Monografias.com > Agricultura y Ganadería
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Comportamiento reproductivo de nuevos genotipos de verracos en una granja comercial porcina



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Materiales y Métodos
  3. Resultados y
    Discusión
  4. Conclusiones
  5. Referencias
    Bibliográficas
  6. Anexos

Introducción

Aplicar las estrategias más adecuadas para la
producción de proteína animal a partir de las
condiciones existentes y los recursos disponibles en los
países tropicales del Tercer Mundo, es una
problemática compleja y difícil por las premisas a
partir de las cuales tiene que desarrollarse. Las condiciones
existentes para la producción animal en estos
países se caracterizan por la poca disponibilidad de
tierra por habitantes, elevado crecimiento demográfico,
bajos niveles de insumo y fracaso de transferencia de
tecnologías de países desarrollados (Figueroa,
Vilda, 1994).

En nuestro país la producción de carne es
el objetivo principal, tratando de lograr con animales mejorados
genéticamente, un aumento en la eficiencia de la
producción, optimizando sus caracteres productivos y
reproductivos y asegurando su salud (Cervantes et al.,
1991).

González (2003) refiere que el manejo
reproductivo en la crianza porcina, es fundamental para alcanzar
índices óptimos que siempre significan una mejor
rentabilidad de la inversión dentro de la moderna
explotación porcina. En la porcicultura la
reproducción es la actividad que garantiza el éxito
y el crecimiento de la masa. Es el proceso más complejo de
este sistema productivo y el que requiere mayor
especialización, "sin una buena base reproductiva no
habrá eficiencia en la explotación".

Flowers (1998) señala que en el proceso de
cubrición, cuando se considera la granja en su conjunto,
el verraco individual tiene un impacto mucho mayor que la hembra
en la eficiencia reproductiva. En el mejor de los casos, una
hembra produce alrededor de 25 lechones al año, mientras
que un verraco puede dar lugar a una media de 500, si se emplea
la monta dirigida, lo cual significa que su productividad es 20
veces superior a la alcanzada por las hembras.

No todos los genotipos tienen el mismo nivel de
exigencias, por lo que su uso está en función del
tipo de explotación, y de forma general, se recomienda que
para rebaños con buenas condiciones de instalaciones,
alimentación y salud deben utilizarse machos
híbridos Duroc x L35, Hampshire x L35 y CC21 x L35
(Planas, Teresa et al., 2004).

Con el propósito de lograr mayor eficiencia y
calidad en la producción de carne de cerdo en la
porcicultura especializada, Planas, Teresa et al. (2004) refieren
que desde hace algunos años, el país está
enfrascado en la producción de verracos terminales
triraciales con la creación de una línea L35 a
partir de la raza Pietrain Belga y la línea L63 de la PIC
del Reino Unido. Esta L35, según los investigadores, son
animales fuertes, sólidos y asociados a una hipertrofia
muscular que les confiere una excepcional conformación,
aunque son susceptibles al estrés. Es utilizado sobre
hembras Duroc, Hampshire y CC21 para producir machos
híbridos triraciales comerciales.

Arias, Teresa et al. (1996) apuntan que en el caso de la
raza sintética cubana CC21 y la línea L35, son
utilizadas como verracos terminales en el esquema nacional de
cruzamiento.

Estudios realizados por Trujillo (1990) y Santana et al.
(1993) indican que es una opción favorable para el cruce
final y de hecho se utiliza en la producción
comercial.

La raza Duroc Jersey participa en la obtención de
machos híbridos terminales que se utilizan sobre las
hembras F1 para producir cerdos destinados al consumo (Planas,
Teresa et al., 2004). La raza Landrace se utiliza sobre la hembra
Yorkshire para la obtención de hembras híbridas a
utilizar a escala comercial (Rico, Carmen y Pérez, Tania,
2004).

El número de lechones al parto también se
considera un criterio integral del comportamiento reproductivo.
Existen varios factores que pueden afectar este comportamiento,
entre ellos, la época del año, la paridad de las
cerdas, la raza de ambos reproductores y el nivel de
nutrición, entre otros (Del Toro, Yolanda, et al. 2004).
Estos autores también se refieren a la influencia que
ejercen sobre la calidad espermática, factores de tipo
ambiental como el mes, el año, la raza y la edad del
verraco.

La influencia de los efectos de la estación del
año sobre la producción de semen se debe a dos
parámetros: la temperatura y el fotoperiodo, donde el
ambiente parece ser uno de los factores más importantes
(Rozeboom, 2001).

Considerando los elementos antes expuestos perseguimos
con el desarrollo de este trabajo comparar la respuesta
reproductiva de tres genotipos de verracos (CC21 x L35; Duroc x
L35 y Landrace) a partir del comportamiento de sus camadas al
nacer.

Materiales y
Métodos

El trabajo se realizó en la granja Charles Morell
de la Empresa Porcina de Camagüey, ubicada en la carretera
Paso de Lezca, Km. 6 ½. Limita al norte con el batey de
Santa Teresa, por el sur y el este con la Empresa Forestal
Integral y al oeste con el camino de Santa Teresa.

El experimento se condujo para comparar las respuestas
reproductivas de los genotipos de verracos existentes, a partir
del comportamiento de sus camadas al nacer. Para ello se tomaron
los datos de 525 partos pertenecientes a 240 cerdas del cruce
Yorkshire x Landrace ocurridos durante el año 2004. Estas
hembras fueron servidas con verracos de los cruces CC21 x L35
(22), Duroc Jersey x L35 (siete) y la raza pura Landrace (ocho);
con edades promedio de 20.5 meses. La distribución de las
observaciones por efectos considerados en el modelo
matemático se muestra en el Anexo 1.

Se controló la evaluación
espermática de los verracos en este año, donde se
muestran los parámetros medios de los sementales en la
Anexo 2, comparándose con los que reportan López et
al. (2001) como normal, estos datos fueron extraídos de
las tarjetas de control del verraco.

Se utilizó el método de monta dirigida y
el celaje se realizó mediante el uso de verracos
testificadores aplicando el método de no retorno al
celo.

Las cochinatas fueron cubiertas en la hora cero y a las
12 horas posteriores de haberse detectado el celo. Las cerdas
multíparas se cubrieron a las 12 horas de la
detección y su segunda cubrición se realizó
a las 12 horas después de la primera. Estas dos
cubriciones se hicieron con dos verracos diferentes
pertenecientes al mismo genotipo.

El alimento empleado en las reproductoras fue pienso de
cerdas gestantes suplementado con miel B según la
tecnología de alimentación establecida
(López et al., 2001).

A los verracos se les ofreció una
alimentación a base de pienso reproductor comercial de
acuerdo con lo estipulado por la Unión de Empresas
Porcinas (Manual de Crianza Porcina, 1990). Estos animales
estuvieron alojados en locales que cumplen con los requisitos
necesarios para su explotación (López et al.,
2001).

Las variables dependientes estudiadas fueron:
crías nacidas vivas (CNV), total de crías nacidas
(TCN), crías nacidas muertas (CNM) y su peso promedio al
nacer (PPN), que fueron obtenidas de las tarjetas de control de
la cerda.

Se evaluó la influencia de la estación del
año en que transcurrió la gestación,
dividiéndola por trimestres, denominados 1 (diciembre –
febrero), 2 (marzo – mayo), 3 (junio – agosto) y 4 (septiembre –
noviembre), respectivamente y se consideró además,
el número de partos de la puerca (NP), agrupándolas
en cerdas de uno y dos partos, de tres a cinco partos y de seis
partos o más.

Otras de las variables independientes fue el genotipo de
los verracos denominándose genotipo 1 (Duroc Jersey x
L35), genotipo 2 (Landrace) y genotipo 3 (CC21 x L35).

Los datos se procesaron por sistema computarizado
mediante el programa estadístico SPSS versión 11.0,
y para el análisis estadístico de los resultados se
empleo un modelo lineal por el método de los
mínimos cuadrados, estimándose las medias generales
y el error estándar para los rasgos estudiados.

El modelo matemático empleado fue:

Monografias.com

Resultados y
Discusión

Tabla 1 Resultados del análisis de
varianza.

Variables Independientes

Total de Crías
Nacidas

Crías Nacidas
Vivas

Crías Nacidas
Muertas

Peso Promedio al Nacer

Genotipo

NS

NS

NS

NS

Nº Partos de la
Cerda

NS

NS

NS

**

Trimestre del Año

**

NS

**

**

** Significación p < 0.01 NS: No
significativo.

En la Tabla 1 se muestran los resultados del
análisis de varianza, donde se observa que el genotipo del
verraco no ejerce efecto de significación sobre las
variables estudiadas, lo que coincide con Santana, Isabel et al.
(1995), quienes compararon verracos CC21, Yorkshire, Landrace y
Duroc y observaron que el genotipo paterno no tuvo influencias
sobre el resultado de las camadas. En otro trabajo realizado por
González et al. (2005) en la propia unidad concluyeron que
los genotipos de los verracos no mostraron efectos de
significación sobre las crías nacidas vivas y sus
pesos promedio.

Diéguez et al. (1998) recomienda la
utilización de cualquiera de los verracos F1 con 50 % de
genes L35, preferentemente L35 x CC21 ó L35 x
Hampshire.

El número de partos de la cerda no tuvo
influencias significativas sobre el total de crías
nacidas, las crías vivas y las crías muertas, al
contrario de lo reportado por Santana, Isabel et al. (1995)
quienes encontraron que la paridad fue altamente significativa en
las crías nacidas y las crías vivas. Sin embargo,
en este trabajo si se encontró significación (p
< 0.01) para el peso promedio al nacer. Este resultado puede
atribuirse a la forma en que se agruparon las cerdas por
número de partos (cerdas de uno y dos partos, de tres a
cinco partos y de seis o más partos), Dora et al. (1998) y
Sal (2001) plantean que con el número de partos se observa
una tendencia a aumentar el tamaño de la camada hasta el
cuarto o quinto parto, por lo que el peso promedio al nacer de
los cerditos es menor. González et al. (2005) no
reportaron efectos de significación del número de
partos de la cerda con el peso promedio al nacer de los cerditos,
esto quizás se deba a la forma de agrupar las cerdas
(cerdas de uno y dos partos y cerdas de tres y cuatro
partos).

Al valorar el efecto del trimestre del año con
relación a los rasgos del comportamiento de la camada al
nacer, solo no encontramos significación para el total de
crías nacidas vivas. Este resultado no coincide con lo
reportado por González et al. (2005). Este resultado
contradictorio puede explicarse debido a que en el trabajo
reportado por los autores anteriores se evaluaron dos
épocas (lluvia y seca) y el nuestro fue evaluado por
trimestres.

Tabla 2 Comportamiento del total de crías nacidas
respecto al trimestre del año.

Trimestre

X ± ES

Diciembre – Febrero

10,750 ± 0.227 ab

Marzo – Mayo

11,385 ± 0.221 b

Junio – Agosto

11,197 ± 0.212 b

Septiembre – Noviembre

10,413 ± 0.196 a

El tamaño de la camada está conformado por
los nacidos totales, en los que se incluyen los nacidos vivos,
los muertos y los momificados (Huerta, 2004).

El tamaño de camada total promedio durante el
año fue de 10.9 crías, resultando similar al
reportado por Kamyk et al (2001) en granjas en Polonia que fue de
10.7 crías.

En la Tabla 2 para el comportamiento del total de
crías nacidas respecto al trimestre del año, se
observa diferencias significativas (p < 0.01) de los tres
primeros trimestres con respecto al cuarto. Esto puede estar dado
a que las cubriciones y la gestación de los partos del
cuarto trimestre ocurrieron en el período en que
más inciden las altas temperaturas (tercer
trimestre).

La influencia de la estación del año sobre
la producción de semen ha sido fruto de varios trabajos.
La época de cubriciones influye notablemente en el
comportamiento reproductivo, estos indicadores se ven afectados
por las altas temperaturas y la humedad, por lo que en los meses
de verano son frecuentes las repeticiones de celo, el incremento
de la mortalidad embrionaria y por tanto, la obtención de
menor número de crías por parto (IIP,
2003).

Las altas temperaturas afectan la producción y
maduración espermática, reduciendo la calidad del
eyaculado y afectando la tasa de fertilización y el
número de lechones nacidos (Alejandro, 2000). Temperaturas
mayores de 25 ºC tienen efecto negativo en la
estación del año, aumentando en el verano tres
días más el intervalo destete – celo (Prunier et
al., 2002 y Stancic et al., 2002).

Tabla 3 Comportamiento de las crías nacidas
muertas respecto al trimestre del año.

Trimestre

X ± ES

Diciembre – Febrero

1,034 ± 0.152 ab

Marzo – Mayo

1,541 ± 0.149 bc

Junio – Agosto

1,689 ± 0.143 c

Septiembre – Noviembre

0,942 ± 0.132 a

En la Tabla 3 se refleja el comportamiento de las
crías nacidas muertas para los trimestres del año.
En la misma se aprecia diferencias significativas (p < 0.01)
para los trimestres primero y tercero, y del cuarto trimestre con
el segundo y tercero respectivamente. Como se puede observar el
trimestre de peor comportamiento fue el correspondiente al
verano, lo que corrobora los efectos de las altas temperaturas
sobre la camada al nacer.

Cárdenas et al. (2002) reportaron una mortalidad
al nacimiento de 1.3 lechones, lo que coincide con la media
general de los valores obtenidos en nuestra investigación,
aunque los resultados en los trimestres dos y tres se encuentran
muy por encima de lo reportado en la literatura. Linares et al.
(1998) en un estudio con los genotipos Yorkshire/Landrace,
Yorkshire/Duroc, Yorkshire, Large White, L35 y cerdas mestizas
obtuvieron 0.17; 0.55; 1; 0.48; 0 y 0.39 lechones nacidos muertos
respectivamente.

El peso promedio al nacer es un elemento importante y
está relacionado con la viabilidad del cerdito, para
Flores (2003) los cerdos que nacen de menor peso seguirán
siendo los que menos se desarrollan hasta la edad de venta,
añadiendo que lo mismo sucede con los que salen de menor
peso al destete, que nunca recuperan el peso que dejaron de
ganar.

El peso promedio al nacer debe estar por encima de los
1000 g y los animales que nacen confesos superiores serán
más viables. En igual sentido Rooke et al. (2001) exponen
que la mortalidad pre destete decreció significativamente
con el incremento individual del peso al nacer, aumentando cuando
los lechones tuvieron un bajo peso al nacimiento.

La media general para el peso al nacer obtenida fue de
1334 g, siendo ligeramente inferior a lo reportado por
González et al. (2005), con 1430 g, en un trabajo
realizado con camadas de los mismos genotipos de
verracos.

Tabla 4 Comportamiento del peso promedio al nacer
respecto al trimestre del año.

Trimestre

X ± ES

Diciembre – Febrero

1348,862 ± 15.910
bc

Marzo – Mayo

1388,131 ± 15.513
c

Junio – Agosto

1324,364 ± 14.914
ab

Septiembre – Noviembre

1290,865 ± 13.763
a

En la Tabla 4 se muestra el peso promedio al nacer
respecto al trimestre del año y se observa que el peso
promedio en el último trimestre fue significativamente
inferior a los dos primeros trimestres del año,
evidenciándose una ves más el efecto negativo de
las altas temperaturas durante el proceso de
gestación.

Durante las temporadas calurosas los cerdos comen menos,
deprimiéndose el aumento de peso (Mc Glone, 1987), esto
repercute en el crecimiento y desarrollo de los embriones en el
caso de las cerdas gestantes, provocando el nacimiento de
crías con bajo peso.

El número de partos de una cerda es un elemento a
considerar cuando se valora su productividad. En este sentido
Dora et al. (1998) y Sal (2001) plantean que con el número
de partos se observa una tendencia a aumentar el tamaño de
la camada hasta el cuarto o quinto parto.

Huerta (2004) recomienda que las cerdas se deben
eliminar cuando tienen 3.5 partos. Sin embargo, en la Tabla 5 se
observa que las cerdas hasta el quinto parto garantizan un buen
peso al nacer.

Tabla 5 Comportamiento del peso promedio al nacer
respecto al número de partos de la cerda.

Nº de Partos

X ± ES

1 – 2

1334,765 ± 12.926
b

3 – 5

1348,883 ± 10.138
b

6 o más

1259,491 ± 23.318
a

Al analizar los pesos promedios se observa que el grupo
de cerdas con seis o más partos difieren (p < 0.01) de
los otros grupos de partos, no obstante, estas muestran pesos
promedio por encima de 1200 g que se corresponde con la
literatura como un peso aceptable.

Al comparar los grupos de puercas de uno y dos partos
con el de tres a cinco partos no hay diferencias en el peso
promedio al nacer, lo cual coincide con lo reportado por
González et al. (2005).

Las medias mínimas cuadráticas del
comportamiento de la camada al nacer respecto al genotipo del
verraco, a los trimestres del año y al número de
partos de las cerdas aparecen en los anexos 3; 4 y 5
respectivamente.

La determinación de los costos de
producción es de gran importancia para la toma de
decisiones correctivas, que permitan mantener a las empresas con
márgenes aceptables de utilidad, que faciliten tener
recursos económicos ahorrados para enfrentar las crisis
del mercado de la industria porcina (Huerta, 2004).

Si bien es cierto que el margen de utilidad está
en función de la ley de oferta y demanda, que actualmente
está determinada por la globalización de los
mercados, la única herramienta que tenemos para ser
competitivos es hacer más eficiente la producción
de cerdos (Huerta, 2004).

El nivel de producción tiene un gran efecto sobre
el costo de producción como lo indican Fonseca et al.
(2000) cuando reportan que una cerda consume una tonelada de
alimento al año, independientemente del número de
lechones destetados y obviamente, cuanto menos destete mayor
será el costo de producción.

Al no existir diferencias de significación para
el total de crías nacidas entre los genotipos, no se
reportan diferencias para el costo de producción entre
ellos.

Conclusiones

  • 1. El genotipo de los verracos no mostró
    efectos de significación sobre el total de
    crías nacidas, las crías nacidas vivas,
    crías nacidas muertas y el peso promedio al
    nacer.

  • 2. El número de partos tuvo diferencias
    significativas con respecto al peso promedio al nacer, no
    así para el resto de las variables en
    estudio.

  • 3. El total de crías nacidas, las
    crías nacidas muertas y el peso promedio al nacer
    presentaron significación con respecto a los
    trimestres del año.

  • 4. Los valores medios para el total de
    crías nacidas, crías nacidas vivas y el peso
    promedio al nacer pueden catalogarse como buenos;
    evidenciando la calidad de sus progenitores.

  • 5. Los efectos ambientales en el periodo de
    calor afectaron significativamente el total de crías
    nacidas, las crías nacidas muertas y el peso promedio
    al nacer.

Referencias
Bibliográficas

  • 1. Alejandro, R. Buscando la
    Calidad. Ganado Porcino. Disponibilidad URL:
    http://www.ganporcinosreproduc11.com. Madrid. 2000.
    (Consultado: mayo de 2005).

  • 2. Arias, Teresa; Diéguez,
    F.; Del Toro, Yolanda y M. Tosar. Potencial reproductivo de
    cochinatas de varias razas: Caracterización del tracto
    reproductivo, tasa de ovulación y mortalidad
    embrionaria de cochinatas L35 y CC21. Revista Computadorizada
    de Producción Porcina. Vol. 3. Nº 3: 12 – 18.
    1996.

  • 3. Cárdenas H.; Oliva A.;
    Pineda, Anabel. y G. Laínez. Producción y
    comercialización de carne de cerdo en Honduras.
    Reporte Final. EconomíaSociedad – Ambiente (ESA
    Consultores). JICA – SAG/DICTA. pp. 15 – 16. Honduras.
    2002.

  • 4. Cervantes, A; García, A
    y O. López. Manual de Crianza Porcina. Centro de
    Información y Documentación Agropecuaria.
    Ciudad de La Habana. 1991.

  • 5. Del Toro, Yolanda; Arias,
    Teresa; Diéguez, F. y G. Morales. Efecto de las razas,
    el mes y el año sobre la calidad espermática y
    la producción de dosis en un centro de procesamiento
    de semen porcino. Instituto de Investigaciones Porcinas.
    Disponibilidad URL:
    http://www.sian.info.ve/porcinos/publicaciones/rccpn/rev42/yolanda.htm.
    La Habana. Cuba. 2004. (Consultado: mayo 2005).

  • 6. Diéguez, F.; Tosar, M.;
    Pérez, Iris; Del Toro, Yolanda y Arias, Teresa.
    Comparación de varios tipos de verracos para la
    producción de cerdos en Cuba. Porcicultura `98. IV
    Congreso Nacional de Porcicultura. Pp. 39 – 40.
    1998.

  • 7. Dora, J.; Achong, O.; Pérez, Dania y
    R. Alonso. Comportamiento reproductivo de las cerdas
    según su paridad al cubrirse. Porcicultura `98. IV
    Congreso Nacional de Porcicultura. Pp. 46. 1998.

  • 8. Figueroa, Vilda. El Instituto de
    Investigaciones Porcinas, su aporte a la porcicultura cubana
    y los nuevos desafíos para el futuro. Instituto de
    Investigaciones Porcinas. Disponibilidad URL:
    http://www.sian.info.ve/porcinos/publicaciones/rccpn/rev11/rcpp11art1.htm.
    Vol. 1 Nº 1. La Habana. 1994. (Consultado: mayo
    2005).

  • 9. Flores, A. Efecto del peso al nacimiento
    sobre el peso a 150 días de edad. Tesis de
    Licenciatura en MVZ. Buap. Pp. 45. 2003.

  • 10. Flowers, W. Management of the boar used for
    insemination. V Symposium Internacional de
    Reproducción e Inseminación Artificial en
    Porcinos. Memorias. León. Pp. 77 – 92. México.
    1998.

  • 11. Fonseca, R.; Pruzzo, L.; Margon, D. and S.
    Miranda. Development of a selection goal for a swine
    production system in Argentina. Vol. 15. Nº 1 y 2. pp. 5
    – 19. 2000.

  • 12. González, C. Elementos
    prácticos para mejorar la reproducción porcina.
    Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad de
    Camagüey. 2003. En Imprenta.

  • 13. González, H.; Fernández,
    Yoanna; Pérez, A.; Rojas, Yanis. Comportamiento de
    nuevos genotipos de verracos en una granja comercial porcina.
    Resultados preliminares. Facultad de Ciencias Agropecuarias.
    Universidad de Camagüey. Pp. 23 – 25. 2005.

  • 14. Huerta, C. Determinación de los
    parámetros de la producción porcina tecnificada
    en México. Tesis presentada en opción al grado
    científico de Doctor en Ciencias Veterinarias. Pp. 13.
    Mexico. 2004.

  • 15. IIP. Como producir más y mejor.
    Grupo de Biología de la Reproducción. Rev.
    ACPA. Nº 3. pp. 35 – 38. 2003.

  • 16. Kamyk, P.; Walkiewicz, A.; Bajda, Z. and M.
    Bakiz. Population development and performance level of
    Pulawska pigs in 1995 – 2001. Agricultural University. Annals
    of animal science Lublin, Poland. Vol. 1. Nº 9. pp. 89 –
    94. 2001.

  • 17. Linares, A.; García, Cristina y J.
    Dora. Comportamiento reproductivo de las cerdas según
    su raza y genotipo. Porcicultura `98. IV Congreso Nacional de
    Porcicultura. Pp. 43. 1998.

  • 18. López, O; Pérez, J. y A.
    García. Procedimientos técnicos para la crianza
    porcina. MINAG. Instituto de Investigaciones Porcinas. Pp.
    139. Ed: Agrinfor. La Habana. 2001.

  • 19. Manual De Crianza Porcina 1990. Ministerio
    de la Agricultura. Unión de Empresas Porcinas. Pp.
    100. La Habana. 1990.

  • 20. McGlone, J. Manejo de cerdas durante
    temporadas de calor. 1er Congreso Nacional de SOVVEC. Vol. 2.
    Nº 1. Maracay. Venezuela. 1987.

  • 21. Planas, Teresa; Rico, Carmen y Ribas,
    Miriam. La genética en manos del criador. Manual
    Práctico. ACPA. Pp. 98. La Habana. 2004.

  • 22. Prunier, L. and M. Lynch. Return to oestrus
    after weaning. Pig news and information. Vol. 3. Nº. 4.
    pp. 96. 2002.

  • 23. Rico, Carmen y Pérez, Tania. El
    cerdo y su mejora genética. En: La genética en
    manos del criador. Manual Práctico. Pp. 49. ACPA. La
    Habana. 2004.

  • 24. Rooke, J.; Suiclair, A.; Edwards, S.;
    Cordova, R.; Pkiyach, K.; Penny, P.; Finde, M. and W. Horgan.
    The effect of feeding salmon oil to sows throughout pregnancy
    on pre – weaning mortality of piglets. Journual Animal
    Science. Nº 73. pp. 489 – 500. 2001.

  • 25. Rozeboom, K. Factores importantes en la
    conservación de la calidad del semen fresco. Cerdos.
    Año 4. 2001.

  • 26. Sal, R. Comportamiento reproductivo de las
    cerdas según la paridad. Rev. Porcicultura. Madrid.
    2001.

  • 27. Santana, I.; Trujillo, F. y F.
    Diéguez. Uso de verracos CC21 en el cruce terminal.
    Zootecnia. Vol. 3. Nº 3: pp. 7 – 25. Cuba.
    1993.

  • 28. Santana, Isabel; Diéguez, F.;
    Trujillo, G. y B. Gracía. Comportamiento reproductivo
    de cerdas de un crucero rotacional apareadas con verracos
    yorkshire, landrace, duroc y cc21. Instituto de
    Investigaciones Porcinas. Disponibilidad URL:
    http://www.sian.info.ve/porcinos/publicaciones/rccpn/REV22/CHABELA.htm.
    Vol. 2. Nº 2. La Habana. 1995. (Consultado: mayo de
    2005).

  • 29. Stancic, B.; Gagrcin, M. and S. Korcin.
    Effect of season on fertility of rows. Veterinarski Glosnik.
    Vol. 56. Nº. ½. Pp. 97 – 104. Belgrad.
    Yugoslavia. 2002.

  • 30. Trujillo, G. Evaluación comparativa
    de verracos puros y cruzados. Inf. Resultado 506-03-02. pp.
    ©25. Instituto de Investigaciones Porcinas.
    1990.

Anexos

Anexo 1. Distribución de las observaciones por
efectos considerados en el modelo matemático
empleado.

Identificación

Nº de Observaciones

Total de partos:

525

Genotipo 1: Duroc x L35

122

Genotipo 2: Landrace

115

Genotipo 3: CC21 x L35

288

Trimestre 1

116

Trimestre 2

122

Trimestre 3

132

Trimestre 4

155

Cerdas de 1 a 2 Partos

179

Cerdas de 3 a 5 Partos

291

Cerdas de 6 o más
Partos

55

Anexo 2. Evaluación espermática de los
sementales comparada con los parámetros para considerar un
semen como normal o apto (López et al., 2001).

Características

UM

(López et al., 2001)

Rango Optimo

Valor Promedio Alcanzado

Volumen

ml

200

80 – 630

250,97

Olor

Albumideo

Propio

Color

Blanco

Blanco – lechoso Blanco –
grisáceo

Blanco

PH

7

6,8 – 7,8

6,85

Motilidad

%

70

60 – 85

77,18

Concentración espermática

106 /ml

250

150 – 500

299,25

Espermatozoides normales

%

90

80 – 100

92,11

Espermatozoides patológicos

%

10

0 – 20

7,89

Evaluación Final

Aptos

Anexo 3. Medias mínimas cuadráticas del
comportamiento de la camada al nacer respecto al genotipo del
verraco.

GENOTIPO

CNV

CNM

PPN

TCN

Duroc x L35

Media

9,69

1,30

1325,70

10,98

Error estándar

0,183

0,156

15,656

0,219

Landrace

Media

9,72

1,62

1345,78

11,34

Error estándar

0,177

0,156

13,422

0,220

CC21 x L35

Media

9,55

1,16

1334,10

10,71

Error estándar

0,119

0,096

10,986

0,148

Total

Media

9,62

1,29

1334,70

10,91

Error estándar

0,087

0,073

7,622

0,108

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter