- ¿Qué
es el estrés? - ¿Qué
sabe el público acerca del
estrés? - La
historia - Luchar o
huir - El estrés
como función adaptativa - "Lo
peor" - El hambre y el
estrés - El poder de los
grupos - Para evitar el
estrés, la vida hay que tomarla con
parsimonia… - Fases del
estrés - Síntomas
físicos del estrés - Herramientas para
combatir el estrés - Consejos para
prevenir el estrés - Diagnosticando el
estrés: - En
resumen - Bibliografía
"La mujer fue concebida para
cumplir misiones muy específicas:
para cuidar de otros, para reducirles el miedo y para
disminuirles el estrés…" FEFL en La
Dieta, los Glucocorticoides y el Estrés: Trilogía
Fatídica…
Esta lección es acerca del estrés,
obstáculo que obstruye e imposibilita la vida productiva
mientras roba la felicidad a tantas personas en el
mundo.
Estrés laboral
Esta lección es asimismo una
recapitulación de conocimientos para tratar de asistir de
manera práctica a las víctimas silenciosas de esta
respuesta emocional en un esfuerzo a soportarlos en su
búsqueda de alivio.
¿Qué es el
estrés?
El estrés es la respuesta
automática y natural de nuestro cuerpo ante las
situaciones que nos resultan amenazadoras o
desafiantes.
Nuestra vida y nuestro entorno, en
constante cambio, nos exigen continuas adaptaciones; por tanto,
cierta cantidad de estrés (activación) es
necesario.
En general tendemos a creer que el
estrés es consecuencia de circunstancias externas a
nosotros, cuando en realidad entendemos que es un proceso de
interacción entre los eventos del entorno y nuestras
respuestas cognitivas, emocionales y físicas
El estrés no tan solo nos incide negativamente
sino que empeora toda condición que nos afecta, desde "el
mal de amor" y los celos, hasta las malas notas, la obesidad y
las depresiones.
El estrés es tan poderoso que puede conducir
hasta la muerte como explico en:
http://www.monografias.com/trabajos92/vudu-magia-y-eficacia-terapeutica/vudu-magia-y-eficacia-terapeutica
¿Qué sabe
el público acerca del estrés?
Muy poco
La obra popularizada que mejor expone la
fenomenología de este singular problema es, de manera
indisputable, Why Zebras don"t get ulcers… por
Robert Sapolsky.
Libro en necesidad de revisión urgente, ya que en
pg. 79 — entre otras cosas — omite como causa de las
úlceras pépticas la comprobada presencia nociva en
el estómago del Helicobacter pylori,
descubrimiento que le ganó un Premio Nobel en el 2005 a
los australianos Barry Marshall y Robert Warren.
En el nombre de la ciencia y para apaciguar los
científicos escépticos, Barry Marshall se produjo
una úlcera intencionalmente cuando bebiera un cultivo de
la bacteria causativa, dando corroboración a su
tesis.
Helicobacter pylori
La historia
El estrés y su historia se remontan a la
época de Hipócrates y su interés nunca ha
disminuido, culminando en las labores de Marshall and Warren,
cuya misión se limitó a disipar las teorías
que existieran acerca de la etiología de las
úlceras, sin descartar la participación del
estrés en su progresión, como igualmente sucede en
el caso de la obesidad, a la que contribuye.
(Para leer más:
http://www.monografias.com/trabajos73/dieta-glucocorticoides-estres-trilogia-fatidica/dieta-glucocorticoides-estres-trilogia-fatidica)
Las respuestas fisiológicas, con las cuales
nuestro organismo responde al estrés, son muy eficaces —
por períodos limitados — en ayudarnos a sobrevenir
felizmente las crisis constantes que nos afectan en la vida
cuotidiana.
Luchar o huir
Cuando el cerebro registra la presencia de
una amenaza que nos confronta, una reacción de alarma se
desencadena: El Hipocampo cerebral descarga la hormona Factor
Secretante Corticotrópico (FSC), la que induce a su vez la
liberación, desde la glándula Pituitaria, de la
Hormona Adrenocorticotrópica (HACT), esta hormona se
despliega en la sangre mientras envía señales a las
glándulas suprarrenales para que éstas produzcan
moléculas semejantes a los esteroides, llamados
glucocorticoides.
Al cabo de unos pocos segundos, el cuerpo
enfrenta el peligro percibido: dilatando las pupilas para ver
mejor, transpirando un sudor viscoso para resultar resbaladizos
si nos atrapan, aumentando la velocidad del latido
cardíaco anticipando la necesidad de correr, incrementando
la disponibilidad de la glucosa circulante como fuente de
energía lista y utilizable, aumentado la velocidad de la
coagulación de la sangre para cicatrizar heridas,
suspendiendo funciones corporales que no sean esenciales, y
alistando poderes extraordinarios de concentración y de
vigor.
Por medio de estos mecanismos
fisiológicos: O se ataca, o se huye del peligro que nos
confronta (fight or flight response).
Esta reacción instantánea y
extrema no es perjudicial, ya que sirve un buen objetivo, aunque
transitorio, pero a un costo de energía muy
elevado.
Lo que se torna problemático, es
cuando estas mismas reacciones se vuelven crónicas y
sostenidas, hasta el punto de que personas atascadas en las
mismas, sin posible escape, pueden sufrir daños severos,
tanto emocionales como físicos.
El estrés como
función adaptativa
La reacción descrita se estableció para
asegurar nuestra supervivencia frente a los peligros que
abundaban en la Selva Primordial.
Hoy, las cosas han cambiado, pero el
torrente neuroquímico y hormonal para responder a peligros
inminentes — reales o imaginados — ha permanecido
esencialmente inalterado.
Lo mismo, podemos decir, que ha sucedido
con nuestra respuesta a la escasez de comida, causa mayor del
estrés.
El problema resultante, en ambos casos, es
que soluciones que fueran favorables de antaño, ya cesaron
de serlo — a menudo, perjudicándonos — en lugar de
conferirnos ventajas.
Veamos la razón
Hoy día, todos nuestros riesgos no
son tan puros y simples como de antes solían ser. En
tiempos pasados, peligro era la erupción de un
volcán, un terremoto, un ciclón, la escasez
colectiva de comida para la tribu, la invasión inminente
por una horda hostil, una epidemia, o el ataque imprevisto por
enfermedad o animal salvaje.
Peligros eran sujetos a ser calificados y a
ser cuantificados. Nadie temía a la intrusión de un
manojo escaso de guerreros pobremente equipados a los cuales su
propia agrupación tribal los excediera en números y
en armamentos.
Celos
Nadie temblaba al encontrar un gato en su
camino, en lugar de su versión magnificada, en un tigre.
Pero en nuestra sociedad "moderna", llena de simbolismos
representantes del pasado, es muy fácil que un examen
universitario o médico, la subida de los precios para
adquirir la comida o la gasolina, el contenido de una carta, la
evaluación injusta hecha por un profesor, el hecho de
engordar unas libras, las palabras críticas de otra
persona, la pérdida de posesiones banales, el rechazo de
un amante, el vencimiento del plazo de una deuda, el enterarse
del divorcio de los padres — en esto, no importa cuál
sea nuestra edad — la quiebra habituadas de los bancos
mundiales, la falta de oportunidades, debidas al color de la
piel, afiliación religiosa, u otras cosas "injustas",
elevan la producción de los glucocorticoides del cuerpo,
como si se estuviese enfrentado peligros mortales,
característicos de nuestra vida, en el período
paleolítico superior.
"Lo peor"
Cuando la ansiedad es crónica, y
cuando la depresión emerge de los lugares más
recónditos de nuestros cerebros, haciendo
simultáneamente sus indeseables presencias, con ello
aumenta nuestra vulnerabilidad tanto emocional como
física. Es entonces, cuando, nuestros centros de
emergencia se preparan para "lo peor". Pero, cuando asimismo, "lo
peor" parece que nunca llega, porque "lo peor" es intangible, o
porque "lo peor" es meramente una situación
indeseable (no un tigre atacándonos), de la cual no puede
uno librarse, esta actividad de emergencia aguda se transforma en
actividad de emergencia crónica, debilitando los sistemas
que fuesen aguzados para responder. Ya que sus acciones fueron
diseñadas para ser aplicadas de modo inmediato, no para
ser postergadas.
De este escenario aberrante se derivan
síntomas y condiciones los cuales pueden ser entendidos
como psicosomáticos, inducidos por el
estrés.
Causa del estrés
moderno
Entre ellos se cuentan los dolores
neuromusculares y los dolores de cabeza, las diarreas agudas y
crónicas, las enfermedades digestivas (como puede ser la
exacerbación de úlceras pépticas), las
migrañas, el insomnio, la obesidad y la astenia. Casi todo
síntoma emocional, incluyendo la ansiedad vaga y difusa,
los ataques de pánico, los terrores nocturnos y las
pesadillas, la impotencia genital y la anorgasmia femenina,
pueden deber sus causas al estrés sostenido y
prolongado.
También puede decirse, que la
presencia de cualquier forma de estrés, afecta y disminuye
la capacidad de adaptar, ya que ésta interfiere con las
funciones del Sistema Inmune que defiende nuestros cuerpos contra
toda agresión o desequilibrio.
Obviamente, el estrés, con todas sus
manifestaciones negativas, no nació en el Siglo XX, ni ha
esperado hasta la alborada de este nuevo siglo para hacer su
debut. Lo que sí parece ser posible, es que la
metáfora que augura el desastre ("lo peor") que nunca
llega, sea parte residual de adaptaciones, propias de un
período en nuestro pasado, en el cual el estrés era
repentino, aunque transitorio.
El hambre y el
estrés
Frente al peligro, representado por el
estrés, el hipotálamo que en sus funciones
dependiera la facultad de acumular reservas grasas para adaptarse
a crisis potenciales, nos conduciría a comer más
para aumentar libras adicionales, como función de la
retención de líquidos y del metabolismo eficiente,
acopiando reservas adiposas.
Por ello el estrés nos hace
engordar.
El poder de los
grupos
Para adaptarse mejor, una lección
puede derivarse de nuestros predecesores, y ésta puede ser
expresada en una expresión muy común: "nadie puede
vivir en aislamiento total" (no man is an island, como
observara John Donne).
Colitis
Beneficiémonos, entonces, del poder
que nos brindan la afiliación a los grupos y de la terapia
para confrontar el estrés, como lo harían nuestro
antepasados paleolíticos, quienes no se tornaban obesos
cuando el estrés los frecuentaba.
En su lugar, como tanto hemos visto en
tribus y sociedades primitivas, el estrés se
compartía y se repartía entre todos, haciendo un
esfuerzo colectivo para encontrar soluciones eficientes a las
crisis confrontadas.
Para evitar el
estrés, la vida hay que tomarla con
parsimonia…
Más de la mitad de los adultos han
padecido o padecen estrés, según la
Asociación Internacional para Estudio del
Estrés.
La palabra estrés tuvo su uso
inicial en las ciencias Físicas, y no fue hasta los
años treinta del siglo XX cuando Hans Selye comenzara a
utilizarla para referirse a las circunstancias y acontecimientos
que impactan en la vida de una persona y producen reacciones en
ella.
El estrés es un fenómeno
fisiológico normal, representando la respuesta que emite
un organismo ante estímulos percibidos como amenazantes.
Por eso, el buen estrés es positivo: ayuda a soportar
situaciones exigentes y a reaccionar frente a las demandas del
entorno. El estrés negativo o angustia aparece cuando el
organismo no es capaz de adaptarse a la situación, de dar
respuestas adecuadas a las demandas del entorno. Entonces, se
produce una activación y ansiedad desmesurada,
acompañada de incapacidad para centrarse eficazmente en
las tareas. El malabarista ejecuta sus maniobras con tres bolas,
después con cuatro, más tarde con cinco, pero al
incorporar la sexta, se le caen todas las bolas, no sólo
la sexta.
Dismenorrea
Las personas tienen una limitada capacidad
de trabajo y de respuestas a las situaciones. Cuando se nos exige
más de lo que somos capaces de dar en un momento preciso,
podemos bloquearnos de tal manera que no nos sería posible
realizar tareas sencillas que apenas representaban dificultad.
Para responder a las exigencias cotidianas y a las situaciones
extraordinarias necesitamos un cierto grado de activación,
de tensión. Si es insuficiente, no reaccionaremos bien,
pero si la tensión es excesiva, podemos quedar
incapacitados para responder.
Evite que, en su empuje, el estrés
lo aplaste.
Fases del
estrés
El estrés no aparece de manera
repentina, se considera que existen tres fases:
Fase de alarma: en el momento de
enfrentarnos una situación difícil o
desconocida, nuestro cerebro analiza los nuevos elementos,
los compara recurriendo a la memoria de coyunturas similares
y si entiende que no disponemos de energía para
responder, envía órdenes para que el organismo
libere adrenalina. El cuerpo se prepara para actuar,
acelerando la frecuencia cardíaca, elevando la
presión arterial, tensando los músculos; lo que
resulta en una reacción biológica que nos
prepara a actuar.
En este primer estado, puede notarse la
actividad benéfica de la
angustia-señal.
La fase de resistencia: durante
ésta, el individuo se mantiene activo mientras dura la
estimulación y aunque aparecen los primeros
síntomas de agotamiento, sigue reaccionando
bien.
Cuando la situación estresante cesa,
el organismo retorna a la normalidad.
La fase de agotamiento: si la amenaza,
los estímulos y demandas no disminuyen, el nivel de
resistencia termina por agotarse, apareciendo de nuevo la
alarma. Es entonces cuando se comienzan a sufrir problemas
físicos y psíquicos.
Según Hans Selye, "el
estrés se convierte en peligroso cuando aparece con
frecuencia, se prolonga de modo inusual o se concentra en un
órgano determinado del cuerpo".
Jaqueca
Síntomas
físicos del estrés
El estrés no sólo tiene
repercusiones psicológicas, sino que también afecta
nuestro estado de salud física.
Sistema gastrointestinal: el
estómago segrega más ácidos. Si la
situación se mantiene, las paredes de este
órgano terminan irritándose. La sangre que lo
irriga se desvía, alterando el proceso de la
digestión. Muchas úlceras gastroduodenales y la
colitis ulcerosa son exacerbadas por situaciones
crónicas de estrés.Sistema muscular: la tensión
aparece en forma de contracturas a distintos niveles:
mandíbula, cuello, espalda, dolores en las
piernas.Sistema respiratorio: la
respiración se acelera y se vuelve entrecortada. Se
tiene la sensación de que el aire no llena los
pulmones.Sistema cardiovascular: se liberan
adrenalina y norepinefrina, que hacen que el ritmo
cardíaco y la presión arterial aumenten. Se
produce una dilatación de los vasos sanguíneos
y retención generalizada de fluidos.La piel: la sudoración se torna
profusa. Y, cuando el estrés es prolongado, pueden
surgir patologías dermatológicas vinculadas a
estados de ansiedad.
Cuando surgen estos síntomas
"funcionales" (sin causa orgánica aparente), se produce
una retroalimentación negativa que reactiva los procesos
biológicos de alarma y redobla la
sintomatología.
Dispepsia
Herramientas para
combatir el estrés
Cuando los síntomas del
estrés comienzan a perjudicar nuestra calidad de vida
causando sufrimiento psicológico, irritabilidad,
disminución del rendimiento laboral, dificultades de
concentración, insomnio o visión pesimista de la
realidad, debemos recurrir a ayuda especializada.
No se puede huir permanentemente de las
situaciones que producen estrés.
Alguna vez hay que afrontarlas, y para ello
disponemos de herramientas que serán válidas si se
aplican con el juicio y la asistencia requeridos.
Veamos algunas
Fármacos: tranquilizantes o
antidepresivos (siempre bajo prescripción
médica), indicados para reducir la ansiedad. Muy
útiles si se complementan con otros tratamientos que
ayudan a eliminar las causas del estrés, y no
sólo los síntomas. Algunos son adictivos si se
usan de manera extendida.Técnicas de relajación:
métodos que combinan la respiración profunda
que garantiza una buena oxigenación con la flojedad de
los músculos. Un cerebro bien oxigenado y que percibe
el bienestar de la relajación muscular está
mejor preparado para percibir positivamente la realidad
problemática. Hay muchas técnicas conocidas,
pero conviene descartar las que conllevan manipulaciones de
la personalidad o que son científicamente
dudosas.Técnicas cognitivas:
métodos psicológicos articulados por expertos.
Éstos intentan reestructurar el pensamiento de quien
sufre, para que aprenda a interpretar adecuadamente las
situaciones que le producen malestar.Los masajes y las maniobras pasivas del
cuerpo: relajan los músculos y estimulan la
circulación sanguínea. Las técnicas
pueden incluir el masaje profesional.La hidroterapia: El agua, a
presión y temperatura adecuadas, es un elemento
relajante. Las terapias en balnearios de efluvios termales y
la talasoterapia han vuelto a ponerse de
actualidad.La terapia Terpsícore: usa la
música (normalmente, instrumental y sin estridencias)
como elemento relajante.
Consejos para prevenir
el estrés
Dormir lo necesario. Lo "normal" dicen
que son ocho horas, pero depende de cada persona. El
sueño debe ser reparador, hemos de sentirnos
descansados cuando nos levantamos de la cama.Hacer ejercicio físico, adaptado
a la edad y condición del individuo, ayuda a liberar
tensiones y facilita el aumento de endorfinas, sustancias que
provocan sensaciones placenteras.Cuidar la alimentación. No
sólo llevar una dieta equilibrada, sino comer con
tiempo suficiente, evitando las bebidas estimulantes, las
grasas y los azúcares.Técnicas de relajación.
Tomarse quince o veinte minutos al día para practicar
estas técnicas. Si no se conocen, intentemos
informarnos. La siesta diaria, aunque breve, es una buena
opción…Organizar bien el tiempo. La
precipitación, las prisas y la acumulación
desordenada de tareas causan estrés. Dediquemos a cada
cosa su tiempo, sin olvidar reservar un espacio para nosotros
mismos.Separar el trabajo de la vida personal.
No llevar trabajo a casa y aprender a olvidarse del mismo
cuando no trabajamos. Una opción: buscarnos otras
distracciones, obligatorias, cada día.Aprender a comunicar nuestras cosas.
Hablar de nuestros problemas con gente de confianza o un
terapeuta alivia tensiones internas.Romper la monotonía. La rutina
es un factor que acompaña a la tensión
emocional y genera insatisfacción y aburrimiento.
Busquemos actividades diferentes para hacer cada
día.
Yoga
Diagnosticando el
estrés:
Según los investigadores, cada
acontecimiento extraordinario provoca su propio grado de
estrés. Si la suma de las cifras que figuran en este
cuadro supera 150 en un año, la persona tiene una
probabilidad del 50% de padecer estrés.
Si es mayor de 300, llega al
90%.
– Muerte del – Divorcio – Separación – Encarcelamiento – Muerte de familiar – Enfermedad grave – Matrimonio – Pérdida del – Reconciliación – Jubilación – Deterioro en la salud de un – Embarazo – Dificultades sexuales – Entrada inesperada de un nuevo – Cambios en el estado – Muerte de un amigo – Cambio de tipo de – Comienzo de disputas – Desembolso importante de – Vencimiento de hipoteca o – Problemas con la ley – Triunfo personal – Cónyuge que abandona o – Cambios de hábitos – Problemas con los – Cambios en el trabajo – Cambios en los hábitos de – Cambio en los hábitos – Vacaciones | 100 73 65 63 63 53 50 47 45 45 44 40 39 39 37 36 35 35 31 30 29 28 26 24 23 20 16 15 13 | ||||||||||
Masaje
En resumen
El estrés es tan ubicuo y tan
omnipresente en la vida, que aún las vacaciones (evento,
supuestamente, feliz) y el matrimonio, que lo debiera
ser, se supone que lo causan.
El estrés, como síntoma y
como experiencia, hay que domarlo o a su vez nos doma a
nosotros… Para reconocerlo en sus etapas tempranas es
útil saber de la existencia del fenómeno de la
angustia-señal.
Por ello, hay que aprender a superar las
crisis de la vida, desglosándolas, entendiendo sus
componentes, y poniéndolas en sus propias perspectivas —
ya que saber vivir es un arte…
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: La Dieta, los Glucocorticoides y
el Estrés: Trilogía
Fatídica… en
monografías.comLarocca, FEF: Los Estados de Ansiedad y de
Angustia en monografías.comLarocca, FEF: Estrés y los Trastornos del
Comer en monografías.comLarocca, FEF: La Angustia
Señal y la Comunicación con los Astros en
monografías.comLarocca, FEF: El Mar: Panacea
Natural en monografías.comLarocca, FEF: Vudú, Magia y
Eficacia Terapéutica: Hipóstasis Portentosa del
Arte de Sanar en monografías.comLarocca, FEF: Los Efectos
Extraños de las Endorfinas en
monografías.com
Sapolsky, R: (1994) Why Zebras don"t
Get Ulcers: A Guide to Stress, Stress-Related Diseases and
Coping WH Freeman
Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca