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Estudio teorico sobre el riesgo operacional para entidades financieras



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Estado
    del Arte de la Gestión de Riesgos
    Bancarios
  4. Criterios para analizar el riesgo en una
    institución financiera
  5. Estado
    de la Práctica de la Gestión de Riesgo en
    Cuba
  6. Importancia y necesidad de una
    Administración de Riesgos Bancarios para el sector
    empresarial y sector particular
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía

Los cambios sustanciales experimentados en el Sistema
Bancario Cubano en las últimas décadas, el
incremento y reestructuración de las operaciones, y la
fluctuación laboral acrecientan la ocurrencia de errores
en la operativa bancaria, atentando contra su imagen corporativa
y resultados. En esta investigación a partir de la
valoración del tratamiento de la literatura especializada
actual sobre la problemática de los riesgos bancarios, se
realiza un estudio bibliográfico de los riesgos que
afectan la actividad bancaria, se caracteriza el riesgo
operacional, así como se analiza el estado actual de la
Administración del Riesgo operacional para una
Institución Financiera.

Palabras claves: Gestión,
riesgos comerciales, procesos, administración, riesgos de
negocios

El riesgo operacional no es un riesgo nuevo, como
tampoco lo es el decir que no es exclusivo de las entidades
financieras. Este riesgo es intrínseco a todas las
actividades y procesos de cualquier sector. Lo novedoso es el
intento de definirlo con la mayor precisión posible y
situarlo en relación a los otros tipos de riesgos, el
desarrollo de metodologías para identificarlo, la
tentativa de medirlo, la exigencia de capital regulatorio para
hacer frente a sus efectos adversos y los cambios del entorno de
los negocios, de la competencia, de las tecnologías y de
las actividades delictivas que originan nuevas modalidades de
riesgo operacional.

A partir del año 1996, el Sistema Bancario Cubano
ha experimentado cambios sustanciales en su contexto, con la
creación de nuevos bancos y la estructuración de
novedosos servicios en aquellos que ya existían, todo lo
cual se ha traducido en mejoras evolutivas y desarrollo del
mismo.

Paralelo a esto se han manifestado situaciones que son
el resultado característico de los cambios, modificaciones
y transformaciones acaecidas; encontrándose: El incremento
de las operaciones, la reestructuración de algunas
operaciones por efectos de nuevas disposiciones y la
fluctuación del personal; incrementándose la
ocurrencia de errores en la operativa bancaria.

Todo lo anterior expone al Banco al menos durante un
período de tiempo considerable a la ocurrencia de sucesos
o eventos negativos, atentando contra su imagen corporativa y en
muchas ocasiones contra sus resultados.

En concordancia con lo anterior el Comité de
Supervisión Bancaria de Basilea, ha enfocado su
atención, desde el año 2003 al tratamiento del
riesgo operacional, el cual se había considerado durante
mucho tiempo como no cuantificable, mas atendiendo a la
ocurrencia de eventos significativos asociados al mismo, se ha
reconocido que puede representar un peligro sustancial para la
solidez y seguridad del Sistema Bancario
Internacional.

Tradicionalmente este riesgo ha sido administrado por
las empresas bancarias y financieras a través del
establecimiento de un conjunto de normas y controles operativos
en sus diferentes procesos de negocio. Sin embargo, la mayor
complejidad de las operaciones y productos bancarios, así
como su creciente dependencia en la tecnología de
información, han determinado que la administración
de estos riesgos adquiera una mayor importancia, y que sea
necesario complementar las técnicas tradicionales con
nuevas herramientas.

El desarrollo de la teoría de riesgos ha
permitido a las instituciones financieras conocer mejor la
exposición de su cartera de productos y establecer las
pérdidas a las cuales se expone. Sólo en tiempos
recientes se ha explotado esta herramienta en el ámbito
financiero debido a la similitud existente con uno de los
principales riesgos que las instituciones financieras enfrentan,
el riesgo operacional, vinculando a esto los análisis
financieros los cuales hoy en día ofrecen gran
incertidumbre.

Las finanzas, como disciplina científica, estudia
la manera como se asignan recursos escasos a lo largo del tiempo
en condiciones de incertidumbre; siendo una de las
características principales con las cuales debe convivir
una institución financiera. Todas las decisiones que se
toman en el mundo de los negocios implican cierto grado de
incertidumbre o de riesgo, por lo tanto, es importante evaluar
los riesgos inherentes, antes de efectuar cada
operación.

Una amplia serie de fenómenos, cuyo
comportamiento es impredecible, tiene un impacto directo en el
desempeño de dichas instituciones. En el caso de las
instituciones bancarias, ellas tienen que hacer provisiones de
capital para hacer frente a pérdidas originadas tanto por
la calidad crediticia de sus deudores como por los cambios en los
factores de mercado que afectan su cartera de
productos.

Al examinar un proyecto de crédito para una
empresa, un banco está realizando una evaluación
acerca de la capacidad de ésta para reembolsar su deuda y
estará especialmente interesado en los indicadores de
liquidez y rentabilidad.

Los bancos actúan libremente para otorgar
préstamos a sus clientes bajo rigurosos análisis de
riesgos, además funcionan bajo las regulaciones de
supervisión bancaria establecidas por el Banco Central en
concordancia con las normas internacionales del Comité de
Basilea y en el Banco Internacional de
Pagos[1]así como existen además
normas para la prevención del fraude y el lavado de
dinero.

El Banco Central de Cuba, como organismo rector del
sistema financiero regula y supervisa las instituciones
financieras y bancarias del país y a su vez establece
dentro de sus funciones la Supervisión Bancaria y el
Control de Cambios.

El Órgano de Supervisión Bancaria
está facultado para dictar las normas, procedimientos y
regulaciones necesarios, además de velar porque las
instituciones financieras cumplan con las leyes, reglamentos y
otras disposiciones que las rijan con el fin de ejercer una
amplia fiscalización de sus operaciones y negocios. Esta
entidad ha emitido regulaciones relacionadas con el
análisis de riesgo en las instituciones financieras entre
las que podemos citar la Instrucción No.15/2001 sobre el
"Otorgamiento Control y Recuperación de los
Financiamientos", el Acuerdo No. 186/1999 sobre las "Normas de
Concentración de Riesgo" así como la
Resolución No. 27/1997 que crea la "Central de
Información de Riesgos".

Objetivo General: Realizar un estudio
bibliográfico de los riesgos que afectan la actividad
bancaria a partir de evaluar el Riesgo Operacional, analizando el
estado actual de la Administración del Riesgo operacional
para una institución financiera.

DESARROLLO

1.1.1: Fundamentos teóricos del
Riesgo.

El riesgo es un término que se considera
fundamental, por su vínculo con todo el que hacer, se
puede afirmar que no hay actividad de la vida, los negocios o de
cualquier asunto que no lo incluya, es por ello que la humanidad
desde sus inicios buscó maneras de protegerse contra las
contingencias y desarrolló, al igual que la mayoría
de las especies animales, maneras de evitar, minimizar o asumir
riesgos a través de acciones preventivas.

El riesgo es parte inevitable de los procesos de toma de
decisiones en general y en los procesos de inversión en
particular. Está asociado también a inseguridad,
duda o insuficiente conocimiento que en mayor o menor grado rodea
a los hechos económicos y sus resultados, así como
la afectación y carácter no deseable de algunos de
los efectos que se deriven de ellos, constituyen las bases para
la existencia de riesgo. Varios autores: García
Soldevilla, E. (1990); Cooper & Chapman (1994); Philippe
Jorion (1999); Portillo Tarragona (2001); Marino
Rodríguez, Frías C. & Souquetc (2002), entre
otros, han pretendido dar definiciones al término
analizado. Las diversas definiciones de riesgo existentes,
demuestran que el mismo es adaptado según la actividad por
la cual se exponen los entes económicos,
entendiéndose desde distintos puntos de vista, como
son:

En Economía: Conjunto de dificultades y
peligros que debe afrontar el empresario para conseguir
beneficios en su actividad, o la probabilidad de no obtener el
resultado esperado y deseado.

Para el Mercado Financiero: La imputación
de riesgo de un activo financiero en concreto respecto del riesgo
de una cartera diversificada, depende de cómo reacciona el
rendimiento de ese título a una subida o bajada general de
todo el mercado.

Para Instituciones Financieras: El riesgo aparece
cuando la entidad asume, mediante la intermediación la
responsabilidad de cumplir sus obligaciones con los ahorristas e
inversores, lo que va a depender en gran medida de la
amortización en tiempo y forma de los deudores del banco.
Riesgo que asume al financiar a terceros. Es decir,
financiación total aportada por el banco y dispuesta por
el cliente. Es la suma de créditos dispuestos, efectos
descontados y pendientes de cobro, préstamos, entre
otros.

En consecuencia con lo anteriormente expuesto se
considera que los conceptos abordados por los autores antes
mencionados son válidos, destacando aspectos relevantes
que permitan comprender su importancia dentro del contexto de la
gestión de riesgos como:

  • 1. El riesgo se asocia con incertidumbres de
    que un suceso pueda ocurrir.

  • 2. Exposición a determinada eventualidad
    económica desfavorable.

  • 3. Acontecimiento futuro posible e incierto de
    naturaleza objetiva, cuya ocurrencia causa un daño
    concreto.

  • 4. Grado de probabilidad de
    pérdida.

  • 5. Posibilidad de que un suceso ocurra y
    provoque pérdidas a una persona natural o
    jurídica, en sus personas o bienes.

  • 6. Amenaza de contingencia
    dañosa.

1.1.2. Análisis del Riesgo
Bancario.

Un banco es un tipo muy especial de empresa, en la cual
se capta dinero del público y este es dado en
préstamos – conjuntamente con recursos propios de la
entidad – a terceros, quienes pagan intereses por el uso del
dinero. Así, usualmente los recursos con los que un banco
genera sus ingresos son, en parte propios (patrimonio o capital),
y mayoritariamente ajenos (depósitos del público).
Por ello, dado que la mayoría del dinero que un banco
administra no le pertenece, la gestión bancaria requiere
un proceso constante de evaluación y medición de
los riesgos a los que se exponen los recursos de los depositantes
en las operaciones de la entidad.

El riesgo está ligado a la incertidumbre que
rodea en general a cualquier hecho económico, en el
sentido de contingencias que pueden ocasionar pérdidas. El
mismo reviste una gran complejidad en el negocio financiero dada
la multiplicidad de formas que presenta y las interrelaciones
entre ellas.

La labor de intermediación financiera tiene un
rasgo inherente: el riesgo bancario; éste existe
porque los pasivos de un banco son ciertos, mientras que sus
activos siempre presentan algún grado de incobrabilidad o
irrecuperabilidad. Es por ello que las entidades y las
autoridades, entre cuyos fines se encuentra el de promover el
sano desarrollo del sistema financiero, participan en la
regulación de los intermediarios financieros y de las
operaciones que estos realizan, y justifica la creación de
entidades avocadas a la supervisión bancaria. La labor de
intermediación financiera no debe poner en riesgo el
dinero de sus clientes, ya que ello provocaría la
pérdida de la confianza, fuga de capitales y el colapso,
no sólo de una institución en particular, sino del
sistema financiero del país.

El riesgo bancario se refiere a todos los distintos
tipos de riesgos que enfrentan las instituciones bancarias cuando
llevan a cabo sus actividades. Normalmente, este varía
dependiendo del tipo de negocios que desarrolle dicha
institución.

Su administración suele ser regulada por los
organismos supervisores de la banca (Superintendencias) en cada
país individual. Una preocupación básica de
estos organismos es asegurar que cada entidad bancaria pueda
devolver los depósitos del público, lo que requiere
de un nivel adecuado de capital para que, en caso de una
pérdida, ésta se cubra con recursos propios y no
con dinero del público. Por ello, cada entidad debe tener
un capital proporcional a los recursos que arriesga y al nivel de
riesgo al que los expone. Esta relación entre lo propio y
lo arriesgado se conoce como Nivel de Solvencia, y determinar su
proporción ideal es objeto de esfuerzos
internacionales.

Un banco administrado sobre la base de evitar todos los
riesgos o tantos como sea posible será una
institución estancada, y atenderá de manera
deficitaria las necesidades crediticias de su clientela. Sin
embargo, una institución que asume riesgos excesivos, o
los asume sin reconocer aún su existencia o magnitud,
seguramente encontrará dificultades.

Reflejando las características mencionadas, el
Riesgo Bancario podría definirse como: Probabilidad
de que los precios de los activos que se posean se muevan
adversamente ante cambios en las variables macroeconómicas
que los determinan, es decir riesgo que asume el banco al
financiar a terceros.

1.1.3 Tipología de Riesgos
Bancarios.

Como se ha mencionado, el riesgo nace de la
incertidumbre actual respecto a lo que puede ocurrir en el
futuro. En ese sentido tal y como señala Ortega (1993)6
"…el negocio de la banca es gestionar riesgos, siendo este el
riesgo en gestionar la complejidad inherente al juego de
equilibrios entre el riesgo y la rentabilidad…"

Las instituciones financieras desarrollan una actividad
de gran responsabilidad, pues sus negocios involucran los ahorros
del público y los recursos que tienen establecidos con
algún propósito y por la naturaleza de sus
operaciones, tienen riesgos intrínsecos que han sido
definidos y clasificados como: (Tabla 1.1).

Tabla 1.1: Diferentes tipo de riesgos
bancarios.

Categorías de Riesgos
Bancarios

  • 1. Riesgo de Crédito

  • 2. Riesgo de Liquidez

  • 3. Riesgo de Mercado

  • 4. Riesgo Operacional

  • 5. Riesgo Legal

  • 6. Riesgo País

  • 7. Riesgo de Tasa de Cambio

  • 8. Riesgo de Tasa de
    Interés

  • 9. Riesgo de Contagio

Fuente: En aproximación a diversos autores:
(Bruce,J.,1994, Soldevilla E,1996, Jorion P,1999; Portillo
Tarragona,2001; Ramos R, 2000)

Los cuales son definidos según la actividad
bancaria como:

  • 1. Riesgo de Crédito: Es la
    posibilidad de incurrir en pérdidas por el
    incumplimiento, total o parcial, del Cliente de las
    obligaciones contractuales contraídas con el
    intermediador financiero, teniendo implícito el riesgo
    de insolvencia. Es el riesgo financiero típico,
    asociado a las operaciones de préstamo,
    crédito, aval y otras. Estos pueden ser:

  • 1. Riesgos Directos: Se derivan de los
    préstamos o créditos, de dinero, concedido por
    la institución o de las operaciones de arrendamiento
    financiero que la misma concierte con sus
    clientes.

  • 2. Riesgos Indirectos: Los
    contraídos por la entidad con quienes garantizan o
    avalan operaciones de riesgo directo y en especial los
    avales, afianzamientos y garantías
    personales.

  • 3. Riesgo de Liquidez: Incertidumbre
    derivada de una falta de adecuación entre los
    vencimientos de las operaciones o consecuencia de una
    estructura de pasivos y activos que no permita hacer frente a
    las obligaciones de pago. Este riesgo no implica que un
    participante es insolvente puesto que puede ser capaz de
    liquidar las obligaciones requeridas en un momento posterior
    no especificado.

  • 4. Riesgo de Mercado: Riesgo de
    incertidumbre sobre el valor de mercado en el futuro de
    determinados activos y/o pasivos (o de una cartera de ellos)
    por variaciones de precios de mercancías,
    títulos, tasas de cambio y tasas de interés. Se
    deriva del hecho de que hay otros peligros en el conjunto de
    la economía que amenazan a todos los negocios; es por
    esto, que las acciones tienden a moverse en el mismo sentido
    y esta es la razón por la que los inversores
    están expuestos a las "incertidumbres del mercado",
    independientemente del número de acciones que
    posean.

  • 5. Riesgo Operacional: Es el riesgo de
    pérdida directa o indirecta causada por una
    insuficiencia o falla en los procesos, personas y sistemas
    internos o por un acontecimiento externo.

  • 6. Riesgo Legal: Es el riesgo de
    pérdida debido a la existencia de documentación
    o asesoría legal inadecuada o incorrecta o la no
    existencia de las mismas, o a la puesta en vigor
    inesperadamente de disposiciones legales en el país
    donde se ejecuta la contratación o la
    operación, así como el surgimiento de procesos
    legales que puedan afectar el patrimonio de las partes
    vinculado con el financiamiento. Incluye decisiones
    gubernamentales o administrativas que comprenden un cambio en
    el status legal en la entidad objeto del crédito,
    derivando en un incumplimiento de las obligaciones de
    pago.

  • 10. Riesgo país: Representa el
    posible efecto negativo que la actividad política,
    social, legal, económica y cultural de un país
    puede tener en el valor de la inversión extranjera
    localizada en dicho lugar.

  • 11. Riesgo de Tipo de Cambio: El riesgo
    cambiario puede definirse como la posibilidad de incurrir en
    pérdidas que pudieran ocasionar las fluctuaciones en
    el tiempo de los tipos de cambio de las monedas en
    términos de una moneda dada, que puede ser la local o
    una extranjera seleccionada.

  • 12. Riesgo de Tasa de Interés: Es
    la posibilidad de pérdidas futuras en el conjunto del
    balance, como consecuencia del diferente vencimiento de las
    operaciones activas, pasivos y de fuera de balance, ante
    movimientos adversos en el tipo de interés. Puede
    definirse como el riesgo derivado de las fluctuaciones en las
    tasas de interés de los activos y pasivos de un agente
    económico. (Lama y Cardona analizan la sensibilidad
    del activo y pasivo a las variaciones del tipo de
    interés en las entidades financieras)7.

  • 13. Riesgo de Contagio: El riesgo de
    contagio se produce a través de la existencia de
    exposiciones con entidades de un mismo grupo empresarial
    (dígase unión de empresas u organismos con
    independencias internas fuertes), y su gravedad es
    directamente proporcional al tamaño de dichos
    riesgos.

Si bien solo se ha listado un conjunto de riesgos dentro
de los existentes, es importante señalar que en este
trabajo se ha prestado atención al riesgo operacional, por
ser uno de los más difíciles de
cuantificar.

1.1.4. Elementos distintivos del riego
operacional.

El Comité de Basilea reconoce que, riesgo
operacional es un término que tiene una variedad de
significados en el sector bancario, y por lo tanto, para fines
internos, los bancos pueden establecer sus propias definiciones
del riesgo operacional. Sea cual sea la definición exacta,
es ineludible que los bancos entiendan claramente qué
significa el riesgo operacional para una efectiva
administración y control de esta categoría de
riesgo.

En la exploración teórica realizada se
constató que solo existe la definición emitida por
el Banco Central de Cuba en la Instrucción No 39 de Abril
del año 2006, que hace eco de la definición de
riesgo operacional establecida por BASILEA y dispone que: Es el
riesgo de pérdida directa o indirecta causada por una
insuficiencia o falla en los procesos, personas y sistemas
internos o por un acontecimiento externo. Esta definición
incluye el riesgo legal.

Resumiendo ambos conceptos tenemos que la
definición de riesgo operacional es aquel riesgo que
surge como consecuencia del tratamiento a grandes
volúmenes de transacciones, con el consiguiente peligro de
pérdida de datos, errores humanos, errores de sistema,
fraudes y sucesos externos.

La definición de Riesgo Operacional, adoptada por
estas instituciones, se basa en las causas que lo provocan:
"procesos o procedimientos internos", "sistemas", "personal" y
"acontecimientos externos". De este modo se está
definiendo y clasificando el riesgo en función de las
causas que lo originan y no del efecto o las consecuencias que
estas puedan desencadenar.

Los principales efectos adversos que este riesgo puede
provocar, se encuentran clasificados en 5 grupos:

I. Por errores en los procesos

II. Por errores derivados del área de Recursos
Humanos

III. Por errores tecnológicos y de
sistemas

IV. Por hechos delictivos (internos/externos) y
actividades no autorizadas: Abarca las situaciones
derivadas de la comisión de hechos delictivos y la
ejecución de acciones y/o actividades no
autorizadas.

V. Por desastres

La experiencia cubana en la determinación y
evaluación de los riesgos operacionales en las
Instituciones financieras es limitada y reciente, hasta el
momento se han iniciado muy pocas investigaciones sobre el tema
por lo difícil que resulta cuantificar e identificar este
riesgo, si tenemos en cuenta que las principales causas que lo
originan son los errores humanos, en ocasiones difíciles
de detectar y otros provocados por las redes de comunicaciones,
los que solo se logran identificar en un tiempo remoto. Lo que
traería consigo descuadres en las operaciones
tramitadas.

Los eventos asociados a los riesgos de operación
considerados como potenciales de resultar en pérdidas
significativas son:

Fraude interno: Actos destinados a
defraudar, usurpar la propiedad o evadir la regulación, la
ley o las políticas de la institución que
involucren al menos una parte interna. Ejemplos: Reportes
intencionalmente errados, fraude por parte de empleados y
utilización por parte de un empleado de información
privilegiada.

Fraude externo: Actos por parte de
terceros, destinados a defraudar, usurpar la propiedad o evadir
la ley. Ejemplos: robo, falsificación, emisión de
cheques sin fondos, etc.

Prácticas relacionadas con los clientes,
los productos y el negocio:
Fallas negligentes o no
intencionadas que impidan cumplir con las obligaciones
profesionales con clientes específicos o derivadas de la
naturaleza o diseño de un producto. Ejemplo: brechas
fiduciarias, mal manejo de la información confidencial de
clientes, actividades de negocio inapropiadas por parte de la
institución, lavado de dinero y venta de productos o
prestación de servicios no autorizados.

Daño a los activos
físicos:
Pérdida o daño a los
activos físicos debido a desastres naturales u otros
eventos tales como terremotos, incendios, inundaciones, actos de
terrorismo y vandalismo.

Interrupción del negocio y fallas en los
sistemas:
Interrupción de las actividades de la
institución o fallas en los sistemas de
información. Ejemplos: fallas en el software o hardware,
problemas de telecomunicación y cortes en los servicios
públicos.

Administración de la ejecución, la
entrega y el proceso:
Fallas en el procesamiento de las
transacciones o en la administración del proceso, y en las
relaciones con las contrapartes y los proveedores. Ejemplos:
Errores en el ingreso de los datos, fallas en la
administración de colaterales, documentación legal
incompleta, acceso no aprobado a las cuentas de clientes,
desempeño inadecuado de las contrapartes no clientes y
disputas con los proveedores.

Todo lo analizado lleva a determinar que el riesgo
operacional es la pérdida ocasionada por eventos que
afectan la operatividad de las entidades, por cualquier
causa.

Todas las operaciones de activo representan un riesgo
para las instituciones financieras debido a que, por un lado,
nunca se puede saber absolutamente todo respecto al cliente y,
por otro lado, el cumplimiento de las obligaciones de pago
depende de lo que suceda en el futuro y no de lo que
aconteció en el pasado.

Los clientes que tienen excedentes de recursos ofrecen a
la institución sus recursos financieros y a cambio,
ésta les recompense con seguridad, rentabilidad, liquidez
y un buen servicio. Con este ahorro que realizan los oferentes,
la institución financiera concede préstamos a los
clientes que demandan recursos financieros. Estos clientes
dedican dichos recursos a gastos, consumos o inversiones.
(Figura # 1)

Figura 1: El riesgo que asume las entidades
financieras al realizar un préstamo

Fuente: Banco de Crédito y Comercio, Curso
Multimedia Introductoria sobre el Análisis, Gestión
y Control del Riesgo de Crédito en las Entidades
Financieras, 2002. ENTIDAD FINANCIERA

Las instituciones financieras prestan el dinero cedido
por los clientes, sin controlar posteriormente el destino y la
utilización del mismo, ya que es administrado por los
clientes que han demandado recursos financieros. Esa es la base
del riesgo asumido por las instituciones financieras.

Como consecuencia, la institución financiera
deberá tener en cuenta los siguientes criterios, a fin de
analizar las operaciones con la mayor objetividad:

SEGURIDAD: Cualidad de estar exento de todo
peligro o riesgo. Las instituciones financieras no están
exentas de riesgo debido a que ninguna operación de activo
es totalmente segura. Por ese motivo, el principal elemento a
tener en cuenta en la concesión de una operación de
riesgo es la seguridad de reembolso. Estas deben aumentar la
probabilidad de devolución de los préstamos
concedidos, la cual depende de la capacidad de devolución
del préstamo y de las garantías
presentadas.

RENTABILIDAD: Relación entre los
beneficios y una masa patrimonial del balance de
situación. La rentabilidad de las instituciones
financieras, se obtiene por la diferencia entre el cobro de
intereses y comisiones en las operaciones de activo y el pago de
intereses en las operaciones de pasivo.

LIQUIDEZ: Proximidad a su conversión en
dinero. Las instituciones financieras, a fin de asegurar el
objetivo de liquidez, deben equilibrar su activo, en lo que
respecta a sus plazos de recuperación y su pasivo, en lo
que respecta a sus plazos de exigibilidad.

En base al equilibrio de su balance de situación,
cada institución financiera establecerá la
política de plazos más adecuada. Cuanto más
a corto plazo sean las inversiones con clientes, menos peligra el
objetivo de liquidez y sobre todo, se minimiza el riesgo
adicional de la variación constante de los tipos de
interés del mercado.

1.2.1 Análisis de la interrelación del
riesgo de crédito bancario con el riesgo
operacional.

En la actividad bancaria, en cada operación que
se realiza está implícito el riesgo operacional,
una de las cuestiones que más riesgo provoca al banco es
precisamente el conceder un crédito ya sea a una Entidad
estatal o a una persona natural; crédito se equipara con
confianza, la cual se concreta cuando la entidad financiera
entrega, promete la entrega de dinero a sus clientes o de bienes
valorables en dinero, con el objetivo de recuperar siempre el
importe prestado. La confianza se basa fundamentalmente en la
promesa de devolución por el acreditado (Persona o entidad
que recibe el crédito y debe devolverlo) y en su capacidad
de cumplirla.

Figura # 2: Relación del crédito con
confianza

Fuente: Banco de Crédito y Comercio,
2002.

Los conceptos de riesgo y crédito son
inseparables. El crédito ideal sería aquel que de
una seguridad total o un riesgo nulo, pero en la práctica
eso es casi imposible: NO HAY CRÉDITO SIN RIESGO.
De esta manera se define el riesgo de crédito bancario
como la probabilidad de que se presenten problemas en la
recuperación parcial o total de un desembolso realizado en
una operación crediticia, o de que la entidad tenga que
hacer frente a garantías presentadas ante terceros por
cuenta de sus clientes.

Para las entidades financieras no es suficiente
recuperar el dinero prestado, sino que además
deberá obtener un rendimiento por las funciones de
intermediación y por la asunción del propio riesgo
del crédito, estableciendo como condición necesaria
la recuperación del dinero prestado y como
condición suficiente la recuperación del dinero
prestado más los beneficios por la operación. Luego
además del binomio riesgo-crédito, habrá que
incorporar al mismo el concepto de beneficio o rentabilidad de la
operación de intermediación financiera.

El riesgo de crédito se ocasiona por el posible
incumplimiento de la obligación de pago por parte del
acreditado, tanto en operaciones crediticias que hayan supuesto
desembolso, como en las que no suponen desembolso pero cuyo
cumplimiento está garantizado por el Banco. Es sin lugar a
dudas el riesgo de mayor relevancia dentro de la actividad
bancaria.

Entre las causas del riesgo de crédito
destacan:

El riesgo de insolvencia del
acreditado:

El riesgo de insolvencia se deriva de la incapacidad
económica-financiera de los clientes de activo para
atender sus compromisos de pago en la entidad financiera. Este
riesgo se manifiesta después de la concesión de la
operación bajo doble circunstancia:

  • Morosidad de la operación, como
    síntoma objetivo, observable y anticipado de su
    probable siniestralidad futura y definitiva.

  • Insolvencia del titular apreciado para su
    situación económico – financiera,
    declaración concursal o litigio que ofrece dudas
    razonables sobre su capacidad de reembolso.

El riesgo jurídico de la formalización
crediticia:

El riesgo nace por defectos de la formalización
de las operaciones crediticia (contenido de contratos
principales, cláusulas adicionales no intervención
de documentos por fedatario publico, etc.) Debe tenerse en cuenta
que la inserción de cualquier cláusula no
estándar deberá ser previamente autorizada por el
área jurídica de la entidad financiera.

El riesgo operativo en la
tramitación:

Se origina, por errores en la operativa diaria de los
instrumentos jurídicos (contabilización,
liquidación en fecha, control de valor vencimiento de
garantías, etc.). En general estos errores tendrán
una causa interna a la propia entidad dependiendo de su
organización y métodos de
financiamiento.

1.2.2. Relación riesgo – seguridad –
rentabilidad.

En toda operación de crédito bancario
habrá siempre que considerar el efecto de la
combinación: Riesgo – Seguridad – Rentabilidad, lo cual
conlleva a plantear que a menor riesgo más seguridad, pero
menos rentabilidad; a menor seguridad, se origina un mayor riesgo
y por consiguiente, se espera que exista una mayor rentabilidad
de la operación crediticia. De esta forma se presentan
como alternativas de la gestión de riesgo las
siguientes:

Tabla 1.2: Comportamiento de la relación
riesgo – seguridad – rentabilidad en una operación
crediticia.

Fuente: Revista BCC, Yera Cano y colectivo de autores
en: Factores que influyen en la determinación del riesgo
de crédito bancario, Abril – Junio 2004, Año 7 No.
2.

Sin embargo, la realidad hace que a mayor competencia la
seguridad disminuye; por el contrario el riesgo aumenta y la
rentabilidad se hace cada vez más baja.

1.3.1: El Proceso de Gestión de Riesgo
Bancario.

La gestión de riesgos no es mas que una serie de
políticas, limites y dimensiones que se emplean para
determinan el nivel y mezcla adecuada de riesgo que una
institución puede y debe asumir. Intento
sistemático de obtener cierto grado de protección
para las instituciones hacia la exposición al riesgo,
primero detectándolo, midiéndolo, y después
controlándolo, de manera que su objetivo principal no es
eliminarlo completamente sino manejarlo de manera óptima y
acorde a los intereses de la institución, buscando siempre
la salud financiera del negocio.

Es considerada como una tecnología de avanzada,
de relevante importancia para el desarrollo de la actividad
gerencial en general. Ocupa hoy un papel de primer orden, entre
las técnicas más modernas utilizadas en el mundo,
para administrar acertadamente los riesgos y disminuir y eliminar
de esa manera los efectos negativos que causan el patrimonio
individual, empresarial e institucional, la ocurrencia de
determinados acontecimientos indeseados. Los fundamentos de la
Gestión de Riesgos están sintetizados en la
siguiente definición:

"Función de una organización que tiene
como objetivo la conservación de los activos, de la cuenta
de resultados y del poder de generación de beneficios,
mediante la minimización, a largo plazo, del efecto
financiero de las pérdidas accidentales".

La Gestión de los Riesgos ocupa un lugar
importantísimo en la protección y prevención
de los mismos, en todas las organizaciones. Las instituciones
bancarias y financieras en general, no son una excepción,
pues como cualquier organización de estos tiempos se
enfrenta a riesgos de diversos tipos actuales y potenciales que
afectan y pueden afectar el quehacer socioeconómico de
esta importante institución.

En la década de los noventa la industria bancaria
ha transitado por una cultura bancaria de aversión al
riesgo a la gestión óptima del mismo y en la
búsqueda de un equilibrio inestable entre rentabilidad y
exposición (al riesgo). La mayor movilidad internacional
de los recursos, la diversificación de los productos
financieros y el surgimiento de la volatilidad a nivel global son
factores que confluyen en la necesidad de adoptar métodos
y procedimientos para el control de riesgos. En la actualidad las
entidades financieras cuentan con diferentes herramientas
internas y gerenciales para evaluar permanentemente los
riesgos.

Prácticamente todos los bancos del mundo deben
incorporar durante los próximos años, los nuevos
procedimientos de gestión del riesgo que se regulan
mediante el documento preparado por el Comité de
Supervisión Bancaria de Basilea titulado "Convergencia
Internacional de Medidas y Normas de Capital" conocido
comúnmente como Basilea II.

El país ha avanzado significativamente en la
administración de sus riesgos financieros, especialmente
en el área de riesgos. Transitar hacia modelos de
medición de provisiones basados en la expectativa de
pérdida resulta fundamental en un esquema de
administración prudente de la cartera de créditos,
redundará en mayor eficiencia y control de los procesos
por parte de la banca. Coincidimos con el Instituto de Finanzas
Internacionales que señala que el principio básico
en la gestión de este riesgo es que cada
institución desarrolle el enfoque que mejor se ajuste a su
modelo de negocio y posición en el mercado. La
regulación y supervisión, antes que indicar
cómo hacerlo, deben velar porque las entidades cuenten con
la capacidad organizativa y las herramientas para gestionar su
riesgo.

Por lo tanto, la Administración Integral de
Riesgos
es un conjunto de objetivos, políticas,
procedimientos y acciones que se implementan para identificar,
medir, monitorear, limitar, controlar, informar y revelar los
distintos tipos de riesgos a que se encuentran expuestas las
instituciones financieras. Se trata de un proceso continuo que
requiere por parte de las organizaciones el desarrollo de
políticas (Las políticas son el resultado de
definiciones sobre estrategias para enfrentar los riesgos),
metodologías (Los métodos incorporan mecanismos de
valuación de los distintos tipos de riesgos a que puede
estar expuesta una organización, tales como riesgos de
mercado, de crédito y riesgos operacionales) e
infraestructuras (La infraestructura se refiere a la
creación y mantenimiento de las bases de datos con
información pertinente, el equipamiento físico y de
sistemas, y también a la capacitación de personal y
el desarrollo de habilidades técnicas y
gerenciales).

La temática del riesgo bancario es una de las
más interesantes dentro del estudio de la actividad no
solo por la gran diversidad de factores que involucra, sino por
las severas implicaciones que puede tener para la propia
supervivencia de las instituciones financieras
bancarias.

La indisoluble relación que debe existir entre el
sector bancario y empresarial conlleva a analizar resultados
económicos, situaciones financieras en entornos cada vez
mas inciertos, lo que genera inevitablemente factores de riesgos
en ambos sectores; todo esto depende entonces de si se gestionan
o no los riesgos. Esta es una de las razones de que en las
últimas décadas el riesgo pasa a ser una
categoría clave en la condición humana y en las
ciencias sociales en nuestro tiempo.

El nuevo marco internacional, caracterizado por la
globalización, la ampliación y
liberalización de los mercados, la
internacionalización de las economías y de las
empresas, ha creado un nuevo paradigma de riesgo que afecta a
todos los ámbitos de la economía y la empresa. El
incremento de las relaciones e interacciones económicas,
clásicas y de nueva generación, ha generado un
mundo más interrelacionado, con contactos (voluntarios o
involuntarios) más continuos y complejos que inciden
directamente en la volatilidad y en la estabilidad.

La exposición de las empresas a esta nueva
dimensión (cuantitativa y cualitativa) del riesgo
económico y financiero está propiciando la
incorporación a la gestión empresarial de
mecanismos de control del riesgo escasamente previsibles hace
unos años. Además, el proceso de adaptación
de la empresa a este nuevo entorno competitivo incierto ha
motivado el desarrollo de importantes mecanismos e instrumentos
de información en todos los ámbitos y funciones
empresariales.

La meta u objetivo principal de cualquier empresa es la
creación de valor para sus accionistas en particular y
para la sociedad en general (a la que ofrece bienes y servicios),
para lo cual debe gestionar de la forma más eficiente
posible todos los recursos utilizados y los riesgos generados por
los negocios en los que está inmersa. Desde este punto de
vista, la gestión de riesgo se convierte en un factor
crítico de la estrategia y del proceso de toma de
decisiones de la entidad. Bajo esta filosofía, la
administración de riesgo debe ser la función
principal de cualquier institución, en torno a la cual se
deben estructurar el resto de las funciones. Esto implica que
todas las áreas deben estar involucradas directa o
indirectamente en la función de la gestión de
riesgo y, por tanto, la estructura organizativa de la
institución debe ser definida en total sintonía con
dicha filosofía.

Partes: 1, 2

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