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El sexo más allá de la muerte (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Agradecido agarré el brazo de Eleuterio y lo
apreté contra mi pecho.

CAP IX

Las sombras del
pasado

A medida que avanzábamos, nuevas figuras
aparecían, y por lo regular desnudas, y en
desvarío, mostrando los genitales o lanzándose a
nuestros pies implorando la bendición de la
satisfacción sexual. Una mujer de olímpica belleza,
cabellos caídos sobre los hombros, ojos negros como
azabaches y cejas densas y sedosas, rodó en el suelo, a
nuestros pies, y clamó

¡Eleuterio! ¡Eleuterio! ¿Por
qué me abandonaste? Llévame de nuevo para Roma.
¡Quiero vivir de nuevo el delirio de las
bacanales!

Eleuterio le habló suavemente:

— Mi hija, busca el camino de Jesús y tu llama
se aplacará. ¿De qué sirve tu permanencia en
el mal?

– ¡Loco! – exclamó ella,
levantándose en furia y rugiendo de cólera.
¿Y de qué te sirve seguir al Cordero?
¿Qué es lo que hasta ahora Él nos dio?
¡Solo infelicidad! ¡Aquí estoy perdida por
causa de El! Si me hubiese aceptado en aquel día, cuando
le ofrecí el cuerpo y la juventud en Jerusalén,
él no hubiera muerto en la cruz y éramos felices!
¡Empero no! Prefirió su Reino de humillación!
Y tú, cobarde, estabas allá y no hiciste nada por
mi, ¡y ahora tampoco lo vas a hacer!

Eleuterio la observó como quien mira a terrible y
peligrosa leona, y le habló compadecido.

– Alina mi hija, no depende de mi hacer alguna cosa por
tí. Nadie te puede ayudar, solo tú
misma…

– ¡Miserable! ¡Vete! ¡Vete con tu
cordero!

Pasamos despacio y Eleuterio le lanzó una mirada
piadosa y amiga.

Otra mujer, la abrazó y le dijo:

— Vamos, vamos, yo te consolaré.

Y la apartó, empero yo vi espantado que esa mujer
le abrazaba con ansiedad sexual, como si estuviese en la
posición de un hombre. Alina la besó con
pasión violenta en la boca, algo incomprensible para
mí, y ellas continuaron en su idilio.

Eleuterio se agachó, y yo lo vi
llorar.

– Esa mujer, dijo él, tentó al Maestro en
Jerusalén. El Señor, sin embargo la convidó
para el banquete del Reino de Dios y ella no lo aceptó.
Desdichadamente su Amor por El era algo que El no podía
aceptar.

Quedé en silencio debido a la revelación.
¿Pues qué decir después de lo que
presenciara?

Otras criaturas se esparcían por el valle.
Pequeño rió corría por entre la floresta. Y
nos paramos para hacer un pequeño descanso. Niñas
jugaban en las aguas despreocupadas y desnudas.

–¿Aquí solamente hay seres de un solo
género, o los dos? Interrogué.

Los dos. Estamos más allá del
valle y todo se mezcla. Hay hombres y mujeres, niños y
niñas, viven en promiscuidad y voy a hacerle una
revelación:

–La mayoría aún es de Espíritus
encarnados, que dejan sus cuerpos en la tierra, y durante la
noche viajan para estos valles. Las sensaciones que recogen
aquí, en cierta manera, les calma el ánimo cuando
despiertan. Obsérvelos bien y mire el hilo fluídico
que los liga a sus cuerpos.

De hecho, atendí la observación de
Eleuterio y vi millares de hilos oscuros y otros menos obscuros,
que partían del ombligo y la cabeza de aquellas criaturas,
hacia sus cuerpos en la tierra. Hilos casi invisibles, empero de
excesivo movimiento. Parecían formados de millares de
moléculas, o células, o corpúsculos. No pude
distinguir bien, pues se movilizaban en altísima
velocidad.

— ¡Quiere decir que son criaturas vivas de la
Tierra?

– Así como usted puede entender –
respondió el instructor. –durante el sueño buscan
las regiones donde estacionan los seres que les son afines a sus
pensamientos, o con su tenor vibratorio, que les comparten los
sentimientos y los objetivos. Atraviesan el espacio con gran
velocidad por millares y millares de kilómetros, o
penetran tierra adentro con el fin de satisfacer los deseos
inferiores. El sexo, como ya lo he dicho, es sagrado. Sin
embargo, el mal uso de el, torna al espíritu desgraciado y
sufrido.

Me admiré y entré en meditación
profunda, Me asombraba el hecho de verificar la existencia de
seres que mantenían la preocupación sexual
más allá de la muerte.

– Mi hijo, los apetitos carnales en la realidad no son
propiamente de la carne, El sexo en el mundo, comienza en la
mirada. Lo que vale es lo que está en la mente.

La voz de Eleuterio en esas regiones me alcanza
hondamente el Alma. Una extraña impresión de
aislamiento me dominaba. No sentí ahora las vibraciones
sexuales, y a pesar de todo, otros pensamientos me dominaban la
casa mental.

El camino se tornó estrecho, dejamos al margen
del río las mozas sonriendo para nosotros y
señalándonos con sus manos

–Usted mantiene vibraciones muy vivas del plano
terrestre. Sus fuerzas latentes circulan a su vuelta con gran
velocidad y colorido. En breve le mostraré como es que eso
funciona.

Busqué a mi alrededor y no vi nada.
¿Dónde el colorido? ¿Dónde las
fuerzas que circulaban?

Sin embargo miré que las mujeres me observaban
con caras de cupido, y llenas de deseo, en cuanto que a Eleuterio
lo respetaban como si fuese un ángel.

Era cierto que algunas se aproximaban a él y le
acusaban de no haberles dado importancia en tiempos distantes. No
podía negar que yo de vez en cuando era asaltado por
intensas vibraciones y deseos carnales. Me era imposible vencer
las ondas que venían de todas partes. A pesar de todo,
confiaba en Eleuterio y en el amor de Dios. . .

CAP. X.

Lecciones
desconocidas

Más allá del valle, las vibraciones se
intensificaban más y yo comprendí que me esperaban
nuevas experiencias. Espíritus amigos entre si, pasaban
abrazados, semidesnudos, en condiciones que yo no sabría
decir. Labios sobre labios, entrelazados corporalmente como si de
hecho estuviesen en la carne. El amor físico que
demostraban, nada tenia que envidiar a la intensidad del amor en
la Tierra.

Ví que algunos exhibían cuerpos
semi-animalizados. Verdaderos faunos que ostentaban pies de
caprinos y miradas indescifrables. Nos miraban de manera
devoradora, y sentíamos que sus ojos lanzaban
llamas.

El paisaje campestre, verde, contrastaba con la tristeza
y la alegría que se irradiaba de todos ellos.

En ese punto fijara mi pensamiento en la
meditación, cuando un gesto de Eleuterio me
detuvo.

–¿Qué sería?, pensé en ese
momento.

— Oigo voces que no son de esas criaturas – dijo
él.

Agudicé el oído. Empero nada
escuché. Eleuterio vibra en otra frecuencia y percibe
sonidos e imágenes que yo estaba lejos de registrar.
Sentí que alguien diferente iría a
surgir.

De hecho, no demoró, y bellísima doncella,
de cabellos sueltos sobre los hombros, esparcidos sobre su blanca
y pura túnica nos apareció. Tuve la idea del
deslumbramiento. Al mismo tiempo la sorpresa me frenó la
palabra. ¿Cómo? ¿Semejante criatura en este
lugar?

Me escuchó Eleuterio las indagaciones mentales,
porque me respondió:

La pureza de Diana la coloca al abrigo de
ataques.

Diana sonrió y me saludó.

— Ya sabía de la presencia suya aquí,
pues recibí comunicado.

Miré a Eleuterio.

– Aquí también existe el servicio
telegráfico semejante al de la Tierra, solamente que es
mental…

Diana tornó a sonreír.

–Tengo la incumbencia de introducirlos en el reino del
sexo, si así se puede decir. En las zonas sobre nuestra
vigilancia existe tal vez, la mayor cantidad de casos de
naturaleza sexual, y que pueden ser observados.

–¿Cómo? ¿Aquí no estamos
más allá del valle, donde no hay ningún
control? – sorprendido le pregunte a Diana.

–Si, Eleuterio tiene razón – esclareció
Diana. No hay posibilidad de control porque estas criaturas son
absolutamente libres por no someterse a ninguna disciplina ni
aceptan ningún gobierno, así sea el gobierno de
Dios, mas eso no impide que aquí existan vigilantes al
tanto de los movimientos.. En el valle propiamente, reciben
tratamiento, y de alguna manera se someten a cierta disciplina.
Aquí no hacen lo que quieren y lo que sienten. Es
lógico que sin que lo sepan son gobernados por leyes
inexorable del destino..

Traté de comprender el pensamiento de Diana,
empero sentí que una confusión se anidaba en mi
mente.

— No se preocupe, dice ella, la libertad que Dios
concede a los seres es de cierta manera, un tratamiento
espiritual. Un día las criaturas también se saturan
del libertinaje y vuelven a desear la disciplina de la Ley. Lo
que aquí podríamos considerar como punto de
saturación es similar a los preceptos de la ciencia de la
Tierra.

Mis pensamientos galoparon por lo más
recóndito de mi Alma. "Saturarse de libertad"
¿podría la libertad saturar a los seres?

–Recuerde que libertad es casi apenas un concepto
dijo Diana. El ser está en el Universo limitado en todos
los departamentos de la vida. La libertad como la entiende el
hombre, en realidad no existe, pues la criatura es prisionera de
todo…

Analicé a la bellísima joven que me
hablaba y tuve la impresión de que la sabiduría que
partía de sus labios como perlas, venia del fondo de los
milenios. ¿Libertad limitada? ¿Se puede limitar la
libertad?

– Si, se puede – confirmó ella. ¿En la
Tierra no existe lo que se denominó llamar como "libertad
vigilada"? En todas partes del Universo la libertad tiene
límites; .millones de leyes menores muchas veces limitan
el campo que nos conceden las leyes de Dios. En verdad, pensando
en términos del mundo, los preconceptos, los
tabúes, las disciplinas, son limitaciones de la libertad.
La libertad liberada aún no puede ser concedida a seres
que gravitan en ciertas fajas vibratorias, tales como la de la
tierra y la de estas regiones en donde nos
encontramos.

— Empero, en el Universo entero, ¿no existen
condiciones de completa libertad? . .

–¡Existen, si!. mas solo para los "Grandes Seres"
que alcanzaron las cúspides de la evolución
espiritual, ellos conquistaron el derecho de la libertad sin
límites, pues el sentimiento de libertad verdadera, es
antes que todo, condición interior del Espíritu
eterno. Cuando el Espíritu alcanza las más altas
estancias de la espiritualidad superior, conquista la libertad
amplia de pensar, de actuar, de vivir, de crear y de
amar.

Diana sonreía maravillosamente y de sus ojos
pendían rayos de sublime belleza e irradiaciones de
profundas virtudes.

Me convencí de que me encontraba frente a un
Espíritu bellísimo, que alcanzara el clima interior
de la sabiduría y del Amor.

— Mi hijo, no piense así – dice ella…
Aún tengo mis limitaciones. En breve usted
verá.

Me sonrojé verificando que ella me
percibía los pensamientos ocultos en mi casa mental, como
quien mira por una ventana abierta.

Busqué a Eleuterio. Estaba cerca de mí, y
me calmó.

XI

Los
hombres

Un hecho diferente me impresionó el
Espíritu de manera viva.

Comencé a encontrar a viejos compañeros de
la carne que estacionaban allí, en el Círculo de la
Perdición; así era llamada la zona más
allá del valle. Muchos de aquellos que yo encontraba todos
los días en la calle de mi ciudad terrestre,
corrían entre los faunos y las ninfas y con ellos se
sumergían en las ondas del sexo. Algunos se
escondían de mí por detrás de los
árboles o la vegetación más baja, otros sin
embargo, sonreían alegremente y me señalaban con
las manos convidándome a seguir con ellos al encuentro de
la aventura sexual.

Todos ellos exhibían el cordón umbilical
que caracteriza a los Espíritus encarnados. No siempre el
cordón era oscuro, a veces de color claro y en algunos
casos verifiqué que no se entregaban al sexo con la
ansiedad de los demás, había menos
animalidad.

Eleuterio me condujo cada vez más adentro del
bosque y era común ver a grupos desnudos acostados sobre
la grama, riendo en la alegría de los amantes. Me
recordé de Paolo y Francisca de la Rimini y del viaje de
Dante. Nunca comprendí muy bien el drama de aquellos que
mueren por amor y por el abuso sexual

Aníbal estaba al margen del camino. Viejo amigo
de la infancia que sonrió para mí.

– ¿Usted aquí? – dice el viejo. – Viene
vestido con la túnica de los Espíritus
buenos…

Dijo y sonrió. Me sonrojé. Me
pareció que se burlaba.

– Usted sabe que soy pecador.

Eleuterio había parado un instante para
permitirme conversar con él.

Millares de Espíritus iguales a Aníbal se
aproximaban a nosotros, ansiosos por escuchar la
conversación.

– Sé que es pecador, empero hoy está con
la túnica de los ángeles, acompañando a un
ángel!

– Mi apreciado Aníbal – le hablé – siempre
fuimos amigos y no comprendo por qué ahora me
hostiliza.

Pareció comprender pues se disculpó de
eso:

– Bobadas mías, cuando somos encontrados
culpables procuramos siempre atacar a los buenos. Sé que
usted aún es Espíritu imperfecto, mas viene
luchando por espiritualizarse. Sé que estoy errado, empero
no tengo otra solución para mi vida. Cuando mi cuerpo
duerme vengo espiritualmente para acá, y como usted y yo
vemos, son millares los que aquí encontramos la
satisfacción sexual que nos es negada en la
Tierra…

– ¿Y la esposa? – Interrogué
sorprendido.

– Mi esposa no quiere saber nada de esto por preconcepto
religioso. Combinó sexo con religión y con eso,
estableció el desamor entre nosotros. Mientras mi cuerpo
duerme yo busco estos sitios para satisfacerme.

– Más usted, Aníbal, puede ver que
nosotros como Espíritus estamos en evolución.
¿Por qué no busca el camino del progreso
espiritual?

– No tengo condiciones. Soy muy atrasado.

– ¿Atrasado de qué manera? Todos nosotros
estamos avanzando.

Eleuterio escuchándonos nos
interfirió.

– El sexo no es obstáculo a la Evolución.
Por el contrario, es puerta abierta para la evolución.
¿No es a través de la reencarnación que los
Espíritus van alcanzando mayor progreso? El sexo es puerta
sagrada. La extravagancia sexual es la que debilita al cuerpo
físico y al periespíritu del hombre. Las fuerzas
electromagnéticas de los vehículos, cuerpo y
periespíritu, tienden a debilitarse o a gastarse con el
ejercicio indiscriminado de la sexualidad, simplemente es
así…. Es como si una batería se descargase
por el excesivo uso. El cerebro material sin la carga
electromagnética necesaria, debilitado, no tiene
condiciones de alzar vuelos para el pensamiento más alto.
Ahí tenemos a los religiosos del pasado, caídos en
la situación opuesta y absurda de intentar el celibato
para mantenerse en absoluta castidad. Para lograr esto es
necesario que el ser haya evolucionado y progresado
espiritualmente. El celibato para el hombre común o
igualmente para aquel que en otros campos progresó mucho,
pero que aún no alcanzó la beatitud, es medida
perjudicial, porque la criatura encarnada tiene la
responsabilidad de la creación de las formas.

Miré a Eleuterio y me di cuenta de que él
penetraba ahora en el campo secreto de los conocimientos sexuales
del Espíritu y quedé amedrentado.

– Todo en el Universo se puede espiritualizar o
materializar, depende apenas de la flexibilidad de nuestra mente.
Donde fijamos la mente, allí colocamos el corazón,
y el periespíritu pasa a adquirir menos velocidad
vibratoria y con eso tiende a inmovilizarse o a tornarse
rígido.

Aníbal nos contempló espantado.

– Mi apreciado Aníbal – le habló
Eleuterio, colocándole las manos en los hombros –
sé que usted es un gran estudioso de los problemas
psíquicos y tiene hambre espiritual de Jesucristo, su alma
desea progresar y crecer en espíritu, solamente verifico
que está demasiadamente preso al ansia sexual en las
luchas consigo mismo y en un conflicto establecido por los
preconceptos sociales, y por las falsa moral religiosa de
nuestros tiempos. Mi hijo, sexo no es inmundicia ni inmoralidad.
Es oportunidad de entendimiento entre las criaturas; es el chance
para la transfusión de fluidos. Cuando dos criaturas se
aman verdaderamente, a través del sexo y del acto sexual,
ellas se trasfunden las vibraciones psico-espirituales de que son
portadoras y dan y reciben energías extraordinarias para
la marcha de la vida. Hay euforia y grandeza moral como
espiritual. Cuando, por eso, la fijación sexual es
demasiada o exagerada, la criatura puede caer en agotamiento
nervioso, en el desgaste y embrutecimiento periespiritual, empero
a pesar de eso, delante de Dios, no hay pecado, Dios que
creó el sexo no lo hace ni moral ni inmoral, lo hizo
natural y simple para alegría del hombre y de la mujer y
para progreso de los Espíritus. Sexo es obra Divina y el
Creador se complace en verificar que a través de el, los
seres avanzan universo adentro al encuentro de las mayores
posibilidades y alcanzan cada día mayor ascensión
espiritual. El sexo se sublimará a través de los
tiempos y por el, los seres que gravitan en las sombras
encontrarán el entendimiento mayor y se aproximarán
al reino de Dios. ¿Usted no se acuerda de Pablo el
apóstol? "No os defraudéis unos a los otros, porque
es mejor casarse que quemarse" Ese es un problema viejo, mal
comprendido por los hombres y mal divulgado por ciertos
líderes de las religiones tradicionales, que no pudieron
entender la orientación de los iniciados y la
distorsionaron. Más allá de eso, ¿usted no
sabía acaso que Pedro tenía suegra?. Quien tiene
suegra tiene o tuvo esposa…

Reímos todos ante las expresiones de
alegría de Eleuterio.

Aníbal lo miraba sorprendido y percibí que
sus ojos irradiaban una nueva luz.

– ¿Mas, señor, y mi presencia nocturna
constante aquí en este valle de
perdición?

El Guía respondió:

– Aníbal, perdóneme, Señor, solo
Jesucristo. En cuanto a su presencia en el valle, es resultado de
sus necesidades de satisfacción sexual. No encontrando en
casa la comprensión de la compañera, es natural que
usted la busque en algún lugar. Aquí se
reúnen compañeros suyos de otras vidas y almas
afines que lo quieren verdaderamente, así el encuentro sea
fatal. Nosotros vivimos sometidos a leyes inexorables y las leyes
del pensamiento aún son más poderosas.
Evidentemente, el control y la disciplina de las energías
sexuales, en el campo psicofísico le dan al ser nuevas
dimensiones más allá de la animalidad, empero la
naturaleza no da saltos y la paciencia de los hombres ha de
llevarlos en el futuro, a zonas más elevadas para la
espiritualización. Una cosa le puedo decir, mi apreciado,
sexualidad no es crimen…

Diciendo eso, Eleuterio golpeó amigablemente en
las costillas de Aníbal y esclareció:

– Ahora tenemos que andar un poco más, sin
embargo le prometo que volveremos a conversar pronto.

CAPT XII

En
marcha

Mi pensamiento aún vibraba intensamente en torno
a la exposición de Eleuterio. Diana nos acompañaba
silenciosa y sonreía de vez en cuando para mí.
Aníbal permanecía en mi casa mental como un ser
angustiado que aún no se encontraba a si mismo. ¿Yo
qué podría hacer a su favor?.

– ¡Nada! respondió Diana—que
probablemente registraba mis pensamientos. Nada, mi amigo. En ese
estado de evolución en que se encuentra, muy poco se
podrá hacer por él. La lucha sexual que lo domina
es muy grande. Las energías que emanan de su ser son tan
poderosas que se renuevan en la satisfacción del propio
sexo. Hay dos intensas y poderosas fuentes de energía en
el hombre: la fuente mental, y la fuente sexual. Ambas se
equilibran permanentemente. Una es la fuerza renovadora del mundo
y del Universo que envuelve al hombre y que se manifiesta a
través de la inteligencia en las actividades de cada
día, y la otra es la energía creadora de las formas
físicas que buscan realizar la obra de la creación
Divina para la evolución de los seres. La primera es
fuerza de actividad y realización, y la otra es
energía de manutención y permanencia del hombre en
la Tierra. Sin el sexo no habrá hombre en el mundo y no
habría oportunidad de evolución para los
espíritus que vibran en la faja de los Mundos semejantes a
la tierra. Son Mundos para la reencarnación que exigen
formas físicas. Naturalmente, Dios, en su sabiduría
determinó que el potencial del sexo se constituyese como
extraordinaria y poderosa fuerza, de manera que el hombre no se
desinterese de su creación y así no quedase
interrumpida la posibilidad de evolución espiritual. Por
otro lado, vemos que ese hecho existe en toda la naturaleza,
desde las plantas y los animales, hasta las aves y los insectos.
Sexo es ley de la vida, ¿Usted no ha oído hablar de
eso?

Diana sonrió. Una sonrisa larga y maravillosa. A
nuestro regreso los faunos bailaban la danza del amor y los
Espíritus de los hombres cantaban extraños temas
sensuales.

Tomamos el camino solo que conducía a una
claridad donde criaturas entre quince y dieciocho años
jugaban entre las flores

Me parecían pájaros de blanquísima
belleza, extrañé el cambio del escenario y Diana
explicó:

— Aquí se reúnen aquellos que cayeron en
la Tierra, en la expresión del Mundo, y que buscan de
alguna forma la satisfacción sexual.

Vi. que todas ellas poseían el cordón
fluídico que las ligaba a la Tierra.

Nos rodeaban alegremente y me buscaban con las miradas y
con las manos, pues muchas de ellas vinieron a abrazarme, y hasta
deseaban besarme ansiosamente. ¿Por qué
permitirían Diana y Eleuterio que eso
sucediese?

Al principio me atemoricé, después
sentí placer y sonreí para ellas.

Aplaudieron y reían. Sentí ondas de
sensualidad. que me invadían el organismo espiritual y
comprendí que me embriagaba de sexo. ¡Qué
hacer! Nuestros guías parecían ignorar lo que
sucedía conmigo, el alboroto de las jovencitas
aumentó asustadoramente y vi. que estaba envuelto por
centenas de ellas que me arrastraban felices para un
pequeño bosque. Sus manos suaves y calientes me alisaban
el cuerpo y sentí el hálito de sus bocas perfumadas
y juveniles. Un vértigo jamás sentido me
dominó por completo y mi alma estaba a punto de perderse.
Al mismo tiempo, yo mismo me entregaba al amor. Nada hice
más allá de caricias, sin embargo eso me
dejó exhausto y perturbado. Después, corrieron en
gritería, y me dejaron allá caído y
solitario. Un gran silencio envolvió el bosque No
miré más a Diana ni a Eleuterio. A mi lado
apareció una criatura pequeñita y fea, que se
reía de mí sarcásticamente, Era un verdadero
enano y me convidó.

–¿Usted no quiere conocer el valle? ¿No
vino aquí a eso?

Me sorprendí y le dije que si, y le
extendí los brazos para que me ayudara a
levantar.

Se rió y me levantó con gran facilidad
como si yo fuese una pluma y me llevó bosque
adentro.

No podía entender lo que pasaba conmigo. Apenas
entendía que mi ser se complacía en aquellas ondas
de sensualidad física que venían por todo
lado..

¿Quién es usted?
pregunté.

–Kunter—respondió él.
Trabajé con Wagner en la ópera Alemana. Conozco
todo el valle y espero cumplir con la solicitud de
Diana.

– Espantado pregunté ¿Pedido de
Diana?

– Sí, Diana prefirió que conociese el
valle por mi intermedio. También presto servicio secreto
en este valle.

Me admiré de la facilidad de exposición de
Kunter.

–¿Servicio secreto?

Sí, servicio secreto: Muchos Espíritus
como yo, vienen aquí aparentando diversión, pero en
realidad son seres informantes para departamentos más
adelantados.Cuando registramos alguna mejoría en
algún Espíritu, así como en el caso de
Aníbal, comunicamos el hecho, y luego vienen en auxilio
para retirarlo e internarlo en sanatorio o plantel educativo
especializado. La mayoría de los Espíritus que
vienen aquí, son dominados por el pensamiento lujurioso, y
que por lo regular no encuentran satisfacciones en la
Tierra.

Deduje que en este caso también había una
criatura bien esclarecida y tal vez más sabia de lo que yo
juzgaba.

Caminé con él. El bosque aumentaba de
tamaño a medida que andábamos. No se porqué
me sentí animado, a pesar de no haber vuelto a ver a Diana
ni a Eleuterio. Sabia que ellos no me abandonarían y que
en momento oportuno estarían nuevamente con migo. Por otro
lado Kunter me inspiraba absoluta confianza. Percibí que
de él se irradiaba extraña fuerza de
decisión y firmeza. Me di cuenta de la gran facilidad con
que se movía en el valle y recorría el bosque como
si estuviese en casa.

Tailan estaba acostado cuando Kunter fue a hablar con
él. Al lado del enano parecía un verdadero
gigante

–Tailan – le habló Kunter. Traigo un amigo que
quiere conocer sus dominios. La figura que acababa de conocer no
era asustadora, empero poseía la mirada de un felino y el
cuerpo atlético como el de un deportista de olimpiadas. Me
miró demoradamente y después dijo:

–¿Dónde fue usted a buscar ese
espécimen, Kunter?

–Viene de la superficie terrestre y quiere estudiar la
sexualidad en el campo del Espíritu.

–¿Tiene orden? – quiso saber un poco
desconfiado.

— Claro que si, respondió Kunter

–Pregunto porque como usted sabe, todo el mundo puede
venir aquí; empero para estudiar es necesario de una
orden. Más allá de eso, él es protegido por
el Cordero y yo no quiero creencias en el Cordero ni en los
Dragones.

Mi negocio es otro, y no tengo partido.

Kunter respondió.

–Comprendí, usted no quiere
complicaciones…

–Usted sabe que no entro en esa pelea de Ángeles
con Demonios. Cuido del sexo. Desenvuelvo mi negocio, ¡y no
busco a Dios, ni al Diablo!

Yo estaba admirado con el diálogo.
¿Entonces sabía aquello? ¿Podría
alguien encontrarse apartado de ellos?, ¿de las leyes de
Dios o de las fuerzas del Demonio?

Él sin saber, tal vez, respondió a mis
indagaciones.

— Aquí donde vivo soy neutro. Respeto al Cordero
y respeto a los Dragones. Obedezco las leyes de Dios, y obedezco
órdenes de los Dragones. ¡Más siempre que
puedo quedo libre de los dos! Sabiendo eso, ustedes pueden andar
por ahí, les cooperaré. Aquí todos son
libres y el sexo es lo que hay de más importancia entre
nosotros. Solo cuidamos de eso Queremos vivir, queremos
vivir!

Kunter, con un gesto de cabeza concordó y
dijo:

–¿Nos va a acompañar?

–Más tarde pueden andar a voluntad y pueden ver
lo que quieran. Todo es nuestro y todos aman. Aquí en este
bosque no hay otra cosa que el amor libre, y no hay odio de
alguna especie. ¡Todos aman, todos aman!

Tailan abrió los brazos y cantó una
canción profundamente sensual, en la cual le cantaba al
cuerpo, a los órganos sexuales y a la satisfacción
de la sensualidad.

La voz de Tailan era bellísima y
extraordinariamente atractiva. Me acordé de las leyendas
de las sirenas.

–No se deje envolver, susurró Kunter. La
melodiosa voz de Tailan y su sensualidad son fuerzas
perturbadoras en este valle.

De hecho empezaron a aparecer hombres y mujeres de
belleza excepcional. No eran más niñas, y si,
criaturas adultas, bien formadas, y algunas venían
vestidas con largos y transparentes vestidos de colores que,
más que la desnudez, me impresionaba la sensibilidad
sexual. Brazos rollizos y senos que me herían la
acústica de los sentidos del Alma, sentí otra vez
las ondas de sensualidad que venían de ellos.

Me recordé de mis amigos Diana Y Eleuterio; a
pesar de todo, no me atreví a llamarlos, Kunter me
apretó el brazo y dijo:

— Pasemos, pasemos!

La energía con que se expresó, me dio
ánimo desconocido y atravesamos en medio de aquellas
criaturas que me alisaban los cabellos y pasaban las manos por
mis espaldas.

– Ven, ven mi amor, aclamaban ellas.

–Qué hacer, una cruel angustia me embargó
el Alma. Coloqué mis pensamientos en el Cristo, ¡y
lo vi crucificado en lo alto del calvario! Pendido en el pecho me
pareció escuchar su mensaje de renuncia y de
dolor.

Esa imagen me pareció un bálsamo, y las
mujeres, instantáneamente se apartan y murmuran entre
sí:

— ¡El es hijo del Cordero!—y se apartaron
aún más.

Se agrupaban en un pequeño montículo y me
contemplaban como quien considera a alguien muy respetable, o a
un enfermo que sufre de lepra.

–Vamos, ore y pase, insistió el
enano.

Oré y pasé. Detrás de nosotros
quedó un perfume inolvidable de amor carnal y
físico. Jesús, entonces vibraba en mi Alma como la
única y última esperanza.

CAP. XIII

Sombras del
pasado

Yo había notado que entre aquellas mujeres,
algunas me eran profundamente simpáticas y me
parecía reconocerlas. Estaba casi seguro de que no era la
primera vez que las veía. El pasado vivía en mi
Alma, ¿Serían las compañeras de otras
reencarnaciones, perdidas y sumergidas en el tiempo de
civilizaciones antiguas? Caí en silencio y profunda
meditación. Tenía la impresión de haber sido
profundamente amado por ellas en algún tiempo y lugar.
Algunas me recordaban el Antiguo Egipto, otras el Oriente,
Grecia, y también Roma, pero la mayoría me
recordaba a Francia. Me perdía en meditaciones confusas.
Kunter no me dejaba saber si percibía o no mis
pensamientos. No era Espíritu como Diana ni como
Eleuterio.

En realidad, ahora yo estaba casi solito. No todas
aquellas mujeres estaban ligadas a la Tierra por lazos
fluídicos. Muchas de estas ya pertenecían al mundo
de los Espíritus, desligadas de la carne.

Meditaba en aquel problema desconocido de los hombres en
su consciencia normal: el hecho de existir en el otro lado de la
vida, o atrás del velo, en la invisibilidad, criaturas
como aquellas, que se entregaban a un amor extrafísico y
casi físico. Practicaban todos los actos sexuales con los
Espíritus de figura masculina que a ellas eran
aficionados, indiferentes a la existencia de la inmortalidad y de
la Ley de evolución. Ignoraban la marcha de los astros y
la grandeza del Universo Vivian felices en su ansia de sentirse
libres para querer a su manera. Poco les importaba el Cordero y
el Dragón,. Creían respetar a ambos y nada
sabían de las luchas de los sabios, de los santos y de los
iniciados que buscaban el camino de la verdad. Creían amar
y ser amadas. Me acordé de walhala*, de los
antiguos sufíes, del paraíso de muchas razas
orientales y de las promesas de Mahoma a sus seguidores.
Decía a sus soldados y seguidores que después de la
muerte irían para un paraíso de delicias.
¡Para el Cielo de Alá!, ¿Quién
sabe?

Inmenso cisma me invadió el Alma, Una gran duda
empezó a henchirme el corazón ¿No seria
mejor estacionarme y permanecer allí
eternamente?

Talvez sintiendo mi gran silencio o recibiendo la
intuición de lo que pasaba conmigo, Kunter
habló:

— Cuidado mi amigo, con el pensamiento en estas
regiones. Esas mujeres impregnan el ambiente de esas vibraciones
de sensualidad que difícilmente un Espíritu menos
preparado puede resistir. El sentimiento sensual es dulce y suave
como la miel de las cosas capaces de arrastrarnos

* Paraíso de la mitología
Alemana

– ¡No nos sumerjamos en meditaciones sobre ellas
porque podemos correr el peligro de perdernos! El sexo es obra
Divina, tiene los atractivos de las cosas de Dios. La sensualidad
es uno de los irresistibles placeres que dominan a la humanidad.
Si usted no reacciona inmediatamente, jamás saldrá
de aquí, quedará imantado a ellas como la lima de
hierro al imán. ¡Podrá salir, empero
regresará siempre!.

Debido a esas palabras que me alcanzaron fuertemente el
corazón. Reaccioné violentamente y me
reajusté al pensamiento superior. Una brisa suave ahora
bañaba nuestra frente y pude esbozar una sonrisa leve de
compasión para conmigo mismo. Aún era muy
frágil, y terrible el camino que conduce al placer de la
carne!.

Después encontré de nuevo a Diana y a
Eleuterio. Extrañé encontrarlos al frente, empero
no pregunté nada. El camino ahora era más oscuro
con sus follajes sombríos. y Kunter pidió licencia
para retirarse advirtiendo que iba a avanzar para preparar
nuestra llegada. Me hice la pregunta. –¿A dónde
llegaremos?. Sin embargo me calmé, pues no me
competía indagar. Apenas sentí que alguna cosa me
sofocaba lentamente la garganta, que el ambiente cada vez se
tornaba más pesado e irrespirable, y que las impresiones
se tornaban diferentes a la inicial.

–El Amor y el sexo no están en el cuerpo ni en
el periespíritu – dice Eleuterio, tomando un aire
profesional. – El sexo parte del Espíritu. Mucha gente
dice que la carne es débil, pues no existe debilidad en la
carne. Lo que existe es mayor o menor evolución del
Espíritu. Todo está en la mente La sexualidad y el
amor también están en la mente y no en el cuerpo.
La carne y el periespíritu son redes
electromagnéticas de alto potencial, en el caso del cuerpo
físico, conformadas del material de que se compone el
mundo en la cual esta viviendo el ser. Eso es normal y es obra de
Dios. El instinto en su necesidad de procrear, fuerza
extraordinaria de la naturaleza, es quien induce al macho y a la
hembra a procrear y también los coloca en la lucha sexual.
No hay en esto pecado ni crimen, es la naturaleza que se expresa
a través de la forma para preservar las mismas formas,
renovándolas y recriándolas.

Sexo es potencial Divino. El uso exagerado como ya
dijimos, podría llevar al hombre al embrutecimiento y a la
animalidad más violenta, más el uso controlado
podrá mantenerlo perfectamente en el seno de la
Creación, equilibradamente. Lo que existe en todos los
Departamentos del Universo es equilibrio y desequilibrio. Quien
se desequilibra sufre para readquirir el equilibrio, esa lucha
para la conquista del reequilibrio, es lo que produce el
sufrimiento y el dolor. Dios no castiga a nadie. Sus leyes
funcionan como el más exacto reloj y todos estamos sujetos
a esas leyes frías, duras inexorables, empero
perfectas.

Eleuterio dejó de hablar golpeándome los
hombros amigablemente. Yo sonreí para él
agradecido. Pues los apuntes eran de tal manera importantes como
para hacernos meditar profundamente.

Sentí que en el silencio que se estableciera
asimilábamos la Sabiduría Infinita de
Dios

CAP. XIV

En el valle de la
muerte

Descendíamos cada vez más sobre el oscuro
camino. Ahora, Diana se colocaba al frente.

Parecía un Ángel de los
Abismos.

Recordé instintivamente a Atafón.
Evidentemente la zona donde nos encontrábamos no era la de
los Abismos, pero si la faja o mundo paralelo a
continuación de la corteza terrestre hacia abajo. Sin
embargo, siendo Diana un Espíritu inferior comparado con
Atafón, a pesar de eso, me parecía a un
Ángel.

Aquellos recuerdos me venían a la mente, por el
simple hecho de estar penetrando en zona más
sombría y fétida, desagradable, diferente al bosque
que recorriéramos donde el sexo libre se combinaba con la
belleza Helénica. Por instinto sentí que ahora
descendíamos a región semejante a las de los
Abismos.

Eleuterio se tornó serio y Diana se tornó
pálida y con aspecto grave. De súbito
apareció Kinter:

–Señor, Le dice a Eleuterio, Ya todo está
preparado. Ya hablé con Deucalión.

–Aquí, mi hijo – esclareció Eleuterio –
no es zona propiamente libre, es una región más o
menos controlada.. Los Espíritus que vienen aquí,
están en tratamiento espiritual.

De hecho, en la medida que avanzábamos, se
divisaba a lo lejos un edificio de torres puntiagudas, que se
perdía en el cielo, evocando a los antiguos palacios.
Inmensos jardines con diversas entradas caracterizaban la
construcción. Y sobre esos campos verdes parecían
pastar a nuestra vista algunos animales.

En medio de nosotros y la edificación se
interponía gran distancia de aquella oscura zona de olor
nauseabundo.

–Allá queda el sanatorio – habló Diana
apuntando con la mano. Sin embargo tenemos que cruzar el Valle de
la muerte, extensa faja donde estacionan los Espíritus que
iniciaron el desgaste de la forma periespiritual por la
exageración del ejercicio sexual.. Es lógico mi
estimado – dice dirigiéndose a mí – que en esa
primera excursión y en estas primeras noticias que
enviaremos a la Tierra sobre sexo, en el plano espiritual, no
mostraremos ni contaremos todo. Es el mejor método
pedagógico del mundo Espiritual, que toda la verdad
trasmitida a la Tierra sea entregada de acuerdo con las
posibilidades de percepción y asimilación de
aquellos que la van a recibir. No podemos decir más ni
enseñar más de aquello que apenas hace parte de una
medida general que la humanidad pueda recibir. Algunos
discípulos o iniciados reciben en particular mucha
información más adelantada, sin embargo,
están limitados para hacer algunas revelaciones. Por su
propio adelantamiento ellos saben que no deben hacerlo. Si
diéramos más de lo que la humanidad puede asimilar
estaríamos estableciendo el desorden en la casa del Padre
y la perturbación en las mentes humanas.

Diana sonrió y habló para nosotros.
Comprendí completamente el esclarecimiento.

-.En diversas ocasiones ya fui alertada sobre ese hecho.
Realmente en el plano Espiritual hay recomendaciones severas en
referencia del envío de información a planos o
criaturas que no alcanzaron aún el clima interior
necesario para comprender, a veces prefieren las fuerzas
Espirituales que las noticias vengan aparentemente incompletas.
Afirman que sería mejor, de manera paulatina y gradual
transmitir nuevas noticias que vendrán a esclarecer los
puntos aparentemente incomprensibles. Enseñanza poco
más demorada, pero segura.

Meditábamos en las anotaciones de aquella hora
cuando verificamos que atravesábamos terreno
extraño y más sombrío aún.
Partían gemidos y lamentos de aquí y allí;
Observé que entre el follaje habían criaturas
abandonadas en el piso. Parecían animales y
sufrían. Eleuterio nos hizo un gesto y lo
acompañamos. Diana esperó en el camino mientras
hacíamos la incursión. Tomamos un atajo. Kunter iba
al frente sobre la orientación de Eleuterio. En
determinado punto paramos y el Guía nos mostró
diversos Espíritus que se amontonaban unos sobre otros.
Noté que no tenían brazos y las piernas
excesivamente delgadas, en realidad estaban mutiladas.

Fisonomías intensamente pálidas como si
hubiesen perdido toda la sangre, con una palidez marmórea.
Los labios estaban cerrados, contraídos como la boca de
los niños que chupan biberón; desagradable en
realidad, nos hacían recordar a niños recién
nacidos, aunque los cuerpos fuesen de adulto.

– Ellos vivieron en la afición carnal de
naturaleza tan inferior, hasta comenzar el deterioro del
periespíritu

– ¿Que hicieron ellos?

– Usaron los brazos y las piernas para el mal. No se
limitaron a amar dentro de un plan de pureza y
comprensión, empero se entregaron al desvarío del
sexo. Hemos dicho que amor y sexo son leyes de la vida, mas el
vaso físico, bien sea el de la Tierra o el Espiritual
están sujetos a dilaceraciones y a responsabilidades que
le cabrán siempre al Espíritu que se pierde en el
desgaste electromagnético. Esos vehículos de
manifestación de la mente y del alma, como el
periespíritu, son verdaderas máquinas construidas
con la más absoluta precisión. Las exageradas
pasiones y la cólera son descargas
electromagnéticas de altísimo voltaje que ponen en
riesgo todo el aparato. La mente emite energías en el
sentido en que nosotros la fijemos. Si nuestro pensamiento se
fija en las manos, para ellas se dirige la corriente vibratoria
desencadenada en el cuerpo Espiritual y es lógico que
ahí se concentraran violentamente las fuerzas
electromagnéticas comandadas por la mente.

Si fijamos la mente en los órganos sexuales, el
fenómeno es el mismo. Nos cabe dirigir sabiamente las
fuerzas interiores que se mueven sobre el comando de nuestra
mente

Sexo no es crimen, sin embargo el uso inmoderado o
descontrolado traerá como consecuencia perturbaciones de
orden físico y psicofísicas –

Observé al gran instructor y pasé a
contemplar aquellos seres que yacían allí semi
inconscientes como si fuesen un trozo de leña.

Más adelante encontramos criaturas un poco
diferentes. No estaban inconscientes, estaban de pie. Nos miraban
con tristeza. Figuras masculinas. Algunas tapaban los
órganos genitales con las manos como si estuviesen
avergonzados. Fue cuando de pronto me detuve sobre el impacto de
una impresionante visión. Aquellas criaturas ya no
poseían los órganos genitales. Ni los hombres ni
las mujeres. Ahora Eleuterio me percibió el choque y la
emoción. Me aseguró delicadamente por el brazo y me
dijo:

– Como usted ya puede percibir, ellos se esconden
aquí en éstos lugares por que se sienten
avergonzados de haber perdido los órganos
sexuales.

Eleuterio le ordenó a uno de ellos que se
aproximase. El cuerpo era de un joven; sin embargo la
fisonomía era de un hombre viejo, encanecido en la
Tierra.

—Aldrovando! dijo el Espíritu;
¿cuánto tiempo hace que usted esta
ahí?

– Hace dos mil años, Señor –
respondió él.

-¿Dónde fue que usted perdió los
órganos sexuales?

– En las civilizaciones antiguas, mi Señor. Me
entregué demasiado a las alegrías del
sexo.

– Y ahora, Aldrovando, ¿qué piensa
hacer?

– Espero la misericordia de Dios y la oportunidad de
servir; sin embargo, en este estado no tengo coraje para salir de
aquí. ¡Ni mis compañeros ni yo!. Estoy
esperando llamada del sanatorio. Algunos enfermeros y
médicos ya estuvieron aquí
evaluándonos.

– ¡Y qué dictaminaron?

– Hallaron que la recuperación va bien. Nos
dieron instrucciones. Dijeron que deberíamos por algunos
años olvidar el problema sexual. —Tristemente,
señor, no es fácil.

-¿Por qué no es fácil?

– No es fácil por que nuestra mente esta imantada
a muchas mujeres que insistentemente nos buscan y vienen hasta
aquí. Nada nos resta, mas esas compañeras se
complacen en abrazarnos y besarnos. Cómo sufrimos en la
oscuridad, nos es difícil rechazar ese amor.

Comprendí la fuerza de la afirmativa y
quedé pensando en aquellos que se destruyen en la
sensualidad. El silencio nos envolvió de nuevo. Eleuterio
nos convidó a seguir y Aldrovando permaneció donde
estaba con los ojos fijos en nosotros, como alguien que
contemplase una de sus grandes esperanzas. .

CAPT. XV

Aun en el
valle

Yo ya había aprendido en el viaje a los abismos,
que el periespíritu se puede mutilar, y que las criaturas
tienden a inmovilizarse periespiritualmente, así no
retrocedan en el campo de la evolución. Subimos o
descendemos de acuerdo a la dirección que le demos a
nuestros pensamientos. Todavía era inmensamente chocante
verificar que el sexo descontrolado conduce a los mismos
resultados. ¿Cómo conciliar las enseñanzas
que nos orientaban en el sentido de que sexo y amor son leyes de
la vida. ¿Y la decadencia de aquellos seres ?

Diana que se uniera de nuevo a nuestro grupo, me
oyó las indagaciones mentales y pasó a
orientarme.

– Mí apreciado, dijo ella con suavidad, no hay
ninguna contradicción en eso. Todo es cierto. Por ejemplo,
una criatura se alimenta para vivir y eso está bien. Si
come demasiado, podrá sufrir perturbación
estomacal. Quien pasa noches sin dormir podría estar
sujeto al agotamiento nervioso. La máquina tiene un
límite de uso, con el abuso es que se puede
errar…

¿Comprendió ahora? Esos Espíritus,
cuando en la Tierra e igualmente en este plano, llevan muy lejos
la libertad sexual, se afectan a sí mismos y ahora tienen
que recuperarse.

Observé que Diana manejaba muy bien este asunto,
pues aquello que salió de sus labios me parecía
más dulce y más suave. Me reconfortó con su
palabra y le agradecí la bondad; por lo tanto proseguimos
la marcha. Percibí que por algún motivo que
escapaba a mis indagaciones, los Instructores Espirituales me
llevaban a ver las personas mutiladas por sensualidad. Ellos
mismos nos anunciaron que el sexo era ley de la vida. ¿Tal
vez, hay grandes dudas entre los hombres con referencia al uso
del sexo? Continuamos. El follaje verde y oscuro, ahora se
esclarecía un poco. El sanatorio parecía más
cerca. Sus torres de una belleza extraordinaria apuntaban para el
infinito donde la luna y las estrellas brillaban
aclarándonos de alguna manera el camino.

La luz lunar en las fajas espirituales funciona de
manera diferente y las partículas atmosféricas
brillan con más intensidad, de manera que la claridad de
los planos Espirituales es mayor.

Terrible tristeza me invadió el alma. Al final,
la forma humana de aquellas criaturas las hacía plenamente
identificables.

– El cuerpo Espiritual adquiere mayor vitalidad y sus
células Espirituales conquistan mayor velocidad en
proporción a como coloquemos la mente en Dios y en las
cosas Espirituales. Por otro lado, las células
periespirituales tienden a disminuir su velocidad y a
inmovilizarse en la medida que fijemos la mente en las cosas
materiales. Particularmente en asunto de sexo, muchos
fenómenos diferentes ocurren, explicó
Diana.

La sexualidad sana y pura canaliza energías
superiores y trasfunde fluídos de renovación,
expresando el verdadero amor, de manera que las entidades se
sientan fortalecidas.

La sexualidad perturbada, sin embargo, arrastra al
espíritu para las zonas inferiores de la vida. A pesar de
todo, no hay crimen. Cada uno asume la responsabilidad de sus
actos. Aquellos que practican relaciones sexuales con este o con
aquel sujeto indiscriminadamente, no comete ningún acto
que atente contra la misericordia de Dios, empero está
sujeto a ligarse a las compañías espirituales que
el otro posee y caminará en el sendero materializante de
las fuerzas menos elevadas. Como ya dijimos, hay un desgaste de
las fuerzas sexuales. Así como se gasta en la Tierra el
patrimonio material, también se gasta el patrimonio de las
energías sexuales. Aquel que malbarata lo que posee,
fatalmente alcanzará la pobreza. Es lógico que eso
se refleja en el organismo físico. Por lo tanto, la
sexualidad del tenor más elevado mantiene al ser en buenas
condiciones frente a los esfuerzos de la vida. Todo en el mundo
está sujeto a trasformaciones al bien o al mal,
modificándose a cada paso para bien o para mal. Le compete
al Espíritu, dar la dirección que le
conducirá a la luz o lo arrojará a las
tinieblas.

A pesar de todo, debemos buscar las leyes de Dios. Y
ellas representaran siempre: armonía, belleza, verdad,
perfección y amor –

Me quedé mirando a Diana en su forma angelical y
pura. Belleza inconcebible para la humanidad.

El camino ahora se vestía de flores, aguas puras
y claras que murmuraban por dentro de los follajes como una
canción. Un aire leve pasaba a jugar en el espacio y
percibí que la zona era más saneada. El olor
pestilente se apartaba. Nuestros pies pisaban grama verde claro y
en todo había un perfume diferente.

– Son los olores de los remedios que se exhalan del
sanatorio – dice Eleuterio – de allá viene un aire
diferente. Los médicos que colaboran en el sanatorio
vienen saneando el ambiente con el deseo de mejorar las
condiciones. Como usted puede ver mi amigo, la zona libre o el
valle libre es muy grande.-

De hecho ya observaba eso; la extensión del valle
era inmensa. Se perdía en la distancia
infinita.

– Lo que vimos – continuó Eleuterio – es apenas
una pequeña porción de terreno donde se
sitúan algunos tipos aficionados a la sexualidad. Mas la
multitud no tiene fin. Son criaturas de todos los tipos y de
todas las razas. Hay actualmente en la Espiritualidad Menor, una
ansiedad muy grande de exagerar los sentimientos sexuales en la
tierra. Los Espíritus Superiores están procurando
controlar de alguna manera esas manifestaciones, así por
ahora haya discordancia aquí mismo en cuanto al permiso.
Se reconoce que el mundo no puede continuar más como
prisionero del sexo. Por otro lado no podemos apoyar la libertad
sexual en el mundo desde que esté asociada a la
prostitución, al crimen, a la drogadicción al
desorden, a la vagabundería desordenada de los
Espíritus menos felices que ya casi perdieron el uso de la
razón y que se reencarnan por fuerza de la ley o
reencarnación compulsoria, que dependiendo de nosotros,
aún serán gobernados a distancia. Comprendemos la
juventud actual y acreditamos que es legítimo su deseo de
reforma, pero no podemos aceptar el crimen. La sexualidad en si
es Ley de Vida. y debe ser ejercida, siempre y cuando no busque
destruir al propio hombre que es obra de Dios –

Eleuterio se silenció. El sanatorio se aproximaba
y vimos algunas personas que paseaban por sus vastos
jardines.

Una claridad suave semejante a la luz solar brillaba en
el follaje.

CAPT XVI

El
sanatorio

Nos aproximamos a las grandes puertas del sanatorio que
se abrían de par en par, y una escalera de material
análoga al mármol conducía para el segundo
piso. Médicos y enfermeras transitaban por los corredores
y un olor fuerte de extraño perfume impregnaba todas las
cosas

– ¿Qué perfume es ese? –
interrogué.

– Ese perfume viene de grandes cámaras situadas
en lo alto del predio – informó Eleuterio – y es captado
por aparatos especiales que lo sustraen de las flores
eléctricas que usted ve en esos inmensos jardines. La
finalidad es de mezclarlo con camadas de iones para esterilizar
completamente el ambiente. En la realidad, el jardín ya se
encuentra debidamente esterilizado. Los corredores y las salas
del predio casi completamente esterilizados y las salas de
tratamiento y cirugía totalmente esterilizadas por
tratarse de recintos cerrados. Sí, mi hijo, el
periespíritu a veces sufre modificaciones e incisiones
necesarias. En el campo sexual esto es común sobre todo en
estas zonas. Espíritus que se preparan para la
reencarnación con los órganos sexuales dilacerados,
vienen para acá y sufren ligeras modificaciones, no
solamente en esos órganos conocidos por los hombres, mas
principalmente en otros que la humanidad aún no
identificó. En el cerebro Espiritual, por ejemplo, donde
existen glándulas no identificables aún para los
científicos terrestres empero visibles para nosotros;
nuestros médicos o científicos acostumbran hacer
intervenciones de manera de colaborar para que el ser que va a
reencarnar, inconcientemente aplique sus fuerzas sexuales en otro
campo, para que en el futuro él pueda ejercer la
función sexual sin grandes aberraciones. Si no actuamos
ahí, evidentemente, colaboraríamos para que se
multiplicasen los monstruos existentes en el mundo.

Mi apreciado, hay criaturas que llegan a estas esferas
en completa alienación mental, originada por el mal uso
del sexo. Las fuerzas sexuales son como las aguas de una gran
catarata que pueden ser organizadas y conducidas para mover
grandes turbinas en la búsqueda de la energía
eléctrica para la iluminación del mundo, y para el
movimiento de las máquinas que darán oportunidad de
trabajo a millares de operarios, o pueden ser aplicadas tan
desastrosamente que vengan a destruir al propio generador, o tal
vez puedan invadir las tierras cultivadas en donde reside mucha
gente y arrasar todo.

El sexo, como la mediumnidad, es fuerza y es
disposición del hombre. Si le damos dirección
adecuada abriremos las puertas del futuro. Si no le damos una
dirección segura para el bien, colocaremos en riesgo las
propias construcciones existentes. Usted no entiende que esa
energía deba ser aprovechada por el hombre en el campo del
bien y de la felicidad.

Observé a Eleuterio con admiración y
respondí:

– Eleuterio, ya aprendí, que sexo y sexualidad
son leyes de la vida y deben ser ejercidas con amor, mas
aprendí también que son fuerzas de arrasamiento en
la construcción Divina cuando no comprendiendo su valor
real nos entregamos al descontrol total

Eleuterio sonrió.

– Veo que el aprendiz va bien. De hecho, su
definición está casi perfecta, sin embargo, no se
conforme porque aún falta más…

Albino nos recibió en la puerta, y después
de haber dado los primeros pasos dentro del corredor, Diana nos
presentó:

– Este es el Doctor Albino, nuestro compañero y
maestro de la ciencia médica espiritual.

Era un hombre maduro, cabellos blanqueados, aparentando
unos cuarenta y nueve años de edad, como si estuviese en
la carne.

– Agradezco la gentileza de la visita – el habló.
Siempre es una gran alegría recibir a alguien que no sea
paciente. Nosotros siempre estamos en lucha y la presencia de
amigos es muy satisfactorio para nosotros. Como usted sabe,
Diana, nuestro Departamento no queda muy cerca de la
superficie.

Diana lo abrazó con sus níveos brazos,
manifestando:

– Nosotros sabemos de sus luchas, Doctor, y comprendemos
que no podemos demorar mucho.

– No, ¡no es eso! – exclamó él –
pueden permanecer el tiempo que quisieran, pero así como
nosotros, en este período, deberán someterse a las
reglas.

Diana sonrió.

– Conozco su programa.

Albino nos introdujo dentro del enorme edificio. Las
paredes eran altísimas, mucho más altas que
cualquier predio terrestre. Me impresionó por su imponente
sencillez. Simples, pero majestuoso.

Otra escalera de material enverdecido semejante al
plástico, comunicaba con el piso superior.

En la entrada, inmensa enfermería, después
el despacho del director.

Me asombré. Millares de enfermos yacían en
un vasto salón. Camas completamente diferentes de las
nuestras en la tierra abrigaban a los Espíritus
allí recluidos.

El olor del perfume era más fuerte
aún.

Albino esclareció.

– Nuestro desinfectante principal nos hiere un poco el
olfato, pero es poderoso y alcanza sus objetivos. Esos seres
llegaron aquí con muy mal olor y reciben luego la
ionización que los deja completamente limpios y
desinfectados. Se presentan deformados como ven, sin embargo ya
no exhalan el mal olor.

Me horroricé al mirar aquella gente. Eran seres
decaídos en la forma física. Generalmente la
fisonomía expresaba cansancio y tristeza.

Parece que Albino nos entendió los pensamientos
porque explicó:

— De hecho, son criaturas cansadas y tristes. La
sexualidad practicada en el descontrol, abate y desilusiona. La
más poderosa fuerza que existe en el organismo espiritual
después de la fuerza de la mente, es el sexo. En el, Dios
concentró montañas de energías. Liberadas
indiscriminadamente, conducen al ser a la desilusión, al
desgaste, y hasta la muerte perispiritual. Es verdad que todas
las energías de la naturaleza pueden ser recompuestas con
facilidad. En la Tierra el hombre aún no tiene idea exacta
de lo que representa la sexualidad. Ni se debe desconsiderar la
sexualidad, ni se deben exaltar demasiado sus alegrías.
Como todo lo que Dios hace, el sexo se debe encuadrar en la ley
del equilibrio. No hay crimen en cosa alguna que Dios haga.
Adán no cometió crimen alguno cuando conoció
a Eva. Sea Adán la representación que fuere,
todavía con un poco de cautela, no le hizo mal a nadie.
Los fundamentos del sexo son netamente espirituales.

El organismo periespiritual es construcción de
nuestros más adelantados ingenieros espirituales, y se
remonta a eras milenarias, viniendo de planos muy superiores,
según nos afirman nuestros libros, no hay memorias sobre
el inicio de la creación sexual, empero fue
construcción espiritual. Aquí – dice – apuntando a
toda aquella gente, nosotros tenemos aquellos que se desgastaron
sexualmente en el mundo, y que nosotros procuramos impedir que
desciendan más en el desgaste de la forma,
retirándolos del valle libre. Cuando muestran cualquier
posibilidad de recuperación, nuestra institución
socorrista los recoge en la procura de levantarles las
energías.

Los demás quedan entregados a sí mismo,
continúan descendiendo o se estacionan. Inmediatamente,
pasamos a observarlos.

Albino terminó de hablar y mi pensamiento
corrió desesperado para el mundo, acordándome de
aquellos que pasan las noches en los bares o tabernas bebiendo,
trasnochando y desgastándose. ¿Entonces aquello era
el fin?

– No, no es el fin, – tornó a esclarecer Albino,
que realmente parecía ver mi pensamiento, como si mi mente
fuese un aparato de televisión. – No, mi estimado, las
caídas en el campo sexual son tan grandes y la decadencia
moral suele ser de tal naturaleza, que ni siquiera podemos
imaginar el fin. Aunque estos seres no expresen más el
comienzo, ellos están muy lejos del fin…

Me acordé del descenso al abismo y de los seres
que encontramos sin forma, ya reducidos a ovoides y me
recordé que aquel descenso ya conducía para las
zonas infernales!

Eleuterio se mantenía silencioso y Diana
mantenía su sonrisa.

Kunter nos acompañó como un perro
adiestrado.

CAPT XVII

La
enfermería

La enfermería era semejante a las
enfermerías terrestres, con algunas diferencias,
especialmente en las camas que eran una simple cuja de material
leve como si fuera plástico.

No veo mucha diferencia de los sanatorios de la Tierra –
hablé tímidamente.

– La mente humana transferida para el plano espiritual
sufriría espantoso impacto si encontrase todo diferente –
es lo que nos dice Albino. – Las fuerzas superiores recomiendan
que se mantengan los ambientes de las primeras fajas espirituales
parecidas con las construcciones y mobiliarios terrestres. Si
hubiese un cambio brusco la mayoría de los
Espíritus se precipitarían en la locura. Imaginemos
a alguien desencarnado encontrando un ambiente desconocido y
completamente diferente, con criaturas vestidas de modo
extraño. Podrían pensar que se encontrasen en otro
mundo o por lo menos no entendería nada. La
graduación de faja para faja es una manera de ir adaptando
la mente a los nuevos Mundos Espirituales. Evidentemente, las
fajas vibratorias realmente superiores presentan un panorama
diferente al plano en que nos encontramos. De hecho
irreconocible. Empero para el Espíritu llegar allá,
deberá ir lentamente adaptándose a los diversos
planos de la vida. Lenta y dolorosa es la transformación
gradual a través de las edades.

El Espíritu que gravita para Dios atraviesa
millones de fajas vibratorias antes de alcanzar las regiones
más perfectas y su vehículo también se va
transformando y adaptándose al medio ambiente. Hay una
relación inexorable entre lo que somos y el medio en que
vivimos. Nuestras vibraciones o las vibraciones de nuestro carro
espiritual guardan rigorosa relación con las fajas
espirituales en donde habitamos. Nuestra vida depende de esa
correlación. Recibimos y emitimos vibraciones y así
como la araña vive en su tela, nosotros también
vivimos en la tela vibratoria del Universo. En la tela
maravillosa del infinito construimos nuestra perfección al
encuentro con Dios. Hay una subida que depende siempre de nuestra
transformación para lo mejor. O hay un descenso que
depende de una inmovilización para lo peor. La
Espiritualidad traza la dilatación del vehículo
espiritual. El materialismo nos arroja a la construcción
de las células del cuerpo espiritual que nos conduce a la
solidificación o petrificación de nuestro
vehículo periespiritual, si así se puede decir.. La
mente como un sol permanece en el cosmos interno a semejanza de
la almendra dentro del fruto, mas también siente la
decadencia de la forma y está sujeta a los embates de la
petrificación o construcción.

Verifiqué que el lenguaje de Diana, Eleuterio y
Albino se identificaban. Empero me di cuenta también, que
Diana era Espíritu inmensamente superior a los dos. Diana,
con su sonrisa angélica brillaba en la espiritualidad de
esferas muy adelantadas. En Eleuterio yo veía el
conocimiento del mundo Espiritual. En Albino vislumbre de la
medicina y la Ciencia Espiritual. kunter me recordaba la
humanidad y el deseo de comprender. Yo allí apenas
representaba al aprendiz novato sediento de conocimientos, aunque
por el momento profundamente ignorante. Me deslumbraban los
nuevos conocimientos como si bebiese agua purificada.

El problema sexual que yo encontraba tan chocante
expuesto por la primera vez, no me convencía aún de
la grandeza o miseria del sexo; sin embargo, ya sentía su
repercusión en toda la humanidad de los dos mundos, el
visible y el invisible, La extensión era enorme. Todo
aquel valle que recorrimos, todavía en una
extensión mínima, me revelaba el vasto panorama de
la responsabilidad humana, y situaba para mí el sexo en el
centro del jardín del paraíso universal.

Adán, según la Biblia, cayera por el sexo.
¡Cómo ignorar tamaño patrimonio
espiritual!

Abordamos uno de los primeros lechos y allí
yacía una mujer de belleza gastada y facciones
perdidas.

– Ésta, explicó el Dr. Albino, indicando
con la mano – gime como una criatura enferma.

Observé por encima de los hombros de Eleuterio y
vi una mujer encogida en el lecho sin sábanas, rostro
demacrado, sonrisa triste, piernas y brazos delgadísimos,
sus ojos, ahora sin lágrimas, expresaban la más
completa infantilidad.

– Perdida en las llamas sexuales hace milenios, se
dejó fluctuar en la mar de las grandes ilusiones…
arrebatada por el amor físico, vagó de continente
en continente en los brazos de muchos hombres. El futuro de ella
era, la afición por la carne, con eso desgastó poco
a poco las células cerebrales del periespíritu y
caminó de manera rápida y segura para la
imbecilidad –

Albino habló y la mujer, incomprensiblemente,
como un niño idiota le sonrió ingenuamente. Es
cierto que no comprendió ninguna de sus
palabras.

– ¿Quiere ver? – preguntó el
médico.

Diciendo eso, colocándole la mano sobre la cabeza
oímos inmediatamente un zumbido de una abeja. Percibimos
que Albino era sacudido por intensa vibración
periespiritual y que de su mano derecha una fuerza prodigiosa se
exteriorizaba. El cerebro de la mujer se iluminó y se
tornó transparente como el vidrio. Le vimos intensamente
los laberintos cerebrales y los lóbulos desaliniados.
Albino, sin embargo, imprimió mayor velocidad a su
vibración y comprendimos que ampliado el material interno
se tornara diáfano y pudimos percibir un gran espacio
entre las células y millares de células que
parecían barcos abandonados en una playa distante, sin
vida y vitalidad. Un gran silencio en el cosmos celular. La
inactividad celular enteramente dominaba algunas
zonas,

La mujer a la vez sonreía.

– ¿Pero, sexo no es ley de la vida? Hablé
insospechablemente.

– Así es – manifestó Albino, y Dios lo
hizo como Puerta Sagrada de la reencarnación y de la
Evolución, como también para la alegría del
hombre y de la mujer. Sin embargo, dentro de un clima sano de
comprensión y entendimiento, capaz de concurrir para la
felicidad de los cónyuges o de aquellos que se aman. Sin
embargo, nunca, para que los seres se desboquen en la
exageración malgastando el patrimonio del cuerpo
físico y hasta del cuerpo espiritual. Como usted sabe, mi
hijo, el cuerpo periespiritual es construcción cargada del
electromagnetismo en alta escala y si así se puede
expresar, de alto voltaje. Otras fuerzas para las cuales en el
momento, aún no tenemos nomenclatura comprensible para la
humanidad, recorren esos organismos.

Son fuerzas que están más allá del
invisible, o de la percepción del Espíritu
relativamente adelantado. La incursión indiscriminada en
el campo sexual, en la práctica sexual, arrastra el
Espíritu al desperdicio de esas fuerzas, que solo se
aglutinarán de nuevo mediante laborioso proceso de
recuperación a través de los siglos.

El espíritu se puede encaminar en el sentido de
la inconciencia por el desgaste de las fuerzas más
íntimas. No sé si me hice entender –

Contemplé el grupo allí reunido y no supe
decir nada. Mi pensamiento aún no podía alcanzar la
explicación de Albino. Veía a la mujer idiotizada y
no comprendía cómo a través de la practica
de algo que Dios creara pudiese ella casi arriesgar su propia
inmortalidad!

Pasemos a otro lecho.

Un hombre ahora desafiaba nuestra argucia y nuestro
entendimiento. La mujer volviera a la sombra del propio cerebro
ya que el médico se retirara. Se le apagó el
cerebro y ella continuó sonriendo en su idiotez, de
lejos.

Otros casos siguieron surgiendo aquí, y
allí, en todos aquellos lechos. Muchas enfermeras
circulaban por entre las camas y diversos médicos
examinaban a los enfermos. Albino, todavía, centralizaba
nuestra atención.

Recordaba vieja figura del médico terrestre.
Tristemente no conseguía recordar, pues parece que
Eleuterio no deseaba revelarle la personalidad.

Me admiraba la cantidad de enfermos cada uno expresando
un cuadro diferente. Más, según Albino, todos de
naturaleza sexual. Habían paralíticos de la espina,
ulcerosos, ciegos, locos, gente de todo tipo exhibiendo las
más asombrosas deformidades. Albino reafirmaba siempre que
se trataba de enfermedades de origen sexual.

– En la tierra – esclareció él – los
hombres no tienen idea exacta del origen de sus enfermedades. El
sexo está íntimamente ligado al sistema
neuroespinal, con repercusión directa en el cerebelo y en
los órganos de la digestión. Eso sin hablar de la
influencia directa en el campo de los órganos
periespirituales de comunicación, como en el caso de la
pituitaria. La imaginación funciona en los asuntos
sexuales con intensidad extraordinaria. La inteligencia, que es
fuerza interna de alta propulsión adquiere ritmo inusitado
cuando se trata de sexualidad, de manera que sobre la influencia
de los pensamientos sexuales todo el organismo físico y
espiritual del ser pasa a vibrar sobre poderoso movimiento del
motor de la mente. En determinado ritmo el aparato del cuerpo,
que es la representación física de la red
periespiritual, vibra en relativa normalidad, sin embargo, si la
mente es acelerada de manera más intensa, huye de la
normalidad de la ley y el aparato pasa a vibrar
descontroladamente poniendo en riesgo toda la estructura humana.
Debemos procurar comprender que entre el tejido de las leyes de
Dios que ofreció para el crecimiento y el progreso del
hombre, existe la ley mayor que es la ley del equilibrio y que
preside nuestros destinos en la marcha para los Mundos
Superiores.

CAP XVIII

Otros
enfermos

La palabra de Albino vibraba en el ambiente como en un
principio.

Mi corazón palpitaba en ritmo creciente y mi
inteligencia luchaba consigo misma para seguir la lógica
de sus raciocinios.

Los enfermos nos miraban con curiosidad. Otros en
pequeño número, se limitaban a dormir, y otros
quedaban con los ojos vítreos perdidos en la
distancia.

Percibí que gran parte de los enfermos
tenían aspecto idiotizado.

–Eleuterio – indagué – he notado que la
mayoría de estos enfermos se presentan con síndrome
de idiotismo, ¿será esa su enfermedad?

–Si, el desgaste sexual conduce por lo regular al
hombre y al Espíritu a la desdicha. Esa actividad alcanza
de manera directa y principal al cerebro, y hiere profundamente
al periespíritu. Son descargas electromagnéticas de
alto tenor vibratorio que sacuden todo el organismo. En los dos
mundos, tanto en el físico, como en el espiritual, las
repercusiones son muy profundas e intensas, en el cerebro, en la
espina, y todas sus ramificaciones de naturaleza nerviosa y solo
posteriormente, en los órganos sexuales.

Eleuterio sonrió bondadosamente para mí, y
agregó:

– Mi apreciado, estamos tratando aquí con el
"cuerpo eléctrico del hombre" con repercusiones en los
diversos vehículos que sirven al alma para su
evolución. Esos pacientes renacerán en la tierra en
pésimas condiciones físicas Allá la medicina
física, ingenuamente atribuirá el hecho al alcohol,
a los estupefacientes y a las taras hereditarias. En realidad los
monosexuales generalmente también son grandes consumidores
de alcohol y de otras substancias nocivas, de acuerdo con el uso
excesivo que le puedan dar..

Como sabemos los Espíritus de manera general,
reencarnan en grupos afines; son agrupaciones espirituales que
vienen haciendo su evolución desde milenios atrás.
Son Espíritus más o menos del mismo tipo. De vez en
cuando un Espíritu más elevado se reencarna en
estos grupos, para impulsarlos al progreso. Sin embargo sean
elevados o inferiores, la regla es de reencarnar en grupos, por
diversos motivos. Lo más común es el de haberse
tornado enemigos en vidas pasadas. Estas son reencarnaciones de
prueba. Cuando son Espíritus más elevados puede ser
por misión, o a la vez, prueba.

Los Espíritus inferiores son los más
comunes en la humanidad, porque en la economía de Dios
todos trabajan, y todos evolucionan. Vaso sagrado de la vida, en
el caso de la mujer. Actividad sublime de la creación, en
el hombre. Alegría de ambos. El sexo todavía es
instrumento delicado, que puede poner en riesgo toda la
construcción humana y espiritual, si su uso no se adapta a
las leyes del equilibrio y la naturaleza.

En la lucha del hogar, el sexo desempeña un papel
preponderante. Despreciarlo sería colocar en dura prueba a
los Espíritus que allí reencarnen para un progreso
mayor. El sexo colabora para la armonía doméstica y
para la paz de todos. Compete a cada uno separar el trigo de la
cizaña. Ni la mujer debe despreciar al hombre, ni el
hombre a la mujer. Dios los hace macho y hembra y como tal deben
unirse en la gloria universal. Puertas abiertas para el infinito.
El hombre debe honrar al sexo como puerta Divina. A través
de el, se sucederán las generaciones y los
Espíritus que parten retornan un día para proseguir
en el campo de las experiencias milenarias y purificadoras.
Muchas veces, grandes Espíritus aguardan la oportunidad
para renacer entre los hombres. Así, vino al mundo, hace
poco tiempo, el viejo Demócrito, en la figura de Einstein,
y retornó también hace poco, para una gran
misión, el maravilloso Claude Bernard, que bajó de
la esfera de los Espíritus, sobre una lluvia de
bendiciones y flores, porque iba a llevar grandes esperanzas a la
humanidad, en el nombre de los Grandes Genios de nuestro Sistema
Solar.

De tal manera, ¿cómo colocar barreras al
ejercicio del sexo? No puede el hombre enfrentar a Dios
intentando destruirle su obra por la omisión, ni debe, por
otro lado, colocarla en riesgo a través del desorden y la
indisciplina. La humanidad encuentra en el equilibrio el placer
perfecto en el cumplimiento de la ley.

Eleuterio habló y mis ojos se llenaron de
lágrimas. Salían de su cerebro centellas de
zafirina luz, que saltaban para alcanzarnos el
corazón.

Volví los ojos para esos infelices y me di cuenta
de que el sexo humano es puerta abierta para la Espiritualidad,
como también, posibilidad de inmensas caídas.
Más, por encima de nosotros brilla Dios como la luz del
Principio.

CAP. XIX

Para el
frente

Otros enfermos se enfilaban allí. Nuestra mirada
posaba sobre ellos, como maquina segadora de trigo pasando en la
recolecta de la cosecha. El trigo bueno fuera recogido, mas lo
que no sirvió para llevarlo a la trilla, quedará
marginado, quebrado, devastado.

Eran criaturas infelices que exhibían ojos
desorbitados y caras envejecidas. Estábamos en realidad en
un hospital y los que allí veíamos eran enfermos.
La enfermedad venía a consecuencia de los excesos
sexuales.

Albino nos señaló un paralítico,
piernas y brazos inmovilizados; solamente nos contemplaba con su
mirada.

–Obsérvele los órganos
sexuales.

Miré y quede horrorizado. Una enorme venda
exhibía en su lugar; una sombra le eclipsaba allí
el periespíritu.

– Mi hijo: aquello es dilaceración del
periespíritu.

La red electromagnética, debido al descontrol de
la red nerviosa, se va destruyendo. Para recuperarla, son
necesarias reencarnaciones de prueba. Y en eso, se llevan en
ocasiones milenios. No siempre el Espíritu piensa en la
recuperación, y de tal manera puede continuar
descendiendo.

Todo exceso conduce al desequilibrio.

Pasamos adelante y vimos a otro que exhibía
enorme cabeza.

–Es un caso relativamente conocido en la Tierra, dijo
Albino. Sin embargo, pocos saben que el descontrol en nuestro
campo es aún sexual.

– De hecho, la descomunal cabeza del Espíritu que
allí se encontraba nos hacía recordar muchos casos
que veíamos en la Tierra, y jamás
imagináramos que el fundamento espiritual estaba ligado al
sexo.

– El sexo crea y devasta – enseñó el
instructor – pues así como conduce al paraíso,
también nos conduce a la enfermedad; lo que el hombre
necesita de manera urgente es conquistar el equilibrio, esa es la
fuente de todo el progreso espiritual Subir o descender es apenas
problema de dirección. Usted ya oyó hablar de
eso.

La multitud era infinita.

Pasé por entre ellos sintiendo la tristeza de
quien pasa por un campo de concentración.

— Iremos al laboratorio – explicó el
médico – Tenemos algunos casos de tratamiento intensivo y
otros en observación. Ustedes podrán tener una
idea, sobre como es que ciertos aspectos .funcionan en las
fuerzas espirituales.

Entramos en un vasto anfiteatro. Sobre una mesa
espaciosa y limpia, de material semejante al vidrio o al
plástico, un hombre dormía. Evidentemente con forma
de hombre. Algunas enfermeras lo examinaban y tomaban
notas.

Albino se aproximó, nos saludó,
convidándonos al examen.

Por intervención de alguien la mesa emitió
luminosidad suave e iluminó todo el organismo del
paciente. Su transparencia era igual ala del vidrio puro y
nosotros le vimos todos los órganos internamente.
Allá estaban el corazón, los pulmones, el
hígado, y el estomago, el páncreas, y la
tráquea, que brillaba maravillosamente. Sin embargo, el
cerebro era el palacio iluminado que nos llamaba la
atención; como un motor vibraba el cerebro, y corrientes
coloridas, le recorrían los lóbulos y sus
laberintos incesantemente.

–Son fuerzas electromagnéticas que lo recorren,
– esclareció Albino.

Relámpagos y centellas explotaban de vez en
cuando en lo alto de la cabeza.

Del cerebro bajaban y subían por la espina estas
energías.

–Esas explosiones son corrientes vibratorias – dijo el
medico. Empero allí hay impulsos sexuales que usted
fácilmente puede percibir.

Pude observar que había corrientes de dos
colores, rojas y azules, de un caudal relativamente grueso, y en
alta velocidad si así se puede decir .Pasaban por los
órganos sexuales y regresaban a la casa mental.

Las corrientes vibratorias recorrían al paciente
de la cabeza a los pies. Subían por la espina y bajaban de
nuevo hasta la base de la columna, de esta manera
recorrían el organismo entero.

– Así los impulsos sexuales partan del cerebro,
como todos los impulsos electromagnéticos,
comúnmente se anidan en la región inferior de la
espina – dijo el instructor. Es una forma elemental que los
Hindúes denominan como kundalini. Solo que en el Kundalini
el iniciado despierta fuerzas de mayor intensidad y peligrosidad.
Exige un control muy riguroso.

Esta criatura no es de los peores casos. Como ven,
ahí las corrientes se están moviendo más o
menos normalmente. Mas, si prestan buena atención,
verán que muchas corrientes están interrumpidas,
observen bien.

Con la autorización nos acercamos bien, y fijamos
la mirada escudriñante. Observé de inmediato, que
en determinados puntos la corriente estaba interrumpida,
había una mancha negra de tamaño pequeño. En
ese lugar, relámpagos y centellas saltaban y la corriente
proseguía más adelante, semejante a la corriente
eléctrica. Sin embargo, había sectores donde
parecía el fin del fluido, donde la interrupción
era total y la mancha negra era mayor. Verificamos ese hecho en
los órganos sexuales. Una gran mancha cubría todos
los órganos y allí la paralización era
total. No había vida. Notamos que el tejido periespiritual
estaba dilacerado.

Albino percibió nuestra sorpresa, porque
ponderó:

– Esa ruptura solamente podrá ser reparada en
sucesivas reencarnaciones y consiguiendo la mejoría en la
forma de pensar, y con la contención sexual. Por lo
regular, le aconsejamos a esos hermanos reencarnar en
determinadas circunstancias, tal como recluso, religioso que
practique el celibato Evidentemente no serán buenos
religiosos en las primeras reencarnaciones de prueba, empero
luego mejorarán.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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