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Las maquilas y la explotación de la mujer mexicana (página 2)




Enviado por desiree ortiz



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Así, las tendencias a limitar o suprimir a los
sindicatos, modificar sustancialmente las contrataciones
colectivas, individualizar la relación obrero-patronal al
interior de cada empresa e, incluso, suprimir la
participación del Estado en su papel regulador, son
muestra de un mayor resquebrajamiento de esta defensa colectiva
sobre todo para la mujer.

La mujer y la
flexibilización del trabajo

Una de las principales características de la
manufactura para la exportación, en países como
México, es su fuerte dependencia del trabajo femenino
(Fernández, 1986).

Si bien esta situación se ha modificado a lo
largo de los años, ya que la participación de los
hombres en esta industria ha experimentado un importante aumento
en términos absolutos y relativos en los últimos
años, la mujer trabajadora sigue participando de manera
predominante, como ya se señaló, dos de cada tres
trabajadores de la maquila son mujeres.

La incorporación de la mujer al trabajo de la
maquila ha sido ampliamente discutida, reconociéndose
diversas razones de naturaleza política y
económica. Ha sido frecuente la denuncia de las
difíciles condiciones laborales a que se enfrentan y se
han cuestionado las políticas del Estado que al impulsar
la maquila, han desmantelado las conquistas laborales en casi
todos sus aspectos.

También se ha planteado que la falta de
experiencia organizativa de las trabajadoras ha permitido imponer
condiciones laborales por debajo de los límites alcanzados
en otros sectores. La participación de la mujer ha llamado
la atención no sólo por las condiciones laborales
en que se encuentra dentro de la industria, sino también
por las condiciones de vida en general y por las
responsabilidades que asume en la vida familiar (Garduño,
M., et al, 1993; 244).

La incorporación de la mujer al trabajo
también ha presentado otros puntos de conflicto. El acoso
sexual es un hecho común que padecen las trabajadoras, lo
cual generalmente no se denuncia por el temor a represalias que
pueden llegar al despido (La Botz, D., 1994; 403). Algunos
patrones han reconocido la existencia del trabajo de menores de
edad, fenómeno que puede alcanzar hasta el 5% en la
maquila (La Botz, 1994).

Las penurias de
ser mujer y trabajar en las maquiladoras

En la industria maquiladora establecida en los estados
del norte de México, que por cierto está de capa
caída y su producto interno bruto cayó
estrepitosamente este año por la recesión en
Estados Unidos, trabajan más mujeres que hombres, la
mayoría son mujeres, pero mujeres aplastadas, marginadas,
hostigadas por los patrones, violadas y explotadas.

Estas maquiladoras, cada año 900 mujeres que
laboran en esa industria son despedidas por resultar embarazadas,
y ¿como no van a resultar embarazadas si son violadas por
los patrones?

Asimismo, en las más de 800 empresas ubicadas en
Tijuana es una práctica común no contratar a
mujeres que solicitan un empleo y que resultan positivas en un
examen de ingravidez, algo que va en contra de la ley
máxima y de las leyes secundarias en materia laboral en
este país.

Despedir a las mujeres embarazadas y aplicar
exámenes de ingravidez se ha vuelto una costumbre que las
mismas autoridades laborales solapan y las solapan porque son
corruptas, porque están en contubernio con los
dueños y directorios de las empresas
maquiladoras.

Para algunas empresas, como Samsung, despedir a sus
trabajadoras cuando se embarazan es una política que se
sigue al pie de la letra, la empresa, con tres plantas en Tijuana
y más de mil 800 trabajadoras por turno en edad
reproductiva, entre los 16 y los 35 años, obliga a las
mujeres embarazadas a renunciar o bien las colocan en puestos
laborales que requieren de un esfuerzo físico mayor al
promedio.

Se considera que el problema es de una dimensión
mucho mayor, al afirmar que sólo se logra documentar uno
por ciento de los casos de abuso contra las trabajadoras, la
mayoría tiene miedo de hacer la denuncia porque cree que
no les van a hacer caso, o por la vergüenza de declararse
embarazadas.

El análisis de la problemática de las
trabajadoras en las maquiladoras de Tijuana concretamente por
mucho tiempo se concentró casi de manera exclusiva en los
bajos salarios que perciben, y en las largas jornadas laborales
sin descanso, así como su exposición a sustancias
consideradas como peligrosas para la salud humana, pero se
había dejado de lado el tema de la discriminación
por género que han padecido prácticamente desde el
inicio del esquema de maquiladoras, en las que 80 por ciento del
personal es del sexo femenino. Uno de los abusos más
crueles y recurrentes es el despido de las futuras madres, muchas
de ellas solteras. Hasta hace poco, nada se podía hacer
para defenderlas y las autoridades laborales no reconocían
como causal de despido injustificado el embarazo.

Según Gómez Meza (2009) periodista de El
Universal de México en un articulo dijo que "en 2006 se
planteo la meta de crear el antecedente, no fue fácil, y
en ese año se logró sacar nueve casos que se
recibieron como despidos por embarazos, y se obtuvieron laudos
favorables a las mujeres; asimismo se creó el precedente
en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, no
sólo en la cuestión laboral, sino también de
género", señaló.

A partir de entonces, se ha logrado la
reinstalación de 19 mujeres que fueron separadas de sus
puestos laborales, una vez que se comprobó ante la
autoridad laboral que la causal de despido fue el hecho de que
estaban embarazadas. Sin embargo, en el caso de las mujeres
víctimas de la discriminación al momento de la
contratación, cuando se les exige el examen de ingravidez
es muy poco lo que se puede hacer, toda vez que no existe una
relación laboral establecida entre la solicitante y la
empresa.

En este sentido, otras organizaciones como Factor X,
mantienen un activismo constante para obligar a las autoridades a
prohibir ese tipo de prácticas. No obstante, es poco lo
que se ha logrado y sólo algunas empresas han dejado de
practicar el referido examen, aunque la mayoría
todavía lo realiza en sus mismas instalaciones o lo
solicita como requisito para la solicitante de empleo.

Por su parte, el director de la Asociación de la
Industria Maquiladora de Mesa de Otay, José Pacheco, donde
se concentra la mayoría de las maquiladoras de Tijuana,
reconoció que en muchas de ellas se practican los
exámenes de ingravidez, y sólo se limitó a
señalar que esa práctica está permitida a
las empresas por el marco legal correspondiente.

Sea lo que fuere, los exámenes de ingravidez no
deberían de estar permitidos. Van en contra de la dignidad
humana, de los derechos laborales, de los derechos humanos de las
mujeres.

Recomendaciones y
conclusiones

Al analizar las condiciones laborales y de salud de las
trabajadoras de la maquila y el efecto que las políticas
de modernización han provocado en ellas, se aprecian
diversas tendencias que indican cuál es la
situación que se espera en los próximos años
y se pueden plantear, al menos de manera inicial, algunas
alternativas a emprender. Se ha descrito cómo la
flexibilización del trabajo con frecuencia da lugar a un
abanico más amplio de exigencias para buena parte de los
trabajadores, esto como resultado del deterioro en la calidad y
contenido de trabajo. Los intentos para incrementar la
productividad que se han seguido hasta ahora, no han considerado
la calidad de las condiciones de trabajo como un elemento
fundamental.

La problemática de los efectos casi inmediatos
sobre la salud, debido a la intensidad del trabajo y a los
riesgos del proceso, identificados a través del bajo peso
al nacer de los hijos de las obreras de la maquila, alerta al
respecto. También es claro desde ahora el aumento en las
manifestaciones patológicas del estrés y la
fatiga.

Bajo ese contexto también parece más
crítico el combate frontal a la participación
organizada de los trabajadores que se ha apreciado en el medio
laboral en general y en la maquila en particular. De no
revertirse esta tendencia habrá menos posibilidades de
transformar estas condiciones. Cuando analizamos la capacidad de
respuesta y de acción en salud de las trabajadoras de la
maquila, se hace evidente la necesidad de buscar alternativas
para consolidar formas de participación.

Como se puede ver las condiciones laborales de las
mujeres en la industria maquiladora han sido deplorables, no
obstante que constituyen un sector fundamental para la industria
que ve en ellas la oportunidad de explotar al menor costo a la
clase trabajadora. De ahí la importancia de organizarnos
para cambiar las condiciones de la mujer trabajadora, luchando
por la transformación de la sociedad, en una sociedad
socialista, en la que el sector industrial se encuentre bajo
control obrero. Es necesario entonces, defender un programa para
la mejora de las condiciones de la mujer trabajadora, expropiando
a los capitalistas y luchando por:

  • La no discriminación laboral

  • Seguridad social, salud, vivienda y derecho a
    jubilación

  • Reducción de jornada laboral a 6
    horas

  • Apoyo a mujeres en materia de acceso a la
    educación

  • Guarderías gratuitas para hijos de mujeres
    trabajadoras

  • Reconocimiento de Contratos Colectivos de Trabajo y
    derecho a sindicalización

Sin duda alguna, la transformación de nuestra
sociedad en una sociedad más justa y equitativa, exige
tomar conciencia de que solo unidos podemos combatir a la
burguesía, la que desde sus orígenes se ha valido
del poder para corresponder a sus propios intereses. A ella no le
importa las condiciones de pobreza por la que atraviesan millones
de trabajadores y, lo que es peor, su ambición por el
poder y sus deseos inquebrantables de vivir en la opulencia a
costa de los demás, los hace parecer invencibles, porque
se saben protegidos por el aparato del Estado.

Lo que han ignorado es que en el contexto de las
contradicciones, es la propia fórmula capitalista la que
los llevará a la derrota. A nosotros nos toca hacer
conciencia de que no podemos bajar la guardia ni dar paso
atrás en la lucha por los derechos de los que menos tienen
y sobre todo de las mujeres, que a fin de cuentas, son quienes
constituyen las fuerzas de producción de todas las
naciones.

 

 

Autor:

Desiree Ortiz

Monografias.com

República Bolivariana de
Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la
Educación Universitaria

Universidad Pedagógica Experimental
Libertador

Instituto Pedagógico de
Maturín

Monografias.com

Maturín, Julio del 2012

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