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¿Qué es una parábola? Parábolas del buen pastor y del buen samaritano



  1. Parábola del Buen
    Pastor
  2. El
    Buen Samaritano

Ahora que encontramos como cuentas de un rosario estas
diez parábolas del Gran Maestro, que al ser leídas
después de la parábola de la higuera, vamos abrir
un paréntesis para disgregarnos en el aspecto
pedagógico de Jesús. Podemos decir que para
Jesús, por lo que se desprende de la enseñanza de
sus discursos, y el empleo de las parábolas, podemos decir
que era un maestro acomodaticio.

Aprovechaba la primera oportunidad, las circunstancias
para introducir a sus oyentes por el sendero que el quería
que la atención de ellos se encaminara. No andaba el
Mesías con los libros de los profetas, la Ley de
Moisés o el salterio debajo del brazo. Sus discursos no
tenían olor a rancio por ser preparados la noche anterior,
sino que nacían en la primera oportunidad.

Si se encontraba delante de un pescador, le hablaba de
la pesca, si tenia la multitud frente al mar también le
hablaba del mar, si se sembraba el trigo o estaba entre
labradores, hablaba del grano, sea trigo, mostaza, cizaña
u otras simientes. Hablaba de la vida del hogar, de los viajes de
comercio, de las ovejas y del pastor, de los pájaros del
aire, de la hierba que crecía junto al camino. Podemos
decir que Jesús lo aprovechaba todo par sacar de ello su
enseñanza y plantar su doctrina. No tenía un
patrón de unidades didácticas que seguir. Su
material de ilustración lo sacaba del medio en que se
encontrara. Su lenguaje era llano, sencillo, no había que
estar citando a diestra y siniestra, ni con un lenguaje
abstracto, exotérico, cabalístico o con la gravedad
de un egresado de Atenas. Si tenia que explicar algún
concepto lo explicaba, pero no caía en redundancia, la
sencillez era su mejor arma.

Tocaba los temas que se puedan entender, y temas que se
entendiera. Si es verdad que era lógico y coherente en sus
exposiciones, sus figuras, ilustraciones y símiles eran
apropiadas. Por medio de los cuadros que se visualizaban, el
pensamiento del oyente se guiaba de tal forma que el podía
tomar la esencia, tocar el meollo del asunto.

En fin, era Jesús un Maestro que se encontraba
dado de lleno a la causa que predicaba; el vivía lo que
decía, lo respiraba, lo traspiraba, lo llevaba en sus
venas, se le veía fluir por los ojos y darle vida con los
movimientos de su corazón. Era Cristo un Maestro de
maestros. Vivía lo que enseñaba y todas sus
enseñanzas fueron vividas por El. El era lo que
enseñaba, y su enseñanza era su vida, que la daba
cada ve que abría su boca.

A Marcos, que es a quien sigo en estos apuntes, en
más de una ocasión le oímos decir que
Jesús enseñaba, pero el no le dio mucho espacio a
los discursos, dichos o Logias que el Maestro pronuncio. Marcos
se concentro, se empeño en los hechos. Aproximadamente un
28% del articulado de Marcos se refiere a milagros que el
Señor realizo. Para nuestro Evangelista, Jesús vino
a servir a los hombres, a satisfacer sus necesidades.

La enseñanza de Jesús, por lo que de sus
discursos leemos, estaban pletóricas de parábolas.
Como Jesús vio en las parábolas un vehículo
que llevara su doctrina, doctrina de vida, vamos hacer un alto,
no para explicarnos sobre cada una de sus parábolas, sino
para tratar sobre el significado de lo que es una
parábola.

La Parábola, que es a lo que los griegos
denominaban Parabole, comparación, y los hebreos le daban
el nombre de Mashal, que es similitud. Es por eso que nuestro
diccionario dice que es: Narración de un suceso imaginario
de que se deduce, por comparación o semejanza
moral."

Nosotros entendemos que la parábola es una
narración breve, sacada de la naturaleza, de la vida
diaria, siendo esta, metafórica o real, con la cual se
busca enseñar una verdad celestial o espiritual. A esta
verdad se llega por medio de la comparación de ambas
cosas, viendo lo que pasa en la naturaleza y el resultado
espiritual. De este tipo de enseñanza, del de las
parábolas Jesús era un Maestro.

Aunque los estudiosos no están de acuerdo en el
número de las parábolas de Jesús, en loa
Evangelios leemos de 35 a 53 de ellas.

Las parábolas se distinguen de las fabulas y de
las alegorías.

LA FABULA. Diferencia de la parábola con la
fabula: se distingue, porque estas, se vale de animales, plantas
o seres inanimados personificados, a quienes se le atribuye
raciocinio, para aprobar o no una línea de conducta.
Maestro de las fabulas fueron: Esopo, Fedón, La Fontaine,
Iriarte y Samaniego.

Las fabulas son muy apreciadas en la enseñanza de
los niños en la escuela moderna. Pero a ellas se opone muy
juiciosa y justamente Rouseau en su obra Emilio. Con la fabula lo
que se busca es enseñar las cosas terrenas o del mundo, lo
que la hace ser opuesta a la parábola.

También la Alegoría es distinta a las
Parábolas. La alegoría no es real, es una imagen en
abstracto-ficticio, que se presenta al espíritu, la cual
tiene muchos puntos de vista. La alegoría es menos clara
que la parábola, y su interpretación depende de
quien la oye y de quien la expone. Muchas parábolas son
alegóricas, según se desprende de la
aplicación que da Jesús al dignificado de la
parábola del sembrador.

Las parábolas eran muy usuales en Israel. En
medio de ese lenguaje enigmático, oscuro y
parabólico, encontramos en el Antiguo Testamento ricas
enseñanzas encerradas, como si fueran piedras preciosas en
vasijas de barro.

La parábola de Natán a el rey David, para
que el hijo de Isaías diera su veredicto sobre la muerte
de Urías. La de Isaías 5:1-7, en la que se canta la
desviación de conducta de los hijos de Israel. El profeta
y sacerdote Ezequiel, era un maestro del lenguaje figurado. Los
rabinos judíos eran muy entendidos en el arte de proponer
y usar las parábolas.

Por creerlo prudente, voy a insertar esta cita de
Raymond B. Brown:

"Indudablemente las parábolas de Jesús
como gemas de arte literario son superiores a la mayor parte de
las otras que nosotros conocemos. Las de el son mas humanas, mas
directas, mas concisas, mas desafiantes, y atraen mas. Pero su
mayor significado no esta en esto: está en su
indicación del reino de Dios, en realidad, se encuentra en
Jesús y en su ministerio. Las parábolas proclamadas
que el gozo y la esperanza están presente con Dios como
gobernante. Esto hizo que las parábolas de Jesús
fueran diferentes con un mensaje diferente. Jesús las uso
para abrir la puerta a Dios".

Jesús uso las parábolas como medio de
enseñanza por diversas razones:

Primero: por ser la forma más sana y conveniente
para tratar los temas espirituales, que aunque comparada con
cosas terrenas no caía en lo vulgar. Eran las cosas de la
naturaleza que mejor podían ilustrar los misterios del
Cielo y del Reino de Dios.

Segundo: por medio de las parábolas podía
atraer la atención popular. Judíos y no
judíos podían venir al conocimiento de este
dinámico plan de enseñanza.

Tercero: Era una forma de hablar de una manera
manifiesta, sin ser comprendido: "Les hablo por parábolas:
porque viendo no ven y oyendo no oyen, ni entienden".
¿Entonces, por que exponer sus enseñanzas en
parábolas? La razón era que el público no
estaba preparado para recibir esas verdades tan preciosas. Si la
Palabra de Dios se le presentaba de una manera franca y sin
comparación, iban a rechazarla.

Elena de White, en un hermoso libro, en el cual
interpreta algunas de las parábolas de Jesús nos
dice: "En parábola reprochaba la hipocresía y las
obras malvadas de aquellos que ocupaban altas posiciones y
revestía de lenguaje figurado verdades tan cortantes que
si se las hubieras presentado en forma de denuncias directas,
ello no habrían escuchado sus palabras y bien pronto
hubieran puesto fin a su ministerio". En Palabras de Vida del
Gran Maestro.

De la lectura de las parábolas, que son de rigor
para todo estudioso de la narración, cuanto mas para los
que se ejercitan los menesteres espirituales, se desprende que
fueron dirigidas a tres clases muy distintas de personas.
Dependiendo de las personas que iban a servir de
receptáculo, es el tema de las mismas.

Primero: a sus discípulos: esta son con el fin de
instruirlos y habilitarlos para su ministerio.

Segundo: al común del pueblo: son aquellas que
fueron dirigidos a la multitud. Muchas de estas son
enigmáticas y oscuras. El pueblo la tomaba como simples
cuentos.

Tercero: a los dirigentes judíos: de estas,
muchas son claras, cortantes, tajantes, breves. Otras oscuras y
de difícil comprensión. De las parábolas que
Jesús pronuncio en Jerusalén, en la ultima semana
de su vida, el significado de la misma era de fácil
comprensión para los destinatarios de las
mismas.

De las parábolas de Jesús, que
generalmente son unos cuentos breves, hay que son historias mas o
menos extensas. La parábola del sembrador es larga, pero
la parábola del "Medico, cúrate a ti mismo", es
sumamente breve. La parábola del Hijo prodigo, es un
modelo de narración y es materia de estudio y aparece en
las antologías de lengua griega.

Las parábolas no fueron utilizadas por
Jesús, únicamente como una ilustración, un
cuento, una motivación para fijar el interés del
oyente, sino, que la empleo para declarar solamente las verdades
Eternas. El profeta había dicho: "Abriré en
parábola mi boca; rebosare cosas escondidas desde la
fundación del mundo".

Creemos que al utilizar Jesús las
parábolas para enseñar los misterios del Reino de
Dios, es en el estudio de ellas que se encuentra la verdadera
instrucción espiritual, los ejercicios del alma, el
desarrollo del intelecto y la comprensión de las cosas
santas. Una ilustración con sentido espiritual, hace que
el alma asimile las verdades eternas, y las tenga presente,
después que todo se le haya olvidado.

Las parábolas de Jesús, son la voz de Dios
al hombre de hoy día, son la regla de la vida al igual que
los mandamientos del Señor. ¡Como se prenden las
verdades al ser visualizadas y sentidas en el cofre del
corazón! Cuando estudiamos las parároslas del Gran
Maestra, podemos vislumbrar lo que Él quiso
enseñar, y se hace más accesible al alma el
conocimiento de la verdad. Una imagen vale por mil palabras, y
las parábolas son representaciones graficas de las
verdades del Reino.

Parábola
del Buen Pastor

Juan 10: 7-16.

Era sábado, cuando Jesús y los suyos
entraron en la ciudad de Jerusalén. Si partimos del
supuesto de que habían amanecido en el Monte de los
Olivos, la cual era la ruta más próxima para entrar
en la ciudad, lo harían por la Puerta de los Pescadores,
no muy lejos del Templo, y donde se encontraba la Torre Antonia,
contiguo al lugar sagrado. Pero si Jesús pasó la
noche en Betania, es probable que pasara por el poblado de Puebla
de Siloé, en el Valle de Tyropeon, donde este se junta con
el Valle de los Hijos de Hinnon, y que penetrara en la ciudad por
la puerta que estaba en la Torre de Siloé. La puerta se
encontraba al este del Valle del Cedrón.

Seria a la entrada de Jerusalén, que
sucedió esa mañana de sábado, lo que Juan
nos cuenta. Puede que sucediera cuando Él salía del
Templo; pero como vamos a encontrar mas tarde en el Templo,
suponemos que el incidente sucedió cuando Él se
dirigía al lugar sagrado, no cuando Jesús
salía de él.

Cuando pasaron por la Torre, se encontraron con un
hombre que mendigaba, el cual había nacido ciego. Es
entonces cuando los discípulos se dirigen a Jesús
con esta interrogante: "¿Rabí, quien pecó,
éste o sus padres, para que naciera ciego?"

Nos podría parecer una extraña pregunta,
pero en ese tiempo era una pregunta muy generalizada. El Dios de
Israel había comprometido su palabra al decir que los
padres no iban a pagar por los pecados de los hijos, ni los hijos
por los pecados de los padres. La doctrina fariseo de la
metensicosis, la de la trasmigración del alma, que
también es el desdoblamiento, había calado en el
alma de los discípulos de Jesús, y era una creencia
en Israel. Para ellos, la causa de esta ceguera no había
que irla a buscar en un pecado especial o determinado. Este
hombre ciego, había nacido así para que se operara
un milagro de Dios. Dios lo había preparado, para que en
el momento y tiempo oportuno, el poder sanador trabajara sobre la
obra de la naturaleza, y quedara demostrado delante de los
discípulos el poder de Dios, a través de
Jesús. Todos iban a ser testigos de una
manifestación mesiánica de Cristo.

Una vez Jesús se revela de nueva como la Luz del
mundo, como el continuador del Padre, escupió en el suelo,
y con el lodo que hizo lo untó en los ojos oscuros, a la
vez que daba este mandato, esta orden categórica e
imperativa: "Ve, lávate en estanque de Siloé".
Dicho esto, Jesús siguió su camino, ajándose
del escenario de los hechos.

Cual no seria sorpresa de este hombre, cuando al lavar
su rostro, puede ver todo lo que le rodeaba. Esto trajo cierta
confusión, porque los conocidos del mendigo decían
que era el ciego conocido por todos, y otros decían no era
él. El propio ciego decía, afirmaban y se
empeñaba en decir que si, que el mismo era, pero que ahora
veía, aunque antes no veía nada. Tan grande fue el
escándalo, que llegó a los oídos de los
celosos fariseos, los cuales procedieron a interrogar
minuciosamente al mendigo ciego.

El caso, ya en manos de los discípulos de Hillel,
tomó otra dimensión. La situación era
grave:

1. El que había hecho el milagro, no lo hacia de
parte de Dios. No puede venir de Dios un hombre que viole
abiertamente el Cuarto Mandamiento. Cuando Jesús hizo el
lodo, lo hacia como si en un día común estuviera
preparando barro para fabricar ladrillos.

2. Este hombre tenía que ser un enviado de Dios,
decían otros. La saliva era un medicamento usado para la
ceguera; pero si esa saliva se usaba en Sábado, sus
poderes medicinales desaparecían. De toda forma este
hombre era contrario a la Ley.

El caso fue llevado al Consejo, quienes no hacia mucho
tiempo habían dictado una resolución, por medio de
la cual, todo aquel que se declarara a favor de Jesús o de
sus obras iba a ser expulsado, excomulgado de la
congregación. Esa persona quedaba por ese medio fuera de
los beneficio y de los auxilios de la religión. No
podía ir a la sinagoga.

El ciego fue llevado para ser interrogado ante el
Sanedrín. Los altos dirigentes, fariseos y saduceos se le
pidió su opinión sobre la persona que le
había devuelto, devuelto no, dado la vista, ya que era
ciego de nacimiento. El beneficiario del milagro no titubeo un
solo instante, por lo cual dijo: "Que es profeta."

Pero los maestros estaban prejuiciados contra
Jesús. Se negaron a que un hombre vulgar, uno que no
sabía la Ley, le fuera a predicar a ellos en su mismo
recinto. El relato de Juan es muy minucioso en cuanto al proceso
que se seguía en ese entonces. Nos dice que tuvo que
asistir el mendigo, y que también se hizo comparecer a un
par de sus parientes.

¡Que cosa mas extraordinaria¡
¡Qué maravilla! Ninguno de los profetas le
había restituido la vista a un ciego, y Jesús en
este momento obra un milagro para que todo el mundo pueda
comprender que aun a los ciegos, Dios le puede hacer ver, para
que el milagro sea un testimonio a todos los que ven. Todo el que
vea este milagro, se encuentra en libertad de ver la obra de
Dios, y puede encontrar la salud de su alma.

Luego que Jesús se encuentra con el ciego, y le
da constancia de su obra, se enfrenta con la multitud, iniciando
con estas solemnes palabras: "En verdad, en verdad: el que no
entra por la puerta del corral de las ovejas, mas sube por otra
parte, el tal es ladrón y robador." Estas son sus palabras
de introducción. Hasta ahora no había iniciado
ningún discurso; solo había bendecido al mendigo y
mantenido una dispuesta con los altos miembros del
Consejo.

Con la reiteración de sus primeras palabras, pide
la atención de los oyentes, toda la atención del
publico. Es por eso que encontramos los siguientes elementos: 1.
La puerta; 2. Las ovejas; 3. Los ladrones o falsos pastores; y 4.
el cual se encuentra como una contraposición y a la vez
como la antitesis al tercer elemento, que es el Buen Pastor.
Veamos los elementos de este discurso.

1. La Puerta: Todo pastor autentico, legitimo, el que
tiene el mandato del dueño de las ovejas no tiene que
penetrar en el corral de una manera furtiva, por medio del
engaño. El pastor legítimo entra por la Puerta.
Para que nadie se pierda en saber cual es esa Puerta, el mismo
Maestro dice: "Yo Soy la Puerta de las ovejas." Así es que
todo está claro; no hay lugar a equivocación. Todos
podían tener la certeza, la idea correcta de lo que
Él estaba hablando. Jesús está hablando de
la autentica Puerta por donde se debía entrar, por donde
era necesario pasar.

Para que quede claro y que nadie lo olvide, con la misma
solemnidad con que inició el discurso, su
conversación sigue así: "En verdad, el verdad os
digo: Yo Soy la Puerta de las ovejas." Con esto está
significando, que fuera de Él, no hay otra Puerta, y si la
hay, no es autentica. Él es la única entrada al
redil, a la salvación, a la familia de Dios. Es verdad que
esa Puerta se ha tratado de imitar, que ha sido falseada por
otros; pero ella es la única por la que podemos entrar
para ser salvo.

Por medio de este primer elemento, la Puerta, Cristo se
presenta como el único camino confiable. No otro lugar por
el cual podamos entrar a la salvación, no hay otro lugar
por donde se pueda llegar al redil. Cristo es el único
punto de entrada entre los pastores y el redil, entre las almas y
el cielo.

2. Las ovejas y el redil. Las ovejas son las almas, y el
redil o corral es la Iglesia, la cual reúne en su ceno a
las ovejas, las cuales deben entrar por la Puerta para encontrar
salvación. Estas ovejas tienen la característica de
ser dóciles, obedientes y sumisas. Las ovejas conocen la
voz del Pastor, y le siguen a donde quiera que Él la
conduzca, porque saben que El la lleva a pastos delicados. Las
ovejas, al conocer al Pastor, no van tras los
engañadores.

Como las ovejas son animales mansos, son modelos de
tranquilidad, como también de sufrimiento, como apegadas a
sus hijos.

3. Un tercer elemento son los ladrones, los falsos
pastores. Es fácil determinar quienes son los falsos
pastores y los ladrones. Jesús dice de ellos: "Todo aquel
que no entre por la Puerta, es ladrón." Un ejemplo de
estos ladrones, son los escribas y los fariseos de la
antigüedad, también los saduceos. En nuestros
tiempos, son ladrones, todos aquellos que entran al ministerio
pastoral por conveniencias, por el lucro, por la fama.

Estos falsos pastores y ladrones, son incapaces de hacer
su entrada al redil por medio de la Puerta. No lo hacen, por la
sencilla razón de que el Portero, si ellos llaman, no les
abre la Puerta. A ellos no se les abre, porque no son los
llamados al Ministerio, y es porque sus intenciones no son
buenas.

Estos falsos pastores se ven en lo necesidad de penetrar
al redil saltando por la cerca, brincando la Puerta, violando los
mandamientos, negando apego a la verdad. En nuestro Derecho, se
castiga el robo, pero su mayor o menor castigo, dependiendo del
monto de la cosa robada; pero si la persona que cometió
ese robo, lo hace saltando o violando la puerta, ese robo, que
pudo ser simple, y que pudo ser castigado como un delito, se hay
escalamiento o fractura de la puerta, entonces pasa a ser
agravado. Pasa el robo a ser un crimen, y a ser castigado con las
penas más severas de nuestro Código
Penal.

Cuando las ovejas, oyen la voz del falso pastar, el que
ha brincado o forzado la puerta, ellas se derraman, huyen de su
presencia. Al momento de escribir estas notas, tengo ante mis
ojos, unos apuntes, de Aunque Ud no lo Crea, del periodista
Robert Ripley, en el cual se dice: "Las cabras domesticas de los
aborígenes Kurumba, en Camerones (África), se
separan si alguien trata de reunirlas, pero, si se les deja solas
regresa dócilmente a donde duermen cada noche." De esa
misma manera, huyen las ovejas de los falsos pastores, de los
oportunistas, de los salteadores, que solo vienen a robar y a
matar.

En Jeremías, el Eterno se lamenta amargamente por
aquellos pastores que lo único que hacen, es derramar las
ovejas en vez de congregarlas. Es por eso que Dios promete
hacerle una visita, por la maldad que han hecho en el redil. Esos
son los mismos pastores que se revelaron contra Dios, los que no
quisieron penetrar por la Puerta, sino que brincaron sobre ella.
Esos obraron de una manera irracional e irrazonable.
Jeremías invita a esos pastores a que aúllen y
clamen, a la vez que se revuelquen en el polvo, ya que sus
días están contados.

Por boca de Ezequiel, el Señor continúa su
lamento por esos pastores, esos, que en lugar de apacentar sus
ovejas, se apacientan ellos mismos. Es por eso que Jesús
dice, que ellos, los que vinieron antes que Él, los que se
hicieron pasar por Él, eran "ladrones." Vinieron con un
solo propósito: "Hurtar, matar y destruir." En sus planes
no estaba el velar por las ovejas. Ellos al primer peligro, sea
real o imaginario, dejaban las ovejas, y
corrían.

Cuando Erasmo de Rótterdam, quien en 1511
recibió del Arzobispo de Cantérbury un curato,
cuando escribió su Elogio de la Locura, se
enseñó contra todo el mundo. Al hacer un cuadro de
los papas, cardenales y obispos, después de hacer
mención de la vestiduras que usan con el símbolo
que cada una de ella representa, dice: "…que la cruz que
lleva sobre su pecho anticipa la victoria sobre todas las
pasiones; si uno de ellos, vuelvo a decir, llegara a hacer estas
reflexiones y otras muchas de idéntico genero, ¿no
viviría lleno de melancolía y de ansiedad? Sin
embargo, nuestros prelados de hoy tienen bastantes quehacer con
alimentarse ellos mismos; en lo concerniente a la custodia de sus
ovejas, se la confían gustosos a Cristo, o mas bien, se
desprenden de este cuidado en esos frailes a los que llaman
hermanos y vicarios suyos. No recuerdan ni su nombre de obispo,
que significa trabajo, vigilancia y solicitud, mas cuando se
trata de atrapar escudo, ¡Oh, si son unos obispos
excelentes!"

Al referirse a los sacerdotes, el sabio erudito agrega:
"Los simples sacerdotes hacen cuestión de conciencia el
seguir el camino delineado por sus superiores, y así los
vemos combatir, pleno de belicoso ardor, por la defensa de sus
diezmos, con espadas, con flechas, con piedras y con toda clase
de armas."Agregan a este humor guerrero una asombrosa
penetración, cuando se trata de descubrir en un viejo
pergamino algo que pueda asustar a las gentes sencillas y
convencerla de que deben pagar un poco mas que el diezmo. Mas
estos ladrones no se cuidan de leer lo que, no obstante, esta
escrito en todas partes: sus deberes con el pueblo."

Y ya que me he internado en estas disquisiciones, en
este divagar literario, me tomaré el derecho de ilustrar
estos malos pastores con un relato de Cervantes. Fue aquel
escrito que Alférez le entregó al Licenciado
Peralta, sobre la conversación sostenida entre
Cipión y Venganza, en el cual cuenta Venganza lo que le
sucedió cuando fue perro pastor: "Cada semana nos tocaban
a rebato, y en una oscurísima noche tuve yo vista para ver
los lobos, de quien eran imposible que el ganado se guardase.
Agácheme detrás de una mata, pasaron los perros mis
compañeros adelante, y desde allí oteé y vi
que dos pastores asieron de un carnero de los mejores del
aprisco, y le mataron de manera que verdaderamente pareció
a la mañana que había sido su verdugo el lobo.
Pásmeme, quedo suspenso cuando vi que los pastores eran
los lobos, y que despedazaban el ganado los mismos que lo
habían de guardar. Al punto hacían saber a su amo
la presea del lobo, débanle el pellejo y parte de la
carne, y comíanse ellos lo mas mejor…"

Todo parece indicar que la función de estos
falsos pastores es la de trasquilar las ovejas, luego cobrar sus
pagas, no cuidar de ellas. Son ellos los que se protegen. Ellos
se cuidaban, engordan con los beneficios que puedan sacar de las
ovejas.

4. Otro elemento es: El Buen Pastor. Ahora nos
encontramos ante una de las aseveraciones mas dramáticas
de las Escrituras, y del Ministerio de Jesús: "Yo Soy el
Buen Pastor."Conociendo el Maestro que la ilustración que
Él les había hecho, por medio del cual Él se
declaraba la Puerta, con lo cual decía que Él era
la única forma de entrar al ministerio. Esta forma
grafica, es mucho mas objetiva, más fácil de
comprender. Es que la profesión de pastor era sumamente
conocida en Israel, el cual era un pueblo ganadero. Los
antepasados de los israelitas eran pastores, y las llanuras de
Basan y del Sarón, eran habitadas por pastores.

Fray Luís de León, quien fuera tan amante
de la vida retirada y tranquila, cuando publicó por
primera vez su monumental obra De los Nombres del Cristo, no
incluyó en el ella el nombre de Pastor. Y este nombre, fue
uno que el mismo Jesús se dio a sí mismo. Fue dos
años mas tardes, que fray Luís incluye a Pastor,
como nombre del Cristo. Entre las causas que el sabio aduce que
se utilizaron para llamar a Jesús por ese nombre, se
encuentra: Primero, por ser una cualidad propia del oficio,
alegando que la vida de los pastores es tranquila y alejada del
bullicio de los centros urbanos. También el pastor esta
alejado de los vicios, así como la belleza de vivir entre
el canto de los pájaros y el verdor de los
montes.

Una segunda condición, es la cualidad que es
propia de la persona, y de su forma de vida. Los pastores son muy
dados a querer, de ánimo sencillo. También es que
no son dados a contaminarse, sino que son puros. Es por eso que
su amor, cuya grandeza no hay lenguaje que pueda expresarlo.
Cristo es el Buen Pastor, porque su nacimiento, vida y muerte fue
por amor a nosotros. Después de resucitado, Jesús
está a la diestra del Padre intercediendo por los
suyos.

Para mostrar que no hay con que comparar el amor de ese
Pastor con sus ovejas, nos dice fray Luís: "No hay madre
assí de solícita, ni esposa assí de blanda,
ni corazón assí tierno y vencido, ni título
ninguno de amistad assí puesto en firme, que lo iguale o
le llegue."

Es propio del oficio de pastor el gobernar y el regir,
ya que no hay ningún gobierno que ele iguales, pues el
mismo poder Divino, dice fray Luís, que: El Señor
me rige no me faltara nada, en lugar de pasto abundante me pone,"
siendo esa una de las características de Jesús.
Jesús le promete a todo el que venga a Él, que
encontrara pasto. El que se allega a Jesús tiene su futuro
asegurado.

Era Jesús de suyo pastor. Fue el Pastor que el
Eterno le prometió a su pueblo, y no solo a Israel, sino a
todo los que creyeran en Él por el testimonio de Israel.
Los que se alleguen a Él por medio de su sangre, porque
dijo que tenía otras ovejas, que no eran de ese redil, y
era necesaria que fueran conducidas hasta Él, para que se
pudieran juntar con las primeras. Es por eso, que los exegetas de
la literatura latina, cuando tratan estas palabras de
Jesús, han encontrado en los versos de los escritos por el
protegido de Mecenas, en sus Églogas, una profecía
sobre Jesús. Virgilio habla de un pastor, con la
apariencia de Divino, con todas las semejanzas de Jesús,
el cual es el Príncipe de todos, el Buen
Pastor.

Virgilio, en su Égloga segunda dice: "¡Oh!
¡Plácete solamente habitar conmigo estos campos,
para ti enojosos, y estas humildes chozas, y herir los siervos y
guiar con la verde vara de malvavisco un hato de cobricillos!
Cantando conmigo en las selvas imitarás al dios Pan, que
nos enseñó el primer a juntar, con ceras, varias
cañas."

En la Égloga décima, en la cual canta a
Galo, dice el poeta: "Los laureles le lloraron, lloráronle
también los tamariscos; también le lloró el
pinífero Menéalo, viéndolo yacer tendido al
pie de una solitaria peña, y le lloraron las rocas del
helado Liceo. Inmóviles están en derredor las
ovejas (ni ellas se desdeñan de nosotros, ni las
desdeñe tú, ¡oh divino pastor!..)

La vida de los pastores fue muy celebrada en la
Literatura de Oro Española. El mismo Cervantes, ya al
final de su Don Quijote, nos da en "breves razones", las causas
que indujeron al protagonista de la obra a terminar sus
días como pastor, para lo cual nos dice estas palabras:
"…y que tenia pensado de hacerse aquel año pastor y
entretenerse en la soledad de los campos, dando rienda suelta dar
vado a sus amorosos pensamientos, ejercitándose en el
pastoral y virtuoso ejercicio…"

Cuando el poeta español, León Felipe canto
a don Quijote, en su poema Vencido, como si fuera un suplica, le
pide al caballero andante: "Y llévame a ser contigo,
contigo pastor." Y quien no recuerda la petición que le
hizo Miguel Hernández a Pablo Neruda, cuando este ultimo
era representante de Chile, en Madrid. En vez de pedir para
sí una secretaria, le pidió un nombramiento de
pastor de cabras o de ovejas, donde él pudiera estar cerca
de su amigo.

Pero regresemos de nuevo a nuestro tema principal.
Jesús es el Buen Pastor, el que da su vida por las ovejas.
Él es el pastor, que cuando ve el peligro, no se retira,
al contrario, sale al encuentro del Lobo Fiero. Los peligros
más grandes los enfrenta, tampoco teme a las adversidades,
sin importar que tenga que arriesgar su vida.

Entre todos los nombres que las Escrituras han reservado
para Cristo, el que mejor encarna su amor, es el de Pastor.
Jesús es un pastor que llegó al extremo de
ofrecerse el mismo por sus ovejas, para que ellas pudieran tener
vida en abundancia. Es por eso, que al ver la forma de
cómo el se presenta, que fue causa de una división
en los ánimos de los presentes.

Para poder tener una idea, de cómo las palabras
de Jesús se entendieron luego y la razón por la que
le tiene tanta estima, E. Stuffer nos dice en su obra: Jesus and
His Store: "Es muy probable que el Señor nunca haya
hablado sobre su papel histórico con mayor nobleza ni
sencillez que en aquellos apocalípticos días, en
medio de su pueblo tantas veces engañado. Es muy
fácil comprender por que la imagen del Buen Pastor vino a
ser la mas antigua representación del Maestro en el arte
Cristiano."

Insistimos en que se debe escudriñar el sentido
espiritual de las parábolas. En ellas se encuentran las
verdades del cielo. Como el que se afana en buscar un tesoro
escondido, se debe insistir en buscar las verdades que en ellas
se esconden. De la misma manera que en una diminuta semilla se
esconde un gran árbol, capaz de desafiar las nubes; o como
en el roble nace de una pepita que lleva el viento, pero llega en
su grandeza y corpulencia, a hacer sentir a los hombres como
enanos, estas ilustraciones nos pueden hacer gigantes
espirituales.

El Buen
Samaritano

Lucas: 10: 25-32.

Este relato de Lucas, no debe ser confundido con el
relato que se encuentra en Mateo: 22: 34-40 y en Marcos: 12:
28-34, como veremos mas adelante. Aunque la mayoría de los
tratadistas, como también las referencias y concordancias
los ponen juntos, creemos tener razones para colocarlos por
separados, como las siguientes:

1. En el relato de Lucas, es el doctor de la Ley quien
da la respuesta a la pregunta que él mismo plantea, y que
luego trata de justificarse, por lo cual el Señor formula
su parábola.

2. En los relatos paralelos de Mateo y Marcos, es
Jesús el que responde a la pregunta que se plantea. Al ver
como Jesús derrota a los saduceos, es lo que hace que un
doctor de la Ley haga un comentario, comentario que le
valió un elogio muy merecido de parte de Jesús. El
doctor de Lucas no recibe ningún elogio.

De todas formas, vamos a verter los comentarios de los
dos relatos, y en el momento oportuno trataremos las diferencias
de uno y del otro.

Quien interroga a Jesús en este momento, bien
puede ser un escriba, pues la mayoría de los doctores de
la Ley era de esta secta. Para hacer galas de su saber,
así como de su erudición, el doctor quiere hacer un
examen, para lo cual procede a sondear el conocimiento que
Jesús tiene de la Ley. Es por eso que hace un despliegue
de hipocresía, simulando espiritualidad, y deseos de
conocer sobre el Reino de Dios. Es por eso que poniendo delante
sus obras, su capacidad de hacer, pregunta: "¿Haciendo que
cosa poseeré la vida Eterna?"

Como quien pregunta es un doctor de la Ley escrita y
oral, no es extraño que Jesús le conteste con una
pregunta: "¿Cómo está escrito en la Ley?
¿Cómo lees?"

A través de la literatura rabínica, las
disputas sobre los mandamientos era constante. Saber cual
mandamiento era el mas grande de la Ley, o cual era el menor, era
algo que ocupaba mucho tiempo dentro de los estudios
teológicos. Es por eso que el relato de Lucas, contiene
los puntos que se podían debatir en un círculo de
estudios judíos:

1. Cual es el camino a la salvación.

2. Cual es el mandamiento más importante de la
Ley.

A la primera pregunta, Jesús responde con lo que
la Ley justamente decía. Los doctores de la Ley y los
fariseos acusaban a Jesús de que este menospreciaba la Ley
Ceremonia. Es por esto que Jesús lo remite a ella. Es el
mismo doctor, que a su juicio debe verter, de los preceptos del
Antiguo Testamento, cual era el mandamiento principal.

Este doctor de la Ley era contemporáneo del
rabí Simón y de su hijo Gamaliel. El padre de
Simón y abuelo de Gamaliel era Hillel, aquel de quien
hablamos cuando se mencionó la sexta de los fariseos.
Hillel dijo: "Lo que tú odias para ti, no lo hagas a tu
vecino. Esta es toda la Ley, el resto es comentario: ve y
aprende."

Los rabinos habían dividido la Ley Moral, la de
los Diez Mandamientos en dos Tablas. La primera comprendía
los cuatro primeros mandamientos, y que a decir de ellos nos
ligaban con Dios; la segunda tabla, comprendía los seis
restantes, y eran nuestra relación con el prójimo.
Es por eso que cuando Jesús interrogó al doctor de
la Ley, este sin titubear, hace alusión a las
enseñanzas de los Ancianos, ya que a decir del abuelo de
Gamaliel: Los demás era comentario. Por lo cual no era el
centro, el meollo del asunto. El doctor recuerda lo que tiene
escrito en sus filacterias, algo que era muy especial, ya que era
su credo, su dogma. Es por que dice: "Shama Yisrael, Yehovah
Eloheinu, Yehovah achad."

Ya que su religión era la verdadera, y lo
expresado era el centro de su religión, es lógico
que este fuera el primero de los mandamientos, que es lo mismo
que decir, esta era toda la justicia. El segundo mandamiento
estaba a la mano: "Amaras a tu prójimo como a ti
mismo."

En el siglo segunda de nuestra era, el rabí
Akiva, enseñó que estos mandamientos eran la piedra
angular de la Ley. De la unión de ambos, ocupaba todo
cuanto se pueda ofrecer en el alma del hombre: el amor a Dios y a
su prójimo.

A Dios se le debe amar con todo el corazón, con
toda el alma, con todas las fuerzas, con todo el entendimiento.
En lo concerniente al prójimo, no hay problemas, se le
debe amar como a uno mismo. El amor es el fundamento de la
Ley.

Los antiguos latinos acostumbraban a decir: Amicus alter
ego. Para Horacio, un amigo es Animae dimidium.
Aristóteles decía que los amigos eran una sola alma
en dos cuerpos. Y es que solo quien ama a Dios puede amar a su
prójimo, ya que Dios es la fuente del amor. Dios
amó tanto al mundo, que entregó voluntariamente a
su Hijo único, para rescatar a sus enemigos que se
habían extraviado en el camino de la
salvación.

Tomando de nuevo el hilo de nuestro relato, encontramos
al terminar la recitación, Jesús le dice al doctor:
"Ha esto y vivirás." Pero este hombre tenía
intenciones de tentar a Jesús. Como no encontraba la forma
de entrar en polémicas sobre la observancia de la Ley, el
culto a Dios, en lo relativo al Primer Mandamiento, se inclina
por el Segundo. Buscando la forma de justificarse, le pregunta a
Jesús: "¿Quién es mi
prójimo?"

Esta pregunta, la cual se cree que Jesús contesto
implícitamente de de una manera explicita, es objeto de
discusión en los círculos académicos hoy
día. Si entendiera que toda persona que no soy yo es mi
prójimo, la pregunta no tuviera razón de hacerse. Y
si en el prójimo viéramos el rostro de
Jesús, todos nos amaríamos. Puede que el doctor
esperara de Jesús una respuesta racionalista; pero eso no
estaba en el ánimo del Maestro. No quería mas
polémica, por lo cual recurrió a un incidente que
se encontraba latente en la mente de todos en
jerusalem.

Era el caso de aquel hombre que en el camino de
Jerusalén a Jericó, en el desierto de Judea, fue
atacado por un grupo de bandidos. Estos ladrones le quitaron todo
cuanto tenía, e incluso creyeron que podían
librarlo de volver a tener algo mas, pues lo dejaron por muerto.
Posiblemente le creyeron muerto.

Ya dijimos que había dos caminos que conectaban
el norte con el sur, a través del centro de Palestina. El
camino de este lado del Jordán, que era el más
corto, pero implicaba atravesar a Samaria. El otro camino, el del
otro lado del Jordán, era más largo, y el que
tomaba la mayoría de judíos, ya que no iban a
cruzar por tierra de paganos. En este desierto fue el hombre
abandonado por sus atacantes. Como en Jericó vivía
una gran cantidad de levitas y de sacerdotes, no pasó
mucho tiempo, sin que un sacerdote, seguramente un saduceo
pasó por el lugar. Es posible que el contara mas tarde, de
que había visto a un hombre herido en el camino, y
contaría también que se estaba quejando; pero como
andaba rápido, y era algo que a su juicio no le
interesaba, vio en cabeza ajena lo que le podía pasar, por
lo cual se apresuró a dejar el lugar lo mas rápido
que su cabalgadura se lo permitiera.

Al rato pasó un levita. Este diría que
también oyó los quejidos, husmeó y vio lo
que estaba sucediendo. Temió por el peligro que le
acechaba, y se echó a correr.

A estos dos ministros del culto, la Ley les
imponía la obligación de socorrer a ese infeliz,
que estaba herido y abandonado. No porque fueran ministros, sino
porque eran israelitas. El Eterno había dicho, que si uno
se encontraba un buey o un asno, también un cordero
extraviado o en peligro, se le debía socorrer. La Ley
mandaba a no negar la ayuda, ya que era un acto de justicia y de
humanidad lo que se hacia. Pero esos dos, sobre los que pesaba la
obligación de socorrer al prójimo, no lo hicieron.
Pero pasó por ese mismo camino un samaritano, un odiado y
maldecido samaritano, el cual, tan pronto vio en que peligro se
encontraba este judío: "Fue movido a
misericordia."

Sabemos lo que sucedió luego. Le brindó
los primeros auxilios, se desmontó de su cabalgadura,
montó al herido, y lo condujo al mesón más
cercano. Al día siguiente, como tenia asuntos urgentes que
atender, llamando al mesonero le dejó a su cuidado al
herido, dejando dinero suficiente para pagar los gastos.
También dio ordenes de que si el herido no se recuperaba
en un tiempo prudente, y era necesario abrir un crédito,
que lo atendiera, que él a su regreso pagaría todo
cuanto se debiera.

Para contestar la pregunta que el doctor le había
formulado, sobre cual era su prójimo, cual era el que
había amado a este hombre como si fuera el mismo. Cual de
los tres vio la imagen de Dios es su semejante, Jesús le
pregunta: "¿Quién, pues de estos tres te parece que
fue el prójimo de aquel que cayó en manos de los
ladrones?"

Si hubiera sido a cualquiera de nosotros que se nos hace
la pregunta, hubiésemos contestado: El samaritano. Pero la
pregunta estaba dirigida a un doctor de la Ley. Ese doctor
entendía que los samaritanos eran personas inmundas, por
lo cual, sin querer disimular su repugnancia, ya que la sola
palabra, samaritano repugnaba, contesta secamente: "El que
usó con él de misericordia."

Akiva hubiera dicho, el que había cumplido el
principio de los mandamientos. El que había amado al
prójimo. Es por eso que Jesús despacha a este
hombre lleno de prejuicios con estas palabras: "Ve, haz tú
lo mismo que hizo aquel que uso de misericordia."

Las mismas palabras nos son dirigidas a nosotros. A
todos los hombres, sin importar donde se encuentre, se nos ordena
a obrar de misericordia con todos los hombres que nos necesiten.
Todos los hombres son nuestros prójimos. Todo el que sea
distinto a nosotros es un reflejo del rostro de Dios, por lo cual
debemos prestarle nuestra ayuda cuando la necesite, de ser
posible, sin esperar que nos la pida.

 

 

Autor:

Humberto R. Méndez
B

 

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