biométrico, concéntrico). Si la
tensión del músculo es menor que las fuerzas
externas, el músculo se detiene, elonga y el trabajo se
denomina resistente (pliométrico o
excéntrico).

Por ello, las acciones de choque en el voleibol
condicionan la transmisión de una determinada velocidad de
vuelo y dirección al balón, las cuales se precisan
en la ejecución de cada una de las técnicas de este
deporte (saque, remate, bloqueo, defensa, recibos y pases; pero
en el sentido de representar el medio para la solución de
un problema táctico, como particularidad distinta del
"modelo técnico" en el voleibol.

A tal efecto, al contemplar como uno de los requisitos
básicos para una especialización temprana Herrera,
G y Ramos, J. L (1996:34), distinguieron el
"Dominio no estereotipado de los elementos técnicos
para su utilización variada en función de la
táctica lo que presupone un alto desarrollo de la riqueza
motriz".

En otras apreciaciones, los movimientos de
amortiguación precisión son característicos
de los recibos y pases y resultan una consecuencia de la forma
coordinada significada en la flexión –
extensión de los pies, piernas y brazos, cuya
relación con la amortiguación del choque con el
balón y la dirección se precisan al objetivo
previamente determinado. Pero estos propósitos se
modifican constantemente en función de las variadas
situaciones de juego.

Por eso los momentos de flexión –
extensión de los pies, piernas y brazos en las ejecuciones
técnicas del voleibol, representa como se sabe la
interacción de los músculos sinergistas insertados
en las articulaciones respectivas, las que realizan acción
conjunta de trabajo dinámico motor.

Mientras las musculaturas antagonistas que se distienden
realizan acción contraria de trabajo dinámico
resistente, en la que se acumula energía potencial
elástica. La función principal de los
músculos antagonistas es la de frenar el movimiento para
que los miembros no finalicen a máxima velocidad la
ejecución.

Ejemplo en la activación de los músculos
sinergista y antagonistas se aprecia durante la
ejercitación a máxima velocidad que se le imprime a
la acción pendular de los brazos, en movimientos continuos
de retroversión – anteversión que en
interrelación con el ángulo adecuado de
flexión de las piernas en las articulaciones de las
rodillas, repercuten notablemente en la magnitud del salto que
lleva al voleibolista al instante de fase de vuelo durante el
remate. En dicha acción los huesos del esqueleto como
cuerpo de gran rigidez representado en los miembros unidos de
forma móvil ejecutan la función de palanca o
péndulo durante la transmisión de las
fuerzas.

Este fundamento representa un hecho tangible, a partir
de la interpretación que de ello se explique teniendo en
consideración la propia realidad del juego y no de la
biomecánica en el voleibol, sustentada en los estudios de
la técnica a través de los movimientos que siempre
se repiten de manera análoga tal como si fuese el trabajo
proyectado para el atletismo o la natación.

En este sentido es oportuno significar las
particularidades estructurales del desarrollo especial de fuerza
de los músculos que soportan la carga principal en el
voleibol, sobre la cual Kusnetsov, V. V (1981:28),
puntualizó…"en los voleibolistas, estos músculos
son flexores del tronco, los extensores de los muslos, piernas y
pies".

Sobre esta sustentación se proyecta la tendencia
estructural de la preparación especial de fuerza,
representada con un mayor acento en el desarrollo de la fuerza
explosiva durante los saltos, en cuya incidencia, entre otras, la
biomecánica, toma en consideración el
análisis de la fuerza de reacción de los
movimientos pendulares de los brazos, máxima velocidad de
las piernas, magnitud del ángulo de flexión de las
piernas en las articulaciones de la rodilla, centro de gravedad
del cuerpo, carácter explosivo de la contracción
muscular y potencial de los esfuerzos de empuje; elementos que
tributan al perfeccionamiento técnico.

Al evaluar el efecto que en el organismo del
voleibolista promueven los saltos en la confrontación
competitiva, Ivoilov, V. A (1988:50) afirmó… "La
gran cantidad de saltos ejecutados en el juego contribuye al
fortalecimiento del aparato muscular-ligamentoso de los miembros
inferiores y al aumento considerable de la fuerza dinámica
de los músculos flexores de los pies y de los extensores
de las piernas y los muslos". Los presentes saltos ejecutados por
los voleibolistas en el transcurso de la preparación y
competencias, ejercen una considerable influencia tanto en el
desarrollo de los grupos musculares específicos que
realizan acciones sinergistas y antagónicas en las
extremidades inferiores, como en el incremento del potencial de
fuerza dinámica (velocidad-fuerza) en dicha
estructura.

Al respecto según Zatsiorski, V (1988), desde la
óptica biomecánica los medios empleados en la
preparación de fuerza especial deben de satisfacer el
denominado principio de correspondencia dinámica que
formula I. V. Verjoshanski, es decir que dichos ejercicios deben
de estar en correspondencia con la habilidad técnica
competitiva. En esta proyección el pedagogo deportivo de
Cuba Herrera, G (1992:27) significó… "En nuestro
deporte solo se trata de elevar al máximo mediante el
salto, e impulsar un balón de relativamente poco peso. La
fuerza máxima no adquiere un gran significado
específico, pero si ocupa un lugar especial dentro de todo
el contexto de preparación general del atleta siendo la
condición principal para el desarrollo de la fuerza en
todas sus manifestaciones".

Tomando como punto de referencia la
ejemplificación siguiente, se infiere que las acciones de
saltos en el remate o del saque de frente con salto ejecutado en
condiciones de carrera breve con dos o tres pasos de
desplazamientos, en función de transformar la velocidad de
traslación horizontal, en velocidad de impulso vertical,
constituyen las acciones potenciales más dinámicas
del voleibol. En este marco de actuación la
expresión de fuerza se realiza contra carga representada
por el peso corporal del voleibolista (en el salto) y el
balón (golpeo), en acción donde se manifiesta la
fuerza explosiva reactiva en situación de máxima
tensión en el menor tiempo posible.

De este modo, los saltos en el voleibol se identifican
desde una óptica motriz por la capacidad de mover y vencer
el propio peso corporal del voleibolista, empleando para ello un
nivel elevado de velocidad de movimiento en las estructuras de
los miembros inferiores y superiores, que en acción
conjunta se ejecutan con el propósito de lograr la mayor
eficacia en el salto para el golpeo al balón; la que se
sintetiza en la acción dinámica de fuerza
explosiva, especificado en su esencia por la velocidad obtenida y
no por la cantidad de movimientos.

La presencia de la fuerza dinámica en el instante
del salto es antecedida brevemente de un régimen de
contracción muscular isométrico de baja intensidad,
cuya función es de tensión preparatoria a la
resistencia a vencer.

Al abordar las capacidades motrices específicas
que en su integración tributan al rendimiento de los
gestos técnicos en el voleibol, según Moras, G
(2000:88), puntualizó.… "Las
características del voleibol obligan al jugador a
desarrollar, además de altos índices de fuerza
explosiva, elevadas prestaciones de resistencia a la fuerza
explosiva. Precisando más podemos hablar de una
resistencia a la fuerza especial. Para Verjoshanski, al aumentar
el nivel deportivo, la cualidad fundamental que determina la
calidad del voleibolista es precisamente la resistencia a la
fuerza".

Las condiciones que aseguran el perfeccionamiento de la
estructura biodinámica y el incremento de la eficacia del
gesto técnico en los voleibolistas, están dados en
el aumento de su potencial motor y la capacidad energética
de producir un esfuerzo explosivo de fuerza en un tiempo
limitado.Los continuos desplazamientos, saltos y movimientos
deportivos de significativo carácter reactivo que se
suceden en los momentos de entrenamientos y competición en
el voleibol, implican el desarrollo de la resistencia a la fuerza
especial en los voleibolistas, en un régimen
dinámico de ejecución con énfasis en el
carácter de trabajo motor y resistente de los
músculos.

En esta macro dimensión se justifica la
valoración de aplicación de la biomecánica
en el alto rendimiento que a decir por Pino, J (2000:36), cumple
con los objetivos siguientes:

  • "Identificar aquellos factores o
    parámetros que dificultan el perfeccionamiento de la
    técnica y no permiten mejorar el
    rendimiento.

  • Identificar aquellos factores que son
    entrenables.

  • Identificar los fallos y las deficiencias
    técnicas en el gesto estudiado.

  • Apoyar el entrenamiento deportivo optimizando
    los factores identificados.

  • Analizar los ejercicios de entrenamientos y
    estudiar su eficacia e incidencia sobre el rendimiento
    deseado (importante). Es importante conocer los ejercicios
    para la mejora de la técnica:

  • Reproducir el movimiento por
    completo.

  • Inventar ejercicios que incluyan partes
    importantes del movimiento. Entrenar por fases. Una
    cuestión importante, los ejercicios se deben basar en
    el punto 5.

  • Los ejercicios deben cumplir transferencia
    cinética de un deporte a otro".

La eficiencia completa del entrenamiento de la fuerza
explosiva reactiva y su correspondiente resistencia
específica sólo se alcanza en combinación
con las formas de entrenamiento de la fuerza máxima. Los
voleibolistas deben prepararse para alcanzar su máximo
potencial de fuerza, pero paulatinamente en los equipos de primer
nivel en el alto rendimiento, debe de lograrse la correspondencia
necesaria de aquellas capacidades motrices que respaldan un
determinado nivel de rendimiento competitivo de voleibol y no el
máximo de fuerza como condición aislada de una
capacidad física.

Método de
entrenamiento explosivo

Este método de entrenamiento persigue el
desarrollo de las cualidades físicas combinadas,
fortaleza-velocidad  y utiliza tres grupos principales de
ejercicios, como son:

  • Ejercicios con sobrecarga, especialmente ejercicios
    clásicos de levantamiento de pesas.

  • Ejercicios con bolas medicinales (bolas
    pesadas).

  • Ejercicios acrobáticos.

  • Ejercicios pliométricos (ciclos de
    estiramiento-acortamiento), estos ejercicios son empleados
    particularmente para desarrollar la fortaleza explosiva.
    Consiste en ejercicios de naturaleza balística donde
    hay un rápido cambio entre la contracción
    excéntrica y la concéntrica. Los ejercicios
    polimétricos también se conocen como
    multisaltos, ya que incluye saltar vallas, saltos rebotantes,
    saltos profundos/de altura entre otros. No obstante, otros
    ejercicios que no son saltos forman parte de este programa.
    Algunos ejemplos de estos ejercicios son atrapar y devolver
    bolas medicinales, hacer flexiones rápidas de brazos,
    entre otros.

Los elementos de progresión son:

  • 1. Aumento de la carga.

  • 2. Aumento del número de
    repeticiones.

  • 3. Aumento de la velocidad de
    ejecución.

Para este método se establecen índices
exactos, como puntos de partida en la preparación,
así como criterios exactos en la dosificación del
esfuerzo. En principio la carga se establece según las
posibilidades máximas, descontando un porcentaje
correspondiente, de tal manera que el deportista pueda efectuar
seis repeticiones correctas con la respectiva carga. A
continuación, se persigue el aumento de la velocidad de
ejecución, y cuando la velocidad llega a ser satisfactoria
se aumenta el número de las repeticiones de. 6 a 12.
Cuando estas 12 repeticiones llegan a ser ejecutadas con una
velocidad correspondiente (satisfactoria), se aumenta la carga,
empezando otra vez con seis repeticiones, es decir, lo mismo que
al principio, solamente que a un nivel más
elevado.

En relación con la magnitud de la
carga, se coordina también la respiración del
deportista; cuando se utilizan pesas hasta el 85 % de las
posibilidades, se inspira y espira durante la extensión y
la flexión, respectivamente; utilizando cargas de
más del 85% de las posibilidades máximas, se
respira antes y después de la ejecución. Cuando los
movimientos no se ejecutan correctamente, se interrumpirá
el trabajo. El reposo entre las dos series es de 2-3 minutos
cuando se trabaja con cargas hasta el 85% de dichas posibilidades
y de 3-5 minutos cuando se rebasa el 85%. Un programa está
formado de 12 ejercicios divididos en tres grupos de 4
ejercicios, que se suceden así: un ejercicio con la barra
de pesas, un ejercicio con la pelota medicinal, un ejercicio con
pesas, un ejercicio acrobático, después del cual
sigue un reposo de 2-3 ó 3-5 minutos. Por semana se
harán tres entrenamientos de este género. En los
ejercicios con la bola medicinal se busca la ejecución con
la máxima velocidad, siendo el elemento de la
progresión de los ejercicios, la distancia entre los
ejecutantes; se aumenta o disminuye también el peso de la
bola. Ya que el método enfoca, especialmente, la cualidad
fortaleza-velocidad, se aplica sobre todo, en los deportes y
pruebas caracterizadas por ser explosivas, y para las pruebas de
manifestación compleja de las cualidades físicas:
saltos y lanzamientos, levantamiento de pesas,
ciclismo-velocidad, esquí alpino, triatlón
atlético, juegos deportivos (deportes de conjunto).
También se puede utilizar para todos los niveles en el
deporte, desde los novatos hasta los más avanzados. Los
medios elegidos y la progresión deben respetar
estrictamente la combinación de magnitud de las cualidades
al respecto, así como la manera en que éstas se
manifiestan en la prueba elegida. El método tiene buenas
posibilidades de ser bien organizado y de mantener
fácilmente la evidencia de la preparación
individual para el mejoramiento de la explosividad.

Método del
pesista

Es uno de los más difundidos métodos
utilizados para el desarrollo de la fortaleza y de la
explosividad. Este método aprovecha los ejercicios con
pesas, teniendo como elemento principal de progresión la
intensidad del esfuerzo, que se realiza mediante el aumento de la
carga. En la práctica, se utilizan cuatro variantes del
método, como sigue:

  • Aumento continúo de la carga (calculada en
    relación con las posibilidades máximas del
    deportista): 70%-75%-80%-85%.

  • Aumento de la carga en escalera: 70%-70%-75%-75
    %/-80%-80%.

  • Aumento y disminución continua de las cargas:
    70%-75%-80 %–85 %-80 %0-75 %-70 %.

  • Aumento en oleaje de las cargas:
    70%-80%-75%-85%-80%-90%.

El número de ejercicios practicados en una
lección (sesión) es en principio de 6-8,
número de series para cada ejercicio de 4-6, y de las
repeticiones para cada ejercicio en una serie de 1-5, en
relación con la carga. Totalizando, se obtienen
aproximadamente de 100 a 200 repeticiones por sesión. La
velocidad de ejecución de los ejercicios varía en
relación con la magnitud de la carga con que se trabaja,
siendo el movimiento más lento en el trabajo con pesas
máximas y relativamente rápido para pesas chicas.
Después de cada sesión se hace un reposo de 2-4
minutos. El método del pesista se utiliza. Sobre todo en
el levantamiento de pesas, en atletismo (para lanzadores y
saltadores) y en las ramas de deporte que tienen manifestaciones
complejas de las cualidades físicas.

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Autor:

MSc. Conrado Reyes
Savón.

Coautor:

MSc. Grismel Portuondo Bartelemi

Universidad de Ciencias de la Cultura
Física y el Deporte

Facultad de Santiago de cuba

República de Cuba

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