Asesinos en serie y maltrato animal –
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Asesinos en serie y maltrato
animal
Bestialismo
En los años 70, el especialista del FBI Robert K.
Ressler acuñó el concepto de asesino en serie
(serial killer); pero el cine ya nos había mostrado los
crímenes de Franz Beckmann cuarenta años antes. El
director alemán Fritz Lang y su esposa, la escritora Thea
von Harbou –autores de la maravillosa visión de un
futuro llamado Metrópoli– se inspiraron en el caso
real de los asesinatos cometidos por Peter Kurten y en el trabajo
de investigación del periodista Egon Jacobson para crear
el personaje de ficción interpretado por el actor Peter
Lorre, en el clásico M (por la letra inicial de la palabra
asesino –mörder– en alemán), de 1931, al
que en España se le añadió el elocuente
subtítulo de El vampiro de Dússeldorf.
Mientras la policía actúa bien pero sin
obtener resultados; las bandas callejeras de la ciudad deciden
perseguir a aquel asesino de niños porque la presencia de
tantos agentes en las calles está interfiriendo en sus
negocios. La consigna está clara, perseguido por ambos
bandos, la policía no tiene pistas para dar con Beckmann y
el hampa quiere apagarlo, como una vela. El resultado es una obra
maestra del séptimo arte que se rodó con más
imaginación que medios en aquella oscura Alemania de
entreguerras, anterior al auge de Hitler y el nazismo, para
mostrar por primera vez el retrato cinematográfico de un
asesino en serie.
Aunque tampoco debemos olvidar otro precedente: el del
personaje de Cesare en la película muda alemana El
gabinete del Doctor Caligari -una joya del expresionismo– que
Robert Wiene dirigió en 1920; aunque, en este caso, el
asesino actuaba bajo hipnosis, a las órdenes del
doctor.
Peter Kürten (26 de mayo de 1883- 2 de julio de
1931) fue uno de los asesinos en serie más conocidos de
Alemania. Llamado "El vampiro de Düsseldorf", cometió
al menos 9 asesinatos a adultos y niños y 7 intentos
frustrados.
Kürten nació en la localidad de Mülheim
(ahora distrito de la ciudad alemana de Colonia) y fue el tercero
de trece hermanos en el seno de una familia extremadamente pobre.
Peter presenció cómo su padre, un alcóholico
y violento trabajador en paro, maltrataba a su madre e, incluso,
violaba con total impunidad a algunas de sus hermanas menores.
Así fue como a la edad de ocho años, Kürten se
escapó de su hogar familiar y dirigió sus pasos al
mundo de la delincuencia en la ciudad de Düsseldorf. A los 9
años, realiza sus primeros asesinatos cuando ahogó
a dos amigos mientras se bañaban en el Rin. A
excepción de estos dos casos aislados, Kürten fue
intercalando sus pequeños actos de delincuencia con breves
pasos por la cárcel para pagar sus fechorías.
También fue contratado como perrero donde
experimentó el "placer" de torturar, violar y matar a
perros abandonados. No fue el único caso en la vida de
Kürten donde experimentaría experiencias sexuales y
torturas a animales.
Sus violentas tendencias se fueron incrementando a
medida que se iba haciendo mayor. Paralelamente, Kürten
necesitaba trasladar esas experiencias sanguinarias de animales a
humanos. El 13 de mayo de 1913, Kürten merodeaba una casa
presuntamente vacía para robar. Pero en ella se encontraba
Khristine Klein, una niña de trece años que
dormía en su habitación. Peter, tras comprobar que
no había nadie en la casa, estranguló a la joven
para terminar degollándola.
Durante la Primera Guerra Mundial, Kürten fue
condenado por sus habituales delitos de hurto y alguna que otra
agresión sexual. Pero en 1921, Kürten se
trasladó a Altenburgo donde se casó con una mujer
de buena reputación al mismo tiempo que conseguía
un trabajo como camionero.
En 1925, Kürten volvía a Düsseldorf
para empezar su serie de crímenes. Una de sus
víctimas (Rosa Ohlijer, de ocho años de edad) fue
apuñalada trece veces con unas tijeras y tras beber su
sangre, quemó su cuerpo con gasolina.
En 1929, llegó el año más
sangriento de Kürten. El 8 de febrero, asesinó a una
niña de ocho años. El 23 de agosto, mató a
dos hermanas de cinco y catorce años. En septiembre,
mató a una mujer con un martillo. Y el 7 de noviembre,
llegó al punto álgido de su locura al matar a una
niña de cinco años y enviar a un periódico
local el mapa de la tumba de la asesinada.
Estos asesinatos hicieron que la ciudad de Dusseldorf
viviera en un continuo estado de histeria. Nadie se
atrevía a caminar solo por las calles de la ciudad. Las
autoridades ofrecían una suculenta recompensa por quien
diera pistas sobre la identidad del asesino y la policía
llegó a recibir hasta 900.000 nombres de posibles
asesinos.
En mayo de 1930, Kürten cometió el error
garrafal que le acabaría condenando. Kürten
engañó a Maria Budlick, una empleada
doméstica, para llevarla a Grafenberger Woods, un bosque
de las cercanías. El malhechor estranguló a su
víctima para agredirla sexualmente pero la dejó con
vida después de experimentar el orgasmo. Al marcharse el
asesino, Budlick acudió a la policía donde pudo dar
información precisa sobre Kürten. Poco
después, aparecía el retrato robot del hombre
más buscado de Alemania.
Víctima de un gran miedo, Kürten
ofreció a su esposa la posibilidad de delatarle a cambio
de una suculenta suma de dinero. Así, el 24 de mayo, el
vampiro de Dússeldorf se entregaba sin oposición.
Kürten confesó sus delitos. En el juicio posterior
(abril de 1931), inicialmente se declaró inocente. Pero a
medida que iba transcurriendo el pleito, cambió de idea.
De hecho, los psicoanalistas trabajaron duro para deshacer
cualquier tipo de enajenación que le pudieran salvar de la
pena de muerte. La sentencia fue morir guillotinado por nueve
asesinatos, siete intentos frustrados y no menos de 80 agresiones
sexuales. La pena que se ejecutó en Colonia el 2 de julio
de 1931.
La última frase de Kürten, casi coincidente
con el estreno de la película de Fritz Lang en 1931,
demostró el alcance de su obsesión por la sangre y
su atracción por la muerte: "Dígame, cuando me
hayan decapitado ¿podré oír siquiera un
momento el ruido de mi propia sangre saliendo del
cuello?".
El caso Kürten es importante en el mundo de la
criminología al dar a la policía de todo el mundo
elementos que son clave en la evolución de cualquier
asesino en serie.
Fue la primera vez que un cuerpo de seguridad nacional
pudo determinar la actividad criminal en miles de sospechosos. De
hecho, muchos asesinos después de Kürten imitaron su
conducta y muchos otros presuntos delincuentes fueron absueltos
por la policía al no encajar con el modus operandi del
vampiro de Düsseldorf.
Los motivos de la actitud de Kürten todavía
son objeto de estudio. Él arguyó como la principal
razón para cometer los asesinatos su pasión
desenfrenada por beber la sangre de sus víctimas (de
ahí su apodo del Vampiro de Düsseldorf) y su placer
sexual en el momento de la ejecución. Aunque durante el
juicio, el asesino también reconoció que su
principal motivación consistía en "aleccionar a una
sociedad opresiva".
En 1931, Fritz Lang dirigió M, el vampiro de
Düsseldorf ("M") basándose en los trágicos
hechos realizados por Peter Kürten.
Foto de Peter Kürten tomada en 1931
al ser arrestado
La perfilación criminal es una técnica de
investigación criminológica derivada del
análisis que se realiza a los diferentes patrones
conductuales en los agresores conocidos; para con ello definir y
crear tipologías (perfilación criminal inductiva) y
así auxiliar en la resolución de crímenes en
los casos donde se desconoce al responsable, a partir de los
indicios físicos y psicológicos encontrados en la
escena del crimen (perfilación criminal
deductiva).
Los profesionales que se han encargado de practicar el
perfil criminal han incluido históricamente un espectro
numeroso de investigadores, científicos del
comportamiento, de las ciencias sociales y expertos forenses. Su
contribución se ha dirigido a reducir el número de
los posibles sospechosos, ayudar a vincular diferentes casos
criminales, y a desarrollar nuevas líneas de
investigación en casos no resueltos, que están
"atascados" o de lesa humanidad.
El término offender profiling ("perfil del
delincuente") fue creado por los agentes del FBI en el centro de
entrenamiento de Quantico (Virginia Oeste) en los años
'70, para describir la técnica de describir el
comportamiento y características probables del autor
desconocido de un asesinato. Similarmente y de acuerdo con
Ressler y colaboradores, (1986), citados por Homant y Kennedy
(1998) y Ailt y Reese en 1980, citados por Knight (1998), el uso
de perfiles psicológicos en los crímenes puede
ayudar a determinar el tipo de personalidad del criminal y sus
características conductuales desde un análisis de
los crímenes que él o ella hayan cometido; la
técnica permite realizar un perfil del agresor tenga o no
tenga antecedentes judiciales, si los tiene seria un criterio
facilitador para la elaboración del perfil (Homant,1998);
esta definición está relacionada a la del FBI
(Federal Boureau of Investigation), la cual determina que el
perfil criminal es una herramienta que ayuda a obtener
información específica del delincuente agilizando
la investigación, además brinda información
a la policía sobre la manera más adecuada de
interrogar sospechosos.
El uso de la psicología para capturar criminales
tuvo inicios literarios que datan de 1841 con los "asesinatos de
la calle morgue" de Edgar Allan Poe; sin embargo, en la vida real
esta aplicación tuvo principio en Gran Bretaña en
el año de 1888 cuando el Dr. George B. Philips
patólogo forense, diseñó el método
"modelo – herida"; este modelo se basaba en la
comprensión de la naturaleza de las lesiones de la
víctima como base para la elaboración
estadística del perfil del delincuente.(Turvey
1.999).
Un asesino en serie, también conocido como
asesino múltiple, es una persona que asesina a tres o
más personas en un lapso de treinta días o
más, dejando un periodo de «enfriamiento»
entre cada asesinato, y cuya motivación se basa en la
gratificación psicológica que le proporciona dicho
acto. Los asesinos en serie están específicamente
motivados por una multiplicidad de impulsos psicológicos,
sobre todo por ansias de poder y compulsión sexual. Los
crímenes suelen ser llevados a cabo de una forma similar y
las víctimas a menudo comparten alguna
característica (p. ej. ocupación, raza, apariencia,
sexo o edad).
Los asesinos en serie no deben ser confundidos con los
asesinos en masa, que asesinan a un número elevado de
víctimas de manera simultánea en un periodo corto
de tiempo; ni con los asesinos relámpago, que cometen
múltiples asesinatos en un corto período y en
lugares distintos. El término serial killer (asesino en
serie) fue acuñado por el agente especial del FBI Robert
Ressler en la década de 1970 aunque había sido
descrito muchos años antes. Se tiene constancia de que el
inspector policial alemán Ernst Gennat utilizaba ya este
concepto en 1930.
El término asesino en serie (serial killer), fue
presumiblemente acuñado por el agente Robert Ressler en
los años 70. La expresión asesino en serie
entró al lenguaje popular en gran parte debido a la
publicidad que se dio a los crímenes de Ted Bundy y David
Berkowitz ("El hijo de Sam"), a mediados de esa década.
Aunque una de las primeras veces que se usó ese concepto
fue con el "Asesino de los torsos de Cleveland".
El término permite a los criminalistas distinguir
a aquellos delincuentes, que matan a varias personas en un largo
período, de aquellos que asesinan mucha gente en un solo
evento (asesinos en masa). Un tercer tipo de asesino
múltiple es el asesino relámpago.
En seguida unas breves definiciones de estos tres
tipos:
Un asesino en serie es alguien que comete tres o
más asesinatos durante un extenso período con
un lapso de enfriamiento entre cada crimen. En medio de sus
delitos, ellos parecen bastante normales, una
condición que Hervey Cleckley y Robert Hare llaman
"máscara de cordura." A menudo existe — pero no
siempre — un elemento sexual en este tipo de asesinos
(Fred West, asesino del zodiaco, Luis Alfredo
Garavito).Un asesino en masa, por otra parte, es un individuo
que comete múltiples asesinatos en una ocasión
aislada y en un solo lugar. Los autores algunas veces cometen
suicidio, por consiguiente, el conocimiento de su estado
mental y qué los motiva a actuar de esa manera, se
deja muchas veces a la especulación. Los pocos
asesinos masivos que han podido ser atrapados afirman que no
recuerdan claramente el evento.Un spree killer comete múltiples asesinatos
en diferentes lugares, dentro de un período que puede
variar desde unas cuantas horas hasta varios días. A
diferencia de los asesinos en serie, ellos no vuelven a su
comportamiento normal entre asesinatos.
Todos estos tipos de crímenes mencionados son
usualmente consumados por una sola persona. Pero ha habido
ejemplos en las tres categorías en los que dos o
más perpetradores han actuado en conjunto. El escritor
Michael Newton afirma que esto sucede en aproximadamente un
tercio de los casos.
Existen otros tipos de asesinatos múltiples
también, aunque a menudo están relacionados con
grandes organizaciones y no con dos o tres asesinos: genocidio y
ataques terroristas. Los asesinos múltiples han sido en su
mayoría varones. Las mujeres representan la minoría
en las estadísticas de asesinos en serie. Los asesinos en
serie están específicamente motivados por una
multiplicidad de impulsos psicológicos, sobre todo por
ansias de poder y compulsión sexual. Con frecuencia tienen
sentimientos de inadaptabilidad e inutilidad, algunas veces
debido a humillación y abusos en la infancia y/o el
apremio de la pobreza, también bajo estatus
socioeconómico en edad adulta, compensando sus
crímenes esto y otorgándoles una sensación
de potencia y frecuentemente venganza, durante y después
de cometer los delitos. El conocimiento de sus acciones
aterroriza a comunidades enteras y con frecuencia confunden a la
policía, consecuencias que son incentivo de su
sensación de poder. Este aspecto motivacional los desliga
de los asesinos a sueldo y otros asesinos múltiples,
quienes están motivados por el lucro. Por ejemplo, en
Escocia durante la década de 1820, William Burke y William
Hare asesinaron personas en lo que se conoció como el
"Caso del ladrón de cadáveres". Ellos no figuran
como asesinos en serie en la mayoría de las definiciones
de criminólogos, porque sus motivos fueron principalmente
económicos.
Los asesinos en serie frecuentemente tienen impulsos
extremadamente sádicos. Estos anulan la capacidad de
sentir empatía por el sufrimiento de otros, de esta
manera, son frecuentemente llamados psicópatas o
sociópatas, términos que han sido renombrados por
psicólogos como trastorno de personalidad antisocial.
Algunos asesinos en serie hacen uso de la lujuria y la tortura,
para obtener placer sexual por mutilación de la
víctima y también de matarla lentamente por un
prolongado lapso de tiempo.
La mayoría de los asesinos en serie tienen
antecedentes enfermizos. Se sabe que, frecuentemente, fueron
víctimas de abusos durante su infancia, ya sea
física, sexual o psicológicamente, toda vez que
existe una correlación entre los abusos de su infancia y
los crímenes que cometen.
El elemento de fantasía en el desarrollo de los
asesinos en serie es extremadamente importante. A menudo
fantasean acerca de asesinar durante y aún después
de la adolescencia. Sueñan despiertos de manera compulsiva
sobre dominación, sometimiento y asesinato, usualmente con
elementos muy específicos de sus fantasías que
después aparecen en sus crímenes reales. Otros
disfrutan leyendo historias de sadismo, llenos de
violación, tortura y homicidio. En algunos casos, estos
rasgos no están presentes.
Algunos asesinos en serie, presentan uno o más
signos de alerta en su niñez de lo que se conoce como el
"Conjunto McDonald" o "Tríada psicopática". Estos
son:
Piromanía, comenzar incendios invariablemente
sólo por la emoción de destruir
cosas.Crueldad hacia los animales (relacionado con
el "zoosadismo"). Muchos niños pueden ser crueles con
los animales, tal como cortarle las patas a las
arañas, pero los futuros asesinos en serie con
frecuencia matan animales más grandes, como perros y
gatos, y comúnmente para su propio deleite, más
aún de sólo impresionar a sus
amigos.Enuresis más allá de la edad en que
los niños normalmente superan tal
comportamiento.
Cabría hacer una aclaración, esta
tríada, desarrollada en 1963, ha sido recientemente
cuestionada por otros investigadores.
Muchos expertos han afirmado que una vez que el asesino
serial comienza con sus actos delictivos no puede parar (o solo
en contadas veces). Algunos sostienen la opinión de que
aquellos que no son capaces de controlar sus impulsos homicidas
son más fáciles de atrapar.
Ha habido informes contradictorios hasta cierto punto
sobre el asesinato múltiple. El FBI aseguró en los
años 80, que en alguna época en particular,
existieron apenas 35 asesinos en serie en actividad en los
Estados Unidos, dando a entender que los asesinos
múltiples en cuestión, habían cometido sus
primeros crímenes pero que aún no habían
sido aprehendidos o detenidos por otras causas (por ejemplo,
suicidio, parálisis o muerte natural).
Esta cifra ha sido frecuentemente exagerada. En su libro
Serial Killers: The Growing Menace, Joel Norris afirma que hubo
quinientos asesinos en serie en activo en algún momento en
Estados Unidos, responsables de cinco mil víctimas al
año, lo que sería aproximadamente un cuarto de la
totalidad de homicidios conocidos en el país.
A pesar de que el fenómeno de los asesinos
múltiples es generalmente considerado un hecho
contemporáneo, puede ser detectado en la historia, no
obstante con cierto límite de precisión.
En el siglo XV, uno de los hombres más ricos en
Francia, Gilles de Rais, secuestró, violó y
asesinó al menos un centenar de muchachos. La
aristócrata húngara Elizabeth Báthory, fue
arrestada en 1610 y subsecuentemente acusada de torturar y matar
hasta 600 jovencitas. Ella constató en su diario todos sus
asesinatos. Aunque ambos, De Rais y Báthory fueron
supuestamente sádicos y adictos a matar, difieren de los
asesinos seriales de hoy en día, en que este par eran
ricos y poderosos. Basándose sobre la falta de una fuerza
policial establecida y medios de información activos
durante aquellos siglos, puede muy bien ser que hubiese otros
tantos asesinos múltiples en aquel entonces, quienes no
fueron identificados o no fue bien difundida su
existencia.
Thug Behram, líder de una banda de la Thuggee
India, frecuentemente ha sido nombrado el asesino serial
más prolífico del mundo. Según numerosas
fuentes, se estima que asesinó a 931 personas por
estrangulación mediante una tela ceremonial (o rumal, que
en idioma Hindi significa pañuelo), usado por su culto
entre 1790 y 1830, de esta manera, posee el registro de
más asesinatos cometidos por una sola persona en la
historia.
En total, los secuaces de manera general fueron
responsables de aproximadamente 2 millones de muertes, de acuerdo
con el Libro Guinness de los Récords.
En su famoso libro Psychopathica Sexualis, Richard von
Krafft-Ebing registra el caso de un asesino serial ocurrido
alrededor del año 1870, un italiano llamado Eusebius
Pieydagnelle quien tenía una obsesión sexual con la
sangre y confesó haber dado muerte a seis
personas.
En México existió un asesino serial de
mujeres en 1880 llamado Francisco Guerrero "El Chalequero".
Mató a 20 mujeres después de violarlas para luego
decapitarlas tirando sus restos en los alrededores de Río
Consulado en la Ciudad de México. El caso de Guerrero,
podría situarse en el apartado de asesino misionero; ya
que argumentó que mataba a las mujeres para evitar que
fueran infieles. Fue apresado en 1888, saliendo en libertad en
1904, donde volvió a matar a una anciana. Fue sentenciado
a muerte aunque murió en 1910 de tuberculosis.
El popular asesino anónimo Jack el Destripador
despedazó varias prostitutas en Londres en 1888 (el
número exacto de víctimas se desconoce – como
mínimo cuatro, probablemente seis). Estos crímenes
lograron obtener enorme atención de la prensa debido a que
Londres, en aquel momento, era el centro de la superpotencia
económica más importante del mundo. Joseph Vacher
fue ejecutado en Francia en 1898 después de confesar el
asesinato y mutilación de 11 mujeres y niños,
mientras que el asesino serial H. H. Holmes fue ahorcado en
Filadelfia en 1896 después de confesar 27
asesinatos.
El FBI, sin mucha precisión, ha categorizado a
los asesinos seriales dentro de dos tipos diferentes: organizados
y desorganizados.
Asesinos organizados: Usualmente son poseedores de
un coeficiente intelectual superior a la media (105 en
adelante); planifican sus crímenes muy
metódicamente por lo cual pueden tardar años en
realizar un asesinato. A veces realizan sus asesinatos por
despechos o trastornos y, para encubrirse, involucran a otras
personas en su planificación. Por lo común,
secuestran a las víctimas, después de ganar su
confianza, matándolas en un lugar y
deshaciéndose de ellas en otro. A veces, este tipo de
persona busca entre su pasado a personas que formaron parte
de su vida y que la marcaron de alguna manera. Actúan
engañando de muchas maneras y, si hay personas
extrañas en medio de su objetivo, las estudian y
llegan a crear toda una cantidad de circunstancias para
volverlas en contra de su objetivo. A veces, pueden tardar
años en separar a su objetivo de su obstáculo.
Una vez realizado este propósito se acercan de forma
pasiva y con muchas mentiras y engaños a la persona de
su pasado. Así, por fin, consigue su objetivo, que es
hacerle daño de maneras que pueden ser: matar a su
víctima o provocarle sufrimiento, como hacerle
daño físico a un ser querido o amado, a su
entorno ya sea familia directa del objetivo o ser querido
actual. Finalmente, se ensaña con su objetivo inicial.
Por ejemplo, Ted Bundy se ponía en el brazo un molde
de yeso falso, pidiendo a las mujeres que le ayudaran a
llevar unos libros hasta su vehículo, donde las
golpeaba duramente hasta dejarlas inconscientes. Otros tienen
como objetivo específico a las prostitutas, quienes
tal vez van voluntariamente con el asesino serial, creyendo
que es un cliente cualquiera. Estos tipos de asesinos, tienen
un alto grado de control sobre la escena del crimen, y
generalmente conocen bien la ciencia forense que los habilita
para cubrir sus huellas, tal como enterrar el cuerpo o
cargarlo hasta un río para hundirlo. Ellos siguen
escrupulosamente sus crímenes en los medios de
comunicación, y muchas veces se enorgullecen de sus
acciones, como si fuesen grandiosos proyectos. El asesino
organizado es habitualmente muy sociable y tiene amigos y
amantes, muy a menudo hasta esposa e hijos. Son el tipo de
persona que cuando son capturados, son descritos por los
conocidos como "un tipo agradable" quien "no podría ni
lastimar a una mosca." Algunos asesinos en serie se esfuerzan
por hacer sus crímenes difíciles de descubrir,
como por ejemplo falsificando notas de suicidio. El caso de
Harold Shipman, un médico de cabecera
británico, en el que su posición social y
ocupación eran tal que le permitía simular las
muertes de sus víctimas, considerando que
morían por causas naturales; entre 1971 y 1998
mató por lo menos a 250 de sus pacientes más
viejos; y hasta muy poco antes de ser descubierto aún
no se sospechaba que cualquiera de sus crímenes haya
sido premeditado.Asesinos desorganizados: Carentes de un coeficiente
intelectual alto (entre 80 y 95), cometen sus crímenes
impulsivamente. Mientras que el asesino organizado
saldrá específicamente a cazar a la
víctima, el desorganizado matará a alguien
cuandoquiera que la oportunidad surja, contadas veces se
molestará en deshacerse del cuerpo, dejándolo
en el mismo lugar en que encontró a la víctima.
Usualmente llevan a cabo ataques "sorpresa", asaltando a sus
víctimas sin previo aviso, y típicamente
ejecutarán rituales que creen necesarios hacer, una
vez que la víctima esté muerta (por ejemplo;
necrofilia, mutilación, canibalismo, etc.). A menudo
son personas insociables, teniendo pocos amigos, y pueden
tener un historial de problemas mentales y ser referidos por
sus conocidos como excéntricos o hasta "un poco
extraño". Tienen poca consciencia sobre sus
crímenes y puede que bloqueen los recuerdos de sus
asesinatos. Uno de los casos recientes más conocidos
que encajan con este perfil es el de Francisco García
Escalero, el "Matamendigos".
Un número significante de asesinos seriales
muestran ciertos aspectos de los dos tipos mencionados, aunque
las características de un tipo dominan. El comportamiento
de algunos asesinos declina de ser organizado a desorganizado,
según sus homicidios continúan. Complementan
cuidadosa y metódicamente los asesinatos al principio,
pero conforme su compulsión se sale de control, dejan de
dominarse volviéndose descuidados e impulsivos.
Algunos asesinos sufren de personalidad múltiple
(Trastorno de identidad disociativo) lo que los lleva a cometer
asesinatos tanto organizados como desorganizados. Aunque varios
psicólogos han citado a la personalidad múltiple
como una de las mayores causas de asesinatos, está
comprobado que solo la minoría de los asesinos seriales
sufren este trauma
El hecho de que un niño o un adolescente maltrate
a un perro o a otro animal no siempre debe considerarse como una
simple travesura, sin más trascendencia. El 46% de los
asesinos en serie fueron maltratadores de animales durante su
adolescencia, según un estudio del cuerpo de
investigación policial norteamericano, el FBI. En este
libro se exponen algunos casos de asesinos de personas y
animales, las repercusiones sociales del maltrato de animales,
así como datos en nuestro país sobre la
relación entre la violencia hacia los animales y hacia las
personas.
Hay muchas formas de maltratar a un animal.
Además de infligir dolor físico, el hecho de no
cuidarle o no cubrir sus necesidades básicas puede causar
en el perro secuelas que acaben con su vida tras un terrible
sufrimiento. Un significativo porcentaje de los homicidas y
asesinos en serie de personas fueron torturadores de animales
durante su infancia o adolescencia.
Según los resultados de un estudio elaborado por
el FBI (cuerpo norteamericano de investigación policial)
sobre asesinos en serie, el 46% de ellos maltrataba animales
durante la adolescencia.
Casos de asesinos de personas y de animales
Albert DeSalvo, el Estrangulador de Boston,
acabó con la vida de trece mujeres en un año.
Solía atrapar perros y gatos, encerrarlos en jaulas
diminutas y dispararles flechas a través de sus
aberturas.Jason Massey decapitó a una niña de
trece años en 1993 y disparó a su hermanastro,
de catorce. Comenzó su sangrienta carrera con el
asesinato de gatos y perros.Kip Kinkel, un adolescente de 15 años,
asesinó a sus padres y luego disparó, y
mató, a 24 alumnos de su escuela en 1998. La prensa
informó de que Kinkel contaba con una historia de
violencia hacia los animales: había decapitado gatos y
diseccionado ardillas vivas.Jeffrey Dahmer, el tristemente famoso Carnicero de
Milwaukee, asesino y caníbal, también
inició su carrera delictiva en la infancia con la
tortura y el asesinato de animales. Muchas de estas crueles
prácticas con los animales, como disolver sus cuerpos
en ácido, fueron las mismas que utilizó con sus
víctimas después, para asesinarlas y hacer
desaparecer sus cuerpos.
"El maltrato a los animales está vinculado a
conductas violentas que tienen importantes repercusiones" ( Nuria
Querol i Viñas ) , una de las personas más
especializadas, tanto en España como fuera del
país, en el estudio de las repercusiones sociales de la
violencia con los animales. Esta investigadora es médica,
bióloga y forma parte del Grupo para el Estudio de la
Violencia hacia Humanos y Animales (Geva), compuesto por
médicos, psicólogos e investigadores de diversos
ámbitos.
Una de las repercusiones sociales a las que se refiere
la investigadora está relacionada con el ámbito de
la violencia contra la mujer. Según estudios citados por
el Geva, el 86% de las mujeres maltratadas que acudieron a una
casa de acogida y tenían un animal comentaron que su
agresor había herido, amenazado o matado a su animal de
compañía como venganza o para ejercer control
psicológico.
Por otro lado, los niños testigos de violencia
doméstica, maltratan animales entre dos y tres veces
más a menudo que los niños que no sufren violencia
doméstica ( Núria Querol i Viñas ) "El abuso
de animales realizado por niños es uno de los indicadores
más importantes y tempranos de trastorno de conducta",
afirma la bióloga. La investigadora añade que entre
un 25% y un 50% de las mujeres maltratadas no son capaces de huir
de este tipo de situación violenta, a causa de la
preocupación por sus animales de compañía o
de granja.
En Estados Unidos, desde los años 70, el
desarrollo de la ciencia del perfil criminal y la creación
del Vicap (Violent Criminal Apprehension Program, programa de
captura de criminales violentos) permiten estudiar rasgos en
común entre criminales. Uno de ellos es la crueldad hacia
los animales.
En España, diversos investigadores también
han estudiado la relación entre los asesinos en serie,
homicidas y violadores y las torturas practicadas por estos
delincuentes contra animales en su infancia o juventud. Un
estudio realizado en Cataluña por los doctores
Ángel Cuquerella (médico forense), Núria
Querol i Viñas (médica y bióloga),
Mercè Subirana (médico forense) y Frank Ascione
(psicólogo y uno de los mayores expertos mundiales en
maltrato a los animales) con 50 individuos condenados por
diversos delitos obtuvo como resultado que el 41,7% de ellos
había maltratado a los animales.
En ocasiones, "la publicación en los medios de
comunicación de algunos casos especialmente sobrecogedores
de crueldad hacia los animales, unido a la mayor sensibilidad de
la sociedad española en general, han conducido a la
demanda de leyes más estrictas" ( Querol i Viñas
).
En España, "a pesar de no ser un país
especialmente respetuoso con el trato a los animales", recuerda
la investigadora, se inició la modificación del
artículo 337 del Código Penal como respuesta a la
noticia de la tortura de 15 perros en una protectora de Reus
(Tarragona).
Los programas de educación humanitaria para
escolares pueden resultar muy útiles como apoyo, junto con
programas específicos destinados a menores maltratadores
de animales.
El maltrato de animales por parte de niños o
adolescentes es un posible indicador para detectar a quienes, de
adultos, practicarán actos violentos contra las personas.
Por ello, es importante fomentar en los niños el respeto
hacia los animales como forma de crear cimientos firmes para que
de adultos sepan respetar la vida, tanto de personas como de
animales.
Núria Querol i Viñas, investigadora del
Grupo para el Estudio de la Violencia hacia Humanos y Animales,
explica que "los padres no deben pasar por alto el maltrato"
hacia los animales. "Hay que hablar con el menor, para que
comprenda que debe respetar a otros seres vivos".
En 2004, la policía holandesa detuvo a un hombre
en la ciudad de Utrecht por mantener relaciones sexuales con el
pony de su vecino; pero como la normativa de los Países
Bajos no tipificaba el bestialismo como delito –igual que
sucede hoy en día en España y en otros
países– el detenido fue puesto en libertad. La
noticia generó tal revuelo social que, finalmente, en
febrero de 2010 el Senado holandés aprobó la
prohibición de cometer actos indecentes con los animales
así como distribuir, exhibir, fabricar, importar, exportar
o transmitir en cualquier soporte actos lascivos en los que
estén involucrados seres humanos y animales, con un
ajustado margen de 39 votos a favor frente a 34 en
contra.
La nueva ley habla de actos lascivos –de forma
genérica, en vez de actos sexuales– porque se les
considera contrarios a la moral y a la ética; asimismo, se
prohíbe tanto el uso de imágenes reales como el de
dibujos animados o de infografías generadas por ordenador
que podrían fomentar el maltrato animal.
El mismo criterio se mantiene en el Reino Unido, donde
la Sexual Offences Act de 2003 condena las relaciones sexuales
con animales (Intercourse with an animal) hasta con dos
años de reclusión, en la sección 69 de la
Ley, con una regulación muy explícita (puedes
leerla en www.legislation.gov.uk); en Francia, donde la
bestialité se despenalizó durante la
Revolución Francesa, en 1791, ha regresado al
Código Penal más de cien años
después, en 2004, con la Ley 204, de 9 de marzo, que
reformó el Art. 521.1 introduciendo, de nuevo estos abusos
(sévices graves ou de nature sexuelle) con una pena de
hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa.
Tres años más tarde, en septiembre de 2007, un
hombre llamado "Gérad", de Dijón, fue condenado a
un año de reclusión, de acuerdo con este precepto,
por sodomizar a un pony; y, finalmente, Canadá
también lo tipifica en el Art. 160 de su Código
Penal.
Al otro lado de la frontera, en EEUU –donde, por
su sistema de common law, es casi más importante tener en
cuenta qué dice la jurisprudencia que lo que regula el
propio legislador– el caso más mediático
ocurrió en enero de 2004 en Ocala (Florida), cuando la
novia del joven Randol Corey Mitchell le sorprendió
manteniendo relaciones con Nagaisha, su perra rottweiler. El
hombre tuvo que pagar la factura del veterinario que
examinó al animal e indemnizar a su ya ex novia;
además, fue condenado por el juez a cumplir cinco
años de libertad condicional y a superar un examen
psicológico. Otros Estados –en cambio–
sí que lo castigan expresamente, como Oregón,
Ilinóis o Misuri.
Más al Sur, el Art. 517 del Código Penal
del Ecuador –por citar también algún ejemplo
de Iberoamérica– señala que la bestialidad se
reprimirá con reclusión mayor de cuatro a ocho
años.
Un segundo grupo de países no prohíben el
bestialismo sino la pornografía con animales: el
parágrafo 184.a del Código Penal de Alemania
sanciona la difusión de esa pornografía con una
pena de hasta tres años de prisión; pero no
tipifica las relaciones sexuales con ellos, sólo castiga
esa clase de pornografía (la tierpornographischer). Igual
que ocurre en Suiza (Art. 197.4.3º de su Código
Penal), donde se equiparan la protección frente a la
pornografía con animales con la infantil (actes d"ordre
sexuel avec des enfants ou des animaux).
Italia tampoco tipifica lo que allí se denomina
zooerastia, pero en febrero de 2010, la justicia dictó una
sentencia considerada pionera por muchas asociaciones de defensa
de los animales: en 2008, los Carabinieri detuvieron a un
agricultor de San Genesio (provincia de Bolzano) que fue
condenado a dos años de reclusión por rodar varios
cortometrajes pornográficos con sus perros labrador y
rottweiler y una actriz inglesa; películas que
después vendía por internet. La jueza le
aplicó dos preceptos del Código Penal italiano
–Arts. 544 ter y 544 sexies– relativos al
maltrattamento di animali, considerando su insoportable
comportamiento con los canes de acuerdo con sus
características etiológicas.
Finalmente, existe un último grupo de naciones
donde esta parafilia queda desvanecida en ese limbo al que
solemos llamar alegalidad y, simplemente, el ordenamiento
jurídico no la menciona. Es el caso de Portugal, Suecia o
México, donde no constituye un ilícito penal, y de
España. En nuestro país, el bestialismo no se ha
tipificado, ni está prohibido ni tan siquiera es
mencionado en nuestro ordenamiento y apenas se cita en cuatro
sentencias del Tribunal Supremo y siempre de forma muy
tangencial.
Es cierto que el Código Penal regula los delitos
relativos a la protección de la flora, la fauna y los
animales domésticos (Arts. 332 a 337); en concreto, este
último precepto establece que El que por cualquier medio o
procedimiento maltrate injustificadamente a un animal
doméstico o amansado, causándole la muerte o
lesiones que menoscaben gravemente su salud, será
castigado con la pena de tres meses a un año de
prisión e inhabilitación especial de uno a tres
años para el ejercicio de profesión, oficio o
comercio que tenga relación con los animales.
¿Tendrían ahí cabida las relaciones sexuales
con los animales? ¿Debemos entender que se les maltrata o
lesiona? ¿Se puede hablar de "violar a un animal"? El
problema de fondo tiene que ver con adecuar los tipos penales con
el bien jurídico que se protege. En febrero de 2010, unas
declaraciones del catedrático de Derecho Penal, Enrique
Gimbernat, en el periódico El Mundo, sobre esta espinosa
cuestión –planteada desde el punto de vista del
Derecho, aunque éticamente puede que muchos lectores no la
compartan– el catedrático afirmaba que el
bestialismo es un tema moral y el derecho no está para
proteger la moralidad; asimismo, añadía que
sería absurdo tratar el asunto porque (…) un animal
no es un bien jurídico, no tiene derechos legales. La
polémica está servida.
Si el romántico de Lord Byron levantase la cabeza
se sentiría orgulloso al contemplar cómo hoy, casi
doscientos años después de su famosa frase, Cuanto
más conozco a los hombres, más quiero a mi perro,
maltratar a un animal es delito.
Con la reforma de la Ley 5/2010, se reconoce a los
animales como titulares de derechos; es decir, los animales se
protegen penalmente.
La reforma del Código Penal supone el mayor paso
adelante en protección animal de los últimos
años; tanto, que en cifras se calcula que las causas
judiciales por estos delitos aumentarán en un
300%.
El reformado artículo 337 señala: "El que
por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a
un animal doméstico o amansado, causándole la
muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será
castigado con la pena de tres meses a un año de
prisión e inhabilitación especial de uno a tres
años para el ejercicio de profesión, oficio o
comercio que tenga relación con los animales".
Requisitos
Que haya un maltrato.
Se entiende que físico o psíquico.
También cabe incluir la comisión por
omisión; dejar de alimentar a un animal o abandonarlo, por
ejemplo, dentro de un coche y al sol, se considera
maltrato.
Que ese maltrato sea injustificado.
Otra cosa es que uno se defienda de un ataque de un
pitbull, porque sería un estado de necesidad.
Que se realice empleando cualquier medio o
procedimiento.Que el animal maltratado sea doméstico o
amansado.
Es decir, ni bravío, ni fiero, ni silvestre, ni
salvaje.
¿Y si mi vecino no da de comer a su iguana?
¿Irá a la cárcel? El animalillo no es
doméstico, pero vive en familia … ¿hay
aquí maltrato?
¿Y los animales salvajes, pero amansados? Los
amantes de la equitación suelen decir que de un caballo no
te caes, te tira…
Que el resultado sea la muerte o se causen lesiones
que menoscaben gravemente la salud del animal.
Es decir, una relación de causalidad entre el
maltrato y el resultado muerte, ¿qué pasa si se le
maltrata, pero se muere de una enfermedad que ya
tenía?
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