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Políticas Públicas y Participación Política: Una Visión desde el Sur




Enviado por Alicia Morffi García




    El Trazado de Políticas Públicas y la
    Participación Política: Visión desde el Sur
    Monografias.com

    El Trazado de Políticas
    Públicas y la Participación Política:
    Visión desde el Sur

    El tema Políticas Públicas, irrumpe
    en el mundo académico, al menos desde finales de los 60s
    hasta la actualidad, no sólo como parte de un tema
    teórico sino, con mayor fuerza, como parte de la defensa
    de una ideología del mercado que resucita, entre otras
    razones, por las señales de una nueva etapa de la crisis
    estructural del Sistema[1]

    Por ello, entre los principales postulados propuestos
    desde la generalidad de los autores de la Ciencia Política
    euroestadounidense, se encuentran argumentos que tienden a
    globalizar soluciones y alejarse de objetivos concretos de las
    Políticas Públicas, al menos de aquellas que
    inciden, con mayor fuerza, en el desarrollo de las
    mayorías de las personas para la supuesta
    igualación de los beneficios[2]

    Sin embargo, y a pesar de las similitudes en el orden
    teórico, en el debate teórico acerca del tema
    Políticas Públicas se pueden distinguir dos etapas
    cardinales: la primera, desde finales de los 60s del pasado siglo
    XX hasta inicios de los 70s y la segunda, a partir de mediados de
    los 70s hasta la actualidad. Por supuesto, los principales
    presupuestos se pueden identificar entre un número de
    autores, en especial, desde el campo académico de la
    Ciencia Política del Norte[3]

    En la primera etapa, los presupuestos
    teóricos de mayor grado de generalización se
    encuentran:

    • Políticas Públicas como el conjunto
      de acciones
      que desarrolla un gobierno para con sus
      gobernados, con el objetivo central de alcanzar el bien de
      los ciudadanos. (Podestá Arzubiaga, 1966)

    • Las Políticas Públicas son aquellas
      acciones que los gobiernos eligen hacer o no hacer.
      (T. Dye, 1972)

    • Las Políticas Públicas es el conjunto
      de acciones que se implementan desde el sector público
      hacia aquellos sectores "vulnerables" de la sociedad.
      (L. Mead, 1972)

    Hasta los años 1973-74 del pasado siglo XX las
    políticas públicas, con independencia de criterios
    aislados, se consideraban políticas que los gobiernos
    tendrían que concretar con mayor nivel de responsabilidad
    para con sus gobernados, al menos en teoría estos axiomas
    no implicaban significativas complejidades en el debate
    académico.

    Sin embargo, existe un giro en el estudio de estas
    Políticas a partir de, mediados de los 70s e inicios de
    los 80s. Dichas propuestas tienden, en lo fundamental a,
    minimizar la responsabilidad gubernamental con relación a
    las mayorías de los gobernados, desposeídos de
    medios de producción y/o servicios fundamentales que
    garanticen sus ingresos y alejar, en definitiva, los dilemas
    públicos de mayor alcance social de posibles soluciones
    que deriven de las acciones, directas o indirectas, desde sus
    respectivos gobiernos. Las principales propuestas se pueden
    sintetizar en las siguientes
    tendencias[4]

    • Tendencia globalista por definición:
      asumir el trazado de Políticas Públicas como
      aquellas que se podrían implementar, no sólo
      desde los gobiernos, sino, en lo principal, por actores no
      gubernamentales, la acción del "mercado" sería
      la mano invisible para dar solución a problemas de
      mayor demanda social. De esta tendencia derivan otras,
      como:

    • Tendencia economicista: el trazado de
      Políticas Públicas como aquellas acciones que
      generen menores costos gubernamentales y mayores beneficios
      empresariales-privados.

    • Tendencia "hacia fuera": priorizar el trazado
      de Políticas Públicas "proteccionistas" con
      relación a los intereses nacionales de las
      transnacionales de capital extranjero.

    • Tendencia a la "no-responsabilidad
      gubernamental
      ": desde el trazado hasta la
      implementación la responsabilidad estaría
      compartida entre actores diversos de ambos sectores,
      público y privado y otros ciudadanos denominados,
      autónomos y
      contribuyentes[5]

    • Tendencia a la privatización de lo
      público como método para alcanzar las tres
      "E
      "; economía, eficiencia y eficacia:
      reducción abrupta de aquellos bienes y servicios de
      carácter público, indispensables para la
      reproducción individual de cada persona, en lo
      principal, la privatización de los servicios de la
      educación; de la salud; de las pensiones y
      jubilaciones; así como reducir las ofertas de empleos
      protegidos e incrementar aquellos del denominado "sector
      informal".

    Los argumentos antedicho y otros se visualizan como
    parte de los programas para la implementación de las
    Políticas Públicas hasta la actualidad. Por ello,
    es necesario repensar, no sólo en la
    conceptualización sino en todo el proceso de las
    Políticas a partir de una inversión
    metodológica
    [6]para su
    profundización y concreción, desde dentro de cada
    país, distanciadas de fórmulas y esquemas
    teóricos, que quizás, para los países
    desarrollados sean exitosos, no así para la generalidad de
    los países del Área después de más de
    tres décadas de
    aplicación[7]

    Es por ello, entre las razones fundamentales la
    propuesta de, reanalizar qué son las Políticas
    Públicas, para qué y por qué priorizar a
    determinadas políticas de mayor demanda societal, con un
    enfoque desde el Sur y para el Sur, aún con mínimo
    análisis en la literatura especializada tradicional. De
    igual manera, reanalizar y repensar con visión Sur la
    ecuación Estado-Gobierno-Sociedad Civil, atendiendo a las
    condiciones histórico-concretas y situacionales de cada
    nación[8]

    Políticas garantes, desde dentro y con mayor
    responsabilidad gubernamental las cuales tiendan a "incluir
    personas" y beneficiar la reproducción individual,
    familiar y colectiva que, en su dinámica coadyuven al
    desarrollo humano digno y decoroso de las mayorías de las
    personas en países como los nuestros con estructuras
    económicas aún deformadas y dependientes,
    subdesarrolladas.

    En síntesis, la visión Sur se
    enfoca en, distinguir y priorizar aquellas Políticas
    Públicas
    con mayor incidencia en la vida material y
    espiritual de las personas. Tales Políticas podrán
    actuar como fortalezas para alcanzar el desarrollo humano desde
    una debilidad común, herencia del Sistema Político
    Capitalista Mundial: el subdesarrollo.

    Sería otra arista del concepto, el conjunto de
    acciones, desde los gobiernos con voluntad política y
    máxima responsabilidad ante sus gobernados, para aunar
    esfuerzos entre los diferentes actores políticos y las
    organizaciones de la sociedad civil para destinar bienes y
    servicios indispensables para el desarrollo de la vida humana. A
    este conjunto de Políticas Públicas es el que la
    autora designa como, Políticas
    Socio-humanistas.

    Tales políticas tendrán que estar
    garantizadas por un sector público sólido y un
    sector privado comprometido, no excluido empero subordinado a
    intereses de las mayorías, no sólo de la
    representatividad de las Organizaciones de las Sociedad Civil,
    sino de la totalidad de los miembros de una Sociedad. Ello
    incluye, garantías desde los presupuestos estatales con
    máxima responsabilidad gubernamental para concretar su
    efectividad[9]

    Entre esas Políticas destacan: las garantes de
    servicios de la salud; de la educación; de la asistencia
    social y de los empleos protegidos. A estos sectores
    corresponderán dinamizar, aún en condiciones del
    subdesarrollo, el desarrollo humano con políticas, no
    sólo legisladas sino legitimadas, que ofrezcan las
    oportunidades para las mayorías que hoy denominan
    "sectores vulnerables de la
    población"[10].

    De tales razones, la Nueva Ciencia Política,
    enfoque Sur, sin pretender fórmulas acabadas ni esquemas
    totalizadores y/o universales hace un llamado al análisis
    de nuestros dilemas socio-políticos nacionales, desde lo
    nacional. El tema Políticas Públicas, ahora con una
    propuesta y visión socio-humanista es dar
    prioridad, entre los factores del proceso del desarrollo al
    factor Humano, de forma sostenible, sustentable y con
    derecho a las oportunidades que tendrán que tener las
    personas humanas, con independencia de nacer en países
    subdesarrollados o, en países desarrollados en condiciones
    del subdesarrollo[11]

    Ello implica, construir Políticas
    Públicas nacionales
    , atendiendo a las peculiaridades
    de cada país, desde dentro y hacia dentro, con
    máxima responsabilidad de los gobernantes para con los
    gobernados. Podrán intervenir otros actores del sector
    privado y de las organizaciones sociales y no gubernamentales,
    empero la voluntad política de los gobiernos y sus
    representantes serán los que puedan impulsar dichas
    políticas, legisladas y controladas hasta su
    implementación efectiva, es decir legitimadas por las
    mayorías de los miembros de una determinada Sociedad
    Civil.

    En este proceso y en el curso de acciones para el
    trazado de las Políticas Públicas
    socio-humanistas
    tendrá una fortaleza indudable la
    participación ciudadana, no sólo en su
    diseño y en la legalidad de su proceso, sino, en especial,
    para su legitimación desde cada uno de los miembros de las
    sociedades civiles. Podrán existir otras vías, sin
    embargo, la participación ciudadana como
    participación política en la construcción de
    Políticas Públicas humanistas merece un
    análisis de mayor profundidad si se quiere alcanzar un
    Mundo de mayor inclusividad y desarrollo de la
    condición humana
    .

    __ La Participación Ciudadana y la
    Política en la construcción de las Políticas
    Públicas Socio-humanistas. ¿Diferentes o
    Complementarias?

    La literatura especializada en estos temas presenta una
    infinidad de aproximaciones conceptuales acerca de la
    Participación Ciudadana y la Política, sus
    diferencias y similitudes[12]Sin embargo no es
    propósito valorar cada una de ellas ni proponer otras
    diferentes sino asumir que, la acción de participar,
    con conocimiento del proceso, en el proceso de toma de decisiones
    políticas, a través de una diversidad de
    métodos y procedimientos, es un paso insoslayable y
    necesario para el trazado de Políticas Públicas, al
    menos para aquellas con carácter
    socio-humanista
    .

    La diversidad de esquemas
    teóricos-metodológicos que llegan, como propuestas
    para el trazado de Políticas Públicas, estilo
    Ciencia Política del Norte presenta mínima
    referencia al rol e importancia de la participación
    ciudadana en la vida política y en el hacer de
    Políticas. Por el contrario, abundan las referencias a la
    representatividad de las diversas Organizaciones Sociales de la
    Sociedad Civil, con reducido análisis a la
    participación directa individual y a través de los
    diferentes colectivos de las
    personas[13]

    Por ello la presente propuesta parte de, la necesidad
    insoslayable de una participación mayoritaria, con
    conocimiento de las mayorías de las personas,
    supuestamente destinatarias de tales Políticas
    Públicas las cuales se distinguen como
    socio-humanistas. Tal propuesta, aún en los marcos
    teóricos, exhorta a repensar las prioridades para
    incluir a las personas en el proceso del desarrollo,
    entendiéndose este proceso como un desarrollo humano
    sostenible y sustentable que tendrá que pasar por una
    efectiva participación política para señalar
    alternativas de Políticas desde el diseño hasta la
    implementación con el control y evaluación eficaz
    de tales estrategias[14]

    Sin embargo, no es ajena la estructura económica
    dependiente de nuestros países del Sur en este
    análisis, signado, en su generalidad, por la huella del
    subdesarrollo y de Relaciones Políticas Internacionales,
    centristas y hostiles. No obstante, la alternativa parte, en
    última instancia, de la imperiosa necesidad de la
    inclusión de las mayorías de las personas en su
    condición de ciudadanos, como actores políticos
    para la búsqueda de opciones, aunque lo social no
    podrá excluir criterios individuales, por el contrario,
    tendrá que ser expresión de las individualidades
    desde cada localidad a nivel nacional y
    viceversa[15]

    Por otra parte, asumo que la, Participación
    Política tendrá que ser analizada en las sociedades
    en concreto y en momentos históricos
    concretos[16]Por supuesto, al distanciarnos de las
    propuestas tradicionales de cientistas políticos del Norte
    nos distanciamos, asimismo en defender fórmulas
    universalistas, cada nación, gobierno y miembros de las
    sociedades civiles tendrá que tener presente sus
    peculiaridades para diseñar las estrategias y
    tácticas de mayor factibilidad y alcanzar una amplia
    participación.

    No obstante, el estudio de la historia del desarrollo de
    la sociedad humana brinda ciertas enseñanzas que
    podrían coadyuvar en la profundización de,
    cómo alcanzar una mayor participación ciudadana y
    política de mayor inclusión social para el trazado
    de las Políticas Públicas socio-humanistas. Entre
    esos preceptos se pudieran referir[17]

    • Necesidad de profundizar, como reto para alcanzar el
      desarrollo, en un proceso de enseñanzaaprendizaje
      creativo, basado en la consolidación de valores
      humanos, donde se respeten criterios individuales y se
      fortalezcan los sociales como aspiraciones de cada comunidad,
      desde lo local a lo nacional.

    • La participación ciudadana-política
      tendrá que desbordar los procesos electorales. No
      podrá ser coyuntural sino característica
      inherente del sistema político para alcanzar su
      legitimidad.

    • Tendrá que ser resultado de comportamientos
      individuales conscientes los cuales logren alcanzar
      consensos, no sólo en los planteos de los problemas
      sino en las propuestas de soluciones. Concordar lo
      discordante
      -al decir de Roa-lo cual no implica eliminar
      contradicciones sino por el contrario que ellas sirvan para
      impulsar soluciones.

    • La denominada consulta participativa
      tendrá que ser, flexible, continua y
      sistemática. Ello dependerá, en última
      instancia, de la participación micro societal, a
      niveles de barrio o localidad, de cada vencidad. Las metas
      microsocietales tendrán que impulsar lo macrosocietal
      traducido en diseños de políticas
      públicas no sólo legisladas sino legitimadas a
      través de esta participación.

    • En última instancia, la voluntad
      política de los gobernantes propiciará,
      según peculiaridades nacionales, el ascenso consciente
      de la participación ciudadana como
      participación política e impulsará una
      participación de mayor inclusión social que
      garantice alternativas viables y factibles para el trazado de
      Políticas Públicas socio-humanistas.

    Sin ánimos de conclusiones, la presente propuesta
    plantea:

    A) Para trazar Políticas públicas, al
    menos aquellas que designan Socio-humanistas,
    depende, en
    última instancia, de la voluntad política de los
    gobiernos para impulsar métodos de mayor nivel de
    inclusión ciudadana.

    B) De la participación política ciudadana
    eficaz de la totalidad de los miembros de la Sociedad Civil que
    se encuentren en condiciones, según edad y, sin
    ningún otro criterio discriminatorio, de sexo, etnia o
    razas para ejercerla como derecho.

    C) De la educación y cultura alcanzada por cada
    sociedad, no sólo en sí sino para sí, que
    implica conocimientos de sus principales dilemas
    socio-políticos-económicos y por ende pensar en sus
    alternativas y posibles soluciones, desde lo micro a lo macro.
    Desde el Sur político que requiere salidas
    autóctonas a problemas autóctonos.

    Bibliografía Consultada.

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    Autor:

    Alicia Morffi García.

    [1] El concepto Políticas
    Públicas se disemina por un conjunto de autores
    occidentales que alcanzan cierto consenso en definirla como
    aquellas políticas que, “por naturaleza es
    función de los estados y los gobiernos al hacerse cargo
    de la igualación ciudadana y sus beneficios, de dicha
    condición derivan las buenas democracias y los virtuosos
    gobiernos” traducido al español en el libro,
    Enfoques de Políticas Públicas, Barcelona,
    España, 1969, Págs.13-15, sin entrar en su
    verificación, al menos en teoría esta
    explicación del concepto Políticas
    Públicas alcanza cierto consenso a partir del desarrollo
    de los sectores público y privado en la gestación
    de los estados modernos. Sin embargo, desde finales de los 60s,
    los principales resultados propuestos, en especial, los
    “del proceso y las etapas en el proceso”, tienen la
    tendencia a priorizar, criterios de costes/beneficios. Con
    relación a ello existen tantas propuestas como autores,
    no obstante se visualizan aspectos teóricos similares
    que se mantienen hasta la actualidad. Ello significó un
    giro en el estudio de las políticas públicas si
    lo comparamos con las primeras consideraciones en la
    génesis del término. De igual manera, desde
    finales de los 60s se comienzan a visualizar las señales
    de una nueva etapa de la Crisis Estructural del Sistema
    Capitalista Mundial y, aunque no estalla hasta los años
    1973-74 con la Crisis Energética convertida en poco
    tiempo en Crisis General, desde esos años hay una
    preparación de los países del Norte para
    enfrentar la nueva etapa lo cual influye y condiciona, en
    última instancia el diseño de las
    políticas públicas. En especial, las imposiciones
    desde los Estados Unidos de Norteamérica relacionado con
    la “política” hacia la mayoría de los
    países de la Región inciden en la abrupta
    reducción de los gastos públicos y sociales como
    requerimientos condicionantes para los acuerdos
    económicos-comerciales y políticos, todo ello
    tiende a la minimización del sector público y las
    políticas públicas. (Véase Documento de H.
    Kissinger, “Seguridad Nacional, perspectivas
    latinoamericanas”, 1969 así como “El Informe
    sobre América” presentado por D. Rockefeller en
    ese mismo año, ambos se pueden leer en el libro de J. D
    Cockroft, págs. 92-99 referenciado en la
    bibliografía de este trabajo)

    [2] La discusión teórica del
    Tema Políticas Públicas a partir de los
    postulados teóricos que proponen autores estadounidense,
    europeos y otros desde la Ciencia Política tradicional
    no estaría en validar dichas propuestas, sino, en su
    validación efectiva para contextos diferentes. La
    generalidad de esquemas para diseñar tales
    Políticas más que estudios desde dentro de cada
    país, tienden a defender las fantasías que se
    podrían alcanzar y se caracterizan en lo fundamental,
    por los vacíos contextuales de tales
    fórmulas.

    [3] Ciencia Política del Norte,
    occidental y/o tradicional es la forma de designar, para su
    distinción y distanciamiento, a los estudios e
    investigaciones realizadas en este campo académico por
    autores del primer mundo y/o mundo desarrollado con
    relación al tema Políticas Públicas, en
    especial autores europeos y estadounidense por su amplia
    diseminación en la literatura especializada.
    También otros, en línea con estas definiciones,
    desde países de América Latina que los asumen,
    minimizando o anulando la significación de las
    peculiaridades nacionales con diferentes niveles de desarrollo.
    Entre los autores con mayor nivel de diseminación de
    teoremas acerca de qué entender por Políticas
    Públicas, desde el Norte, en específico desde los
    Estados Unidos de Norteamérica se pueden citar, por
    ejemplo, Charles Merriam (1951); Harold Laswell, (1951-70);
    Yakehezel Dror, (1972-84); Lindblom, (1979-86); Nelson,
    (2001-2005), entre otros que, al menos en la literatura
    especializada, alcanzaron difundir sus consideraciones y
    encontraron seguidores de sus esquemas teóricos
    metodológicos. En América Latina, seguidores de
    estos estudios y en línea con estas fórmulas se
    pueden citar, entre otros, a: Aguilar Villanueva, (1992-96);
    Facio Lima, (2001-02); Federico Barragán, (2003-05);
    Uvalle Berrones, (2004); Pirez, (2004); Lahera, (2006). No
    obstante, es preciso subrayar que no es objeto de este trabajo
    analizar planteos teóricos que proceden de estos autores
    sólo se realiza una síntesis de postulados
    principales que sirven de punto de referencia como estudios
    precedentes, y distinguir el enfoque, desde el Sur y para el
    Sur del tema Políticas Públicas propuesto por la
    autora.

    [4] Existen documentos desclasificados donde
    se pueden develar que tales tendencias, aunque no son las
    únicas para trazar Políticas Públicas
    eficientistas, llegan desde las propuestas estadounidenses,
    como alternativas hacia la mayoría de los Países
    de la Región para entrar a la Modernidad los cuales se
    desarrollan desde finales de los 60s y se comienzan a aplicar a
    finales de los 70s e inicios de los 80s, con mayor agresividad
    en los 90s y hasta la actualidad. Desde el denominado Consenso
    de Washington y sus plataformas (1977-2007), hasta las
    investigaciones generadas por instituciones estadounidenses,
    como por ejemplo Internacional Transparency, Freedom House, la
    Universidad de Chicago, y la Fundación Kaplan, entre
    otras, que imponían la drástica reducción
    de gastos públicos, del volumen del sector
    público y por ende el reajuste de las Políticas
    Públicas, como fórmulas priorizadas para entrar
    en la Era de la Globalización. este estudio
    histórico se puede ampliar en D. J. Cockroft,
    “Historia y política de los Estados Unidos hacia
    América Latina, país a país”, Ed.
    Uniones, Bogotá, Colombia, 2006.

    [5] Esta terminología,
    “ciudadanos autónomos y contribuyentes”
    tiende a generalizarse entre autores de diferentes campos
    académicos de América Latina en línea con
    fórmulas hacia la modernidad, estilo Norte, entre ellos
    destacan, Aguilar Villanueva, Pedro Pírez, Eugenio
    Lahera, con mínima claridad, al menos teórica de,
    quiénes serían esos ciudadanos capaces de trazar
    e implementar tales políticas independientes de los
    gobiernos y estados.

    [6] En línea con Thalía M. Fung
    Riverón autora fundacional y pionera en la alternativa
    de construir una Nueva Ciencia Política, enfoque Sur,
    los estudios en este campo académico requieren una
    inversión metodológica en las investigaciones, lo
    cual no sólo nos distancie de esquemas y axiomas estilo
    Norte, sino que nos acerque a nuestras realidades nacionales.
    Es el planteo de llegar a las “esencias”, develar
    las relaciones causales a los problemas socio-políticos
    que tienen nuestros países del Sur, no sólo para
    comprender al mundo sino para transformarlo, enseñanza
    que nos legó Marx y explicitó en su 11na tesis a
    Feurbach. Por ello, las investigaciones en el campo
    académico de la Ciencia Política tendrán
    que tener como punto de partida los referentes nacionales,
    desde dentro de cada país, en nuestro caso, desde el
    Sur, para el Sur y del Sur.

    [7] No es objeto de este trabajo valorar el
    triunfo o no de estos esquemas y modelos en el trazado de
    políticas públicas “eficientistas” en
    países del denominado primer mundo o mundo desarrollado.
    El presente trabajo tiene como punto de partida el deterioro
    del sector público y la reducción de
    políticas públicas con mayor demanda societal en
    la gran mayoría de los países de América
    Latina las cuales han tenido como base teórica estas
    fórmulas “importadas” desde la Ciencia
    Política estilo Norte. Por supuesto se exceptúan
    países como Bolivia, Ecuador, Venezuela, Argentina,
    entre los países que mayor dinamismo presentan, en los
    últimos diez años, en políticas
    públicas de mayor alcance societal, las cuales llegan a
    beneficiar a sectores de la población con menores
    niveles de ingreso. (Fuente CEPAL, Informe Regional, 2011)

    [8] En el caso de la conceptualización
    de Sociedad Civil se comparte argumentos de Thalía Fung
    cuando explica que, (…) sería un error reducir
    este concepto a “esquemas organizativos, la
    dinámica tan cambiante de la sociedad civil obliga a
    repensarla histórica y situacionalmente”(Fung,
    1997, p.32) es por ello, entre otros que, las fórmulas
    universalistas no serían las mejores alternativas para
    pensar la sociedad civil, no obstante comparto, asimismo que en
    el análisis de la sociedad civil se tendrá que
    distinguir su “movilidad cualitativamente superior al
    quietismo estatal”(Fung, 2009, p.86)

    [9] Por razones de espacio en el presente
    trabajo no se podrá explicar la propuesta de la
    utilización eficaz de los presupuestos fiscales,
    aún en países como los nuestros con una
    economía deformada y subestructurada. No obstante, desde
    cada poder gubernamental, si existe la voluntad política
    de gobernar con sentido público para mayores beneficios
    de los gobernados se pudieran estructurar diversas
    alternativas, donde la participación ciudadana y
    política sería un hecho insoslayable. Este tema
    lo retomaremos más adelante.

    [10] Aún hoy, en los diferentes
    Informes Mundiales de la CEPAL y el PNUD designan con esta
    denominación a los “excluidos” del proceso
    de desarrollo impuesto por la transnacionalización del
    capital y del poder político en la época de la
    denominada Globalización Neoliberal. Lo que no se
    esclarece del todo en estos Informes es que, dichos sectores
    son hoy mayorías de personas, quizás no incluidas
    ni en el concepto de sociedad civil, al menos para la
    generalidad de los países latinoamericanos (Informe
    Mundial, PNUD, Bogotá, Colombia, 2011)

    [11] Nacer en países designados como
    “Desarrollados” no excluye que existan personas que
    viven en condiciones, no sólo de subdesarrollo sino en
    condiciones infrahumanas lo cual implica a personas
    individuales y familias sin accesos a bienes y servicios
    indispensables para la reproducción de la vida humana,
    personas sin acceso a agua potable, a viviendas higienizadas, a
    ser alfabetizadas, entre otros, lo cual se puede confirmar
    según datos que ofrecen los Informes Mundiales del PNUD,
    la UNICEF, la FAO, registrados en nuestra
    bibliografía.

    [12] Se podrían citar una serie de
    autores y títulos que definen tanto la
    Participación Política como la Ciudadana, sin
    embargo, no es objetivo referenciar dichas conceptualizaciones,
    sino distinguir, que, para el trazado de Políticas
    Públicas Socio-humanista, entre los factores
    indispensables, el factor de la participación ciudadana
    como participación política efectiva es decisivo.
    Ello implica, además que estos ciudadanos comporten como
    actores políticos.

    [13] Conceptos como representación y
    representatividad se leen con mayor frecuencia en la literatura
    occidental no así la de participación
    política directa de los individuos que conforman la
    totalidad de una Sociedad. Es conocido que existen
    Constituciones en determinados países de la
    Región que no amparan, desde este documento magno de la
    legalidad de un país, a todos los nacionales como
    ciudadanos, empero este sería otro tema a analizar. A
    los efectos de este trabajo se considera que todos los
    nacionales tendrán que tener la condición de
    ciudadanos, con derechos y deberes para con su país y
    por ello el derecho a participar de forma activa en la toma de
    decisiones políticas, así como el deber de estar
    comprometido con ello. Por ello, nos distanciamos de la
    definición de representatividad estilo occidental la
    cual excluye la participación de las
    mayorías.

    [14] Las Estrategias y Tácticas
    constituyen herramientas de la Nueva Ciencia Política
    enfoque Sur, para trazar las alternativas, no sólo en el
    plano de la teoría sino en la praxis, en la
    búsqueda de salidas hacia el desarrollo como proceso
    inclusivo, sostenible y sustentable atendiendo a nuestros
    referentes reales nacionales.

    [15] Es consideración de la autora
    que, lo individual, lo local y lo nacional a nivel de
    país tendrá que conjugarse y conformarse como
    juicios de valor de las mayorías que coadyuven a la
    solución de problemáticas diversas. Otra de las
    herramientas teóricas que nos brinda la Nueva Ciencia
    Política con enfoque Sur, al decir de Thalía
    Fung, “…la política se ocupa de las
    relaciones de poder ejercidas por el gobierno y el estado y el
    curso efectivo de dichas acciones en los sujetos a los que se
    les impone. Son relaciones comportamentales, luego subjetivas;
    pero no son unidireccionales, implican interacción
    constante entre sujetos colectivos y también
    singulares…”, (Fung, 1997, p.8). De
    explicación tal derivo que la interacción entre
    gobernantes, gobernados, desde cada individuo tendrá que
    ser un requisito indispensable para alcanzar una
    Participación Política eficaz, ciudadana y de
    mayor carácter social.

    [16] Asumo, al igual que otras
    dinámicas sociales, que la participación
    política tendrá que repensarse en cada
    país a partir de sus peculiaridades. Un país con
    varias etnias y costumbres diferentes unas de otras no
    será factible proponer formas homogéneas de
    participación en el proceso de toma de decisiones
    políticas. Por ejemplo, en la República
    Bolivariana de Venezuela se respetan las formas que
    tradicionalmente mantienen las comunidades aborígenes
    para realizar su participación en la vida
    política del país lo cual, constituye, en mi
    consideración, un digno ejemplo de la diversidad para la
    unidad y la consolidación de las vías de
    desarrollo en ese país.

    [17] Fuentes bibliográficas diversas
    repasadas para el presente trabajo brindan enseñanzas
    aplicables en el análisis de la participación
    política y su ascenso cada vez más social. Entre
    ellos; Raúl Roa, 2001; Fung, 1997; Meza Aguilar, 2005;
    Lenin, 1921; Castro Ruz Fidel, 1999.

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