Sectas o partidos y clases sociales de Palestina en tiempo de Jesús
Sectas o
partidos
Entre las sectas o partidos en tiempo de Jesús se
nombran: Los fariseos, los saduceos, y los zelotes.
Una secta es el conjunto de seguidores de una doctrina
religiosa o ideológica concreta.
La secta de los fariseos:
Los fariseos eran una fuerza poderosa en Judea.
Una secta bastante respetada por el pueblo, constituida
principalmente por laicos, aunque entre ellos había
sacerdotes. Después de la segunda destrucción del
Templo, los fariseos se establecieron dentro del judaísmo
rabínico.
Se caracterizaban por su estricta observancia de la
Ley, eran gente religiosa y piadosa.eran el pueblo de la Ley, generalmente artesanos,
pequeños comerciantes, campesinos, procedían
del pueblo,querían estar separados de los demás,
porque les parecían demasiado ignorantes de la Ley,
que no la cumplían y eran impuros.Se preocupan mucho por cumplir las leyes y
tradiciones religiosas, pero sobre todo en que otros las
cumplieran.Eran legalistas, habían añadido muchas
leyes y tradiciones a la Ley.Creían en la inmortalidad del alma y eran
conocidos por el rigor con que interpretaban la ley,
consideraban la tradición como fuente de
ésta.Formularon 613 leyes complementarias, 248 mandatos y
365 prohibiciones, difíciles de aprender y sobre todo
difíciles de cumplir. Estas reglamentaban
minuciosamente la vida, especialmente la observancia del
sábado y la pureza necesaria para el culto. A estas
leyes las llamaban tradición oral. Para ellos esta
tradición tenía tanto o más valor que la
Ley escrita.Esperaban una intervención divina, la venida
del Mesías que liberaría al pueblo del yugo de
los romanos. Se preparaban para ese Día con la
oración, con el ayuno y, sobre todo, con la
observancia fiel de todas las leyes, particularmente la del
sábado.Eran ritualistas, se preocupaban mucho de las
acciones obligatorias para acercarse con pureza a Dios, a la
oración, al templo, a los actos de culto.La profusión de normas tendía a
convertir el ejercicio de la piedad en una cuestión
técnica o normativa. Se guiaban por un libro, el
Levítico, sobre todo en los capítulos 11 al 16,
que explica las reglas de pureza. Para ellos impuro
significaba contagioso, y el roce con lo impuro les
impedía las relaciones con Dios.Tenían obsesión por los lavados
rituales, sobre todo de las manos impurificadas por haber
tocado algo impuro.Hasta siete veces al día el fariseo piadoso
hacía sus abluciones personales con agua y con
oración.Distinguían hasta seis tipos de agua para
estos menesteres, como para lavar cada utensilio y para los
baños de purificación.Pensaban que cumpliendo con la Ley y la
tradición adquirían los méritos
necesarios para la salvación, y que Dios tenía
que pagar esa fidelidad, como recompensa.Hacían todo tipos de obras, más
allá de lo mandado por la Ley, para así tener
más méritos ante Dios: ayunos oraciones pago de
diezmos.Cumplían minuciosamente las estrictas reglas
sobre la pureza ritual que de por sí eran obligatorias
sólo para los sacerdotes, y las leyes sobre los
alimentos.
Impuros eran:
la sangre y todo lo que tocara.
todo derrame sexual como la
menstruación.los utensilios de uso como copas, platos, ollas
sucios, que había que lavarlos varias veces
escrupulosamente.ciertos animales que la Ley prohibía
comer.todo cadáver de animal o persona. El que los
tocaba, aunque fuese por necesidad, también el que
pisaba una tumba, un sepulcro, aún sin saberlo,
quedaba impuro ante Dios.las personas afectadas por alguna enfermedad
repugnante, en especial de la piel, como la lepra. Estas
personas eran intocables", el mero rozarles impedía
acercarse a Dios.los judíos que ejercían determinados
oficios u ocupaciones considerados impuros, como publicanos o
recaudadores, prostitutas, pastores, médicos. Sentarse
con ellos a la mesa u hospedarse en sus casas
contagiaba.las entradas en casas de paganos, o sea, quienes no
eran judíos, pues contaminaban.
En el Nuevo Testamento los fariseos son presentados como
hipócritas.
El Evangelio de Mateo es el que más critica el
fariseísmo con opiniones como éstas: Atan bultos
pesados y los cargan en las espaldas de los demás,
mientras ellos no quieren empujarlos ni con un dedo.
Los saduceos, en oposición a los
fariseos:
Era una secta que rechazaban la idea de que la
tradición era fuente de ley y negaba también la
inmortalidad del alma.Eran particularmente poderosos en Jerusalén.
Aceptaban la ley escrita solamente y rechazaban las
interpretaciones tradicionales aceptadas por los fariseos,
como la creencia en la retribución en la otra vida, la
resurrección del cuerpo, los ángeles y
espíritus.Detuvieron y entregaron a Jesús a los romanos
para su ejecución.Gran número de los saduceos formaban parte de
la casta sacerdotal.
Los esenios. El grupo de los esenios es
considerado como el autor de los denominados Manuscritos del Mar
Muerto.
Constituían una especie de monacato, cuyos
seguidores eran estrictos cumplidores de la ley, aunque
diferían de los otros grupos religiosos en la
interpretación de ésta.Tomaron su nombre de Sadoc, sumo sacerdote del
tiempo de Salomón que vivió en el siglo
II a. C.Integraban este grupo las familias sacerdotales
dirigentes, las principales familias de los grandes
comerciantes de la ciudad y los hacendados más ricos
del campo.
Los zelotas, constituían una
secta o partido de hombres fanáticos, llenos de celo
por cumplir, sobre todo en su primer mandato de la Ley:
sólo Dios reinará en Israel, y por eso estaban
dispuestos a sacrificar hasta la propia vida.
Los zelotas fueron fariseos militantes,
representaban el ala más radical de los
fariseos.Eran observantes estrictos de la Ley escrita y de la
tradición oral más rigurosa, fanáticos
en su afán por la instauración del reino de
Dios en Israel.Eran los judíos nacionalistas más
radicales: ortodoxos e integristas. Su fanatismo involucraba
política y religión, y lo expresaban con actos
de terrorismo dirigido contra los romanos y contra los
judíos que ellos consideran poco religiosos o
colaboracionistas.Zelota o fanático fue el sobrenombre del
apóstol Simón.Como se consideraban instrumento de la venganza de
Dios, pretendían, recurriendo a la violencia,
purificar el Templo y el país, contaminados
especialmente por la ocupación, corrupción e
injusticias romanas.Negaban obediencia a todo poder terreno,
únicamente obedecían a Dios y a su
Ley.Los romanos sostenían el principio
jurídico romano de que, con la conquista de un
país, sus tierras pasaban a ser propiedad del Estado.
A la vez las cedían en usufructo a los nativos,
exigiéndoles, a cambio, el pago de
tributos.Para los zelotas, pagar el impuesto a los romanos
era incurrir en pecado de idolatría.Para ellos, la llegada del Reino de Dios
dependía de una acción revolucionaria
violenta.Robaban sobre todo a los ricos, secuestran
personajes importantes, y si era preciso llegaban al
asesinato.Los zelotas eran llamados sicarios por el
pequeño puñal o "sica" que utilizaban. Su
primera víctima fue el sumo sacerdote Jonatám,
hijo de Hannas.Eran un partido revolucionario opuesto a la
dominación romana. Según Josefo, uno de los
grupos fanáticos que condujo a los romanos a la
destrucción de Jerusalén en el año 70
DC.En el año 6 d.C., los romanos desterraron a
Arquelao, hijo de Herodes I el Grande y convirtieron a Judea
en provincia romana. La introducción del tributo al
César, entonces, provocó la rebelión de
Judas el Galileo.Para los años 30, los zelotas no formaban un
grupo organizado, sólo eran grupos clandestinos,
impacientes de liberar a Israel de la dominación
romana.
Los romanos los llaman ladrones y los consideran simples
bandidos, escondidos en las montañas, que aprovechan las
circunstancias, sobre todo las festividades, para sus labores
terroristas. Con su insurrección en el año 66
provocaron la represión romana definitiva y la
caída de Jerusalén.
La clase
alta
Los ricos
En tiempos de Jesús, había en Palestina
dos estratos sociales extremos: los ricos y los
pobres.
Los ricos eran pocos en número, pero muy
poderosos, conservadores en religión y también en
política, generalmente pertenecían al grupo de los
saduceos.
Entre estos ricos poderosos se encontraban, Herodes II
Antipas, los sacerdotes jefes de familia, los sumos sacerdotes y
otros grandes terratenientes y comerciantes.
Sacerdotes jefes de familia
Los sacerdotes jefes de familia, integrantes de la
aristocracia de Jerusalén, eran entre 15 y 17 familias muy
ricas con grandes ingresos y poder. Administraban los ingresos y
el culto del Templo, y usufructuaban y se aprovechaban de todas
sus rentas.
Recaudadores de impuestos
Estos agentes no eran funcionarios oficiales, sino
comerciantes que adquirían del Estado romano, en arriendo,
el derecho a la recaudación de impuestos. Pagaban
determinada suma de dinero al erario público, y se
apropiaban de todo lo que podían sacar por encima de esa
suma. Esto ocasionaba explotación y estafa al pueblo
judío. Entre ellos se distinguían dos clases de
funcionarios: Los recaudadores de impuestos y los
publicanos.
Los recaudadores de impuestos, eran los jefes del
sistema de recaudación de impuestos. Eran gente rica,
generalmente jefes de las familias de la alta sociedad de
Jerusalén, algunos de ellos miembros del Sanedrín
(ancianos o senadores del pueblo).
Los judíos tenían que pagar a los romanos
unos impuestos directos y otros indirectos.
La clase
media
La clase media apenas existía y
sólo había en Jerusalén, pertenecían
a ella pequeños comerciantes, artesanos propietarios de
sus talleres, y los dueños de las hospederías de
Jerusalén.
Los fariseos pobres, con mentalidad de ricos,
amigos del dinero, parásitos que se aprovechaban de la
hospitalidad de las personas económicamente modestas con
pretexto de largos rezos.
Los pobres,
marginados, o clase baja
Causas de exclusión. En la Palestina del
tiempo de Jesús, al igual que en casi todas las sociedades
actuales conocidas, existía una marginalidad estructural,
es decir, un colectivo de personas a las que la
institucionalización social vigente excluía de la
vida comunitaria. Las causas de exclusión eran
fundamentalmente de dos tipos distintos, una económico
político y otra religioso.
Causas económico políticas. La
ideología económica de las clases dirigentes y el
control político que directa o indirectamente
ejercían los romanos sobre la región produjo un
deterioro creciente en las condiciones de vida del pequeño
campesino independiente. Los campesinos sin tierra solían
sobrevivir un periodo corto de tiempo como obreros no
especializados o jornaleros del campo para terminar, casi
siempre, cayendo en la indigencia. De ahí pasaban a
engrosar el número de mendigos, prostitutas, salteadores y
guerrilleros.
Causas religiosas. Todas aquellas personas que
por trabajar al servicio de las instituciones romanas o tratar
frecuentemente con extranjeros habían asimilado costumbres
paganas, eran considerados pecadores, impuros o israelitas
renegados. Como tales, se les consideraba excluidos de la
comunidad religiosa de Israel y del culto en el Templo.
Evidentemente, cuanto mayor era el rechazo moral que
experimentaban por parte de sus correligionarios, más
fuerte era su tendencia a buscar apoyos y amistades entre los
extranjeros, lo cual reforzaba a su vez los motivos del
rechazo.
La vida de estas personas era muy dura. Además de
su miseria material, la gente los consideraba impuros. Pensaban
que si estaban enfermos era porque habían cometido un
pecado y Dios les había castigado. Por eso nadie se
acercaba a ellos ni dejaban que se acercasen.
Entre este tipo de marginados se encontraban algunas
clases de recaudadores de impuestos, especialmente aquellos que
operaban en las fronteras, ya que trataban casi a diario con
comerciantes y soldados no judíos. Jesús
buscó entre ellos amigos con quienes compartir mesa y
colaboradores cercanos, lo cual le valió en más de
una ocasión el reproche de los judíos
piadosos.
La mayor parte de la población en
Palestina era gente pobre: Jesús recorría todos los
pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas, proclamando
la buena noticia del reino y curando toda dolencia y enfermedad.
Viendo el gentío, le dio lástima de ellos porque
andaban fatigados y decaídos como ovejas sin pastor
(Mt.9,35-36). Entre ésta gente se encontraban los que
pertenecían a la escala social más baja; es decir,
los pobres y marginados.Los pequeños artesanos de
aldea: como herreros, carpinteros, albañiles, etc. A
este gremio pertenecía José, esposo de
María.
Los campesinos: Poseían algunas tierras de
cultivo, que apenas les proporcionaban lo suficiente para
sobrevivir.
Eran considerados por los sacerdotes como ignorantes de
la ley e incapaces de cumplirla, sobre todo la ley del
sábado, la pureza ritual y el pago de los
impuestos.
Los jornaleros o trabajadores, eran asalariados
que ganaban el sustento con el trabajo, se les pagaba por
días y el abono era diario, trabajaban de sol a sol por un
denario y la comida. Permanecían frecuentemente sin
trabajo.
Los escribas no tenían un oficio ni
ejercían el comercio, como la enseñanza de la Ley
debía ser gratuita, estos escribas eran generalmente
pobres y vivían de las ayudas que recibían de sus
admiradores y seguidores, de la hospitalidad espontánea
que les ofrecían, de las invitaciones a tomar parte en los
banquetes celebrados en otras casas.
Habían fariseos pobres, pero con cabeza de rico:
amigos del dinero los llama el evangelio y escribas
parásitos que se aprovechaban de la hospitalidad de las
personas económicamente modestas: que se comen los bienes
de las ciudad con pretexto de largos rezos (Mc.12,40).
Las mujeres, los niños, y los esclavos no
judíos, la mayoría árabes.
Los esclavos, la mayoría de ellos estaban
en el palacio de Herodes, venían a ser como criados
domésticos no libres. Los judíos sólo
podían ser esclavos durante seis años, y si el
dueño no era judío, el esclavo debía ser
rescatado por sus parientes. El servicio de esclavo no era
considerado deshonroso, inclusive, el jornalero vivía
mucho más inseguro que el esclavo.
El Templo no tenía esclavos, en el campo casi no
había y en la ciudad eran pocos.
Las pecadoras (prostitutas, adúlteras) y los
publicanos: estos últimos encargados de recaudar los
impuestos.
Los mendigos y los enfermos: Los mendigos, eran
los que no trabajaban y no podían trabajar. La falta de
alimento y de higiene en las capas más bajas de la
sociedad traía como consecuencia que, además de
hambrientos, la mayor parte de los mendigos estuviera enferma.
Estas enfermedades podían ser físicas como la
ceguera y la lepra, o psíquicas como las afecciones
mentales o nerviosas. Por falta de conocimientos de estas
últimas enfermedades, los enfermos que las padecían
eran considerados poseídos.
Jerusalén era ya en tiempos de Jesús un
centro de mendicidad. Los mendigos se concentraban en torno al
Templo, en las puertas exteriores de la explanada, en el atrio de
los paganos y vivían de la limosna de gente piadosa. La
limosna era una de las tres prácticas fundamentales de la
piedad judía, junto con la oración y el
ayuno.
Por toda esta gente es por la que Jesús
sentía una predilección especial, hasta jugarse la
vida por ellos.
Los publicanos, o cobradores locales de
impuestos. La mayor parte de los que hacían este trabajo
eran pobres o esclavos empleados por una agencia de
recaudación de algún gran arrendatario, y los
despedían al menor problema. Por lo general los publicanos
eran gente pobre, pertenecían a una clase social tan
desfavorecida que tenían que aceptar este trabajo
deshonroso para sobrevivir.
Palestina sufría un sistema de impuestos
verdaderamente opresivo, había que pagar derechos de
aduana y de peaje a la entrada de los pueblos, en los puentes,
los vados, los cruces de caminos. El hostigamiento de los
publicanos era molesto y también muy costoso, pues los
recaudadores tenían que exigir una cantidad superior a la
tarifa oficial si querían quedar satisfechos con las
ganancias.
Es de notar también que el pueblo no
conocía con certeza la ley romana de impuestos, y tampoco
se atrevía a reclamar, ya que los recaudadores estaban
apoyados, por los romanos.
Fuentes
http://www.elsentidobuscaalhombre.com/v_portal/informacion/informacionver.asp?cod=655&te=321&idage=1
http://www.rosario.org.mx/doctrina/jesus%20y%20la%20sociedad.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Palestina_en_tiempos_de_Jes%C3%BAs
Autor:
Rafael Bolívar Grimaldos