I parte.
Los
fantasmas
"El moro está hecho a imagen y
semejanza de Mahoma, aquel que me insulta a un moro, me insulta a
Mahoma" tonadilla de la etnia calorro-chonis de Vall
d´Uixó.
Noche sin luna y sin estrellas. Solo
Júpiter tunante aparece difuso sobre una loma polar. Los
cielos negros, brumosos de nubes espesas; y el viento
cálido de poniente ruge a finales de septiembre del
2012.
En medio de unos bancales, dos algarrobos
saqueados por la mano zurda y cobriza del calorro dan la
bienvenida, entre jarales y romeros, a una humilde casa de
persona honrada y trabajadora.
Al este da con el mar erizado de espumas
rabiosas. El lejano faro parpadea ciclópeo erguido sobre
las dunas. A la espalda de la pared sur de la vivienda, se
encuentran las pistas ciclista ilegales de Vall d´
Uixó que rompen el patrimonio de trincheras y fosas
comunes de la guerra civil.
Las flores plantadas con ternura y
cariño por la asociación de víctimas de la
guerra, manos blancas, falange Española y las autoridades
locales del PP, que embellecen la fosa común que acoge al
santo Recaredo Centelles, y a varios oficiales del glorioso
ejercito del caudillísimo y laureadísimo
Francisquito Franco, han sido atropelladas por la goma fascista
del ciclista de descenso y el motorista de trial. Los
pétalos vuelan dispersos mecidos por el viento.
El infante Pacheco, noctambulo, sobrecogido
por unas pesadillas y una llamada, se levanta de la cama. Sale
nocherniego con una idea fija en su cabeza. Cierra la muerta, da
unos pasos y vuelve para asegurarse de que está bien
cerrada. Repite el ejercicio acrobático tres veces el buen
hombre de orden.
Deambula entre sombras por las eras en
dirección a las trincheras. Observa con terror en la
siniestra noche las formas groseras de las ramas que se retuercen
por la mano invisible y burlona del viento, cómo
muñones de los discapacitados en una asamblea del 15-M .
Aparecen fantasmagóricos los verdes colores de los
pinares, los amarillos de los romeros marchitos, los grises y
azulados de las lavandas, iluminados por la linterna recargada a
cada instante por una bobina manual. Las nubes hacen un claro, y
redonda cómo un globo purpureo asoma la luna
señalando una tumba revuelta. El viento aúlla feroz
una espantosa canción:
-Aquí descansa Recaredo Centelles,
santo e incorrupto, atormentada su alma por gente que profana su
tumba.
Pacheco saca la cámara y filma los
restos de la profanación. Queda la tierra santa blasfemada
por la marca de los frenazos y derrapes de las bicicletas. Los
ribazos que envuelven el paraje de tierra y piedra han sido
derribados por el pico de hierro empuñado por el chonis y
macarra de barrio, del que brotaron chispas incendiarias. Los
nobles algarrobos, sostén de los padres lumpenproletarios
de los que descienden los ciclistas marginales, han sido talados
para no obstaculizar la marcha batueca del descenso. Pacheco
retorna afligido a su hogar acompañado hasta un cruce de
caminos por el alma de Recaredo Centelles. Abre su domicilio y a
oscuras, sin tropezar con nada entra en su habitación.
Bebe leche y agua de dos vasos que hay en la cómoda. Se
coloca el gorro de dormir. Arrodillado ante el crucifijo apoya
los codos en el colchón. Canta el padre nuestro, se
santigua y se recoge en el lecho minutos antes de que cante el
gallo los primeros maitines.
Dígame señor Pacheco,
¿desde cuando escucha voces que le insultan por la
calle?- le pregunta el psiquiatra sentado en el diván
y marcando en una hoja de test sus respuesta, y las respuesta
que no da.Empezó el día
después al homenaje de Recaredo Centelles. Vera
doctor… hicimos una procesión por el pueblo en su
honor, y una romería al lugar donde los rojos le
mataron . Acudimos todos los facciosos- católicos del
lugar. Fue un día maravilloso. Repartimos comida entre
los pobres, se rezo por los caídos por Dios y por
España, bautizamos a un gitano evangelista, ! y a un
autista !. En fin, hubo reconciliación Nacional y
afirmación de los valores patrios- concluye con un
ademán exagerado de satisfacción de hombre
derechas que silencia sus traumas.Por favor señor Pacheco, si
quiere que le ayude debe contarme la verdad, usted oculta
algo- el psiquiatra se muestra severo. Pacheco traga saliva y
muestra su rostro verde de caimán estirado, dudas
pueriles. El psiquiatra observa sus gestos, deja sus gafas
sobre una mesita donde habla un reloj: Tic, tac, tic, tac.
Hay unas bolas que le hacen compañía al
parlanchín reloj. Nunca paran brincar de derechas a
izquierdas, pendulares e hipnóticas, en movimiento
uniformemente acelerado.El silencio se vuelve
violento.Es cierto doctor- se decide a comentar
Pacheco- Sobre la fosa común note algo. Creo que fue
el principio de todo. Desde ese día no volví a
dormir bien. El cura pasaba el botafumeiro, las mujeres de
rodillas cantaban hosanna. Yo tenía unas ganas de
gritar: ¿Pero no veis compañeros y
compañeras que la fosa común del santo
está llena de botes de red bull, cámaras
ciclistas pinchadas, condones, botes de cerveza, y las flores
que plantamos para el acto nos las han chafado esos
energúmenos de las bicicletas y las motos de trial? Si
por lo menos, doctor, esa gentuza fuera de izquierdas, se
podría hacer algo. Pero encima son votantes, o hijos
de votantes del PP. Todo el mundo se hizo el loco del estado
del lugar ¿Sabe?- Pacheco descansa. Lanza un suspiro
profundo, prolongado. Siente su corazón aliviado. Saca
el pañuelo con la bandera de España y se seca
unas lagrimas. Levanta del diván y anda dando cortos
pasos hacia la ventana. Asoma los ojos vidriosos a la calle .
Queda de espaldas al doctor que toma notas. Pega cabezazos
afirmativos y de satisfacción sin parar de hacer
anotaciones ilegibles.Ye Jessy, está noche festuki en
el caseto de la montaña, junto a las
trinchera¿que tanga llevas?- un choni montado en
bicicleta le habla a una chica ordinaria que saluda al choni
dejando unas bolsas de comida dada por cáritas en la
acera. Le enseña su tanga de leopardo. El choni hace
una caballito con la bicicleta.¿Los ve doctor? Están por
todas partes- se gira Pacheco entristecido mirando al doctor
que se levanta y cierra la ventana.Siéntese por favor- le indica el
psiquiatra encendiendo unas luces blancas parpadeantes que
escuchan la conversación.Creo que sería bueno que se
fuera una temporada de Vall d´ Uixó.
Podría ir a Cataluña, allí no hay
chonis. Nos los tiran a España, o los dejan en la
frontera con Francia, incluso ha habido casos de tirarlos al
mar.-Lo había pensado doctor, pero
en estos momentos me es imposible. Tengo cosas que hacer,
muchas cosas…-responde con mirada de loco Pacheco. Un
extraño brillo en sus ojos cargados de ira y de tics
se adueñan de su gesto – Sobre las voces y las
apariciones doctor, ¿puede darme algo para que no
ocurran?- el timbre de voz de Pacheco se mezcla con el
chirrido grillesco del timbre que anuncia que su turno ha
terminado y le toca a otro demente.El doctor le receta unas pastillas anti
psicóticas.Sale a la calle y compra la receta en
la farmacia adyacente a la clínica. Observa desde la
acera el centro de Vall d´ Uixó en plena
ebullición de alegría y
griterío.Celebran los batuecos una gran noticia
local tan fervorosa cómo la diada catalana.Desde el balcón el alcaldito del
PP de Uixó anuncia a los reunidos:Por fin lo hemos conseguido. En vez de
construir el hospital se va a construir algo más
rentable e inteligente:un casino para convenciones a
imitación del de las Euro Vegas, donde el juego y las
mujeres estarán permitido. Los chonis, calorros,
obreros, la oposición, lo celebra con entusiasmo y
ardor.Este Mariano Rajoy esta metiendo mano
al dinero negro. Gracias a eso se podrá construir de
nuevo casinos- comenta optimista un anciano a otro compadre.
Están sentaditos los dos al sol en los bancos que hay
frente al ayuntamiento.No se Yo- responde dubitativo el otro
anciano, el pesimista, sus manos le tiemblan de parkinson.
Sapientísimo añade a sus dudas una coletilla
aprendida a través de las experiencias de una larga
vida repleta de traiciones, miserias y trabajos- No se Yo si
le dejarán a Rajoy, es demasiado
revolucionario.El otro anciano asiente con su cabeza
amplia cómo la de un búfalo.Hú! Há! Hú
Há! Sacatum Sacatum tam tam tam que summun
pen que tum pan que, bombas bombas.
Suena amplificada la sinfonía
bakaladera de Chimo Bayera de un BMW negro cómo un cuervo,
feroz y violento. El auriga, un ser malcarado acompañado
de otros seres no menos hoscos, repletos seriedad tiránica
dibujada en sus caretos rasurados avanzan estirados. Pasan junto
a Pacheco que está detenido leyendo las contraindicaciones
de las pastillas.
-Hijo de puta, te vamos a matar si nos
vuelves a filmar. Te vamos a matar hijo de puta, te lo juro por
Cristo, que te matamos si publicas algo de nosotros en tu blog
Juan Carlos I- el coche avanza dejando salir por las ventanas el
humo de los porros y el eco de las palabras. La música de
Chimo Bayo vuelve a subir hasta hacer temblar los cristales y las
mentes de la clínica psiquiátrica contigua la
Ayuntamiento y a la farmacia con su celebre himno :
"Así, me gusta a mí,
así, me gusta a mí, así, me gusta a
mí…"
¿Se lo decían a usted? –
pregunta Pacheco confuso a un anciano que entra a la farmacia
a por auditone.El anciano sordo hace un gesto
afirmativo. Encorvado entra aullando a la farmacia con la
receta para que le atienda Amparito: Ahhh, Ahhhh,
Ahhhh.El BMW se para ante la señal de
un policía que detiene el trafico en el paso cebra
para que pasen niños. Pitan los farandules matones a
las mamis que sonríen a los chulapos. El
policía les hace la señal de que
pasen.Pacheco sigue su camino confuso.
Intenta buscar una forma de aclarar lo que ocurre en su mente
por las noches, y las apariciones de fantasmas durante el
día. En una esquina de la judería adornada de
helechos en la umbría, gatos acurrucados en los
portales, ancianas sentadas dentro de los zaguán que
venden las verduras de sus huertas, surge de la nada un
calorro adolescente melenudo y barrigón. Uno de sus
labios gruesos, carnales y rojos, cómo los de un
judío, lo trae partido. Un brazo lo lleva en
cabestrillo escayolado. Conforma la estampa heroica de un
perro callejero apaleado en alguna cercana discoteca por
motivo de alguna hembra, por drogas o quizás por unas
zapatillas adidas.Ye de güey, te mataremos si sigues
metiéndote con nosotros, jaripe, jaripe- le dice con
voz de carajillero que retumba entre la cacofonía de
las casas del callejón de la
judería.Pacheco contempla con asco y horror la
siniestra criatura la cabellera de bucles rizados cómo
mechones de borrego lanudo que le caen hasta unos hombros
asimétricos, donde se lee escrito en su piel a modo de
tatuaje hecho con una raspa de pescado: Camarón
está vivo. Su cara tostada de sol, cobriza, de nariz
chata y ojos negros con cejas pobladas miran con furia al
noble rostro de hombre de principios, gallardo,
simétrico, equilibrado, de Pacheco que le dice
¿ Qué?El engendro hediondo se aleja agitando
groseramente al aire el brazo pulgoso en cabestrillos
cantando: Ayy, Ayyy, Ayyy, el señor Jesucristo, Ayyy,
Ayyy, Ayyy, que pena más grande tengo…
Pacheco detiene a una chica embarazada que
ha presenciado la escena.
-¿ Ha visto y ha escuchado a eso?-
le pregunta dudando de la escena.
-SI, algo he escuchado- le responde
indiferentes rancándose la barriga la
embarazada.
Pues debería acompañarme
a la comisaria- le exhorta Pacheco sintiéndose
más tranquilo de no sufrir alucinaciones.Oh no es para tanto, a mi unos chavales
viniendo para aquí me han dicho guarra. Soy madre
soltera ¿sabe? También me han ofrecido hacer
una película porno. Por cierto, ¿está
usted casado?Pacheco le hace la señal de la
cruz y se aleja hablando solo:OH Recadero Centelles que suerte tienes
de descansar fusilado en tu tumba. Aunque ganamos la guerra,
la hemos perdido en la transición. Sin moral no hay
nada.Una fuente histórica en una
plaza morisca alegra el día caluroso. Sus aguas
frescas y blancas caen dichosas sobre una charca donde un
romano o un griego hubiera cantado a una ninfa perseguida por
un sátiro. Pacheco se agacha a beber cuando aparece un
renault megane cuyos ocupante le increpan: – No queremos que
nos filmes las carreras hijo puta, te vamos a matar.
Él sigue bebiendo. Mira su reflejo en las aguas. Su
imagen turbia se difumina entre las ondas:- Es solo cosa de
tu imaginación, ese coche no existe- se
dice.Además ¿ acaso yo filmo
algo?Al llegar a casa tomas dos pastillas
psiquiátricas y deja transcurrir el día. Las
sombras van cubriendo el pueblo, las campanas suenan a lo
lejos, y en la televisión los informativos aplauden al
valiente Rajoy por sus recortes.II parte.
La
blasfemiaMontes de Uixó, montes de
garrofera y piedra. Entre bancales siempre se encuentra
alguna casa humilde y abandonada, a veces son ocupadas, pero
ellas esperan otras gentes. Gentes de ayer, gentes de una
raza extinguida por el inmigrante andaluz, por el chulo
castellano, o el étnico indio-balcánico que
malvive para su desgracia y erradicación de su cultura
en pisos de protección oficial, afinado. Todos ellos
son palmeros del PP, y del faccioso militar, genocidas de la
raza Catalano-Valenciana, que dueños de está
tierra, ahora ante el usurpador inmigrante deben agachar la
mirada.Está nueva casta ensucia los
montes con escombros cuando se apropian de las
pequeñas construcciones centenarias de piedra seca
para hacerse un cortijo. Talan los arboles cómo el
algarrobo, el almendro, el alcornoque, el níspero,
para quemar su leña los domingos, venderla por los
bares, o plantar oliveras.Ocupan las plazas públicas
colaborando con la policía en los desalojos de los
manifestantes aborígenes que revindican : dignidad,
fueros y autogobierno, para en su lugar cantar salvas
rocieras. Silencian y humillan el pasado morisco de las
tierras de levante, e increpan al moro que trabaja de sol a
sol por cuatro monedas, y que al terminar su trabajo lo
veréis subir a los montes místico y profeta
para recordar su pasado califal hablando la lengua olvidada
de nuestras tierras, que nadie revindica más que la
sabia comunidad musulmana autóctona: El
algarabía.Una tarde mustia y aburrida en la
periferia ibérica. Madrid está siendo tomada
por manifestantes. En Vall d´Uixó los hispano-
chonis preparan una fiesta, y el moro Alí sube al
monte a por unos higos para su mujer que está enferma.
Cree Alí que una serpiente de cabeza blanca le silba
para encantarla y alimentarse de la leche de su pecho con el
que amamanta a su bebe dormido con la cola de la serpiente en
la boca. Alí busca a la serpiente y unos higos. Las
malas hierbas invaden el paisaje. Los bancales que un
día fueron la riqueza y prosperidad de alguien, ahora
son madrigueras de conejos y de escorpiones. Las ratas saltan
torpes y sonoras entre los matorrales. Alí camina con
cuidado de no meter el pie y partírselo entre las
piedras del camino cubierto por hierbajos amarillos y secos
sobrevolados por nubes de diminutas moscas
blancas.Para junto a una pequeña
vivienda atacada por un grupo de vándalos que han roto
las ventanas, robado el hierro de las verjas, de las puertas,
así cómo los cables de la luz para venderlo al
chatarrero. Al lado de la casa queda todavía una vieja
higuera que recuerda otros tiempos donde una familia de
agricultores subían los domingos a comer la paella con
cuchara de madera, y sentados en sillas de esparto, bajo la
sombra del árbol contemplaban felices, tranquilos, el
valle de Uixó repleto de campos de naranjos que
llegaban hasta el mar, y las pequeñas huertas que hoy
son PAI recalificados por bancos y constructoras.Una bici de descenso en el collado de
enfrente ve cómo la mano se Alí se alarga hasta
coger unas brevas, y luego cometido el delito, pausado,
camina el hombre tranquilo de campo buscando serpientes por
el suelo con una vara.El ciclista hace unas llamadas por el
móvil y cuenta la nueva.La tarde se oculta tras las
montañas, los cielos se tiñen de rojo, y el
bullicio alegre y festivo que aportan las etnias a la
sociedad se hace sentir en el pueblo.Un grupo de hispano-chonis sube a la
caseta de Peñacreus. Lo hacen manada de 20 batuecos.
Ascienden coreando insultos, patadas y gritos de cante jondo:
-Ayy, Ayyy, Ayyy, el señor que pena más grande,
Ayyy, Ayyy, Ayyy. De entre ellos destaca un en altura , cuyo
fracaso en la logse le hizo enrolarse militar voluntario para
Afganistán. Al ser el único con empleo es el
caudillo de la tropa.Hay que tabasar a los moros,
fungán tos a jalufo . Allí en Afgansitan
nos los cargábamos a base de bien. Aquí nos
achicaran- les comenta ilustrado al resto de chonis que
hacen señal afirmativa con el
cráneo.Que paguen el robo de los higos-
comenta resuelto un joven de cabeza rapada con la
camiseta de la selección española. Se hace
un porro delante de la caseta a la que han llegado
cómo refuerzo positivo por el esfuerzo.También hay que darle a
Pacheco- achula liando otro porro sentándose en un
bancal un chonis de 15 años delgado de hambre,
sucio, y abandonado por unos padres divorciados 14
años mayores que él. Vive el chonis con la
abuela que está harta de él.Si tíos, ese maricón
de Pacheco va criticando o algo parecido- gritan varios
chonis indignados. La jauría saca los diente y
escupen veneno. Comienza a dar patadas a las paredes de
la caseta. Un chonis semejante a un pollo, afectado de
conjuntivitis en un ojo, de la excitación se mete
el puño en la boca y lo muerde hasta hacerse
sangre. El ojo bueno se inyectan de sangre, y su cuerpo
apesta a pedos que se tira. Otro pega con la cabeza a un
pino, varias piñas caen.Tras varias caladas de porro y algo
de cerveza se les olvida la rabia.Que empiece el festuki- sacan dos
de ellos entre los matorrales una batería de
camión robada dos jornadas anteriores y que
ocultan entre la maleza. Conectan luces y el equipo de
música.
Surge sobre el mar iluminando las
sombras de la noche, la luna roja y vengativa para aquellos
Españoles que son injustos, la luna purpura para
aquellos latinos o gitanos que merecen repudio, castigo y
dolor, mientras en el barrio musulmán de Vall
d´Uixó, la luna asoma lechosa para aquellos que
siguen el camino recto. Los chonis no saben que toda oveja
tiene redil que la encierra.-¿ Va a venir la Cocos y la
Jessy, o qué?- pregunta el militar poniendo sus manos
sobre su pene que saca y agita.-Ostia ten calma, que son solo las
once, ahora llamó al Josele- le tranquiliza entre
risas de camaradas un colega pasándole la cerveza y
sacando el móvil.-¿ Va a venir la Cocos o
qué? ¿ y la Jessy qué?- le pregunta al
Josele el lenteja escupiendo saliva en las eses por faltarle
dos piños de la boca. Adorna a este engendro, sobre un
cuerpo delgado por falta de alimentos en la infancia, las
marcas en el cogote apepinado de las pedradas que
recibía en la escuela y en barrio.-Esperar un poco tíos que estoy
en el templo. Si que vienen, se están poniendo guapas-
de fondo se escucha el canturreo fanático: levantando
las manos al señor, levantando las manos al
señor…La cuadrilla que comparten porros y
cerveza miran al lenteja y le preguntan al
unisono:-¿Qué?
-El Josele está en el templo,
dentro de un momento llega.Entre ansiedades, desespero, golpes a
objetos, exhibición de patadas de karate y drogas
hacen tiempo hasta que aparece el Josele con las coimas.
Silbidos, aplausos, y guapas, guapas, reciben a un par de
chicas maquilladas extravagantemente y que se complementan
físicamente. Una es gorda, la otra onoréxica.
Los chonis les dan unas cervezas que engullen cómo
señoritas educadas eructando al terminarlas. La
música bakalado les embriaga de vida y se dejan llevar
las dos amigas mientras son sobadas por todas
partes.La más bajita, la Cocos,
regordita con peinado semejante a un argamboy , sufre retraso
intelectual y ninfomanía aguda. Sonríe al grupo
de forma amable dejando ver sus dientes podridos que adorna
un rostro redondo de pan quemado. Su amiga, la Jessy, hija de
una yonki que se prostituía por una dosis, de cuyo
padre se dice que puede ser cualquier del pueblo, es agarrada
por el soldado con el que tiene cierto parecido
familiar.Pacheco despierta cómo todas las
noches al tañer de las campanas cuando da la
medianoche. Coge la cámara y sale a la fosa
común de Recaredo Centelles. El espíritu del
santo le aguarda y le guía en silencio hasta la
caseta. El chirriar de los grillos, la tonadilla de los sapos
que melancólicos saludan a la luna da paso a los
gritos, jadeos, suspiros, golpes de la
orgía.El militar tirando la botella de
coñac vacía al suelo se coloca un turbante y da
voces de alférez:Mirad soy Mahoma y me follo a la
Jessy. La muchacha con la bragas bajadas y agarrada por
el militar del brazo retorcido en su espalda con una
llave de konfu, ríe la gracia. Con las botas le
abre sus delgadas piernas que quedan en forma de V
invertida. Esto es lo que le hacemos a las putas de
Afganistán el ejercito Español. Algunas son
niñas de 12 años que tienen las piernas
más delgaditas que la Jessy, o que mis brazos.
Carne tierna mora, carne deliciosa, no probaréis
nada igual. Mahoma es grande.El grupo ríe. La Cocos de
rodilla va pasando la boca por los penes sudorosos de la
pandilla, que ayudan y facilitan en trabajo de la
muchacha empujando su gruesa cabeza contra sus cojones,
sonando entre sus diente podridos el tono de las
castañuelas gitanas.Pacheco regresa a casa
acompañando hasta la tumba a Recaredo Centelles.
De rodillas ante el crucifijo ora el padre nuestro, bebe
leche y agua, reza el padre nuestro de rodillas ante el
Crucificado y duerme cómo un bendito.Al día siguiente el orden
del mundo sigue su curso. El kikiriki de los gallos de
los corrales de San Antonio le despiertan al despuntar el
alba.Por la calles siguen las
apariciones de voces desconocidas que le increpan y le
insultan en su camino al psiquiatra.-Señor Pacheco
¿conoce la hipnosis?- le pregunta el
psiquiatra.Claro doctor- responde
Pacheco.Quiero que siga este reloj con la
mirada- el doctor saca un reloj de pulsera y lo pasa por
los ojos a Pacheco susurrándole- Va usted a
quedarse dormido. Cuando escuche los chasquidos de mis
dedos me contará que hizo usted por la
noche.Pacheco en trance se va relajando
poco a poco, su rostro de hombre de orden se suaviza poco
apoco, sus músculos se relajan tumbados en el
diván.Estoy en la cama y siento una
llamada, la de Recaredo Centelles, el beato de la Vall
d´Uixó fusilado por las hordas rojas. Me
levanto, cojo la linterna y una cámara de
vídeo para mostrar a los varones de PP, a la bien
amada Guardia Civil, y a mis queridos amigos de falange
lo que hacen los ciclistas de montaña en un lugar
santo. Camino por ribazos guiado por el Santo. Me lleva a
una pequeña caseta de montaña cerca de las
trincheras. Escucho gritos de mujeres. Me asomo y pienso
que son un par de monjas violadas por los socialistas o
los de Izquierda Unida de Vall d´Uixó. Las
chicas están rodeadas por más de 20
hombres. Me acerco reptando más. Hay un muchacho
alto vestido de militar y con turbante. Le oigo decir que
es Mahoma, cuenta lo que hacen los soldados
Españoles en Afganistán. Yo por supuesto
estoy a favor, aplaudo en silencio sus comentarios. Me
doy cuenta de que todo está en orden y de que solo
se trata de unos muchachos inocentes pasándolo
bien. Vuelvo a casa por las trincheras y me despido de
Receredo Centelles. En casa subo el vídeo a
youtube. Bebo leche y agua, rezo y me acuesto.El psiquiatra toma unas
anotaciones.Ahora cuando cuente tres usted
despertara y recordará lo que ha hecho ésta
noche, tres- observa tras despertarlo la reacción
de Pacheco. Su rostro es el de alguien atormentado por
los remordimientos. Retuerce los labios, se lleva las
manos a la cara, balbucea:Soy, soy,
sonámbulo.Si- le dice el
psiquiatra.Angelillo de Uixó acosado,
amenazado y perseguido desde el 2010 por la etnia gitana
y chonis por hacer vídeos de sus carreras ilegales
en el barrio de Texas. El Ayuntamiento gobernado por el
PP de Vall d´Uixó es cómplice de
está situación y responsable de lo que vaya
a pasar.Ángel Blasco
Giménez.
Autor:
Ángel Blasco
Giménez