Desastres naturales

Introducción

La acción preventiva y la preparación para
enfrentar las catástrofes presuponen un mejor conociendo y
de los riesgos hay que saber evaluar la frecuencia, la
repartición geográfica y la intensidad de los
fenómenos para establecer el mapa de las regiones
peligrosas. Sobre esa base es posible adoptar diversas medidas de
protección reglamentación de la utilización
de los suelos, normas de seguridad para las nuevas construcciones
y gestión acertada del medio ambiente. Al mismo tiempo es
necesario instalar sistemas de detección y de alerta y
elaborar planes de emergencias contra
catástrofes.

Gracias al perfeccionamiento de los sistemas de alerta y
de prevención se han salvado la vida de millones de seres
humanos en el mundo así como se disminuyen
considerablemente las pérdidas materiales en casos de
catástrofes naturales.

Las medidas preventivas suelen ser mucho más
baratas que las operaciones de socorro y
reconstrucción.

Un negativo elemento es la información acerca de
los riesgos naturales y de su prevención que es incompleta
en todas partes en el caso específico de Cuba estos
elementos han sido tomados en cuenta por los factores encargados
de planificar las acciones para enfrentar los mismos para ello
tiene el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Provinciales,
Municipales y de las Zonas de Defensa que se activan siguiendo un
orden metodológico cumpliendo con el principio de la
centralización y la descentralización del mando,
amparados en la Constitución de la República de
Cuba y en la Ley No 75 de la Defensa Nacional.

En nuestro país contrariamente a otros los
recursos que se invierten en mediadas preventivas son superiores
a las destinadas a la reconstrucción y socorro todo esto
gracias a la existencia de una amplia red de radares y estaciones
sismológicas de avanzada tecnología que junto a un
sistema informativo y un programa amplio y profundo de
preparación de Defensa Civil para toda la población
comenzado desde las edades tempranas han dado la posibilidad de
alcanzar una educación antidesastres viéndose
demostrado en la capacidad de enfrentar las mismas con el gasto
mínimo de recursos materiales y la pérdida
ínfima de vidas humanas siendo en oportunidades la
imprudencia del hombre el causante de las mismas.

Todas estas manifestaciones agresivas de la naturaleza
pueden sobrevivir en cualquier lugar de la tierra y en todo
momento.

Las principales catástrofes que afectan a la
humanidad hoy son:

Las catástrofes se reparten a escala mundial de
la siguiente forma:

El porcentaje de esos 594 fenómenos se comporta
de la forma siguiente:

El número de víctimas se comporta como
sigue:

Repartición mundial de las víctimas por
tipo de fenómenos:

En 1989, más de 155 estados miembros de las
Naciones Unidas aprobaron una resolución que
proclamó el periodo comprendido entre los años 1999
y 2000 "Decenio Internacional para la Reducción de los
Desastres Naturales".

El objetivo del Decenio fue encauzar y coordinar las
decisiones políticas las experiencias y los conocimientos
técnicos de todos los países a fin de reducir el
número de víctimas que ocasionan las
catástrofes naturales, para lograr este importante
objetivo es necesario:

1. Efectuar evaluaciones nacionales y locales de los
factores de riesgos naturales (Resumen de la
vulnerabilidad).

2. Poner en práctica planes de prevención
y alerta nacional y local.

3. Poner en práctica sistemas de alerta
internacional, regional y local.

Las amenazas de desastres que por su frecuencia y
consecuencias constituyen las más importantes para el
país son las de origen Hidrometeorológico, en
particular los huracanes y tormentas tropicales y las
inundaciones costeras y fluviales ocasionadas por estas u otras
causas.

El país ha sido azotado entre 1891 y 1998 por 143
huracanes (de ellos, 8 de gran intensidad) y tormentas
tropicales, reportándose los mayores desastres debido a
una inundación costera provocada por un huracán de
gran intensidad en el sur de la provincia de Camagüey en el
año 1932, la cual arrasó con el poblado de Santa
Cruz del Sur, ahogándose más de 3000 de sus
habitantes y las inundaciones ocasionadas por el huracán
Flora en la región oriental del país en 1963, que
produjeron más de 1200 fallecidos.

La población en riesgo por huracanes, tormentas
tropicales, lluvias intensas e inundaciones por diferentes
causas, así como debido a sequías corresponde con
el total de la población del país debido a las
particularidades de estos fenómenos naturales. No
obstante, la población potencialmente expuesta al mayor
riesgo es la siguiente:

• Por huracanes : 1 millón de
  personas.

• Por intensas lluvias: 600 000 personas.

• Por ruptura de presas: 500 000 personas.

• Por inundaciones costeras: 900 000
  personas.

En el caso de las bajas extratropicales, está en
riesgo la población de las regiones occidental y central
del país fundamentalmente, la cual es de más de
seis millones de personas.

En el caso de los sismos, estos constituyen una amenaza
principalmente para la población de la región
oriental de Cuba. Las personas residentes en los territorios con
mayor peligro sísmico ascienden a más de 3 millones
de personas. Los deslizamientos de tierra constituyen un riesgo
más localizado y las personas en riesgo suman 40
000.

En el caso de los desastres llamados sanitarios o
epidémicos, todo el país está expuesto,
aunque debido al desarrollo y extensión de nuestro sistema
de salud, se calcula que en caso de una epidemia grave de una
enfermedad exótica, pudiera resultar afectada una cantidad
de población mucho menor que en otros países de la
región con un sistema de prevención y asistencia
primaria menos desarrollado y preparado por nuestro
país.

La suma total de las personas que se encuentran
potencialmente expuestas en áreas de posible
propagación de gases procedentes de los principales
objetivos con peligro químico del país que pudieran
afectar a la población en casos accidentales asciende a
400 000.

El grado de organización alcanzado en la
protección contra los peligros enunciados, así como
la preparación de las personas en las áreas de
riesgo, unido a una acertada gestión de dirección
por parte del Gobierno en todas las instancias, con
énfasis en la prevención, además de una
planificación cuidadosa de las acciones de respuesta y la
coordinación de todos los factores que deben participar en
la misma, ha permitido que prácticamente no existan
pérdidas humanas debido a la incidencia de los
fenómenos peligrosos enunciados o que las mismas sean
mínimas en relación con la magnitud del
peligro.

Principales
amenazas de desastres para el país

Cuba está sometida a diversas amenazas, derivadas
de su ubicación geográfica, carácter de su
desarrollo socioeconómico y otros factores. Los estudios y
el trabajo realizado para la identificación de estos
peligros, sistemáticamente mejorado a lo largo de
años de experiencia acumulada, nos permiten exponer, como
los principales para el país los siguientes:

• HURACANES

• TORMENTAS TROPICALES

• BAJAS EXTRATROPICALES

• TORMENTAS LOCALES SEVERAS

• INTENSAS LLUVIAS POR OTRAS CAUSAS

• INUNDACIONES COSTERAS

• GRAVES SEQUÍAS

• SISMOS

• RUPTURA DE LA CORTINA DE OBRAS
  HIDRÁULICAS

• GRANDES INCENDIOS URBANOS Y EN ZONAS
  RURALES

• EPIDEMIAS

• EPIZOOTIAS

• ENFERMEDADES Y PLAGAS AGRÍCOLAS
  GRAVES

• DERRAMES DE HIDROCARBUROS Y OTRAS
  SUSTANCIAS QUÍMICAS

• ESCAPES DE GASES TÓXICOS

• ACCIDENTES RADIOLÓGICOS

• GRANDES EXPLOSIONES

• ACCIDENTES CATASTRÓFICOS DEL
  TRANSPORTE.

• INCENDIOS FORESTALES.

• TORMENTAS ELÉCTRICAS.

• DESLIZAMIENTOS DE TIERRA.

Las amenazas de desastres que por su frecuencia y
consecuencias constituyen las más importantes para el
país son las de origen Hidrometeorológico, en
particular los huracanes y tormentas tropicales y las
inundaciones costeras y fluviales ocasionadas por estas u otras
causas.

En el año 1996 se produjeron más de 19 600
victimas aproximadamente, con un costo de 49 600 millones de
dólares. Como resultado de las catástrofes
más graves tenemos: ciclón Frank en los EE.UU. de
Norteamérica entre el 5 y el 8 de Septiembre de 1996, 22
muertos y 3 mil millones de dólares en pérdidas.
Las inundaciones en China entre junio y agosto de 1996, 2,700
muertos y pérdidas por 24 millones de
dólares.

Autor:

René Maleta