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De los duelos por migración



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Contexto
  4. Marco
    Teórico
  5. Marco
    Conceptual
  6. Dimensiones del Duelo
  7. Conclusiones y
    Recomendaciones
  8. Referencias
    bibliográficas

Resumen

El hecho de migrar corresponde a un fenómeno
social que conlleva un proceso de desarraigo en la trama del
tiempo psíquico, que conlleva una discontinuidad en la
vida de la persona. El Duelo aparece debido como respuesta al
sentir del que viaja y lo que deja. La familia y los amigos, la
lengua, la cultura, los paisajes y la tierra, el estatus social,
el contacto con el grupo de origen y la seguridad física,
son siete aspectos que el psiquiatra español Joseba
Achotegui (2002), aborda como elementos que conforman el proceso
psicológico de Duelo, que una vez elaborado,
servirá para reorganizar la personalidad del migrante en
el nuevo mundo al que llega.

Abstract

The fact migrate corresponds to a social phenomenon that
involves a process of uprooting the psychic fabric of time,
leading to a discontinuity in the life of the person. The Duel in
response appears due to feeling of traveling and leaving. Family
and friends, language, culture, landscapes and land, social
status, contact with the group of origin and physical security
are seven aspects that the Spanish psychiatrist Joseba Achotegui
(2002), deals with elements that make up the psychological
process of mourning, that once developed, will serve to
reorganize the personality of the migrant in the new world
coming.

Palabras clave: Duelos, fases, dimensiones,
desarraigo, aculturación.

Introducción

Migrar es natural en seres humanos, ha sido un rasgo de
más de 70 mil años de historia. Para el autor M.
Rodríguez Rendón (2004), la migración
está asociada a un desencanto frente a su propia realidad,
por no encontrar los recursos para satisfacer sus necesidades,
deseos y proyecto de vida.

La globalización, como fenómeno iniciado a
mediados del siglo XX, tiene dentro de sus características
el flujo migratorio, como proceso dinámico
social.

Joseba Achotegui, es uno de los primeros en tener la
actitud de desplazar su consciencia hacia el estudio de las
minorías, de aquellos que llegan a buscar los cielos de la
realización. Es a partir del año 2002, cuando
postula el Síndrome del Migrante, conocido también
como el Síndrome de Ulises.

Para enriquecer las investigaciones propuestas, se
aborda la situación del Duelo del migrante desde seis
dimensiones, que acompañan al ser que se aventura y deja
atrás sus raíces: adaptabilidad, esperanza,
realización, seguridad, sociabilidad y temporalidad,
experimentadas en el Duelo de los migrantes. Esta
investigación representa una mirada de las
múltiples que se pueden hacer a la migración. Se
necesita un compromiso interdisciplinar por la complejidad que la
misma situación amerita.

Contexto

Los migrantes llevan su casa a cuestas, transportando
sus costumbres, sus hábitos, sus ideales, su idioma. Quien
migra, rescata lo que le resulta esencial para conservarlo, su
nuevo hábitat le generará una readaptación.
No resulta fácil mantener la identidad, puesto que una vez
en el nuevo sitio se generan preguntas como: qué quiero en
realidad de mi vida, quién soy verdaderamente, qué
me define, cuáles son mis puntos de referencia cognitivos
y emocionales.

Estos aventureros enfrentan su resistencia normal al
cambio de manera doble, se les presenta un cambio propio,
habrá muchas cosas que no le serán agradables, y
deben hacer que otros se abran para recibirlo. Quien sale y quien
recibe debe traducir un sinnúmero de códigos
sociales, procesar reglas nuevas e implícitas sobre lo que
está bien o mal, sobre lo que es válido o
no.

Esta población siente nostalgia por su esencia,
su olfato y su gusto son los primeros en cobrarle el cambio, las
costumbres no se pierden así su condición de
"extranjero" se lo exijan. Las personas que por cualquier
circunstancia deben cambiarse de su lugar de origen, renuncian a
parte de su ser para integrarse al nuevo ambiente al que llega.
En la medida en que sus nuevos grupos sociales sean diferentes
resulta más difícil acomodarse. Desprenderse de la
familia, de los amigos, de los lugares comunes, deja un
sentimiento de soledad muy alto.

Afrontar hechos como el de no ser conocidos por las
personas que van encontrando, barreras del idioma, la diferencia
de costumbres en la comida, hasta el clima, les piden paciencia,
prudencia y un requerimiento mayor de sus energías, hasta
que superen todas las situaciones, dando lugar a un verdadero
crecimiento y evolución personal.

La migración es todo movimiento de
población que se hace abandonando el lugar de origen para
trasladarse a otro destino. Se realiza en buenas condiciones
cuando les recibe un entorno agradable, cuando se tiene un
proyecto, una vivienda, se cuenta con el apoyo familiar,
seguridad económica y con una red social.

El Duelo es el proceso de pérdida de una persona,
objeto, evento o lugar significativo. Hace cambiar de
ánimo de quien lo vive, puede afectar la salud
física y la salud mental. Su duración depende de
cómo se han vivido otros Duelos, de cuánto dure la
ansiedad, la confusión, la depresión. Es un proceso
normal, dinámico y activo; y no un estado.

El Duelo por migración tiene las
características de ser parcial, no se ha perdido del todo
la familia, lugar, cultura, amigos, no hay una pérdida
definitiva. Pauline Boss (2002) le llama pérdida ambigua.
Es también recurrente porque cada vez que hay
comunicación o se vuelve de visita se reinicia el sentir
del Duelo. Es múltiple porque se pierden muchas cosas a la
vez. Es ambivalente porque se vive entre dos lugares, entre lo
definitivo y lo transitorio.

Achotegui (2008), presenta su clasificación de
los Duelos por migración como Duelos múltiples,
recurrentes, de tiempo y espacio, extensivo para quienes se han
quedado en su lugar de origen.

La partida de una persona es un evento que marca la vida
de cualquier ser humano. Los tres elementos de la
migración, el desplazamiento, el tiempo y el habitar, son
los puntos claves para conocer la realidad del que cambia su
forma de vivir. "La migración es el desplazamiento de un
lugar a otro, geográfica y políticamente diferente,
por un lapso de tiempo lo suficientemente amplio como para que
implique vivir y/o habitar en el nuevo lugar"
(Achotegui, s.f.).

Como evento desencadenante, este fenómeno social
del nuevo momento de la historia humana, tiene como
reacción natural al Duelo. La migración genera
pérdidas y separaciones, y modela al individuo en un
ambiente de readaptación de su misma identidad, de su
personalidad, por tanto es importante trabajar el Duelo ya que
permite enfrentar nuevas realidades, generar nuevas esperanzas,
replantear sul proyecto de vida, crear nuevas relaciones,
transformarse.

Por consiguiente, al abordar este tema, se realiza una
descripción y estudio de las dimensiones que influyen y se
relacionan con el Duelo de los migrantes colombianos en Estados
Unidos, con el fin de enriquecer esta nueva propuesta del enfoque
a las minorías y a los menos favorecidos, y proponer otras
perspectivas para afrontar y comprender la experiencia del que se
desplaza por un tiempo prudente para realizar su proyecto de
vida.

Marco
Teórico

La migración como fenómeno social de la
actualidad y como una de las expresiones del mundo en esta
continua globalización, refleja una de las situaciones
más comunes y tan de moda en la época
contemporánea. Según el psiquiatra y
antropólogo Joseba Achotegui (2002), la migración
es un acontecimiento en la vida que influye profundamente sobre
la psique de los seres humanos, desembocando en un proceso de
reorganización personal y esfuerzo psicológico de
adaptación a los cambios.

Existen tres aspectos importantes en la idea de
migración, descritos por este autor español: El
desplazamiento, el tiempo en el nuevo lugar, habitar en el nuevo
lugar. Basado en lo anterior se entiende a la migración
como: "El desplazamiento de un lugar a otro, geográfica y
políticamente diferente, por un lapso de tiempo lo
suficientemente amplio como para que implique vivir y/o habitar
en el nuevo lugar" (Achotegui, s.f.)

El volumen e importancia social de esta realidad es hoy
por hoy uno de los factores de atención social, debido a
las causas y los efectos que padecen el migrante y su familia.
Los aspectos de integración, de adaptación al nuevo
medio, del choque que se vive por el contraste cultural,
sitúan factores de atención psicosocial y de
diversos tipos de Duelo que propician su intervención.
Según Achotegui (2004) emigrar es un proceso tan intenso,
que posee unos niveles de estrés que llegan a superar la
capacidad de adaptación de los seres humanos, describiendo
el Síndrome del Inmigrante con estrés
crónico y múltiple-Síndrome de Ulises, con
la base en que los estresores psicosociales presentan una
dimensión cuantitativa y cualitativa desde la perspectiva
de la salud mental. Migrar es en la actualidad un proceso que
genera niveles de estrés de tal intensidad que pueden
llegar a superar la capacidad que tienen los seres humanos para
adaptarse a situaciones nuevas. El Síndrome del Migrante
no solo se manifiesta en los Duelos de quien vive el proceso,
sino que se extiende a su familia, a sus amigos, a los que se
quedan.

Sigmund Freud (1917), en su libro Duelo y
Melancolía indicó que el Duelo se produce porque la
libido abandona el apego que sentía hacia el objeto
perdido, generando importancia además a la
elaboración psicológica que debe hacerse de los
procesos de Duelo.  El Duelo no es un trastorno mental, el
DSM-IV lo clasifica en la categoría diagnóstica de
trastornos adicionales que pueden requerir atención
clínica, y la CIE 10 clasifica a las reacciones de Duelo
que se consideren anormales por sus manifestaciones o contenidos
dentro de los trastornos adaptativos. 

Algunos autores estudiosos de los procesos de Duelo,
clasifican en fases o etapas cada uno de los procesos que se van
viviendo, J. Bowlby (1983), planteó cuatro fases, la
primera donde se presenta la negación, la persona no
acepta la realidad del cambio o la niega. Una segunda fase, de
resistencia, donde se presenta añoranza, inquietud
física y pensamientos acerca de lo que se ha dejado,
protesta y queja ante el esfuerzo que supone la
adaptación, las dificultades y retos a los que debe
enfrentarse como migrante. En la tercera fase, viene la
aceptación donde la persona se va integrando a su nuevo
entorno y la última etapa se corresponde con la
restitución, una reconciliación afectiva donde
finalmente la alegría regresa y se puede reconstruir el
proyecto de vida.

Achotegui (2000) plantea los siete Duelos de la
migración, vividos en la familia y los seres queridos, la
lengua, la cultura, la tierra, el estatus social, el contacto con
el grupo de pertenencia y, los riesgos para la integridad
física, vividos, de acuerdo con las condiciones en que se
da la migración, no siempre en buenas condiciones, sino en
muchas ocasiones por situaciones extremas.

Estos Duelos los clasifica en: a) simples, cuando la
migración se da en buenas condiciones, por ejemplo quien
migra es joven, no deja hijos, sus padres son sanos, se
prevén condiciones de regreso, de visita. b) complicado,
cuando existen dificultades para su elaboración, como
cuando quien migra deja hijos pequeños, una familia,
padres enfermos, pero puede darse la oportunidad de reunirlos
nuevamente en el nuevo sitio de residencia. c) extremo, cuando no
es posible vivir el proceso de Duelo de forma adecuada y resulta
casi imposible el reencuentro con los seres queridos.

Actualmente se encuentran diversas formas de
migración entre las que se destaca el éxodo rural,
cuando un grupo de individuos rurales se desplazan hacia las
grandes ciudades en búsqueda de mayores oportunidades en
cuanto a trabajo y condiciones de vida; el exilio, cuando las
personas son empujadas a vivir en una sociedad diferente como
producto de situaciones políticas; las migraciones
derivadas de lo que hoy se llama globalización, donde
ejecutivos y empresarios van y vienen desde todas partes del
mundo; la fuga de cerebros, donde investigadores,
científicos, deportistas, artistas, buscan crecer en
países más desarrollados; y, finalmente la
migración de trabajadores no calificados que salen de
países pobres en búsqueda de empleos en servicio
doméstico, construcción,
gastronomía.

Las dimensiones estresantes que los migrantes viven
tienen fuerte presencia en la soledad, por la separación
forzada de la familia y los seres queridos; el temor por el
fracaso del proyecto migratorio, generando sentimientos de
desesperanza; la lucha por la supervivencia que incluye la
alimentación, la vivienda, el miedo. Estas dimensiones
tienen la característica de ser múltiples, y al
potenciarse se convierten en crónicas, cuando dura mucho
tiempo la soledad afectiva, las vivencias de terror y relevancia
emocional, además, se caracterizan por tener una
dimensión fenomenológica donde la lucha por la
supervivencia prevalece.

Los síntomas que el migrante presenta con mayor
frecuencia son la tristeza, el llanto, la culpa, ideas de muerte,
ansiedad, tensión, nerviosismo, preocupaciones excesivas y
recurrentes, irritabilidad, insomnio, presencia de
somatización en cefaleas, fatiga, molestias abdominales.
El síndrome de Ulises se diferencia de los trastornos
depresivos porque la tristeza es un Duelo extremo, un pesar
intenso, más en la línea de la desolación,
el migrante mantiene sus deseos de luchar, no pierde sus
intereses, mantienen la autoestima, el migrante esta
caído, pero no vencido.

De otra parte, las emociones y percepciones de los
migrantes, tienen que ver con su cultura y sentido de
adaptación, sus competencias cognitivas, de
autoconocimiento, autoanálisis, autoexploración
para reconocer e interpretar signos y síntomas, su
capacidad de juicio y razonamiento como instrumentos para
reflexionar y dar prioridad a su proyecto de vida. La capacidad
de amoldarse al nuevo sistema, es sin lugar a dudas uno de los
grandes problemas que sufren los migrantes adultos en su primera
etapa como migrantes.

Existen algunas dimensiones estresoras en la
migración, correspondientes a los desencadenantes que
ocasiona la aventura del viaje. Ellas son:

  • La soledad, por la separación de la familia y
    los seres queridos, siendo más en la noche, cuando los
    recuerdos, las necesidades afectivas, los miedos salen a
    flote. Tiene que ver con los vínculos y la fuerza del
    apego.

  • Sentimiento de desesperanza y fracaso, cuando son
    pocas las oportunidades para salir adelante con el proyecto
    migratorio.

  • La lucha por la supervivencia, donde se incluye la
    alimentación y la vivienda y la realización del
    proyecto que le llevó a migrar.

  • El miedo, por los peligros físicos, los
    abusos, la desorientación que vive el
    migrante.

  • Ausencia de una red de apoyo social.

  • Temporalidad, donde se incluye el espacio de
    estadía, las fechas conmemorativas y retorno al
    país de origen.

Dentro de este proceso de adaptación del migrante
a su nueva sociedad, requiere de herramientas y apoyo psicosocial
que le llevan al equilibrio entre su cultura nativa y la del
país que le acoge, toda vez que está sometido a
situaciones con tensión emocional, dentro de un conjunto
de procesos psicológicos básicos asociados a la
migración, término y estado que se le llama
Duelo.

El Duelo como respuesta natural ante la pérdida,
y como reacción de reconstrucción de la
personalidad ante su desorganización, es la
expresión integral que tiene el migrante durante el
proceso de partida en búsqueda de nuevas oportunidades y
realizaciones.

Con esta situación se hace vital e importante la
elaboración sana del Duelo con su consecuente
adaptación e integración, teniendo en cuenta los
siete aspectos tales como: La familia y los seres queridos, la
lengua, la cultura, la tierra, el estatus social, el contacto con
el grupo de pertenencia y los riesgos para la integridad
física (p. 49-52).

Dado estos tipos de Duelo que vivencia el que se
traslada de un punto a otro, el migrante adopta una forma de
reacción o unos estilos de afrontamiento, que vive de
acuerdo a su forma de manejar el estrés y la forma como
elabora la reconstrucción de sus pérdidas,
dónde según Achotegui (2002) se hacen
notorios:

  • La negación. Visto como un todo es igual que
    en su país, no se siente afectado por el
    cambio.

  • La proyección. El migrante ve que la gente es
    diferente pero la de su país de origen es
    mejor.

  • La idealización. Tal como su ciudad de origen
    es más bonita, su barrio es mejor, su país es
    el mejor del mundo.

  • Animismo, donde la lengua, la cultura, el
    país son vistos con atribuciones de rangos
    humanos.

  • Formación reactiva, intentando rechazar su
    cultura de origen.

  • Racionalización, separando el aspecto
    afectivo del cognitivo a fin de evitar el sufrimiento (p.
    15-17).

De otra parte, en concordancia con las dificultades que
el migrante vive en su proceso, su Duelo será simple,
complicado o extremo y dentro de sus características puede
ser Duelo recurrente, parcial, múltiple, ambivalente o
transgeneracional. Se requiere por tanto una gran fortaleza
física y psicológica para aventurarse a la idea de
migrar y esta acción requiere de una óptima actitud
para buscar mejores oportunidades en el mundo del anonimato
citadino.

Marco
Conceptual

El proceso de migración, es el
movimiento de una persona o grupo de personas de una unidad
geográfica a otra a través de fronteras
administrativas o políticas, que desean establecerse
definitiva o temporalmente, en un lugar distinto a su lugar de
origen. La migración es de dos tipos: el movimiento
estacional de la residencia de un lugar a otro en un territorio
dado, común entre recolectores y pastores nómadas;
y la acción de abandonar un país o localidad para
establecerse en otro, la migración propiamente dicha. Este
término tiene las siguientes connotaciones:

  • Migración clandestina:
    Migración secreta, oculta o disimulada en
    violación de los requisitos de inmigración.
    Ocurre cuando un extranjero viola las regulaciones de ingreso
    a un país; o cuando habiendo ingresado al país
    legalmente prolonga su estadía en violación de
    las normas de inmigración.

  • Migración de retorno:
    Movimiento de personas que regresan a su país de
    origen o a su residencia habitual, generalmente
    después de haber pasado por lo menos un año en
    otro país. Este regreso puede ser voluntario o
    no.

  • Migración espontánea:
    Movimiento de personas o grupo de personas que inician y
    realizan sus planes de migración, sin asistencia. Por
    lo general, esta migración es causada por factores
    negativos en el país de origen y por factores
    atractivos en el país de acogida; se caracteriza por
    la ausencia de asistencia del Estado o de cualquiera otro
    tipo de asistencia nacional o internacional.

  • Migración facilitada:
    Migración regular alentada o estimulada, haciendo que
    el viaje de las personas sea más fácil y
    conveniente.

  • Migración forzada/forzosa: Se
    utiliza para describir un movimiento de personas en el que se
    observa la coacción, incluyendo la amenaza a la vida y
    su subsistencia, bien sea por causas naturales o humanas.
    (Por ejemplo, movimientos de refugiados y de desplazados
    internos, así como personas desplazadas por desastres
    naturales o ambientales, desastres nucleares o
    químicos, hambruna o proyectos de
    desarrollo).

  • Migración interna: Movimiento
    de personas de una región a otra en un mismo
    país con el propósito de establecer una nueva
    residencia. Esta migración puede ser temporal o
    permanente. Los migrantes internos se desplazan en el
    país pero permanecen en él. (Por ejemplo,
    movimientos rurales hacia zonas urbanas).

  • Migración internacional: Movimiento
    de personas que dejan su país de origen o en el que
    tienen residencia habitual, para establecerse temporal o
    permanentemente en otro país distinto al suyo. Estas
    personas para ello han debido atravesar una
    frontera.

  • Migración temporal: Implica una
    movilidad por un tiempo específico o determinado
    después del cual se produce un retorno.

  • Migración voluntaria:
    Es aquella mediante la cual la persona se moviliza por
    voluntad propia sin presiones externas.

El migrante es el individuo que toma la
decisión de migrar libremente, por "razones de
conveniencia personal" y sin intervención de factores
externos que le obliguen a ello. Así, este término
se aplica a las personas y a sus familiares que van a otro
país o región con miras a mejorar sus condiciones
sociales y materiales y sus perspectivas y las de sus familias.
El migrante de corto plazo es la persona que se desplaza a un
país distinto al suyo o de su usual residencia por un
período de por lo menos tres meses pero no superior a un
año; excepto en casos cuando el desplazamiento a ese
país se hace con fines de recreación, vacaciones,
visitas a familiares y amigos, negocios o tratamiento
médico, y, el migrante de largo plazo es la persona que va
a otro país, distinto al suyo o de su usual residencia,
por un período de por lo menos un año, siendo el
país de destino el lugar de su nueva residencia. En la
perspectiva del país de salida esta persona es un
emigrante de largo plazo y desde la perspectiva del país
de llegada un inmigrante de largo plazo.

La gestión migratoria es el
término que se utiliza para designar las diversas
funciones gubernamentales relacionadas con la cuestión
migratoria y el sistema nacional que se encarga, en forma
ordenada, del ingreso y la presencia de extranjeros dentro de los
límites de un Estado y de la protección de los
refugiados y otras personas que requieren
protección.

Se presenta también la
aculturación, que según la RAE es el
proceso de adaptación de un individuo a las normas de
conducta del grupo a que pertenece, siendo un proceso de
recepción de otra cultura y de adaptación al nuevo
contexto sociocultural o sociolingüístico.

En cuanto a los Duelos descritos por Achotegui (2002),
se encuentran:

Duelo por la separación respecto de los
familiares y amigos:
Se dan grandes repercusiones
psicológicas, debido a la afectividad del migrante con su
entorno más próximo. Es la oportunidad para
reconstruir o fortalecer estas relaciones debido a la
lejanía que se genera. El migrante en algunos casos no
encuentra en su nueva instancia una red de apoyo familiar y
social. Esta falta conlleva ansiedad, soledad, sentimientos de
culpa, dificultades en la convivencia familiar, tendencia a
sufrir disfunciones adaptativas, frustraciones acumuladas y miedo
al futuro. Esto requiere el apoyo urgente de los servicios
psicosociales.

Duelo por la lengua materna: La lengua es uno
de los vínculos que el niño establece con su grupo
familiar, fundamentalmente con sus padres. La adquisición
de una nueva forma de expresarse comporta un gran esfuerzo por
parte del migrante. Para sus hijos y ellos mismos, se crean
grandes tensiones lingüísticas al adaptarse al medio
cultural del nuevo país. Se concibe a la lengua como un
vehículo de comunicación, un instrumento al
servicio del intercambio de conocimientos, sentimientos e
ideas.

Duelo por la cultura: Al marchar el emigrante
deja atrás toda una serie de concepciones y actitudes
acerca del mundo y de cómo una persona debe comportarse en
él. En el nuevo país las cosas pueden ser muy
diferentes. Cosas como la alimentación, el vestir, el
sentido del tiempo, entre otros. Cada cultura propone un o varios
rasgos de personalidad específicos, como patrones de
conducta. Además se halla un aspecto común a todas
las expresiones humanas: buscan aspectos de equilibrio como
también de excitación y descubrimiento. En la
migración es muy fácil que sucedan choques entre
estos dos enfoques de ser.

M. Rodrigo Alsina (1.999), habla de la cultura
como un universo referencial, como un conjunto de valores
otorgados a los diferentes aspectos de la vida, en una amalgama
de significados individuales que tienen una fundamentación
social, que son transmitidos por la familia y ejercidos en una
transferencia de valores y creencias en cada persona desde que
nace.

Duelo por la pérdida de paisajes, la
tierra:
La tierra simboliza a los padres, a los antepasados.
Los migrantes viven intensamente los cambios de paisaje,
temperatura, humedad, luminosidad, colores, pluviosidad, olores,
etc. Esta carga emotiva ligada a la tierra conlleva
sobrevaloraciones e idealizaciones acerca de ella. Cuando se
exagera mucho el valor de algo es porque no se tolera tal como
es, por eso se altera, para que atienda los gustos y necesidades
propias. La tierra no ha sido siempre tan buena madre como se
dice.

Duelo por la pérdida del estatus social:
La mayoría de los migrantes, aunque tengan ideas de
progreso y mejora, retroceden a nivel de estatus social respecto
a su sociedad de origen. Las condiciones sociales de gran parte
de los migrantes son tan precarias que dan lugar a que fracase su
proyecto migratorio, siendo este tema uno de los que más
demanda tiene, en lo que concierne a la ayuda psicológica.
Un reflejo de este Duelo es el pensamiento excepcional y casi
extinguido del triunfo o ascenso del migrante dentro del nuevo
entorno.

Duelo por la pérdida del contacto con el
grupo étnico (nacional) de origen:
la identidad
étnica refleja la misma identidad humana: de
género, generacional, religiosa, familiar, profesional, de
clase social, etc. Esto conlleva a una consciencia de un
"nosotros" frente a la de un "ellos", relacionando la pertenencia
a un grupo humano con unas características comunes de
cultura, historia, lengua, etc. Estos procesos de identidad
chocan fuertemente ya sea si son planteados por el
autóctono o por los migrantes.

Duelo por la pérdida de la seguridad
física. La existencia de graves riesgos
físicos:
Los migrantes se ven amenazados por
numerosos riesgos tanto para su salud como para su integridad
física. Esto comporta Duelo por todo lo que se ha perdido
en el país natal: comodidades, seguridad, condiciones
higiénicas adecuadas, alimentación suficiente,
entre otros. A esto se suma el alto índice de accidentes
laborales y enfermedades ligadas a la explotación que
padecen los migrantes o los viajes escondidos que realizan para
llegar al país de sus sueños. Por último se
añade la violencia contra los extranjeros en algunos
países.

La investigación toma como población al
adulto joven, definido como aquella etapa temprana que
comienza alrededor de los 20 años y concluye cerca de los
40. Este término es categorizado principalmente por el
psicólogo F. Rice, y lo caracteriza en los siguientes
ámbitos:

  • Intelectual: Capacidad de considerar varios
    puntos de vista, donde cada idea o tesis implica su idea
    opuesta o antítesis.

  • Moral: Función especial de la
    experiencia (confrontar valores y responder por el bienestar
    de otra persona), y un cambio del pensamiento
    egocéntrico al pensamiento abstracto.

  • Físico: La energía y la
    resistencia se hallan vitales. Los sentidos y sus
    músculos están en su mejor momento en este
    periodo. En este ciclo se enferman con menos facilidad y hay
    una sensación de vitalidad gigante.

  • Personalidad: Las crisis normativas lo
    acompañan como una serie de cambios sociales y
    emocionales. El contexto también influye en la
    ocurrencia de sucesos importantes para el
    individuo.

  • Afectiva: Es la etapa donde se elige una
    pareja, se establecen relaciones, se plantea la idea de
    paternidad, lograr amistades duraderas y un trabajo
    estable.

Las dimensiones son aspectos o facetas de algo.
El término tiene diversos usos, pero en este contexto se
interpreta como la circunstancia o aspecto que incide en la
elaboración del Duelo.

Dimensiones del
Duelo

La adaptabilidad tiene que ver con la capacidad del ser
humano para integrarse a nuevos ambientes de acuerdo con su
identidad. Se relaciona con los vínculos afectivos con sus
seres queridos, su control emocional, asimilación,
acomodación que se deben dar en el nuevo lugar de
residencia, en qué grado se ve a sí mismo como,
como se siente. Según Achotegui (2.002), la cultura en la
que los individuos se hayan involucrados, determina la
expresión de sus emociones. Arango (2011) indica que la
mayoría de la gente en Estados Unidos entiende que las
personas de otras culturas lucen diferentes a ellos, pues han
estado expuestos toda su historia a vivir con personas de otros
países. Es importante conocer las leyes básicas, la
cultura en general, la comida, costumbres, hábitos,
sistema político, formas de identificación, uso del
transporte público.

La dimensión Esperanza mide las oportunidades con
las que el migrante cuenta para lograr sus objetivos, generando
confrontación entre el presente y el futuro y entre su
país de origen y el de acogida. Se tiene en cuenta su
cognición, sentimientos y conductas. La migración
conlleva aspectos positivos, existencia de beneficios,
solución de problemas, todo se hace más llevadero
si el individuo conserva latente su esencia, sus factores
resilientes, su proyección, su plan de vida.

La realización implica una relación
profunda entre los motivos que llevaron al migrante al hecho
mismo de migrar, y su resultado desde el punto de vista
académico, laboral y económico, midiendo el grado
de cumplimiento de los objetivos propuestos. El migrante tiende a
distorsionar su realidad para sentir menos nivel de
frustración y mayor gratificación. Atendiendo los
planteamientos de A. Beck, se presenta una relación entre
el procesamiento de la información extraída fuera
de contexto, buscando desde la perspectiva de respuesta, varios
mecanismos como la inferencia arbitraria; la
generalización excesiva cuando se elabora una
conclusión a partir de hechos aislados y la
distorsión de la realidad.

En cuanto a la dimensión de
seguridad se presenta la lucha del migrante por su supervivencia,
por la satisfacción de sus necesidades básicas,
alimentación, vivienda, condiciones higiénicas,
peligros físicos, el grado de aceptación por su
nuevo entorno, los recursos internos y externos de apoyo
emocional. (A. Maslow, 1943).

La dimensión Sociabilidad reúne los
aspectos de identidad, vínculos sociales nuevos, grupos de
ayuda, fusión de tradiciones del lugar de origen y del
nuevo lugar de residencia; se tiene en cuenta por tanto la
percepción del migrante en cuanto a discriminación
y exclusión social, sentimientos de seguridad y de apoyo.
El migrante tiene a sentirse inseguro y abrumado, adoptando
actitudes regresivas que conllevan conductas de dependencia,
siendo sumisos por ejemplo ante figuras de autoridad, presenta
quejas por frustración y dolor, sobrevalora a quienes
considera líderes con una tendencia a
jerarquizar.

Desde hallazgos encontrados se puede afirmar que los
migrantes en la medida en que pasa el tiempo van generando un
mayor grado de aculturación que les permite sentir que su
proceso ha sido exitoso.

Según Arango (2011) los seres humanos realizados
asimilan la cultura del lugar de acogida con mayor facilidad,
aunque generalmente en algún momento llegan a experimentar
un cierto punto de discriminación. Dawson (2009), indica
que se ha observado que la sociedad tiende a discriminar
más a aquellos que asimilan menos la cultura. Sobre su
participación en actividades lúdicas o recreativas
con grupos de su nueva ciudad, se encontró que depende de
sus intereses en general, pues algunos prefieren viajar para
conocer otros lugares, otros socializar y otros permanecer
más con sus grupos de coterráneos. Según
Figueredo (2.001) la asimilación es el proceso a
través del cual se adopta la otra cultura, dejando
atrás la cultura original, que, dice Arango (2.011) se
cumple cuando existe aculturación, autorrealización
y éxito; pueden cambiar de una cultura a otro sin que se
les genere conflicto, sus experiencias benefician ambas culturas
y ayudan a los demás de forma efectiva.

Se puede ver en los resultados de la
investigación que el migrante presenta mayor resultado en
cuanto a la dimensión de adaptabilidad y menor a la
dimensión de sociabilidad, dado que sus relaciones
familiares y de amigos en el lugar de origen en general son
conservadas.

Conclusiones y
Recomendaciones

Conocer acerca de los procesos de Duelo que conlleva la
migración, permite el reconocimiento de emociones
vivenciales, cada paso presenta un sentido para
crecer.

Se hace indispensable que el migrante dentro de su
proceso de preparación se documente frente a los aspectos
legales, culturales, costumbres, restricciones, del lugar a donde
va, además de conocer de los procesos emocionales a los
que va a estar sometido. Es conveniente que el migrante organice
un plan detallado paso a paso, con tiempos y pautas
definidas.

Debe tenerse en cuenta los diferentes ámbitos de
la realidad sociocultural que puede encontrar el migrante, como
son el sistema político de gobierno, su estatus
tecnológico, económico, social, familiar, cultural,
personal en cuanto a valores y conductas, y las creencias y
costumbres religiosas.

El apoyo de los grupos sociales de compatriotas ayuda
durante el proceso de asimilación, se hace importante la
participación del migrante y el apoyo del país
receptor. Igualmente, la socialización con otros migrantes
propende por el reconocimiento de la diversidad cultural,
buscando complementarse con los integrantes del grupo, buscando
acuerdos y consenso, articulando recursos, rompiendo barreras
idiomáticas, institucionales, de la misma
organización, facilitando el recorrido de los migrantes
dentro del conocimiento de su nuevo entorno, generando
colaboración y aportación de quienes están
viviendo la misma situación.

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Este trabajo se hizo con base en investigación
desarrollada por la autora, para optar por el grado de
Psicóloga Social. Unad. 2012.

 

 

Autor:

Yaneth Rubio Pinilla

Psicología Social (2012)

 

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