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Lenguaje, facultad humana



  1. El
    lenguaje desde la índole
    fisiológica
  2. La
    lengua como sistema de signos
  3. Conclusiones
  4. Referencias
    bibliográficas

Parte I

El lenguaje desde
la índole fisiológica

El lenguaje es la facultad que tiene el
individuo de expresarse así mismo éste es objeto de
muchas controversias y puede ser estudiado desde dos puntos
de vista: según el uso o la estructura.

El uso se relaciona con otros
campos, como la literatura, la comunicación de la
información, la enseñanza de idiomas, la
sociología, la ciencia política y la
psicología. Los estudios sobre el uso del lenguaje tratan
sobre lo que dicen las personas, lo que piensan que dicen y lo
que significa aquello que escriben o dicen para comunicarse. Todo
ello incluye el análisis de los contenidos, la
crítica literaria, el estudio del cambio
lingüístico y los factores sociales que determinan
los comportamientos lingüísticos de los miembros de
una comunidad idiomática.

También se aborda el estudio de los efectos de la
lengua en la conducta humana. Para la crítica literaria el
lenguaje está integrado por palabras que, adecuadamente
ordenadas, producen una emoción o un razonamiento. Para la
lexicografía, es el conjunto de palabras que poseen un
significado, un origen y una historia. Por último, se
puede entender el lenguaje como la forma en que las palabras se
seleccionan y combinan, proceso inherente a los individuos, a los
grupos o a los géneros literarios.

La estructura del lenguaje concierne a la
lingüística. Cada movimiento o escuela
lingüística plantea diferentes enfoques sobre el uso
y la estructura. Aquellos que se centran en la
comunicación escrita, estudian la estructura del texto es
decir, de qué forma hay que ordenar las palabras y las
oraciones para que constituyan un todo coherente y les preocupa
la posibilidad de traducir una lengua con toda exactitud. Por
otro lado, los lingüistas comparativos agrupan e identifican
las familias lingüísticas que proceden de un tronco
común. Los partidarios del estructuralismo afirman que el
lenguaje tiene tres niveles organizados de forma
jerárquica: sonidos, combinaciones de sonidos para formar
palabras y combinaciones de palabras para formar frases y
oraciones. En el plano fonemático se analizan los sonidos;
en el morfemático se describen las combinaciones de
sonidos en unidades con significado (los morfemas y sus
combinaciones para formar palabras), y en el sintagmático
el enfoque se centra en las combinaciones de palabras. Para los
generativistas, el lenguaje es un conocimiento inherente a los
seres humanos que les permite adquirir una competencia
lingüística; asimismo, estudian la capacidad y el
proceso de adquisición de una lengua.
Para que exista el lenguaje, se requieren
ciertos factores: de índole fisiológica (el
organismo tiene que ser capaz de emitir sonidos). Es por ello que
aunque muchos de los órganos humanos
de la fonación tienen otras funciones (como la de comer),
están perfectamente dispuestos para el habla, por lo que
el lenguaje humano aparece como el mejor sistema de
comunicación entre los seres vivos. En el acto de hablar,
una corriente de aire sale de los pulmones y se ve modificada por
la vibración o no de las cuerdas vocales (después
de pasar por la laringe), por el movimiento de la lengua, el
paladar y los labios. Las personas que sufren trastornos
fisiológicos en el habla, como los sordos, cambian su
sistema de comunicación, por ejemplo por medio de signos
visuales. Por tal sentido resulta necesario conocer acerca del
aparato fonador.

 El aparato fonador
es conjunto de órganos que intervienen en
la producción de sonidos. También llamado aparato
vocal o articulatorio. El objetivo fundamental de estos sonidos
es la comunicación humana mediante el lenguaje hablado.
El aparato fonador está formado por la boca, la
nariz, la faringe, la laringe, la tráquea, los pulmones y
el diafragma. Los órganos que lo integran forman parte a
su vez del aparato respiratorio y algunos del aparato
digestivo.

La emisión de sonidos
lingüísticos presenta tres fases: respiratoria,
fonatoria o glotal y articulatoria, que tienen lugar en los
pulmones, la laringe y el tracto vocal,
respectivamente.

Para que se produzca un sonido, lo
primero que se necesita es una fuente de energía que
origine una vibración. En el caso del lenguaje humano,
esta energía está producida por una corriente de
aire que normalmente procede de los pulmones. Nunca se espira
todo el aire que hay en los pulmones. En realidad, en
conversaciones normales sólo se utiliza alrededor de un
cuarto de la cantidad de aire contenida en los pulmones, aunque
dicha cantidad puede aumentar cuando se sube el volumen del
habla, como por ejemplo al gritar o hablar en
público.

La mayoría de los sonidos del
habla se producen mientras el aire sale de los pulmones; se trata
en este caso de los sonidos llamados egresivos. Sin embargo,
también es posible, aunque no frecuente, hablar mientras
el aire está entrando en lugar de saliendo de los
pulmones; en este caso los sonidos se llaman ingresivos. Este
último tipo de sonidos se produce cuando alguien habla
mientras ríe o llora, o cuando no puede respirar
bien.

Al respirar sin hablar, el ciclo
respiratorio se compone de dos fases que duran más o menos
lo mismo: inspiración y espiración. Pero mientras
se habla, el ciclo respiratorio cambia. La fase de
inspiración se acorta y acelera mientras que la de
espiración se enlentece extendiéndose en el tiempo
entre cinco y diez segundos, una duración que puede
alargarse incluso más.

En español y en otras muchas
lenguas las vocales y las consonantes son sonidos egresivos pues
se producen con aire pulmonar, pero existen otras lenguas cuyos
hablantes emiten otro tipo de sonidos. Por ejemplo, en
África se hablan lenguas que usan chasquidos de la lengua,
como las lenguas khoisán de los bosquimanos. Otras emplean
sonidos que empujan el aire desde la glotis, la abertura que
queda entre las cuerdas vocales, dentro de la laringe. En este
caso, si el sentido de la corriente de aire es de dentro afuera
los sonidos se llaman implosivos; si el sentido es de fuera
adentro, se da lugar a sonidos electivos.

Algunas lenguas africanas, como el shona, y otras
lenguas indias americanas utilizan consonantes implosivas. Las
lenguas caucásicas, algunas lenguas africanas, como el
hausa, y algunas lenguas indias americanas utilizan consonantes
eyectivas, y también lo hacen algunas variedades del
inglés.

Para convertirse en sonido, el aire
procedente de los pulmones debe provocar una vibración,
siendo la laringe el primer lugar en que se produce. La laringe
está formada por un conjunto de cartílagos y una
serie de ligamentos y membranas que sostienen unas bandas de
tejido muscular llamadas cuerdas vocales. La tensión,
elasticidad, altura, anchura, longitud y grosor de las cuerdas
vocales pueden variar dando lugar a diferentes efectos
sonoros.

El efecto más importante de las
cuerdas vocales es la producción de una vibración
audible en los llamados sonidos sonoros, en contraste con los
sonidos sordos, en cuya producción no vibran las cuerdas
vocales. En español, todas las vocales y muchas
consonantes (m, b, d,…) son sonoras.
Después de pasar por la laringe, la
corriente de aire continúa por el llamado tracto vocal,
formado por la faringe, la cavidad oral y, en ocasiones,
también la cavidad nasal. A lo largo de este camino, esta
corriente se ve modificada por una serie de órganos
móviles, como la lengua, que interaccionan con otros
órganos fijos, como los dientes, haciendo que la onda
sonora se modifique, dando lugar a sonidos distintos. La
producción de diferentes sonidos de habla por estos
órganos se denomina articulación.

Además de verse modificada por los
cambios de forma del tracto vocal, la onda sonora se amplifica y
modula en las cavidades del tracto vocal que actúan como
cajas de resonancia.

Entre los órganos que
actúan en la articulación se distinguen dos tipos:
órganos articulatorios activos, que se pueden mover, y
órganos articulatorios pasivos. Los pasivos son el paladar
duro, los dientes y los alvéolos (prominencias que se
encuentran entre los dientes superiores y el paladar). El paladar
duro a su vez se subdivide en tres partes: anterior, media y
posterior. Los activos son la faringe, el velo del paladar o
paladar blando, la lengua y los labios.

La faringe es un tubo musculoso que
conecta la laringe con las cavidades oral y nasal y que puede
ensancharse o estrecharse. Algunas lenguas presentan sonidos que
se producen por una fricción del aire en esta zona, por
ejemplo el árabe.

El paladar blando o velo del paladar es
la zona musculosa que se encuentra detrás del paladar duro
y que acaba en la úvula o campanilla. Durante la
respiración normal, el paladar blando tiene una
posición baja, permitiendo que el aire fluya tanto por la
boca como por la nariz. Durante el habla, el paladar blando puede
adoptar tres posiciones diferentes: • Alta: se cierra el
canal de comunicación entre la cavidad nasal y la oral, de
modo que el aire circula exclusivamente por la boca sin pasar por
la nariz. En esta posición se producen sonidos orales,
como son la mayoría de los sonidos del español.
• Media: parte del aire escapa por la boca y parte por la
nariz de modo que se producen sonidos orales nasales, como lo es
la a en mamífero. • Baja: esta
posición se combina con el cierre de la cavidad oral de
modo que todo el aire se libera por la nariz. Se producen en este
caso los sonidos nasales, como las consonantes /m/,
/n/ y /ñ/ en español.

Los labios también pueden adoptar
distintas posiciones. Pueden estar abiertos, semiabiertos, como
cuando se pronuncia la b en saber, o cerrados,
para pronunciar la /p/.

De todos los órganos articulatorios
activos, la lengua es la que tiene mayor capacidad para cambiar
de forma y posición, y por tanto interviene en la
articulación de muchos sonidos dando lugar a todas las
vocales y a la mayoría de las consonantes.

Atendiendo a los órganos
articulatorios que intervienen y al tipo de oclusión del
aire que estos producen, los sonidos lingüísticos se
clasifican según el lugar de articulación (labial,
alveolar, etc.) y el modo de articulación (oclusivo,
fricativo, etc.). Por otra parte cabe destacar que los lenguajes
naturales o idiomas son sistemas de signos articulados; es decir,
de signos lingüísticos. Tales son elementos
esenciales de la comunicación verbal. El hombre puede
emitir sonidos articulados los cuales combinados conforman
palabras, esta a su vez se unen a un conjunto más amplio
constituyendo así los mensajes que continuamente son
enviados y recibidos en el intercambio de la vida
social.

La definición de signo lingüístico
corresponde a Saussure, para quien el signo es una unidad que
consta de dos cara: "el significado y el significante"; es decir,
un concepto unido a una imagen acústica. El signo
lingüístico, esta conformado por un significado que
es la idea que tenemos y por significante la suma de elementos
fónicos.

Saussure al analizar el circuito del habla, dice que el
concepto desencadena en el cerebro una imagen acústica.
Este fenómeno psíquico es seguido por un proceso
fisiológico puesto que el cerebro trasmite a los
órganos de la fonación un impulso correlativo a la
imagen. Luego las ondas sonoras se propagan de la boca del
hablante al oído del oyente. En el oyente se produce un
orden inverso. El concepto se une a la imagen acústica.
Esta es su huella psíquica, una imagen
sensorial.

El significado y el significante, dice Saussure,
"están íntimamente unidos y se reclaman
recíprocamente…, en la lengua no podría
aislarse el sonido del pensamiento, ni el pensamiento del
sonido"; para que aconteciera tal aislamiento, "habría que
hacer abstracción, cuyo resultado seria hacer
psicología pura o fonología pura".

Hjelmslev, modifica y amplia la concepción del
signo lingüístico sustentada por Saussure. En el
plano del contenido, así como en el plano de
expresión se puede diferenciar la forma y la sustancia. La
sustancia del contenido es el pensamiento humano no estructurado
aun por el sistema lingüístico. La disciplina
encargada de la relación entre la forma y la sustancia del
contenido es la semántica. La sustancia de la
expresión se identifica con las cualidades físicas
de los sonidos. La disciplina que investiga la relación
entre forma y sustancia de la expresión es la
fonética. La estrecha relación que se establece
entre significado y significante tiene carácter
arbitrario, puesto que ha sido impuesta, de manera convencional,
por los hablantes.

Parte II

La lengua como
sistema de signos

La lengua, se considera un conjunto ordenado y
sistemático de formas orales, escritas y grabados que
sirven para la comunicación entre las personas que
constituyen una comunidad lingüística. Hablando de
una manera informal puede decirse, que es lo mismo que idioma,
aunque este último término tiene más el
significado de lengua oficial o dominante de un pueblo o
nación, por lo que a veces resultan sinónimas las
expresiones lengua española o idioma. Hay lenguas que se
hablan en distintos países, como el árabe, el
inglés, el español o el francés.

Según Saussure, la lengua es un conjunto de
signos en el que solo es esencial la unión del sentido y
la imagen acústica, y donde las dos partes del signo son
igualmente psíquicas. La lengua, es un objeto bien
definido en el conjunto heteróclito de los hechos del
lenguaje, es concreta porque responde a algo real, e integral
porque es integralmente psíquica, es decir, la lengua la
integra un significante o una imagen acústica viene siendo
es lo que oímos o vemos escrito. Dicho de otra manera,
para entender una palabra siempre se ha de relacionar su
expresión, lo percibido por los sentidos, con su
contenido, lo que se piensa y que significa dicha
palabra.

Ahora bien, cuando alguien se equivoca al establecer la
relación entre el plano del significante y el significado,
comete un error similar al de quien llama a una persona con el
nombre de otra, por lo tanto, no es capaz de asociar un plano con
otro por falta de conocimiento de la lengua, es decir, no
podrá entender el mensaje.

Cabe considerar la lengua entonces como un sistema de
signos a través del cual el hombre se comunica con los
demás, pero es también una "institución
social", sujeta a una serie de variaciones y modalidades en
función de convenciones sociales. No todos los hablantes
de una lengua la usan de igual modo, ni siquiera un mismo
hablante la usara igual en una situación que en
otra.

La lengua como sistema, es una organización de
elementos interdependientes y también es un sistema socio-
cultural, ya que ella constituye un instrumento de
comunicación, es decir, un sistema porque comprende
elementos organizado, cada uno de los cuales a su vez está
integrado por subsistema que se interrelacionan para lograr el
éxito de la comunicación.

También se entiende por sistema un "conjunto de
cosas que dependen unas de otras", simplemente la
concepción tradicional del lenguaje era atomista, y
pensaba que el número de signos del lenguaje estaba
indefinidamente abierto: podrían aparecer unos y
desaparecer otras, sin que eso afectara a la lengua como tal, y
porque los mismo hechos imponían la evidencia, se
describen como pequeños subsistemas las formas verbales,
ciertas series de pronombres como los personales, los posesivos,
bien organizados con un numero fijo de formas que no pueden
alterarse. Pero no se caía en la cuenta de que todas las
razones de la lengua estaban igualmente estructuradas en
subsistemas que, juntos, constituían un sistema
total.

Según Saussure, señala que toda la lengua
constituye un sistema, es decir, un conjunto de signos
relacionados entre si y que los signos son interdependientes. Se
puede afirmar que el lenguaje verbal es un sistema, el más
completo e importante, porque permite al hombre expresar la
riqueza y complejidad de que es capaz el pensamiento humano, con
matices que en los demás lenguajes son inalcanzables.
Además, éste autor señala que el lenguaje
verbal es, por tanto, el instrumento más útil y
rico para todos las relaciones humanas, pero además sirve
para poder interpretar todos los demás lenguajes y hay que
tener en cuenta que es el vehículo para acceder al
conocimiento de las demás materias de estudio, para
informarse de lo que sucede en el mundo y también para
gozar de múltiples actividades como la lectura, y los
espectáculos como el cine o el teatro, que se basan en la
palabra.

Partiendo de lo planteado, es que se considera la lengua
es un sistema que a su vez está integrado por varios
subsistemas para poder así lograr que la lengua funcione
correctamente es necesario que se tomen en cuenta los diferentes
sistemas que comprende una lengua, como lo son:

El sistema fonemático, tiene como unidad el
fonema. El fonema se define por las relaciones de
oposición que guarda con los otros elementos
fónicos de la lengua. El fonema es pues, una unidad
mínima distintiva. El sonido ideal hacia el cual se
tiende. Para Saussure el fonema "es la suma de las impresiones
acústicas y de los movimientos articulatorios de la unidad
oral y de la unidad hablada, que se condicionan
recíprocamente: así, el fonema es ya una unidad
compleja, que tiene un pie en cada cadena." Los fonemas de cada
idioma son relativamente pocos, el idioma español cuenta
con veinticuatro fonemas. El conjunto de fonemas conforma el
sistema fonemático.

El sistema grafemático, está constituido
por el conjunto de letras del abecedario. La unidad de este
sistema es el grafema, el cual se define como la unidad
mínima de escritura no susceptible de ser
dividida.

El grafema es el signo escrito ideal hacia el cual se
tiende. El "graf" o grafía esa la presentación
grafica momentánea y concreta del grafema. Es la escritura
hecha. El número de grafemas es limitado en cada lengua,
mientras que el número de alófonos es ilimitado. El
alófono es la variante combinatoria. La
organización y distribución de los grafemas es
peculiar en cada lengua escrita. Todo sistema grafemático
está expuesto a sufrir alteraciones a través del
tiempo.

Al sistema grafemático se le denomina
también abecedario o alfabeto. Se le llama abecedario
atendiendo a que las cuatro primeras letras latinas son: a, b, c,
d. y alfabeto porque las dos primeras letras griegas suelen
denominarse alfa y beta. El sistema grafemático
está íntimamente unido al fonemático, puesto
que aquel representa a este en la lengua escrita.

Ahora bien, la relación entre fonemas y grafemas
es, en nuestro idioma, mucho más estrecha que en la
mayoría de los demás. La correspondencia entre el
sistema fonemático y el grafemático no se da
totalmente. Y al parecer, es imposible darse, debido a que no hay
exacta coincidencia entre la lengua oral y la lengua
escrita.

El sistema morfemático de una lengua está
constituido por todos los monemas que en ella se emplean. La
unidad de este sistema es el monema el cual es definido en la
lingüística estructural, específicamente por
Martinet, como la más pequeña unidad portadora, a
la vez, de un contenido semántico (significado) y de una
fónica (significante).

Lo que Martinet denomina monema comprende al mismo
tiempo, los morfemas léxicos o lexemas y los morfemas
gramaticales. Los primeros dotados de la significación
plena; los segundos, de significación puramente
gramatical. Los morfemas gramaticales comprenden: los afijos, las
preposiciones, las conjunciones y partículas.

La concepción del monema como unidad de dos
caras: significado y significante lo identificaban en un
principio con un determinado segmento de la cadena fónica.
La escuela glosemática denomina morfema al elemento de
formación que confiere una determinada categoría
gramatical, genero, numero, persona, tiempo, etc. a un signo
lingüístico. Así, por ejemplo, desinencias
castellanas: o/a, forman con el radical o lexema, el masculino y
femenino del adjetivo malo/mala.

El sistema sintáctico, trata
de las relaciones entre los signos oracionales. Se refiere, pues,
a las normas relacionadas con la estructura de la oración;
orden de colocación de los elementos sintácticos,
correlación y dependencia de los mismos. La unidad de este
sistema es la oración.

El sistema semántico trata de la
significación lingüística. La unidad
básica de este sistema es para Hjelmslev, la "figura de
contenido"; para los ingleses, el rasgo semántico, para
Greimás y Portier, el "sema". Portier define el sema como
"el rasgo distintivo semántico mínimo".

Según Portier. "toda forma significante tiene un
contenido semántico compuesto por un conjunto de semas"; a
este conjunto de semas lo denomina "semema". Así, por
ejemplo, el término taburete tiene un contenido
semántico conformado por los siguientes semas
específicos: con respaldo, para una persona, con patas,
etc.

Todos estos semas específicos constituyen la
significación total o semema. Cada semema afirma Carreter,
"es una constante y definida unidad de sentido, distinta de los
restantes sentidos, incluyendo los restantes sememas de la
lengua".

Por otra parte, se tiene los signos de una lengua que se
encuentran en interrelación o dependencias; solo adquieren
valor en su relación con otros signos. Por ejemplo, lunes
adquiere valor por oposición a los otros signos
representantes de los signos de la semana: martes,
miércoles.

Es signo cualquier cosa perceptible por los sentidos
principalmente, por la vista y por el oído que se emplean
para representar otra cosa. Son signos, por ejemplos, los
aplausos o los silbidos del público que representan se
agrado o disconformidad con lo que ve o oye. Las palabras son
también signos si decimos o leemos caballo, esta palabra
representa al animal, y podemos emplearla para representarlo
lingüísticamente está en lugar de él,
cuando nos referimos al caballo. Todo signo se compone de
significante y de significado. El significante es lo que se ve o
se oye y el significado, lo representado por el signo.

Conclusiones

El ser humano posee una facultad para comunicarse
mediante signos verbales, esta facultad se llama lenguaje,
mediante este se adquiere diferentes dominios, físico,
fisiológico y psíquico que pertenece al dominio
individual y social, es por eso que el lenguaje se apoya en una
facultad que nos da la naturaleza, en cambio la lengua es
adquirida y convencional, de tal manera el lenguaje aplica
sistemas artificiales de comunicación formales creadas por
el hombre. También el lenguaje es considerado como:
lenguaje un medio de comunicación entre los seres humanos,
a través de signos orales y escritos que poseen un
significado. En un sentido más amplio, es cualquier
procedimiento que sirve para comunicarse.

En el trabajo realizado, se pudo indagar sobre el
lenguaje desde una visión semántica-
pragmática. Precisando lo siguiente:

  • La teoría lingüística saussuriana
    que plantea la descripción y clasificación de
    la lengua como sistema (forma) y no la manera de cómo
    se utiliza concretamente en un momento determinado a
    través del habla, éste autor define el signo
    lingüístico como un producto de la
    combinación de un concepto y una imagen
    acústica.

  • Hjelmslev, representante de la escuela
    estructuralista de Copenhague, se fundamenta en estudiar el
    sentido que existe en una totalidad de signos articulados
    definiéndolos como forma de Contenido y Sustancia de
    Contenido

Por otra parte es necesario mencionar el lenguaje bajo
una perspectiva de cambio y variación, se puede afirmar
que las lenguas no sufren cambio sino que también
varían, debido a la gran diversidad de opciones, esto se
debe a que la lengua tiene múltiples alternativas para
poder así lograr una forma originando un cambio. Respecto
a lo planteado, Berutto, expresa que se entiende por cambio
lingüístico una variación que ocurre en el
tiempo. El cambio lingüístico es perceptible en toda
la introducción de elementos nuevos que conllevan al
pasaje de ciertas características a ciertas otras. Por su
parte, Sánchez, destaca que el cambio no se puede
confundirse con la variación, ya que éste se
produce en una lengua a lo largo de la historia; es decir, el
cambio no es más que la que la modificación en la
fonología, morfología, sintaxis y
léxico de una lengua lo cual supone reemplazo de una forma
lingüística por otra.

Si vemos el lenguaje desde un punto de vista
fisiológica ésta misma requiere de diferentes
factores entre ella está el aparato fonador, la lengua
esencialmente oral está compuesta por un conjunto de
sonidos producidos por los órganos de fonación,
están constituidas por finitos de elementos fonemas,
palabras que se rigen por reglas para poder así construir
y entender infinito de oraciones y de textos. Es decir, que
para que exista el lenguaje, se requieren
ciertos factores: de índole fisiológica (el
organismo tiene que ser capaz de emitir sonidos). Es por ello que
aunque muchos de los órganos humanos
de la fonación tienen otras funciones (como la de comer),
están perfectamente dispuestos para el habla, por lo que
el lenguaje humano aparece como el mejor sistema de
comunicación entre los seres vivos. En el acto de hablar,
una corriente de aire sale de los pulmones y se ve modificada por
la vibración o no de las cuerdas vocales (después
de pasar por la laringe), por el movimiento de la lengua, el
paladar y los labios. Las personas que sufren trastornos
fisiológicos en el habla, como los sordos, cambian su
sistema de comunicación, por ejemplo por medio de signos
visuales. Por tal sentido resulta necesario conocer acerca del
aparato fonador. Este es considerado como:
conjunto de órganos que intervienen en la
producción de sonidos. También llamado aparato
vocal o articulatorio. El objetivo fundamental de estos sonidos
es la comunicación humana mediante el lenguaje
hablado.

Por otro lado, se señaló la lengua como
sistema de signo, estableciendo la unión del sentido y de
la imagen acústica donde las dos partes del signo son
igualmente psíquicas, es por eso, que el lenguaje es un
sistema de símbolos relativamente arbitrarios y de reglas
gramaticales que se transforma en el tiempo y que los miembros de
una comunidad convienen y usan para interactuar unos con otros,
comunicar sus ideas, emociones e intenciones. De esta manera el
lenguaje es el medio de comunicación entre los seres
humanos a través de signos orales y escrito que poseen el
significado. Para finalizar, cabe resaltar que los signos que se
utilizan para la comunicación de los seres humanos son
estudiados por la semántica que no es más que la
disciplina que se encarga del estudio del significado de la
estructura oracional, así como de la correcta
relación entre significante, significado y el signo
lingüístico. Digamos que sigue siendo puramente
gramatical.

En consecuencia, la semántica para Saussure es;
un área de la lingüística que investiga como
las palabras de una lengua denotan o "significan". La
semántica léxica se preocupa de como se componen
significados complejos a partir de significados más
simples, y qué tipo de estructuración tienen las
palabras para representar el mundo exterior. No todas las lenguas
ponen el mismo énfasis en los mismos rasgos a la hora de
disponer de palabras diferentes para conceptos ligeramente
diferentes. La determinación de los rasgos más
frecuentes o relevantes para comprender la relación entre
las palabras de una determinada área del vocabulario es
uno de los asuntos de la semántica
léxica.

Referencias
bibliográficas

  • Carreter, F (1973) Diccionarios
    de términos filológicos
    . Editorial
    Gredos. Buenos Aires

  • Cardona, B (1994) La lengua como
    sistemas de signos
    . EDILUZ.
    Maracaibo-Venezuela

  • Chomsky (1965), Gramática
    generativa transformacional
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  • Berutto, G, (1974). La
    Sociolingüística
    ,
    México, Editorial Nueva Imagen, 1979.

  • Bloomfield (1964) La
    lingüística estructural
    . Editorial
    Grecos.

  • Diez M y Morales, F. (1980). Las
    lenguas de España
    . Madrid: Ediciones del
    Ministerio de Educación, Estudio de
    lingüística comparada e histórica acerca
    del contacto entre lenguas peninsulares

  • Greimás y Portier, citados por
    Deguiz (1999) La semántica y el significado de
    los signos.
    Trabajo de ascenso Universidad de los
    Andes

  • Hjelmslev (1971), La escuela
    estructuralista
    . Material en línea disponible
    en: www.gramati/tendencias.edu.ve

  • Lyons (1975), La
    semántica del lenguaje.
    Material disponible
    en: www.gramati/tendencias.edu.ve

  • Lapesa, R. (1981) Historia de la lengua
    española
    . Madrid: Editorial Gredos, 9ª
    ed.

  • (corregida y aumentada),

  • Saussure, F (1945). Curso de
    lingüística general
    . Editorial Losada
    Buenos Aires

  • Sánchez, I (1993) Cambio
    lingüístico.

 

 

Autor:

Prof. Ronald José Graterol
Peroza.

Agosto, 2008.

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