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La quinta de Rosas en Palermo




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    Origen y formación de la quinta de Juan Manuel de
    Rosas, subsistente origen del Parque 3 de febrero –
    Monografias.com

    Origen y formación de la quinta
    de Juan Manuel de Rosas, subsistente origen del Parque 3 de
    febrero

    Palermo de San Benito

    1580/1852

    Monografias.com.

    Residencia de Rosas en Palermo.
    Óleo de Amelia Leverato, 1991

    Estaba ubicada en la intersección de las
    actuales Av. del Libertador y Sarmiento.

    A su frente el estanque en el cual desembocaba el
    canal central que seguía la traza de la actual Av. del
    Libertador a partir del arroyo Manso (actual calle Austria) El
    cual puede apreciarse en los grabados que se reproducen en la
    páginas 25 y 34 de este estudio.

    Alberto Pereira
    Ríos

    2012

    Suele decirse que la lejanía es el
    estímulo más poderoso para rencontrarse con
    imágenes del pasado. Momentos en los cuales, afluyen
    espontáneas y nítidas. En especial aquellas en que
    se evocan tiempos protagónicos.

    Las de Manuela Rosas, habrán reflejado
    aquel mundo tan peculiar, en el cual era reconocida como su
    indiscutida reina.

    Caseros señaló el fin de aquella
    época tan controvertida, y con ella, su expresión
    más mundana: Los ineludibles años del mundo
    palermitano.

    Londres, 7 de septiembre de 1897

    En su ya largo exilio, Manuela Rosas (80) y su
    esposo Máximo (82) evocaban ante su hijos Manuel
    Máximo (44 y Rodrigo Tomás, (42) algunos intensos
    aunque fugaces momentos de su pasado en la quinta de Palermo de
    San Benito.

    Nunca olvidarían ese lugar de ambiente alegre
    y palaciego que fue, cual Versalles pampeano, el sitio de
    encantadoras fiestas organizadas por ella y disfrutadas por la
    juventud dorada de la época.

    Manuel Máximo: Hasta hoy solo les hemos
    escuchado algunas referencias generales de su ponderada
    quinta.

    Rodrigo Tomas: Conocer su historia significa
    para nosotros mucho más que un interés corriente,
    ya que nos permite difundirla a todos los que podrían
    interesarse, entre los cuales, privilegiaremos con tal
    conocimiento a nuestros propios hijos.

    Manuel Máximo: Si madre. Nos importa y
    mucho no perder la memoria del pasado familiar, más
    cuando, nuestros propios padres, fueron coprotagonistas de
    sucesos, de relevancia histórica.

    Manuelita: Yo diría que el verdadero y
    único protagonista, que tuvo como marco la quinta de
    Palermo de San Benito, fue tatita, nosotros
    solo fuimos personajes secundarios en aquel tiempo en que
    nuestras vidas transitaban horas tan amables como
    intensas.

    Máximo: Entendemos lo que significa para
    ustedes conocer esos sucesos a través de nuestro relato.
    Para lo cual creo que es relevante aplicar en lo posible, un
    orden cronológico, y asumirlo con
    objetividad.

    No tengo dudas que, su punto de partida fue un remoto
    suceso que tuvo lugar en la aldea recién fundada por Garay
    y que es considerado por los historiadores uno de los eventos
    trascendentes en los anales de la ciudad de Buenos Aires. Me
    refiero a aquel que fuera registrado en el acta del 24 de octubre
    de 1580.

    Allí Juan de Garay, su fundador anunciaba:

    "He empezado a repartir a los pobladores y
    conquistadores, tierras, caballerías, solares y cuadras
    … las cuales las doy y hago merced … para que como
    cosa propia suya, puedan en ellas edificar … casa como
    corrales y poner ganados … y hacer labranzas … y
    poner plantas y árboles … como si los hubieran
    heredado de su propio patrimonio, y como tal, lo pueden vender y
    enajenar … con tal de que sean obligados a sustentar dicha
    población por cinco años …"

    Garay las llamará "Suertes" (2) ó
    Chácaras, sin embargo, con el correr del tiempo, ese
    nombre derivará impropiamente en chacra.
    (3)

    Tenían su frente en el filo de las barrancas del
    Río de la Plata. Eran 65, de las cuales 31 estaban dentro
    de los actuales límites de la ciudad. Tiempo
    después y de manera progresiva, se fueron acreditando
    otras, con frente al Riachuelo (4) Ambas topaban en sus fondos,
    dando forma al actual contorno de la ciudad, (la cual semeja
    una mano abierta).
    Las primeras tenían entre 300;
    350; 400; 450 y 500 varas de frente por una legua de fondo, entre
    las cuales estaba la que interesa a nuestra historia.

    Dicha heredad (limitada por las actuales calles
    Godoy Cruz y Fitz Roy tenía 350 varas de frente)
    fue
    acreditada a Miguel Gómez de la Puerta Saravia.

    Así pues, esta chácara, habría de
    convertirse en el punto de partida del que no dudo será el
    parque más famoso de la ciudad de Buenos Aires.

    El principal protagonista de aquel tiempo, será
    un señor llamado Juan Domínguez Palermo,
    al cual se supone de origen siciliano. (5) y que
    desembarcó en la aldea en 1583.

    Cuentan que el personaje logró acceder a cargos
    de importancia en la administración de aquella.
    "Tenía fama de culto ya que sabía leer, lo cual
    no era poca cosa en aquellos días".

    En 1590 lo hicieron alguacil, cargo que le fue
    adjudicado por el cabildo. Además de su cultura
    debió contar con algunas otras virtudes personales, que lo
    hacían un tipo simpático y sociable. Esta
    condición debió facilitarle alcanzar objetivos
    personales, entre otros, la de relacionarse con la
    señorita Isabel Gómez de la Puerta Saravia, hija
    del propietario de la mencionada chácara.

    Juan Domínguez Palermo prosperó en los
    negocios, compró las chácaras linderas a
    la que heredó de su suegro y fue de los primeros
    pobladores en sembrar trigo y plantar frutales en sus crecientes
    dominios.

    Nuestro hombre no solo dio su apellido a la hija del
    primitivo dueño de la chácara original, sino
    también al paraje, denominación que perdura en
    nuestros días" (6)

    Rodrigo Tomás: ¿Como
    surgió su segundo nombre?

    Manuelita: Tu abuelo no dejó de aplicar
    el santoral como era costumbre entre los católicos de la
    época. De manera que al formar la quinta lo tuvo muy en
    cuenta. Mantuvo el nombre de Palermo porque así se llamaba
    la zona y así figuraba en las escrituras de todas las
    fracciones que adquirió "en el bañado de
    Palermo"
    y el "San Benito", lo agregó en
    ocasión de tomar posesión de su primera
    fracción, o sea el 12 de enero de 1838, fecha en que se
    celebra San Benito Biscop. Así pues, de la
    conjunción, del nombre del lugar y del onomástico,
    surgió el tan famoso "Palermo de San
    Benito".

    Máximo: La historia de Palermo actual da
    comienzo con esa compra.

    Tengamos presente que el lugar si bien debe su nombre a
    la iniciativa y empuje de su primer propietario, su
    carácter fundamental lo recibió de don Juan Manuel,
    que supo imponerle su personalidad, la que hoy, ya en las puertas
    del siglo XX, sigue en cierta forma conservando". (7)

    Rodrigo: – Supongo, madre, que el abuelo
    habrá tenido alguna motivación especial que lo
    indujo a proyectar su quinta en ese lugar.

    Monografias.com

    Acto inicial de la
    fundación de Buenos Aires 11 de junio de
    1580

    Monografias.com

    Máximo
    Terrero

    Manuelita: -Supones bien. Ustedes aunque muy
    jóvenes lo conocieron (Cuando Rosas falleció en
    1877, Manuel tenía 21 y Rodrigo 23)
    por tanto deben
    saber que tatita era un hombre muy personal en sus gustos. O sea,
    que solía andar siempre a contramano del resto de la
    gente. Me consta que jamás fue una persona gregaria, o
    sea, de aquellas que experimentan satisfacción de ver
    semejantes a su alrededor. Muy por el contrario, sentía
    aversión hacia la ciudad y amaba profundamente el campo en
    el que se había criado, y donde se sentía
    plenamente a sus anchas.

    Manuel: ¿Pasó muchos años
    en el campo?

    Manuelita: Me consta que vivió muy
    intensa y provechosamente esa etapa de su vida.

    Ya a los 14 estaba familiarizado con las tareas rurales
    y allí permaneció, hasta el momento en se hizo
    cargo del gobierno de la provincia en 1829.

    Rodrigo: Si no me equivoco tendría por
    entonces 36 años.

    Monografias.com

    Casa de la familia Ezcurra, sede
    del gobierno de Rosas durante su

    primer gobierno y parte del
    segundo.

    Manuelita: Si, sí, esa edad.

    Durante todo el tiempo que permaneció en esos
    lugares administró la estancia de mi abuelo paterno, las
    propias y las de terceros. Todas de vastedades inimaginables,
    tanto, mis queridos muchachos, que algunas eran más
    extensas que un condado de este país.

    Manuel Máximo y Rodrigo:
    ¡¡Ehhh…!!

    Máximo: Que nos les quepa la menor duda.
    Hacia la primera mitad de este siglo el campo en nuestro
    país, era un lugar tan extenso, como insondable e
    inhóspito. Gran parte de su superficie estaba bajo el
    control de tribus de indios hostiles.

    Las estancias ubicadas más allá de la
    línea de fortines eran avanzadas expuestas a los
    malones. Por tanto, era necesario contar con una peonada
    en constante alerta y regimentada militarmente. Todo lo cual,
    supongo, debe resultar difícil de imaginar por aquellos
    que, como ustedes, fueron criados en una gran ciudad como
    Londres.

    Lo cierto es que su abuelo había hecho buena
    parte de su vida en esa, inmensidad de la que hizo, sin siquiera
    sospecharlo, su aprendizaje político.

    Allí había sido el más
    hábil, el más trabajador, el más
    enérgico, el más duro e inflexible. Unió al
    espíritu autoritario del estanciero de la época, la
    destreza del gaucho y la desconfianza del indio.

    Años después, cuando las circunstancias
    políticas lo llevaron a la gobernación de Buenos
    Aires, era previsible que, siendo como era un hombre de
    costumbres sencillas, desechara instalarse en el
    "fuerte", sin duda marco más apropiado para la
    pomposa formalidad de sus inmediatos predecesores. Ocupó
    entonces para el ejercicio de sus funciones, la casa de mis
    abuelos maternos, (Los Ezcurra) ubicada en el centro
    histórico de la ciudad. (8)

    Rodrigo: Tal vez conserves alguna
    reproducción de aquella casa a través de la cual,
    podamos apreciar la arquitectura de Buenos Aires de los primeros
    años de este siglo.

    Manuelita: Algo más que eso, les
    mostraré una fotografía que trajo vuestro padre de
    su último viaje, Allí podrán apreciar su
    fachada, de la que fuera en su época una de las
    residencias más importantes de la ciudad. Sin embargo,
    estoy en condiciones de afirmar que tampoco en ella se
    sentía a gusto; añoraba el campo al que ya solo iba
    ocasionalmente en razón de sus funciones. Tal vez esa
    nostalgia, lo haya impulsado a comprar una fracción de
    terreno, la primera, de las treinta y seis con las que, al cabo
    de ocho años formó su quinta.

    Monografias.com

    Fracciones adquiridas por Rosas
    que conformaron la quinta de Palermo

    de San Benito

    Predio en el cual, logró tras duro y tesonero
    trajinar, establecer su residencia, en un lugar que en esa
    época, hubiera sido descartado por cualquier otra persona
    que no fuera él.

    En esos años, la ribera (del Río de La
    Plata) y sus adyacencias aún se las mencionaba por uso
    ó costumbre como tierras realengas, ya que tales heredades
    fueron desde el principio, propiedad, de la
    Corona.

    Abarcaban toda la superficie ubicada desde el filo
    de las barrancas hasta las márgenes del
    río.

    En ese lugar mis queridos muchachos, al que no pocas
    veces añoro experimenté inolvidables vivencias en
    el orden personal y social asumiendo las responsabilidades que me
    tocaron en suerte, y de las que hoy me enorgullezco y que forman
    parte de lo mejor de mis recuerdos. Tiempos de los que hoy me
    apena decirlo, son inexplicablemente bastardeados por algunos de
    los que en aquella época se decían nuestros amigos
    y los que en el presente, salvo excepciones, se empeñan en
    borrar todo vestigio de su pasado palermitano.

    Manuel: Son aquellos que siempre se arriman al
    sol que mas calienta. Por lo demás, no te preocupes madre,
    sé que duele, pero tengo la certeza de que otras
    generaciones evocarán esos años, sin prejuicios ni
    rencores.

    Rodrigo:: Retomando el tema madre,
    ¿Tuviste oportunidad de ver la zona tiempo antes de
    comenzar los trabajos?

    Manuelita: Solo una vez, aunque lo suficiente
    para recordar lo desolado de aquel paraje.

    Rodrigo: Supongo que estaría habitado
    solo por la fauna del lugar.

    Manuelita: Sí, auque pude visualizar a
    algunos pescadores que lo hacían a caballo y con
    red.

    Máximo: El lugar era inhóspito,
    lo cual hizo posible que en otros tiempos fuera utilizado como
    playa de maniobras del contrabando.

    Rodrigo y Manuel:
    ¡¡Contrabando!!

    Máximo: Tengan por cierto que el
    contrabando estaba profundamente arraigado en la sociedad de
    entonces. Se convirtió durante decenas de años en
    la actividad más lucrativa del Buenos Aires. Los
    delincuentes eran funcionarios de la corona, que
    contaban con la tácita complicidad de los gobernadores de
    turno y bendecidos sacramentalmente por el clero de la aldea.
    Todos involucrados en infringir la Ley, lo cual les
    permitía acrecentar notablemente su fortuna, en detrimento
    de la corona y el erario público.

    Las barcazas y falúas procedentes de la Colonia
    del Sacramento, eran portadoras de los productos que se
    introducían en la ciudad. Estas atracaban en la boca del
    arroyo Maldonado, protegida por entonces por densos pajonales,
    lugar ideal para ocultarse de la vista de la vigilancia nominal,
    impuesta por las autoridades, vista la necesidad, de guardar las
    formas ante los funcionarios de la Real Audiencia que aportaban
    los datos para los juicios de residencia a que eran
    sometidos los funcionarios coloniales. (9)

    (De lo expuesto, se infiere que la
    corrupción, inocultable tentación de funcionarios
    públicos, nació y pervivió floreciente hasta
    nuestros días en las márgenes del
    Plata.

    Rodrigo: ¿De que fuente obtuviste tal
    información?

    Máximo: De mi amigo don Pedro De Angelis
    (10) el mayor erudito de la época, en temas relacionados
    con nuestro pasado histórico. Asiduo visitante de la
    quinta, y redactor de la Gaceta. (Único medio oficial
    del período rosista)

    Manuelita: Antes de contarles algunos detalles
    de la formación de la quinta, importa que sepan que en
    esos años las que estaban de moda eran las del barrio sur.
    Bordeaban su vía principal que era llamada La Calle
    Larga (hoy Av. Montes de Oca)
    Era con mucho, el lugar
    elegido por lo mejor de la sociedad porteña.

    Cuando se enteraron que mi padre compraba tierras en el
    bañado, algunos comentaron socarronamente su
    decisión que consideraban tan extravagante como
    extemporánea, ya que la ribera era como ya les
    comenté, un perfecto baldío de tierras malas y
    bajas. Sin embargo, debo confesarles que, conociendo a
    tatita, no me llamó la atención.
    Sabía que si la tendencia era comprar en el sur, él
    lo haría en el norte.

    ¿Van comprendiendo ahora porque su abuelo
    prefirió ser propietario en ese lugar?

    Rodrigo: Además de testarudo, es
    evidente que tenía muy alta su auto estima, y dinero en
    cantidad suficiente para respaldar su proyecto. Por eso no me
    extraña que haya encarado con seguridad y frío
    calculo, la inmensa tarea, pese a las dificultades que esta
    entrañaba. Sabía el muy travieso, que
    todos, amigos y enemigos estarían pendientes de los
    resultados.

    Manuel: Es obvio que le encantaba estar en la
    mira de todos. (Tal como lo hacen y lo hicieron los
    políticos profesionales de hoy y de
    siempre)

    Máximo: Sus comentarios suenan un tanto
    irreverentes, aunque debo admitir que no son del todo
    desacertados. En lo personal yo nunca dudé que se
    saldría con la suya. El Rosas de aquellos años, no
    daba ningún paso sin calibrar con precisión sus
    proyectos. (Todos de largo aliento)

    Rodrigo: ¿Que tipo de vegetación
    y fauna era la original de la zona?

    Máximo: Sobre las barrancas se avistaba
    solo algún ombú. Y a su vera el infaltable
    rancho.

    (Ver pintura del siglo XIX de Carlos Enrique
    Pellegrini y Prilidiano Pueyrredón)

    En la ribera se podían apreciar: ceibos, talas,
    sauces, espinillos y cañaverales. A orillas del río
    solo algunos camalotes y tupidas masas de juncales.

    Tengo entendido que en la ribera merodeaban
    yaguaretés (también conocidos como
    jaguares)
    que se introducían en la zona en
    épocas de crecientes. Eran de verse
    también otras especies tales como nutrias;
    flamencos; loros y variedad de pájaros. ¡Un lugar
    sorprendentemente agreste! (11)

    En cuanto a su valor económico, no tenía
    ningún tipo de atractivo que pudiera otorgar a sus
    compradores eso que hoy llaman "status"

    Manuelita: Pero, para tatita, aquel era el
    ámbito ideal para el proyecto que seguramente
    elucubraba.

    Aquellos pantanos fueron solo un pantalla de los que se
    valió para demostrar a propios y extraños su
    inquebrantable tesón. Por lo demás, el lugar le
    daba sobradas garantías de disfrutarlo sin vecindades
    indiscretas.

    Monografias.com

    Sector del plano de Adolfo Sordeax
    (1850) de la ciudad, donde se puede distinguir la quinta de
    Palermo de San Benito

    Publicado por revista Buenos Aires
    20. El Parque 3 de Febrero, octubre de 1991.

    La propiedad de Rosas formaban una lonja sobre la
    ribera que iba desde la actual calle Ugarteche hasta donde hoy se
    levanta el Tiro Federal y unos lotes aislados frente a la sede
    central del Automóvil Club Argentino, limitaba por el
    sudoeste por la actual Av. Santa Fe. (12)

    Máximo: La comarca estaba surcada por
    arroyos, que en ciertas épocas del año se
    trasformaban en torrentes que inundaban sus valles. Entre los
    cuales el de mayor extensión era el Maldonado,
    (que señalaba el límite noroeste de la quinta
    propiamente dicha.
    Seguíale en importancia el
    Manso ubicado hacia el Sudeste. El cual,
    originariamente desembocaba en el río. Rosas dispuso
    desviar su curso con la intención de que su caudal pudiera
    formar parte de su proyecto.

    (Actualmente sigue el trazado actual de la calle
    Austria, naturalmente entubado)

    Había otro ubicado hacia el noreste que
    corría al lado del rancho de un tal Vega.

    Las tierras eran solo aprovechables a partir de unos
    trecientos metros de la ribera hacia el sur.

    (Cuyo límite aproximado era el actual
    emplazamiento de la Av. del Libertador).

    Sin embargo no pocas veces, las aguas del río
    impulsadas por las sudestadas, superaban su nivel
    ordinario y anegaban toda la ribera y en ocasiones hasta el mismo
    pié de las barrancas.

    Los terrenos ubicados en el área opuesta, es
    decir, los adyacentes al río, permanecían
    permanentemente empapados aún en tiempos de
    sequía.

    Manuel: De lo cual, no resulta difícil
    poder afirmar que el lugar, no era apto para realizar cultivos,
    ni para la cría de ganados y
    caballerías.

    Máximo: Sin duda, y como ya les
    comenté, era solo utilizado para el contrabando en el
    período hispánico.

    De manera que, la trasformación de los pantanos,
    era una obra de tal envergadura que sobrepasaba con mucho, los
    recursos materiales de la época.

    Manuelita: Por tal razón era
    lógico suponer que muchos vecinos más allá
    de distingos ideológicos, expresara sus dudas (claro
    que por lo bajo)
    tal como ya les habíamos adelantado,
    del éxito de la empresa y algunos otros, la calificaban
    como "un delirio del omnipotente gobernador".

    (Versiones provenientes del servicio
    doméstico de la ciudad, gente de color, fervientes
    partidarios de Rosas)

    Tatita no solo no prestó oídos a tales
    comentarios, muy por el contrario, estoy segura que los mismos,
    obraron como un poderoso aliciente para el logro de sus
    propósitos.

    Asumió con determinación el desafío
    de convertir aquella zona pantanosa en su lugar de residencia; lo
    cual tal como se verá, resultó bastante más
    difícil hacerlo que decirlo.

    Manuel: Fue sin duda una tarea que aún
    hoy en vísperas del siglo XX, no resultaría
    sencilla realizarla.

    (Ninguna construcción privada ejecutada en el
    siglo XIX puede asemejársele, solo dos obras
    públicas realizadas tiempo después, sobrepasaron su
    envergadura: La Aduana Taylor 1854/57 y Puerto Madero
    1887/97

    Rodrigo: ¿Cuáles fueron los
    primeros pasos de la obra?

    Máximo: Se comenzó por rellenar
    el pantano, para lo cual sus capataces comenzaron a comprar miles
    y miles de metros cúbicos de tierra.

    Manuel: ¿De donde hizo extraer
    tamañas cantidades?

    Máximo: Fueron toneladas de tierra
    procedentes de una zona vecina (Actual barrio de
    Belgrano)
    a la cuales se sumaron los excedentes derivados de
    la apertura de un canal, que formó parte del proyecto. La
    tierra era transportada por medio de caravanas de carretas que
    llegaban también de otras direcciones en sucesión
    interminable. (Sarmiento se atreve a asegurar que fueron
    más de un millón las carretas
    empleadas)

    Ahora bien, las tareas no solo consistían en
    apilar sucesivas capas de tierra, fue necesario nivelar y
    habilitar una red de canales de desagües para desagotar el
    agua subyacente.

    Manuel: Entiendo que los mismos
    desaguarían en el río.

    Máximo: Indirectamente. En rigor lo
    hacían a través de los arroyos Maldonado y de
    Palermo. (Ver plano adjunto)

    Una tarea que parecía interminable, solo a su
    tiempo pudimos presenciar con alegría como el suelo se
    levantaba y el agua escurría por los canales.

    Tatita estaba obsesionado con su tarea. Pasaba
    sus días siguiendo de cerca sus progresos sin regresar a
    la ciudad. Para lo cual habitó temporariamente un rancho
    abandonado prexistente en el lugar.

    (Dicha vivienda de uso transitorio, estaba ubicada
    en lo que es hoy la Av. Figueroa Alcorta y Sarmiento.
    Aproximadamente donde décadas después se
    habría de instalar el famoso "Café de Hansen";
    mítico punto de referencia en los albores del
    tango)

    Manuelita: Ya habrán asumido que la idea
    de tatita era convertir aquel desolado lugar, en el
    asiento de su gobierno. Para lo cual, decidió que la
    residencia debía lucir rodeada de jardines y
    bosques.

    A los sauces, ceibos talas y espinillos existentes hizo
    agregar grandes plantaciones de duraznos, naranjos, álamos
    ombúes, muchos de ellos traídos desde las islas del
    delta del Paraná en el vapor
    Manuelita.

    La tarea no fue sencilla, muy por el contrario; cuando
    las raíces de los árboles llegaban al subsuelo
    aún cenagoso, estos comenzaron a pudrirse salvo los
    álamos. Tal circunstancia planteó un grave
    problema.

    Sin embargo, el no se desanimó, para salvar el
    inconveniente hizo volcar nuevas carretadas de tierra negra sobre
    el suelo, afirmando su férrea voluntad de salirse con la
    suya y hacer de aquel páramo un jardín
    ejemplar.

    Continuo sin pausa, la plantación de
    árboles cuyo número se contaba por
    miles.

    Muy lentamente se fue logrando el objetivo a costos
    ingentes, en esfuerzos y dinero. Resulta justo señalar que
    Rosas no uso un centavo del erario público. Todo lo
    costeó de su bolsillo, era sabido que era uno de los
    mayores propietarios de tierras explotables de la provincia y
    posiblemente el más acaudalado.

    Máximo: Así pues, las tareas que
    él llamaba de desmonte, terraplenado y rellenado,
    demandaron ingentes sumas de dinero. Todas sus estancias debieron
    trabajar y producir a pleno para cubrir sus costos.

    Monografias.com

    Manuela Rosas. y
    Ezcurra

    Óleo de Prilidiano
    Pueyrredón

    Manuelita: Coincidente con tales trabajos se
    iba levantando la residencia.

    Manuel: ¿De que estilo fue planificada?
    (13)

    Máximo: Yo diría que tu abuelo
    buscó deliberadamente la utilización del colonial
    como afirmación del propio ser y en repudio del estilismo
    europeo del momento; precisamente del enemigo que en ese tiempo
    estaba bloqueando sus puertos. (Se refiere a la escuadra
    francesa, 1840)

    Fue en definitiva un gesto, una afirmación de una
    arquitectura nacional, o sea, la búsqueda de un estilo
    propio basado en la tradición arquitectónica del
    país, o sea, el barroco colonial hispano
    americano.
    A propósito de lo cual, les leeré
    un párrafo de unos apuntes que conservo de aquella
    época en el cual el autor aporta una síntesis de la
    idea: "La robusta macicez del palacio se aligeraba en las
    arquerías abiertas hacia aquella riqueza exterior de
    jardines, parques, estanque, montes de árboles frutales y,
    más lejos, el río más ancho del mundo. De
    tal forma quedaba integrada la naturaleza con su arquitectura, a
    la vez importante y sobria. Así dejó el ingeniero
    Felipe Senillosa la memoria descriptiva de su estilo. Conviene
    aclarar que fue solo su diseñador. De tal manera su
    trabajo fue uno de los mejores testimonios de su sensibilidad de
    artista
    ". (14)

    Rodrigo: Creo que fue un acierto buscar su
    estilo dentro del acervo arquitectónico del país.
    Hubiera quedado francamente decepcionado si se hubieran aplicado
    otros, ajenos a su verdadera naturaleza.

    Manuelita: Su aspecto lo pueden apreciar en
    esta foto, en la que, en general, luce en buen estado de
    conservación, aunque vuestro padre y yo extrañamos
    su entorno de jardines y bosques que le aportaban un singular
    encanto en su época de esplendor.

    Monografias.com

    Daguerrotipo de la
    casona

    He aquí algunas opiniones de observadores
    idóneos, con respecto al estilo del caserón.
    Ramón Gutiérrez opina que el planteo de la misma es
    compacto, mostrando la intención del constructor de
    integrar el clasisismo italiano con la arquitectura de
    tradición hispana. Horacio J. Pando dice que hubo un brote
    de neocolonialismo en una coyuntura crítica para el
    país alrededor de 1850, señala ejemplos como el
    caserón de Palermo de Rosas ó la Aduana Nueva. En
    éstos se buscó mantener la pureza colonial adaptada
    a edificios modernos.

    Manuelita: Aún conservo en mis retinas
    el aspecto exterior de nuestra residencia la cual
    resplandecía siempre de blanco purísimo. Claro que
    los bosques y jardines tomaron su tiempo en aparecer. Recuerdo
    que todavía en 1842, los terrenos se mostraban
    vacíos, todo aparecía bastante desolado. Para
    alcanzar el nivel soñado por mi padre, hubo que trajinar
    algunos años más.

    Según recuerdo, el estado ideal se logró
    poco después de 1850. O sea que tuvimos poco tiempo para
    disfrutar de su máximo esplendor.

    Manuel: ¿Existe actualmente?

    Máximo: Tengo entendido que sí, y
    espero que siempre se conserve como patrimonio
    histórico.

    Rodrigo: Sus dimensiones la hacen muy a
    propósito para transformarla en museo.

    (Infortunadamente sus expectativas no eran
    coincidentes con las de los gobernantes de entonces, que
    resolvieron demolerla un 3 de febrero de 1899 en recuerdo del
    cuadragésimo séptimo aniversario de la batalla de
    Caseros. Tal tremendo desatino, se produjo durante la presidencia
    del general Roca (1898/1904) y la intendencia de Adolfo Bullrich,
    1898/1902) Único caso en el mundo, de un país donde
    se destruyo gran parte de su el patrimonio histórico. Se
    llegó incluso a tener tanta fobia por la tradición,
    en ese tiempo, que se maquilló el mismísimo
    cabildo, convirtiéndolo en un adefesio. A tal punto que
    tuvieron que restituir con alguna aproximación su estilo
    de origen en el año 1940; tal como se puede apreciar en el
    presente. (Así pues, la torre actual es de menor altura
    que la original)

    Monografias.com

    El cabildo en la época de
    la presidencia de Sarmiento (1869)"El
    maquillaje"

    lo convirtió en un
    adefesio, a causa de la manía extranjerizante de los
    prohombres
    de
    entonces.

    Máximo: Como pueden apreciar en el
    grabado, era un amplio caserón que adoptaba la figura un
    rectángulo; (Ver plano adjunto) medía 78
    metros por 76, su eje mayor se orientada de NE. a S.O.

    (Avanzaba 10 metros hacia el sur sobre la actual Av.
    Del Libertador
    . Su correcta ubicación se advierte
    en un plano que Malavert en colaboración con Benoit que se
    publicó en 1867)

    En cada uno de los vértices había un
    torreón semejando el plano de una fortaleza. Todo era
    recto, como trazado con escuadra.

    Ocupaba una superficie de unos 6.000 m2. Se dice que
    para su construcción se utilizaron ladrillos cocidos
    montados en mortero de cal y argamasa. Esta última
    provenía de una antigua calera de la zona (Que
    habían ya utilizado los Padres Franciscanos)
    que,
    estaba ubicada hacia el norte de la casona; en las proximidades
    de un curso de agua, que corría más allá de
    unos alfalfares (Arroyo Vega) y sobre la barrancas del
    actual pueblo de Belgrano.

    (Toda la superficie de la residencia estaba cubierta
    por una azotea dispuesta con la idea de avizorar el
    río.
    (15) estaba enmarcada por rejas de hierro,
    sostenidas a intervalos regulares por elevadas pilastras de
    mampostería, algunas de las cuales, servían a la
    vez de chimeneas; ver opinión de Sarmiento)
    (16)
    Los pisos eran de baldosones rojos. Los cielorrasos estaban
    pintados a la cal; eran de excelente madera dura y
    resistente.)

    La casona se construyó incluyendo la totalidad
    del cubierto de una casa existente en la fracción que
    Rosas compro al señor Hornung. Constaba ésta de
    seis habitaciones. De tal forma, el bloque preexistente,
    pasó a formar parte con las adaptaciones del caso, del
    sector Este de la residencia.

    En sus primeras etapas, la construcción del
    edificio fue comenzada bajo la dirección de Santos
    Sartorio y terminada por el maestro Miguel Cabrera.

    Monografias.com

    En primer plano los caminos, la
    cocina y al fondo parte de la casona y

    camino de entrada a la residencia
    de Rosas.

    Acuarela de Campaña,
    1850

    Manuelita: Ocupamos la residencia de manera
    permanente en el año 1848. Su interior constaba de 16
    habitaciones que estaban distribuidas y ocupadas de la siguiente
    manera:

    El comedor principal daba al frente Norte, es
    decir hacia la calle que nos conectaba con el Camino a Santa Fe.
    (Hoy Av. Sarmiento) En tal orientación estaba la
    entrada principal.

    Sobre ese lado se hallaban también ubicadas y
    contiguas la sala y oficinas de la secretaría de
    tatita, la habitación de Máximo, una
    salita y dependencias, que estaban separadas de los ambientes
    anteriores por un pasadizo.

    En el frente Este, o sea, el sector que daba al
    río, lo compartía con algunas amigas que voy a
    nombrar, aunque sus nombres ya les deben resultar familiares, me
    refiero a Dolores Marcet y Juana Sosa. Lindera a nuestro sector
    había un lugar que llamábamos patio de las
    piletas,
    en el cual florecían las plantas más
    delicadas y más raras que pudimos conseguir. Recuerdo que
    en las mañanas al abrir nuestras ventanas
    exhalábamos sus delicados perfumes que se mezclaban con el
    de dos seculares espinillos.

    Todo el frente Sur era el sector ocupada por
    tatita, el cual se componía de dormitorio,
    despacho, sala particular y habitaciones de servicio.
    (17)

    De ese lado del edificio y a partir del patio,
    había emplazada una escalera que comunicaba con la
    azotea.

    Del lado Oeste se hallaba el gran salón
    donde se recibía a los diplomáticos y
    personalidades relevantes. Cercano al torreón de lado
    sudeste se hallaba la capilla dedicada a la Purísima
    Concepción.
    En ella no había confesionarios y
    oficiaba misa el padre Fernando, también conocido como
    Padre Lozano, ó Padre
    Sevilla.

    Máximo: A diferencia de lo que ustedes
    están acostumbrados a ver aquí en Londres el
    mobiliario era sobrio aunque decoroso. Los muebles eran de caoba.
    Las camas de bronce; los divanes y las sillas estaban tapizados
    de rojo al igual que los cortinados. Sobre los pisos de baldosas,
    se colocaban esteras durante el invierno. Solo el gran
    salón principal estaba alfombrado de manera permanente. En
    la galerías, se habían instalado bancos de caoba y
    mecedoras.

    Rodrigo: ¿Con que tipo de
    iluminación se contaba en esos años?

    Máximo: El alumbrado se hacía con
    lámparas de aceite.

    Manuel: Por lo que ustedes describen las
    dependencias auxiliares no estaban integradas a la
    casona.

    Máximo: Efectivamente, había
    varias y estaban separadas de la casona haciendo cruz y enfiladas
    hacia el noroeste. Veamos su nómina si mal no lo recuerdo:
    En primer lugar aparecían las barracas de la
    escolta del gobernador, conocida como La Crujía,
    inmediatas a ésta, se alineaban la cocina y otras
    dependencias auxiliares destinados a la peonada, seguían
    las caballerizas; talleres de carpintería y
    herrería y dos galpones aplicados a depósitos
    inusuales para la época: Un departamento de
    jardinería que almacenaba cantidad de semillas de todo
    tipo, correctamente clasificadas y ordenadas y otra destinada a
    veterinaria.

    Don Juan Manuel había dispuesto la
    creación de un pequeño jardín
    zoológico, así como también de un parque
    botánico.

    (Todo lo cual prefiguraba al Palermo
    actual)

    Monografias.com

    Soldado de Rosas, Monvoisin
    1842

    Tomando en cuenta el elevado número de personal
    el área de dependencias auxiliares fue ampliada a su
    tiempo con una enfermería y farmacia destinada a la
    atención de los habitantes de la quinta

    Hacia el sudeste (en lo que es hoy Palermo
    Chico)
    estaba La Batería esto es, el cuartel
    del regimiento de artillería y adyacente a él, el
    arsenal más conocido como Casa de
    Pólvora
    .

    Rodrigo: No recuerdo que hayas mencionado los
    sanitarios.

    Máximo: No los había. Se
    utilizaba bacinillas individuales y pozos ciegos como en todas
    las casas de ese tiempo.

    Instrumentos de uso generalizado, y vigentes hasta
    la instalación del servicio de cloacas que se
    instaló inicialmente en el casco histórico de la
    ciudad, y a partir del siglo XX.

    Manuelita: A su tiempo y con mucho esfuerzo,
    tatita logró obtener tupidos bosques y sus soñados
    jardines. Únicos en Buenos Aires que estallaban en flores
    y en colores inigualados, conformado por plantas y flores de su
    tiempo aparecían iridiscentes canteros de reseda;
    heliotropo, plantas de camelias, y de jazmines del Paraguay;
    aromas; laureles; rosales de las especies más
    exóticas; malvones madreselvas y otras tantas.

    El capellán norteamericano C.S. Stewart,
    quedó asombrado en 1851 de la belleza de los jardines
    palermitanos. Notó el cuidado extremo con que eran
    tratadas las plantas, al punto que los frutales eran cubiertos en
    las noches de invierno para evitar las heladas. Les llamó
    la atención una serie de canteros aterrazados cubiertos de
    flores.

    Cuadrillas de peones recorrían de un lado al otro
    los jardines, recogiendo las hojas caídas y limpiando los
    senderos, todo lucía inmaculado.

    Rodrigo: Lo que aquí llamamos un
    obsesivo del orden y de la limpieza.

    Manuel: Algo maniático, el abuelo dicho
    con todo respeto.

    Manuelita: Y no sabes hasta que punto.
    Había peones que no tenían otro empleo que
    perseguir y eliminar a las hormigas, otros de limpiar los
    árboles de los insectos que se pegan a sus hojas, y
    algunos más, cuya especial ocupación
    consistía en recomponer y conservar las
    "casuchas" de los naranjos que eran una suerte de
    cubierta de paja ó totora atada con tientos (18)
    destinadas a cubrirlos durante la estación de los
    fríos. (Había en Palermo cerca de tres mil
    naranjos)

    Manuel: ¿Llego en verdad a ser tan
    exigente?

    Manuelita: Tenía para con él
    igual grado de exigencias y de manías. (19)

    Aunque, en honor a la verdad que la gente tenía
    sus compensaciones, pagaba sueldos que oscilaban entre los $100 y
    los $600 pesos, según las tareas. Te aseguro que eran los
    más altos de la época, apreciablemente por sobre
    los comunes. No solo corría por su cuenta la
    alimentación y su alojamiento, también los gastos
    de médico enfermería y medicamentos que dicho
    personal pudiera necesitar. Además seguía pagando
    el sueldo todo el tiempo que durara la enfermedad y finalmente me
    consta que los inválidos ó ancianos imposibilitados
    de trabajar, recibían en premio a su lealtad, el sueldo
    íntegro por el resto de sus días.

    Máximo: Poco más allá del
    colorido que aportaban los jardines en derredor de la casona, se
    apreciaban los tupidos bosques de frutales, álamos y
    ombúes que habían sido traídos de distintos
    puntos del país. Entre los cuales hacían galana
    presencia algunos bustos de mármol ubicados sobre
    pedestales.

    En la margen del río se conservó la
    vegetación existente, propia del lugar.

    Monografias.com

    Grabado en el cual se puede
    apreciar el canal; la casona y a la derecha algunas de las
    dependencias auxiliares.

    Acuarela de Carlos Sívori
    de 1850

    Entre aquellos miles de árboles, uno de ellos
    llegó a ser leyenda, creada por el imaginario popular y
    hasta por enemigos políticos de tatita. Era un
    aromo y se alzaba junto a la casona.

    Rodrigo: Recuerdo vagamente haberles escuchado
    mencionar la razón de su nombre.

    Manuel: Si algo escuche, pero de momento no lo
    recuerdo.

    Manuelita: Les cuento entonces: Mi padre tenía
    por costumbre descansar a su vera.

    Algunas veces le hacía compañía
    para charlar de nuestras cosas, lo hacíamos también
    en épocas de levantamientos armados en tales
    circunstancias, cuando alguien de mi conocimiento ó
    relacionado con amigos ó familiares, había
    caído en desgracia por alguna razón; le
    pedía que le otorgara su perdón, y algunas veces
    lograba mi cometido. Tiempo después, me enteré que
    ese árbol se convirtió para mí sorpresa, en
    singular notoriedad. Creo que aún hoy, algún
    sobreviviente de esa época lo debe recordar como el
    aromo del perdón.

    Rodrigo: Hace algún tiempo te oí
    mencionar que el camino desde y hacia la ciudad estaba
    según tus dichos, sorprendentemente bien concebido y
    mejor cuidado, tomando en cuenta los parámetros de la
    época.

    Máximo: Y lo repito, muy bien concebido
    y mejor cuidado.

    Tu abuelo lo planificó lo hizo ejecutar, y
    resultó al cabo, un modelo en su género. Era
    llamado indistintamente como "de Palermo" ó Del bajo
    hacia el Maldonado"

    (Antecedente remoto de la actual Av. del
    Libertador).

    El cual se convirtió durante algunos años,
    en el más transitado del país. Estaba macanadizado
    (20) y profusamente iluminado en las noches con faroles de
    aceite.

    Monografias.com

    Gráfica en escala del
    Camino de Palermo

    El trayecto a partir de la ciudad era el siguiente: Por
    la calle Florida se llagaba hasta el Retiro; se tomaba el
    Paseo de la Guardia (Hoy Leandro N. Alem) que en esa
    época corría adyacente al río, aunque bien
    protegida por un muro para contener sus desbordes.

    (Dicho muro partía desde el bajo del fuerte y
    llegaba hasta la actual calle Tucumán)

    Partes: 1, 2

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