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La disciplina social: Su contribución a la formación ciudadana del adolescente



  1. Resumen
  2. La escuela y su
    contribución al desarrollo social
  3. El adolescente de
    secundaria básica
  4. La educación
    cívica y la formación ciudadana de los
    adolescentes
  5. Bibliografía

El tema relacionado con la Disciplina Social y su
contribución a la formación ciudadana del
adolescente de Secundaria Básica constituye una arista
importante y novedosa del desarrollo dentro de las
investigaciones sociales y educativas, el cual no ha sido
recurrentemente tratado dentro de estos estudios, es necesario el
conocimiento de los fundamentos epistémicos que sustentan
dicho tema para poder enfrentar las crecientes manifestaciones de
indisciplina social que se revelan en la sociedad cubana actual
en los adolescentes de Secundaria Básica, que atentan
contra una formación ciudadana adecuada, las cuales
constituyen rasgos de la cultura en el proceso de
interacción del hombre con su medio.

Palabras claves en español

Disciplina, social, formación ciudadana,
adolescente.

Abstract

The theme related to Social Discipline and its
contribution to citizenship education in junior high adolescents
is an edge of important new development in social and educational
research, which has been repeatedly treated in these studies, it
is necessary epistemic knowledge of the fundamentals that
underpin this issue in order to meet the growing forms of social
indiscipline revealed in Cuban society in junior high teens,
which hinder a proper civic education, which are traits of
culture the process of interaction between humans and their
environment. The theme related to Social Discipline and its
contribution to citizenship education in junior high adolescents
is an edge of important new development in social and educational
research, which has been repeatedly treated in these studies, it
is necessary epistemic knowledge of the fundamentals that
underpin this issue in order to meet the growing forms of social
indiscipline revealed in Cuban society in junior high teens,
which hinder a proper civic education, which are traits of
culture the process of interaction between humans and their
environment.

Keys words

Discipline, social, civic education,
adolescent.

  • La escuela y su
    contribución al desarrollo social

La escuela como institución y el profesor como
agente socializador enfrentan el reto de abrir las puertas del
siglo XXI introduciendo cambios en su organización, en su
quehacer y lograr que estos no se operen sólo en el
discurso sino en el accionar cotidiano del profesor. Asistimos a
un período de cambio a nivel mundial, en el que para
muchos el futuro se presenta incierto: cambian las demandas de la
sociedad y de los individuos, la situación internacional
es otra, aparecen nuevas reglas de juego y se modifican los roles
de las instituciones, los agentes y surgen nuevos actores
sociales. Los sistemas educativos no se mantienen inertes, se han
iniciado procesos de reformas y transformaciones, derivadas de la
concientización del agotamiento de un modelo tradicional
que no ha conciliado el crecimiento cuantitativo con niveles
satisfactorios de calidad y equidad, ni de satisfacción de
las nuevas demandas sociales. El funcionamiento óptimo de
los sistemas educacionales se convierte en una prioridad de los
países para garantizar la preparación de ciudadanos
para sobrevivir en sociedades complejas.

En este marco, la escuela emerge como una
institución abierta a las demandas de su contexto y con
grados crecientes de autonomía, manifestación de
uno de los cambios más significativos que se sucedieron en
los sistemas educativos.

En la política educacional de la República
de Cuba se establece de forma precisa como la escuela ha de
desempeñar un papel cada vez más destacado como
centro del sistema de influencias educativas de niños y
adolescentes, para lo cual es preciso llevar a cabo una
permanente labor encaminada a perfeccionar el sistema nacional de
educación, elevar la calificación del personal
docente, ampliar y mejorar las instalaciones y crear otras
nuevas.

Nuestras instituciones educativas han avanzado en el
reconocimiento de acciones nacionales para contribuir al
desarrollo social para ello se han auxiliado mayoritariamente a
través de los medios de comunicación masiva con el
fin de crear una conciencia que favorezca la prevención de
fenómenos contrarios al desarrollo de la
sociedad.

Esta marcha continuamente movida y regulada por reglas,
normas, leyes, órdenes. Las cuales no son unidades
metafísicas, super impuestas a los humanos desde fuera,
aunque cuando nacemos las encontramos establecidas, pero luego
podemos continuar aceptándolas, favorecerlas, actuar en
correspondencia con ellas o rechazarlas, entorpecerlas y luchar
contra ellas.

Los individuos y los grupos sociales establecen las
reglas de interacción y las institucionalizan, así
como las transforman y eliminan en dependencia de las
condiciones, necesidades, intereses y fines. Todo este engranaje
se mantiene y desarrolla en gran medida debido al consenso
social, sea éste voluntario, por convencimiento, por
conveniencia, resultante de la coerción o
automático y acrítico. En todos los casos es
importante el grado de aceptación existente [Giner,
Salvador. 2002].

Significativa es la atención a las tradiciones y
las generaciones de más edad e incluso las anteriores a
ellas, aunque esto no significa que halla que limitarse a las
mismas o que sea imposible rebasarlas.

La formación del ciudadano responsable,
competente y comprometido que la sociedad actual necesita, es
sólo posible desde una nueva concepción del
profesor como persona que acompaña al estudiante
en el proceso de construcción de conocimientos, actitudes
y valores, en el que asume nuevas funciones que se expresan en su
condición de gestor de información, guía
del proceso de aprendizaje de sus estudiantes y que se resumen en
su condición de modelo educativo
. (Martínez,
Buxarrais y Esteban, 2002).

Para lograr cumplir las funciones anteriores el profesor
ha de ser para sus estudiantes un modelo de actuación
personal y profesional, un ejemplo que estimule a sus estudiantes
en el proceso de su construcción como persona. No es
posible ser modelo de actuación para sus alumnos si el
profesor no ha logrado un desarrollo profesional que se exprese
en su actuación cotidiana, su dedicación y entrega
al trabajo, su condición de experto en el área de
conocimientos que trabaja y su formación
psicopedagógica que le posibilite establecer un proceso de
comunicación con sus estudiantes sustentado en el
diálogo. Pero además, ser modelo de
actuación implica necesariamente el desarrollo del
profesor como persona moral.

En cualquier caso, los educadores somos cada vez
más conscientes de la envergadura del tema que aquí
vamos a tratar; sabemos que, para comenzar, debemos plantearlo en
positivo, es decir, qué hacemos para convertir nuestros
centros en espacios adecuados para el aprendizaje de la
convivencia en el marco de la sociedad.

El tema de la disciplina social, no constituye una
novedad, pues a lo largo de la historia de la humanidad siempre
han existido manifestaciones contrarias al respecto, sin embargo
ya constituye una necesidad su abordaje desde las Ciencias
Pedagógicas, pues al igual que sucede en otras
áreas del conocimiento, en este contexto aparecen muchas
interrogantes cuya solución va más allá de
un trabajo metodológico.

Para este análisis debemos tener en cuenta
qué se entiende por disciplina social. Se define en el
Diccionario de Lengua Española "P. Larousse" como el
conjunto y observancia de las leyes o reglamentos que rigen
ciertos cuerpos, como la escuela, el ejército, etc. Y
llevándolo hasta la sociedad, tenemos que la
violación o contradicción de lo expuesto en este,
constituye lo que llamamos indisciplina social.

También se define a la disciplina como la que es
capaz de "controlar la conducta en correspondencia con
determinadas normas, reglas y exigencias del deber que han sido
establecidas. Supeditar sus acciones a determinadas exigencias
sociales. Toda actividad que el sujeto realice, responde a
determinadas regulaciones, y la capacidad de someterse a ellas es
la expresión de la disciplina" (Sánchez A, M,
2004).

El compañero Fidel Castro Ruz, enfatiza
constantemente en la necesidad y la importancia de la
orientación correcta de las nuevas generaciones. En primer
lugar se refiere a la indisciplina social, sobre ello dijo: "Hoy
los únicos aliados que puede tener el imperialismo son los
lumpen —ustedes lo saben bien— y los indisciplinados
sociales, y el pueblo revolucionario tiene que saber esto, tiene
que conocer esto, tiene que ser consciente de esto, en la batalla
político-ideológica que tenemos que librar y que es
grande". Elemento este que ha retomado en múltiples
ocasiones.

Nuestro modelo de sociedad requiere imprescindiblemente
de la disciplina, y del orden. Resultan inaceptables las
manifestaciones que intentan abrirse paso en la vida cubana
actual como la vagancia, la violencia y la delincuencia, entre
otras. No es poco el deterioro que provoca la indisciplina de
quienes tienen la misión de servir a la sociedad. Esas
manifestaciones, además, le hacen el juego a un enemigo,
ocupado y preocupado hasta la saciedad por demostrar que es
inviable el modelo que escogimos.

El problema de la disciplina social es un tema poco
estudiado en el contexto pedagógico. La concepción
dialéctico materialista de la historia, explica desde su
surgimiento la necesidad de conceptuar una Historia Total de la
sociedad donde cobran vida también los diferentes estratos
sociales, por lo que se considera la sociedad como resultado del
desarrollo y de la interacción de los hombres con el
mundo, por ende toda la actividad humana debe encontrar reflejo
en los estudios que sobre el devenir social se
realicen.

El estudio de la disciplina social dentro del proceso de
enseñanza aprendizaje encuentran sustento en las
investigaciones didácticas desarrolladas por Rita Marina
Álvarez (1998) en su concepción Historia_ Alumno_
Sociedad, en la cual llama la atención a los profesores al
estudio del contexto sociocultural para favorecer la
conformación de la memoria histórica.

A partir de esta concepción emergieron varias
experiencias dentro de las cuales resaltan las tesis de
maestría de Manuel Romero (1999), con una Propuesta de
Diseño Curricular de Historia Social de la Comunidad, y la
de Ondina Lolo (2000), Historia de Vida: una Propuesta
Didáctica para el tratamiento del Internacionalismo en la
formación del docente, que abordan problemas sociales
desde diferentes aristas; sin embargo, las temáticas
referidas a la indisciplina social no encuentran aún,
espacio en el contexto de estas investigaciones sociales desde
las ciencias pedagógicas, a partir de la enseñanza
de la historia de la Patria.

Por otra parte y con la guía de la Dra. C.
Álvarez de Zayas, en (1999) y (2001), se defienden dos
tesis de doctorado; la primera por el profesor José
Ignacio Reyes González, donde se revelan las
potencialidades de la Historia Familiar y Comunitaria como
vía para el aprendizaje de la Historia Nacional y la
vinculación del alumno con su contexto social y aborda
varios elementos de la vida cotidiana y el rol de la familia y la
comunidad, pero no se analiza estas manifestaciones que atentan
contra la disciplina social latentes en el decursar
histórico.

La segunda corresponde a la profesora Adalis Palomo
Alemán, que defendió una "Didáctica para
favorecer el aprendizaje de la Historia Nacional y la
vinculación del alumno de Secundaria Básica con su
contexto social a partir del tema del Hombre Común", en
ella muestra una parte importante que no se había tenido
en cuenta hasta ese momento, la contribución de las masas
populares en la construcción de la sociedad a partir del
triunfo revolucionario, pero no tienen en cuenta estas
manifestaciones sociales.

Hoy, cobran vida, temas relacionados con la Historia de
la mujer, la juventud, el patrimonio, entre otros; no obstante,
son muy reducidos los espacios que se dedican en el contexto de
la Universidad actual a la disciplina social y las
manifestaciones que denigran nuestra sociedad.

Los temas referentes a la disciplinas social son parte
consustancial de la Historia. Si tomamos como punto de referencia
el período neocolonial cubano, expresión del modo
de vida capitalista y todas las penurias que trajo este sistema
para nuestro país, se hace entonces necesaria la
reflexión de todos los fenómenos que ocurren como
consecuencia de este sistema y si no se aborda la diversidad de
aristas sobre este tema no estaríamos enseñando en
su totalidad la historia de los hombres.

En la historiografía se destacan las
investigaciones relacionadas con el tema aunque no lo abordan
específicamente ni desde la perspectiva pedagógica
como son las de, Michael de Certeau (1973) La Historia de
París, B. Geremias (1976), Los marginales parisinos en los
siglos XIV y XV; Jean Claude Schmitt (2002) La Historia de los
Marginales, entre otros, que se han ocupado de resaltar la
contribución de las masas marginadas al desarrollo
social.

En el caso de nuestro país, autores como Joel
James Figueroa (1994); Jorge Ibarra (1995), Oscar Zanetti (1995),
han realizado un llamado al estudio de las estructuras sociales,
exponiendo que el verdadero corazón de la historia social
es el estudio de las estructuras. De ahí que se deba
profundizar en el tema como parte del desarrollo
social.

Para darle tratamiento al tema es necesario analizar las
transformaciones que se producen en esta edad. En el adolescente
se producen profundas transformaciones en las condiciones
externas e internas de su desarrollo, que lo diferencian
cualitativamente del escolar primario.

En el tránsito de la escuela primaria a la
secundaria básica, vinculado al acelerado desarrollo
físico y sexual, que tiene lugar con estas edades trae
consigo cambios en la vida del adolescente que varían el
carácter de su actividad y de la comunicación que
establece con otras personas.

Ahora en su educación intervienen varios
profesores que explican asignaturas diversas con un contenido
cada vez más abstracto y complejo, que elevan las
exigencias del proceso docente educativo, dirigidas a garantizar
la asimilación de las bases de las ciencias. Por otra
parte, amplía el círculo de sus relaciones
sociales, al establecer nuevas amistades, incorporarse a un mayor
número de actividades extraescolares y a la
realización de actividades productivas. Todo esto requiere
del adolescente mayor independencia.

Igualmente en el hogar se producen cambios en la
posición que ocupa el adolescente en la familia, al que se
le asignan tareas y responsabilidades más complejas, que
implican una participación más activa e
independiente de la vida familiar, aunque aún
continúa supeditado a la tutela de sus padres.

Todas estas nuevas exigencias sociales determinan que el
adolescente sea considerado un escolar con mayor
autonomía, lo que caracteriza las condiciones externas de
su desarrollo.

Ante este nuevo lugar que la sociedad le asigna, cada
adolescente asume una actitud que depende no sólo de estas
exigencias (generales y particulares) sino de todo el desarrollo
alcanzado anteriormente, es decir, de sus condiciones
internas.

Las condiciones internas reflejan tanto los cambios
anátomo-fisiológicos como psicológicos que
han venido ocurriendo desde la etapa anterior y que se
manifiestan de modo evidente en esta etapa.

Entre las transformaciones
anátomo-fisiológicas más significativas
tenemos las inherentes a la prepubertad y pubertad. Debemos
indicar que el primer cambio o transformación se produjo
en la etapa anterior

En ambos sexos la apariencia física se parece
cada vez más a la de un adulto, lo que tiene una fuerte
repercusión en el plano psicológico y social. El
adolescente se siente más cercano a los adultos, ya no se
percibe como un niño y los que le rodean le tratan de modo
diferente, en correspondencia con sus cambios anátomo
fisiológicos. Todo esto genera el surgimiento de un
sentimiento de madurez y hace aparecer un fuerte interés
por la apariencia física y la posibilidad de ser
atractivos para los demás, especialmente para el sexo
complementario.

El interés por la sexualidad adulta es notable y
debe ser satisfecha, a partir de una orientación e
información amplia sobre esta esfera de la vida humana,
que le permita enfrentar con éxito y seguridad las
exigencias que las relaciones de pareja les plantean desde una
concepción sana y adecuada de la sexualidad. A los
profesores les corresponde un importantísimo papel en este
aspecto, toda vez que la familia no siempre tiene la
preparación necesaria para ayudar al adolescente en este
ámbito de inquietudes.

Desde el punto de vista psicológico las
condiciones internas en los adolescentes se caracterizan por la
necesidad de independencia y de autoafirmación, que se
expresan en el deseo de ser tratados como adultos, ya que el
adolescente es consciente del desarrollo alcanzado, por lo que
siente que ya no es un niño, se compara con el adulto y
exige sus mismos derechos.

Simultáneamente se incrementa la necesidad de
ocupar un lugar en el grupo de sus contemporáneos, de
conquistar el reconocimiento, la aceptación de sus
compañeros. Es bueno aclarar que estas no son las
únicas necesidades de los adolescentes, pero sí las
más significativas para el desarrollo de su personalidad,
por lo que deben ser tenidas en cuenta por los adultos,
especialmente por los profesores para propiciar su
satisfacción a través del desarrollo de nuevas
formas de actividad y comunicación que estimulan el
desarrollo de la personalidad. Cuando estas necesidades no son
satisfechas, por ejemplo, cuando se continúa tratando al
estudiante, a su ingreso en el politécnico, como si fuera
un niño de primaria, pueden originarse reacciones
negativas, problemas que serán objeto de análisis
posteriormente.

El desarrollo del pensamiento en esta etapa, se pone de
manifiesto con la posibilidad del adolescente de fundamentar sus
juicios, de exponer sus ideas de forma lógica, llegar a
generalizaciones amplias, ser crítico con relación
a determinadas teorías y a su propio pensamiento.
Además el adolescente utiliza formas
lingüísticas del pensamiento abstracto tales como
símbolos, fórmulas, etc.; lo que expresa las
características que adopta la relación pensamiento
y lenguaje, en un nuevo nivel cualitativo de
desarrollo.

El pensamiento teórico posibilita al adolescente
ir más allá de lo superficial, de lo externo o
fenoménico para penetrar en la esencia de los objetos y
fenómenos de la realidad, lo que le da la posibilidad de
conocer de modo más adecuado y profundo el mundo que le
rodea incluido en éste las personas con las que se
relaciona y su propia persona.

No obstante estos logros del desarrollo intelectual,
aún se presentan determinadas limitaciones. Las
teorías que elabora el adolescente son simples y en
ocasiones carecen de fundamentación y de elementos
creativos; al igual que las argumentaciones que dan a sus
juicios.

Cometen con frecuencia errores de juicio por generalizar
prematura y falsamente. Esto se relaciona con un caudal limitado
de experiencias, con su impulsividad, con el fuerte matiz
afectivo de su pensamiento y con cierta pereza o comodidad
intelectual propia de la edad. En ocasiones se relaciona con la
falta de concentración y con ciertos restos del
pensamiento mágico y religioso.

El adolescente se caracteriza por una elevada
sensibilidad que le hace muy susceptible y vulnerable a las
opiniones y críticas de los demás, especialmente de
sus coetáneos. Posee una gran excitabilidad y labilidad
emocional que provoca en ocasiones reacciones impulsivas. A lo
largo de la etapa y a partir de un esfuerzo consciente, va
logrando un control mayor de las expresiones emocionales, lo que
le permite una mejor interrelación con los que le rodean y
especialmente con su grupo de amigos.

Es por esto que el grupo se erige en fundamental objeto
de la orientación y aprobación de su conducta,
contribuyendo a la asimilación de normas morales que se
establecen en el seno del propio grupo y que todos sus miembros
deben cumplir como: el respeto, la ayuda mutua, la confianza, la
fidelidad, etc.

Este sistema de normas se denomina "código de
camaradería". Los adolescentes deben acogerse al
código de su grupo para obtener su aceptación, lo
que se constituye en un motivo esencial de su conducta. Esta
necesidad de ocupar un lugar en su grupo los induce en muchas
ocasiones a asumir conductas inadecuadas que incluso pueden hasta
rechazar, cometer un fraude en una prueba o encubrir una
situación deshonesta para "ayudar" a un compañero.
Igualmente para "demostrar su valor" son capaces de arriesgar su
vida tontamente, colgándose en la puerta de un
ómnibus, caminando por un alero, etc.

La causa fundamental de indisciplina de algunos
adolescentes en la escuela, es no haber encontrado el lugar al
que aspiran dentro de su grupo, adoptando conductas negativas
como estrategias para "ser tenidos en cuenta" por sus
compañeros y maestros. Estos problemas de conducta
requieren de una atención individualizada por parte de los
adultos (padres, maestros, etc.), y en su modificación
pueden también jugar un papel importante los
compañeros más cercanos al adolescente, como
colaboradores del maestro, en esta tarea. Esta situación
de no ser manejada adecuadamente, puede conducir a la
aparición de conductas delictivas, que son resultado de la
inadaptación social del adolescente.

Las posiciones morales que adopta el adolescente
dependen en gran medida de las exigencias morales vigentes en su
grupo de coetáneos. No obstante van apareciendo en
él un conjunto de puntos de vista, juicios y opiniones
propios de carácter moral que participan en la
regulación de su comportamiento, con relativa
independencia de las influencias grupales.

Dado que aún no existe una concepción
moral del mundo, la regulación moral no alcanza su nivel
superior de desarrollo (autorregulación), al no existir un
sistema de convicciones y valores morales personales que la
posibiliten.

Algunos autores han caracterizado el desarrollo moral
del adolescente, en particular, J. Piaget y L. Kohlberg, desde
posiciones intelectuales. J. Piaget señala que en la
adolescencia, gracias a la aparición del pensamiento
operativo formal, la moral alcanza un nivel de "autonomía"
(moral autónoma), lo que significa que se produce una
regulación interna y efectiva del comportamiento moral en
el adolescente.

Por su parte, L. Kholberg considera que en la
adolescencia aún no existe un nivel de regulación
moral sobre la base de "principios autoaceptados" (moral interna
o autónoma) sino una "moral convencional", ya que el
motivo fundamental del comportamiento moral del adolescente es la
aprobación de los otros (social).

Como se observa este autor se acerca en mayor medida que
J. Piaget a los criterios de los psicólogos materialistas
sobre este aspecto; aunque ambos absolutizan el papel de los
factores intelectuales en este proceso, y en el caso de Kholberg,
los aspectos formales de los componentes morales, relegando a un
segundo plano los aspectos de contenido.

En Cuba, Otmara González investigó el
proceso de autorregulación moral, en diferentes edades;
analizando en particular, el papel de los componentes cognitivos,
afectivos y autovalorativos en el comportamiento honesto. A
través de esta investigación se pusieron de
manifiesto, entre otros, los siguientes resultados:

-En los diferentes grupos (escolares, adolescentes y
jóvenes) se presentaron dificultades con el conocimiento
de contenidos esenciales de la norma de honestidad.

-En los adolescentes el comportamiento honesto (al igual
que en los escolares), se lleva a cabo fundamentalmente por la
necesidad de aprobación social, no obstante comienza a
aparecer de manera incipiente la necesidad interna de comportarse
moralmente, característica de los
jóvenes.

Otro aspecto característico de esta etapa, muy
vinculada al desarrollo moral es el surgimiento de un nuevo nivel
de autoconciencia. Este desarrollo está determinado en
gran medida por la necesidad del adolescente de conocerse a
sí mismo, ser independiente y lograr la aceptación
del grupo de coetáneos.

La autoconciencia adquiere un carácter
generalizado, permitiendo al adolescente una mayor objetividad en
sus juicios, así como en la valoración de sus
propias cualidades y las de otras personas; aspecto que influye
de manera significativa en el desarrollo de la
autovaloración.

En esta etapa también la autovaloración
adquiere un carácter consciente y generalizado, aunque
aún el adolescente no realiza una fundamentación
adecuada de sus características personales como sistema, y
en ocasiones, las cualidades que destaca al autovalorarse son
abstractas, no lográndose establecer un vínculo
adecuado entre estas y su comportamiento diario.

Compara siempre la conducta de sus maestros con esta
imagen y no siempre el comportamiento de sus maestros se
corresponde con sus expectativas. El adolescente exige de sus
maestros cualidades como la justeza, la paciencia y el buen
humor. El maestro debe tratar a todos por igual y en
relación con el cumplimiento de esta norma son muy
susceptibles. Deben ser alegres, hacer chistes y bromear de vez
en cuando. Debe ser paciente y tolerante con los alumnos y
permitir que algunas veces se rían y diviertan en la
clase, que demoren en dar una respuesta, que puedan dar una
opinión. Debe volver a explicar lo que ellos no han
entendido y no molestarse cuando alguien se equivoca. Se exige al
maestro control emocional, no alterarse, no mostrarse nervioso,
no pelear ni faltar el respeto a los alumnos.

Si la actitud del maestro responde a las exigencias del
alumno y si además, tiene la habilidad de dar una
enseñanza estimulante, variada y activa, sus relaciones
con sus alumnos adolescentes pueden ser magníficas. En
estos casos los estudiantes son capases de cualquier sacrificio
por su maestro y establecer una marcada colaboración con
él.

Este tipo de maestro puede convertirse en un ideal para
el adolescente. Desea parecerse a él, ser como él,
relacionarse con él. Se constituye en un modelo a imitar y
puede ejercer una influencia educativa con el sólo ejemplo
de su personalidad, sin necesidad de realizar acciones formativas
especiales para educar.

Pero aun este tipo de educador debe enfrentar
situaciones difíciles en la clase que son
características en esta edad. Por ejemplo, malos modales,
travesuras, groserías, rebeldía y enfrentamiento al
educador. Estas conductas son más frecuentes en los
varones y tienen su explicación en la inseguridad y
necesidad de autoafirmación. Pueden mostrarse arrogantes y
enfrentarse al maestro, sólo para mostrarse así
mismo hasta donde puede llegar, y mostrarle a los demás
que tiene arrojo, seguridad y valentía.

La Educación Cívica constituye una de las
prioridades de la Revolución y del Sistema de
Educación en Cuba, pues su contexto tiene su basamento en
las normas de conducta y convivencia de las nuevas generaciones;
de ahí se patentiza la necesidad de utilizar como piedra
angular las interpretaciones martianas entorno a la
formación ciudadana, dada su vigencia y connotación
en los momentos actuales, siendo de vital importancia influir en
la conducta, sentimientos, valores, convicciones y principios en
aras de impulsar la formación ciudadana, cívica,
moral y jurista de nuestros estudiantes y pueblo en general,
porque el "deber ser" y el " deber hacer", constituye el pilar en
el que se erige la sociedad.

Los y las jóvenes como protagonistas de los
procesos de aprendizaje deben ser tenidos en cuenta en los
procesos formativos; sus opiniones y expectativas no deben pasar
desapercibidas si en realidad se quieren soluciones educativas
que recojan las necesidades e intereses de los actores
implicados. Una educación con significados ha de ser
objeto de consensos sociales.

Pero para que la educación cumpla su
propósito se debe definir un currículo
contextualizado, entendido éste como el conjunto de
criterios, planes de estudio, programas, metodologías, y
procesos que contribuyen a la formación integral y a la
construcción de la identidad cultural nacional, regional y
local, incluyendo también los recursos humanos,
académicos y físicos para poner en práctica
las políticas y llevar a cabo el Proyecto Educativo
Institucional con fundamento en las acciones pedagógicas
para el desarrollo de habilidades y competencias para la
comunicación, la participación, la
resolución de problemas, la toma de decisiones y el
compromiso de aportar en la construcción de mejores
sociedades.

Cuando se hace un rastreo de la formación
planteada por diferentes corrientes pedagógicas y
didácticas contemporáneas, se descubre que, a su
manera, cada una de ellas pretende formar ciudadanos que ocupen
una posición en la sociedad, que se articulen a ella y
contribuyan al desarrollo de la misma. Otra cosa es la manera
como proponen que ello se logre en el día a día en
las instituciones educativas y, en este aspecto, se les reconoce
más vigencia a unas corrientes pedagógicas que a
otras.

La palabra "cívica" significa, respeto a la
ciudad = civis = polis, la forma suprema a la que llegó el
Estado esclavista entre los griegos. De esta manera la
educación cívica, debía formar a los futuros
gobernantes esclavistas e inculcarles el respeto a la propiedad
privada y al derecho esclavista, el amor al Estado, a las
instituciones y a sus dioses. Así, se podría decir
que la educación cívica aparece en el esclavismo y
se mantiene hasta hoy, pues siempre ha existido la necesidad de
sostener la división de clases sociales e imponer la
ideología que protegiera los intereses de las clases
dominantes que ostentan el poder, las instituciones construidas
para tales fines y la preparación de los funcionarios para
conservar el Estado. La educación cívica tiene su
máxima expresión en lo público y es
justamente en lo público donde se expresa la democracia,
lo colectivo, lo común y la diferencia, definida esta
última como el espacio donde deben tener lugar las
mayorías y con ellas las minorías.

La Educación Cívica desde el punto de
vista curricular responde al argumento del Partido, que orienta
el fortalecimiento de ella en las escuelas a través del
tratamiento de los aspectos morales, jurídicos y
cívicos, es significativo dominar que el carácter
de la moral constituye una forma de la conciencia social , esta
es socio-histórica, es necesario recalcar que hay una
relación dialéctica entre la moral y la
ética, la primera es moral vivida, cotidiana y la segunda
es moral pensada, regulada, moral de la conducta del hombre , "el
cómo hacer" , "el qué hacer" "Y el para qué
hacer", el pensamiento, las ideas, los juicios, las concepciones,
nociones, puntos de vista, criterios en torno al
mundo.

La Educación Cívica como asignatura
favorece la comprensión de la vida social por parte de los
alumnos, donde juega un papel preponderante la acción del
profesor, pero mucho más activa la aprensión de los
conocimientos por parte de los alumnos, además juega un
papel importante la acción de la familia y la comunidad,
escenario en que se desenvuelven los alumnos que son los que
deben apropiarse de una educación antecedida por una
instrucción ciudadana. La enseñanza de la
Educación Cívica es reconocida por la sociedad, la
escuela y la familia como vía importante para la
educación integral de la personalidad, en ella los
estudiantes encuentran argumentos para enriquecer su
actuación personal y social, a la ves que les
enseña a conducirse mejor socialmente.

Desde el proceso de enseñanza aprendizaje de la
Educación Cívica, los hombres y las mujeres a
partir de hechos, procesos y fenómenos históricos
se educan en valores morales y estéticos, que le permiten
actuar en la vida diaria, mientras amplían su cultura y
toman conciencia de los problemas nacionales e
internacionales.

El estudio de la Educación Cívica ocupa un
lugar importante en la Educación Cubana por su
contribución y fortalecimiento de la educación
ciudadana, además de formar valores en los adolescentes,
así como el amor y el respeto a los héroes y
mártires. Aunque los resultados alcanzados revelan que la
formación de una sólida identidad personal y social
constituye el núcleo del civismo lo que se corresponde con
nuestras aspiraciones.

El concepto de "formación ciudadana", por su
parte, indica que la meta formativa pretendida con los
estudiantes es el logro de personas con clara conciencia de sus
derechos, deberes y de la importancia de su articulación y
participación en la dinámica del contexto social y
político. La formación ciudadana es aquel potencial
del individuo capaz de argumentar sus demandas, sus deseos y
necesidades sociales, pero también capaz de entender el
razonamiento de los demás, el planteamiento de los otros,
la diferencia y la disidencia (Savater, 2000). Ser ciudadano
significa tener valores, actitudes y comportamientos
democráticos: libertad, pluralidad, respeto,
participación, identidad, y crítica argumentada,
actividad transformadora, sensibilidad y emotividad social y
aquellos que demanda el momento y contexto histórico y
social.

Desde este enfoque, el propósito de la
formación ciudadana va más allá de la simple
promoción del conjunto de normas que regulan la vida
social y la formación de valores, para ubicarse en la
promoción, el conocimiento, la comprensión y la
aplicación de los saberes y actitudes que permiten al
individuo integrarse a la sociedad y ser partícipes de la
reconstrucción de la dimensión de lo
público, del ámbito de la democracia y de los
valores éticos y políticos que conforman el
ordenamiento social.

En nuestro país, autores como José Antonio
Saco (1883), Emilo Roy (1943), Fernando Ortiz (1949) abordaron y
reflexionaron sobre la vagancia, la delincuencia y la violencia
en Cuba en el periodo colonial y neocolonial como manifestaciones
de indisciplina social, hasta tal punto que se puede considerar a
Saco como precursor del trabajo social en Cuba, más
adelante en el tiempo resaltan los trabajos de Joel James
Figueroa (1994); Jorge Ibarra (1995), Oscar Zanetti (1995), han
realizado un llamado al estudio de las estructuras sociales,
exponiendo que el verdadero corazón de la historia social
es el estudio de las estructuras. De ahí que se deba
profundizar en el tema como parte del desarrollo
social.

No escapa a este análisis las reflexiones de
Fidel Castro en su afán de creara una sociedad justa y
equitativa.

En el plano investigativo los aspectos referidos a la
Formación Ciudadana en general, aparecen en los trabajos
de destacados profesores e investigadores del área
iberoamericana entre los que se encuentran: María Rosa
Buxsarrais (1997-2003), Adela Cortina (1997), Miquel
Martínez Martín (1998-2000) entre otros.

En el ámbito nacional, las investigaciones en los
últimos años han desarrollado un acercamiento a la
problemática de la formación de valores ciudadanos,
a través de las tesis de doctorado de Sáez Palmero
(2001) acerca de la "Historia de la Educación
Cívica en Cuba", el cual brinda una periodización
sobre la Educación Cívica de gran significado
teórico y práctico en el análisis
histórico del proceso de Formación Ciudadana en
Cuba. La tesis de doctorado de Sierra, J (2003), acerca de "La
formación de una cultura jurídica en los maestros
primarios", constituye un importante referente teórico
para el análisis de la concepción de la
Formación Ciudadana en la actualidad.

Otro referente importante lo constituyen la tesis
doctoral de Regina Venet (2003): "Estrategia educativa para la
Formación Ciudadana de los escolares de primer ciclo desde
la relación escuela – comunidad", que establece una
conceptualización de la Formación Ciudadana y la
tesis doctoral de Regla Delfina Silva Hernández (2005):
"Modelo pedagógico para la Formación Ciudadana de
los Maestros Primarios" que enmarca este concepto,
específicamente, para el profesional de la
Educación.

En la UCP "Héctor A. Pineda" se cuenta con el
trabajo de la doctora Maria Isabel Orozco: "Desarrollo de la
personalidad tecnológica y humanista en la
formación inicial del profesor de la educación
técnica y profesional", que establece la Formación
Ciudadana como una de las características a tener en
cuenta para este desarrollo así como la tesis de doctorado
de Susana Arteaga González(2005).Modelo pedagógico
para desarrollar la educación para la paz centrada en los
valores morales en la escuela media superior cubana.

  • 1. Achiong, G. E. (2007). Didáctica
    de la formación de educadores en las condiciones de
    universalización. En
    Maestría en Ciencias
    de la Educación, módulo II, cuarta parte.
    Mención en Educación Primaria. La Habana:
    Editorial Pueblo y Educación p.7-32.

  • 2. Álvarez, E. et al. (2006).
    "Evaluación diagnóstico y prevención."
    En Ministerio de Educación, Cuba. Maestría
    en Ciencias de la Educación. Fundamentos de la
    Educación Especial.
    Módulo II. Cuarta
    parte. (pp.12-14). La Habana: Editorial Pueblo y
    Educación.

  • 3. Constitución de la República
    de Cuba. (1992). La Habana: Editora
    Política.

  • 4. Estudio integral de población
    infantil cubana. (2004). Soporte digital

  • 5. Fernández, A. (2007).
    "¿Cómo promover la interrelación de la
    escuela, la familia y la comunidad desde la diversidad
    educativa?" Congreso Internacional Pedagogía 2007,
    Curso 39, La Habana.

  • 6. Ministerio de Educación, Cuba (2003)
    La escuela como microuniversidad en la formación 
    de los estudiantes de carreras pedagógicas. La
    Habana.

  • 7. Ministerio de Educación, Cuba.
    (2009). Seminario Nacional de Preparación del Curso
    Escolar 2009-2010. Editora: Empresa Gráfica Alfredo
    López.

  • 8. Pino, J. L. y Recarey, S. (2006).
    "Diagnóstico individual y grupal, orientación y
    prevención en el contexto escolar" En Ministerio de
    Educación, Cuba. Maestría en Ciencias de la
    Educación. Fundamentos de las Ciencias de la
    Educación. Módulo II. Segunda parte.
    (pp.21-29). La Habana: Editorial Pueblo y
    Educación.

  • 9. Segura, M. E. (2006). "La dirección
    del aprendizaje desde una perspectiva desarrolladora." En
    Ministerio de Educación, Cuba. Maestría en
    Ciencias de la Educación. Fundamentos de las Ciencias
    de la Educación. Módulo II Segunda Parte. La
    Habana: Editorial Pueblo y Educación.

  • 10. Vela Valdés, J. (2007). Los
    retos de la nueva universidad cubana
    . La Habana: Palacio
    de las Convenciones. Pedagogía 2007.

 

 

Autor:

Lic. Arianne Wilson
Rodríguez
.

Profesora Asistente. Departamento de
Marxismo e Historia Universidad de Ciencias Pedagógicas
"Pepito Tey" Las Tunas

Lic. Elisa Pérez
Escobar
.

Profesora Asistente. Departamento de
Marxismo e Historia Universidad de Ciencias Pedagógicas
"Pepito Tey" Las Tunas

 

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