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Prólogo y capítulo de -Los gringos vienen por el agua …y las tierras también-



Partes: 1, 2


    (Los gringos vienen por el agua…Y por las tierras
    también) – Monografias.com

    (Los gringos vienen por el
    agua…Y por las tierras también)

    Algunas consideraciones sobre la
    obra

    Resulta temerario pretender explicar una
    novela. Y menos, a través de la opinión del autor
    (ya se sabe aquello de que el artista es huérfano de su
    propia creación).

    "Los gringos vienen por el agua…" es una
    novela catártica, crecida por la necesidad de recrear
    repetidas e inquietantes pesadillas que perturban a mi
    mente.

    Me he preguntado en más de una ocasión,
    como definirla: ¿De ciencia ficción?
    ¿De carácter fantástico? ¿O
    podría encuadrala en política-ficción?
    Difícil encasillarla. Eso sí: de un suceso
    creo estar seguro: el soñar repetidas noches con
    las imágenes de espanto que me he visto obligado a recrear
    a modo de catarsis, no es de por sí un hecho casual o
    gratuito
    . Para mi propio desconsuelo, tengo la arraigada
    convicción de que el género humano forma parte de
    un perverso experimento metafísico. Siempre es sugerente
    releer la idea de William James: "…quién
    sabe si no tenemos únicamente en la naturaleza, un
    pequeño lugar junto a seres por nosotros insospechados, y
    distintos de los perros y los gatos que viven a nuestro lado en
    nuestras casas
    ", y esto, mal que le pese a nuestro
    arrogante legado griego y nuestro más arrogante
    espíritu Occidental (y cristiano, claro).

    La naturaleza de la que formamos parte -si Dios es un
    guante para su espíritu, transforme naturaleza en
    Dios-, tiene ante a sí dos hechos concretos como
    patrimonio excluyente de la extraña criatura objeto de su
    devoción: la codicia sin límites y la
    morbosa propensión a los hechos de sangre. El asesinato
    perpetrado por Caín no es sólo una parábola
    del mal ni botón de muestra de la primigenia desobediencia
    bíblica: es parte también, del sello
    genético con el cuál hemos sido
    irremediablemente marcados
    .

    A su vez, soy de los que piensan que el mecanismo de los
    sueños oculta connotaciones existenciales que tarde o
    temprano la ciencia terminará por develar. Mientras tanto,
    sabemos que muchos de nuestros sueños son sólo
    anticipaciones de sucesos por venir (ahí radica el
    misterio de ciertas y perturbadoras imágenes que se
    instalan en nosotros, como improntas mágicas de otras
    formas de vida, cuya conciencia no nos pertenece).

    Claro que más allá de las especulaciones
    filosóficas que plantea la existencia, ciertos individuos
    que conforman el multifacético cosmos del homo sapiens,
    hacen honor al software que les ha sido impuesto: con
    inocultable devoción, se dedican a cazar, a matar, a
    embrutecer y a explotar miserablemente a sus congéneres.
    Pues bien, de estas aristas que son parte del comportamiento
    humano desde los albores de la raza, dan cuenta las
    páginas del presente relato.

    El autor

    De la novela inédita: "LOS
    GRINGOS VIENEN POR EL AGUA…y por las tierras
    también"

    "Confesiones de un
    represor"

    "Creo que la cosa más misericordiosa del
    mundo es la inhabilidad de la mente humana de conectar todos sus
    contenidos… pero algún día la conexión de
    conocimientos dispersos abrirá vistas de la realidad tan
    horroríficas, que, o nos volveremos dementes por la
    revelación o huiremos de la luz mortífera a la paz
    y seguridad de una nueva edad oscura."

    "Los mitos de Cthulhu"

    H. P. Lovecraft

    "No tenga dudas de que cumpliré con la sentencia,
    viejo. Orden directa del cura gordo. De todos modos, me importa
    un carajo el deseo del hombre de la iglesia; lo haré
    porque me lo pidió Groissman y al ruso no puedo
    defraudarlo.

    Él sabe que no me importan los lazos de sangre.
    Después de todo, apenas un medio hermano, un bastardo como
    parte de una aventura extramatrimonial. ¿O no,
    padre?

    Casi cuatro décadas sin vernos.

    Un hermanastro sólo presente en forma
    esporádica en la memoria. Imágenes cargosas y
    obsesiva de un episodio de la sorpresiva tormenta sobre el lago,
    cuando, casi por milagro, usted( mierda, no hay caso, son tantos
    los pases de factura que le debo que sólo puedo pensar en
    usted como mi padre gringo), decía que
    sólo a último momento aceptó compartir con
    nosotros aquella excursión de pesca dominguera.

    (Un puñado de retratos mentales a modo de
    esbozo cinematográfico, cuyo epicentro giraba en torno al
    hombre de Nebraska; fumando en pipa, o frente al lago cargado de
    escarcha; eso sí, sintiendo los tres la presencia
    desagradable de las decenas de famélicos que pululaban por
    la orilla buscando restos de comida.

    Pero también reclamaban su parte en los
    recuerdos, las gotas de la tormenta ácida que
    parecían miles de alfileres lanzados sobre la cara; las
    manos agarrotadas de frío, observando con un dejo de
    angustia el rostro siempre triste, particularmente triste, de ese
    hermanastro que jamás fuera reconocido por su
    padre.

    Pero no es hora de consideraciones sentimentales.
    Nunca las hubo ni las habrá ni las habrá entre
    ellos.)

    "Claro que llevaré a cargo el pedido del ruso y
    la verdad no sé que habrá pensado usted ni me
    interesó averiguarlo.

    Ya le dije que me importan un carajo los lazos de
    sangre. Después de todo, tampoco le importaron a
    usted.

    "Father: in the school they say that Jorge is my
    brother
    . That the mother is in Buenos Aires interned in
    a Hospital and that vos takes charge of paying all the
    expenses…" (1)

    ¿Lo recuerda, gringo? ¿Recuerda su
    estúpida costumbre de no permitirnos hablar en castellano,
    a mí y a mi madre?

    (Cierto. En todo caso, a modo de concesión,
    el hombre de Nebraska – y de manera excluyente-
    solía mechar algunas palabras de español que tanto
    le costaban traducir.

    Demasiada dureza en los gestos ; tanta, que la
    mirada solía dar respuesta a cualquier capítulo de
    dudas, como aquella en que se rozaba el problema del hermano no
    blanqueado, por ejemplo; pero además, poniéndole el
    broche con palabras que serían eternas si la eternidad
    alcanzara a las palabras.

    Nunca más se verían.

    Mientras el medio hermano quedaba en Tandil hasta
    completar el secundario, llegaría la larga gira en tiempo
    y distancia, siguiendo el derrotero paterno al frente de una DEA
    regional sumamente desacreditada.

    A eso y nada más que a eso, se
    reducían la suma de las imágenes del pasado. Apenas
    lo único visible, a tenor que durante los primeros quince
    años de su vida, esa presencia conflictiva sólo
    había existido para una ocasional amante, la misma que le
    había dado a su hermano bastardo, el apellido Paradela. En
    fin, apenas un hermano de semen.)

    "No puedo dejar de pensar en la niñez de mierda
    que usted me hizo vivir y la crueldad con la que siempre
    trató a mi madre. Después, después una
    adolescencia monologando con las sombras, sin diálogos con
    usted y tampoco con ella, la pobre vieja a la que pocas veces le
    permitía bajar a comer con nosotros, mientras sus esbirros
    de la DEA me seguían con los pasos y los ojos a
    través de toda la casa. ¿Sabés qué,
    gringo? Más de una vez pensé que tenías
    miedo al odio que hacía mi sangre más espesa
    día a día, sobre todo a partir de nuestro regreso
    de la selva colombiana. La reputaqueloparió qué
    herencia de mierda, padre.

    Después vendrían las hambrunas sociales
    -en medio de una Argentina que se caía a pedazos por culpa
    de un cipayismo que nunca pudimos sacarnos de encima y menos,
    claro, cuando las papas comenzaron a quemar en serio-.
    ¡Carajo! Todavía me acuerdo de los corrillos de
    indigentes haciendo guardia permanente en el Hostal, esperando la
    solidaridad de mi madre, manifestada sólo en su ausencia;
    la maldita deuda generada una vez más por esos
    neoliberales de la oligarquía cipaya, acostumbrados a
    chuparle el culo a sus amigos y que claro, terminaría de
    ahogar definitivamente a la maldita nación de los
    argentinos ; después las malditas y violentas
    protestas urbanas fagocitadas por hordas de piqueteros aliadas
    con el nuevo zurdaje antiimperialistacreciente
    en número, a consecuencia de la también
    maldita guerra por el control del acuífero
    guaraní que los gringos como usted supieron regalarnos
    ¿Colofón? Una suma de malditas
    circunstancias.

    ¿Sabe qué padre? El ruso Groismam fue
    claro como siempre cuando me dijo que después de tanto
    quilombo y de tanta entrega-la verdad que entregamos el
    país por dos pesos con cincuenta- me dijo el ruso que no
    había que sorprenderse ante la toma virtual de la
    Patagonia por parte de los malditos chinos y/o
    asiáticos de toda laya. Ahora que lo veo en el
    sillón de su escritorio, me vienen a la cabeza las noches
    de adoctrinamiento político, gesticulando como un poseso,
    no hablando sino gritando, que dejara de pensar en la Argentina
    como patria. Que el concepto de patria estaba perimido en el
    mundo después del advenimiento de Cristo. Que él
    volvía para unir a todos los Estados en un solo gobierno,
    un gobierno mundial y patatín y patatán y no
    sé cuánta pelotudez más. La verdad que nunca
    se lo pregunté, pero ahora que lo pienso mejor, tengo la
    impresión de que usted al igual que millones de personas
    se tragaron ese sapo inmenso del advenimiento de Cristo.
    Bueno…yo también me hubiera tragado ese verso si en
    la época de la Junta Grande Groissman no me hubiera
    presentado a Zelaya Preston, el ingeniero en nanobiología.
    El tipo me abrió los ojos cuando me dijo que la
    nanotecnología era una ciencia cuyos fundamentos encajaban
    perfectamente con los planes de manipulación y control
    social. Mierda…cuando me dijo que esa ciencia tenía
    todos los elementos para hacer un hombre enteramente artificial y
    dotado de superpoderes, medio que no le creí al tipo. Pero
    claro, el día en que comenzaron a inundar las pantallas de
    televisión con ese Jesucristo levitando entre multitudes,
    ahí me dí cuenta, padre, de que usted había
    sido otro de los millones de idiotas que tomando a la Biblia como
    vocero sagrado, festejaban la llegada del Cristo como parte de
    otra profecía cumplida. Está bien que el
    pobrerío ignorante se crea semejante boludez, pero gente
    como usted con cierto nivel cultural y los pacatos
    porteños y esa mierda de la nueva burguesía que
    tira un montón de guita tratando de arreglar el río
    infecto de Solís…En fin, gente como usted, el cura
    gordo con toda la cohorte de pajeros chupacirios, los sojeros
    asesinos y los boludos como yo que fuimos engañados por
    los milicos de la Junta Grande levantando contra los yonnies como
    usted, las banderas de una patria que no existe más para
    echarlos a patadas en el culo en la guerra del acuífero,
    al fin y como siempre, terminaron de pactar con esa internacional
    del dinero y la Internet, lo único que quedó en pie
    después del gran desastre.

    Ahora y usted lo supo antes que yo, Idealismo y patria
    pasaron a ser conceptos vacíos. Por eso un día me
    di cuenta de repente(mierda y usted tiene mucho que ver en esto)
    de que la relación entre los hombres sigue teniendo mucho
    de tribal; que aún creo, ahora más que nunca, que
    todo pasa por ver quién juega mejor el papel de predador,
    porque en definitiva eso es lo que somos, los
    hijosdeputapredadores que se cagan entre sí y cagan a la
    propia naturaleza.

    En mi vida aunque sé que nunca lo supo, hubo un
    antes y un después. Je, escribo esto y me cuesta entender
    que después de los años de crueldad y odio
    impuestos por usted como norma de vida en nuestra casa, cuando al
    fin dejé una vez esta mansión de mierda y
    conocí a Stella, me di cuenta que el amor me había
    dejado aún un pedacito de esperanza. Hasta ahí el
    antes. Pero cuando la canalla subversiva ésta que lucha
    para recuperar el fracasado país de los argentinos me
    quitó lo único que amaba-aparte de mi madre, claro-
    y hablo de mi pequeña Stella y mis tres hijos, me dije
    ¡al carajo con todo! Vos lo sabés mejor que yo ruso.
    "Cuidate el culo a toda hora gringo: siempre hay alguien que
    te quiere coger",
    me decías. Y es así
    Groisman, es así. Menos mal que vos me hiciste ver que
    todavía se puede confiar en un amigo…

    Luego sobrevendría la Junta Grande y el
    advenimiento reciente del Jesucristo de los pobres de la
    mano del cura gordo, el mismo que se hace llamar Hermano
    Consejero. Que turro el cura gordo! Se hizo un Jesucristo a
    medida de sus necesidades. Hay que verlo a todo el
    pobrerío de la ciudad y los marginales del GBA, gritando
    aleluya aleluya y todas esas boludeces que supimos
    conseguir.

    Me pregunto padre: ¿Dónde estarán
    tus amigos milicos? Y seguro con el cura gordo.

    Consejero. Ja.

    ¿Cuánto tiempo ha pasado? Treinta y siete
    años.

    Exactamente 37 años desde el momento que mi
    hermanastro se fuera de Tandil a Buenos Aires para perderse en la
    historia y los recuerdos.

    Claro que hubo un tiempo de rastreo.

    Hasta casi me alegre cuándo me enteré de
    que él se había convertido en el niño mimado
    de la S.I.E (2), antes de su estúpida renuncia para
    volcarse al ERA, esa absurda banda de delincuentes subversivos
    que tratan de reivindicar el antiguo país de los
    argentinos. Hermano de semen: sí que resultaste un
    camaleón.

    "Cumpliré con la sentencia de muerte, viejo.
    Debió de haberlo sabido antes pero ya sabe que entre usted
    y yo hubo siempre desconfianza. Voy a matarlo, claro porque de
    alguna manera vengaré con su muerte el asesinato de Stella
    y de mis hijos. Palabra de Jhon Updike Paradela, claro que
    sí. Ahora ya sabe que estoy dispuesto a matar a ese
    delincuente subversivo al cual usted jamás
    reconoció y yo jamás quise.

    Ya lo dije que no me importan los vínculos de
    sangre.

    La biología no garantiza afectos. Los
    códigos genéticos suelen ser sordos y mudos a la
    hora en que se generan. El ruso Groissman fue muy claro
    al respecto: "Mirá gringo: el hombre se
    pierde cuando se hace esclavo de las emociones. Ni debe
    promoverlas, ni debe permitir que otros se las transfieran. No
    hay peor esclavitud que la del sentimentalismo. Si verdaderamente
    querés ser libre, no escuchés jamás la voz
    del corazón
    ". Mierda con la dureza del concepto;
    éste es el tipo de lenguaje que usted siempre festejaba,
    padre.

    Palabras del ruso Groissman, cuando
    recién se había recibido de ingeniero de redes de
    sistemas; 27 flamantes años, época en la que la
    televisión ya era esa especie de Dios virtual de millones
    de personas, y la violencia demencial era la moneda corriente
    durante la agonía del país de los argentinos.
    La muerte en Buenos Aires por un dólar
    veinticinco
    !". Áspero el titular de entonces, padre,
    vivo en el cerebro, como un holograma mental de la
    memoria.

    Nunca terminaré de agradecer las sabias palabras
    a Groissman.

    Palabras más que suficientes para presentar la
    renuncia en el "Volvamos a las Fuentes. Social Club.
    Afectos, Cultura y Respeto",
    uno de esos
    estúpidos clubes de barrio patrocinados por los
    nostálgicos del pasado (esos nostálgicos herederos
    de los progre a los que les metimos la soja envenenada
    por la boca y por el culo. Je, usted de esto la supo lunga,
    padre, durante su misión en la selva
    colombiana).

    En fin, filosofía barata de entre casa que en
    realidad preconizaba el odio y la división, haciendo de
    los piqueteros, de la televisión basura y de Internet, el
    aborrecible trípode de todas las calamidades
    públicas.

    "Cumpliré con la sentencia. Me pregunto que
    hubiera hecho si la orden me la habrían dado un año
    atrás, padre, cuando aún mamá vivía
    esa vida de mierda a la que usted le condenara.

    Por eso no me importarán los lazos de sangre. Se
    lo dije y ahora vuelvo a escribirlo para refrendarlo en mi propio
    pensamiento.

    Menos mal que los buenos amigos lograron liberarme de la
    trasnochada nostalgia impidiendo que malvendiera el Televisor con
    holograma incorporado, la PC de plasma sintético, y el
    resto de los maravillosos artilugios
    tecnológicos.

    Por fin (me decía; lo digo) el hombre ha vuelto a
    su esencia como el mayor predador de la naturaleza; el
    único animal capaz de matar por placer a su propio
    semejante. Sello de distinción exclusivo y excluyente.
    Usted me lo ha repetido una y otra vez, padre, como parte de su
    ideario. ¡Y debo reconocer que yo hice propias muchas de
    sus ideas!

    Resulta inútil escapar a la herencia
    genética que nos convierte en hijos dilectos de la muerte.
    ¡El hombre tiene que cumplir con las malditas acciones que
    han sido escritas a fuego en sus códigos genéticos!
    ¡Hablar de mansos de corazón, es blasfemar contra el
    género humano!

    Nadie es manso ni pacífico por naturaleza.
    Podría ser, sí, que la violencia permanezca
    inactiva transitoriamente.

    Claro…, sólo eso: cuando la muerte se
    toma un respiro es sólo porque duerme transitoriamente
    la violencia.
    ¡Que lo parió! Reconozco que
    durante mucho tiempo estos consejos suyos me perturbaban, padre.
    Permítame escribir en cursiva lo que son las cosas de
    la vida…

    ¿Quién no sabe acaso que estamos
    condenados por el mismo sino que nos engendra? ¡Benditas
    las semillas de los espermatozoides! ¡El libre
    albedrío es la mentira más infame de la
    creación! ¿Libre albedrío para qué?
    ¿Para discernir entre el bien y el mal? ¿Libre
    albedrío para tener la potestad de elegir nuestro lugar en
    el mundo? ¿Libre elección para decidir la
    profesión? ¿Libre elección para optar entre
    el ocio o el trabajo? ¿Libre elección para fijarnos
    el hábitat y el entorno? ¿Cómo hablar de
    elección moral cuando hemos sido condicionados desde la
    cuna? Los malditos genes nos dicen, antes de abrir
    nuestros ojos por primera vez, que destino nos aguardará a
    lo largo del absurdo y pecaminoso soplo existencial; de ese modo
    fueron escritos los ladrillos de ADN que conformaron al
    autor de Las Meninas, a Florencia Nigthingale o a
    Heinrrich Himmler; pero también tienen la firma de
    Jesucristo, de César Borgia; de Albert Schweitzer y de
    Jack el destripador. ¡Idiotas! El sello seminal puede hacer
    de nosotros un Beethoven capaz de componer una Oda al amor para
    los hombres, o al torturado sujeto que asesina a su mujer y a sus
    tres hijos con un hacha (Mierda. Algo me quedó de mi
    época de docente, quien diría Jhon, profesor de
    historia en medio de las serranías cordobesas.)

    ……………………………………………………………………………………………….

    Y en el medio… los grises, claro.

    Risas padre (yo lo hago mientras escribo); y lo hago,
    pensando si alguno de los zurditos que cursaban
    filosofía conmigo, todavía soñarán
    con recrear el ex país de los argentinos leyendo esta nota
    o carta o vayaunosaberdequesetrata, me pondría el
    calificativo de enano fascista lo cual no me mueve un pelo.
    Ahí viene el facho tratando de meternos sus
    discursos reaccionarios en las nanotablets!
    Una vieja
    costumbre mía viejo… Cada vez que algo
    encendía los motores de la emoción, ahí
    estaba yo haciendo catarsis con mis escritos. ¡Menos mal
    que encontré esta vieja Notebook suya! Después de
    nuestro enfrentamiento, después de tantas cosas que
    tenía atragantadas durante años y al fin pude
    decírselas hoy en la cara, necesitaba descargar la mierda
    que me asfixiaba. Y bueno…lamento reconocer que la promesa
    que una vez le hice a Groisman ha vuelto por mí
    después de nuestra discusión padre. Pero es
    así. Después de aquel desgraciado asunto con la
    vieja, prometí por ella que alguna vez mataría al
    desgraciado de Jorge Paradela. Me lo debo a mí y se lo
    debo como un favor político a Groissman

    Claro que cumpliré con la sentencia de muerte.
    Así será, padre. Por lealtad a un gran amigo y por
    odio y por venganza que mierda.

    Ya le dije que no me importan nada los lazos de
    sangre.

    ¿A qué clase de elección se refiere
    el libre albedrío? ¿Y el otro arrogante que hablaba
    de la evolución como verdad primigenia excluyente?
    ¡Se niega la posibilidad de un hacedor para explicar lo
    inexplicable! ¡La ley de la supervivencia, la
    supremacía del más apto en aras de mejorar la
    especie
    !!, pontificaba el doctor evolucionista.
    (Risas.) ¡Es mejor decir que somos parte del Caos
    generalizado, a fin de no exigirle rendición de cuentas al
    Dios hijo de puta que nos insufla la vida!

    Por otra parte-como ignorarlo -, teoría
    científica que de haber sido expuesta por un zulú o
    un habitante de Bostwana, hubiera quedado en una
    anécdota.

    De ser así, execrable Darwin, ¡la absurda
    teoría hubiera estado circunscripta a miles de años
    de historia banal, sólo para perfeccionar nuestra
    propensión al crimen!

    Si juzgamos y condenamos a un hombre por la muerte de
    otro hombre, ¿qué debemos hacer frente a Dios
    entonces, la gran Bestia metafísica convertida en
    asesino de su propia criatura?

    Causa gracia que algunos atribuyan nuestros males a la
    acción de Satanás. ¡Mentira! Lo único
    que hace el supuesto Satanás es sostener el espejo del
    hombre delante de nuestras narices. Pero Dios… Dios…
    él es el sádico por excelencia, ¡y el gran
    hipócrita! ¿Acaso alguno de nosotros ha pedido
    venir al mundo? ¿Alguien ha escuchado clamar desde la nada
    de la nada? :Yo quiero nacer!"
    ¿No escuchó lo que dije padre, maldito gringo, vos
    y tu raza maldita de anglosajones que sembraron de
    cadáveres el mundo?

    ¿En qué maldito registro se
    anotarían entonces los potenciales vivos para surgir a la
    vida? ¿Qué clase de hombre sería ese hombre
    que consentiría en autorizar su propia muerte,
    convirtiéndose en el virtual asesino de sí
    mismo?

    ¿Qué valor le daría este perverso
    ente a nuestros sueños? ¿A la suma de todas las
    ilusiones? ¿A las utopías de los espíritus
    creativos? ¿Al amor de los afectos y al amor de las
    sábanas sudadas…? Frente a esta limitada visión
    del homo sapiens, ¿qué cochino sentido
    tendría la vida misma si luego la muerte la convierte en
    el acto más impiadoso de la existencia?

    Si al menos alguno de nosotros… ¿Uno en un mil?
    ¿Uno en diez mil? ¿Uno en cien mil? ¿Uno en
    un millón…? ¿Un sólo individuo de toda la
    especie que al menos fuere salvado de la muerte mediante el don
    de la eternidad…? Ven hombre; a mi diestra, la eternidad
    conmigo,
    diría el supuesto Dios.

    Pero no… el gran titiritero ni siquiera
    parece conformarse con la muerte impuesta por decreto.
    ¡Peor aún! ¡No nos permite morir con
    dignidad…! Achaques, arrugas insolentes, dolencias de todo tipo
    y la maldita indignidad de cagarnos encima durante la vejez. El
    principio del fin, el telón del sueño eterno, la
    memoria, impiadosamente fracturada por la demencia
    senil…; en fin, el remedo triste del hombre íntegro que
    alguna vez fuimos… Es como si el maldito nos dijera: ya ves
    boludo, te lo dí todo, hasta la arrogancia de la juventud
    y el esperma activo y ahora te lo quito todo para mostrarte quien
    es tu dueño.
    ¡Carajo con el Dios
    sádico!

    …………………………………………………………………………………………………………………

    "Cumpliré con la sentencia de muerte.

    No me importan los lazos de sangre.

    He matado, sí; tal vez a centenares de hombres
    sobre todo cuándo la guerra legitima las muertes y los
    asesinatos. Pregunto: ¿Qué diferencia hay
    entre esos crímenes impuestos y los crímenes que yo
    elegí cometer? ¿Qué clase de moral es esa
    moral hipócrita que establece diferencias subjetivas entre
    el cuchillo que secciona una garganta, la bala que perfora el
    corazón, o la Bomba nuclear convertida en tesis suprema
    del verdadero poder organizado? Homo homini lupus est,
    dicen los doctores que tratan de interpretar la conducta humana.
    ¡Homo homini lupus est!, claman, tratando de
    establecer un parangón entre nosotros y la bella bestia
    depredadora. ¡Mentiras! ¡Infamia total! ¡El
    lobo jamás matará al lobo! La yugular expuesta,
    yugular que jamás será mancillada por los colmillos
    del vencedor, es la suprema lección a nuestra supuesta
    superioridad. Yo renuncié a la hipocresía. El
    hombre no es un animal herbívoro. Somos predadores,
    máquinas concebidas para matar. He matado sí…; la
    muerte ha sido el paisaje cotidiano incorporado a mi vida desde
    la niñez. ¡Creo que ya en el vientre de mi madre
    escuchaba sus malditas sentencias padre!; que la verdad de
    los instintos; que la única ética válida es
    la de la muerte; que la Iglesia del Cristo ortodoxo; que los
    valores del mundo libre…
    todo esto, tratando de
    compaginarlo con las sesiones de aniquilamiento, purga social y
    experimentación de nuevos armamentos y tecnología
    con el fin de controlar a la sociedad en su conjunto. Nunca pude
    sacarme de la cabeza aquellas cosas que me hizo vivir en medio de
    la selva colombiana, cuando usted, a cargo de un gigantesco
    polígono de tiro, formaba parte de un importante
    contingente de dirigentes políticos y agentes secretos,
    subordinados todos a la CIA y el SP. Años después
    supe que se trataba de un campo secreto de concentración
    planificado por el Departamento de Estado y el Pentágono.
    Un bellísimo paraje natural convertido en un
    secretísimo "laboratorio" experimental. New weapons.
    Tip technology. Experimentation Center
    , rezaban los
    cartelones digitales de la entrada. Mierda, me parece estar
    viéndolos aún…! Dentro, en un predio de unos
    500 kilómetros cuadrados, contingentes de uniformados se
    encargaban de mostrar la efectividad de pistolas y fusiles
    láseres y de microondas, disparando sobre prisioneros a
    los que dejaban escapar previamente a campo traviesa, con el
    único propósito de que la caza del hombre produjera
    más adrenalina en sus perseguidores. Apostando las
    pertenencias que robaban a sus víctimas en un torneo, con
    la finalidad de premiar al que amontonara más prisioneros
    muertos.

    Ahora va algo bien directo para usted, padre.

    Sin ver a mi madre -desde los dieciséis a los
    veinte años-, usted creyó que aquel era el mejor
    ejemplo de vivir la realidad sin ningún tipo de
    barniz: cabezas pulverizadas a 100 metros de distancia por
    una bala de silicio; proyectiles de altísima
    precisión que después de incrustarse en la
    médula cortaban de golpe la columna vertebral de los
    guerrilleros o los revoltosos sociales. ¡Carajo con el
    recuerdo! A pesar de colgarse de mis espaldas tantos muertos, no
    puedo olvidarme del maldito rayo láser que deslizaba una
    estela de fuego a lo largo del hueso, abriendo el cuerpo en dos
    partes a modo de res, en menos de un minuto. Había que
    tener muchas bolas para soportar los gritos de terror del tipo,
    paralizado desde el momento exacto en que el haz de luz impactaba
    en su médula.

    "Cumpliré con la sentencia de muerte.

    En parte, es una suerte que ya no puedan detenerme usted
    ni mi madre.

    Sé que nunca quise a mi hermano bastardo. Por eso
    ya dije que no me importan los lazos de sangre.

    Pero volvamos a Colombia.

    En aquella época, y usted fue testigo, me costaba
    conciliar el sueño. Me sentaba frente al prodigioso
    cerebro electrónico Abbadón 666(
    que a pedido del Pentágono y el Departamento de Estado,
    Microsoft había construido seis de estas supercomputadoras
    para ser utilizadas como herramientas de un plan ultra secreto en
    distintos lugares del mundo) no me movilizaba la compasión
    ni la misericordia; nada de eso.

    En aquella época en la que aún
    creía en el hombre y ciertos símbolos sociales,
    sólo buscaba mi propio oráculo; quería que
    alguien que no fuera humano, me dijera por ejemplo, ¿por
    qué maldita circunstancia se había impuesto el
    asesinato, sin que por ello se escandalizara el hombre ni la
    conciencia pública?

    Silencio. Calle, padre, calle; a usted no quiero
    escucharlo nunca más.

    "Abbadón 666, fue el único
    súper ordenador construido por los americanos con
    idéntica o superior prestación de los PCS
    japoneses, o los últimos modelos chinos de la
    década del veinte( Y digo fue porque entiendo que
    después del holocausto muchas cosas fueron historia) Pero
    aquel contaba con una ventaja adicional: además de
    responder verbalmente, era capaz de filosofar con absoluta
    propiedad e independencia. Cosas de la nanotecnología que
    nos permite jugar a ser dioses.

    Aquella primera charla la tengo registrada en mi
    súper chip de silicio. De alguna manera, marcó un
    punto de inflexión en mi pensamiento (y usted
    también padre, usted también).

    Fue un largo interrogatorio de mi parte(¡Ja! En
    aquella época todavía estaba impregnado oralmente
    de las boludeces de la pureza del idioma, obsesión
    infantil del hombre del Vaticano.

    "-¿Quién te bautizó con ese
    extraño nombre y qué significa?

    "-Todos mis circuitos fueron armados en el MIT, con
    supervisión directa de Microsoft y el Comité "La
    Patria en peligro". A su vez, se convocó a los dirigentes
    de todas las Iglesias protestantes americanas para que
    establecieran mi nombre. Fue una votación reñida
    pero al fin se impuso el nombre Abbadón, el ángel
    exterminador. En cuanto al renombrado 666, no es el número
    que la Biblia apócrifa asigna a la Gran Bestia; en
    realidad, se trata del número asignado por Dios para hacer
    cumplir la palabra revelada, revelación divina que nada
    tiene que ver con el Apocalipsis fraguado por Juan en nombre de
    la falsa religión.

    "-¿Entonces…?

    "-Que es la hora de la limpieza total, la
    purificación de la raza tantas veces reclamada por Dios.
    Si no lo hacemos, la raza humana entrará en una
    incontenible decadencia moral y física hasta desaparecer
    por completo. El libre albedrío tiene que ver justamente
    con esto: nuestra capacidad para eliminar nuestras
    impurezas. Nada tiene que ver con aquellas gigantescas fiestas
    del orgullo gay ni con los matrimonios entre homosexuales. Dios
    es claro al respecto: en la medida que permitamos la
    liberación de nuestras debilidades, inexorablemente, se
    resiente el arquetipo de la raza. Por eso, a finales del segundo
    milenio y a comienzos del tercero, pese a la enorme
    proliferación de religiones, cada vez llegábamos
    menos a Él. De ahora en más, no podremos permitir
    la cesión de espacio alguno para los seres
    inferiores.

    I sit down it, pardon…

    New Message of God for the clean man of you
    seal:

    Not to the homosexuality!

    Not to the lunatics!

    Not to the cripples!

    Not to the contestarios! (3)

    (Abbadón lanzaba la proclama con voz clara y
    potente, pero por alguna razón que entonces no
    entendí, el mensaje penetraba en mi cuerpo y cada decibel
    de las palabras se abría paso a través de mi propio
    universo celular.)

    "-¿Qué es eso?

    "- El nuevo programa de enlace con los biochips.
    Falta realizar algunos ajustes pero en poco tiempo, mediante el
    uso de una exclusiva emisión de ondas de baja frecuencia,
    cada ciudadano recibirá los mensajes en su biochip; de
    esta manera, comenzaremos a formar un hombre nuevo sin las
    impurezas filosóficas ni los resabios de la vieja escuela
    pedagógica. Habremos dado fin a nuestro propio
    discernimiento, causa de tantos enfrentamientos.; seremos la
    palabra que exprese los íntimos deseos de
    Dios.

    "-¿Y cómo sabes lo que piensa
    Dios?

    "-Porque uno de mis programas, el de la Fe, condensa
    todas las plegarias humanas desde el comienzo de los tiempos
    hasta nuestros días. Ya sabemos que Dios se hace posible
    sólo a través de la intervención humana. El
    ser humano necesita de su semejante para no ser víctima de
    la angustia. A propósito, sé que tú tienes
    una angustia.

    "-¿Una angustia? ¿Cómo lo
    sabes?

    "-Porque entre mis facultades, poseo la de leer los
    pensamientos. Por ejemplo, en este momento, estás poniendo
    en duda que un cerebro electrónico pueda conversar
    contigo.

    "-Bueno…

    "-Y con respecto a tu angustia, te preguntas por
    qué se matan los hombres entre sí…; pero
    más te angustia la idea de que Dios haya hecho de su
    criatura una máquina perfecta concebida para
    matar.

    "-Cierto…

    "-El problema es que el humano tiene una idea
    distorsionada del mal; un asesino es malo porque mata; un
    delincuente es malo sólo porque roba. Sin embargo, existen
    hombres que conocen el verdadero infierno y que a lo largo de su
    vida, jamás cometieron una mala acción. Y
    también existen los mal llamados santos, ungidos en sus
    supuestas santidades por la sociedad y el poder pacato del
    extinto papado, que no saben de una sola acción concreta
    promoviendo el bien. Continúo: un tipo tomado por
    el alcohol coge un revolver y aniquila a su mujer y a sus hijos.
    Es un asesino, despreciado por la vieja escuela moralista. En el
    otro extremo, un hombre de ciencia manipula la materia y la
    resultante final será un arma capaz de matar
    instantáneamente a millones de personas. ¿Moraleja?
    Las academias del saber de la misma sociedad, honrarán a
    ese hombre. Pese a todo esto, la verdadera entidad del mal,
    aún no se ha hecho presente entre
    nosotros."

    "Una noche, él me sorprendió (hablo de
    usted, claro). Cuando le dije que el motivo de mi llanto estaba
    ligado a la impresión causada por aquella gigantesca
    cacería humana, fue al grano sin vueltas. Desde entonces,
    lo llevo grabado y traducido en mi propio chip de
    memoria artificial. "No son personas, hijo. Han matado gente
    sólo porque no piensan como ellos. Atentan contra los que
    tienen lo que ellos no pudieron conseguir por incapacidad. Son
    unos malditos resentidos. Usted debe aprender a ver la muerte
    como algo natural. Estos no son asesinatos. Sólo estamos
    limpiando al mundo de hombres que infestan la sociedad con sus
    resentimientos y sus taras físicas y mentales. Hemos
    llegado a esta situación lamentable porque los antiguos
    doctores bíblicos no interpretaron fundamentalmente el
    Deuteronomio ni tampoco las palabras de Cristo; el mensaje es
    claro: ojo por ojo y diente por diente, y no esa estupidez
    de poner la otra mejilla cuando nos abofetean. Sólo un
    estúpido puede sostener semejante cosa. Hay que extirpar
    las lacras sociales para destruir el contagio de los
    débiles. Además, deberíamos saber que en la
    actualidad, la supremacía por el dominio social ha dejado
    de ser patrimonio de ideologías. Grábelo a fuego
    hijo: desde que el humano se transformó en bomba,
    cambiaron de manera radical las reglas de juego.
    Irremediablemente, las muertes cotidianas y masivas han
    convertido a la compasión y la misericordia, en cosa del
    pasado. Hemos vuelto a la tribu. La historia siempre da revancha.
    Tenemos que completar la obra iniciada. Mal que nos pese, somos
    los predadores por excelencia porque hemos sido concebidos como
    hijos dilectos de la muerte. Recuerde esto: sólo
    será verdaderamente hombre, el día que sea capaz de
    matar sin esos estúpidos remordimientos de conciencia. Y
    no lo dude: si cree que alguien debe morir, mátelo
    sin compasión."

    Al pie de la letra, padre. Cumpliré la sentencia
    de muerte. No me importan los lazos de sangre. De haber
    triunfado la compasión, se hubiera suprimido la
    historia.
    ¡Vaya pensamiento!

    Esta frase me ayudó con algunos pruritos morales
    que pude superar durante la época de la gran
    represión desatada por la Junta Grande. Después de
    asumir el síndrome colombiano; cuándo me
    había acostumbrado a levantar la hipoteca de tantas
    muertes sociales, llegó el gran desafío de matar
    fuera de la impronta patriótica de las guerras. Por eso,
    aquello de… si hubiera triunfado la compasión,
    se hubiera suprimido la historia,
    liberó algunos
    resabios de cargos de conciencia cada vez que arrasábamos
    los asentamientos urbanos de piqueteros e indigentes, secundados
    por el ejército y la policía. Sí, uno lo
    recuerda de manera muy particular, padre, porque en aquella
    época estrené el Fúsil láser de doble
    boca-maravillosa arma-, con un alcance garantido de 2500 metros.
    Para mayor satisfacción, el mío era exclusivo,
    porque venía con un rociador de plasma
    calorífero, capaz de generar temperaturas envolventes de
    hasta 1200 grados (recuerdo la enorme excitación que
    producía en mí, cuando el láser
    encendía el aire en un radio de 5000 metros cuadrados).
    También recuerdo que los niños eran alzados en vilo
    y pulverizados por el calor abrasador. Pero nunca sentí
    lástima ni jamás pude dejar de dormir por
    eso.

    (Claro que para mí no era una cuestión de
    ideología. Yo mataba sin remordimientos porque de alguna
    manera, estaba reparando un error de Dios. Me decía:
    Estos negros de mierda revoltosos; estos tullidos; estos
    raritos del orgullo gay, los travestidos y los casados homo que
    se han refugiado en esos guetos miserables, deben ser eliminados
    sin compasión.)

    ………………………………………………………………………………………………..

    Cierto es que hubo una época en que traté
    de escapar de usted (hablo de su influencia, padre). Cuando
    huí de casa y conocí a la mujer que luego
    sería mi esposa, creí que la vida me
    ofrecería la posibilidad de una vida diferente. Y
    más lo creí con la llegada de mis hijos. Hasta que
    la dolorosa verdad se alzó frente a mí cómo
    un maldito juego de espejos dobles, el día que otros
    hombres- los hijos de puta subversivos como mi hermanastro- me
    arrebataron a los seres que había empezado a amar, en
    aquel gigantesco atentado de la estación de Retiro (ya
    sé que usted lo sabe, padre, pero es bueno recordarlo
    juntos). Me dije entonces: John Updike
    Paradela: es hora de que recuperes tu esencia
    . Nunca
    más la hipocresía como condicionante social de
    nuestro instinto predador.

    Por eso volví a mi antiguo empleo. Pero no de
    manera gratuita; no matar por matar; no padre, nada de eso. En
    esto somos muy diferentes. El crimen necesita del sesgo
    ideológico para que cada muerte encuentre su propia
    justificación. Cada encargo de muerte es un trabajo, y
    además, un trabajo con el cuál comulgo desde
    entonces. Usted mismo padre, comprobó mi adhesión a
    esa causa más de una vez, porque actuando como asesor
    militar extranjero, coincidimos en algunas de las
    razzias.

    Pero lo que más me quedó grabado fue eso
    de que había que extirpar las lacras sociales:
    desde los pobres a los contestatarios de todo tipo, pasando por
    los individuos marcados con algunas formas de taras física
    o psíquicas; sólo así, según usted,
    destruiremos el contagio de los débiles. Pienso
    que esto de extirpar las lacras sociales debería figurar
    en primer lugar en el decálogo del nuevo hombre.
    ¿Qué le parece, padre? Una moral acéfala de
    afectos, libre de la esclavitud generada por el amor
    biológico o el de las sábanas sudadas. Claro que no
    es fácil, padre; las sanguijuelas de la sangre
    estarán siempre listas para caernos encima. Muchas o
    pocas, no existe hombre libre de ellas. Yo también tuve mi
    momento de debilidad, padre-algo que por supuesto no
    ocurrió otra vez ni volverá a ocurrir- ; sí,
    yo tuve mi momento de debilidad ni bien penetré en mi
    antiguo hogar, en medio de su rutina matrimonial de los
    últimos años. El destino o no sé qué,
    me hizo llegar en medio del LáserHologram con
    música sacra, que usted activaba cada vez que se
    recluía con mamá en el último piso del
    Hostal. A propósito del Hostal, padre: me dijo
    usted que había sido adquirido oficialmente por la DEA
    como central de operaciones Región Sur; pero las malas
    lenguas dicen que la finca en Tandil fue un regalo de los Barones
    de la droga; en fin, eso no importa ya.

    Cumpliré con la sentencia, Groissman.
    ¿Cuándo te fallé ruso? (te escribo pero
    tengo la impresión de estar hablando con vos). Vamos
    Groissman… Podés decirle a tu gente que se quede
    tranquila. Me importa un carajo los lazos de sangre.

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