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Proceso de la retroalimentación en el voleibol



  1. Base
    fisiológica y de formación del hábito
    motor
  2. Retroalimentación en el proceso de la
    preparación deportiva
  3. Metodología
    para el control del rendimiento
  4. Bibliografía

En el estudio de la retroalimentación un
requisito de obligada referencia se precisa en el fundamento
fisiológico de la formación de los hábitos
motores y en su derivación, la activación de los
enlaces temporales y sistema nervioso central, que interviene en
las tres fases (generalización, concentración y
estabilización) en que transcurre este proceso.

El hábito motor es consecuencia de la
reiteración de los movimientos específicos
reglamentados y se efectúa en respuesta a la influencia
ejercida por los diferentes irritadores que actúan desde
el exterior; generando a la vez fuentes de excitación
dentro del propio organismo del deportista.

En la evolución deportiva de los voleibolistas se
forman diferentes actos motores, los cuales luego de un proceso
pedagógico de transformación continua en la que
intervienen los principios, métodos de entrenamientos y de
detección para la corrección de errores, se
desarrollan hasta llegar a tener un alto nivel de
coordinación.

A estos actos motores que se realizan para el
cumplimiento de las diferentes tareas en el voleibol se le
denominan hábitos motores, los cuales son sometidos a
constantes correcciones. Como regla son actos motores voluntarios
de carácter activo.

Con un enfoque fisiológico al referirse a la
concepción del hábito motor Zaldivar, B. (1995: 35
y 36) puntualizó…"Es aceptado denominar
hábito motor a la parte estructural del movimiento, a su
técnica, o de otra forma, al dibujo, a la
coordinación del trabajo y su correspondencia con la
actividad de las funciones vegetativas, es decir, respiratorias,
y de intercambio energético".

Para evaluar la calidad de un hábito motor se
requiere de la interpretación del nivel de capacidad y
simultaneidad en que se registra la intensidad del esfuerzo
físico del voleibolista, durante la coordinación de
las acciones motrices ejecutadas para el rendimiento
competitivo.

En la ejecución de las acciones
específicas del voleibol juega un papel fundamental la
actividad del sistema nervioso central, la cual garantiza la
coordinación del trabajo de grandes planos musculares que
rigen los gestos deportivos.

El efecto de los ejercicios solo es posible percibirlo
luego de un sistemático proceso de repeticiones, que
permiten como resultado la asimilación de nuevos actos
motores y el perfeccionamiento de los movimientos adquiridos por
parte de los voleibolistas.

Bajo la influencia del proceso de la preparación
deportiva es posible ejecutar un conjunto de ejercicios cada vez
con un mayor nivel de complejidad, donde se evidencia la calidad
en su precisión, coordinación y
creación.

Palabras clave:
retroalimentación.

Base
fisiológica y de formación del hábito
motor

Al nacer el hombre cuenta con un número muy
limitados de movimientos de poca complejidad. Sin embargo la gran
plasticidad del sistema nervioso central garantiza una gran
capacidad para el aprendizaje de nuevas formas de movimientos,
condicionados por las variaciones que se presentan en el medio
donde se desarrolla el organismo. Esta capacidad de aprendizaje
no es la misma para cada sujeto y puede variar en un mismo
deportista de acuerdo a la actividad que éste
desarrolla.

La base de los diferentes actos motores del hombre se
encuentra en los movimientos innatos y adquiridos como resultado
del aprendizaje especializado en el transcurso de la
vida.

En relación con los mecanismos de
coordinación de los movimientos Zaldivar, B.
(1995:64) afirmó.

…" En el perfeccionamiento de la
coordinación de los movimientos, la importancia
fundamental corresponde a la formación de conexiones
temporales y reflejos condicionados. Los mecanismos de
coordinación de los movimientos, ante compleja forma de
adaptación cuando resulta indispensable reaccionar
adecuadamente frente a situaciones que aparecen por primera vez,
aún no han sido estudiadas adecuadamente
".

Actualmente solo es posible establecer interpretaciones
aproximadas, sobre la naturaleza y características
fisiológicas de los procesos nerviosos que intervienen y
definen el desarrollo de la coordinación de los actos
motores complejos, la que estará sujeta a la
ininterrumpida dirección del sistema nervioso
central.

Sobre este aspecto Zaldivar, B. (1995: 64)
refirió…"La dirección del movimiento, la
regulación de la actividad de los órganos internos
y el intercambio de energías, son elementos o aspectos de
una compleja unidad de coordinación de funciones que
asegura la actividad muscular".

No obstante, las insuficiencias e irracionalidad en el
quehacer metodológico sobre el control y regulación
de la automatización, durante el proceso del entrenamiento
de los movimientos a partir de experiencias motoras anteriores,
puede ser un obstáculo para la creación de nuevas
acciones con estructuras análogas, siendo una fuente
negativa para la transferencia de hábitos.

La base fisiológica de la formación de los
hábitos motores constituye la formación de los
enlaces temporales mediante la actividad reflejo-condicionada.
Estas formas de enlaces garantizan la creación de nuevos
movimientos y nuevas combinaciones, sobre la base de las acciones
motrices adquiridas anteriormente.

Por consiguiente en la formación de los
hábitos motores, los enlaces temporales tienen un
componente aferente o sensorial y un componente eferente o
motor.

Durante la formación de los hábitos
motores tienen un gran significado los enlaces temporales de
orden superior que se establecen durante la influencia no solo
del primer sistema de señales, sino a través del
segundo sistema de señales. Así para la
enseñanza de un movimiento no solo se utiliza la
demostración del mismo, además la
explicación de su ejecución; lo que
posibilitará el fortalecimiento de dichos enlaces y la
creación de dicho hábito. En este contexto se
inserta la retroalimentación como elemento
metodológico determinante.

El hábito motor representa un conjunto de
acciones motoras compuesta de varios elementos o fases
relacionadas en un acto motor único. En los deportes
acíclicos la consecutividad de las fases de movimientos es
variable mientras que en los deportes cíclicos las mismas
mantiene una repetición regular en cada ciclo del
movimiento.

En el proceso de formación de los hábitos
motores las fases independientes de movimientos pudieran
representar diferentes componentes del acto motor constituyendo
un grupo de reacciones en cadenas que se manifiestan en forma de
determinado estereotipo dinámico.

El estereotipo dinámico motor es
característico para aquellos movimientos en los cuales la
consecutividad de las fases del movimiento mantiene un orden
invariable (deportes cíclicos).

En otros tipos de deportes en los cuales está
presente la modificación externa del movimiento en
relación con las nuevas situaciones existentes, como por
ejemplo en los juegos deportivos, el estereotipo dinámico
como forma estable del movimiento no se forma.

En consideración a lo anteriormente expresado
Zaldivar, B. (1995: 21), consideró que…" La
preparación táctica tiene como base
fisiológica el perfeccionamiento de los procesos de la
actividad nerviosa superior, la que propicia que pueden ser
resueltas con gran dinamismo, efectividad y exactitud los
innumerables problemas motores que surgen en la actividad
deportiva; una óptima preparación táctica
asegura la mejor utilización de la preparación
técnica y de la preparación
física".

Fases de la formación de los hábitos
motores

La actividad motora del hombre se caracteriza por su
gran variabilidad. Una gran parte de los nuevos actos motores
adquiridos gracias a la plasticidad del sistema nervioso central
tienen lugar por la vía de extrapolación. En la
formación del hábito motor se diferencian algunas
características que pueden ser agrupadas en tres
fases.

El tiempo que se dedica a la enseñanza del
movimiento y al paso de una a otra fase depende en gran medida de
la maestría del pedagogo deportivo, de las
particularidades individuales del atleta, la experiencia motora,
la edad y el deseo o motivación que presente el mismo. Se
distinguen en la formación de dicho hábito las
fases de generalización, concentración y
estabilización.

En la primera fase es característica la
irradiación de los procesos de excitación, lo cual
condiciona la generalización de la reacción de
respuestas y la utilización de planos musculares
innecesarios que provocan descoordinación del movimiento.
El sujeto durante esta fase no diferencia sustancialmente las
particularidades de los diferentes elementos del movimiento y
solo tiene sobre él una representación general del
mismo.

En la segunda fase se observa un predominio de la
concentración de los procesos nerviosos. Por consiguiente
se mejora la coordinación y se utilizan más
racionalmente los planos musculares necesarios para garantizar el
movimiento.

En la misma se perfecciona el análisis de la
información que llega para los diferentes sistemas
sensoriales y en especial por los propios receptores del aparato
motor, además los diferentes elementos del movimiento
exigen una gran atención por parte del ejecutor. El
proceso de concentración de la excitación se
garantiza por la activación de los procesos de
inhibición condicionada, en particular la
inhibición diferenciada.

En la fase de estabilización se produce la
automatización del movimiento y la completa
coordinación del mismo. La atención en esta fase
puede estar dirigida a la solución de otros elementos de
mayor complejidad. Una importante característica de esta
tercera fase es la economía del esfuerzo, este hecho se
explica por la aparición de una mayor coordinación
de los movimientos.

En esta óptica Zaldivar, B. (1995: 38)
expresó…"Es importante tener en cuenta,
además, que en la medida que el movimiento alcance un
mayor nivel de profundización más difícil
será introducir correcciones o modificaciones en su
realización durante el desarrollo de futuras acciones
motoras, cuando se presente la necesidad de modificar la
estructura técnica de la acción
motora".

Retroalimentación en el proceso de la
preparación deportiva

Argumentos acerca de la evolución
histórica de la retroalimentación fueron imposibles
de registro. Sobre este aspecto interioricé que el origen
de este proceso se remonta a los primeros estadios de la
antigüedad, cuando el hombre primitivo de forma intuitiva
mediante la imitación del proceder de sus semejantes,
lograban la adquisición de los conocimientos.

Este acontecimiento promovió el convencimiento
para considerar que la forma visual fue la primera
manifestación de retroalimentación, con incidencia
en el desarrollo cognoscitivo de la humanidad.

Luego en el curso de la transformación
experimentada por el hombre surge el segundo sistema de
señales; mediante la articulación de la palabra se
alcanza un nivel superior de comunicación, apareciendo la
forma verbal y con el perfeccionamiento de la ciencia
pedagógica se integra al proceso, el modo
cinestésico y las respectivas combinaciones.

La retroalimentación es un elemento determinante
en la relación pedagógica de la actividad
deportiva, siendo definida como…"Condición sine quan
para cambios de comportamiento a largo plazo-es decir, el
aprender en si-son las retroalimentaciones (retroinformaciones,
feedback), con cuya ayuda se pueden valorar tanto el efecto como
el éxito del comportamiento".
Grosser. M y Neumaier,
A (1986:86).

Piéron, M (1988:125), con el término
retroacción, la definió como…"la
información proporcionada al aprendiz con el fin de
ayudarle a repetir los comportamientos adecuados, eliminar los
comportamientos incorrectos y alcanzar los resultados
pretendidos".

Se advierte la prescripción hacia lo individual
orientada al comportamiento motor. Probablemente este modo
interpretativo de la retroalimentación o feedback en la
teoría del aprendizaje tradicional, es el punto de
referencia para la rectificación de errores y el proceder
para las ejecuciones correctas, que tradicionalmente se aplican
en el voleibol.

El feedback significa literalmente retro –
alimentación, la respuesta que recibe el deportista sobre
sus actuaciones en la que se establece un determinado nivel de
comunicación entre el pedagogo y los voleibolistas en el
ámbito de la actividad deportiva.

Abarca las consecuencias de las actuaciones
comunicativas. El proceso de comunicación quedaría
incompleto si no se produce una respuesta del receptor que
indique que éste ha comprendido el mensaje.

Se debe considerar que en el proceso de la
comunicación se va produciendo una reducción o
distorsión del mensaje a partir de lo que se quiere decir,
lo que se dice, lo que se oye, lo que se escucha, lo que se
comprende, lo que se retiene y lo que se reproduce.

El feedback sería por tanto el efecto de retorno
o respuesta del mensaje, en el cual se contemplan las
consecuencias de las manifestaciones comunicativas. El proceso de
comunicación quedaría incompleto al no producirse
una respuesta del receptor que indique que el deportista ha
comprendido el mensaje.

Durante la aplicación del feedback las funciones
del emisor y receptor se intercambian alternativamente, el emisor
se convierte en receptor y este en emisor.

Desde esta perspectiva el feedback como circuito de
regulación, es una comunicación que se establece
durante la preparación deportiva del equipo, donde se
facilita la información sobre cómo son percibidos y
entendidos sus modos de comportamientos. Se obtiene
información sobre el efecto que causa el mensaje emitido y
ello permite corregir de nuevo el rumbo de su
actuación.

En las relaciones interpersonales o en el modo de
interaccionar durante el proceso de entrenamiento del voleibol,
en reiteradas ocasiones las informaciones trasmitidas
están distantes, alejadas del objetivo propuesto. El
feedback sería una forma de ayudar a plantear la
posibilidad de cambios en la conducta motriz que nos acerque al
objetivo.

La retroalimentación por tanto, para el voleibol,
es un objetivo central de la dinámica de grupo.

Un colectivo de voleibolistas en desarrollo, que
comparten un objetivo común, el propósito de
aprendizaje pueda ser alcanzado, es requisito necesario la
cohesión del grupo, siendo imprescindible la existencia de
patrones de comunicación maduros y un proceder
metodológico para la aplicación del feedback, que
de forma satisfactoria responda a las exigencias de
significación táctica demandada por las situaciones
simplificadas del juego.

En esta perspectiva de actuación
pedagógica, para que exista un proceso de
comunicación circular, donde contemple como fuente de
origen a los sujetos protagonistas, se hace necesario la
actuación autónoma de los voleibolistas, lo cual
favorece el desarrollo del proceso de aprendizaje.

En este contexto un papel significativo le corresponde a
las irritaciones relacionadas con la palabra, sobre la cual
Zaldivar, B. (1995: 63) se pronunció…"Dentro
del grupo de agentes estimuladores encargados de desencadenar la
acción motora, un importante lugar corresponde a las
irritaciones relacionadas con la palabra. El efecto
desencadenador puede estar generado por una instrucción u
orden oral directa, emitida por otra persona; pero también
puede ser el resultado de otros factores internos o
externos".

El proceso de las irritaciones relacionadas con la
palabra, tienen como finalidad detectar y determinar a
través de la toma de decisión las correcciones de
los procesos nerviosos y de toda la actividad del organismo de
los voleibolistas, adecuándolas a las posibilidades de un
resultado de éxito esperado por el equipo de
voleibol.

En un grupo deportivo, para que sus relaciones y
rendimientos competitivos progresen, es necesario que exista
feedback, ya que permitirá apoyar y estimular los
comportamientos positivos de los miembros del grupo y
también corregir comportamientos motores que no favorezcan
ni al deportista ni al grupo.

Al interpretar el proceso de la retroalimentación
para la rectificación de errores Zaldivar, B. (1995: 64),
fundamentó…"Los mecanismos encargados de la
corrección de los movimientos y las reacciones de
adaptación que aparecen en el organismo para asegurar su
realización, deben de enmarcarse en la cibernética
de la retroalimentación".

Las correcciones sensoriales pueden ser internas y
externas. Las internas informan sobre el trabajo de
carácter muscular, y otros sistemas del organismo; las
externas aportan la información de la actividad en el
medio externo.

La retroalimentación interna durante la
ejecución de la actividad física nace en los
sistemas sensoriales propioceptivo, vestibular e interoceptivo,
mientras que las correcciones externas tienen su origen en los
sistemas sensoriales, visual, auditivo y
táctil.

Un gran significado para el perfeccionamiento de las
habilidades deportivas radica en la información indirecta,
que llega del pedagogo o algún otro sujeto que observe el
movimiento, lo que permite realizar observaciones más
profundas a partir de la utilización de medios especiales.
Esta información indirecta es más útil
cuando llega al atleta con urgencia, es decir, durante la
realización del movimiento o inmediatamente después
del mismo.

Sobre el método de rectificación en las
acciones de juego, Mahlo. F (1974:25)
describió…"Pensamos que el mejor método para
deducir los diversos componentes de las acciones de juegos
consiste en descubrir el origen de los errores".

Las diversas combinaciones de las acciones
tácticas como nivel superior de los sistemas
práctico de ejecuciones, precisan de control
pedagógico para solucionar los problemas detectados en las
situaciones de juego. En ella se puntualizan los errores que en
estas condiciones, afectan el rendimiento competitivo del
equipo.

Al puntualizar sobre la actuación
pedagógica en el proceso de rectificación Barrios.
J y Ranzola, A (1998:77), precisaron…"El entrenador tiene
que dominar la metodología de la enseñanza y la
especificidad de cada técnica para actuar consecuentemente
en la detección y corrección de
errores".

En esta precisión se puede deducir que con
independencia del nivel de los discípulos, el pedagogo
determina el error a partir del patrón técnico de
los deportistas elite.

Además, en gran medida los errores que se
manifiestan pueden estar inducidos por el alto nivel de exigencia
implícita en las tareas orientada a los jugadores, al
desconocerse en ellos sus verdaderas
potencialidades…"Antes de efectuar la
corrección es necesario tener claro cuales son las causas
y el grado de estabilización de los errores, ya que de
ellos dependen las medidas de carácter
metodológico–pedagógico". Harre, D
(1983:278)

La preparación táctica de los equipos de
voleibol impone determinar el fundamento del error reiterado, a
partir del resultado final de cada situación de juego; lo
cual es garantía para la adopción de medidas
efectivas.

Sobre la base de las insuficiencias detectadas en la
estructura del movimiento, Barrio, J y Ranzola, A. (1988)
agruparon a los errores en típicos (comunes), principales
e importantes y automatizados; en una visión cerrada a la
consecución de un patrón técnico
ideal.

Sería mejor concebir la agrupación de los
errores en dos dimensiones, los casuales que están
presente durante el desarrollo de los entrenamientos y juegos,
siendo inseparable de los mismos; y los errores fundamentales que
tienen su cimiento en la activación del pensamiento
creativo y operativo.

Respecto a la rectificación de errores Ozolin, N.
G (1983:142), expresó…"La capacidad que tienen los
deportistas de valorar la justeza de realización de la
técnica estudiada, de encontrar sus errores y corregirlos,
constituye una importante condición de una
enseñanza exitosa".

Criterio válido, si los voleibolistas han sido
instruidos para evaluar el origen del error bajo la óptica
de las causas motivadoras del resultado. Opuesto a la
visión que suele transferírseles de valorar en la
estructura externa de la técnica sus
deficiencias.

Se reconoce al voleibolista como sujeto de su propia
transformación, en esta dirección se precisa su
capacitación. Función que debe cumplir el pedagogo
deportivo, a la cual no siempre se le brinda la necesaria
atención

Es usual la concepción que muchos pedagogos
deportivos tienen de distinguir los errores que manifiestan de
forma individual los voleibolistas del equipo, en la
configuración de la estructura externa del
movimiento.

Relacionado con este argumento, refirió Donskoi
D. D (1988:302),…"Los errores son desviaciones de las
características de los movimientos, que se salen de los
límites permisibles y que disminuyen considerablemente el
resultado del ejercicio".

Es inferida la manifestación del error en el
voleibol a un área más profunda que la referida al
modelo ideal del movimiento, con base en el resultado final de la
acción con el balón, el carácter colectivo,
de cooperación y comunicación de los jugadores en
la solución de cada situación de juego.

Elemento reforzado en una de las conclusiones del
estudio realizado por Sánchez, J; y Andux, C (1997:39),
quienes al referirse a la estimación principal para la
corrección de errores precisaron…"radica en el
postulado del modelo de estructura de movimiento ideal, lo cual
es contradictorio con las manifestaciones
psicofisiológicas que inevitablemente se suceden en el
sujeto y que se explican en las fases del hábito
motor".

Valoración vinculada con una de las conclusiones
del trabajo de diploma de Pérez K (1996:42), cuando en su
propuesta para determinar el nivel de rendimiento competitivo
expresó:

…"Los objetivos analizados en este estudio,
demuestran la existencia dirigida en lo fundamental a la
estructura de movimiento ideal de un modo individual, traspolada
de la manera mecánica de una metodología aceptada
de los deportes cíclicos y considerando que el voleibol
tiene sus propias características y lógica interna,
parece más acertado considerar el trabajo técnico
dirigido a la función de cooperación que exige el
propio juego, por eso se estima que la situación de juego
es el eje central de la dirección de este
proceso".

La evaluación de la estructura técnica es
incompatible con la función de cooperación,
cohesión y comunicación establecida en cada
situación de juego en el voleibol; realidad que hace
inconcluso el proceder de la retroalimentación al tomar de
referencia el comportamiento aislado de elementos que conforman
la habilidad práctica, sin considerar la incidencia del
grupo en ese contexto de juego.

Al respecto Andux, C (1996:3) refirió…"la
incidencia primordial de las causas de los errores en los
deportes de equipo radica en el ámbito de la corteza; por
eso el papel esencial de los pedagogos es, ante todo, ver y
corregir lo que no se ve".

Esta reflexión, induce a ubicar el origen de las
causas de los errores en el resultado final de la acción
de grupo, lo cual presupone en los voleibolistas la
activación del pensamiento (sensaciones, percepciones y
representaciones).

El propio autor reveló…"Las propias
correcciones de errores en general se hacen de modo individual,
cuando realmente debe prevalecer el reclamo al colectivo para
resolver en conjunto la exigencia que se sitúa".

Andux, C (1998:44)

La corrección a lo individual aísla el
comportamiento motor del ámbito de juego en que se
produce, ignorándose el modo participativo de los
integrantes del equipo en ese contexto de relación e
intencionalidad práctica de grupo. Esta estrategia
significada en los cánones tradicionales de la
pedagogía, propicia el control en el aprendizaje motor con
núcleo del problema localizado en la configuración
del modelo técnico.

En esta estimación se precisa el esquema de
comportamiento referenciado por el Oña Sicilia. (1998), en
cuya estructura se fundamenta el proceder del feedback, que
apreciado desde una óptica de perspectiva
psicológica incorpora al control del aprendizaje motor, el
rol imprescindible que cumplen los procesos mentales. Sin
embargo, ello se manifiesta con solidez y objetividad,
sólo cuando se reconozca su influencia reflejada en el
resultado de las situaciones de juego, y no en el comportamiento
aislado de una ejecución técnica. (Esquema No
1).

Precisamente, la nueva reglamentación en la
puntuación le imprime solidez a la tendencia de
transformar radicalmente la concepción estratégica
del juego de voleibol; aspecto que trasciende al modo de preparar
a los equipos.

Por tanto, la exigencia en la intención
táctica cumple un papel protagónico condicionado al
desarrollo del pensamiento creador de los jugadores, realidad por
la cual el resto de los componentes de la preparación
deportiva se subordinan a la exigencia propuesta.

La retroalimentación concibe, que corregir
significa rectificar la dirección hacia el objetivo, en
ese dominio se orienta la intervención pedagógica y
la colaboración del grupo en función de cumplir con
la meta deseada.

La intervención pedagógica oportuna y
precisa del pedagogo en la rectificación es puntualizada
por Mahlo, F (1983:28), quien
señaló…"sostiene y orienta útilmente
la auto información, y desarrolla al mismo tiempo el
pensamiento táctico creador".

Una función importante a cumplir por la
retroalimentación en los entrenamientos de voleibol, es
corregir las fallas de los jugadores a partir del análisis
objetivo de la insuficiencia resultante en cada situación
de juego. La calidad durante las ejecuciones tiene que estar en
relación directa con el objetivo fijado, expresado en un
resultado concreto.

Grosser, M y Neumaier, A (1986:99) afirmaron…"Las
frecuencias e integridad necesarias para las retroinformaciones
dependen, además del nivel de dominio del deportista, de
la complejidad y de la dificultad de la tarea motora
(técnica deportiva)".

En el voleibol además de los elementos expresados
para la frecuencia en la retroalimentación; se adjuntan la
localización de las causas naturalezas del error, su
reiteración condicionada al efecto final de la
situación de juego y las medidas de rectificación
que deben ser adoptadas.

Referente a la transmisión de la
información se precisó…"Las
retroinformaciones que se dan inmediatamente después de
acabar el movimiento: llamadas informaciones rápidas,
tienen una importancia decisiva para el perfeccionamiento de la
técnica deportiva, para la mayoría de los
deportes".
Grosser, M y A. Neumaier, (1986:95).

La rectificación en situaciones simplificadas del
juego en voleibol, adquiere igual magnitud, al garantizar las
impresiones sensoriales obtenidas mejor precisión y
concentración en la información, promoviendo una
asimilación de conocimiento más consciente y
objetiva, que le imprime velocidad al aprendizaje.

La función orientadora del pedagogo deportivo es
la de ubicar al grupo de voleibolistas en la reflexión de
sus propios errores; entonces la ejecución no se convierte
en la reiteración ciega e irreflexiva, sino de
participación activa, consciente y creativa.

En cuanto a las informaciones tardías, expresaron
Grosser, M y Neumaier, A (1986:97)…"las llamadas
informaciones retardadas, tienen mucho menos eficacia para la
corrección y la estabilización del movimiento que
las informaciones inmediatas y rápidas".

Las informaciones retardadas por acumulación de
fallas, se convierten para los pedagogos deportivos en la
observación de los errores repetidos, que afectan el
resultado para después convertirlo en objetivo del
entrenamiento.

Con respecto a la información proporcionada por
el pedagogo deportivo Piéron, M (1988:127),
expresó…"depende ampliamente de la habilidad
del enseñante en la identificación de los errores,
pero también de la estimulación de su impacto sobre
una futura realización, de determinar las causas y de
encontrar los mejores medios para reducirla y, más
aún, anularlas".

Para el pedagogo resulta significativo tanto detectar el
error, como discernir el momento de intervención, evaluar
el entorno de la situación de juego en que se
provocó y aplicar el procedimiento que corresponda para su
erradicación.

Relativo la función que cumple el feedback
Piéron, M (1988:125), afirmó…"Las
conclusiones de Bilodeu (1969), son claras en cuento a la
función del feedback en el aprendizaje, que mejora tan
sólo cuando hay feedback, y deja de mejorar, o se
deteriora si este se suprime".

La rectificación en voleibol, no se debe
significar en la observación externa de los movimientos,
pues los errores tienen como base el razonamiento referido a la
actuación sobre un resultado esperado; y su
reiteración se convierte en objetivo de la unidad de
entrenamiento.

La personalidad de los voleibolistas en pos de la
excelencia en el rendimiento competitivo se cultiva, gracia al
papel que cumple el proceso pedagógico.

Los voleibolistas tienen virtudes o defectos que los
acompañan desde sus primeros pasos en la formación
deportiva; pero el cultivar lo primero y corregir lo segundo, es
lo que engendra una personalidad deportiva destacada.

Metodología para el control del
rendimiento

Para el control y evaluación del rendimiento
competitivo de los equipos que participaron en los Juegos
Nacionales Escolares del año 2009, se utilizó un
estadígrafo específico para el deporte de voleibol;
elaborado por el Dr. C. Jorge Luís Ramos Leiva. En su
aplicación fueron objeto de control las acciones positivas
y negativas del comportamiento de los complejos 1 (KI) y 2(KII);
a través de las signos (+) y (-). Se determinaron el
rendimiento y la eficacia mediante el siguiente
procedimiento.

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El valor de la eficacia se evalúo en por
ciento.

Para el control diario del entrenamiento deportivo del
equipo de voleibol 15 –16 años masculino del 2002,
se concibió para la parte principal de la unidad de
entrenamiento, la proyección de un objetivo
táctico, que fue precisado a través de un ejercicio
en situación simplificada del juego, al que se les
situó un nivel de exigencia porcentual plasmado en el
objetivo, en cuyo cumplimiento se representó la
evaluación.

Esta alternativa promueve el control diario y
sistemático del rendimiento que se manifiesta en estas
condiciones, posibilitando a la vez la evaluación de las
progresiones que se experimentan; en síntesis permite
obtener conocimiento de un rendimiento deportivo real del equipo,
para enfrentar las exigencias de las competiciones programadas.
Para su procesamiento se utilizó el valor
porcentual.

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  • Lucas, J (1993) El voleibol: iniciación y
    preparación. Editorial. Paidotribo.
    Barcelona.

  • Lucas, J. (2000) El voleibol: iniciación y
    perfeccionamiento. Editorial Paidotribo.
    Barcelona.

 

 

Autor:

MSc. Conrado Reyes Savón.

Coautor:

MSc. Grismel Portuondo Bartelemi

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el
Deporte

Facultad de Santiago de cuba

República de Cuba

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