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La resolución de conflictos y dilemas morales en la escuela



Partes: 1, 2

  1. Metodología para el trabajo con
    conflictos y dilemas en clases
  2. Reglas
    para la participación exitosa en el debate que se
    produce en el proceso de enseñanza
    aprendizaje
  3. Reflexiones finales
  4. Bibliografía

Pensar a un tiempo la resolución de conflictos y
dilemas morales, y la labor del maestro como mediador, es de
vital importancia en las condiciones del mundo de hoy, donde la
interacción entre la percepción social y natural ha
dado lugar a un modelo de organización social que refleja
una crisis profunda y global en todos los órdenes de la
vida, la violencia alcanza proporciones extremas, cambia de
apariencia y anda con pasos silenciosos sobre el desempleo, la
pobreza, la falta de vivienda, la escasez de alimentos. Estas
formas de violencia económica, acompañan en franco
matrimonio a las guerras, que bajo cualquier pretexto dejan en
paños menores a ciudades enteras en el Medio Oriente, y
otras regiones del mundo.

La crisis global muerde hasta hacer sangrar, la
economía real y deja profundas heridas en el
comportamiento social: la delincuencia, el robo, la violencia
intrafamiliar y escolar, son algunas de sus expresiones, que
tiene también su manifestación en los procesos
enajenantes que estimulan la extorsión del ser humano
contra sí mismo, elevando los niveles de criminalidad,
alcoholismo, drogadicción, prostitución y otros
degradantes males sociales que constituyen mediaciones de los
graves problemas económicos que vive hoy la
humanidad.

La violencia, ese maremoto de lesiones físicas y
psicológicas que arrasa la integridad de las personas no
es una simple manifestación de comportamientos instintivos
que brotan como burbujas de espontaneidad sino que se adquieren a
través de procesos también violentos de
privación, frustración y
socialización.

Así, la violencia, la injusticia social y la
insostenibilidad ecológica presentes en la actualidad, son
productos de la sociedad y al ser socialmente producidas,
reclaman la construcción colectiva de nuevas formas de
sentir, valorar, pensar y actuar en los individuos y en las
colectividades que posibiliten a toda la ciudadanía del
planeta alcanzar una vida digna en un entorno sustentable. Una de
las funciones principales de la escuela en el mundo es la de
enseñar a vivir juntos en armonía y convivir con
base en el respeto a las diferencias y a los derechos de los
demás.

Buscar nuevas formas de abordar las relaciones entre las
personas y de éstas con la naturaleza constituye un reto
para todos los campos humanos, especialmente para la
educación, donde el maestro desempeña un rol
esencial en la formación de una personalidad ampliamente
desarrollada en armonía con la naturaleza y las
condiciones socioeconómicas del momento que le ha tocado
vivir. "La vida – decía José Martí
– tiene goces suavísimos que vienen de amar y de
pensar"
1,
solo la educación puede contribuir a desarrollar en
los seres humanos la capacidad de amar y pensar, la
educación para la convivencia pacífica y
armónica, son objetivos priorizados de muchas
políticas educativas a nivel mundial.

El siglo XXI, caracterizado por la globalización,
la complejidad y la incertidumbre, plantea nuevos retos a la vida
humana, a la ciencia y a la cultura en general. Las revoluciones
en las tecnologías de la comunicación, si bien son
beneficios útiles, también pueden enajenar el ser
esencial del hombre, despersonalizar las relaciones humanas y
hacer prevalecer la depredación voraz de los más
débiles por los poderosos. Ante esta realidad, R. Pupo2,
plantea que el lenguaje, en tanto mediación central entre
el pensamiento, la conciencia y la realidad, puede contribuir con
eficacia al impulso de la cultura y con ella la sensibilidad
humana en los marcos de los procesos intersubjetivos de la
comunicación en la comprensión y el
diálogo.

Al concebir la cultura como idea rectora del proceso
transdisciplinario, es necesario vislumbrar las causas, la
naturaleza y la resolución de los conflictos y dilemas que
se producen en las relaciones interpersonales desde la cultura
contextualizada en la época histórica, el
país, el barrio, la familia y otros espacios sociales de
su difusión. No son pocas las ciencias que incursionan en
la temática, podrían citarse: las ciencias de la
comunicación, la ética, la pedagogía y la
didáctica. Sin embargo, el análisis de estos
procesos y la mediación para su resolución no debe
parcializarse a partir del objeto de estudio de una de ellas, el
establecimiento de relaciones interdisciplinarias constituye la
clave para su comprensión. El profesor debe valerse de los
aportes de cada una de ellas e integrarlos, al decir de Carlos
Delgado3 – en una ética de la vida, en la
bioética global que permita la reflexión moral
sobre problemas de naturaleza global, interdisciplinaria y
transdisciplinaria, en tanto el ser humano es una unidad
biopsicosocial que enfrenta y transforma la realidad mediante la
actividad sin parcelarla.

Los conflictos y dilemas son procesos complejos
consustanciales a la vida humana, presentes en la cotidianidad
con una gran heterogeneidad, que pasa por las relaciones
interpersonales en el seno familiar, en el ámbito
profesional o laboral, en la escuela: entre estudiantes, entre
los estudiantes y el profesor, entre colegas, entre generaciones
e incluso a lo interno de los individuos. Proliferan
también conflictos entre naciones, entre regiones y
sería infinita la lista de sus formas de manifestarse como
lo sería también, la de las causas que lo pueden
generar.

Esta ponencia se refiere especialmente al trabajo con
conflictos y dilemas morales en el proceso de enseñanza
aprendizaje. Se entiende que el conflicto moral es
una

situación de difícil salida donde
coexisten tendencias contradictorias en el individuo o en las
relaciones interpersonales que genera desequilibrios emocionales
y actitudinales, expresa la contradicción en una
situación problemática que sólo puede tener
dos vías de solución e implica la elección
de una de ellas. Mientras el dilema moral, constituye un
argumento formado por dos proposiciones contrarias, que negada o
concedida cualquiera de las dos, queda demostrado lo que se
intenta probar, expresa la duda o disyuntiva que capta la
contradicción en una situación problemática
y puede tener varias alternativas de respuesta.

Tanto el conflicto como el dilema moral tienen los
siguientes componentes:

Situación problemática:
Conjunto de factores o circunstancias contradictorias que en
un determinado momento generan un problema.

Problema: Contradicción entre
la situación actual y la deseada, que revela modos de
actuación insatisfactorios con los que no se está
conforme y se desea y puede cambiar.

Soluciones potenciales:
Posibles acciones y efectos para resolver un

conflicto o dilema, buscando alternativas
que pongan fin a sus argumentos.

Toma de decisión: Seleccionar
qué hacer, contando con una serie de opciones y teniendo
en cuenta determinados factores objetivos y
subjetivos.

La mayoría de los autores que trabajan el tema
refieren la existencia de conflictos interpersonales y conflictos
sociales. Para Lewis A. Coser un conflicto es social cuando
transciende lo individual y procede de la propia estructura de la
sociedad4.
Para Ralf Dahrendorf, plantea el conflicto es un
hecho social universal y necesario que se resuelve en el cambio
social. Las teorías del conflicto social en la actualidad
pretenden explicar, que en una sociedad tanto los individuos como
los grupos y

clases sociales, buscan maximizar sus beneficios e
inevitablemente produce cambio social, partiendo de la base que
el conflicto es el factor principal del cambio social, que se
expresa, por ejemplo, con la formación de grupos de
presión y acción social, intentan estudiar como ese
conflicto se integra socialmente, a través de pactos, ya
sea acordados o impuestos, con el resto de los actores sociales,
en cambio de estructuras, que, se supone, ocasionaran estabilidad
social. Así, desde este punto de vista, el conflicto
social se percibe como algo que, propiamente controlado o
integrado, es esencial para el buen funcionamiento o estabilidad
social.

En los tres enfoques básicos de la
sociología occidental actual: análisis funcional o
funcionalismo, la teoría del conflicto y el
interaccionismo simbólico expresan los conflictos como
dinámica social hacia el consenso, como una desigualdad
estructural hacia una integración social.

No obstante, revisando la historia del pensamiento
social, se puede encontrar que ya mucho antes de la
aparición de estas teorías de los conflictos
sociales Marx y Engels sentaron las bases para la
comprensión de que las contradicciones son la fuente del
desarrollo y que toda revolución social tiene por base el
conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de
producción. "…la historia de todas las
sociedades hasta nuestros días ha sido siempre la historia
de la lucha de clases",
5
Esta
idea presente también en el
pensamiento latinoamericano de avanzada: Simón
Bolívar, Santander, José Martí, Che Guevara
y otros comprendieron la necesidad de los cambios sociales para
resolver los conflictos sociales, refiriéndose a la
necesidad de

la guerra de independencia, José Martí,
plantea: "en esta conflagración de hirviente
elementos, en este amontonamiento de la ira, en de apresto
incontrastable de los menesterosos y de los batalladores, fue por
todo concepto necesario, (…)una revolución
inevitable"
6

Por otra parte, los estudios académicos sobre los
conflictos se aprecian desde tres perspectivas:

Tradicional – Racionalista. Entiende el
conflicto como algo negativo, resultado de un organigrama
confuso, de una comunicación deficiente o de la
incapacidad de los protagonistas en el conflicto. Es considerado
como un elemento que acaba por perjudicar gravemente el normal
funcionamiento de la organización. Se busca una sociedad,
empresas y escuelas sin conflictos (Idealismo
Pedagógico).

Interpretativa. El conflicto es
considerado como algo natural de los grupos y las organizaciones.
Las causas de los conflictos se atribuyen a problemas de
percepción individual y/o a una deficiente
comunicación interpersonal. Los conflictos son
manifestaciones de la falta de entendimiento entre las personas
en cuanto al sentido de los actos propios o de otros;
equívocos que pueden superarse haciendo que los
protagonistas se den cuenta de los errores que contienen sus
ideas o creencias. Esta concepción ignora las condiciones
sociales que afectan a los propios sujetos y a sus
percepciones.

Socio – crítica / Socio – afectiva.
No sólo se acepta el conflicto como algo inherente al
centro o a la empresa, sino que se alienta, se considera que
contribuye a evitar la apatía de la organización y,
por tanto, constituye un elemento necesario para el progreso
organizativo y para el adecuado desarrollo de sus miembros. Se da
un papel esencial a la calidad de las relaciones entre los
diferentes miembros que componen la sociedad y los diferentes
grupos; empresa, familia, escuela, etc. Se favorece al
afrontamiento de determinados conflictos desde una perspectiva
democrática y no violenta, lo que se denomina como la
utilización didáctica del conflicto.

Estas perspectivas socio-críticas sobre el
conflicto determinan que este no es ni positivo ni negativo sino
que tendrá aspectos positivos o negativos según se
trabaje y se resuelva y dependiendo del proceso que se utilice
para llegar a una solución. "La vida sin conflictos
supondría una sociedad de robots, cuyos miembros
habrían eliminado la diversidad y singularidad que nos
distingue como
humanos"
7.

El enfoque histórico –
cultural
fundado por Vigotski y sus seguidores, cobra un
valor teórico – metodológico inestimable para la
resolución de conflictos y dilemas morales, entre los
fundamentos esenciales que prtesenta esta escuela, se
encuentran:

Ley genética fundamental del desarrollo.
Según la misma todo proceso o cualidad psicológica
aparece dos veces en su desarrollo; primero en el plano
interpsicológico, en las relaciones interpersonales, a
través de la cooperación, en el trabajo educativo,
en la interacción con el otro. Después en el plano
intrapsicológico como adquisición
interna.

Por lo tanto, todo tiene su origen en las relaciones
interpersonales que de manera necesaria se establecen en la
actividad humana y en el propio vínculo del sujeto con la
realidad exterior. Así la actividad y la
comunicación que se dan en la vida cotidiana del sujeto
van conformando su personalidad y determinan la dirección
de su comportamiento.

Ley dinámica del desarrollo o
situación social del desarrollo.
Según esta
ley, cada momento del desarrollo se caracteriza por la
combinación de factores internos y externos, que
condicionan las vivencias que tiene el sujeto y los nuevos logros
alcanzados en la etapa.

De esta forma, se establece la interacción
dialéctica entre lo biológico, las adquisiciones ya
formadas y toda la gama de influencias significativas en un
momento histórico concreto de la sociedad y la vida de
cada sujeto. Precisamente, los recursos para la
orientación del sujeto hay que buscarlos en esta
dialéctica y de ella depende en gran medida las
posibilidades del proceso orientacional.

Zona de desarrollo próximo. Se trata de
la distancia entre lo que el sujeto puede hacer por sí
mismo, de forma independiente y lo que solo puede hacer con la
ayuda del otro y que representa sus potencialidades, o sea,
aquello que en un futuro cercano ya podrá realizar por
sí mismo.

Este descubrimiento vigotskiano precisa el lugar del
otro, de lo social y particularmente de la educación en el
proceso de socialización del sujeto. Sin ese otro, sin lo
social, no puede haber desarrollo psíquico aunque existan
las potencialidades biológicas para ello. De aquí
se deriva el principio de que la enseñanza conduce al
desarrollo, lo antecede, lo guía.

La orientación, como relación de ayuda,
actúa en esa "zona de desarrollo próximo", el
maestro u orientador, facilita la activación de
potencialidades en el alumno a partir de la relación que
establece con el mismo, utilizando diferentes técnicas o
mecanismos

De gran valor teórico – metodológico
para el proceso de resolución de conflictos y dilemas
morales es la idea vigotskiana acerca de la unidad de los
procesos cognitivos y afectivos,
desde la concepción
del enfoque histórico – cultural, de naturaleza
dialéctico materialista, los procesos de aprendizaje
tienen en su esencia la unidad de lo cognitivo y lo afectivo. No
obstante, a esta unidad es menester añadir lo
actitudinal.

Otro elemento que aporta este enfoque es el papel de
las vivencias en la formación de la personalidad
. La
significación de las diferentes experiencias y
acontecimientos que enfrenta el sujeto y el significado de todas
las influencias de personas, grupos e instituciones
dependerán de las vivencias que el sujeto tenga en las
mismas, cómo afectaron su subjetividad y qué
sentido le dieron a su vida cotidiana. Los niveles de
ayuda
, constituyen otro elemento básico para la
orientación. Con él Vigotski procura, desde una
concepción dinámica y desarrolladora del
diagnóstico probar, evaluar, la capacidad de aprendizaje
reservado, latente que tiene el sujeto, es decir sus
potencialidades y establecer la vía para una
intervención desarrolladora, que no fuera ni
sobreprotectora ni estéril. En el proceso de
orientación, al ayudar al sujeto, se debe ir de los
niveles inferiores y más simples de ayuda a los más
directos y profundos.

Desde el enfoque histórico – cultural, que
se asume en este trabajo, se considera la resolución de
conflictos y dilemas morales
como un proceso de
orientación que implica la ayuda o asistencia a alguien
que lo necesita, ayuda que puede tener diferentes
propósitos o fines, ser más o menos directiva,
permitir al estudiante un papel activo y protagónico, en
este proceso se establece una relación de
ayuda.

Una relación de ayuda es un
vínculo interpersonal donde se movilizan, en
función del crecimiento personal y/o profesional, los
recursos personales de un sujeto, en un contexto educativo que lo
facilita.
8

Se parte del principio de cada individuo se forma y se
desarrolla a partir de las contradicciones que se generan en su
entorno y consigo mismo, por lo que está en constante
cambio y transformación. Los procesos de cambio ocurren en
su interacción con lo que le rodea, en esta
interdependencia va logrando niveles más altos de
autonomía y autodeterminación a partir de ayudas
que solicita de los demás y la recibe en situaciones de
colaboración.

Considerada la relación de ayuda como un tipo de
vínculo, a partir del cual el facilitador, que puede ser
el profesor o el compañero de aula, puede auxiliar al
estudiante, para que este enfrente un conflicto o dilema y tome
una decisición propia de su edad y en función del
logro de los objetivos educativos en esa etapa, es el punto de
partida de la resolución de conflictos y dilemas morales.
Sin embargo, no basta con asumir la función orientadora
del maestro desde este enfoque sino se tiene en cuenta el
carácter ideológico de este proceso, los valores
que se pretenden formar quedan nadando en la
superficie.

Un gran número de autores que trabajan la
mediación consideran el proceso de resolución de
conflictos como algo separado de la formación de valores,
de la ideología. Para Bush y Folger (1994), la
mediación se basa en la actuación pretendidamente
neutral, imparcial y sin ningún poder de decisión
del mediador, el cual actúa como catalizador en un proceso
de negociación, ayudando a las partes a centrarse
preferentemente en el presente, con el objetivo de lograr una
solución

«satisfactoria» al problema o disputa de los
clientes e intentando que ellos mismos lleguen a un acuerdo
válido, satisfactorio y duradero.

La crítica al punto de vista anterior aparece a
flor de labio en la dificultad de llevar a cabo su imparcialidad
total, ya que el objetivo de resolver conflictos fuerza al
mediador a dirigir y a imponer, de forma más o menos
sutil, una solución a las partes, en tanto es portador de
valores y de una ideología de la cual no pude abstraerse
por formar parte de su personalidad. "En muchos casos, los
mediadores colocan en el centro de la ética el principio
de imparcialidad, aquí puede ser cierto el aforismo
«dime de qué alardeas y te diré de qué
careces», ya que la tendencia a asumir en mediación
una metodología de solución de problemas deriva de
la ideología social individualizada propia de la cultura
occidental de los países desarrollados, que se basa en una
concepción del mundo social compuesta por seres
individuales radicalmente separados, y cuya

naturaleza se basa en la satisfacción de
tales deseos".
9

El mediador siempre lleva consigo su subjetividad,
cuando se trata del maestro como mediador de conflictos, esta
está impregnada de los objetivos y fines que persigue la
educación en la sociedad; en la escuela, la
mediación de conflictos y dilemas morales
constituye un proceso de intervención en situaciones
conflictivas que se producen en entre los estudiantes o entre
ellos y los agentes educativos durante el proceso
pedagógico con el propósito de encontrar
alternativas que favorezcan el progreso moral y la
creación de escalas valorativas que se aproximen a las
aspiraciones sociales.

Los valores son significados compartidos que
adquieren los fenómenos, objetos y procesos para los
diferentes sujetos sociales, en el contexto de la actividad
práctica, correspondientes a una sociedad determinada, que
regulan comportamientos en función de metas individuales y
grupales con carácter histórico-cultural.
Configuran una escala que se estructura jerárquicamente de
forma contradictoria y devienen referentes en tanto se convierten
en patrones de comportamientos funcionales a un

tipo de
sociedad.
10

Teniendo en cuenta, que a partir de la
significación social de cada resultado de la actividad
humana, es que se conforma en correspondencia con los intereses
de la clase social que detenta el poder político un
"sistema objetivo de valores" (Fabelo:

1996) que es dinámico, cambiante y depende de las
condiciones históricas, pero no siempre hay coincidencia
entre el sistema objetivo de valores y el reflejo individual y
colectivo, cada sujeto conforma su propio "sistema subjetivo
de valores"
(Fabelo:

1996); por ello la sociedad debe organizarse y funcionar
sobre la base de un "sistema de valores instituidos y
reconocidos oficialmente"
(Fabelo: 1996), es que se generan
contradicciones entre lo socialmente establecido y lo
individualmente reconocido, surgiendo dilemas y conflictos
morales como expresión de los choques de intereses que se
producen en el contexto de las interacciones sociales, tanto a
nivel macro como micro social, lo cual implican el desacuerdo o
la falta de consenso en relación con los valores o metas
establecidas o una lucha mental consigo mismo como consecuencia
de necesidades e intereses internos.

Es por ello, que se propone trabajar dilemas y
conflictos morales desde la labor orientadora del maestro en la
escuela, donde éste desempeña el rol de facilitador
que guía a los estudiantes por los adversos senderos de la
solución para propiciar el desarrollo moral.

La moral es una forma de la conciencia social,
condicionada por el desarrollo económico – social
existente. Tiene carácter clasista. Constituye un sistema
de normas, principios y valores que regulan las relaciones
humanas y la conducta. Se acata libre y conscientemente por una
convicción íntima. La elección moral, se
produce cuando existen variantes de acción – acto
que implica la toma de decisiones en estrecha relación con
las circunstancias, en ella se da la unidad orgánica entre
el motivo y las consecuencias del acto y no puede realizarse
fuera de los límites del bien o el mal. La elección
moral se realiza al asumir la responsabilidad o compromiso moral
por los actos realizados, mediante la resolución de
conflictos y dilemas. Así, la libertad de elección
moral, que implica la capacidad de adoptar una decisión
sobre un acto, en correspondencia con las necesidades
históricas, condicionadas por el sistema de normas y
valores morales imperantes.

La esencia de la moral es la necesidad de hacer
coincidir en la conducta, el interés individual con el del
grupo o interés social para que no interfiera con el logro
de los fines y objetivos beneficiosos comunes. Tiene funciones:
orientadora, valorativa, cognoscitiva, normativa, de
pronóstico y educativa.

El valor moral, es un significado resultado de la
actividad moral que abarca el amplio campo de las actitudes,
actuaciones y comportamiento de los hombres, así como el
proceso de educación moral de los individuos, que se
produce en el contexto de las relaciones morales.

Las relaciones morales.constituyen una forma
específica en las relaciones interpersonales, ya que
expresan el aspecto afectivo y la sensibilidad que puede existir
entre los seres humanos, dentro de las relaciones sociales
imperantes.

La enorme complejidad de la actividad humana, en
especial, la actividad laboral, complejiza su mundo de
significaciones y presupone la necesidad de una capacidad
cualitativamente nueva para distinguir lo positivo de lo
negativo, el bien del mal. Se trata de la capacidad de valorar,
de promover valoraciones conscientes, cuyos resultados se van
fijando en la conciencia en forma de valores
subjetivos.

Estas relaciones valorativas con el mundo que los rodea;
brotan de la actividad práctica y parten del conocimiento
de las propiedades de los objetos y fenómenos que
satisfacen sus necesidades tanto materiales
como espirituales. Así, pueden ser valores, tanto
los fenómenos naturales, los objetos creados por el hombre
como aquellas formaciones espirituales que devienen valiosos para
la actividad práctica de hombres y mujeres, en
correspondencia con las necesidades e intereses.

Los valores cambian en correspondencia con las
condiciones histórico-concretas, las épocas, los
contextos sociales, los intereses nacionales, de clase,
étnicos, geopolíticos, de género. Lo que
conduce a la heterogeneidad de sistemas subjetivos de valores,
así cada uno de los diferentes sujetos, promueve su
realización práctica e intenta extenderlo a todo el
universo social al que pertenece entrando en contradicción
con el sistema subjetivo de valores de otros seres humanos,
como

resultado de esta lucha y con ayuda del poder pasa a ser
dominante en la sociedad el sistema de valores que por lo general
se corresponde con los intereses de la clase económica y
políticamente dominante, apareciendo una nueva
dimensión de los valores: el sistema de valores
oficiales o instituidos.

Ellos constituyen pautas que orientan el comportamiento
humano hacia la transformación social y personal. Son
guías que dan determinada orientación a la conducta
y a la vida de cada individuo y de cada grupo social. Sin
embargo, no siempre los valores instituidos reflejan las
verdaderas necesidades del ser humano, no siempre son
significaciones positivas para la humanidad. Por ejemplo, el
individualismo, el afán de riquezas, el consumismo, y la
avaricia, son algunos patrones que rigen el desarrollo de la
sociedad capitalista.

Es necesario entonces encontrar, como plantea el
filósofo cubano José Ramón Fabelo Corso,
"una brújula reorientadora de las relaciones
sociales
"; o sea, es imprescindible un referente objetivo
que permita reeducar la diversidad de subjetividades y juzgar y
criticar el poder de turno, apareciendo así una
dimensión objetiva de los valores, que se halla
precisamente en aquello que posee una significación
positiva para la sociedad y la dignificación humana, que
depende de la realidad y de sus necesidades
concretas.

Cuando el significado se expresa en el sentido personal,
el valor se erige en motivo de actuación,
regulando la conducta humana en correspondencia con los
intereses y necesidades de la sociedad en que vive; sin embargo,
esta correspondencia sólo es auténtica cuando el
valor es verdaderamente interiorizado por el
individuo.

Los valores cuando son interiorizados se convierten en
principios y convicciones, los principios forman la estructura
esencial del mundo espiritual, son los ideales, propósitos
y objetivos que representan la razón de ser, de ellos
brota la voluntad consciente, las actitudes y la
autoafirmación del sujeto

Por tanto, sólo cuando los valores dejan de ser
formales para constituirse en motivos de la actuación del
sujeto se convierten en verdaderos reguladores de su
conducta,
surgiendo así la orientación
valorativa hacia la conformación de un proyecto ideal que
contiene anticipaciones de lo que hay que transformar en la
realidad y en uno mismo para alcanzar un fin, en nuestro ejemplo
el estudiante es auténticamente responsable ante el
estudio cuando es consciente de la necesidad de apropiarse de los
conocimientos y de su interés por ser un buen estudiante
para crecer personalmente y brindar su aporte al desarrollo
social.

De este modo, la valoración constituye la
concientización de la significación del objeto para
el individuo, la asimilación de las relaciones entre las
necesidades propias y las cualidades de los objetos que las
satisfacen, al constituirse como resultado de las aspiraciones
del hombre, expresa su orientación hacia el
futuro.

A diferencia del valor que refleja la
significación socialmente compartida de las necesidades
objetivas del desarrollo social, la valoración es el
reflejo en la conciencia humana de la significación, el
cual puede ser verdadero o falso en correspondencia con las
necesidades, gustos, deseos e inclinaciones del
individuo.

Por eso una cosa es el valor de una idea, que
depende de su significación para la sociedad y otra la
valoración de esa misma idea
. El hecho de que la
valoración constituya el reflejo de la
significación, implica que siempre esté presente
una información acerca de las propiedades de los objetos y
fenómenos valorados, es decir no se puede valorar sin
conocer.

El proceso de valoración del ser humano incluye
una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que
suponen: la toma de decisiones, la estimación y la
actuación. Las personas valoran al preferir, al estimar,
al elegir unas cosas en lugar de otras, al formular metas y
propósitos personales. Las valoraciones se expresan
mediante creencias, intereses, sentimientos, convicciones,
actitudes, juicios de valor y acciones. Desde el punto de vista
ético, la importancia del proceso de valoración
deriva de su fuerza orientadora en aras de una moral
autónoma del ser humano.

Desde esta perspectiva la resolución de
conflictos y dilemas morales es considerado un método para
el trabajo de formación de valores en el proceso de
enseñanza – aprendizaje.

Para ello, hay que tener en cuenta que el aprendizaje de
los conocimientos, habilidades, hábitos y valores que
implican la formación ciudadana es también un
proceso sujeto a la regulación psíquica, que
alcanza un nivel superior cuando es activo y significativo, o sea
cuando se establecen relaciones entre lo aprendido y los nuevos
contenidos, lo afectivo, lo motivacional – volitivo, lo
ideológico y lo actitudinal con la vida de las personas,
adquiriendo entonces un carácter autorregulado donde el
orientador y mediador fundamental es el profesor, que partiendo
de una intención educativa, guía y orienta el
aprendizaje hacia el civismo en correspondencia con los intereses
políticos e ideológicos de la sociedad.

Por estas mismas razones, su utilización puede
ser destructiva y dañar los sentimientos de las personas,
conducir a malas interpretaciones, incomprensiones e incluso a la
violencia. Algunos conflictos han sido motivo de grandes guerras.
Es necesario estar alertas pues algunas personas asocian los
conflictos a situaciones negativas, tanto por su contenido como
por los sentimientos que creen despertar, tales como: hostilidad,
violencia, odio y rencor; otras lo asocian a actitudes fatalistas
creyendo que no tienen solución y hay quienes plantean que
causan dolor, ansiedad y malas relaciones interpersonales. Muchas
de estas valoraciones negativas acerca de los conflictos y
dilemas son producto de la herencia cultural, transmitida
esencialmente mediante refranes:

• Ojo por ojo y diente por
diente.

• No te enfades,
desquítate.

• Las niñas buenas no
pelean.

• El ganador se lo lleva
todo.

• El que último ríe,
ríe mejor.

• La venganza es dulce

• La razón está en la
fuerza.

Sin embargo, el conflicto no es ni bueno ni malo
simplemente es un producto de determinadas condiciones. Cuando se
lleva un conflicto o dilema a la clase, tanto por parte del
estudiante como del profesor, realmente el potencial educativo es
muy alto si se maneja de modo constructivo.

Así el mediador o facilitador puede enfrentar
procesos de resistencia al cambio, ambigüedades y paradojas.
También pueden producirse reacciones agresivas entre las
partes, desconfianza, silencios, falta de cooperación,
miedos, ansiedades, tensiones entre otras afecciones que pueden
provocar enfermedades derivadas del estrés. Para el
facilitador, es necesario saber afrontar estas situaciones,
mantener el control, no considerarlo como un asunto personal sino
como reacciones que son inherentes a este tipo de proceso
educativo, debe ser capaz de dominar todos los recursos posibles
que faciliten las dinámicas grupales, la
orientación individual y su autocontrol
emocional.

Por ello, el papel del maestro en el proceso de
enseñanza – aprendizaje es el de
facilitador, su desempeño profesional debe
basarse en propiciar ayuda y estímulos que contribuyan a
que los estudiantes lleguen a sus propias conclusiones,
entrenarlos en la participación activa para la
resolución de conflictos y dilemas que se presentan en la
vida cotidiana, así como tomar decisiones que contribuyan
a actitudes positivas para su crecimiento personal en beneficio
de la sociedad.

Los conflictos y dilemas pueden ser trabajados en clases
de dos formas:

1. El profesor puede llevar situaciones
para debatir en el aula.

2. Los estudiantes pueden compartir con el
colectivo sus propios conflictos para hallar la solución
entre todos.

Metodología para el trabajo con
conflictos y dilemas en clases.

1. Establecimiento de un clima favorable
para la reflexión, que genere la confianza y libere las
tensiones.

? Tener en cuenta las reglas para la
participación exitosa en el debate.

? Escucha activa.

? Comunicación efectiva.

? Flexibilidad.

2. Exposición clara y precisa de la
situación problemática para la
identificación del problema.

? La definición del problema debe
describir la situación que se desea cambiar como realmente
existe y de la forma más objetiva posible.

? No debe contener ni causas ni
soluciones.

3. Comprensión del problema.
¿Qué se desea cambiar?

? Especificación del objetivo que se
persigue con la solución.

? Identifique un problema
general.

? Divida el problema general en partes
más pequeñas o subproblemas, si es muy grande y/o
difícil de trabajar.

? Naturaleza del conflicto.

4. Análisis del conflicto o
dilema. ¿Qué quiere usted
conocer?

¿Cuándo lo conozca
qué va a hacer?

? Discutir un problema sobre la base de los
datos.

? Respetar los hechos evidenciados por
estos.

? Aspectos positivos.

? Aspectos negativos.

? Ver el conflicto o dilema desde una
óptica nueva.

? Ponerse en el lugar de los involucrados
en el conflicto o dilema.

5. Generación de soluciones
potenciales. ¿Cómo pudiéramos hacer el
cambio?

? Generar ideas que puedan eliminarse las
causas del conflicto o dilema.

? Rechazar las fuerzas
negativas.

? Utilizar las fuerzas
positivas.

? Buscar otras ideas novedosas pueden hacer
desaparecer el problema.

? Utilizar experiencias vividas.

? Sugerir, participar.

? Comparar las soluciones potenciales con
la comprensión del problema y el análisis del
conflicto o dilema.

6. Toma de decisiones y
búsqueda del consenso. ¿Cuál es la mejor
forma de hacer el cambio?

? Establecer criterios y comparar las
soluciones potenciales.

? Determinar los problemas
específicos que pueden aparecer a partir de la
decisión tomada.

? Determinar los riesgos que se corren al
tomar la decisión.

? Discutir en colectivo que actitud asumir
antes las consecuencias perjudiciales que pueda traer la
decisión.

? Discutir los beneficios que pueda traer
la decisión para el desarrollo individual y
colectivo.

7. Elaboración de un plan de
acción para actuar en correspondencia con la
decisión tomada.

? Elaboración de códigos de
ética en el colectivo

8. Evaluación

? Verificar en la práctica que los
modos de actuación de los estudiantes se correspondan con
las decisiones tomadas.

Para la resolución de conflictos y
dilemas el profesor puede valerse de las siguientes

técnicas:

Tormenta de Ideas: consiste en que un grupo de
personas va exponiendo sus ideas a medida que van surgiendo, de
modo que cada uno tiene la oportunidad de ir perfeccionando las
ideas de otros.

Votación Ponderada: es una
forma de cuantificar las posiciones y preferencias de los
miembros del grupo. No se emplean factores o criterios de
decisión, se registran los votos de los miembros
individuales y no hay discusión ni esfuerzo por llegar a
un acuerdo sobre ninguna puntuación.

Reducción de Listado: es una forma de
procesar la producción de ideas de la sesión de
tormenta de ideas. El objetivo de la reducción del listado
es esclarecer las opciones, de manera que todos los miembros del
grupo las comprendan y puedan reducirse posteriormente a una
cifra manejable.

Comparaciones Apareadas: Como el voto ponderado,
el empleo de las comparaciones apareadas ayudará al grupo
a cuantificar las preferencias de sus miembros. Cada
opción (o sea, una solución potencial) se enfrenta
cara a cara a cada una del resto de las opciones. En cada
"enfrentamiento", los miembros votan por la opción que
prefieren. Las votaciones se registran y suman

Valoración de
Criterios
: Establecer criterios
relacionados de acuerdo a opciones de la situación
analizada y establecer una valoración de los mismos a fin
de obtener, por cada uno de ellos, una puntuación que
permita la jerarquización de las opciones y facilite la
toma de decisiones.

Reglas para la
participación exitosa en el debate que se produce en el
proceso de enseñanza aprendizaje

• No existen respuestas correctas o incorrectas,
sino diferentes puntos de vistas, por ello el profesor debe
agradecer la contribución del alumno y estimular la
participación de otros, valiéndose de sus
habilidades profesionales para encausar la clase hacia el fin
deseado.

• Compartir un sentimiento con el colectivo es un
riesgo que se asume, por ello el profesor debe estimular, apoyar
y evaluar positivamente a quien lo hace, crear un ambiente que lo
propicie compartiendo también sus sentimientos con el
colectivo y respetar el derecho de quien no quiere correr el
riesgo.

• La confiabilidad es un factor importante para la
participación, por ello el profesor y el colectivo de
estudiantes deben llegar al consenso de que lo dicho en el aula
no pasa sus fronteras.

• Es preciso que el profesor oriente las
actividades y muestre los límites y las fronteras de la
tarea que se está desarrollando, definir los conceptos
principales y establecer conexiones entre ellos.

Reflexiones
finales

En el proceso enseñanza – aprendizaje deben
crearse espacios comunicativos para construir conocimientos y
revelar valores, el maestro no debe presentar su verdad como
absoluta y acabada, el diálogo y la comunicación
deben fluir entre lo que une a lo diverso, y la
diversificación de lo único, con sentido cultural
contextualizado.

No siempre se tienen en cuenta que los conflictos y
dilemas pueden convertirse en algo positivo, la mayoría de
las personas lo ven como negativo y casi siempre tratan de
evadirlo, sin tener en cuenta que su resolución puede
conducir al desarrollo si se realiza una orientación
efectiva.

Algunos modos colectivos de comportamiento social que
emergen de acciones individuales que no se corresponden con la
buena conducta, en muchos casos se convierten en patrones de
interacción social de la vida cotidiana, sin que los
individuos se lo propongan conscientemente, por ello la actividad
del docente debe estar encaminada a estructurar actividades como
juego de roles, trabajos en grupos, debates, dramatizaciones y
otras formas de activas que se tornen significativas articulando
los contenidos de las clases con situaciones reales de la vida
cotidiana.

El papel del maestro en el proceso de enseñanza
– aprendizaje es el de facilitador, su
desempeño profesional debe basarse en propiciar ayuda y
estímulos que contribuyan a que los estudiantes lleguen a
sus propias conclusiones, entrenarlos en la participación
activa para la resolución de conflictos y dilemas que se
presentan en la vida cotidiana, así como tomar decisiones
que contribuyan a actitudes positivas para su crecimiento
personal en beneficio de la sociedad.

Bibliografía

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¿Cuándo y cómo educar en valores? Editorial
Pueblo y

Educación. Ciudad de La Habana. ISBN
959-13.1062-5.

• Bermúdez R. y Pérez L:
La orientación individual en contextos
educativos.

Editorial Pueblo y Educación. La
Habana. Cuba. 2007.

• Blanco, A. y Recarey, S. Acerca del
rol profesional del maestro. ISPEJV. 1999

• Bozhovich, L. I. La personalidad y
su formación en la edad infantil. Ed. Pueblo y

Educación. 1976.

• Cabrera Olga R: (2006) La superación
profesional para la apropiación de la cultura
económica por los docentes de la Facultad de la
Educación Media Superior. Tesis doctoral.
UCPEJV.

• Cabrera Olga R: (2009) Cultura económica y
desempeño pedagógico profesional. Editorial Pueblo
y Educación. ISBN 978-959-13-1822-0.

• Cabrera Olga R: (2010) (Compiladora y guionista)
Multimedia: Cultura económica y valores. Cesofte. Sello
Editor EDUCACIÓN CUBANA. MINED.ISBN:
978-959-18-0538-6.

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